LA DESGRACIA DE LOS INCRÉDULOS
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Intro: Ay es la palabra que vamos a leer con frecuencia en esta porción del libro de Habacuc.
Ay es una exclamación se utiliza para describir la angustia que se siente al estar frente a un desastre o a un juicio inminente.
(Walvoord, J. F., & Zuck, R. B. (2001). El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Antiguo Testamento, tomo 6: Daniel-Malaquías (p. 242). Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C.)
Walvoord, J. F., & Zuck, R. B. (2001). El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Antiguo Testamento, tomo 6: Daniel-Malaquías (p. 242). Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C.
sobre el hombre o el pueblo que no obedece a Dios ().
sobre los lideres negligentes ()
sobre aquello que no impartieron la justicia ()
sobre el mundo impío ()
sobre los
En la porción que vamos a tratar hoy, se usa esta exclamación sobre los enemigos de Dios, en especial sobre los babilonios.
Son acusaciones que Dios da al pueblo babilonio caracterizado por sus crimenes, pero que no es característico sólo de ellos, sino de todos los pueblos que no toman en cuenta a Dios.
El propósito des los cinco “ayes” en Habacuc es poner en ridículo al burlador orgulloso (CBMHT13).
Es también acusaciones que todo hombre debe tomar en cuenta lo que Dios dice de aquellos que no viven para Dios y se oponen a la voluntad Divina .
¿Cómo vive un hombre sin Dios?
I. ORGULLO Y LA AMBICIÓN v.6-8
I. ORGULLO Y LA AMBICIÓN v.6-8
Sus logros materiales (de los babilonios) eran con dinero robado
¡
¡Ay del que multiplicó lo que no era suyo!
6b ¡Ay del que multiplicó lo que no era suyo!
buscar una ilustración de ambición . la ambicion tiene que ver con los robos que cometian (v.8)
Quienes se hacen ricos con lo ajeno terminan en la miseria v.7 (Cp. ; )
Quienes se hacen ricos con lo ajeno terminan en la miseria (Cp. ; )
“Quien todo lo quiere, todo lo pierde”
“La avaricia es la calamidad más grande para los hombres. Porque quienes invaden los bienes de otros, a menudo pierden hasta los propios.” (Meandro)
“Quien todo lo quiere, todo lo pierde”
Entonces, lo que Dios está diciendo a estos hombres orgullosos y ambiciosos es: “Por cuanto tú has despojado… te despojarán” v.8a
Babilonia había atacado y saqueado, ahora era su turno de ser atacada y saqueada.
Reina Valera Revisada (1960) Capítulo 22
El que sembrare iniquidad, iniquidad segará,
Y la vara de su insolencia se quebrará.
Así es la justicia de Dios sobre Babilonia.
este el juicio de Dios sobre Babilonia.
II. ARROGANCIA Y CODICIA v.9-11
II. ARROGANCIA Y CODICIA v.9-11
II. ARROGANCIA Y CODICIA v.9-11
II. ARROGANCIA Y CODICIA v.9-11
Obtuvieron riquezas mal habidas para saciar su ambición.
La codicia de los babilonios era buscar su propia desgracia
Nueva Versión Internacional Capítulo 2
Son tus maquinaciones la vergüenza de tu casa:
exterminaste a muchas naciones,
pero causaste tu propia desgracia
v. 10 “Son tus maquinaciones la verguenza de tu casa: exterminaste a muchas naciones, pero causaste tu propia desgracia” NVI
La codicia siempre lleva a ganancias ilícitas.
Hay una frase proverbial que dice: “La avaricia rompe el saco”
“La avaricia es la calamidad más grande para los hombres. Porque quienes invaden los bienes de otros, a menudo pierden hasta los propios.” (Meandro)
Se llenaron de ganancias corruptas para edificar sus moradas.
Cual águila hace su nido lejos del enemigo, codiciosamente los babilonios construyeron un imperio intocable a expensas de otros. v.9
sin embargo, como declara el v.3, su destrucción estaba cerca
Codiciosamente construyeron un imperio a expensas de otros
Pero, los que fueron explotados en la construcción de este imperio darán testimonio en contra de Babilonia. v.11
III. GOBIERNAN CON CRUELDAD v. 12-14
III. GOBIERNAN CON CRUELDAD v. 12-14
Es característico de los los gobernantes incrédulos oprimir al pueblo.
los pueblos babilónicos fueron edificados con la sangre de los esclavos.
sin importarles el sufrimiento con tal de lograr sus proyectos ambiciosos.
usaron la fuerza, el asesinato y la tiranía.
Sin embargo, Dios les pediría cuenta de todo ello.
Dios traería destrucción sobre este tipo de gobierno porque el es el Señor de los Ejércitos v.13 cp
Reina Valera Revisada (1960) Capítulo 51
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; en vano trabajaron los pueblos, y las naciones se cansaron sólo para el fuego.
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; en vano trabajaron los pueblos, y las naciones se cansaron sólo para el fuego.
Reina Valera Revisada (1960) Capítulo 51
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; en vano trabajaron los pueblos, y las naciones se cansaron sólo para el fuego.
Dios frenará las aspiraciones de los pueblos dirigidos por gobernantes anti-Dios, anti-Cristo.
Babilonia cumple una figura de lo que sucederá a las demás naciones. Todos van a rendir cuentas a Dios.
El dominio de Babilonia y de los gobiernos que le imitan no son nada en comparación con el reino que el Señor tendrá en la tierra cuando el vuelva. v.14
En contraste a la ruina de los gobiernos, la gloria de Jehová llenará toda la tierra. v.14
La gloria de Jehová sobre la tierra quiere decir que todos conocerán quien es Dios.
De acuerdo al profeta Isaías Jesucristo volverá a la tierra y reinara con justicia (,, ).
Así como como reinará Jesucristo cuando vuelva, hoy está reinando en los corazones de aquellos que le han recibido en su corazón.
en el reino de Cristo habrá justicia y paz y eso es lo hoy debe reflejar un corazón que vive siguiendo al Señor Jesucristo.
Otro asunto que caracteriza a un pueblo sin Dios es su...
IV. EMBRIAGUEZ Y LUJURIA v. 15-17
IV. EMBRIAGUEZ Y LUJURIA v. 15-17
Los babilonios embriagaban a sus súbditos a fin de exponerlos a actos desenfrenados y avergonzarlos.
Reina Valera Revisada (1960) Capítulo 2
¡Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas para mirar su desnudez!
v.15 ¡Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas para mirar su desnudez!
¡Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas para mirar su desnudez!
le acercas tu hiel quiere decir que añadían a la bebida alguna pócima para actos desenfrenados.
“Babilonia era la escuela de las peperas”
Eso es característico del hombre sin Dios, lujuria y borrachera.
Dios condena tales actos
V. IDOLATRÍA v. 18-19
V. IDOLATRÍA v. 18-19
Otra característica del hombre que no toma en cuenta a Dios, es que cae en la idolatría.
Caen en el pecado de la idolatría movidos por:
La rebeldía: Sabiendo que Dios no se da a conocer por medio de imágenes de madera, piedra, yeso o metal ()
Pues habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a Dios… pues Dios es espíritu y los verdaderos adoradores le adoran en espíritu y verdad…(; )
La ignorancia: Siguen tradiciones y costumbres.
La ignorancia es el arma más poderosa que usa el enemigo para someter a los pueblos.
Debemos darle la gloria a Dios, no por medio de esculturas o estatuas v.18-19
El profeta Isaías habló de la idolatría de los babilonios (;; , ; , )
Dios mandó al pueblo a no hacer imágenes porque Dios es espíritu y no un ser corporeo (Dt 4:12,15,23)
La manera en que adoramos a Dios es tan importante como a quién adoramos. No debemos adorar a Dios de la forma que mejor nos parezca, sino de la forma que él ha ordenado. (P. Graham Ryken en Escrito en Piedra)
La manera en que adoramos a Dios es tan importante como a quién adoramos. No debemos adorar a Dios de la forma que mejor nos parezca, sino de la forma que él ha ordenado. (P. Graham Ryken en Escrito en Piedra)
Jesucristo es la verdadera imagen de Dios (
2 Co4:4
;
; ; )
Col 1:15
La manera en que adoramos a Dios es tan importante como a quién adoramos. No debemos adorar a Dios de la forma que mejor nos parezca, sino de la forma que él ha ordenado. (P. Graham Ryken en Escrito en Piedra)
Jesucristo es la verdadera imagen de Dios (; ; )
;
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Hb 1:3
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CONCLUSIÓN v.20
CONCLUSIÓN v.20
Habacuc inicio esta conversación con Dios quejandoce, según él, de la indiferencia de Dios para con su pueblo.
Jesucristo es la verdadera imagen de Dios (; ; )
Habacuc ahora se da cuenta que Dios no es indiferente ni insensible al sufrimiento de su pueblo.
El Señor está en control de todo, aun el mueve las experiencias amargas para cumplir sus propósitos. Él es Dios y hace las cosas en su tiempo y a su manera.
Ahora Habacuc debería guardar silencio y esperar que Dios haga las cosas a su manera, eso es señal de sumisión.
Sinopsis
Una exclamación de juicio sobre los enemigos de Dios, o infortunio sobre uno mismo, o, en el ministerio de Jesucristo, de tristeza sobre aquellos que fallaron en reconocer la verdadera miseria de su condición.
Ay es una exclamación de juicio sobre otros
Ay para los enemigos de Dios
Is 33.1 Probablemente refiriéndose a Asiria. Ver también; Jr 48.1–2; Nah 3.1–7; Hab 2.6–20; Sof 2.5
Isaías 33.1 (RVR60) — 1 ¡Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se hará contra ti.
Jeremías 48.1–2 (RVR60) — 1 Acerca de Moab. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ¡Ay de Nebo! porque fue destruida y avergonzada: Quiriataim fue tomada; fue confundida Misgab, y desmayó.2 No se alabará ya más Moab; en Hesbón maquinaron mal contra ella, diciendo: Venid, y quitémosla de entre las naciones. También tú, Madmena, serás cortada; espada irá en pos de ti.
Nahúm 3.1–7 (RVR60) — 1 ¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapiña, sin apartarte del pillaje!2 Chasquido de látigo, y fragor de ruedas, caballo atropellador, y carro que salta;3 jinete enhiesto, y resplandor de espada, y resplandor de lanza; y multitud de muertos, y multitud de cadáveres; cadáveres sin fin, y en sus cadáveres tropezarán,4 a causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos. 5 Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos, y descubriré tus faldas en tu rostro, y mostraré a las naciones tu desnudez, y a los reinos tu vergüenza. 6 Y echaré sobre ti inmundicias, y te afrentaré, y te pondré como estiércol. 7 Todos los que te vieren se apartarán de ti, y dirán: Nínive es asolada; ¿quién se compadecerá de ella? ¿Dónde te buscaré consoladores?
Habacuc 2.6–20 (RVR60) — 6 ¿No han de levantar todos éstos refrán sobre él, y sarcasmos contra él? Dirán: ¡Ay del que multiplicó lo que no era suyo! ¿Hasta cuándo había de acumular sobre sí prenda tras prenda?7 ¿No se levantarán de repente tus deudores, y se despertarán los que te harán temblar, y serás despojo para ellos?8 Por cuanto tú has despojado a muchas naciones, todos los otros pueblos te despojarán, a causa de la sangre de los hombres, y de los robos de la tierra, de las ciudades y de todos los que habitan en ellas. 9 ¡Ay del que codicia injusta ganancia para su casa, para poner en alto su nido, para escaparse del poder del mal! 10 Tomaste consejo vergonzoso para tu casa, asolaste muchos pueblos, y has pecado contra tu vida. 11 Porque la piedra clamará desde el muro, y la tabla del enmaderado le responderá. 12 ¡Ay del que edifica la ciudad con sangre, y del que funda una ciudad con iniquidad! 13 ¿No es esto de Jehová de los ejércitos? Los pueblos, pues, trabajarán para el fuego, y las naciones se fatigarán en vano. 14 Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar. 15 ¡Ay del que da de beber a su prójimo! ¡Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas para mirar su desnudez! 16 Te has llenado de deshonra más que de honra; bebe tú también, y serás descubierto; el cáliz de la mano derecha de Jehová vendrá hasta ti, y vómito de afrenta sobre tu gloria. 17 Porque la rapiña del Líbano caerá sobre ti, y la destrucción de las fieras te quebrantará, a causa de la sangre de los hombres, y del robo de la tierra, de las ciudades y de todos los que en ellas habitaban. 18 ¿De qué sirve la escultura que esculpió el que la hizo? ¿la estatua de fundición que enseña mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra? 19 ¡Ay del que dice al palo: Despiértate; y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí está cubierto de oro y plata, y no hay espíritu dentro de él. 20 Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra.
Sofonías 2.5 (RVR60) — 5 ¡Ay de los que moran en la costa del mar, del pueblo de los cereteos! La palabra de Jehová es contra vosotros, oh Canaán, tierra de los filisteos, y te haré destruir hasta no dejar morador.
Ay sobre el pueblo de Dios sin fe
Os 7.13–16
Oseas 7.13–16 (RVR60) — 13 ¡Ay de ellos! porque se apartaron de mí; destrucción vendrá sobre ellos, porque contra mí se rebelaron; yo los redimí, y ellos hablaron mentiras contra mí. 14 Y no clamaron a mí con su corazón cuando gritaban sobre sus camas; para el trigo y el mosto se congregaron, se rebelaron contra mí. 15 Y aunque yo los enseñé y fortalecí sus brazos, contra mí pensaron mal. 16 Volvieron, pero no al Altísimo; fueron como arco engañoso; cayeron sus príncipes a espada por la soberbia de su lengua; esto será su escarnio en la tierra de Egipto.
Ver también Is 30.1–2; Is 45.9–10; Jr 4.13–18; Ez 16.23–27
Isaías 30.1–2 (RVR60) — 1 ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!2 Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto.
Isaías 45.9–10 (RVR60) — 9 ¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡el tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: ¿Qué haces?; o tu obra: ¿No tiene manos? 10 ¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? y a la mujer: ¿Por qué diste a luz?!
Jeremías 4.13–18 (RVR60) — 13 He aquí que subirá como nube, y su carro como torbellino; más ligeros son sus caballos que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque entregados somos a despojo! 14 Lava tu corazón de maldad, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo permitirás en medio de ti los pensamientos de iniquidad? 15 Porque una voz trae las nuevas desde Dan, y hace oír la calamidad desde el monte de Efraín. 16 Decid a las naciones: He aquí, haced oír sobre Jerusalén: Guardas vienen de tierra lejana, y lanzarán su voz contra las ciudades de Judá. 17 Como guardas de campo estuvieron en derredor de ella, porque se rebeló contra mí, dice Jehová. 18 Tu camino y tus obras te hicieron esto; esta es tu maldad, por lo cual amargura penetrará hasta tu corazón.
Ezequiel 16.23–27 (RVR60) — 23 Y sucedió que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! dice Jehová el Señor), 24 te edificaste lugares altos, y te hiciste altar en todas las plazas. 25 En toda cabeza de camino edificaste lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura, y te ofreciste a cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones. 26 Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, gruesos de carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme. 27 Por tanto, he aquí que yo extendí contra ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos, que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto.
Ay sobre los líderes negligentes del pueblo de Dios
Jr 23.1–2
Jeremías 23.1–2 (RVR60) — 1 ¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! dice Jehová.2 Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová.
Ver también Ez 13.1–9; Ez 34.1–10; Sof 3.1–4; Zac 11.15–17
Ezequiel 13.1–9 (RVR60) — 1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:2 Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que profetizan, y di a los que profetizan de su propio corazón: Oíd palabra de Jehová.3 Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto!4 Como zorras en los desiertos fueron tus profetas, oh Israel.5 No habéis subido a las brechas, ni habéis edificado un muro alrededor de la casa de Israel, para que resista firme en la batalla en el día de Jehová.6 Vieron vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: Ha dicho Jehová, y Jehová no los envió; con todo, esperan que él confirme la palabra de ellos.7 ¿No habéis visto visión vana, y no habéis dicho adivinación mentirosa, pues que decís: Dijo Jehová, no habiendo yo hablado? 8 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto vosotros habéis hablado vanidad, y habéis visto mentira, por tanto, he aquí yo estoy contra vosotros, dice Jehová el Señor. 9 Estará mi mano contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira; no estarán en la congregación de mi pueblo, ni serán inscritos en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán; y sabréis que yo soy Jehová el Señor.
Ezequiel 34.1–10 (RVR60) — 1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:2 Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños?3 Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas.4 No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia.5 Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado.6 Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas. 7 Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: 8 Vivo yo, ha dicho Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; 9 por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová. 10 Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida.
Sofonías 3.1–4 (RVR60) — 1 ¡Ay de la ciudad rebelde y contaminada y opresora!2 No escuchó la voz, ni recibió la corrección; no confió en Jehová, no se acercó a su Dios.3 Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para la mañana.4 Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley.
Zacarías 11.15–17 (RVR60) — 15 Y me dijo Jehová: Toma aún los aperos de un pastor insensato; 16 porque he aquí, yo levanto en la tierra a un pastor que no visitará las perdidas, ni buscará la pequeña, ni curará la perniquebrada, ni llevará la cansada a cuestas, sino que comerá la carne de la gorda, y romperá sus pezuñas. 17 ¡Ay del pastor inútil que abandona el ganado! Hiera la espada su brazo, y su ojo derecho; del todo se secará su brazo, y su ojo derecho será enteramente oscurecido.
Ay sobre aquellos que son complacientes en su prosperidad o religión
Am 6.1–7
Amós 6.1–7 (RVR60) — 1 ¡Ay de los reposados en Sion, y de los confiados en el monte de Samaria, los notables y principales entre las naciones, a los cuales acude la casa de Israel!2 Pasad a Calne, y mirad; y de allí id a la gran Hamat; descended luego a Gat de los filisteos; ved si son aquellos reinos mejores que estos reinos, si su extensión es mayor que la vuestra,3 oh vosotros que dilatáis el día malo, y acercáis la silla de iniquidad.4 Duermen en camas de marfil, y reposan sobre sus lechos; y comen los corderos del rebaño, y los novillos de en medio del engordadero;5 gorjean al son de la flauta, e inventan instrumentos musicales, como David;6 beben vino en tazones, y se ungen con los ungüentos más preciosos; y no se afligen por el quebrantamiento de José.7 Por tanto, ahora irán a la cabeza de los que van a cautividad, y se acercará el duelo de los que se entregan a los placeres.
Ver también Am 5.18–24
Amós 5.18–24 (RVR60) — 18 ¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz; 19 como el que huye de delante del león, y se encuentra con el oso; o como si entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le muerde una culebra. 20 ¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor? 21 Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas. 22 Y si me ofreciereis vuestros holocaustos y vuestras ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados. 23 Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos. 24 Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo.
Ay sobre aquellos que descuidaron la justicia social
Is 10.1–4
Isaías 10.1–4 (RVR60) — 1 ¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía,2 para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos!3 ¿Y qué haréis en el día del castigo? ¿A quién os acogeréis para que os ayude, cuando venga de lejos el asolamiento? ¿En dónde dejaréis vuestra gloria?4 Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.
Ver también Is 5.8–23; Jr 22.13–19; Mi 2.1–3
Isaías 5.8–23 (RVR60) — 8 ¡Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocuparlo todo! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra?9 Ha llegado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos, que las muchas casas han de quedar asoladas, sin morador las grandes y hermosas.10 Y diez yugadas de viña producirán un bato, y un homer de semilla producirá un efa. 11 ¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende! 12 Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos. 13 Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed. 14 Por eso ensanchó su interior el Seol, y sin medida extendió su boca; y allá descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su fausto, y el que en él se regocijaba. 15 Y el hombre será humillado, y el varón será abatido, y serán bajados los ojos de los altivos. 16 Pero Jehová de los ejércitos será exaltado en juicio, y el Dios Santo será santificado con justicia. 17 Y los corderos serán apacentados según su costumbre; y extraños devorarán los campos desolados de los ricos. 18 ¡Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta, 19 los cuales dicen: Venga ya, apresúrese su obra, y veamos; acérquese, y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos! 20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! 21 ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos! 22 ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida; 23 los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!
Jeremías 22.13–19 (RVR60) — 13 ¡Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin equidad, sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el salario de su trabajo! 14 Que dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y salas airosas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de bermellón. 15 ¿Reinarás, porque te rodeas de cedro? ¿No comió y bebió tu padre, e hizo juicio y justicia, y entonces le fue bien? 16 El juzgó la causa del afligido y del menesteroso, y entonces estuvo bien. ¿No es esto conocerme a mí? dice Jehová. 17 Mas tus ojos y tu corazón no son sino para tu avaricia, y para derramar sangre inocente, y para opresión y para hacer agravio. 18 Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de Joacim hijo de Josías, rey de Judá: No lo llorarán, diciendo: ¡Ay, hermano mío! y ¡Ay, hermana! ni lo lamentarán, diciendo: ¡Ay, señor! ¡Ay, su grandeza! 19 En sepultura de asno será enterrado, arrastrándole y echándole fuera de las puertas de Jerusalén.
Miqueas 2.1–3 (RVR60) — 1 ¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder!2 Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad.3 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí, yo pienso contra esta familia un mal del cual no sacaréis vuestros cuellos, ni andaréis erguidos; porque el tiempo será malo.
Ay sobre el mundo impío
Ap 8.13
Apocalipsis 8.13 (RVR60) — 13 Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!
Ver también Ap 12.12; Ap 18.10; Ap 18.16–17; Ap 18.19
Apocalipsis 12.12 (RVR60) — 12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.
Apocalipsis 18.10 (RVR60) — 10 parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!
Apocalipsis 18.16–17 (RVR60) — 16 y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! 17 Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos;
Apocalipsis 18.19 (RVR60) — 19 Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada!
Ay como una exclamación de infortunio sobre uno mismo
Ay como una consecuencia de circunstancias o eventos
Jr 10.19 Jeremías describe el dolor que siente ante la inminente destrucción de su nación. Ver también; 1 Sm 4.6–8; Sal 120.5–7; Jr 4.13
Jeremías 10.19 (RVR60) — 19 ¡Ay de mí, por mi quebrantamiento! mi llaga es muy dolorosa. Pero dije: Ciertamente enfermedad mía es esta, y debo sufrirla.
1º Samuel 4.6–8 (RVR60) — 6 Cuando los filisteos oyeron la voz de júbilo, dijeron: ¿Qué voz de gran júbilo es esta en el campamento de los hebreos? Y supieron que el arca de Jehová había sido traída al campamento. 7 Y los filisteos tuvieron miedo, porque decían: Ha venido Dios al campamento. Y dijeron: ¡Ay de nosotros! pues antes de ahora no fue así. 8 ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? Estos son los dioses que hirieron a Egipto con toda plaga en el desierto.
Salmo 120.5–7 (RVR60) — 5 ¡Ay de mí, que moro en Mesec, Y habito entre las tiendas de Cedar! 6 Mucho tiempo ha morado mi alma Con los que aborrecen la paz. 7 Yo soy pacífico; Mas ellos, así que hablo, me hacen guerra.
Jeremías 4.13 (RVR60) — 13 He aquí que subirá como nube, y su carro como torbellino; más ligeros son sus caballos que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque entregados somos a despojo!
Ay como consecuencia del pecado propio de uno
Lm 5.16
Lamentaciones 5.16 (RVR60) — 16 Cayó la corona de nuestra cabeza; ¡Ay ahora de nosotros! porque pecamos.
Ver también Is 3.8–9; Is 6.5
Isaías 3.8–9 (RVR60) — 8 Pues arruinada está Jerusalén, y Judá ha caído; porque la lengua de ellos y sus obras han sido contra Jehová para irritar los ojos de su majestad. 9 La apariencia de sus rostros testifica contra ellos; porque como Sodoma publican su pecado, no lo disimulan. ¡Ay del alma de ellos! porque amontonaron mal para sí.
Isaías 6.5 (RVR60) — 5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Ay como una consecuencia del llamado de Dios sobre la vida de uno
1 Co 9.16
1 Corintios 9.16 (RVR60) — 16 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!
Ver también Jr 45.1–5; Ez 2.9–3.11
Jeremías 45.1–5 (RVR60) — 1 Palabra que habló el profeta Jeremías a Baruc hijo de Nerías, cuando escribía en el libro estas palabras de boca de Jeremías, en el año cuarto de Joacim hijo de Josías rey de Judá, diciendo:2 Así ha dicho Jehová Dios de Israel a ti, oh Baruc:3 Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora! porque ha añadido Jehová tristeza a mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso.4 Así le dirás: Ha dicho Jehová: He aquí que yo destruyo a los que edifiqué, y arranco a los que planté, y a toda esta tierra.5 ¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jehová; pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde fueres.
Ezequiel 2.9–3.11 (RVR60) — 9 Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro. 10 Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes. 1 Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel.2 Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo.3 Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel. 4 Luego me dijo: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras. 5 Porque no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel. 6 No a muchos pueblos de habla profunda ni de lengua difícil, cuyas palabras no entiendas; y si a ellos te enviara, ellos te oyeran. 7 Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quiere oír a mí; porque toda la casa de Israel es dura de frente y obstinada de corazón. 8 He aquí yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos, y tu frente fuerte contra sus frentes. 9 Como diamante, más fuerte que pedernal he hecho tu frente; no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa rebelde. 10 Y me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo te hablaré, y oye con tus oídos. 11 Y ve y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y háblales y diles: Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o dejen de escuchar.
Ay como una exclamación de tristeza sobre otros
Ay sobre aquellos que no reconocen su propias necesidades
Lc 6.24–26
Lucas 6.24–26 (RVR60) — 24 Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo. 25 ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis. 26 ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.
Ay sobre aquellos que su religión los ciega y engañan a otros
Lc 11.52
Lucas 11.52 (RVR60) — 52 ¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis.
Ver también Mt 23.13–33; Lc 11.42–51
Mateo 23.13–33 (RVR60) — 13 Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando. 14 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación. 15 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros. 16 ¡Ay de vosotros, guías ciegos! que decís: Si alguno jura por el templo, no es nada; pero si alguno jura por el oro del templo, es deudor. 17 ¡Insensatos y ciegos! porque ¿cuál es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro? 18 También decís: Si alguno jura por el altar, no es nada; pero si alguno jura por la ofrenda que está sobre él, es deudor. 19 ¡Necios y ciegos! porque ¿cuál es mayor, la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda? 20 Pues el que jura por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él; 21 y el que jura por el templo, jura por él, y por el que lo habita; 22 y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, y por aquel que está sentado en él. 23 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. 24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello! 25 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. 26 ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio. 27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad. 29 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, 30 y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. 31 Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. 32 ¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres! 33 ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?
Lucas 11.42–51 (RVR60) — 42 Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello. 43 ¡Ay de vosotros, fariseos! que amáis las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas. 44 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! que sois como sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben. 45 Respondiendo uno de los intérpretes de la ley, le dijo: Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas a nosotros. 46 Y él dijo: ¡Ay de vosotros también, intérpretes de la ley! porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con un dedo las tocáis. 47 ¡Ay de vosotros, que edificáis los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres! 48 De modo que sois testigos y consentidores de los hechos de vuestros padres; porque a la verdad ellos los mataron, y vosotros edificáis sus sepulcros. 49 Por eso la sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán, 50 para que se demande de esta generación la sangre de todos los profetas que se ha derramado desde la fundación del mundo, 51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación.
Ay sobre aquellos que hacen pecar a otros
Mt 18.7
Mateo 18.7 (RVR60) — 7 ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!
Ver también Lc 17.1–3
Lucas 17.1–3 (RVR60) — 1 Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen!2 Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos.3 Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale.
Ay sobre aquellos que su juicio está por llegar
Lc 10.13–14
Lucas 10.13–14 (RVR60) — 13 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! que si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que sentadas en cilicio y ceniza, se habrían arrepentido. 14 Por tanto, en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón, que para vosotras.
Ay sobre aquellos que traicionan al Hijo del Hombre
Mt 26.24
Mateo 26.24 (RVR60) — 24 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.
Ay sobre aquellos que experimentan las señales del final de la era
Mt 24.19–21
Mateo 24.19–21 (RVR60) — 19 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; 21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.
Ay puede dar lugar al perdón, consuelo y liberación
Is 6.5–7
Isaías 6.5–7 (RVR60) — 5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. 6 Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; 7 y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
Ver también Is 29.1–8; Is 40.1–2 Después de los ayes de los primeros capítulos, Isaías ahora profetiza el consuelo que vendra para el pueblo de Dios; Jr 45.2–5; Lm 3.16–26
Isaías 29.1–8 (RVR60) — 1 ¡Ay de Ariel, de Ariel, ciudad donde habitó David! Añadid un año a otro, las fiestas sigan su curso.2 Mas yo pondré a Ariel en apretura, y será desconsolada y triste; y será a mí como Ariel.3 Porque acamparé contra ti alrededor, y te sitiaré con campamentos, y levantaré contra ti baluartes.4 Entonces serás humillada, hablarás desde la tierra, y tu habla saldrá del polvo; y será tu voz de la tierra como la de un fantasma, y tu habla susurrará desde el polvo.5 Y la muchedumbre de tus enemigos será como polvo menudo, y la multitud de los fuertes como tamo que pasa; y será repentinamente, en un momento.6 Por Jehová de los ejércitos serás visitada con truenos, con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor.7 Y será como sueño de visión nocturna la multitud de todas las naciones que pelean contra Ariel, y todos los que pelean contra ella y su fortaleza, y los que la ponen en apretura.8 Y les sucederá como el que tiene hambre y sueña, y le parece que come, pero cuando despierta, su estómago está vacío; o como el que tiene sed y sueña, y le parece que bebe, pero cuando despierta, se halla cansado y sediento; así será la multitud de todas las naciones que pelearán contra el monte de Sion.
Isaías 40.1–2 (RVR60) — 1 Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios.2 Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados.
Jeremías 45.2–5 (RVR60) — 2 Así ha dicho Jehová Dios de Israel a ti, oh Baruc:3 Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora! porque ha añadido Jehová tristeza a mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso.4 Así le dirás: Ha dicho Jehová: He aquí que yo destruyo a los que edifiqué, y arranco a los que planté, y a toda esta tierra.5 ¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jehová; pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde fueres.
Lamentaciones 3.16–26 (RVR60) — 16 Mis dientes quebró con cascajo, me cubrió de ceniza; 17 Y mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien, 18 Y dije: Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza en Jehová. 19 Acuérdate de mi aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel; 20 Lo tendré aún en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí; 21 Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. 22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. 23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. 24 Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. 25 Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. 26 Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.