Un Padre Compasivo
Parábolas de Jesús • Sermon • Submitted
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Las Parábolas de Jesús
Las Parábolas de Jesús
Una característica central de la enseñanza de Jesucristo fue el uso de símiles sobre el reino de Dios, que cuales estaban basadas en experiencias humanas. Cristo las usó con frecuencia para solicitar una respuesta a su mensaje.
Las parábolas son una característica central de la enseñanza de Jesucristo
(RVR60) — 34 Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; 35 para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.
Ver también ;
(RVR60) — 2 Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos,
(RVR60) — 33 Con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír. 34 Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo.
Características diferentes de las parábolas de Jesucristo
Varían en complejidad y longitud
Varían en complejidad y longitud
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(RVR60) — 6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
(RVR60) — 18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. 20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
(RVR60) — 37 Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.40 De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo.41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad,42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga. 44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. 45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,
(RVR60) — 52 El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
Varían en el uso de metáforas, imágenes de palabras, objetos y acciones
Varían en el uso de metáforas, imágenes de palabras, objetos y acciones
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(RVR60) — 13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. 14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
(RVR60) — 44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
(RVR60) — 2 Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,3 y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
(RVR60) — 18 Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. 19 Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. 20 Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera? 21 Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. 22 Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
(RVR60) — 8 ¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?9 Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido.10 Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
El impacto total de una parábola se puede perder a menudo si el contexto judío no se entiende:
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(RVR60) — 30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. 31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; 34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. 35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. 36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 37 Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
(RVR60) — 11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos;12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. 25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; 26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. 29 Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. 31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.
Se basan en la experiencia humana
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(RVR60) — 33 Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.
(RVR60) — 12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado? 13 Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron. 14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.
(RVR60) — 41 Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta;42 y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?43 Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.
Los temas de las parábolas de Jesucristo
El reino de Dios
(RVR60) — 30 Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos?
Ver también ; ;
(RVR60) — 31 Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; 32 el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
(RVR60) — 44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. 45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,
(RVR60) — 26 Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra;27 y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo.28 Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga;29 y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.
La relación con Dios
(RVR60) — 20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
Ver también ; ;
(RVR60) — 9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
(RVR60) — 12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado? 13 Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron. 14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.
(RVR60) — 7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
El comportamiento correcto
(RVR60) — 37 Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
Ver también ; ;
(RVR60) — 24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. 26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
(RVR60) — 6 Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló.7 Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra?8 Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone.9 Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después.
(RVR60) — 27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano.
El fin de los tiempos
(RVR60) — 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
Ver también ; ; ; ; ;
(RVR60) — 1 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.
(RVR60) — 14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.
(RVR60) — 35 Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana;
(RVR60) — 35 Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;36 y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida.
(RVR60) — 40 Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.
(RVR60) — 22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
Jesucristo habla de sí mismo
(RVR60) — 37 Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.
Ver también ;
(RVR60) — 2 El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo;
(RVR60) — 10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
Los “yo soy” de Jesús son parábolas breves:
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(RVR60) — 35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
(RVR60) — 12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
(RVR60) — 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
(RVR60) — 1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Entendiendo las parábolas de Jesucristo
A veces es necesaria una explicación más detallada
(RVR60) — 36 Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo.
Ver también ;
(RVR60) — 18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:
(RVR60) — 15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos esta parábola.
A veces el significado está oculto
El significado de las parábolas de Jesucristo fue ocultado sólo para aquellas personas que tenían un corazón y una mente cerrada. Ver también;
(RVR60) — 9 Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola? 10 Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.
(RVR60) — 9 Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. 10 Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.
Las parábolas exigen una acción
Las respuestas a las parábolas de Jesucristo
(RVR60) — 14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Respuestas positivas
(RVR60) — 24 Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó.
(RVR60) — 5 ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. 6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
(RVR60) — 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
(RVR60) — 45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
(RVR60) — 13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
(RVR60) — 40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
(RVR60) — 45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.
(RVR60) — 21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
(RVR60) — 32 No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. 33 Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye.
Respuestas positivas
(RVR60) — 16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
Ver también ;
(RVR60) — 28 Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; 29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
(RVR60) — 51 Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.
Rechazo de Jesucristo y sus parábolas
(RVR60) — 19 Procuraban los principales sacerdotes y los escribas echarle mano en aquella hora, porque comprendieron que contra ellos había dicho esta parábola; pero temieron al pueblo.
Ver también
(RVR60) — 14 Y oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él.
El Hijo Menor, más similar de lo que nosotros imaginamos.
El Hijo Menor, más similar de lo que nosotros imaginamos.
11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos;
12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.
13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
Una declaración más que ofensiva.
Una declaración más que ofensiva.
parábola del sembrador; parábola de la red; parábola de la oveja perdida; parábola del buen samaritano; parábola del hijo pródigo; parábola del fariseo y el publicano
“Dame la parte de los vienes que me corresponden”, con esta declaración, el hijo de forma vil le esta diciendo a su padre que lo prefiere muerto, no solo que lo prefiere muerto sino que desearía que estuviese muerto.
El hijo Menor, Hanton, el dueño de nada, el culpable de todo. (chistes del el hermano como el eterno heredero de todo lo que dejan sus hermanos mas grandes), del mismo modo nosotros que no somos dueños de nada nos comportamos como el hermano menor, de repente nos creemos dueños de nuestras propias vidas, de repente nos creemos dueños de nuestro tiempo y recursos. y a través de nuestro comportamiento somos ofensivos con Dios y le decimos que no que no queremos que Él este en nuestras vidas.
La premeditación del Pecado
La premeditación del Pecado
(RVR60) — 1 Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.9 El que tiene oídos para oír, oiga. 10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? 11 El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. 14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis. 15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane. 16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. 17 Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron. 18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. 20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
En el verso 12 y 13 vemos a través de los comentarios del hijo, que esta petición “Dame la parte de los vienes que me corresponden” “No muchos días después, juntándolo todo”, este muchacho se tomo el tiempo para juntar a su familia, hacer la petición, probablemente presionar para que se resolvieran todos los asuntos legales para que se diera la sucesión, tuvo que ignorar en este tiempo probablemente las advertencias de todos los que estaban en casa, incluso tuvo que tomarse el tiempo para promocionar todos los bienes heredados y venderlos entre amigos y conocidos, es decir nada de lo que sucedió en estos días fue algo que pasara porque sí, había planeación, premeditación, estrategia en la aplicación de cada detalle del plan, del mismo modo cada uno de nosotros se comporta al momento de pecar, nadie simplemente “cae en pecado” primero concibe la idea en su corazón, la premedita, la calcula y luego la ejecuta.
, La planificación del pecado de David.
(RVR60) — 47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. 51 Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.52 El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
La temporalidad del pecado y sus consecuencias
La temporalidad del pecado y sus consecuencias
La temporalidad del pecado y sus consecuencias
La temporalidad del pecado y sus consecuencias
(RVR60) — 12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado? 13 Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron. 14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.
El hijo menor pensó que esta sería su vida, por el resto de sus días. nada más lejos de la realidad, él pensó que la vida en el pecado siempre será temporal y circunstancial. (el chiste del infierno y el cielo)
aquellos que toman decisiones anteponiendo la temporalidad de esta vida, siempre decidirán mal. y siempre, más temprano que tarde van a pagar las consecuencias. Esaú y su actitud ante la promesa eterna de ser parte de un linaje escogido, Ananias y Safira, y su gran mentira para guardar las apariencias. el pecado siempre será temporal y sus consecuencias podrían no serlo.
“El pecado siempre será una respuesta temporal y equivocada a nuestra circunstancia”
El triste Destino del pecado
El triste Destino del pecado
las algarrobas. el cochinero. el circulo vicioso del pecado.
El arrepentimiento genuino, que conduce a la acción
El arrepentimiento genuino, que conduce a la acción
Volviendo en si, levantándose,
El Padre amoroso y su eternal gracia.
El Padre amoroso y su eternal gracia.
correr y la deshonra como símil de la renuncia de la naturaleza divina de Jesús para venir a la tierra en forma de hombre.
mejor ropa, la del padre, anillo, el sello de la familia, calzado, típico de los hombres libres.
El Hermano mayor y su actitud de siervo.
El Hermano mayor y su actitud de siervo.
la terrible religiosidad de hoy
(RVR60) — 25 Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?26 Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.28 Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. 29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? 30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. 31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; 34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. 35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. 36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 37 Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
(RVR60) — 11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos;12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. 25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuan
(RVR60) — 9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.