La oracion de los valientes.
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1. Un Dios justo.
1. Un Dios justo.
Léxico Griego-Español del Nuevo Testamento ἐκδίκησις, εως, ἡ.
ἐκδίκησις, εως, ἡ. Venganza, castigo, retribución.
2Diciendo: Había un juez en una ciudad, el cual ni temía á Dios, ni respetaba (griego:entrepomenos) á hombre.
2Diciendo: Había un juez en una ciudad, el cual ni temía á Dios, ni respetaba (griego:entrepomenos) á hombre.
3Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía á él diciendo: Hazme justicia de mi adversario.
3Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía á él diciendo: Hazme justicia de mi adversario.
2Diciendo: Había un juez en una ciudad, el cual ni temía á Dios, ni respetaba (griego:entrepomenos) á hombre. 3Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía á él diciendo: Hazme justicia de mi adversario. 4Pero él no quiso por algún tiempo; mas después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo á Dios, ni tengo respeto á hombre, 5Todavía, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, porque al fin no venga y me muela (griego: hypopiaze). 6Y dijo el Señor: Oíd lo que dice el juez injusto.
4Pero él no quiso por algún tiempo; mas después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo á Dios, ni tengo respeto á hombre,
4Pero él no quiso por algún tiempo; mas después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo á Dios, ni tengo respeto á hombre,
5Todavía, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, porque al fin no venga y me muela (griego: hypopiaze). 6Y dijo el Señor: Oíd lo que dice el juez injusto.
5Todavía, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, porque al fin no venga y me muela (griego: hypopiaze). 6Y dijo el Señor: Oíd lo que dice el juez injusto.
El juez y la viuda representan lados opuestos del espectro social. El juez es el epitome del poder – no está atado por decisiones de jurado ni por cortes de apelación – y la viuda es el epitome de la incapacidad.
El juez y la viuda representan lados opuestos del espectro social. El juez es el epitome del poder – no está atado por decisiones de jurado ni por cortes de apelación – y la viuda es el epitome de la incapacidad.
“Había un juez en una ciudad, el cual ni temía á Dios, ni respetaba (entrepomenos) á hombre” (v.
2). Moisés encargó a los jueces que rindieran decisiones justas y honestas sin importar el estatus económico o social de quien las pidiera () – pero no podemos esperar justicia de este juez, que no teme a Dios ni respeta al hombre.
Temer a Dios es un atributo positivo en ambos el Antiguo y el Nuevo Testamento. Cuando Josafat eligió jueces sobre Judá, les aconsejó, “Sea pues con vosotros el temor de Jehová; guardad y haced: porque en Jehová nuestro Dios no hay iniquidad, ni acepción de personas, ni recibir cohecho” ().
Lucas ha mencionado que “su misericordia de generación á generación a los que le temen” (1:50). Cuando Jesús dice que este juez no teme a Dios, nos indica que no podemos confiar en él.
La palabra traducida “respeto” en la NRSV (entrepomenos) tiene que ver con orgullo en la vergüenza, y aquí debe traducirse como “no tiene vergüenza” (Bailey,Through Peasant Eyes, 132).
Una construcción paralela en nuestra cultura podría ser un loco social – una persona sin conciencia o compasión.
“Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía á él diciendo: Hazme justicia de mi adversario” (v. 3). En ambos Testamentos, las viudas simbolizan vulnerabilidad.
“Pero él no quiso por algún tiempo” (v. 4a). Quizá el juez esté esperando un soborno. Quizá reserve tratamiento favorable para los más ricos e influyentes. Quizá solamente quiere que no le molesten.
• Dios tiene un afecto particular para viudas, huérfanos, y extranjeros ().
• Igual que Dios sacó a los israelitas de su cautividad egipcia, Dios exige que Israel libere a otra gente vulnerable ().
• Los que no cumplen con esta responsabilidad serán maldecidos ().
• Dios matará la persona que abusa de viudas y huérfanos, y las esposas de los que abusan serán viudas ().
• En el Nuevo Testamento, Jesús condena aquéllos que “devoran las casas de las viudas” (20:47).
• La temprana iglesia sustentaba las viudas ().
• Viudas se honran por su dependencia en Dios ().
Esta viuda, como el hombre que exigía pan de su vecino durante el medio de la noche (11:5-8), prosigue con sus preguntas. Su carácter animado es inusual para una mujer en una sociedad patriarcal, pero ella tiene el peso de la escritura y justicia a su favor. Vive una alta moralidad, y todos lo saben. El juez no toleraría este comportamiento por parte de un hombre, pero aún un juez que no tiene vergüenza debe ejercer frente una mujer que disfruta de la protección de la escritura y la simpatía de la comunidad.
“Pero él no quiso por algún tiempo” (v. 4a). Quizá el juez esté esperando un soborno. Quizá reserve tratamiento favorable para los más ricos e influyentes. Quizá solamente quiere que no le molesten.
“mas después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo á Dios, ni tengo respeto á hombre, Todavía, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, porque al fin no venga y me muela”(vv. 4b-5a). A este juez no le importa ni Dios ni nadie, pero sí le importa su propia privacidad y comodidad. Por lo tanto, decide conceder justicia para la viuda, no porque es la cosa correcta que ha de hacer, sino porque quiere librarse de ella.
“porque al fin no venga y me muela” (v. 5b). La palabra traducida como “me muela” (NRSV) eshypopiaze – literalmente, “pegar debajo del ojo.” Aunque al juez no le importen ni Dios ni hombre, reconoce que esta mujer puede traerle problemas. Existen dos posibilidades por la preocupación del juez:
• Una es que simplemente está cansado de su presencia y la molestia que le causa y que quiera deshacerse de ella.
• La otra es que puede recibir un “puñetazo en el ojo” de la comunidad si maltrata una viuda. Algunos eruditos descartan esta explicación porque Jesús nos dice que este juez “ni temía á Dios, ni respetaba á hombre” (v. 2). Sin embargo, jueces tienden ser astutos en la política. Puede que este juez no respete la gente y que no tenga ningún sentido de vergüenza, pero reconoce que la gente espera que él ayude a las viudas. Negarse continuadamente a hacerlo podría dañar su posición en la comunidad – podría costarle su trabajo.
Pero, para nuestra comprensión de esta parábola no hace ninguna diferencia saber por qué este juez le da a la mujer lo que quiere. Este juez no es un “suplente” de Dios. En vez, esta parábola contrasta a este juez malicioso con nuestro Dios amoroso.
“Y dijo el Señor: Oíd lo que dice el juez injusto” (v. 6). “Este versículo clarifica el punto de la parábola entera. Aún si un juez injusto puede ser influido a hacer justicia, ¿cuánto más escuchará el Dios justo la oración persistente de los suyos?” (Fitzmyer, 1180).
. ¿NO HARÁ DIOS JUSTICIA?
. ¿NO HARÁ DIOS JUSTICIA?
7¿Y Dios no hará justicia á sus escogidos (griego: elekton), que claman á él día y noche, aunque sea longánime acerca de ellos? 8Os digo que los defenderá presto. Empero cuando el Hijo del hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra?
“¿Y Dios no hará justicia á sus escogidos (elekton), que claman á él día y noche? (v. 7a). Jesús argumenta de menor a mayor. Si el juez injusto hace lo correcto para esta viuda, aunque sea por razones equivocadas, ¿no podemos esperar que Dios haga lo correcto por nosotros? ¿No podemos esperar que un Dios cariñoso vindique a “sus escogidos”?
La idea de ‘los selectos’ (es decir, los elegidos de Dios) es tradicional en el Antiguo Testamento y la temprana cristiandad” (Green, 642). Ejemplos comienzan con el primer libro del Antiguo Testamento () y se extienden a lo largo del último libro del Nuevo Testamento (Revelación 17:14). Israel es el pueblo elegido de Dios (, etcétera). A Jesús se le llama “el Elegido” (9:35). La iglesia es la elegida de Dios (; ; ; ; ; ).
“que claman á él día y noche” (v. 7a). Esta historia sugiere “que cada palabra de oración debe llegar a la profundidad del corazón donde solo se puede llegar por medio de incesante iteración” (Bonhoeffer,Life Together). La pasión de los que imploran a Dios día y noche nos recuerda a la oración de Jesús justo antes de su muerte. “Y estando en agonía, oraba más intensamente: y fue su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (22:44). El Padre no respondió eliminando el vaso de su sufrimiento, sino redimiéndolo.
“aunque sea longánime acerca de ellos” (v. 7b). El griego es kay makrothumei ep autois – literalmente “es paciente o sufre con ellos a la larga.”
“Os digo que los defenderá presto” (v. 8a). La viuda solo pide justicia y el juez solo concede justicia. Esta parábola no sugiere que Dios escriba cheques en blanco. En vez, la oración incesante pule los bordes duros de nuestras vidas hasta que nuestra voluntad va conformándose a los propósitos redentores de Dios, haciendo correcto que Dios responda a nuestras súplicas.
Puede que la justicia de Dios nos parezca lenta porque Dios mide tiempo desde una perspectiva más completa. No obstante, podemos estar seguros que Dios vindicará los que ha escogido.
En tiempos difíciles oímos decir, “lo único que podemos hacer es rezar” – como si la oración fuese una débil sustitución para remedios significativos. Esta parábola enseña que la oración es, por si misma, un remedio significativo – algo que involucra el poder de Dios, haciendo todo posible.
Gran parte de eruditos interpretan versículos 7-8 como la promesa que Jesús volverá pronto. Pero en su discurso anterior de la venida del reino, Jesús dijo, “el reino de Dios entre vosotros está” (17:21), y advirtió que antes de poder regresar el Hijo del Hombre, “es necesario que padezca mucho, y sea reprobado de esta generación” (17:25).
“Empero cuando el Hijo del hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra?” (v. 8b). Podemos estar seguros que Dios es fiel, pero menos seguros de nuestra propia fe. Seguro que Lucas se preocupa por los cristianos de su época, quienes están en peligro de perder esperanza. ¿Se desilusionarán? – o ¿persistirán en oración hasta ser vindicados? Cuando regrese el Hijo del Hombre, ¿encontrará a cristianos fieles esperándole?