Hacia una vida Cristiana Victoriosa

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Como creyentes en forma permanente debemos enfrentarnos a la elección de actuar en la carne—lo que somos en Adán—o considerarnos muertos al pecado, resucitados con Cristo, y en consecuencia andar en el Espíritu.

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Hacia una vida Cristiana Victoriosa

Introducción:

Comenzaremos un estudio del capítulo 8 de la carta a los Romanos, para ver algunos principios de vida Cristiana Victoriosa.
Comenzaremos un estudio del capítulo 8 de la carta a los Romanos, para ver algunos principios de vida Cristiana Victoriosa.
Un poco del contexto de esta carta, es considerada una de las cartas o epístolas mayores, escritas por el apóstol Pablo, al igual que las 1 y 2 carta a los Corintios, posiblemente escrita en su tercer viaje misionero desde Corinto aproximadamente en el año 56 antes de Cristo.
Dos razones menciona Pablo en la misma carta por lo cual la escribe, la primera es que él quería ir a verlos, pero las circunstancias le impedían hacerlo, al parecer en Jerusalen había quienes querían matarlo.
La segunda razón encierra varias posibilidades, primero para obtener apoyo para su trabajo misionero hacia el oeste, otra posibilidad es para enfatizar la universalidad del evangelio de Cristo, tanto para judíos como para gentiles, para presentarles de manera exclusiva la doctrina de la salvación por medio de la fe, y otra es para solicitar sus oraciones y esperar algún fruto espiritual entre ellos.
En el contexto más reciente, el apóstol Pablo está hablando a la iglesia, acerca de la libertad que tiene el creyente del control de la ley, de su esclavitud, acerca de la sujeción al pecado por vivir carnalmente, de la lucha interior de cada creyente y las frustraciones que esta trae.
Dicho esto, entramos al mensaje que el apóstol Pablo , inspirado por el espíritu santo de Dios diserta en el capitulo 8, cuyo tema general es que los cristianos somos
¡Más que vencedores!
Hoy comenzaremos el estudio en los versículos del 1-9:

1. Una declaración de victoria

Somoza, J. S. (1997). Comentario bı́blico del continente nuevo: Romanos (p. 149). Miami, FL: Editorial Unilit.
Romanos 8.1 RVR60
1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Esta es una afirmación rotunda, Pablo enlaza el final del capítulo 7 con el inicio del capítulo 1,.
En el capítulo 7: 25, finaliza diciendo
Romanos 7.25 RVR60
25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
E inmediatamente aclara, a pesar de eso, ¨ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús¨
A los que han Venciendo la ley de gravedad!!
Comentario bíblico del continente nuevo: Romanos A. VICTORIA DEL ESPÍRITU SOBRE LA CARNE (8:1–8)

Venciendo la ley de gravedad

A los que han Venciendo la ley de gravedad!!
Este es un término legal que equivale a decir que no hay ningún gravamen, ninguna hipoteca del pasado que pueda ensombrecer la realidad de esta liberación plena.
Algunos estudiosos creen que la segunda parte del verso 1: ¨los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu¨, corresponde al verso 4, y que es un asunto de los hermanos que tradujeron al castellano.
Por lo que el respaldo inmediato para la libertad de ser gravados por el pecado, la explica el verso 2
Este es un término legal que equivale a decir que no hay ningún gravamen, ninguna hipoteca del pasado que pueda ensombrecer la realidad de esta liberación plena.
Romanos 8.2 RVR60
2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Comparado con la ley de gravedad que de alguna manera todos conocemos, que domina el universo físico, donde todo lo que tiene peso y es soltado, debe caer, en el universo espiritual hay una ley que evidencia que toda persona que ha nacido en la raza de Adán tiene, por naturaleza, la inclinación al pecado.
Debido a que el pecado trajo como consecuencia la muerte, esta ley o principio es denominado “la ley del pecado y de la muerte” (v. 2)
Para no caer, hace falta una fuerza que supere a la de la gravedad, por eso atamos cosas, y por eso cuando queremos que algo esté en el aire lo sostenemos con algo que le detenga.
En la vida Cristiana espiritual es Cristo el que nos sostiene,
El hombre sin Cristo vive regido por la ley del pecado y de la muerte (v. 2), con su apego a las cosas de abajo, las cosas de la tierra, del pecado y de la muerte.
La enseñanza de es que por la fe en Cristo fuimos colocados en El, puestos en El.
La enseñanza aquí es que por la fe en Cristo fuimos colocados en El, puestos en El.
Pablo hablando a la iglesia en Efeso, en
Efesios 2.6 RVR60
6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
Comentario bíblico del continente nuevo: Romanos A. VICTORIA DEL ESPÍRITU SOBRE LA CARNE (8:1–8)

El hombre sin Cristo vive regido por la ley del pecado y de la muerte (v. 2), con su apego a las cows de abajo, las cows de la tierra, del pecado y de la muerte. La enseñanza de Ro. 8 es que por la fe en Cristo fuimos colocados en El, puestos en El.

Esto significa que compartimos el triunfo de su vida resucitada. y nos ha dado un lugar en los lugares celestiales.
Dios quiere que por el ejercicio de la fe no sólo tengamos esa posición sino que, además, la vivamos en nuestra experiencia diaria.

2. Lo que era imposible por la ley .

Somoza, J. S. (1997). Comentario bı́blico del continente nuevo: Romanos (p. 150). Miami, FL: Editorial Unilit.
Romanos 8.3 RVR60
3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
Comentario bíblico del continente nuevo: Romanos A. VICTORIA DEL ESPÍRITU SOBRE LA CARNE (8:1–8)

Lo que era imposible por la ley (v. 3)

Comentario bíblico del continente nuevo: Romanos A. VICTORIA DEL ESPÍRITU SOBRE LA CARNE (8:1–8)

La ley moral, aunque buena en sí misma, no tuvo el poder que se hubiera necesitado para que dejáramos de ser lo que éramos en Adán

Romanos 8.3 RVR60
3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
Comentario bíblico del continente nuevo: Romanos A. VICTORIA DEL ESPÍRITU SOBRE LA CARNE (8:1–8)

La ley moral, aunque buena en sí misma, no tuvo el poder que se hubiera necesitado para que dejáramos de ser lo que éramos en Adán

Lo que Pablo dice es que la ley moral, aunque buena en sí misma, no tuvo el poder que se hubiera necesitado para que dejáramos de ser lo que éramos en Adán.
Comentario bíblico del continente nuevo: Romanos A. VICTORIA DEL ESPÍRITU SOBRE LA CARNE (8:1–8)

La ley moral, aunque buena en sí misma, no tuvo el poder que se hubiera necesitado para que dejáramos de ser lo que éramos en Adán

La carne, es decir la naturaleza pecaminosa, no podía por su debilidad natural, cumplir la ley. O sea que la ley no pudo generar un principio que venciera la ley del pecado y de la muerte.
Por eso Dios hizo lo que no podía hacer la ley, envió a su hijo al mundo a morir.
Juan 3:16
Juan 3.16 RVR60
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Comentario bíblico del continente nuevo: Romanos A. VICTORIA DEL ESPÍRITU SOBRE LA CARNE (8:1–8)

En su Hijo Jesús, Dios condenó al pecado en la carne, esto es, el pecado que actúa en la naturaleza humana (v. 3).

En su Hijo Jesús, Dios condenó al pecado en la carne, esto es, el pecado que actúa en la naturaleza humana (v. 3).
Comentario bíblico del continente nuevo: Romanos A. VICTORIA DEL ESPÍRITU SOBRE LA CARNE (8:1–8)

El v. 3 es una declaración de la reunión en Cristo de la naturaleza divina (“enviando a su Hijo”) y la naturaleza humana (“en semejanza de carne de pecado …”), “Jesucristo hombre” (1 Ti. 2:5). Dios verdadero y hombre verdadero. Dios condenó el pecado, consumando el sacrificio por el cual nuestra naturaleza pecaminosa y los pecados cometidos pudieran ser juzgados. El pecado fue juzgado en Cristo mediante la sentencia condenatoria (6:23), pero recién fue destruido por medio de la ejecución de esa sentencia en la misma muerte de Jesús.

El v. 3 es una declaración de la reunión en Cristo de la naturaleza divina (“enviando a su Hijo”) y la naturaleza humana (“en semejanza de carne de pecado …”), “Jesucristo hombre” ().
1 Timoteo 2.5 RVR60
5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,
Dios verdadero y hombre verdadero. Dios condenó el pecado, consumando el sacrificio por el cual nuestra naturaleza pecaminosa y los pecados cometidos pudieran ser juzgados.
El pecado fue juzgado en Cristo mediante la sentencia condenatoria (), pero recién fue destruido por medio de la ejecución de esa sentencia en la misma muerte de Jesús.
Dios verdadero y hombre verdadero. Dios condenó el pecado, consumando el sacrificio por el cual nuestra naturaleza pecaminosa y los pecados cometidos pudieran ser juzgados. El pecado fue juzgado en Cristo mediante la sentencia condenatoria (6:23), pero recién fue destruido por medio de la ejecución de esa sentencia en la misma muerte de Jesús.

3.La justicia de la ley se cumplió en nosotros (v. 4)

Romanos 8.4 RVR60
4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
En el sacrificio de Cristo se cumplió “la justicia de la ley” que demandaba la muerte del pecador.
Somoza, J. S. (1997). Comentario bı́blico del continente nuevo: Romanos (p. 151). Miami, FL: Editorial Unilit.
Cristo hizo la sustitución en la cruz, y la ley quedó cumplida a favor del pecador que, de ese modo, “ha pasado de muerte a vida” ()
Juan 5.24 RVR60
24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
4. Dejemos que Dios nos controle.(vv, 4, 5)
Somoza, J. S. (1997). Comentario bı́blico del continente nuevo: Romanos (p. 151). Miami, FL: Editorial Unilit.
Romanos 8.4–5 RVR60
4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.

¿Quién tiene el control?

Pablo dice: “No andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”
Pablo dice: “No andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”
Este “andar” muestra que no estamos inmóviles. Por el contrario, desarrollamos en forma continua una actividad que puede ser la respuesta a la carne, o bien al Espíritu

¿Quién tiene la supremacía sobre nuestra vida?

Puede tenerla la carne—nuestra naturaleza humana caída—o bien el Espíritu .
Romanos 8.5 RVR60
5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
A cada momento tenemos que decidir a quién responderemos.
Según a quién obedezcamos, así será nuestra forma de vida. Podemos estar ocupados en “las cosas de la carne” o en “las cosas del Espíritu”.
Comentario bíblico del continente nuevo: Romanos A. VICTORIA DEL ESPÍRITU SOBRE LA CARNE (8:1–8)

¿Quién tiene la supremacía sobre nuestra vida?

Concluyendo:

Aplicación: ¿Quién gobierna nuestra actividad? ¿La carne o el Espíritu? , ¿Cuál es nuestra elección?
Como creyentes en forma permanente debemos enfrentarnos a la elección de actuar en la carne—lo que somos en Adán—o considerarnos muertos al pecado, resucitados con Cristo, y en consecuencia andar en el Espíritu.
¿Cuál es nuestra elección? Como creyentes en forma permanente debemos enfrentarnos a la elección de actuar en la carne—lo que somos en Adán—o considerarnos muertos al pecado, resucitados con Cristo, y en consecuencia andar en el Espíritu
Busquemos por la fe que nuestro andar, nuestra actividad, sea en el Espíritu que levantó a Cristo de los muertos.
La vida de fe es eso. “El justo (el que ya ha sido justificado), por su fe vivirá”. La fe es un acompañante imprescindible de la nueva vida, y es la que la nutre en forma continua
Somoza, J. S. (1997). Comentario bı́blico del continente nuevo: Romanos (p. 152). Miami, FL: Editorial Unilit.
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