Jesús Bendice a Los Niños

Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 1,533 views
Notes
Transcript

Introducción

Los que somos padres hemos tenido la experiencia de ver a nuestros hijos crecer.
Dios nos da la oportunidad de experimentar todas las facetas de la vida de nuestros hijos.
Los recibimos como infantes; totalmente indefensos y sin la posibilidad de valerse por sí mismos. Dependen al 100% de sus padres.
Estos bebés no podrían sobrevivir sin el cuidado de sus padres.
Luego comienzan a caminar, a hablar, a comer solos.
De repente van a la escuela.
…y luego…como en un abrir y cerrar de ojos dejan de ser niños.
Es una sensación tan extraña cuando vemos que nuestros hijos ya no son niños. Llega la etapa donde dejan de ser niños y entran en la etapa de juventud.
Existe una diferencia notable entre lo que es ser niño y lo que es ser un jovencito.
El joven es más maduro, empieza a querer ser independiente, quiere tomar sus propias decisiones, no todo lo cree, y suele a rebelarse contra la autoridad.
Poco a poco va perdiendo la inocencia de su niñez y en ocasiones es dificíl creer que ese jovencito es el mismo niño que arrullabamos por la noche.
En nuestro plan de lectura por la Biblia en el 2019 llegamos al evangelio según San Marcos donde el Señor Jesucristo tiene un encuentro con los niños de Israel. El día de hoy consideraremos:
La escena - Los padres traen a sus niños a Jesús
El conflicto - Los discípulos se molestan
La reacción de Jesús

I. La escena - Los padres traen a sus niños a Jesús

El evangelista Marcos nos presenta una escena en que varias personas traen varios niños al Señor Jesucristo.
Marcos 10.13 NVI
Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban.
Asumimos que las personas que trajeron a los niños a Jesús son los padres.
Es posible que otras personas hayan sido quienes trajeron a los niños a Jesús. Pero lo más probable es que fueron los propios padres que trajeron a sus hijos a Jesús.
La palabra que se utiliza para referirse a los “niños” puede incluir a infantes de brazos o aun hasta un adolescente de 12 años.
¿Por qué traerían estos padres a sus niños a Jesús para que los tocara?
Era muy común en estos tiempos que los los padres llevaran a sus hijos cerca de los rabinos ambulantes que iban de pueblo en pueblo para que los tocaran y los bendijeran.
Aun en tiempos modernos el pueblo judío declara una bendición sobre sus hijos cada Sábado. Durante la cena del día sábado pone el padre las manos sobre cada hijo/a y dice:
Números 6.24–26 NVI
»“El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz.”
Números 26.4 RVR60
Contaréis el pueblo de veinte años arriba, como mandó Jehová a Moisés y a los hijos de Israel que habían salido de tierra de Egipto.
Números 24.6 RVR60
Como arroyos están extendidas, Como huertos junto al río, Como áloes plantados por Jehová, Como cedros junto a las aguas.
Asimismo en tiempos antiguos la gente deseaba que se declara una bendición sobre sus hijos.
Num 24.
Sin embargo, los pequeños, en el mundo antiguo, no eran muy respetados.
En muchos casos los miraban como una molestia, un enfado, un mal necesario para la propagación de la raza humana.
La gente miraba las limitaciones de los niños (e.g., distracción, humor, deseos de jugar, etc.) y preferían mejor evitarlos o no tener mucho que ver con ellos; sobre todo en asuntos religiosos en los cuales se requería cierta medida de madurez.
Parece que los mismos discípulos del Señor reflejaron esta misma actitud contra ellos.

II. El conflicto - Los discípulos se molestan

Marcos describe la reacción de los discípulos del Señor:
Marcos 10.13 NVI
Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban.
Marcos nos dice que los discípulos “reprendían” a las personas que traían a los niños.
Esta es una palabra fuerte que da la idea de que condenaban o reprendían fuertemente a las personas que traían a los niños.
¿Porqué reaccionarían de esta manera?
Quizá pensaban que Jesús estaba demasiado ocupado predicando el mensaje del evangelio y que esto serviría como una distracción a su trabajo principal.
Tal vez pensaban que Jesús estaba demasiado cansado como para tener que ocuparse de estos niños.
No olvidemos las jornadas de ministerio tan arduas que tenía el Señor: sanando enfermos, expulsando demonios, predicando el evangelio, caminando largas distancias para llegar al próximo lugar donde habría de ministrar.
Está por un lado el cansancio/fatiga de Jesús y por otro lado el ruido, llanto, juego, e inquietud de estos pequeños.
Por tanto, los discípulos se molestan queriendo que dejen de traer a estos pequeños a los pies de Jesús.
Tenemos pues una escena donde estos padres solo buscan que el Señor bendiga a sus hijos.
Tenemos una escena donde los padres acaban de ser reprendido por los discípulos del Señor.
Los padres de repente se sorprenden ante la reacción de los discípulos y todos están esperando que es lo que va a hacer el Señor Jesús.

III. La reacción de Jesús

La reacción del Señor Jesús no se deja esperar:
Marcos 10.14 NVI
Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos.
Notemos como reacciona Jesús - “se indignó”.
Esta es una palabra fuerte.
Marcos 10.14–15 RVR60
Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Marcos 10.14
Es una palabra que se describe lo reacción que uno tiene al ver una gran injusticia.
Es una reacción que tiene la idea de una molestia que da lugar a la ira justa contra un acto indebido.
En otras palabras, Jesús se molesta en gran manera contra sus discípulos.
Notemos que los discípulos reprendían a las personas que traían a los niños.
Pero, cuando Jesús ve la reacción de los discípulos, él mismo reacciona con gran indignación contra ellos.
Lejos de recibir los discípulos la aprobación de Jesús, enfrentan la indignación de su amado maestro.
Jesús no solo muestra su total desaprobación contra los discípulos, sino que también toma la oportunidad de darles una gran lección acerca de reino de Dios y la vida eterna.
Marcos 10.14–15 NVI
Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él.»
Marcos 10.14-
Jesús dice que deberían haber dejado los discípulos que los niños vinieran al Señor. Por implicación, él se agradaba que los padres trajeran a sus hijos para que él los tocara y los bendijera.
Hermanos, no debemos impedir que nuestros hijos vengan a Jesús.
Debemos hacer todo lo posible para que nuestros pequeños estén cerca de Jesús.
Es posible hacer esto cuando desde pequeños los traemos a la casa de Dios para alabar su nombre.
Esto lo hacemos cuando les enseñamos a hacer sus primeras oraciones.
Esto lo hacemos cuando les narramos sus primeras historias de la Biblia - el arca de Noé, los muros de Jericó, la historia del éxodo, etc.
Esto lo hacemos cuando los invitamos a decir un texto en la iglesia por primera vez.
¡Padres, somos responsables de traer a nuestros hijos a Jesús!
No podemos descargar esta responsabilidad sobre el pastor de la iglesia.
No podemos descargar esta responsabilidad sobre el maestro/a de Escuela Dominical.
No podemos pretender que alguien más se va a ocupar porque nuestros hijos sean traídos a Jesús.
Es nuestra gran privilegio poder guiar a nuestros hijos a conocer al Dios que los formó en el vientre de su madre.
Es nuestro gran privilegio poder instruir a nuestros hijos de tal manera que aprendan amar al Dios de sus padres.
Como padres no debemos ser un impedimento para que nuestros hijos vengan a Cristo.
Es posible que nosotros nos convertimos en un impedimento para que ellos vengan a Cristo cuando estamos tan absorbidos en nuestra vida cotidiana, nuestros quehaceres, nuestros problemas del hogar, nuestras preocupaciones, nuestros problemas como pareja - que no tenemos tiempo para buscar a Dios en el hogar.
Debemos rogar a Dios que nos haga familias piadosas, que buscan a Dios con sinceridad, de tal manera que podamos traer a nuestros hijos a Cristo y no ser un impedimento en su conocimiento de Dios.
Jesús dice algo sorprendente acerca del reino de Dios. El reino de Dios le pertenece a estos pequeños.
¿Qué quiere decir esto?
En parte creo que la Biblia nos revela que aunque nuestros hijos tienen una naturaleza caída, como hijos e hijas de Adán, el reino de Dios es de ellos.
En otras palabras, si un pequeño muere en este estado, va ante la presencia de Dios.
La gracia de Dios cubre su naturaleza pecaminosa y es heredero del reino de Dios.
Pero, hay otra enseñanza que Jesús tiene y esa enseñanza era para sus discípulos y para los padres que traían a Jesús para que bendijera a los niños.
En ocasiones sucede que muchos padres traen a sus hijos para ser presentados en el templo.
Cumplen con un rito religioso que se practica en algunas congregaciones.
Sin embargo, olvidan la enseñanza principal del traer a sus hijos a Jesús para que los bendiga.
Marcos 10.15 NVI
Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él.»
Marcos 10.
La enseñanza es para nosotros - si no recibimos el reino de Dios como un niño, no entraremos en él.
¿Cómo recibe un niño el reino?
Un niño confía absolutamente en aquel que le está dando un regalo.
Un niño no trae nada para contribuir.
Un niño descansa absolutamente confiando en aquel que va darle un obsequio.
Un niño mira con ternura a aquel que va a darle un regalo.
Un niño recibe un regalo con expectación y alegría.
Así, el Señor demanda que vengan todos aquellos que dicen creer en él.
Somos llamados a confiar en Jesucristo como confiaría un niño.
Somos llamados a venir con las manos vacías, no hay nada que podemos ofrecer a Dios para ser salvos. Lo único que traemos ante él es nuestra alma pecaminosa para que sea perdonada y lavada con su sangre preciosa.
¡Qué gran diferencia con el joven rico de .
Este joven rico pensaba que algo podía hacer para ganarse el reino de Dios.
Marcos 10.17 NVI
Cuando Jesús estaba ya para irse, un hombre llegó corriendo y se postró delante de él. —Maestro bueno—le preguntó—, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?
Este hombre pensaba que podía traer sus esfuerzos de guardar los mandamientos, delante de Dios, de tal manera que sería digno de la vida eterna.
Marcos 10.19–20 NVI
Ya sabes los mandamientos: “No mates, no cometas adulterio, no robes, no presentes falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre.” —Maestro—dijo el hombre—, todo eso lo he cumplido desde que era joven.
Marcos 10:19-20
Este joven no venía como los niños.
Este joven no venía con las manos vacías.
Este joven no venía con humildad delante de Dios y con total dependencia de la gracia y misericordia de Jesucristo.
Este joven creía que traía suficientes buenas obras como para hacerlo merecedor de la vida eterna.

Conclusión

El evangelista cierra su narrativa escribiendo:
Marcos 10.16 NVI
Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos.
¡Qué hermosa escena!
Jesús toma a los niños en sus brazos y los bendice.
Jesús toma aquellos pequeños que él mismo formó en el vientre de su madre por el poder de su palabra y los bendice.
Hermanos, traigamos a nuestros hijos a Jesús.
Declaremos la bendición de Dios Todopoderoso sobre ellos.
Declaremos que ellos crecerán fuertes, sanos, y que conocerán al Dios de sus padres.
Creamos que Dios los alcanzará con su gracia salvadora.
Traiga a sus hijos a Cristo, ya que él se complace en bendecir a nuestros pequeños.
Hermanos, pero yo le invito a usted también a acercarse a Jesús.
Usted y yo no tenemos nada que ofrecerle.
Venimos con manos vacías.
Venimos confiando únicamente en el amor, gracia, y misericordia, de nuestro Salvador.
Seguramente, él también nos tomará en sus brazos y nos bendecirá - algo que tanto necesitamos en este mundo tan dificíl.
Related Media
See more
Related Sermons
See more