¿Señor yo?
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· 78 viewsSin duda Dios llama a ciertos hombres para que le sirvan en diferentes tareas. La Biblia ofrece algunas características del llamamiento y ésta es una muy típica: estar cumpliendo con su deber al tiempo de ser llamado. Así fue con los profetas en el AT, y así fue con los apóstoles del NT. Raramente, o quizá nunca, llama Dios al desocupado o al ocioso.
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¿Señor yo?
Introducción:
Dios llama a los ocupados
6:7–16
Sin duda Dios llama a ciertos hombres para que le sirvan en diferentes tareas. La Biblia ofrece algunas características del llamamiento y ésta es una muy típica: estar cumpliendo con su deber al tiempo de ser llamado. Así fue con los profetas en el AT, y así fue con los apóstoles del NT. Raramente, o quizá nunca, llama Dios al desocupado o al ocioso.
NVI El ángel del Señor vino y se sentó bajo la encina que estaba en Ofra, la cual pertenecía a Joás, del clan de Abiezer. Su hijo Gedeón estaba trillando trigo en un lagar, para protegerlo de los madianitas. Cuando el ángel del Señor se le apareció a Gedeón, le dijo: —¡El Señor está contigo, guerrero valiente! Las palabras gibbôr ḥāyil también se aplican a Jefté, 11:1; y a Booz, ).
GEDEÓN(«cortante».) Aunque no se acompaña su historia con la tradicional frase: “Juzgó a Israel…”, G. es reconocido como uno de los jueces. Salvó a Israel de la opresión de los madianitas. Éstos, junto con los “amalecitas y los hijos del oriente”, invadían la tierra, se llevaban las cosechas y dejaban destrucción detrás de sí. Gedeón fue el único juez llamado personalmente por Dios; su llamado muestra ciertas similitudes con el de Moisés en y 4 El Señor le contestó con una cita directa de : “Yo estaré contigo”. Estas palabras hirieron a Gedeón como cuando se recuerda un pasaje de la Biblia aprendido en la escuela dominical.
Las primeras palabras de respuesta de Gedeón a su osado huésped pueden muy bien ser expresadas de la siguiente manera: “¿Y está, realmente, el Señor con nosotros?”
El contexto insignificante :
El ángel de Jehová visitó a G., cuando “estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas”. Al animarle el ángel a liberar a su pueblo, G., dudando, preguntó: “¿Con qué?…”.
Gedeón no estaba convencido, pero fue cortés y empleó las maneras que un hombre de humilde condición usaba al dirigirse a su superior. Gedeón sabía el lugar que ocupaba ante los ojos de los hombres, no se le escapaba que era prácticamente un don nadie y eso dentro de un clan pequeño. La familia de su padre y los hombres de su aldea eran adoradores declarados de Baal y Asera (versículo 27). ¿Quién le creería? Y ¿quién lo seguiría?
Pero ofreció una comida al ángel, que le dijo que la pusiera sobre una roca e hizo descender fuego del cielo que la consumió. Luego desapareció. G. entendió que había estado tratando con Dios, y tuvo miedo. Pero el Señor le consoló. Allí construyó G. un altar que llamó “Jehová-salom”.
1. El contexto insignificante :
El almuerzo del niño en la multiplicación. La ofrenda de la viuda
. Un hombre de Dios pone primero su propia casa en orden antes de salir a salvar el mundo.
2. De más a menos Redujo el número de su tropa de 32.000 hombres a 300,
Esta es la historia de 300 hombres civiles y sin armas de guerra que derrotaron a un ejército de más de 120.000 hombres armados. Pero la victoria fue de Dios y Dios se la dio a ellos. Pero Dios no se la hubiera dado si no hubieran obedecido al pie de la letra.
Esto nos enseña que por grande que sea una empresa, si en verdad es de Dios, no no
desesperemos cuando no todos cooperan. Con los pocos decididos que haya se hará la obra y habrá éxito. La multitud sin Dios es derrotada pero la minoría, aunque sea uno solo, con Dios tiene victoria.
3. Ricos en fe: Escuchen, mis queridos hermanos: ¿No ha escogido Dios a los que son pobres según el mundo para que sean ricos en la fe y hereden el reino que prometió a quienes lo aman?
NVI
· Y quien dé siquiera un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por tratarse de uno de mis discípulos, les aseguro que no perderá su recompensa».
NVI
NVI Pero Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos.
GEDEÓN Aunque no se acompaña su historia con la tradicional frase: “Juzgó a Israel…”, G. es reconocido como uno de los jueces. Salvó a Israel de la opresión de los madianitas. Éstos, junto con los “amalecitas y los hijos del oriente”, invadían la tierra, se llevaban las cosechas y dejaban destrucción detrás de sí. El ángel de Jehová visitó a G., cuando “estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas”. Al animarle el ángel a liberar a su pueblo, G., dudando, preguntó: “¿Con qué?…”. Pero ofreció una comida al ángel, que le dijo que la pusiera sobre una roca e hizo descender fuego del cielo que la consumió. Luego desapareció. G. entendió que había estado tratando con Dios, y tuvo miedo. Pero el Señor le consoló. Allí construyó G. un altar que llamó “Jehová-salom”.