La voluntad de Dios en la llenura del Espíritu

Mensaje 3: La promesa del Espíritu Santo.

“15Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 17Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. 18No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, 19hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; 20dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”

Introducción:

Continuando con nuestra serie sobre la voluntad de Dios, hoy apropiadamente llegamos al mensaje #3 La promesa del Espíritu Santo. En semanas anteriores estuvimos hablando sobre la voluntad de Dios en nuestra salvación y el sacrificio individual.

Hoy, la iglesia de Cristo en el mundo entero celebra Pentecostés. Pentecostés se refiere a la fiesta de las semanas o de la cosecha. Se celebraba 50 días después de la pascua y era una de las tres fiestas judías para las cuáles, la gente venía de todas partes y se reunían en Jerusalén. Para la naciente iglesia este día adquirió un significado especial: “El día en que el Espíritu Santo fue derramado sobre la iglesia”

Desarrollo:

Existen muchos mitos respecto al día de pentecostés dentro de la iglesia moderna. Pero lo principal es que no necesitamos de un día especial para que el Espíritu Santo venga sobre la vida de los creyentes. En el primer pentecostés, el Espíritu descendió sobre la iglesia, pero hoy no necesitamos que descienda sobre nosotros porque Él ya estén nosotros, desde el día de nuestra salvación.

Cuando oramos o cantamos que el Espíritu Santo descienda sobre nosotros o venga a este lugar, no lo hacemos porque Él necesite ser invocado para aparecer en un lugar. Lo hacemos en señal de reconocimiento de su obra en nosotros y su iglesia.

Y, si en Espíritu Santo está aquí y en nosotros, ¿Qué necesitamos entonces, o por qué deberíamos clamar? Por ser llenos de Él.

Veamos que podemos sacar del texto de hoy como enseñanza para nuestra vida.

1. Debemos poner cuidado a nuestra conducta.

Debemos poner cuidado a nuestra conducta.

“Mirad pues con diligencia como andéis…” (vivir, comportarse, conducirse) La manera en la cual nos comportamos es nuestra responsabilidad. Es el resultado de nuestras decisiones, prioridades y voluntad. El consejo de Pablo es el de “tener sumo cuidado en como nos conducimos” y seguidamente nos da dos posibles maneras de hacerlo:

Podemos conducirnos como necios o como sabios, los sabios aprovechan bien el tiempo, los necios viven sin hacerlo. ¿A qué se refiere exactamente Pablo? A que podemos vivir neciamente ignorando la voluntad de Dios en nuestra vida o ser entendidos en ello.

“Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.”

2. La voluntad del Señor es que seamos llenos de su Espíritu.

Y ¿Cuál es la voluntad del Señor? “sed llenos del Espíritu” La participación del Espiritu Santo en nuestra vida no es una opción, ni mucho menos el privilegio de algunos más “espirituales”. Es el resultado de nuestra salvación:

“14Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. 15Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” (detenerse en este texto y meditar en él)

El primer beneficio de importancia crítica que recibimos del Espíritu Santo en nuestras vidas es nuestra relación con Dios. Él nos guía a toda la verdad de Dios, Él nos conecta con Dios, Él es Dios!!! Y…. Habita en nosotros.

Imagine que usted solo tiene una comida a la semana, ¿Qué pasaría? Esa es la razón por la cual usted no solo como diariamente, sino que lo hace varias veces al día. Si nos preocupáramos por nuestro nivel de batería espiritual (cuán llenos del Espíritu podemos estar) de la misma manera que lo hacemos por comenzar nuestro día con el teléfono al máximo de carga, viviríamos vidas de poder extraordinario.

La vida diaria nos da infinidades de ejemplo de qué se puede hacer con mucha o poca energía. Poca energía en la batería de su auto no lo va a dejar siquiera arrancar; mucha energía concentrada en un punto puede derretir y soldar el metal.

“pero recibiréis poder (dunamis), cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”

“Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, 19con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.”

En el A.T. se narran muchas historias de fe asombrosas, donde sus protagonistas realizaron hechos sobrenaturales. En muchos de esos casos se menciona específicamente que “el Espíritu de Dios vino sobre ellos” capacitándolos para hacer algo fuera de su fuerza o sabiduría. (Sansón y la mayoría de los jueces, y otros)

Lo sucedido en pentecostés, fue precisamente provocado por la llegada del poder prometido “el Espíritu Santo” derramándose sobre la vida de los discípulos. Leer

Lo sucedido en pentecostés, fue precisamente provocado por la llegada del poder prometido “el Espíritu Santos” derramándose sobre la vida de los discípulos. Leer

Nosotros no necesitamos esperar un pentecostés para ser llenos del Espíritu. Inmediatamente después de este suceso, Pedro anunció el evangelio a la multitud. Y en respuesta a la pregunta de la gente: “¿Qué haremos?” Pedro dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”

3. ¿Cómo ser llenos del Espíritu?

Esta es la pregunta que debería estar martillando en sus cabezas en este momento.

Por supuesto, que ser llenos del Espíritu no es algo de una sola vez, debe ser una búsqueda diaria. Se necesita ser diligentes con nuestra lectura y contemplación de la Palabra de Dios y pasar tiempo en oración. Pero Pablo deja unos consejos prácticos y sencillos aquí:

“…antes bien sed llenos del Espíritu, 19hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; 20dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”

Hablando entre vosotros con salmos con himnos y cánticos espirituales.

Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales. Cantando y alabando al Señor en vuestros corazones. Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Con himnos y cánticos espirituales

Cantando y alabando al Señor en vuestros corazones.

Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Conclusiones:

¿Qué les parece si practicamos esto por un momento?

Lectura antifonal del (música de fondo: Espíritu Santo ven de Barac)

Espíritu Santo ven, de Barac

Llamar a los enfermos para ministración.

Llamar para ministrar a toda la congregación