La Ley y la libertad
| La Ley y la libertad I
ntroducción a la lección: En general, todos estamos de acuerdo en que tenemos una relación personal con Dios gracias a Jesucristo. Si examinamos el motivo de nuestras acciones, muchas veces descubrimos que ambos grupos creen en realidad que de alguna manera nos tenemos que ganar el favor de Dios. ¿Que dice la Biblia? En esta lección trataremos de descubrir cómo podemos vivir piadosamente por el poder del Espíritu Santo.
I. Libres del legalismo.
A. Muertos a la Ley. Romanos 7: 1-6 ¿Qué efecto tienen a diario las leyes en nuestra vida? Las leyes gobiernan la conducta; nuestra forma de interactuar los unos con los otros. Hay leyes que prohíben ciertas formas de comportamiento, como el conducir un auto después de haber ingerido bebidas alcohólicas. Otras exigen ciertas formas de conducta como la atarse al cinturón de seguridad mientras se va en auto en marcha las leyes tienen su impacto en todos los aspectos de nuestra vida. En Romanos 6: 14 Pablo dice a los creyentes de Roma que no estaban “bajo la ley, sino bajo la gracia”.
En Romanos 7 regresa a su tema con el fin de explicar lo que estaba significando. Las leyes tienen como propósito gobernar la sociedad. Están pensadas para gobernar la interacción entre las personas. Ordenan y protegen los derechos de las personas. Si alguien ya no está vivo, a cesado su obligación de obedecer esas leyes en realidad le imposible obedecerlas.
Pablo aplica con la ilustración del matrimonio la vida del creyente. Los creyentes por el hecho de haber muerto con Cristo, han muerto a la ley v.4. No tienen obligación con respecto a la ley para ganar el favor de Dios solo por identificarse con Cristo. Están libres de la obligación de ley, ahora están unidos a Cristo; así es como reciben el poder para llevar una vida agradable ante Dios.
B. Manténgase firme en su libertad. Gálatas 5;1-6 La vida nueva del creyente en Cristo lo liberta de la esclavitud al pecado y también de la obediencia a la Ley. A causa de esto, el apóstol insta a los cristianos a que “estén firmes” en la libertad que Cristo les trajo (Gálatas 5:1).
Una vez que han sido hechos libres los creyentes necesitan madurar en Cristo, a fin de no volver a estar “otra vez sujetos al yugo de esclavitud”. Jesús liberta a los creyentes de las obligaciones de la ley para obtener la justificación. Los creyentes no tenemos la obligación de obedecer la ley a fin ser justificados por Dios.