Yo Amo Al Señor

Yo Amo Al Señor

Salmo 116:1—4

Introducción:

v     Hace algún tiempo mi esposa y yo vimos una película, un tanto triste.  Llevaba por título “The Notebook” (La Libreta).

v     Esta película muestra una historia de amor.  Nos muestra como un hombre trata día tras día de reconquistar el amor de su esposa, cuya memoria esta simplemente desapareciendo.  Ella no se acuerda de su esposo, sin embargo, él la busca día tras día y le lee una historia de amor que tienen guardada en su libreta.  Por breves momentos, ella recuerda quienes son esos dos jóvenes y entonces recuerda a su esposo.  Pero tan pronto como lo recuerda, se olvida de él y vuelve todo el proceso.  La historia termina en un momento de lucidez donde ellos se abrazan tiernamente y durante su sueño, mueren abrazados tiernamente, compartiendo su amor.

v     Yo creo que el Salmista Amaba al Señor de esa misma forma. 

v     Su deseo era, sobre todas las cosas, estar en la Presencia de Dios para Experimentar el inmenso amor del Señor. 

v     Yo quiero compartir contigo tres Verdades con respecto a nuestro amor por el Señor. 

I.                   Amamos al Señor Cuando Experimentamos Su Amor (v. 1)

v     Yo quiero compartir contigo un principio Bíblico contigo: Nosotros experimentamos el Amor del Señor cuando llegamos a Conocerle a través de una relación íntima con El.

v     Por eso el Salmista puede escribir: “Yo amo al Señor porque él escucha mi voz suplicante; Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida” (Salmo 116:1-2).

v     El Salmista esta diciendo: Yo amo al Señor, porque yo he Experimentado Su amor en mi vida de una forma Real.

v     Por eso yo Invoco al Señor toda mi vida.

v     Lo que esto quiere decir es lo siguiente: Cuando invocamos el nombre de Dios, estamos buscando la Presencia del Señor. 

v     Por lo tanto, si nosotros proclamamos que amamos al Señor, entonces, tenemos que Imitar al Salmista… Tenemos que Buscar su presencia todos los días de nuestras vidas… Tenemos que Depender totalmente de él... Tenemos que entrar en esa Relación personal con él…   

v     El Deseo primordial de Dios es que nosotros entremos en esa relación de amor con él.

v     Escucha lo que nos dice la Palabra: “Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. Queridos hermanos, ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros” (1 Juan 4:7-11).

v     Cuando nos damos cuenta de que el Señor nos ama de esa forma tan maravillosa, nosotros podemos hacer Eco a las palabras del Salmista.  YO TE AMO SEÑOR

v     Juan nos dice: “En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros” (1 Juan 3:16).

v     Recuerda, nuestro amor por el Señor es siempre una Reacción a Su amor por nosotros: “Nosotros le amamos a él, porque el nos amó primero” (1 Juan 4:19).

v     Esta es la Esencia del amor de Dios por nosotros.

II.                Amamos Al Señor Cuando Confiamos en Él  (v. 4)

v     Déjame darte otro concepto Bíblico: Nosotros Amamos al Señor cuando Confiamos en él y Permitimos que él sea quien dirija nuestras vidas.

v     El Salmista nos muestra que esta es la verdadera forma en que nosotros Mostramos nuestro amor por el Señor.

v     Creo que podemos decir sin temor a equivocarnos, que nosotros llegamos a confiar en el Señor a medida en que Experimentamos su presencia y su amor en nuestras vidas.

v     Escucha lo que escribe el Salmista: “Entonces clamé al Señor: ¡Te ruego, Señor, que me salves la vida! El Señor es compasivo y justo; nuestro Dios es todo ternura. El Señor protege a la gente sencilla; estaba yo muy débil, y él me salvó. ¡Ya puedes, alma mía, estar tranquila, que el Señor ha sido bueno contigo! Tú me has librado de la muerte, has enjugado mis lágrimas, no me has dejado tropezar. Por eso andaré siempre delante del Señor en esta tierra de los vivientes. Aunque digo: Me encuentro muy afligido, sigo creyendo (confiando) en Dios” (Salmo 116:4-10).

v     En otras palabras, no importa mi Situación, no importan los Problemas, no importa cuan Débil me encuentre, aunque ande en Valle de sombra de muerte…

v     Yo puedo Confiar en el Señor…

v     Puedo estar Tranquilo… me ha Librado de la muerte… Él ha Enjugado toda lágrima… Él ha guardado nuestro pie de Tropiezo…

v     El Salmista termina esta porción diciendo: ¿Afligido?  Sigo Confiando en el Señor.

v     Escucha lo que nos dice la Palabra en esta mañana: “Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna. Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido” (1 Juan 5:13-15)

v     Si nosotros amamos al Señor… si nosotros estamos en esa relación personal con el… entonces, Sus Promesas son nuestras.

v     Esta es nuestra confianza: Podemos Venir a él y él nos oye.  Podemos estar seguros de que ya tenemos todo lo que le hemos pedido.

III.             Amamos al Señor Cuando Le Obedecemos (vv. 12-19)

v     Yo quiero que tengas muy claro que a veces nosotros decimos cosas que en realidad no Sentimos. 

v     ¿Estás Enojado?  NO. YO NO… Cuando por dentro estamos muriéndonos de rabia.  ¿Estás Bien?  Si yo estoy bien… cuando estamos a punto de desmoronarnos… ¿Me entiendes?

v     Si nos preguntan ¿Tu Amas al Señor?  Nuestra respuesta es inmediata: SI YO AMO AL SEÑOR…

v     Pero como dicen en mi país: ¡Por La Boca Es Un Mamey!

v     Escucha lo que dice la Palabra con respecto a aquellos que verdaderamente aman al Señor: “¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él… "Le contestó Jesús: —El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él. El que no me ama, no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías sino del Padre, que me envió” (1 Juan 14:21, 23-24).

v     Por lo tanto, “¿Quién es el que Ama verdaderamente al Señor?:

v     No es aquel que lo dice con Palabras

v     No es aquel que Pretende tener una relación verdadera con él

v     No es aquel que Nació en un hogar Cristiano

v     No es aquel que muestra una Apariencia de Piedad.

v     El que ama verdaderamente al Señor es aquel que hace suyos los Mandamientos del Señor y vive una vida de Obediencia absoluta delante del Padre celestial.

v     Juan nos dice que el que no ama al Señor, simplemente no Obedece las Palabras del Señor.

v     Y por consiguiente, cuando vivimos una vida de desobediencia no tenemos Comunión con el Padre.

Conclusión:

v En Deuteronomio 32:46-47, Moisés les habla estas palabras al pueblo:

“Y les dijo: Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las mandéis a vuestros hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley. Porque no os es cosa vana; es vuestra vida, y por medio de esta ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.”

v     El salmista entendía, ciertamente, que el Señor era su vida.

v     Ahora, ¿podemos nosotros hacer eco a esas palabras?

v     Señor, Tu eres mi vida… Tus palabras son como miel en mi boca… Te Amo Señor…

v     Proverbios 27:7 nos dice: “Al que no tiene hambre, hasta la miel lo empalaga; al hambriento, hasta lo amargo le es dulce.”

v     Tienes hambre de Él… Le Amas… Entonces, comienza a ajustar tu vida a él… comienza a obedecerle…