Instrucciones para la Iglesia de Éfeso
LA ORACIÓN
Las características de nuestras oraciones. (2:1,8)
Las características de nuestras oraciones. (2:1,8)
1- Orar con fé
2- Orar conforme a Su voluntad
3- NO estar en desobediencia a Su Palabra
4-NO pedir para mal
5- Orar fielmente y no desmayar
Sin embargo, se considera que las súplicas tienen que ver con profundas necesidades específicas y conllevan la idea de mayor urgencia. Las oraciones indican algo más general, y se usa para todo tipo de expresiones, pero siempre dirigidas a Dios. Podría indicar las peticiones sobre necesidades permanentes en contraste con las particulares o específicas. Por otro lado, las intercesiones no tienen que ver con nuestro actual concepto de pedir algo a favor de otro; más bien la palabra indica la idea de tener una audiencia ante la presencia de un rey para hacerle un pedido. De este modo, el énfasis está en que los creyentes tienen el privilegio de un acceso directo e inmediato ante Dios.
Los receptores de nuestras oraciones (2:1e-2a)
por todos los hombres; 2por los reyes y por todos los que están en eminencia
Los motivos de nuestras oraciones (2:3a)
Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador
Los beneficios de nuestras oraciones (2:2b-c)
La oración por los que están en autoridad creará condiciones sociales favorables para los esfuerzos evangelísticos de la iglesia. Ante todo, cuando los creyentes están comprometidos a orar por todos sus líderes, esto quita cualquier pensamiento de rebelión o resistencia contra ellos. Convierte al pueblo de Cristo en pacificadores, no en reaccionarios. Como le escribió Pablo a Tito:
Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros (Tit. 3:1–3).
Pablo llama otra vez a los creyentes a la tranquilidad y la sumisión a los gobernantes paganos y apóstatas que estaban sobre ellos. Nos insta a estar sujetos, deseosos de hacer el bien, a nunca calumniar o contender, a ser mansos y considerados, porque entendemos que son pecadores como lo éramos nosotros, incapaces de actuar con justicia.
Sin embargo, eso no quiere decir que la vida cristiana esté libre de problemas. “Y también”, escribe Pablo en 2 Timoteo 3:12, “todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución”.
Sin embargo, eso no quiere decir que la vida cristiana esté libre de problemas. “Y también”, escribe Pablo en 2 Timoteo 3:12, “todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución”.