Juan el Bautista

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Cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 25 Más ¿qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que tienen vestidura preciosa y viven en deleites, en los palacios de los reyes están. 26 Más ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. 27 Este es de quien está escrito: He aquí, envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti. 28 Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él. 29 Y todo el pueblo y los publicanos, cuando lo oyeron, justificaron a Dios, bautizándose con el bautismo de Juan. 30 Más los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan. 31 Y dijo el Señor: ¿A qué, pues, compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes? 32 Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, que dan voces unos a otros y dicen: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no llorasteis. 33 Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. 34 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. 35 Más la sabiduría es justificada por todos sus hijos.
24Cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 25Mas ¿qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que tienen vestidura preciosa y viven en deleites, en los palacios de los reyes están. 26Mas ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. 27Este es de quien está escrito:
He aquí, envío mi mensajero delante de tu faz,
El cual preparará tu camino delante de ti.
28 Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él. 29Y todo el pueblo y los publicanos, cuando lo oyeron, justificaron a Dios, bautizándose con el bautismo de Juan. 30Mas los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan.
31 Y dijo el Señor: ¿A qué, pues, compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes? 32Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, que dan voces unos a otros y dicen: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no llorasteis. 33Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. 34Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. 35Mas la sabiduría es justificada por todos sus hijos.

INTRODUCCION.

Hoy vamos a hablar respecto del testimonio de Juan el bautista.
Pero no podemos omitir los versículos inmediatos anteriores, se predico del momento de duda en la vida de Juan el Bautista.
Juan envía a dos de sus discípulos para in preguntarle a Jesús si el era el Cristo profetizado en el AT, o si debía esperar a a otro, Esto se da en el contexto en el que Juan el bautista esta dentro de una cárcel. Juan había estado acostumbrado a predicar en el desierto sin limitaciones de repente ve su vida resumida a una fría húmeda y solitaria celda.
Para estos momentos desconocemos cuantos tiempo es que Juan llevaba preso en la cárcel y es en ese entorno y ente momento de su vida que la duda asalta los pensamientos del profeta respecto si Jesús era o no era el Mesías profetizado.
Lo que sucede con Juan el Bautista, es un ejemplo revelador que nos muestra que incluso grandes hombres de los que Dios ha atestiguado de su fe, an atravesado durante su vida por algún momento de duda.
La Biblia nos muestra que Juan el Bautista no tuvo ninguna duda de la figura y del papel de Cristo cuando lo conoció personalmente.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
En esto momentos Juan estaba desarrollando su ministerio en libertad, y en esos momentos Juan hace una afirmación contundente
Juan 1.26 RVR60
Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.
Juan 1.29 RVR60
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
En esto momentos Juan estaba desarrollando su ministerio en libertad, y en esos momentos Juan hace una afirmación contundente
No cabe duda en esta declaración de Juan sobre su convicción de Sobre Jesús.
1 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. 34 Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
No hay espacio en su declaración publica para la duda, con una convicción tal que no daba espacio para la duda.
Juan 1.31–34 RVR60
Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
Juan 1 31.34
Juan 1.31–33 RVR60
Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
No hay espacio en su declaración publica para la duda, con una convicción tal que no daba espacio para la duda.
Su declaraciones tenía impacto en la feligresía que le escuchaba. Y es que la figura de Juan el Bautista era la de un hombre respetado por todo el pueblo pues gran cantidad de gente iba a escuchar su predicación al Jordan, incluso el propio Herodes tenía miedo de meterse con el por la vida tan recta de este Hombre, porque todo el pueblo lo tenía como un profeta de Dios ; aun incluso la elite de los religiosos de aquel tiempo veían en Juan a un gran profeta y tenían sus reservas de meterse con el..
Juan el Bautista entonces se levantaba como un hombre recto, valiente, que declaraba el mensaje de Dios sin temor alguno, reconociendo quien era Jesús, el cordero de Dios que quita el pecado. Un hombre que no comprometía la predicación por miedo al rechazo publico.
Tampoco le hacía mella la critica, sin importar el rechazo de los amigos, la familia, que se levantara la persecución por el tono de su discurso.
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
Juan el Bautista fue testigo presencial en el momento del bautismo de Jesús, fue un privilegiado que escucho aquella voz que certificaba el testimonio del Padre hacia el Hijo. (lo sobrenatural)
Mateo 3.16–17 RVR60
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
Mateo 3.16 RVR60
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
Juan el bautista fue testigo presencial en el momento del bautismo de Jesús, fue un privilegiado que escucho aquella voz que certificaba el testimonio del Padre hacia el Hijo. (lo sobrenatural)
Esto seguramente esto afirmaba más la convicción que el profeta tenía sobre Jesús.
Las circunstancias sin embargo, las terribles situación en la que estaba, encarcelado injustamente, abandonado por muchos de sus seguidores, sabiendo que Jesús estaba haciendo milagros y actuando en la vida de otros, pero no en su propia situación, llevo al profeta a un momento de duda. “Si Jesús era el Mesías ya me hubiera sacado de aquí”. Las circunstancias pueden llegar a influir en nuestra percepción espiritual.
Ante esta situación Jesús regresa a los dos emisarios de Juan “ Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; 23 y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí.”
Al igual que Juan todos estamos expuestos a un momento de duda, sin embargo no se trata de quedarse en la duda, sino en superar estos momentos de duda.
Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; 23y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí.
Sin embargo no debemos perder de Vista que Juan era un hombre de gran impacto en su entorno.
Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, 6 y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.
Mas o menos un viaje de 100 Km, algo muy complicado en esa época. (nada que ver con el día de hoy).

5Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, 6y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.

Mateo 3.5–6 RVR60
Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.
mat 35-6
Mas o menos un viaje de 100 Km, algo muy complicado en esa época. (nada que ver con el día de hoy).
Nadie saldría a escuchar a un hombre que no estuviera seguro en sus convicciones.
No debemos perder de vista, que no solamente la gente recorría una enorme distancia para escuchar el mensaje que Juan predicaba, sino que la predicación de Juan era tan impactante, porque estaba llena de la verdad de Dios, que incluso las multitudes venía y se bautizaban.
Y es que para nosotros la idea del bautismo ya es algo hasta cierto punto familiar, pero en aquellos días el bautismo para las judíos estaba reservado para los prosélitos (quienes siendo gentiles de nacimiento, se convertían al judaísmo).
El simple hecho de que los judíos aceptaran ser bautizados por Juan implicaba, que ellos mismos estaban aceptando su necesidad de arrepentimiento de pecados, reconocían que estaban fuera de los pactos y las promesas de Dios y que no eran mejores que los no judíos.
Y esto es algo que muchos que piensan que por ser decirse que ya son cristianos, o porque asisten a la iglesia, o ofrendan, ya han ganado el favor de Dios, pero sin vida de arrepentimiento.
El mensaje de Juan reflejaba su fuerte convicción por la verdad, que incluso aún cuando le pudiera poner en una situación incomoda contra aquellos que tenían el poder; aun cuando pudiera perder alguna relación o sufrir el desprecio de los demás, Juan no comprometió la verdad por ningún motivo.
Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: (Buenas tardes querido Fariseo, saludase unos a otros) ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?.
La predicación de Juan siempre fue un compromiso con la verdad de Dios, por encima de los compromisos con quienes podía recibir alguna clase de reconocimiento o beneficio temporal.
Su compromiso con la verdad le implico un alto costo, pues la situación en la que en este momento Juan se encontraba, era su compromiso con la verdad. (en la cárcel por denunciar la vida inmoral de Herodes, el rey de Judea).
Es en esas condiciones en la que Juan se encuentra, que aparece la duda respecto a Jesús, si el era el Mesías, pues si era el así, como era posible que todos aquellos milagros estuvieran teniendo efectos y el no pudiera ser participe de ellos.
Reitero, una vez más, que todos estamos expuestos mientras estemos en esta carne a poder pasar por un momento de duda en nuestra confianza en Dios, ninguno esta exentos de no vivirlo, pero no es que lo experimentemos, sino que lo enfrentemos y salgamos adelante confiando más plenamente en Cristo.
Y es que al experimentar una situación de esa naturaleza, muchos voces pueden levantarse en el tenor “No pues, no que predicaba con tanto fuego, no pues no que enseñaba, no que hacia, etc) y esto es muy diferente a alguien que ha abandonado el andar del creyente, por una vida de practica del pecado. Son dos cosas diferentes.
Así que una vez que Jesús envió de vuelta a los enviados de Juan, El Señor mismo hace una serie de preguntas retóricas a sus oyentes que hasta hace un corto tiempo habían escuchado a Juan.
Cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?
Y es que el Señor aquí saca del error a aquellos que pudieran estar pensando mal de Juan, a causa de su pregunta.
Juan era un hombre de convicciones firmes, no era un indeciso que se dejaba llevar de aquí para allá por las opiniones de los demás, al contrario era un hombre de convicciones fuertes, inquebrantables.
Su compromiso por la verdad era lo que precisamente, tenía a Juan en la cárcel, ese mismo compromiso por la verdad, era por lo que la gente venía desde lejos recorriendo 80, 90 0 100Km para escuchar la predicación de este hombre.
Ir a un lugar como el desierto para escuchar a un hombre que cambia de opinión constantemente, era algo totalmente incoherente.
Jesús esta explicando a quienes lo escuchan que no era correcto condenar a Juan, en base a la duda que se había presentando ante el.
Somos muy propensos a condenar a alguien por alguna desviación, una falla o una duda, pero para tener una opinión verdadera, hay que tomar en cuenta toda la vida de ese hombre, su presente y su pasado.
A veces hay vientos tan fuertes que tienen el poder suficiente para hacer mover a los arboles mejor plantado en un bosque. Eso no significa que el árbol sea débil porque se movió.
El impacto que Juan causo al principio de su ministerio, era una muestra de la firmeza de sus convicciones.
25 Más ¿qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que tienen vestidura preciosa y viven en deleites, en los palacios de los reyes están.
La segunda pregunta retórica que Jesús hace nos muestra el aún más el carácter de este hombre.
Una de las cosas que nos deja ver las Escrituras sobre el ministerios de Juan el Bautista, es precisamente eso, su atuendo.
a Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos;
Reina Valera Revisada (1960). (1998). (). Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.
La expresión “vestiduras preciosas” tiene que ver con la descripción de personas volubles, personas que buscan quedar bien para encontrar aprobación y ser recompensados con los de arriba
Dígame Licenciado, licenciado, gracias muchas gracias, no hay de queso....
Jesús les deja claro que Juan no era de esa clase de personas que pretendía quedar bien con las autoridades y por eso bajaba la intensidad del mensaje, tampoco recortaba la verdad para ser aclamado por las audiencias, o para que la iglesia del desierto creciera más rápidamente.
Willian Hendriksen: “quienes usan vestiduras delicadas, son individuos sin agallas, aduladores que fácilmente se inclinan ante aquellos que están en autoridad y que son recompensados con un alto cargo en el palacio del rey, una posición que les permite vestir magníficamente y vivir con lujos en armonía con la elevada posición que han obtenido en la vida”.
Esto no es pretexto para andar todos chamagosos para la predicación de la palabra.
Juan nunca llevo una vida de lujos, sino más bien un estilo que vida que podríamos determinar hasta cierto punto austera, pero es que Juan no solo hablaba como profeta sino que vivía como tal.
Y es que el llamarse creyente o cristiano, el día de hoy no es garantía de que iremos al cielo cuando muramos. Hoy en día muchos piensan que por el hecho de asistir a una iglesia, de participar de algunos eventos o de llevar ofrendas, con eso es mas que suficiente como para tener la Salvación. Pero esta solamente es por medio de la Fe en Jesucristo como nuestro Salvador.
No se trata de decir con nuestras palabra cuanto hacemos, o cuanto conocemos, o cuánta biblia sepamos, si de nada nos sirve vivirlo todos los días.
Podemos tener un momento de duda como Juan, pero no una vida inconsistente, entre nuestros actos y nuestras palabras.
26 Más ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. 27 Este es de quien está escrito: He aquí, envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti.
A través de la respuesta que Jesús mismo da de Juan, podemos ver la valoración de Juan ante los ojos de Dios.
Juan al inicio de su ministerio en el desierto era tenido por el pueblo entero en alta estima, incluso algunos llegaron a pensar que por lo frontal y directos de su mensaje el podía ser el Mesías.
Juan tenía todas las características de un profeta de Dios ; su Mensaje estaba centralizado en Dios y era predicado enérgicamente; era siempre confrontativo contra el pecado, incluía advertencias del juicio, y siempre habían un llamado al arrepentimiento y la la vuelta de parte de sus oyentes hacía Dios.
Pero no solo era una identificación como un profeta, sino que el el mismo se cumplía la profecía del profeta Malaquías:
He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí;
En Juan el Bautista se encontraba el cumplimiento de esta profecía; porque tuvo el privilegio de ser el único precursor del Mesías. Mientras que otros profetas en el AT solamente anunciaron que el Mesías vendría, Juan anuncio que el ya estaba aquí “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”
28 Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él.
Reina Valera Revisada (1960). (1998). (). Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.
Que mayor privilegio pudo tener un hombre, en este caso fue Juan, que el ser el que prepararía el terreno el los corazones de los oyentes en Israel, para la llegada del Mesías.
La predicación de Juan estuvo enfatizada siempre en la necesidad de la conversión (arrepentimiento), como la única forma de entrar al reino mesiánico.
Aun medio de la enorme popularidad con la que Juan arranco su ministerio por el desierto, siempre se resistió a la tentación de llama la atención en su propia persona, por el contrario siempre le dejo el lugar de preeminencia al Mesías.
Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.
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Cada creyente esta convocado por Dios a ser tal como Juan el Bautista, en estos términos: Hoy tenemos el privilegio de ser embajadores (representantes) de Cristo y de hablar a los corazones que están a nuestro derredor de la venida del Salvador.
(Aún esta presente la oferta de la salvación dada en su primera vendida, pero también hay uan advertencia que hacer sobre u regreso ya no como salvador sino como Juez de toda la tierra.
Es por ello que nuestra predicación (a la cual todos somos llamados a hacer), debe enfatizarse en la necesidad de conversión del a vida antigua (arrepentimiento de Pecados), para la salvación.
Y resistiendo en cualquier momento cualquier deseo de llevar alguna clase de reconocimiento (los que predicamos, pero eso nos incluye a todos) en el proceso de conversión y salvación de alguien, todo el mérito es de Cristo.
28 Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él.
En los términos de Jesús; esta frase no significa que que por el hecho de que Juan estuviera en la cárcel y no estaba en contacto estrecho con Jesús era menos que aquellos que podían participar de todas las obras que Jesús hacía.
Sino más bien, es que hasta Juan, todos los profetas del AT, habían hablado del Mesías y de su obra redentora, pero ninguno de ellos pudo verla consumada, pues esto llego hasta la muerte y resurrección de Jesús.
EL propio Juan no podría ver la consumación de la obra de salvación en carne propia, porque antes de que llegara ese momento, el moriría a manos del Herodes.
Pero hay una gracia especial y un enorme privilegio que ahora los creyentes pueden contemplar la obra completa de la Salvación por medio de Cristo.
Esto debería alegrarnos y al mismo tiempo llevarnos a una profunda gratitud, de que en nuestros días podemos contemplar la belleza y la profundidad de la salvación de una forma más completa de la que Juan la pudo tener.
Desafortunadamente nuestra familiaridad con el Evangelio, nos hace ciegos ante esos privilegios. Pero las verdades que hoy están ante nuestros ojos son mucho más claras para nosotros que para lo que Juan alcanzo a ver, sin embargo su esperanza, fe y confianza en el Mesías aun si tener la revelación completa eran totales.
Por tal razón deberíamos ser más agradecidos con lo que Dios a puesto frente a nuestros ojos.
29 Y todo el pueblo y los publicanos, cuando lo oyeron, justificaron a Dios, bautizándose con el bautismo de Juan. 30 Más los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan.
Ante las palabras de Jesús Juan, a pesar de pasar por un momento de duda por sus circunstancias, dejo demostrado a los oyentes, que era un hombre de convicciones firmes, valiente, audaz, que se mantuvo constante.
Su labor como mensajero del Mesías estaba más allá de un momento de duda a causa de sus circunstancias actuales. Incluso su voz fue una llamada de atención y una advertencia quienes por sus propia decisión rechazaron el mensaje del arrepentimiento.
31 Y dijo el Señor: ¿A qué, pues, compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes? 32 Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, que dan voces unos a otros y dicen: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no llorasteis.
Jesús uso una lección practica de la vida, para enseñar una verdad, espiritual; no solamente a quienes oyeron su discurso aquella tarde, sino a los hombre de hoy en día.
Cuando habla de esta generación; no solo habla para los oyentes del siglo I sino que es una ilustración atemporal que se puede aplicar a cualquier generación que escucha el evangelio y lo rechaza.
El cuadro que pinta es de niños que, cuando no se llevan a cabo negocios en el mercado, se reúnen en sus amplios espacios para jugar. Sin embargo, ahora nada parece resultar. Algunos niños comienzan a tocar la flauta, no para acompañar una endecha () sino para diversión (cf. ). Ellos quieren jugar a las bodas. Los otros se oponen. Entonces los que tocaban dejan sus flautas y comienzan a lamentar lastimeramente o a proferir con gemidos una endecha, como las que han oído a sus mayores y como lo hacen los endechadores profesionales. Esa idea tampoco tiene éxito. Entonces, con desesperación reprenden a sus compañeros de juego por ser tan poco cooperadores, queja que los otros responden.
33 Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. 34 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores

Siempre encontrará alguna excusa para no creer y obedecer. ¡La doctrina del arrepentimiento es demasiado estricta! ¡La doctrina de la fe y la gracia es demasiado fácil! ¡Juan el Bautista se sale demasiado del mundo! ¡Jesucristo entra demasiado en el mundo! Y así, el corazón del hombre se excusa por permanecer en sus pecados

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Hendriksen, William “Entonces Jesús está diciendo: “Este es el modo en que os comportáis vosotros, críticos. Sois pueriles. Sois frívolos y actuáis irresponsablemente, en forma contradictoria. Jamás estáis satisfechos. Os entusiasmabais con Juan; por lo menos, le temíais y no hallasteis faltas en su austeridad y en su llamamiento al arrepentimiento. Pero ahora decís: ‘Es demasiado duro y poco sociable; su mensaje es demasiado severo. Debe de estar endemoniado’. Pero también os estáis volviendo en contra mía, el Hijo del hombre. Levantáis el dedo en mi contra y decís: ‘Aunque exige la abnegación a los demás, él mismo es un glotón y bebedor, amigo de publicanos y pecadores. Es demasiado sociable’ ”.
35Mas la sabiduría es justificada por todos sus hijos.
Hendriksen, William La sabiduría de Juan el Bautista, cuando insistió en la conversión y de Jesús cuando ofreció la esperanza de salvación aun a aquellos en Israel con quienes nadie quería tener nada que ver, quedó plenamente justificada por lo que se logró en los corazones y vidas de “todos sus hijos”, esto es, de todos aquellos que se dejaron guiar por esa sabiduría.
Juan y Jesús tenían cada uno una clara misión que cumplir. Cada uno tenía su tarea. Jesús, que en persona era y es “sabiduría de Dios” (), llevó a cabo su tarea en forma intachable; Juan la cumplió en gran medida en forma excelente. Entonces, los hijos de la sabiduría son todos los que fueron suficientemente sabios como para tomar en serio y de corazón el mensaje de Juan y el de Jesús.
Entre Juan y Jesús había esta semejanza: ambos proclamaban el evangelio. Aun el mensaje de Juan no carecía de esperanza (véase especialmente ). Aun cuando su énfasis estaba en el arrepentimiento, su exhortación inspiraba esperanza. Véase , . Sin embargo, entre Juan y Jesús había también un contraste, no solamente el señalado aquí (7:33, 34), sino también este: ¡aunque Juan proclamaba las buenas nuevas, Jesús no solamente las proclamaba sino que vino al mundo para que hubiera buenas nuevas que proclamar!
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