¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? (Mt 16.13)

El conocer la persona de Jesucristo es saber las Escrituras porque ellas enseñan quien es Él.

Siempre seremos confrontados con la pregunta y la decisión de tomar el lugar correspondiente que como cristianos hemos sido llamados, no podemos tener un criterio flojo de quien es Jesus. Las Escrituras demuestran muy claramente de ¿Quien? es Jesus no solo para cada persona (porque es Dios personal) sino para el mundo entero, sean cristianos o no.

Juan fue el (mensajero) precursor del Rey de Israel.

Juan el Bautista era seis meses mayor que su primo Jesús. Su improbable parroquia fue al desierto de Judea.

Su improbable parroquia fue al desierto de Judea.

Juan era la Voz

La nación de Israel, hablando espiritualmente, era el desierto, seco y estéril.

Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto. Como respuesta a su pregunta, el Bautista citó , donde se profetizaba que surgiría un precursor para anunciar la venida del Cristo.

Él era la voz, e Israel era el desierto. Debido a sus pecados y a su apartamiento de Dios, el pueblo se había vuelto seco y yermo, como un desierto. Juan se refirió a sí mismo simplemente como una voz. No se presentó como un gran hombre que había de ser encomiado y admirado, sino simplemente como una voz —no para ser visto, sino sólo para ser oído—. Juan era la voz, pero Cristo era el Verbo, la Palabra. La palabra necesita de una voz para darse a conocer, y la voz carece de valor sin una palabra. La Palabra es de valor infinitamente mayor a la voz, pero puede ser también nuestro privilegio ser una voz para Él.

Los Fariseos y Saduceos

Los Fariseos y Saduceos

la cosa cambiaba. Cuando fueron a escucharle y a preguntarle ¿Tú, quién eres?, Otros hombres podrían haber aprovechado esta oportunidad para la fama pretendiendo ser el Cristo. Pero Juan era un testigo fiel. Su testimonio fue que él no era el Cristo (el Mesías). Supo que no eran sinceros. Reconoció su verdadera naturaleza: Los fariseos profesaban gran devoción a la ley, pero interiormente eran corrompidos, sectarios, hipócritas y pretendían una justicia que no tenían; los saduceos eran aristócratas sociales y escépticos religiosos que negaban doctrinas básicas como la resurrección del cuerpo, la existencia de los ángeles, la inmortalidad del alma y el castigo eterno. Por ello, denunció ambas sectas como engendros de vivoras, que pretendían desear huir de la ira venidera, pero sin exhibir señales de verdadero arrepentimiento.

Otros hombres podrían haber aprovechado esta oportunidad para la fama pretendiendo ser el Cristo. Pero Juan era un testigo fiel. Su testimonio fue que él no era el Cristo (el Mesías).

supo que no eran sinceros. Reconoció su verdadera naturaleza: Los fariseos profesaban gran devoción a la ley, pero interiormente eran corrompidos, sectarios, hipócritas y pretendían una justicia que no tenían; los saduceos eran aristócratas sociales y escépticos religiosos que negaban doctrinas básicas como la resurrección del cuerpo, la existencia de los ángeles, la inmortalidad del alma y el castigo eterno. Por ello, denunció ambas sectas como engendros de vivoras, que pretendían desear huir de la ira venidera, pero sin exhibir señales de verdadero arrepentimiento.

Otros hombres podrían haber aprovechado esta oportunidad para la fama pretendiendo ser el Cristo. Pero Juan era un testigo fiel. Su testimonio fue que él no era el Cristo (el Mesías).

supo que no eran sinceros. Reconoció su verdadera naturaleza: Los fariseos profesaban gran devoción a la ley, pero interiormente eran corrompidos, sectarios, hipocritas y pretendían una justicia que no tenían; los saduceos eran aristócratas sociales y escépticos religiosos que negaban doctrinas básicas como la resurrección del cuerpo, la existencia de los ángeles, la inmortalidad del alma y el castigo eterno. Por ello, denunció ambas sectas como engendros de vivoras, que pretendían desear huir de la ira veninera, pero sin exhibir señales de verdadero arrepentimiento.

Su mensaje era que el pueblo había de arrepentirse (cambiar su forma de pensar y dejar sus pecados) para recibir la remisión de pecados.

El rey estaba a punto de aparecer, pero Él no podía reinar y no reinaría sobre una gente que seguía aferrada a sus pecados. Había de cambiar de dirección, debería confesar y abandonar sus pecados. Dios estaba llamándoles del reino de las tinieblas al reino de los cielos.

¿Que clase de hombre era Juan?

En la actualidad le llamarían un fanático y un asceta. Su hogar era el desierto. Su vestimenta, como la de Elías, estaba hecha con el material mas simple y burdo. Su alimento era suficiente para mantener su vida y sus fuerzas, pero desde luego no era nada de lujo. Era un hombre que subordinaba todas las cosas a la gloriosa tarea de dar a conocer a Cristo. Quizá hubiese podido ser rico, pero escogió ser pobre. De esta manera vino a ser el adecuado heraldo de Aquel que no tuvo donde reposar Su cabeza. Aquí aprendemos que la simplicidad debería ser una característica de todos los siervos del Señor.

La predicación dirigida por el Espíritu siempre exalta.

La predicación dirigida por el Espiritu siempre exalta.

La predicación dirigida por el Espíritu siempre exalta al Señor Jesus y destrona el yo.

Su mensaje era la superioridad del Señor Jesus. Dijo que Jesus era mayor en poder, excelencia persona y ministerio.

Juan no se consideraba digno de __desatar.....la correa de las sandalias del Salvador__una tarea servil de esclavo.

El bautismo de Juan era con agua.

El bautismo de Juan era con agua.

Él no quería que nadie creyese que él era importante. Su tarea era sencillamente preparar a los demás para Cristo. Cuando aquellos que le escuchaban se arrepentían de sus pecados, él los bautizaba con agua como símbolo externo de su cambio interno, y no producía ningún cambio en la vida de la persona.

Él no quería que nadie creyese que él era importante. Su tarea era sencillamente preparar a los demás para Cristo. Cuando aquellos que le escuchaban se arrepentían de sus pecados, él los bautizaba con agua como símbolo externo de su cambio interno

símbolo externo, y no producía ningún cambio en la vida de la persona.

Jesús los bautizaría con Espíritu Santo; este bautismo produciría un gran influjo de poder espiritual () También incorporaría a todos los creyentes a la iglesia, el de Cristo ()

Pablo dice:

1 Corintios 2.1–5 RVR60

1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. 2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. 3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; 4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, 5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

1Co. 2:

1Co. 2:1-5

1 Corintios 2.1–5 RVR60

1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. 2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. 3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; 4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, 5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

En el río Jordan, allí fue bautizado por Juan.

En el río Jordan, allí fue bautizado por Juan

En la emoción y entusiasmo del momento, exclamó: He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

En la emoción y entusiasmo del momento, exclamó: He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

En su caso, naturalmente de Jesús, porque no había pecados que confesar.

Para el Señor, el bautismo fue un acto simbólico representando Su bautismo final en la muerte en el Calvario y Su resurrección de los muertos.

El poder del Espíritu Santo es indispensable.

El poder del Espíritu Santo es indispensable.

Nunca hubo un momento en la vida de nuestro Señor en la que no estuviese lleno del Espíritu Santo, ungiéndole para el servicio y dotándole de poder.

Una persona puede ser educada, tener talentos y elocuencia, pero sin aquella misteriosa cualidad que llamamos "unción", su servicio carece de vida, es ineficaz.

Comentario Bíblico de William MacDonald: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento A. El testimonio de Juan el Bautista (1:19–34)

Dios había revelado a Juan que el Mesías iba a venir y que cuando viniese, el Espíritu descendería y permanecería sobre él (cf. Mt. 3:16). Por ello, cuando esto sucedió con Jesús, Juan se dio cuenta de que Él era quien bautizaría con el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es una Persona, una de las tres Personas en la Deidad. Él es igual con Dios Padre y Dios Hijo.

Mientras que Juan bautizaba con agua, Jesús bautizaría con el Espíritu Santo. El bautismo con el Espíritu Santo tuvo lugar en el día de Pentecostés (Hch. 1:5; 2:4, 38). Al mismo tiempo, el Espíritu Santo descendió del cielo para morar en el cuerpo de cada creyente y también para hacer de cada creyente un miembro de la iglesia, el cuerpo de Cristo (1 Co. 12:13).

Comentario Bíblico de William MacDonald: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento A. El testimonio de Juan el Bautista (1:19–34)

Sobre la base de lo que vio en el bautismo de Jesús, Juan dio testimonio positivo de que Jesús de Nazaret era el Hijo de Dios, la venida del cual al mundo había sido antes anunciada. Cuando Juan decía que Cristo era el Hijo de Dios, significaba que era Dios el Hijo.

Jesus dio testimonio de Juan.

Mateo 11.11 RVR60

11 De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.

Mt 11

Mateo 11.11–12 RVR60

11 De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él. 12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.

Cuando Juan estaba en la carcel envió a preguntar a Jesus.

Lucas 7.20 RVR60

20 Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?

Luc 7:20

Muchos pensaban que Juan había encarnado en Jesus. Pero eso no era la verdad el fue un hombre profetizado, nacido, y vivido para dar testimonio del Unico Salvador y Redentor. Su vida fue corta pero efectiva. Murió por su testimonio y por declarar la verdad del pecado del pueblo y de los lideres gobernantes y religiosos.

El no era el Mesías, ni el Cristo, pero tuvo el privilegio de presentarlo al mundo.

Nosotros con nuestro testimonio podemos hacer lo mismo.