La unión institucional de la iglesia visible
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En el siglo segundo de nuestra era apareció un documento que profesaba ser de origen apostólico, el cual a su vez inspiro casi a cada iglesia del tiempo patrístico a redactar un documento parecido, esto puesto que aún no estaba en circulación la totalidad de manuscritos del nuevo testamento. Con el fenómeno de copia del documento, sucedió que casi todo el Medio Oriente, Asia Menor, parte de Europa y África se llenara de copias diversas del mismo, sin permitir que todas las frases fueran idénticas unas de otras. El documento se estandarizo en el siglo VII y fue conocido como el credo de los apóstoles. Sí, ese credo. Sin embargo a pesar de la diversidad que precedió su estandarización algunas frases se mantuvieron intactas en todas las versiones, entre ellas una frase que ha sido muy polémica en el transcurrir de los años, y sorprendentemente no es “descendió a los infiernos” sino “La Santa iglesia católica”. No lo pensaríamos cierto, pero esas palabras “santa y católica” ha sido algo bien debatido. Y con respecto a ello yo quiero llamar su atención esta tarde mis hermanos. Por eso les pediré que me acompañen al tan conocido texto de . y yo he titulado este sermón “La unión institucional de la iglesia visible” así que en lo que corre este sermón le pido que por favor se esfuerce en identificar los argumentos que ofrezco para este título.
1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? 5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. 6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. 9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. 10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
Como está claro que el texto tiene como propósito contrarrestar las intenciones carnales de la división de la iglesia en aras a preferencias individuales, yo quisiera solamente mencionar de manera leve las características del texto, esto para quienes no lo conozcan y luego poder enfrascarme en una discusión mas elevada del tema.
La carta escrita por Pablo a la iglesia de Corinto no es una carta tan cordial en sus comienzos, de hecho, su primera carta no es muy cordial, es una carta reprensiva que deja en evidencias las muchas luchas con las que se enfrentaba la niña (pero no recién plantada) iglesia de Corinto. Las luchas giraron en torno a un fondo lúgubre de división e individualismo, por el cual fueron reprendidos varias veces por el apóstol, y que probablemente ellos no pudieron mejorara al cabo de muchos años.
En el capítulo 1, Pablo exhorta a la iglesia sobre su problemática divisoria, en la que están afirmando su afinidad como prosélitos de uno de los dos encomendados, y están tomando ocasión para mencionarlo de acuerdo a quien le ha practicado la ordenanza del bautismo, sin embargo él dice que Dios ha salvado es por la predicación, y esto es sabiduría del Espíritu.
Nuestro pasaje entonces vuelve a abordar el tema de la división y evidencia en ello:
La división proselitista es algo carnal (vv. 1-6)
Si el crecimiento lo da Dios no hay diferencia ministerial (vv. 7-8)
Porque la libre gracia de Dios, decide quien siembra y quien recoge (vv. 9-10)
Porque el fundamento es el mismo. (vv. 11)
5. El fuego de la prueba mostrará el trabajo realizado. (vv. 12-15)
y hasta allí es el alcance de nuestro texto.
Ahora desarrollemos un poco cada uno de estos encabezados:
La división proselitista es algo carnal
Para nadie es un secreto las pasiones que corren por nuestro interior, esa intención de resaltar lo nuestro como mejor e incluso mostrar que nuestros ministerios están siendo mas prósperos que otros es algo del infierno. Es algo desgastante y debilita al hermano, le deja sin fuerza y a nosotros pronto nos toca llegar a la realidad de nuestras iglesias a enfrentar el hecho de que las cosas no vayan tan bien como dijimos van.
Pero este fenómeno no es algo que ataca solamente a los ministros sino que también ataca a las ovejas, quienes se arrojan al abismo en la defensa de su pastor, promocionándolo como hombre exitoso por encima de aquel pastor que lo está intentando, pero !mi pastor ya lo logró!. Recuerdo hace poco escuchar al miembro de una iglesia defender su pastor porque él si pudo ayunar 40 días. A veces no es por eso, pero si por los números, el alcance de los jóvenes, el alcance en los medios de comunicación o lo que sea, pero el fenómeno es transferible.
Aunque debemos aceptarlo, en muchas ocasiones el pastor no tiene esa actitud que sus miembros le ponen, sin embargo ellos mismos no dejan de caer en la generación de barreras proselitistas que no defienden la integridad del pastor pero que si dejan ver su altivez y orgullo y porque no decirlo, llegará un momento cuando este hombre idealizado, ya no será suficiente para nutrir sus egos, porque siempre habrá alguien mejor que él. También debemos decir que estas personas son los más contumaces y arbitrarios masacradores de sus líderes cuando estos caen, puesto que de la manera que los exhaltaban que exagerada admiración, también los condenan con exagerada falta de gracia.
Recibí un gran ejemplo de Paul Washer hace algunos años, cuando sintió que lo estaban citando mucho en los escritos y sermones y lo estaban invitando a muchos lugares para dar conferencias, este simplemente se encerró en su casa y dijo —no mas charlas, misiones, o invitaciones — esto movido por un cuidadoso peso de no cargar una carga que otro le imponía queriendo el mismo correr la carrera ligero de peso.
Evidentemente es algo carnal, es decir mundano, perteneciente al sistema de este siglo, puesto que es motivado por las modas y modelos de aquellos que desean exhaltar a los demás o que incluso se exhaltan a si mismos. Como diría Santiago, toda jactancia semejante es mala (). En contraposición el llamado del apóstol es a considerar los ministros con la misma dignidad, sin querer jactarse, y aún así el no condena el tener aprecio por otro ministro que no fuese él, sino más bien, el jactarse de ello, colocando y animando una división en vez de la unidad. Proverbios diría
18 Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu.
28 El hombre perverso levanta contienda, Y el chismoso aparta a los mejores amigos.
2. Si el crecimiento lo da Dios no hay diferencia ministerial.
Con este argumento Pablo pretende disipar la intención de atribuirle a un hombre el éxito del ministerio, de empezar a verle como más ungido, poderoso, efectivo, transformador, o visionario, que a otro. Y empezar a despertar una admiración malsana o enceguecida de su persona, por eso decide llevar el resultado al campo al que pertenece, el campo donde Dios decide que es lo que hace, porque mientras llama a unos a sembrar, a otros los llama a cosechar y aunque en términos humanos parezca distinto, dentro de la voluntad divina esto reposa en el seno de la soberanía del Espíritu.
Con este argumento Pablo pretende disipar la intención de atribuirle a un hombre el éxito del ministerio
Creo que hay muchos pastores en Bogotá que Dios ha usado más que a ningún otro y sus congregaciones no dejan de ser pequeñas, pero los respeto tanto porque nadie ha sudado así. Por ello si Dios decide a quien dar que, y está en la potestad Divina, jactarme por el resultado del primero en detrimento del segundo es algo perverso. Lo mejor que puedo hacer es como dice Pablo, trabajar con diligencia y que Dios disponga los dones que decide colocar en mi mesa de noche.
3. Es la libre gracia de Dios quien determina
La imagen de esto es, quien es el apoyo de quien, es mi apoyo Dios, o yo soy el suyo. A ciencia cierta resulta extraño meditar sobre esto, sabiendo que Dios no necesita de nadie, pero el texto dice que estamos acompañando a Dios, somos su compañeros de trabajo, la obra no es nuestra, solo estamos como instrumentos para que el fabricante haga lo suyo, somos el joven que hace los mandados para que su jefe siga trabajando mientras tanto. Así entonces solo podemos hacer el trabajo que nos ha sido asignado, y debemos saber que sin tener necesidad de nosotros. Somos unos privilegiados en el mundo que podamos ser usados por él y que debemos orar mas y más para que esto ocurra .
Conforme a ello decimos que el eso no significa que el trabajo sea fácil y que no requiere esfuerzo, por el contrario, Dios no bendice el trabajo de los perezosos, pero estos eficaces han de ser muy cuidadosos, como Cristo lo diría: “cuando hagan todo, digan siervos inútiles somos”.
4. No hay otro fundamento
Según sostenemos entonces, la base de que para Dios, tanto el que recoge como el que siembra son igualmente importantes, entonces Pablo descansa su argumento en el carácter único de Cristo.
5. El fuego de la prueba mostrará el trabajo realizado
Interesante este argumento de Pablo, diciendo a los corintios que sea quien sea, saldrá a la luz, y que el fuego mostrará el trabajo que han hecho. Esto no es una animadversión al trabajo de Apolos, intentando mostrar que ha trabajado más sino al contrario, es un aliciente a los carnales rencillosos para que se den cuenta que deben evitar tales asuntos porque fuere lo que fuere sea evidente.
Ahora, he mencionado estas cosas solo de manera somera para que tengan en cuenta esta visión general de su interpretación, sin embargo me voy a deslizar un poco de este punto que hasta ahora es intrinseco e invisible a un punto externo y visible.
Ahora, he mencionado estas cosas solo de manera somera para que tengan en cuenta esta visión general de su interpretación, sin embargo me voy a deslizar un poco de este punto que hasta ahora es intrinseco e invisible a un punto externo y visible.
Cuando hablamos de la iglesia como una institución externa y visible, estamos hablando de su formalismo físico y humano en el que todos los creyentes (falsos y verdaderos) entran a formar una parte integral. En la institución de la iglesia no hay distinción y son participantes de ella toda clase de agentes que pueden o no estar haciendo parte de su liderazgo, o servicio.
La membresía institucional no necesita en este campo ser filtrada, puesto que esto es un trabajo de discipulado y del Espíritu Santo que obra en lo invisible. Pero la unidad de la iglesia visible cumple un papel físico y aporta por lo menos en cierto grado para la construcción del llamamiento del reino. Las relaciones en la institución de la iglesia están igualmente condicionados por este tipo de unidad que debe ser protegida en lo físico de tal desastre.
La membresía institucional no necesita en este campo ser
El llamamiento universal es imposible de alcanzar sin una unión institucional de iglesias.
El llamamiento universal es imposible de alcanzar sin una unión
Las sectas niegan la universalidad de la iglesia cuando desprecian las iglesias que Dios acepta y acepta las que él niega (Edmund Cloney)
el racismo la niega