El mensaje de los 3 ángeles
PRIMER ÁNGEL
Adorad. Gr. proskunéo, “rendir homenaje”, “adorar”.
El sábado será un punto de especial controversia en la crisis final que se avecina (ver com. Apoc. 13:16).
SEGUNDO ÁNGEL
El pasaje parece ser un eco de Isa. 21:9
El mensaje de que cayó Babilonia fue predicado por primera vez por el movimiento adventista de los mileritas entre junio y agosto de 1844, y se aplicó a las iglesias que rechazaban el mensaje del primer ángel en cuanto al juicio (ver com. vers. 7). Este
El mensaje del cap. 18:2–4 anuncia la caída completa de Babilonia y exhorta al pueblo de Dios que aún está esparcido en las diversas organizaciones religiosas que componen a Babilonia, a separarse de ellas.
La antigua ciudad llamada Babilonia se hallaba en ruinas y desolación en los días de Juan (ver com. Isa. 13:19). Como
Bab-ilu (Babel o Babilonia) significaba en el idioma babilónico “puerta de los dioses”; pero los hebreos despectivamente lo asociaban con balal, palabra que en su idioma significaba “confundir” (ver com. Gén. 11:9).
Babilonia fue fundada por Nimrod (ver com. Gén. 10:10; 11:1–9)
TERCER MENSAJE
Debe notarse que esta amonestación tendrá aplicación después de que se haya curado la herida de muerte (ver com. cap. 13:3), y se forme la imagen de la bestia (ver com. vers. 14), y la marca de la bestia llegue a ser un asunto de capital importancia (ver com. vers. 16). El mensaje del tercer ángel, como se predica actualmente, es una advertencia en cuanto a los conflictos que están por llegar, una advertencia que hará entender a todos los hombres qué es lo que está comprometido en la lucha que ha comenzado y qué los capacitará para hacer una elección inteligente.
La figura del humo que sube para siempre sin duda proviene de Isa. 34:10, donde se describe la desolación de Edom. El antiguo profeta no vio en visión fuegos interminables porque después de la conflagración, de la cual dice “perpetuamente subirá su humo”, la tierra se convierte en un desierto de desolación habitado por animales salvajes (vers. 10–15). Lo que la figura denota es completa destrucción. Ver com. Mal. 4:1.