SIGUIENDO SUS PASOS - Poder Interior
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Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Mucha gente no quiere tomar un compromiso con Dios por temor a fallarle, y está bien, porque es imposible agradar a Dios o cumplir con sus mandamientos humanamente.
Dios sabiendo esto, nos da poder, a todos los que creemos en Él y lo queremos seguir, para que andamos como Jesús anduvo en esta tierra.
Voy a compartir este mensaje en dos partes, una hoy y la otra el domingo que viene. Y voy a hablar del “poder” para vivir la vida cristiana.
En esta primera parte voy a hablar del poder interior que me da todo lo que necesito para agradar a Dios y vivir en Su voluntad.
La Biblia habla de una persona interior y una persona exterior.
Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
Hoy vamos a hablar de lo interior hacía Dios. La santidad, la obediencia y la adoración.
DESARROLLO:
DESARROLLO:
1. En Santidad.
1. En Santidad.
y nosotros hemos creído y conocido que Tú eres el Santo de Dios.
Jesús era el Santo de Dios. Como ya sabemos la palabra “santo” significa apartado para Dios. Y Jesús fue conocido, aún por lo demonios, como Santo.
diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.
El título de “El Santo de Dios” significa que Jesús es infinita y absolutamente santo, completa y perfectamente divino. Su ser es santo. Su carácter es santo. Su mente es santa. Sus motivos son santos. Sus palabras son santas. Sus acciones son santas. Sus caminos son santos. Sus juicios son santos. Desde lo alto de su cabeza hasta la planta de sus pies Él es Santo.
Y creo que nadie tiene problemas con eso… el tema se presenta cuando Dios nos pide que nosotros seamos totalmente santos como él.
sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
Nuestra meta es ser santos en toda nuestra manera de vivir, porque él es santo.
Esto significa que no hago nada para mí, sino que hago todo para él.
Si todavía estas haciendo las cosas para vos, entonces tenes que hacer todo para él y eso se llama conversión. Te tenés que convertir.
2. En Obediencia.
2. En Obediencia.
se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales.
Jesús fue obediente al Padre aunque eso lo llevara a la muerte. Es más, para que vean su humanidad y que no era tan fácil para él dice la palabra que él oró para que eso no aconteciera en su vida.
Mientras estuvo aquí en la tierra, Jesús ofreció oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía rescatarlo de la muerte. Y Dios oyó sus oraciones por la gran reverencia que Jesús le tenía.
Aunque era Hijo de Dios, Jesús aprendió obediencia por las cosas que sufrió.
Jesús fue obediente hasta la muerte, si bien oró, no negoció con Dios, ni tampoco se negó a hacer la voluntad del Padre.
De la misma manera, nosotros debemos seguir sus pasos, y debemos andar como él anduvo y ser obedientes cueste lo que cueste.
Cuando obedecen mis mandamientos, permanecen en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
No debemos negociar nuestra obediencia, porque muchas veces, cuando las cosas nos cuestan, porque la carne nunca quiere ni la santidad, ni la obediencia, entonces empezamos a decir pero bueno no soy tan malo, ni soy tan pecador como otros que yo conozco, yo sirvo al Señor, leo la Biblia, oro de vez en cuando, etc.
Pero cuando se trata de tal o cual cosa ahhh buennooo eso sí que no puedo… !
como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;
Me encanta porque Pedro nos cataloga de “hijos obedientes”.
Ser obediente, no es hacer las cosas porque las sentis, o las entendes, de repente no lo sentis ni lo entendes, pero al hacerlo igual vas a experimentar la bendición que hay detras de tu obediencia.
Si Jesús aprendió obediencia, aunque era el hijo de Dios, nosotros también debemos aprender a ser obedientes.
3. En Adoración.
3. En Adoración.
La adoración es el fruto de la santidad y la obediencia
Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.
Jesús vivía realmente para agradar al Padre en todo lo que hacía, por eso él es santo y obediente, y eso se llama adoración. Él constantemente expresaba su agradecimiento, alabanza y adoración al Padre.
En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.
Yo no creo en “adoradores” que no expresen públicamente su adoración al Padre. Porque cuando uno está agradecido, impactado, bendecido por el amor de Dios… no puede dejar de expresarlo en lo que habla, en lo que hace, en cómo vive. Se lo ve que es un adorador.
Pero justamente esto es el resultado de un estado interior de expectación y admiración por estar conectados espiritualmente con Dios.
Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Dios es Espíritu y la única forma de conectarme con él en adoración es a través de mí espíritu que se regocija, se llena de alegría por estar conectado a él.
Y cuando te conectas con el Señor en espíritu y comenzas a adorarlo no se puede disimular, se comienza a ver en tu vida un cambio, el Señor comienza a resplandecer en tu vida y tu vida ya no se guía por los deseos egoístas de la carne, sino por los deseos de Dios.
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Andar en el Espíritu significa andar en santidad, en obediencia y en adoración. Todo esto la carne no lo quiere, le parece una perdida de tiempo.
Pero aquellos que amamos a Dios no vamos a tener problemas en hacerlo, sabiendo que nuestra vida está siendo transformada por su amor.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
Andamos como él anduvo y seguimos sus pisadas porque estamos siendo transformados para reflejar su imagen.