Justicia y Juicio.

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La justicia y el juicio son inseparables de Dios, ambos son parte de Su carácter, de quién es El.

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137 Tsade Justo eres tú, oh Jehová, Y rectos tus juicios.
138 Tus testimonios, que has recomendado, Son rectos y muy fieles.
139 Mi celo me ha consumido, Porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras.
140 Sumamente pura es tu palabra, Y la ama tu siervo.
141 Pequeño soy yo, y desechado, Mas no me he olvidado de tus mandamientos.
142 Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley la verdad.
143 Aflicción y angustia se han apoderado de mí, Mas tus mandamientos fueron mi delicia.
144 Justicia eterna son tus testimonios; Dame entendimiento, y viviré.
145 Cof Clamé con todo mi corazón; respóndeme,Jehová, Y guardaré tus estatutos.
Nuestro razonamiento debe partir de Dios, si es que queremos entender nuestro entorno y nuestro propósito como hombres, segundo debemos estar seguros que todo lo que Dios hace es bueno y es justo, incluso aunque no lo podamos comprender, en esto debemos confiar, los juicios de Dios son justos siempre, y en cuanto a esto concluimos que es imposible separar la justicia y el juicio de Dios, ambos son parte de su carácter, de quien es Él.
El Salmo 119 contemplamos las excelencias de la Ley de Dios, y esto quiere decir que contemplamos lo perfecto de la Ley de Dios, en esto también podemos admirar el mismo carácter de Dios, aprendemos acerca de Su amor hacia nosotros, y aprendemos la manera en la que El quiere que le amemos también.
Juan 14:15 dice Si me amáis guardad mis mandamientos.
El amar a Dios implica guardar sus mandamientos. Amarle a El y amar a mi prójimo es según sus mandamientos, incluso a aquellos que nos hacen mal, según Sus mandamientos. Hemos ya estudiado el segundo mandamiento y lo que éste prohíbe. Nos prohíbe adorar a Dios de cualquier manera que El no ha ordenado.
Tenemos el ejemplo del pueblo de Israel pidiendo a Aaron un dios, mientras Moisés estaba en el monte.
¿Israel necesitaba que Moisés bajara para saber que era malo el hacer una figura de fundición para postrarse delante de ella?
¡No!
Entonces con mayor razón nosotros, deberíamos saber que nuestra adoración a Dios es en términos de sus mandamientos.
Entonces nuestro amor a Dios esta ligado a la búsqueda incesante de la justicia.
¿Qué es la justicia?
Según un diccionario:
Principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde.
Tal vez es una definición fuera de la cosmovisión cristiana de lo que es la verdad, pero es interesante que menciona tres aspectos que hemos estado tocando con mucha frecuencia: obrar (acciones), juzgar y verdad.
Actuamos y juzgamos según la verdad, es lo que nos caracteriza como cristianos, y aunque el incrédulo actúa y juzga, no lo hace según el estándar de la Palabra de Dios, pero nosotros sabemos que la verdad es lo que Dios dice que es verdad, no lo que pienso o siento que es verdad, es lo que El ha escrito en Su Palabra.
Salmo 89:14-15
Justicia y juicio son el cimiento de tu trono;
Misericordia y verdad van delante de tu rostro.
Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte;
Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.
El mismísimo trono del Rey de reyes esta cimentado en justicia y juicio. El gobierna con verdadera justicia.
Cuando hablamos del evangelio, decimos que son buenas noticias ¿verdad? Parte central de estas buenas noticias es que hay un Rey, Jesús, que reina con justicia y verdad. Y por su gracia hemos sido hechos pueblo suyo. “bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte”.
La NTV deja más claro como la búsqueda, la practica y el reconocimiento de la perfecta justicia de Dios está ligada a la adoración.
Salmo 89:15-16
15 Felices son los que oyen el alegre llamado a la adoración,
porque caminarán a la luz de tu presencia, SEÑOR.
16 Todo el día se alegran de tu maravillosa fama;
se regocijan por tu justicia.
Al ser hechos pueblo de Dios, significa que tenemos una ciudadanía. En la antigüedad si alguien quería pertenecer a alguna ciudad tenia forzosamente que someterse a las leyes de esa ciudad, una vez hecho esto podía decir que era ciudadano de dicha ciudad.
Lo mismo con nosotros, si decimos que somos pueblo de Dios tenemos que someternos a las leyes de Dios para decir que somos verdaderos ciudadanos, y estos ciudadanos celestiales, practican la justicia en la Tierra.
El celo y el amor a la palabra de Dios es algo que como cristianos nos debe de caracterizar. Nuestra actitud hacia las injusticias no debe ser una actitud pasiva sino activa siempre buscando la justicia y la verdad.
Que importante es hacer justicia, así como dice la definición de justicia que leímos, actuar, y juzgar respetando la verdad.
La palabra clave aquí es “la verdad”, bajo que norma juzgamos y actuamos justamente.
Tenemos la idea de que la justicia solo tiene que ver con algún magistrado del Estado, pero la justicia que practicamos día a día, incluso en cosas que para nosotros pueden parecer insignificantes como devolver un cambio en la tienda, reflejan el carácter mismo de Dios a través de nosotros, reflejamos nuestra verdadera ciudadanía a través de nuestra practica diaria.
El salmista dice que la justicia de Dios es eterna, ¿que entiendes por eterna? Que no termina, no tiene fin. La justicia de Dios no se acomoda a las culturas o a las modas de los hombres, lo que era justo desde el principio lo sigue siendo ahora. Aunque los políticos quieran imponer un estándar nuevo de justicia, esto no es así, esto es un desafío a Dios. Es como un hijo diciéndole a su padre como administrar la justicia.
Como cristianos aseguramos que la palabra de Dios es verdad y que aplica a todas las áreas de la vida, y por ende debemos entender que la justicia esta cimentada en la Ley de Dios y no en nuestros sentimientos.
Por ejemplo en un caso de robo, o asalto pensamos que un castigo justo debe ser la cárcel, e incluso existe la frase “que se pudra en la cárcel”, cuando se llega a dar a conocer un caso de estos por televisión incluso piden ir y denunciar para así poder acumular años de cárcel a la sentencia del ladrón. Y cuando vemos que a este ladrón le han dado 200 años de cárcel, pensamos que se ha hecho justicia, aplacamos nuestra sed de “justicia”.
Nos olvidamos de la victima, de la restitución, y sobre todo de lo que dice Dios al respecto.
Aunque tu seas la victima y digas, conque nunca salga de la cárcel yo me conformo para mi se hizo justicia, recuerda no es tu justicia la que tiene que ser satisfecha sino la justicia de Dios. Y las sanciones que Dios ha impuesto son las sanciones justas.
La Ley de Dios no se olvida de la victima. La principal victima en cualquier caso es Dios mismo, así que al juzgar cualquier caso sin la ley de Dios no solo hacemos injusticia a persona afectada sino a la victima principal… a Dios mismo.
El no practicar la justicia tiene repercusiones muy graves incluso en la misma creación.
Isaias 24:5-7
Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno.
6 Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres.
7 Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón.
Parte importante de sojuzgar la Tierra, es en base a la administración correcta de la justicia según la Ley de Dios.
Es muy común que en las Iglesias se enseñe el como sobrellevar tus problemas diarios, o como cristianizar tus sueños y anhelos, pero rara vez se enseña como y bajo que estándar debe ser administrada la justicia, dejamos esos asuntos “paganos” y nada santos a los que trabajan para el Estado, cuando el Pueblo de Dios es quien debe estar bien entrenado en estos temas, para como ya vimos no solo vivamos en paz, sino para que sea vea reflejado en la misma creación.
Como hijos de Dios debemos reflejar el carácter de nuestro Padre, el practicar la justicia es una actividad diaria para el cristiano, en todas las áreas de la vida, ésta es la marca de nuestra ciudadanía. Nuestra vida debe estar en una constante búsqueda de justicia y de verdad.
Dios es bueno y fiel y su justicia es para siempre.
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