CONSAGRANDO NUESTRA DIETA.

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DIA 2: CONSAGRANDO NUESTRA DIETA. (Andrés)
1 Corintios 10.31 RVR60
Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
La comida, o más bien lo que comemos y cómo lo comemos es un reflejo, una extensión de nuestra vida. Muchas de nuestras emociones las manifestamos a través de la comida. Y no sólo las emociones, sino también se puede ver nuestro estado espiritual.
La comida, o más bien lo que comemos y cómo lo comemos es un reflejo, una extensión de nuestra vida. Muchas de nuestras emociones las manifestamos a través de la comida. Y no sólo las emociones, sino también se puede ver nuestro estado espiritual.
Por ejemplo, el pueblo de Israel se quejó de la comida (el maná) que recibían a diario de parte de Dios, deseando comer carne o la comida de Egipto.
Números 11.4–6 RVR60
Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos.
Ante la queja, y en su misericordia, después de todo un proceso de tratos entre Moisés y el Señor, Dios les envía codornices, y comienzan a juntar tanta cantidad que no les alcanzaba el día para juntarlas, pero el pueblo se había desenfrenado con la carne y comenzaron a comer de una manera escandalosa provocando la ira de Dios.
Ante la queja, y en su misericordia, después de todo un proceso de tratos entre Moisés y el Señor, Dios les envía codornices, y comienzan a juntar tanta cantidad que no les alcanzaba el día para juntarlas, pero el pueblo se había desenfrenado con la carne y comenzaron a comer de una manera escandalosa provocando la ira de Dios.
Números 11.33–34 NTV
Pero mientras se saciaban de carne —cuando aún estaba en sus bocas— el enojo del Señor se encendió contra el pueblo y los castigó con una plaga muy grave. Así que ese lugar fue llamado Kibrot-hataava (que significa «tumbas de glotonería») porque allí enterraron a la gente que codiciaba la carne de Egipto.
NTV
No hicieron caso de las palabras que Moisés les había dicho de parte de Dios, que se tenían que santificar, y de que se habían de hartar hasta que les saliera la carne por las narices (v. 20). Qué caro pagaron ese banquete, cuando llegó el momento de ajustar cuentas: Hirió Jehová al pueblo con una plaga muy grande (v. 33). Algunos comentaristas presuponen que fue una grave enfermedad, debida probablemente a la fuerte indigestión que sufrieron y que causó la muerte a muchos de ellos
No hicieron caso de las palabras que Moisés les había dicho de parte de Dios, que se tenían que santificar, y de que se habían de hartar hasta que les saliera la carne por las narices (v. 20). Qué caro pagaron ese banquete, cuando llegó el momento de ajustar cuentas: Hirió Jehová al pueblo con una plaga muy grande (v. 33). Algunos comentaristas presuponen que fue una grave enfermedad, debida probablemente a la fuerte indigestión que sufrieron y que causó la muerte a muchos de ellos
El recuerdo de esto quedó perpetuado aún por el libro de los salmos.
En el desierto dieron rienda suelta a sus deseos, pusieron a prueba la paciencia de Dios en esa tierra árida y baldía. Entonces les dio lo que pedían, pero al mismo tiempo les envió una plaga.
Salmo 106.14–15 RVR60
Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; Y tentaron a Dios en la soledad. Y él les dio lo que pidieron; Mas envió mortandad sobre ellos.
Fue tan fuerte y tan impactante lo que pasó, que Moisés le dio un nuevo nombre al lugar, llamándolo Kibroth-hattaavah que significa sepulcros de concupiscencia (v. 34).
Fue tan fuerte y tan impactante lo que pasó, que Moisés le dio un nuevo nombre al lugar, llamándolo Kibroth-hattaavah que significa sepulcros de concupiscencia (v. 34).
El problema no fue comer carne, el problema fue la manera en que la comieron. La comieron con tanto deseo de satisfacerse, lo deseaban tanto que a Moisés no le queda otra imagen en la mente que la concupiscencia (deseo sexual desordenado).
Por eso debemos tomar una decisión en cuanto a la comida.
Si bien debemos comer para alimentarnos y de alguna manera al hacerlo experimentamos cierta satisfacción, al hacerlo debemos tener algunas cosas en cuenta para que sea para la gloria de Dios.
Debemos comer agradeciendo y consagrando los alimentos.
1 Timoteo 4.4–5 RVR60
Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.
1 Timoteo
2. Debemos comer considerando a los demás.
Romanos 14.21 NTV
Es mejor no comer carne ni beber vino ni hacer ninguna otra cosa que pudiera causar tropiezo a otro creyente.
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1 Corintios 8.13 NTV
Por lo tanto, si lo que como hace que otro creyente peque, nunca más comeré carne mientras viva, porque no quiero hacer que otro creyente tropiece.
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1 Timoteo 4.5 RVR60
porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.
1 Timoteo 4.4–5 BTX
Porque todo lo creado por Dios es bueno y en absoluto rechazable cuando se toma con acción de gracias, pues es santificado por medio de la palabra de Dios y de la oración.
1 Corintios 11.21 NTV
Pues algunos se apresuran a comer su propia comida y no la comparten con los demás. Como resultado, algunos se quedan con hambre mientras que otros se emborrachan.
1 Timoteo 4.1–5 RVR60
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.
1 Corintios 8.8 NTV
Es cierto que no podemos obtener la aprobación de Dios por lo que comemos. No perdemos nada si no lo comemos, y no ganamos nada si lo comemos.
1 Corintios 11.20 RVR60
Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.
1 Corintios 11.20–21 NTV
Cuando ustedes se reúnen, la verdad es que no les interesa la Cena del Señor. Pues algunos se apresuran a comer su propia comida y no la comparten con los demás. Como resultado, algunos se quedan con hambre mientras que otros se emborrachan.
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3. Comer con dominio propio, sin concupiscencia.
1 Corintios 6.13 RVR60
Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.
1 Corintios 6.12–13 NTV
Ustedes dicen: «Se me permite hacer cualquier cosa», pero no todo les conviene. Y aunque «se me permite hacer cualquier cosa», no debo volverme esclavo de nada. Ustedes dicen: «La comida se hizo para el estómago, y el estómago, para la comida». (Eso es cierto, aunque un día Dios acabará con ambas cosas). Pero ustedes no pueden decir que nuestro cuerpo fue creado para la inmoralidad sexual. Fue creado para el Señor, y al Señor le importa nuestro cuerpo.
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