¿Qué es el Reino de Dios? (2)

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Definir lo que es el reino de Dios.

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HABLEMOS DE LA VIDA

Cuando las personas se quieren integrar a una , organización, empresa o incluso a una familia, muchas de ellas se integran sin saber cuál es el rol que deben desempeñar. Imagines a una persona que es parte de una y no sabe cómo vivir en su rol como padre, madre, hijo o hija . Respondamos a las preguntas:
— ¿Qué sería de la institución si una persona no conoce su rol dentro de ella?
— ¿Qué cosas cambiarían si viviera de acuerdo a su rol?
— ¿Cuál es el rol que tengo en el reino de Dios?
— ¿Cómo llego a ser parte del reino de Dios?
— ¿

ESCUCHEMOS A DIOS

1. ¿CÓMO GOBIERNA DIOS EN EL REINO? AUTORIDAD DELEGADA
Apocalipsis 1.5–6 TLA
6 Además, Cristo nos permite gobernar como reyes, y nos ha puesto como sacerdotes al servicio de Dios su Padre. Por eso, ¡alaben todos a Jesucristo, y que sólo él tenga todo el poder del mundo! Amén.
-5
El mismo Isaías que profetizó acerca de un rey también profetizó acerca de un reino, e indicó que el reino del Mesías sería gobernado por autoridad delegada. Este Rey reina hoy a través de sus súbditos. La autoridad del gobierno central es delegada en príncipes en sus diferentes niveles de autoridad. Según indica el apóstol Juan, él es “el soberano de los reyes de la tierra,” que “nos ama y que por su sangre nos ha librado de nuestros pecados.” Y agrega que él “ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su Padre”.
1 Pedro 1.9 RVR60
9 obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.
El mismo Isaías que profetizó acerca de un rey también profetizó acerca de un reino, e indicó que el reino del Mesías sería gobernado por autoridad delegada. Este Rey reina hoy a través de sus súbditos. La autoridad del gobierno central es delegada en príncipes en sus diferentes niveles de autoridad. Según indica el apóstol Juan, él es “el soberano de los reyes de la tierra,” que “nos ama y que por su sangre nos ha librado de nuestros pecados.” Y agrega que él “ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su Padre”
1 pedro
1 Pedro 2.9 RVR60
9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
Deiros, P. A. (2008). El Evangelio que proclamamos (p. 42). Buenos Aires: Publicaciones Proforme.
Pedro va a especificar más todavía el concepto al decir que nosotros somos “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
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Pedro va a especificar más todavía el concepto al decir que nosotros somos “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
Deiros, P. A. (2008). El Evangelio que proclamamos (p. 42). Buenos Aires: Publicaciones Proforme.
Isaías
Isaías 32.1–4 NTV
1 ¡Miren! ¡Se acerca un rey justo!, y príncipes honrados gobernarán bajo su mando. 2 Cada uno será como refugio del viento y resguardo de la tormenta; como corrientes de agua en el desierto y sombra de una gran roca en tierra reseca. 3 Entonces todo el que tenga ojos podrá ver la verdad, y todo el que tenga oídos podrá oírla. 4 Hasta los impulsivos estarán llenos de sentido común y de entendimiento; y los que tartamudean hablarán con claridad.
El mejor administrador es aquel que enseña a otros a gobernar en lugar de hacerlo todo personalmente. Tal es la imagen bíblica del Rey ungido, que delega sobre sus seguidores la tarea de ejercer autoridad y usar poder en su nombre. La semblanza que traza de él el profeta Isaías es bien ilustrativa en este sentido (ver ). Nótese que estas capacidades extraordinarias y sobrenaturales de los servidores del Rey ungido provienen de la autoridad delegada de su parte.
Mateo 6.10 RVR60
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Mateo
Así, pues, el Rey reina a través de príncipes que están sujetos en obediencia bajo su reinado. Y estos príncipes reciben autoridad del Rey para obrar en su nombre con toda autoridad y poder en el mundo. De este modo, el reino de Dios se hace manifiesto con todo poder y gloria a través de los seguidores de Jesús.
Así, pues, el Rey reina a través de príncipes que están sujetos en obediencia bajo su reinado. Y estos príncipes reciben autoridad del Rey para obrar en su nombre con toda autoridad y poder en el mundo. De este modo, el reino de Dios se hace manifiesto con todo poder y gloria a través de los seguidores de Jesús.
Mateo 6.10 RVR60
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Él mismo instruyó a sus discípulos a orar diciendo “Venga tu reino” y a clamar por aquel día cuando la voluntad de Dios será hecha “en la tierra como en el cielo” (). En razón de que el reino de Dios ya ha comenzado a venir en Jesús, sus discípulos son animados a manifestar las “señales” que confirman su presencia.
Él mismo instruyó a sus discípulos a orar diciendo “Venga tu reino” y a clamar por aquel día cuando la voluntad de Dios será hecha “en la tierra como en el cielo” (). En razón de que el reino de Dios ya ha comenzado a venir en Jesús, sus discípulos son animados a manifestar las “señales” que confirman su presencia.
2. ¿CÓMO SE PUEDE SER CIUDADANO DEL REINO? DERECHO DE NACIMIENTO
Deiros, P. A. (2008). El Evangelio que proclamamos (p. 42). Buenos Aires: Publicaciones Proforme.
Juan 3.3-
Juan 3.3–5 TLA
3 Jesús le dijo: —Te aseguro que si una persona no nace de nuevo no podrá ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le preguntó: —¿Cómo puede volver a nacer alguien que ya es viejo? ¿Acaso puede entrar otra vez en el vientre de su madre? 5 Jesús le respondió: —Te aseguro que si uno no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

Nace de nuevo: La persona que desea salvarse debe obedecer a Dios y cambiar su manera de vivir; es como si esa persona volviera a nacer para vivir una vida diferente. Ese cambio de vida es posible gracias al poder del Espíritu Santo.

Jesús vino para gobernar y establecer el gobierno de Dios sobre toda su creación, es decir, el reino de Dios. Como hijos e hijas de Dios, nosotros no somos ajenos a este proyecto, sino que estamos involucrados dinámicamente en él. Hay dos cuestiones a notar sobre este particular. Por un lado, nosotros entramos a su reino cuando nacemos del Espíritu Santo y rendimos nuestras vidas a sus pies.
Sociedades Bíblicas Unidas. (2002; 2003). Traducción en lenguaje actual; Biblia Traducción en lenguaje actual. Sociedade Bíblica do Brasil.
Nace de nuevo: La persona que desea salvarse debe obedecer a Dios y cambiar su manera de vivir; es como si esa persona volviera a nacer para vivir una vida diferente. Ese cambio de vida es posible gracias al poder del Espíritu Santo.
Jesús vino para gobernar y establecer el gobierno de Dios sobre toda su creación, es decir, el reino de Dios. Como hijos e hijas de Dios, nosotros no somos ajenos a este proyecto, sino que estamos involucrados dinámicamente en él. Hay dos cuestiones a notar sobre este particular. Por un lado, nosotros entramos a su reino cuando nacemos del Espíritu Santo y rendimos nuestras vidas a sus pies.
Jesús vino para gobernar y establecer el gobierno de Dios sobre toda su creación, es decir, el reino de Dios. Como hijos e hijas de Dios, nosotros no somos ajenos a este proyecto, sino que estamos involucrados dinámicamente en él. Hay dos cuestiones a notar sobre este particular. Por un lado, nosotros entramos a su reino cuando nacemos del Espíritu Santo y rendimos nuestras vidas a sus pies.
Colosenses 1.13–14 RVR60
13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
Por otro lado, nadie se une al reino, sino que se nace dentro de él por la obra del Espíritu Santo y al colocarnos bajo el señorío de Cristo. Nacemos en el reino y esto nos constituye en ciudadanos del mismo por derecho.
Por otro lado, nadie se une al reino, sino que se nace dentro de él por la obra del Espíritu Santo y al colocarnos bajo el señorío de Cristo. Nacemos en el reino y esto nos constituye en ciudadanos del mismo por derecho.
Por otro lado, nadie se une al reino, sino que se nace dentro de él por la obra del Espíritu Santo y al colocarnos bajo el señorío de Cristo. Nacemos en el reino y esto nos constituye en ciudadanos del mismo por derecho.
3. ¿CÚAL ES LA TEMPORALIDAD DEL REINO DE DIOS? El REINO DE DIOS PRESENTE Y FUTURO
A. EL REINO PRESENTE
Lucas 17.21 RVR60
21 ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.
Muchos judíos en tiempos de Jesús entendían que el reino de Dios era una realidad que los aguardaba en el futuro. Pero Jesús dejó bien en claro que el reino se había hecho presente en él y en medio de sus seguidores.
Deiros, P. A. (2008). El Evangelio que proclamamos (p. 43). Buenos Aires: Publicaciones Proforme.
Marcos
Marcos 1.15 RVR60
15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
Jesús inauguró su ministerio público anunciando el amanecer del reino en la tierra (; ). Por eso, el reino de Dios es una realidad futura y presente a la vez. El reino de Dios significa que ya está ocurriendo algo nuevo y que una nueva era está gestándose conforme a los designios eternos de Dios para la humanidad. Hay un nuevo orden de vida y una nueva manera de ver la realidad que ya está en operación. El reino de Dios ya está presente y en pleno desarrollo como realidad espiritual en las vidas de personas que reconocen el señorío de Cristo y viven en obediencia a él. Jesús y los apóstoles se refirieron a la realidad presente del reino en términos precisos.
B. EL REINO FUTURO
Mateo 7.21–22 TLA
21 »No todos los que dicen que yo soy su Señor y dueño entrarán en el reino de Dios. Eso no es suficiente; antes que nada deben obedecer los mandamientos de mi Padre, que está en el cielo. 22 Cuando llegue el día en que Dios juzgará a todo el mundo, muchos me dirán: “Señor y dueño nuestro, nosotros anunciamos de parte tuya el mensaje a otros. Y también usamos tu nombre para echar fuera demonios y para hacer milagros”.
mATEO
Jesús inauguró su ministerio público anunciando el amanecer del reino en la tierra (; ). Por eso, el reino de Dios es una realidad futura y presente a la vez. El reino de Dios significa que ya está ocurriendo algo nuevo y que una nueva era está gestándose conforme a los designios eternos de Dios para la humanidad. Hay un nuevo orden de vida y una nueva manera de ver la realidad que ya está en operación. El reino de Dios ya está presente y en pleno desarrollo como realidad espiritual en las vidas de personas que reconocen el señorío de Cristo y viven en obediencia a él. Jesús y los apóstoles se refirieron a la realidad presente del reino en términos precisos
1 Corintios 15.50 RVR60
50 Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
1 Cor
Sin embargo, si bien el futuro ha invadido el presente, este presente no expresa la plenitud anunciada para el futuro. Es decir, el reino de Dios es también una esperanza futura, una realidad escatológica. Quizás esta dimensión sea más importante que la anterior
El Evangelio que proclamamos Algo futuro, pero presente

Quizás esta dimensión sea más importante que la anterior (Mt. 7:21, 22; 19:23; 22:2–14; 25:1–13, 34; Lc. 22:29, 30; 1 Co. 6:9; 15:50; Gá. 5:21; Ef. 5:5; 1 Ts. 2:12; 2 Ti. 4:18; He. 12:28; 2 P. 1:11). En esta dimensión futura, el reino de Dios no será de una índole diferente de la actual, pero con el retorno glorioso de Cristo el reconocimiento y establecimiento del reino será perfeccionado en los corazones y las vidas humanas, de modo tal que las fuerzas ocultas del reino se manifestarán a plenitud. El actual gobierno espiritual de Cristo encontrará su consumación en un reinado majestuoso y visible.

Quizás esta dimensión sea más importante que la anterior (, ; ; ; , ; , ; ; ; ; ; ; ; ; ). En esta dimensión futura, el reino de Dios no será de una índole diferente de la actual, pero con el retorno glorioso de Cristo el reconocimiento y establecimiento del reino será perfeccionado en los corazones y las vidas humanas, de modo tal que las fuerzas ocultas del reino se manifestarán a plenitud. El actual gobierno espiritual de Cristo encontrará su consumación en un reinado majestuoso y visible.
2 Pedro 3.10-
2 Pedro 3.10–12 RVR60
10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. 11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!
No obstante, el reino de Dios, que ya se ha hecho presente en Cristo, está en proceso. El reino está siendo proclamado y se manifiesta con todo poder en medio de la realidad humana. Pero su manifestación plena no será el fruto de un proceso evolutivo o de un desarrollo paulatino. La Biblia enseña con claridad que el reino futuro será consumado y establecido de manera definitiva mediante grandes cambios cataclísmicos.
Mientras tanto, los ciudadanos del reino, que somos todos aquellos que nos hemos rendido al señorío de Cristo, seguimos trabajando en la proclamación y manifestación del reino que ya vino, pero que todavía no se manifiesta en toda su plenitud. En Cristo, el reino de Dios ya ha venido, pero él mismo nos enseñó a seguir orando por su venida (). Esta es la gran paradoja del evangelio del reino.
Mientras tanto, los ciudadanos del reino, que somos todos aquellos que nos hemos rendido al señorío de Cristo, seguimos trabajando en la proclamación y manifestación del reino que ya vino, pero que todavía no se manifiesta en toda su plenitud. En Cristo, el reino de Dios ya ha venido, pero él mismo nos enseñó a seguir orando por su venida (). Esta es la gran paradoja del evangelio del reino.
Deiros, P. A. (2008). El Evangelio que proclamamos (p. 44). Buenos Aires: Publicaciones Proforme.
Mateo
Deiros, P. A. (2008). El Evangelio que proclamamos (p. 44). Buenos Aires: Publicaciones Proforme.
Mateo 6.10 RVR60
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

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