Periodo inter-testamentario
INTRODUCCIÓN
Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. 32La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; 33sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. 34Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. 35Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.
36Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey. 37Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. 38Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro. 39Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. 40Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. 41Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. 42Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. 43Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. 44Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, 45de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.
A. Imperio Persa
B. Imperio Griego
C. Imperio Egipcio
Tolomeo Sotero I:
Tolomeo Filadelfo:
D. Imperio Sirio
Penetró con arrogancia en el santuario y se apoderó del altar de oro, del candelabro con todos sus vasos, de la mesa de la proposición con las tazas, las copas y los incensarios de oro, del velo y las coronas con todos los adornos que estaban delante del templo (y todo lo hizo pedazos). 24 Se apoderó también de la plata y del oro, de los vasos preciosos y de los tesoros que halló guardados; y cuando se adueñó de todo, regresó a su tierra, 25 causando una gran mortandad de hombres y hablando con insolencia.
43 El rey Antíoco escribió un decreto ordenando que en todo su reino todos los pueblos formasen un solo pueblo y que abandonasen sus propias leyes. 44 Todas las naciones debían estar de acuerdo con el decreto del rey Antíoco. 45 Muchos de los israelitas aceptaron su religión, hicieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado. 46 El rey Antíoco envió cartas con mensajeros a Jerusalén y a todas las ciudades de Judá para que cumpliesen las leyes extrañas al país, 47 que prohibiesen los holocaustos, los sacrificios y las libaciones en el templo de Dios; 48 que profanasen también los sábados y los días de fiestas solemnes. 49 Ordenó que contaminasen el santuario y al santo pueblo de Israel. 50 Ordenó así mismo que edificasen altares, templos y lugares de culto a los ídolos, que sacrificasen carne de cerdos y animales inmundos, 51 que dejasen de circuncidar a sus hijos, y que sus almas se ensuciasen con toda clase de impurezas y abominaciones, de tal manera que, al olvidar la ley, cambiasen las ordenanzas de Dios. 52 Cualquiera que no actuase conforme al decreto de Antíoco, debía morir por eso.
Los Macabeos:
Matatías, al ver las afrentas que les hacían al pueblo de Judea y en Jerusalén, 7 dijo: «¡Ay de mí! ¿Para qué nací? ¿Para ver la destrucción de mi pueblo y de la santa ciudad? ¿Para quedarme aquí mientras ella es entregada en mano de los enemigos? 8 El santuario también está en manos de los adversarios; el templo ha llegado a ser como un hombre vil; 9 los gloriosos vasos son llevados como botín de guerra; sus hijos son muertos en las calles y sus jóvenes han caído bajo el cuchillo de los enemigos.