Salvados para buenas obras RO 6:15-23
VC : La salvacion por gracia no lleva a una vida de pecado.
INTRO : En capitulos anteriores hemos aprendido de que la salvacion es por gracia la cual es un regalo gratuito de Dios sin las obras de la ley esta verdad mal interpretada por muchos los inclina a pensar que se puede ser salvos sin importar la clase de vida que se lleve.
El pecado es el poder más devastador, debilitante y degenerativo que haya entrado jamás a la raza humana. De hecho, su malignidad corrompió a la creación entera, la cual “gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora”
La Biblia caracteriza el pecado y sus efectos de muchas maneras. Se refiere a él como algo que envilece y contamina el alma
El pecado es llamado “trapo asqueroso” (Is. 30:22), y es comparado al “veneno de serpientes” y a “ponzoña cruel de áspides” (Dt. 32:33). Aun ciertas cosas que los hombres consideran justas son como un “trapo de inmundicia” (literalmente, “paño menstrual”) ante los ojos de Dios (Is. 64:6; cp. Zac. 3:3–4
Pablo se refiere al pecado como “toda contaminación de carne y de espíritu” (2 Co. 7:1) y a los pecadores como aquellos cuyas mentes y conciencias “están corrompidas” (Tit. 1:15
El pecado es incurable frente a los esfuerzos y la capacidad del hombre mismo. Aun si el hombre caído quisiera deshacerse del pecado, no podría hacerlo, así como a un etíope le resulta imposible mudar su piel y a un leopardo sus manchas (Jer. 13:23)
El pecado es opresivo y se cierne sobre toda la humanidad caída como las tinieblas sobre la noche. Domina la mente (Ro. 1:21), los afectos (Jn. 3:19–21), y la voluntad (Jer. 44:15–17).
¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? (6:15a)
Con su breve pregunta introductoria: ¿Qué, pues? El apóstol se anticipa nuevamente a las conclusiones falsas que sus antagonistas derivarían de su declaración según la cual los creyentes ya no están “bajo la ley, sino bajo la gracia” (v. 14b). Para ellos, la idea de no estar más bajo la ley, sino bajo la gracia era equivalente a quedar libre de toda restricción moral. “Si ya no es necesario obedecer la ley, y si la gracia de Dios cubre todos los pecados”, argumentarían ellos,
El propósito mismo de la gracia de Dios es libertar al hombre del pecado. ¿Cómo puede concebirse que la gracia justifique el hecho de continuar en el pecado?
¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? (6:16)