Sermón sin título

VEN A MÍ, NO TE DETENGAS

Ninguna historia de la Biblia debe ser vista como un evento aislado del plan de redención del Señor. El Señor no registró en su Palabra eventos que no tengan ninguna relación con su redención, aún cuando estos parecieran no tener sentido en nuestra actualidad ni mucho menos a nuestra vida. Cada relato que la Biblia proporciona nos permite ver una aspecto de nuestra relación con Dios, ya sea desde nuestra condición pecadora o de nuestra condición de paz con Él.

Cuando nos acercamos a la historia de José, el hijo de Jacob, vemos este mismo principio. Su historia es una similitud o un adelanto de la obra preciosa de redención del Señor. El terrible trato que recibió José de sus hermanos Dios lo tornó para bien (), de igual manera el terrible padecimiento del Salvador fue necesario para nuestra salvación (). Esta es la verdadera enseñanza de la Palabra de Dios, todo apunta al Hijo de Dios.

Pero, no es curioso que para algunos evangélicos esto sea nuevo, pues sus oídos solo han escuchado las grandes obras de piedad que hizo José y cómo escapó de la tentación de la mujer del Potifar, esto se debe a la poca diligencia del estudio de la Palabra y al ataque del enemigo diluyendo los relatos bíblicos a simplemente novelas que tienen un toque entretenedor y no redentor.