2 Pedro Bhr

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2 PEDRO

INTRODUCCIÓN

I. LA AUTENTICIDAD DE LA EPISTOLA:

         La autenticidad de 2 PEDRO carece de evidencia externa más que cualquier otra carta del Nuevo Testamento.  En el principio no era aceptada generalmente como canóni­ca.  Muchos de los llamados "Santos Padres" (los religiosos primiti­vos que escribían y comentaban sobre las Escrituras inspiradas) no cita­ron directamente de 2 PEDRO, aun­que sí hay en los escritos entre algunos de ellos citas muy parecidas a textos en dicha carta. La Versión Siríaca Antigua (la Pes­chito) no la incluyó (pero sí aparece en la Versión Siríaca Posterior). 2 PEDRO era parte de la colección de libros llamada la Anti­legomena (palabra griega com­pues­ta de "contra" y "decir"; o sea, libros "disputados").  Los otros libros de esta colección eran He­breos, Santiago, 1 y 2 de Juan, Judas, y Apo­calip­sis). No eran libros rechazados, sino puestos en dudas.  (Con el tiem­po todos éstos fueron incluidos en el canon de las Sagradas Escrituras). Esta colección de li­bros no ha de ser confundida con la de los "espurios", libros que nunca llegaron a ser con­siderados como canónicos. Los manuscritos más an­tiguos sí contienen los libros mencionados arriba (la Antile­gomena); son el Si­naítico (año 350), el Vaticano (325-350) y el Alejandrino (450). El concilio de Lao­dicea (año 366), el de Hipona (393) y el de Cartago (397) incluyeron a 2 PEDRO en el canon de las Escrituras Sagradas.

         Eusebio (historiador), Jerónimo y Oríge­nes no negaban la autenticidad de 2 PEDRO; nada más decían que existían dudas respecto al libro. Eusebio escribió que algunos nega­ban la inspiración del libro porque el estilo de él, comparado con el de 1 PEDRO, era muy diferente. Pero dicha diferencia se pue­de atribuir a la gran di­ferencia de temas tra­tados. La diferencia aludida tenía que ver con el capítulo 2 solamente. Por otra parte, hay mucha semejanza entre los dos li­bros.  Hay palabras peculiares a los dos, y palabras que solamente pocas veces se hallan fuera de ellos.  Además, hay palabras en los dos libros de PE­DRO que son similares a palabras usadas por Pedro en el libro HECHOS. 

         La evidencia interna de su autenticidad es de peso. Pedro reclama ser el au­tor, y se expresa en el ver. 1 en una manera en que ningún autor falso lo ha­ría. Dice en 3:1 que ya había escrito a los mismos lectores a quienes se diri­gió 1 PE­DRO. En .1 P­ed. 1:14,15 se identifica con el Pedro de Jn. 21:18,19. Se inclu­ye con los demás apóstoles como testigo ocular de la transfigura­ción (1:16,17).

         Los dos libros tocan temas iguales: la segunda venida de Cristo (1 P­ed. 4:5;. 2 Ped. 3:10), la inspiración de los profetas (1 Ped. 1:10,11;. 2 Ped. 1:20,21), y el evitar la mundanalidad (1 Ped. 1:22;. 2 Ped. 1:4).  En las dos cartas se encuentra la palabra griega rara traducida "virtud" (o excelencia). La re­fe­rencia a "nuestro amado hermano Pablo" corresponde a lo que diría el apóstol Pedro, mientras que un autor falso de tiempo más tarde se habría expre­sado, re­firiéndose a Pablo con títulos eclesiásticos comunes de la época (por ejemplo, "San Pablo").

         No hay nada de herejía en este libro, ni ninguna enseñanza que contradiga las verdades de los demás libros del Nuevo Testamento. Los libros apócrifos siempre llevan mucho detalle biográfico que obviamente son de la imaginación. No hay nada de esto en este libro. 

        

II. EL AUTOR DE LA EPÍSTOLA:

         Simeón Pedro reclama ser su autor (.1 P­ed. 1:1).  Orígenes (año 185-254) dice que Pedro dejó una epístola y que se admita que también otra.  Jerónimo (año 347-420), traductor de la Versión Vulgata, dice que Pedro escribió dos epístolas. Las referencias en esta epístola a la vida del autor (dadas tres párrafos arri­ba) concuerdan con el apóstol Pedro. El autor conocía a Pablo personal­mente y se consideraba como igual a él.

         Sobre la persona de Pedro, véase NOTAS SOBRE 1 PEDRO, INTROD., III.

         Si Pedro es el autor de 2 PEDRO, entonces la autenticidad de la carta es innegable.

III. A QUIENES LA ESCRIBIO:

         En el principio de la carta no se nombran ningunos recipientes en particu­lar, pero 3:1 identifica los destinatarios como los mismos que se mencionan en .1 Ped. 1:1,2.  Probablemente la segunda carta fue escrita desde Babilonia también (1 Ped. 5:13).  En realidad no hay información exacta sobre el particular.

 

IV. EL PROPOSITO DE LA EPISTOLA:

         Como la primera epístola de Pedro consolaba a los hermanos en grandes prue­bas de la fe, debido a la persecución, la segunda muestra que la falsa doctri­na era un peligro tan grande para su fe como la persecución.  La segunda fue es­cri­ta para advertir en con­tra de los falsos maestros que ya iban aparecien­do, aunque el uso del tiempo futuro (2:1-3, habrá, introducirán, seguirán, ha­rán) indi­ca que la manifestación plena de sus errores todavía no había llega­do. La falsa doctrina combatida en esta epístola apunta a lo que más tarde vi­no a ser llamado el gnosticismo.

         Sobre el gnosticismo, véase mi obra NOTAS SOBRE I JUAN, INTROD., VIII.

         La salvaguarda contra el error es el cono­cimiento que ha sido dado en el evangelio.  Los falsos maestros hablaban mucho acerca de su "conocimiento" ad­quirido por intuición (por eso eran llamados "gnósticos", porque en el griego la palabra "conoci­miento" es gnosis). En vista de esto, Pedro ahora escribe a los hermanos para confirmarles en la fe del evangelio, el "pleno conocimiento" de Jesucristo (1:2,3). Este es el tema principal. La palabra "conocimiento" aparece un buen número de veces en esta carta.

         Los falsos maestros que describe Pedro eran libertinos, radicales, y burla­dores. Ne­gaban la deidad de Jesús y la humanidad de Cristo. Eran sensuales, negando la realidad del pecado. Negaban la doctrina apostólica con referencia al fin del mundo. (Los evolucionistas de hoy hacen el mismo argumento que ha­cían los gnósticos, 3:4, llamándolo "el uniformitarianismo"). Abogaban por ideas y prácticas que más tarde caracterizarían al gnosti­cismo. Estos eran cristianos que habían bebido de la fuente de esa falsa filosofía.  Habían sido bautizados en Cristo, pero luego abandonaron la fe.  Com­párense 2:21,22; 1 Jn. 2:18,19.  Pedro enfatiza que la destrucción de ellos es cierta, y exhorta a los hermanos a no caer en el error de esos inicuos.

         Pablo trata el mismo problema en Col. 2:8,16-23, y recuerda a los hermanos que en Cristo uno es completo. Al cristiano no le falta ningún supuesto cono­ci­miento filo­só­fico humano.

         En su finalidad esta carta nos recuerda mucho de las advertencias de Pablo en tales pasajes como Hech. 20:29-31; Col. 2:8; 2 Tes. 2:3; 1 Tim. 4:1-3; y en 2 Tim. 3:1-4.

V. EL TIEMPO EN QUE LA ESCRIBIO:

         A continuación doy las razones de por qué concluyo que esta carta fue es­crita en 66 o 67 d. de J.C.

         1. Pedro ya era de grande edad cuando la escribió (.1 P­ed. 1:14; Jn. 21:18,19).

         2. Se cree que Pedro fue muerto al fin del año 67, o a principios del 68, en el año decimotercero de Nerón.

         3. Si no todas, la mayor parte de las cartas de Pablo ya habían sido es­critas (.1 P­ed. 3:15,16).  Estas cartas fueron escritas entre el año 62 (1 Tes.) y el 66 (2 Tim.).  Había pasado suficiente tiempo para que fueran pervertidas algu­nas de dichas cartas.

         4. Esta epístola, mayormente en el capí­tulo 2, trata los mismos problemas tratados en el libro de Judas, y supongo que Judas fue escrito cerca de 65 d. de J.C.

         5. La falsa filosofía del gnosticismo llegó a ser problema verdadero ya tarde en el siglo primero.

         Desde luego es imposible fijar una fecha exacta.

2 PEDRO 1

 

1:1 -- "Simeón Pedro".  Véase .1 Ped. 1:1.  Algunos manuscritos anti­guos dicen "Simeón Pedro".  Las Ver. B.J. y P.B. dicen, "Simeón", y otras (B.A., H.A.) dicen en el margen que puede ser "Simeón".

         Su nombre era Simón (según el griego) o Simeón (según el hebreo), y su apo­do era Pedro (Mat. 16:17,18; Jn. 1:42).  "Cefas" es del arameo; "Pedro" del griego.

         El nombre "Simón Pedro" es común en las Escrituras (Luc. 5:8; Jn. 13:6,9; 20:2; 21:15).

         --"siervo y apóstol de Jesucristo". Esta com­binación de palabras se en­cuentra en el Nuevo Testamento solamente aquí. Compárese Tito 1:1.

         Al decir "siervo", Pedro enfatiza su completa sumisión a la voluntad de Je­sucristo.  Los gnósticos no se sometían en nada a ella.  Con este término Pe­dro enfatiza el contraste.  Pablo (Rom. 1:1), Santiago (1:1) y Judas (1:1) también emplean este término.

         Sobre "apóstol", véase .1 Ped. 1:1, co­mentarios.

         En esta epístola Pedro siempre junta los dos nombres "Jesús" y "Cristo", di­ciendo "Jesucristo", y agrega algún predicado, como "Salvador". Esto es sig­ni­ficativo. Los gnósticos admitían la historicidad de Jesús, el hom­bre, y admi­tían la deidad del Cristo. Lo que negaban, como lo niegan los modernistas de hoy en día, es que ¡Jesús de Nazaret es el Cristo! Compárense Mat. 16:13-16;. 1 Cor. 3:11.

         --"a los que habéis alcanzado". Véanse .1 P­ed. 3:1 con .1 Ped. 1:1. Los recipien­tes de esta car­ta, y los de 1 Pedro, son los mismos.

         El verbo "alcanzado", según la palabra griega, significa literalmente "al­can­zar por suerte" (y no por el esfuerzo solo del hombre). Otras versiones di­cen, "a los quienes tocó fe igualmente preciosa" (P.B.), "han recibido una fe" (B.A.), "les ha cabido en suerte una fe" (B.J.), y "a cuantos ha correspondido ... una fe" (JTD.).  La misma palabra griega se emplea en Luc. 1:9 y en Hech. 1:17.  Nótese la traducción de esta versión (Rev. de 1960) en esos dos pasajes.

         --"por la justicia". Debe ser "en la justicia" (Versiones H.A., P.B., B.A. <margen>, Mod., JTD., ASV.).  Así dice el texto griego.  Es que la fe re­ferida ha sido (por Dios) sorteada en la esfera de, o en conexión con, la jus­ticia de Dios (o de Cristo); es decir, no en consideración de algún mérito hu­mano. La palabra "jus­ticia" aquí se refiere a los tratos justos de Dios, quien es justo, al pro­veer las cosas del evangelio, o de la salvación. Compárese Rom. 3:26. La fe igualmente preciosa es obtenida, o alcanzada, en co­nexión con el plan de sal­vación de Dios.  El evangelio revela su justicia (Rom. 1:16,17).

         No hay nada de "imputación calvinista" en esta frase.  Hay quienes citan es­te versículo para apoyar la doctrina de que la justicia personal de Jesús, la cual él vivió en este mundo, es imputada (es decir, transferida) al creyen­te, y que ahora Dios no ve al pecador que en realidad lo sigue siendo el cre­yen­te, sino ve solamente a Cristo cuya justicia como una capa o cubierta lleva el creyente, pero que el creyente mismo no tiene ninguna justicia; solamente es contado él como si fuera justo. Pedro, en esta carta que combate la herejía pro­minente de ese tiempo, comienza diciendo que la fe del evangelio al hombre ha sido he­cho disponible en conexión con los tratos justos de Dios.

         Como no hay "imputación" en el ver. 2, "en el conocimiento", tampoco lo hay en el ver. 1, "en la justicia". Las dos frases son idénticas en construcción.

         --"de nuestro Dios y Salvador Jesucristo".  Esta frase dice que Jesucristo es nuestro Dios.  Tal es la enseñanza de Jn. 1:1; 10:30,33; .1 Jn. 5:20. En el texto griego hay un solo artículo definido, no dos; es decir, el Dios y Salva­dor de nosotros, Jesucristo. No dice, el Dios y el Salvador. 

         La Ver. N.M., de los Testigos de Jehová, aunque excelente en gran parte en su apego literal al texto griego, en este caso dice, "de nuestro Dios y del Salvador Jesucristo", ha­ciendo que se haga referencia a dos personas, porque ellos niegan que Jesucristo es Dios.  En Jn. 1:1 esa versión dice, "...y la Pa­labra era un dios", usando una "d" minúscula. Manipulan las Escrituras pa­ra dar un apoyo aparente a sus doctrinas falsas. Cristo y Dios el Padre no son la misma persona (Jn. 1:1), aunque son uno (en propósito) (Jn. 10:30). Jesu­cristo es Dios. Esto los gnósticos negaban, y por eso Pedro pone énfasis en ello. Hasta la fecha todo modernista (unitario) lo niega tam­bién.

         --"una fe igualmente preciosa". La fe aquí referida no es subjetiva; no es el creer de la persona. Es objetiva; es algo "sorteado" por Dios. La fe del hombre viene por el oír (Hech. 15:7; Rom. 10:17). No es don de Dios, se­gún afirma el calvinismo. Efes. 2:8 es pervertido por el calvinista para que diga que "la fe no es de nosotros, es don de Dios", pero Pablo en dicho pasaje dice que ESTO (no "ésta", como si hablara de la FE) es don de Dios.  En el tex­to griego, como también en el español está bien indicado, el pronombre demostrativo es NEUTRO, "esto", haciendo referencia a todo lo dicho anteriormente; o sea, al hecho de que por gracia somos salvos por la fe. Esto es lo que es don de Dios. Para referirse a la fe misma, como don de Dios, Pablo habría usa­do el pronombre femenino, "ésta", pues en el griego (como en el español) la palabra "fe" es del género femenino. Pedro se refiere a la fe del evangelio (Fil. 1:27; Gál. 1:23).

          La frase "igualmente preciosa" da a entender que da a todos los mismos pri­vilegios en Cristo.  Considérese Judas 3, "común salvación".

         --"que la nuestra". Algunos entienden que Pedro, al decir "nuestra",  se refiere a los judíos. Es cierto que los gentiles recibieron la misma fe obje­tiva que los judíos (Rom. 1:16; Hech. 11:17,18; 15:9). Pero Pedro no estuvo escribiendo solamente a gentiles, para que hiciera esa distinción. Véase NO­TAS SO­BRE 1 PEDRO, INTROD., V.

         Puede estar refiriéndose más bien a "nosotros, los apóstoles", como testi­gos oculares.  Compárense .1 P­ed. 1:16-18;. 1 Jn. 1:1-3.

         De todos modos la fe del evangelio, atestiguada por testigos oculares e inspirados (cuyo testimonio fue confirmado por milagros), constituye la salva­ción común para todo el mundo. Esa fe es UNA (Efes. 4:5). Lo que afirmaban los gnósticos era otra cosa.

1:2 -- "Gracia y paz os sean multiplicadas".  Véase .1 Ped. 1:2. Dios multiplica la gracia y la paz a quienes continúen en el referido conocimiento. Fuera de él no se pueden esperar.

         --"en el conocimiento ... Jesús". Como en el ver. 1 vimos la frase "en la justicia", ahora vemos ésta, "en el conocimiento". En conexión con este cono­cimiento, o en la esfera de él, Dios multiplica sus favores y bendiciones a los hombres.

         La palabra griega, aquí traducida "conocimiento," es epignosis, que es la palabra gnosis (conocimiento) intensificada (por me­dio del prefijo epi, "so­bre"). Ocur­re también en .1 P­ed. 1:3,8; 2:20. En forma verbal aparece en .1 P­ed. 2:21. Da a entender un conocimiento exacto y pleno, y en el cual el creyente tiene par­ticipación. Significa más que una mera colección de datos o de información. La Ver. N.M. dice, "conocimiento exacto".

         Siendo Jesús el Señor, el cristiano, salvado por este Salvador (ver. 1), le quiere servir en completa obediencia. Es un placer hacerlo.

         Son dos las Personas Divinas referidas en este versículo.

                  

1:3 -- "Como todas ... piedad". Este versículo subraya la completa su­ficiencia de la Voluntad Revelada de Dios, la fe del evangelio, y así da se­guridad al creyente de que suple todas sus necesidades para la vida espiri­tual.  (¡El gnóstico no podía suplir cosa adicional!  Tampoco pueden suplir na­da las supuestas revelaciones modernas de las iglesias sectarias).

         La vida aquí referida es la espiritual y eterna (Jn. 14:6; 11:25,26; Efes. 2:1,5; Col. 3:3,4; .1 Jn. 5:11,20). La palabra "piedad" viene de la griega, eusebeian, compuesta de eu (bien) y sebeian (adorar, como en Rom. 1:25).  La vida espiritual es ma­nifestada en hechos de piedad o devoción correspondien­tes, y no en el libertinaje de los gnósticos.

         --"nos han sido ... poder". El divino poder de Dios ha otorgado todas las cosas conducentes a la vida y a la piedad, dice la Ver. H.A.  El verbo "otor­gado" en el griego (doreo­mai) es del tiem­po que da a entender que es un hecho pasado, cu­yos efectos continúan. Esta palabra griega significa dar libremen­te, presentar, u otorgar, y da a entender generosidad. Aparece también en el pró­ximo versículo, y en Mar. 15:45 ("concedió", Ver. H.A.).

         "Todas las cosas", aquí referidas, constitu­yen "la fe una vez dada a los santos" (Judas 3). Este poder de Dios es "divino" (theios, palabra que ocurre en Hech. 17:29, divinidad).  El origen de toda bendición espiritual en Cristo (Efes. 1:3) es el mismo poder de Dios. Compárese Rom. 8:32. ¿Podían los gnós­ticos reclamar tal cosa para su "gnosis", y probarlo?

         --"mediante el conocimiento". Otra vemos damos con epignosis, como en el ver. 2.  Esta donación del Dios Todopoderoso, de to­das las cosas pertenecien­tes a la vida y a la piedad del hombre, es realizada por medio de este conoci­miento. Por eso la Palabra de Dios es viva y eficaz (Heb. 4:12) y permanece para siempre; revela la verdad que hace renacer al hombre y le libra (1 Ped. 2:23,25; Jn. 8:32). La vida eterna para el hombre consiste en conocer a Dios (Jn. 17:3), que es saber de él y aprobar sus caminos al obedecerle en todo.

         --"de aquel que nos llamó". La invitación divina (1 Ped. 2:9,21; 3:9; 5:10). Efes. 1:17-23 trata en detalle lo que va involucrado en esta invita­ción, o llamamiento. Dios no salva incondicionalmente a un cierto número de hom­bres, según el calvinismo. El llama a todos por el evangelio (Mar. 16:15,16; Apoc. 22:17).

         --"por su gloria y excelencia". Muchos manuscritos antiguos dicen "propia gloria y excelencia", y así se traduce en las Ver. Mod., JTD., B.J., ASV, H.A. No fue por alguna gloria y excelencia nuestra que el hombre pecador pue­da ser llamado a la vida eterna, ¡sino por la de él!

         La palabra griega arete significa excelencia, sea en moralidad (Fil.4:8) o en poder (como en el caso de Dios en este versículo, o en .1 Ped. 2:9). A ve­ces se traduce "vir­tud" (ver. 5).

         Este versículo 3 está tan lleno de información, que es un gran resumen del men­saje total de la Biblia. Dios hizo uso de su poder divino, demostrando así su gloria, al hacer posible el rescate del hombre pecador, con milagros e ins­pira­ción, para revelar al hombre el conocimiento de la verdad que ha sido pre­dica­da, llamando así al pecador a la vida espiritual, manifestada en hechos de pie­dad.  Con razón dice Pablo en Efes. 2:8,9 que "esto" de la salvación por gra­cia por medio de la fe no es del hombre (de su gloria y excelencia), sino que es don de Dios.

 

1:4 -- "por medio de las cuales".  Se hace referencia a la gloria y ex­celencia de Dios. Nótense las tres frases preposicionales introducidas con la palabra "por" en el ver. 3 y en éste.

         --"nos ha dado". "Nos ha regalado", dice la Ver. NVI. Es el mismo verbo que aparece en el ver. 3 ("han sido dadas"). Véanse los comentarios allí.

         --"preciosas y grandísimas promesas".  Son preciosas en vista de su gran valor para el alma del hombre. La misma palabra griega describe la fe del cre­yente (1 Ped. 1:7) y la sangre de Cristo (1 Ped. 1:19).

         Estas promesas de Dios son grandísimas, porque tienen que ver con el per­dón de los pecados (que si no fueran perdonados, nos destruirían, Rom. 6:23), la paz con Dios, su Providencia, la venida de Cristo la segunda vez (2 Ped. 3:4), y el cielo (3:13). Estas promesas cuidan y consuelan al alma en esta vi­da.  Siendo promesas de Dios, ¡se cumplirán! pues, no miente (Tito 1:2). Véanse Jos. 21:45; 23:14; 1 Reyes 8:56.

         --"para que por ellas ... naturaleza divina". Estas promesas tan precio­sas y grandes son la base de la esperanza del hombre de participar de la natu­raleza divina.

         La palabra "participantes" traduce la mis­ma palabra griega de la cual vie­ne la palabra "comunión". Véanse Heb. 12:10; 1 Ped. 5:1.  La participación, o comunión, con la naturaleza divina (que es la excelencia moral de Dios, su ab­so­luta santidad, la cual constituye su gloria; Compárese Rom. 3:23) comienza en esta vida (1 Ped. 1:14-19, Efes. 3:6; 4:24; Col. 1:27; Heb. 12:14 y todos los pasajes, como Gál. 2:20, que hablan de estar Cristo en el cristiano). Véanse también 2 Cor. 3:18; Col. 3:10. La consumación de esta comunión no será reali­zada hasta que Cristo venga la segunda vez.

         --"habiendo huido ... en el mundo". El mismo verbo griego, para decir "huir", apa­rece en 2:18, y en 2:20 ("escapado"). Se huye de lo que es destruc­tivo: de la fornicación (1 Cor. 6:18; Gén. 39:12), de la idolatría (1 Cor. 10:14), de las pasiones juveniles (2 Tim. 2:22), y de "estas cosas" (menciona­das en los versículos anteriores, como por ejemplo el amor al dinero, 1 Tim. 6:11). 1 Cor. 10:13 habla de la "vía de escape" (Ver. B.A.).

         El evangelio tiene por propósito darnos el escape del pecado.  Véanse Rom. 6:23; Jn. 8:24.

         La corrupción referida en este versículo es la corrupción moral que produ­ce la muerte eterna. Destruye al hombre. El hombre, ya que peca, va a degene­rarse, viviendo como la descripción dada en Rom. 1:21-32, o regenerarse, na­ciendo de nuevo como cristiano. Solamente en el cristiano no reina el pecado (Rom. 6:12,14). Los demás no tienen esperanza (Efes. 2:12; 1 Tes. 4:13).

         La corrupción es lo que caracteriza al mundo sin Cristo (1 Jn. 2:15-17).

         --"a causa de la concupiscencia". Estas cuatro palabras traducen el texto griego de dos palabras; a saber, "en concupiscencia".  Dice el texto griego: "corrupción en mundo en concupiscencia". La primera preposición "en" es lo­cal; es decir, donde está esta corrupción es en el mundo.  La segunda preposi­ción "en" de­nota conexión. En conexión con la concupiscencia la corrupción está en el mun­do. La concupiscencia son los deseos in­moderados, o pasiones peca­minosas, del hom­bre (Rom. 7:5; Gál. 5:24). La corrupción moral es el fruto de la concupis­cencia. Ella hace estragos al hombre y le hunde en la rui­na. "El mu­ndo en­tero yace en el maligno" (1 Jn. 5:20, Ver. H.A.). ¡Pobre del pecador!

1:5 -- "vosotros también".  Notemos estas versiones: "también por es­to mismo" (H.A.), "Y vosotros mismos al poner en esto mismo toda diligencia" (P.B.), "Por esta razón también" (B.A.), "también por esto mismo" (Mod.), "Pre­cisamente por esto" (NVI). La Ver. N.M., como también la ASV en inglés, se a­pegan más literalmente al texto griego; dicen, "Sí, por esta misma razón". P­e­dro introduce este versículo recordando a los lectores que, dado que nos hemos escapado de la corrupción en el mundo en conexión con la concupiscencia, y es­tamos participando de la Naturaleza Divina, debemos poner toda diligencia en el asunto de añadir las "siete cualidades divinas".

         --"poniendo toda diligencia por esto mis­mo". Sobre la frase "por esto mis­mo", véanse los comentarios en el párrafo anterior.

         El verbo aquí, "poniendo", en griego significa "introducir al lado de (al­go)". Dios ha hecho su parte (vv. 3,4); ahora toca al hombre hacer la suya (que es, suplir las cualidades), habiendo puesto toda diligencia al lado de lo que Dios ha hecho. Bien dice la Ver. Mod., "también por esto mismo, poniendo de vuestra parte todo empeño, añadid ..."  Hay la parte de Dios; hay la parte del hombre, pues la salvación ¡es condicional!

         --"añadid a vuestra fe virtud". Las Ver. P.B., N.C. y ASV. siguen más li­teralmente al texto griego. En lugar de decir añadir "a", dicen que "en" una cosa suplir, proporcionar, o mostrar, la otra. No es cuestión de cadena, con eslabones agregados a los ya conseguidos, juntando el uno al anterior, sino de progreso por medio de desarrollo, supliendo la siguiente cualidad en el ejerci­cio de la anterior.  La preposición griega es "en", y no "a". 

         Este verbo, "añadir" (según nuestra versión), no lleva tan bien la idea de la palabra griega como lo hace "suplir", o "suministrar".  Aparece en 2 Cor. 9:10 ("proveer "), en Gál. 3:5 ("suministra"), y en Col. 2:19 ("nutrién­dose"). Es de forma intensificada. Aparece en el ver. 11, "otorgada" (y en la Ver. P.B., "procurada", o en la MOD., "suministrar "). Dice Pedro, "en esto suplir eso".

         La palabra "fe" en este versículo es la fe subjetiva. Compárese la "fe" del ver. 1, co­men­tarios.

         Sobre la palabra "virtud", véanse ver. 3; 1 Ped. 2:9. La idea, a mi pare­cer, no es tanto de "excelencia" (moral), sino de "poder" y "energía". Como Dios usó de gran poder en su obra, también los cristianos deben hacer que su fe supla o proporcione poder en actos vigorosos (Efes. 2:10; 3:20; Tito 2:14). La Ver. S.A. dice, "fortaleza". Hay versiones que dicen, "valor".

         --"a la virtud, conocimiento". Véanse ver. 3; 3:18. En este caso (y en 3:18) la pa­labra para decir "conocimiento" es GNOSIS. El cristiano debe ir de­sarrollándose, conociendo más y más de la Revelada Voluntad de Dios.  El que no va creciendo en esto, no se salvará.  Nunca debe la persona contentarse con lo que haya aprendido de la Biblia, sino debe tratar de llegar a ser más y más alumno maduro de ella (Heb. 5:14; 6:1,2).

1:6 -- "al conocimiento, dominio propio". Inherente en la palabra griega para decir "dominio propio" es el concepto de "fuerza". La idea es de ten­er fuerza en el control de sí. La palabra griega aparece en Hech. 24:25 ("do­minio propio") y en Gál. 5:23 ("templanza").  En forma adjetival aparece en Tito 1:8 ("dueño de sí mismo"). En 2 Tim. 3:3 vemos la palabra en forma nega­tiva ("intemperantes"). Otras versiones emplean las pala­bras "gobierno de sí mismos" (N.M.), "moderación" (NTP.), "templanza" (T.A.), y "do­minio de sí mis­mo" (NVI). Dios ha dado al hombre ciertos poderes (como el sexo, el ham­bre, el habla, etcétera), los cuales el hombre carnal abu­sa, en lugar de hacer buen uso de ellos, según la Palabra de Dios. El cristiano ejercita fuerza en do­minar estos poderes de Dios, usando bien la lengua, el sexo, el hambre, y ta­les cosas, dentro de los usos y las relaciones para los cuales Dios los dise­ñó. En el ejercicio del conocimiento suple la fuerza para ser dueño de sí mis­mo. El hombre es responsable de sus hechos; no tiene excusa para la esclavi­tud de los vicios. Se va a controlar y restringir al grado de suplirse el co­nocimiento de las Escrituras.

         --"al dominio propio, paciencia". La palabra griega, de la cual viene es­ta palabra, "paciencia", lleva en sí la idea de permanecer bajo (la prueba), o quedarse atrás, mientras que otros prosiguen a la apostasía. La persona pa­ciente no es movida por la persecución.  Véanse  Sant. 1:4; 5:11; Rom. 8:25; Heb. 12:1.  En lugar de negar la fe (para escapar la persecución; Apoc. 2:13; Mat. 10:32,33), dice Pedro que los hermanos suplan la perseverancia. En el ejercicio del dominio propio, se puede suplir la pa­ciencia para llevar las pruebas de la vida, sin ser movi­das las personas por ellas.  Compárese Hech. 20:23,24.

         --"a la paciencia, piedad". Sobre "piedad", véase 1:3, comentarios. Apa­rece la palabra griega (para "piedad") en 1 Tim. 2:2; 3:16; 4:7,8; 6:3,5,6,11. El cristiano no es estoico; no sufre por sufrir. Su paciencia (perseverancia en el tiempo de prue­ba) es debida al fuerte deseo de agradar a Dios.  En el ejer­cicio de la paciencia, suministra piedad de vida.

 

1:7 -- "a la piedad, afecto fraternal". El nombre propio, Filadel­fia, es transliteración de la palabra griega (filadelfia) para decir "el amor de hermanos". Véase 1 Ped. 1:22, co­men­tarios. Aparece en Rom. 12:10; 1 Tes. 4:9; Heb. 13:1; 1 Ped. 1:22, ("amor fraternal").  Com­párese 1 Jn. 5:1.  El amor hacia los hermanos es especial (Gál. 6:10, "mayormente a los de la fami­lia de la fe"). Otras versiones, en lugar de afecto fraternal, dicen "frater­nidad", "cariño fraternal", y "cariño entre hermanos".  Véase Jn. 13:34,35.

         --"y al afecto fraternal, amor". Aquí aparece la palabra griega, AGAPE. Significa el amor hacia el hombre como a un ser humano (Mat. 5:44). La conduc­ta que produce es el punto de Pablo en 1 Cor. 13. Algunas versiones emplean la pala­bra "caridad" (NTP, T.A., S.A. N.C., B.J.), pero la palabra "caridad" hoy en día es más bien una sola expresión del amor, limitada a la beneficen­cia. El "amor" (Agape) es mucho más que eso. No es natural amar al enemigo, como lo es al pariente de uno. Si amamos al enemigo, es porque Cristo nos man­da hacer­lo. Es amor por escogimiento. Al amar así, somos como Dios (Jn. 3:16; Rom. 5:8).

         Un pasaje semejante a éste de Pedro se encuentra en Col. 3:12-14, palabras de Pablo (pero los dos, hablando por dirección del mismo Espíritu Santo).

         El punto de Pedro en los vv. 5-7 no es que importe el orden en que apare­cen estas "cualidades, o virtudes, cristianas" (como a veces se llaman), ni que no se puedan mencionar en otro orden, sino que el cristiano se procure su­plirlas en su vi­da.  Es lo que le toca hacer.  Cualquier virtud de éstas sola no basta.

1:8 -- "Porque si ... abundan". Estas cosas tienen que ser la pose­sión propia de cada cristiano; tienen que caracterizarlo. El verbo "están" no traduce adecuadamente la palabra griega, la cual lleva la idea de posesión per­manente (véase 3:11, comentarios sobre huparchein). La Ver. NVI. dice, "Porque si poseéis estas cualidades", y la B.A. dice, "Porque si estas (virtudes) son vuestras". Nótese esta palabra griega en Mat. 19:21 ("tienes"; es decir, todas tus posesiones) y en 1 Cor. 13:3 (todos "mis bienes").

         Estas cosas tienen que ser poseídas en abundancia. La Ver. B.A. dice, "van aumentando", la NVI. dice, "en progreso constante", y la N.M., "rebosan".

         --"no os ... sin fruto". El cristiano que posee en abundancia todas estas cosas no va a estar ocioso, ni ser inútil (Ver. B.A., margen), o inactivo (Ver. N.M., B.J.). Tampoco será infructífero (Ver. N.M.), o estéril (Ver. NTP, B.A.). Aquí Pedro habla de la consecuencia natural de poseer el cristia­no todas estas cualidades en abundancia.

         --"en cuanto al ... Jesucristo".  La persona que hace lo que mandan los vv. 5-7 seguramente alcanzará su meta de conocer la completa revelación de Dios; o sea, la doctrina de Cristo (2 Jn. 9; Jn. 7:17). No puede la persona tener el epignosis de Cristo sin poseer en abundancia las cosas de los vv.  5-7.  (Nótese gnosis en el ver. 5, y epignosis en los vv. 2,3 y ahora 8).

1:9 -- "Pero el que ... es ciego". La palabra "pero" no cabe; el tex­to griego dice, GAR (pues, porque). Pedro da la razón de por qué el cris­tiano debe poseer tales cualidades; es que si no las tiene, entonces es ciego, etcétera. Varias versiones dicen, "pues" o "porque" (T.A., N.M., B.A., H.A., etcétera). La consecuencia de no tener estas cosas es fatal.

         La frase "no tener" no traduce la palabra griega (que es diferente a la usa­da en el ver. 8) tan bien como "no estar presentes" (Ver. N.M.), o "care­ce" (Ver. 1977). El que carece de estas cosas es ciego, espiritualmente ha­blando. Luego Pedro añade: "muopadzo" (cerrar + ojos); ha cerrado los ojos, o ve solamente lo próximo al ojo. Así lo expresa el texto griego. El cristiano, que no va su­pliéndose es­tas cualidades, volunta­ria­mente cierra los ojos, y por eso ve solamente las cosas cercanas, las de este mun­do (cosas materiales), y no las de lejos, las celestiales (cosas espiritua­les). De esa palabra griega tenemos en español la pala­bra "miopía".   muopadzon puede ser traducida, "ver muy apenas,  o solamente lo que queda próximo al ojo".

         Notemos estas dos traducciones: (1) "Por­que si estas cosas no están presen­tes en alguien, está ciego, cerrando los ojos" (Ver. N.M.). Esta versión está muy pegada al texto griego en las frases "no están presentes", y "cerrando los ojos", porque la acción indicada es la de la persona misma.  (2) "pues quien no las posee, está ciego; cierra los ojos" (Ver. JTD.). Esta ver­sión di­ce "posee", como si el verbo fuera el mismo que el en ver. 8, y no es así, pe­ro dice bien al decir, "cierra los ojos".  Recuérdese: Pedro atribuye la cegue­ra espiritual del cristiano a sus propios hechos.

         --"habiendo olvidado ... pecados". Esta persona no sencillamente se olvida, sino, según el texto griego, ¡recibe el olvido! Ella mis­ma es responsa­ble por el caso. La Ver. N.M. dice, "se ha hecho olvidadizo". "ha echado al olvi­do", dice la Ver. B.J., y la N.C. dice, "ha dado al olvido". La MOD. dice, "habiendo ya logrado olvidarse". La Biblia pone toda la responsabilidad en la persona misma, mientras que la filosofía humana procura echar la culpa de todo a la sociedad, a la suerte, a las condiciones sociales y económicas, etcétera.

         El limpiamiento de sus "antiguos pecados" (Ver. H.A., MOD.) aconteció cuan­do fue bautizado en Cristo (Hech. 2:38; 22:16; Efes. 5:26; Heb. 10:22; Tito 3:5; 1 Ped. 3:21).

         Si el cristiano no procura activamente suplir las cualidades de los vv. 5-7, va a tener voluntariamente un olvido de la purificación de su alma, y va a quedar ciego, y corto de vista, en cuanto a su necesidad de esas cosas, y no viéndolas, se ocupará en lo único que sí ve, que son las cosas de cerca, de este mundo, que conducen a la muerte eterna.

1:10 -- "Por lo cual". Esta frase se refiere a lo dicho en los v­er. 8 y 9 (las consecuencias de poseer, o no, esas cosas).

         --"hermanos". Ya que va a hacerles una exhortación muy importante, les dice "hermanos". Esta es la única vez en sus dos cartas que emplea esta pala­bra; en las demás veces dice, "amados".

         --"tanto más procurad". Aquí aparece la misma palabra que en el ver. 5 ("diligencia"); allí es sustantivo, aquí es verbo.  La Ver. B.A. dice, "Sed tanto más diligentes". La MOD. dice, "poned el mayor empeño". La P.B. dice, "más bien esforzaos". 

         --"hacer firme vuestra vocación y elección". Todos los comentarios de cal­vinistas tienen gran problema con este versículo, porque se les ha enseñado que la salvación del hombre es totalmente de parte de Dios, y que el hombre no tiene nada que ver con ella.  Niegan la condicionalidad del evangelio.  Afir­man que "una vez salvo, siempre salvo", y que por eso la persona salva no pue­de caer de la gracia de Dios para ser perdida eternamente. Pero Pedro ¡no era calvinista! El Espíritu Santo le guió a escribir que el cristiano cuide mucho de su vocación y elección, para no caer jamás.

         Sobre la "vocación" (Efes. 4:1), véase 1 Ped. 2:9, comentarios. La voca­ción es la invitación del Señor (Mat. 11:28-30) al hombre para que se salve del pecado cuya paga es la muerte eterna (Rom. 6:23). Esta vocación viene a ser “suya” del que la acepta por medio de la obediencia al evangelio (2 Tes. 2:13-15).

         Sobre la "elección" (Rom. 9:11; 11:5,7,28; 1 Tes. 1:4), véase 1 Ped. 1:2, comentarios.  Dios elige, o escoge.  Pero, ¿a quiénes elige?  Entre otros pasa­jes, nos da la contestación Mat. 7:21-23 y Heb. 5:9. Dios es quien llama y elige por medio del evangelio predicado (1 Cor. 1:21).

         El proveimiento de la salvación sí es totalmente de Dios.  Por gracia ha he­cho posible la salvación de todo hombre, pero la ha hecho condicional. El hom­bre tiene que obedecer al evangelio (Mar. 16:15,16; Heb. 5:9), y luego tie­ne que esforzarse por hacer firme su vocación y elección.  De otra manera, cae.

         Romanos 8:28-34 da un cuadro completo de lo que Dios ha hecho por el hom­bre pecador que obedece al evangelio. No hay discusión sobre el proveimiento de la salvación; desde luego, toda ella es de Dios. Pero Pedro aquí trata la responsabilidad del cristiano de cuidar de su vocación y elección, para no ser perdido eternamente. El falso maestro religioso, que niega la condicionalidad del evan­gelio, tiene que contradecir muchos pasajes bíblicos, como éste.

         --"porque haciendo ... jamás". Al calvinista pregunto: ¿Y si no se hacen estas cosas? El calvinista auténtico enseña que el cristiano no puede ser per­dido, no importa lo que haga de pecado. El medio calvinista, como el bautis­ta, en­seña que el cristiano no va a pecar de tal modo que se pierda, y si uno muere en el pecado, es que ¡nunca era cristiano en realidad! ¡Qué salida más con­veniente! Si en un dado caso el supuesto cristiano resultó no cristiano, ¿por qué votaron y aceptaron su testimonio, cuando se hizo "cristia­no"?

         La palabra aquí, "caer", en el texto griego es literalmente "tropezar", y así lo dicen las Ver. B.A., H.A., Mod., JTD., B.J., etcétera. Dice Pedro que el que no suple las siete cualidades o virtudes de los vv.  5-7 va a tropezar (con su corta vista, ver. 9). Aquí la referencia es a la pérdida de la salva­ción, como el versículo siguiente lo hace obvio. La gracia de Dios sí puede ser resisti­da (aunque no sin castigo, desde luego). Puede ser desechada (Gál. 2:21); pue­de ser recibida en vano (2 Cor. 6:1). En cambio el calvinismo habla de "la gracia irre­sistible" de Dios (y de las demás doctrinas equivocadas ba­sadas en esta premisa).

1:11 -- "Porque de esta manera". Se refiere a la manera descrita en el ver. 10, "procurar hacer firme la vocación y elección". Bien dice esta ver­sión "Porque", según la palabra griega gar (véase ver. 9, comentarios) aquí, y en el versículo anterior ("porque").

         --"os será  otorgada ... entrada". Sobre el verbo "será  otorgada", véase ver. 5, comentarios sobre "añadid". Pedro se refiere a la plenitud de la bien­aventuranza futura. Co­mo el cristiano en su fe ha de proveer las siete virtu­des (vv.  5-7), Dios proveerá la amplia y generosa entrada al cielo. Dice la Ver. MOD., "pues que de esta manera se os suministrará, con rica abundancia, la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo".

         --"en el reino ... Jesucristo". En breve, Pedro se refiere al cielo (Mat. 25:34). Lo que en 1 Ped. 1:4 llama "una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos", aquí lo llama "el reino eterno", por­que nunca dejará de ser (Dan. 2:44; Luc. 1:33). Cristo lo entregará al Padre en la Segunda Venida y Juicio Final (1 Cor. 15:23,24).

         El reino de Dios, o de Cristo, es su control y expresión de poder. En es­ta vida la iglesia de Cristo es llamada el reino porque es compuesta de la úni­ca gente que voluntariamente se somete a su control y poder.  (Pero la palabra "reino" es más comprensiva que la palabra "iglesia"; no se limita a la pala­bra "iglesia"). En este versículo Pedro se refiere al estado eterno del pueblo de Dios, como también Pablo lo hace en 2 Tim. 4:18, diciendo "reino celestial" (pues Pablo ya estaba en el reino, la iglesia, Col. 1:13).

 

1:12 -- "Por esto"; es decir, "por cuanto las cosas de los vv. 5-7 son necesarias para la entrada amplia y generosa en el reino eterno, y para que esa entrada sea realizada por vosotros, yo no dejaré ...".

         --"yo no ... estas cosas". La Ver. B.A. lo expresa mejor, más literalmen­te pegado al texto griego, al decir, "siempre estaré listo para recordaros es­tas cosas". Pedro, siendo apóstol y evangelista, lo sentía como deber perso­nal el recordar a los hermanos acerca de dichas cosas (ver. 10, "estas cosas"; o sea, las de los vv.  5-7). No que ellos se hubieran olvidado completamente de ellas, sino que siempre hay necesidad de ser recordados, debido a las prue­bas, a las malas influencias de la vida diaria, a la falsa doctrina, etcétera.

         El predicador fiel tiene dos aspectos particulares de obra: (1) predicar los principios del evangelio al pecador inconverso, y (2) exhortar y confirmar al converso.

         Pedro hizo uso de esta carta para cumplir en una medida con este último deber.

         --"aunque vosotros las sepáis". Compárese 1 Ped. 1:18. Los hermanos ya habían apren­dido esas cosas y las sabían, pero los cristianos necesitan el ser recordados continuamente. ¿Por qué? La respuesta: 1 Cor. 10:12. Como dice Pablo en Fil. 3:16, los cristianos han llegado (a la regla), pero necesitan seguirla.

         --"y estéis ... verdad presente". Pedro no se refiere a alguna verdad pre­sentemente presentada, sino a la que estaba presente con ellos por medio de la instrucción de sus maestros. La misma idea se expresa en Col. 1:6, la palabra que "ha llega­do" a vosotros; es decir, esa palabra ya estaba con ellos. Véase ver. 9, comentarios sobre "no estar presentes". Allí aparece la misma pala­bra griega, en aplicación negativa. Si andamos en la verdad (2 Jn. 4; 3 Jn. 4), ella está presente con nosotros (2 Jn. 1,2, "permanece en nosotros"). Si co­menzamos a seguir el error, ya nos deja.

         La palabra "confirmados" es de la misma palabra griega que en 1 Ped. 5:10 es "establezca". Véase el pasaje y los comentarios sobre "establecer". Va­rias versiones emplean aquí la palabra "establecer" (B.A., N.M., ASV.); la Ver. NVI. dice "consolidados".

         La única garantía contra la apostasía es la constante instrucción y exhor­tación a evitar el error y a defender la verdad. (Pedro, en el capítulo 2, va a hablar específicamente acerca de un error muy serio que se aproximaba).

1:13 -- "Pues tengo por justo". El griego dice, "Pero". "Pero, aun­que sabéis la verdad (ver. 12), yo tengo por justo ..."  El estimular a los hermanos por medio de recuerdos (traducción literal, y según lo expresa la Ver. MOD.) era para Pedro un gran deber hasta la muerte.

         --"en tanto ... cuerpo"; es decir, mientras la vida duraba (para Pedro). Literalmente el texto griego dice "en este tabernáculo", o "tienda". Varias versiones dicen “taberná­cu­lo” o “tienda,” si no en el texto, en el margen. Véase la palabra griega en Mat. 17:4 ("enramadas"); Hech. 7:46 ("tabernáculo"); 2 Cor. 5:1,4 ("tabernáculo"). Esta palabra enfatiza lo frágil y tran­sitorio que es el cuerpo físico que habita el alma en la vida sobre la tierra.

         Tanto Pablo como Pedro emplean la doble figura de "edificar" y "vestir" en el mismo contexto (Pablo, 2 Cor. 5:1,4, edificio y vestirse; Pedro, tabernácu­lo y abandono <como en el acto de quitarse la ropa>, ver. 14).

         --"el despertaros con amonestación". La Ver. B.A. dice, "estimularos re­cordándoos".  Dice la Ver. MOD., "estimularos por medio de recuerdos". El tex­to griego dice literalmen­te: "estimularos en re­cuerdo". En recordarles Pe­dro esperaba estimularles. Les recuerda para que se acuerden. En este ver­sículo la palabra es sustantivo; en el 12 es ver­bo ("recordaros"). En 3:1, Pe­dro repite esta frase: "despertar con exhorta­ción", o literalmente, "estimula­ros en recuerdo".

1:14 -- "sabiendo que en breve". Se refiere a su partida (ver. 15) de esta vida. La palabra en griego, taquinos, puede significar "pron­ta aproxima­ción", pero también "repentino", o "rápido". Aparece en 2:1, y nuestra ver­sión dice, "re­pentina". Algunas versiones indican que dice Pedro que la muer­te le fue inmi­nente, que dentro de poco tiempo sucedería.  Otras indican que su muerte sería repentina.  Literalmente dice el texto griego, "Sabiendo que taquine está el abandono de mi tienda".  Ahora, según se traduzca taquine, di­ce Pedro que su muerte "es inminente", o "es repentina". Sabemos que ya era hombre anciano cuando escribió la primera carta (5:1).  Ahora era más viejo.  El sabía que en su vejez la muerte no le vendría natu­ral, sino violentamente (Jn. 21:18,19). Sería amarrado y llevado forzadamente a la muerte, la que sería rápida por ser violenta. No necesitaba nueva reve­lación para saber que su muerte se apro­ximaba; el sabía que, ya estando viejo, ella ven­dría con vio­lencia y rapidez.

         Pablo escribió algo semejante, con referencia a su propia muerte (2Tim. 4:6).

         El verbo "abandonar" en nuestra versión es sustantivo en el texto griego (apothesis), el "abandono de mi tienda" (como dice la Ver. B.A., margen). Aparece en 1 Ped. 3:21 ("quitando"). Sobre la doble figura, de edificio y de ponerse y quitar­se ropa, véase el versículo anterior, comentarios.

         --"como nuestro ... ha declarado". Véase Jn. 21:18,19. Compárese Jn. 13:36. Cristo fue a la muerte repentina; en esto, Pedro le siguió.  Cristo se lo había dada a entender. En Jn. 21:19, el verbo griego semaino se traduce en nuestra versión, "dando a entender". Literalmente es, "significando"; o sea, declarar por signos. La Ver. ASV (y otras) dice, "significando". En este pasaje, Pedro usa otra pala­bra (deloo), pero quiere decir declarar, manifes­tar, o dar a entender. La usa también en 1 Ped. 1:11 ("indicaba"). 

         Pedro, ya que era viejo, sabía que esa profecía podría cumplirse en cual­quier momento, y que se cumpliría con rapidez.

1:15 -- "También yo ... estas cosas". Pedro expresa urgencia en es­cribir esta carta de exhortación y de advertencia, cuyos efectos continuarían después de ser silenciada su voz. Los hermanos, al leer vez tras vez esta car­ta, podrían traer para sí mismos estas cosas en mente, al haber necesidad en cual­quier ocasión que los libertinos promovieran sus falsas doctrinas.

         El texto griego dice literalmente "Ade­más seré diligente para que también en toda ocasión vosotros después de mi partida tengáis en vuestro poder efec­tuar memoria para sí mismos de estas cosas". Notemos estas versiones:

         "Así es que haré lo sumo posible también a toda hora para que, después de mi partida, ustedes puedan hacer mención de estas cosas para ustedes mismos" (Ver. N.M.).

         "Cuidaré también de que después de mi salida, vosotros tengáis siempre que hacer mención de estas cosas" (Ver. P.B.).

         "Pero, procuraré que en todo tiempo, aun después de mi partida, tengáis que hacer memoria de estas cosas" (Ver. N.C.).

         Sobre la palabra "diligencia" (aquí es verbo, y en el ver. 10), véase el ver. 5 (allí, sus­tantivo). Como mandó que los lectores mostraran di­ligencia, ahora Pedro dice que procurará ver que los hermanos puedan ha­cer men­ción de estas co­sas de ex­hor­tación y advertencia, al escribirles estas co­sas en esta carta. (La frase "procuraré con diligencia" es una sola pala­bra, verbo, en el griego. En el ver. 5 es sustantivo, "obrando con dili­gencia". Ver. B.A., y en el ver. 10 es el mismo verbo como en este versículo).

         Pedro en los versículos 14 y 15 emplea dos palabras, tabernáculo, o tien­da, y par­tida, que aparecen en Luc. 9:31,33, referente a la ocasión de la transfigura­ción, de la cual ahora Pedro pasa a hablar (vv.  17,18). Esto pre­senta evidencia interna de la autenticidad de esta carta como apostólica e ins­pirada.  ¡Pedro estuvo presente!

1:16 --"Porque no os ... artificiosas".  Desde el ver. 12, Pedro ha­bía hablado de la diligencia y actitud correcta de un maestro de la verdad, y a­hora niega la acusación que los falsos maestros posiblemente echaran a su cara, de que su mensaje, acerca de la obra y la segunda venida de Cristo, era na­da más un mito, y éste creado con astucia y sofiste­ría.

         En este versículo la palabra griega es "mi­­to", o fábula. Aparece también en 1 Tim. 1:4; 4:7; 2 Tim. 4:4; Tito 1:14. En 2:3, Pedro se refiere a "pala­bras fingidas". 

         Al usar el plural (nosotros), se refiere a los apóstoles, a Jacobo, a Juan y a sí mismo.  Dieron a conocer la doctrina en sus predicaciones y escritos (2 Tes. 2:15).

         Es más probable que Pedro, al decir "venida" (presencia) de Jesucristo, se refiere a la segunda venida, como en 3:4,12.  Es el "día del Señor", 3:10. Véase Mat. 25:31-46. Pedro usa otra palabra, apokalupsis (revelación), para indicar la se­gunda ve­nida de Cristo, en 1 Ped. 1:7,13; 4:13.

         --"sino como ... majestad". Pedro desmiente la acusación, de haber predi­ca­do cuen­tos artificiosamente tramados, al decla­rar que predicaba de cosas vis­tas por testigos oculares. La base de su mensaje no fue mito, sino testimo­nio verdadero. La palabra griega para decir "testigos oculares" aparece en 1 Ped. 2:12 en forma verbal ("al considerar").  La Ver. P.B. dice, "por las bue­nas obras que vieren con sus propios ojos". El testimonio de testigos ocula­res es firme.

         No hay hoy en día testigos oculares de las cosas del evangelio; no hay nada de qué dar testimonio. El mensaje revelado por testigos oculares, y con­firmado por milagros, no necesita "testimonio", sino ¡proclamación!  Por eso, no hay "testigos" hoy en día, ni por qué "testificar". Algunos de los himnos que cantamos, por haber sido compuestos por sectarios, contienen referencias a "testigos" y a "testificar", como si nosotros hoy en día lo fuéramos y lo hici­éramos. Tales pasajes en los himnos deben ser editados y revisa­dos.  Hay her­manos que se oyen usar tales frases, siguiendo los hábitos que te­nían cuan­do eran miembros de iglesias sectarias, o por haberlas oído con tanta frecuen­cia.

         La referencia en este versículo es a la transfiguración (Mat. 17:1-8; Mar. 9:2-8; Luc. 9:28-36).

         La palabra griega para decir "majestad" aparece también en Luc. 9:43 ("gran­deza", de Dios) y en Hech. 19:27 ("majestad", de Diana).

 

1:17 -- "Pues cuando él ... que decía". La Ver. H.A. da una tra­ducción muy pegada literalmente al texto griego: "Pues él recibió de Dios Padre honra y gloria, al serle enviada por la majestuosa gloria una voz (que decía): Este es mi Hijo, el Amado, en quien tengo complacencia".

         En cuanto a la deidad de Jesús y de su segunda venida en poder, no hubo so­la­men­te testimonio ocular (ver. 16), sino también auricular (ver. 17).

         En la ocasión de la transfiguración de Jesús, Dios le dio honor al decir las palabras que los apóstoles Pedro, Jacobo y Juan oyeron. Le dio gloria al transfigurarle delante de ellos, según se describe en Mat. 17:2. Com­párese la oca­sión descrita en Hech. 9:3; 26:13.  Véase 1 Tim. 6:16.

         La frase "magnífica gloria" en el texto griego es una sola palabra. Algu­nas versiones la expresan como nombre propio, usan­do letra mayúscula ("Gloria Majestuosa", Ver. B.A.; "Majestuosa Gloria", Ver. NVI., ASV.). La "gloria" es personificada. Corresponde a Dios Mismo, su gloria siendo hecha visible en la apariencia de la nube. Véase Mat. 17:5. Los judíos se expresaban así (mag­nífica gloria) para referir­se a la gloriosa ma­ni­festación de Dios a los hom­bres. Deut. 33:26 dice, "...Dios...que cabalga los cielos ... y las nubes, en su majestad" (Ver. B.A.). Véanse también Ex. 13:21; 14:19,20; 24:15-18; 40:34-38; 2 Crón. 7:1.

         --"Este es ... complacencia". Véanse Mat. 17:5; 3:17; 12:18. También dijo, "A él oíd" (Mat.­ 17:5). Esta voz dio testimonio divino a lo mesiánico de Jesús. Compárese Jn. 12:28, ocasión de manifestación divina a la obra de Jesús de Nazaret.

1:18 -- "Y nosotros oímos ...cielo". El pronombre "nosotros" en el texto griego es enfático. Nótense la Ver. MOD., "Y esta voz la oímos noso­tros", y la Ver. B.A., "y nosotros mismos escuchamos esta declaración". Este testimonio es innegable y fue predicado con denuedo y autoridad.

         Dicha voz vino "del cielo". Esta frase significa "de la presencia de Dios". Compárese Luc. 15:21, pecar "contra el cielo"; o sea, con-tra Dios.

         --"cuando estábamos ... santo". ¡Pedro especificó el lugar! Los lecto­res sin duda sabían del sitio mismo, aunque es imposible hoy en día determinar en cuál monte Jesús se transfiguró. Poco antes de la transfiguración, él ha­bía estado en la región de Cesarea de Filipo (Mat. 16:13), cerca del monte Her­món.  La tradición dice que sucedió en el monte Tabor (véase un mapa bíblico).

         Se llama "santo" este monte porque allí Dios testificó de su Hijo, y el Hi­jo fue manifestado en gloria.  Compárense Exod. 3:5; Isa. 27:13; 66:20; Ezeq. 28:14.

         Estos tres testigos oculares "estaban con él"; eran testigos personales del evento.

         Esta revelación de Dios a estos tres testigos escogidos en particular (Mat. 17:1) atestigua a la deidad de Jesucristo, y a su segunda venida, a pe­sar de las negaciones de los burladores (3:3,4), y sobre este testimonio in­ne­gable se les exhorta a los lectores a basar su esperanza y perseverancia.

1:19 -- "Tenemos también ... segura". En lugar de "también", cabe mejor la palabra "y", "Y tenemos..." (Ver. ASV., P.B.. B.J., etcétera). La transfi­guración en reali­dad sucedió, y así, dice Pedro, tenemos la palabra profética he­cha más firme. Nuestra versión dice, "segura". La palabra griega es bebaios. Sig­nifica estable, firme. Se emplea en Rom. 4:16 ("firme"); 2 Cor. 1:7 ("firme"); Heb. 3:6 ("firme"); 6:19 ("segura").

         Como consecuencia de la transfiguración, dice Pedro, estamos mejor confir­mados en cuanto a la palabra profética que ha hablado con respecto a Cristo Je­sús; es decir, las profecías respecto a Cristo fueron confirmadas por la trans­figuración.

         Algunos creen que dice Pedro que la palabra profética es más "segura" que la transfiguración. Pero eso no puede ser; Pedro VIO y OYO los eventos en el "monte santo", y las profecías del Antiguo Testamento (respecto a Cristo) no po­dían serle más convincentes que eso. Dice la Ver. NTP, "Por eso, creemos más firmemente en los mensajes de los profetas", que es más bien un buen comen­tario sobre el texto griego. Los mensajes de los profetas, con referencia a Cristo, fueron hechos más firmes por los eventos de la transfiguración.

         --"a la cual ... lugar oscuro". La frase "la cual" se refiere a la pala­bra profética. Los cristianos debemos siempre prestar atención a los profe­tas que hablaron (escribieron) acerca de la deidad e identidad de Jesús, el Cristo.

         En lugar de "antorcha", dicen "lámpara" las Ver. B.A., H.A., P.B., 1977, ASV., etcétera.  La lámpara de la profecía alumbra en un mundo oscuro por la ig­noran­cia. Debemos darle atención, mientras que Cristo, el lucero de la maña­na, anuncia la luz del día, que es el conocimiento de la verdad completamente revelada, en el corazón del cristiano. Los lectores de Pedro, en un mundo os­curo de herejías de perdición y negaciones de Jesucristo, y de sensualidad y libertinaje (2:1-19), hallarían "lámpara" en la palabra profética que ha­bla de la venida, obra y juicio del Cristo.

         --"hasta que ... corazones". El lucero de la mañana es la estrella bri­llante que se ve cuando está a punto de amanecer.  (En Apoc. 22:16 Cristo es llamado "la estrella resplandeciente de la mañana"). La lámpara (la profecía) no se nece­sita ya que ha entrado la luz del día (la verdad completamente reve­lada en el corazón del cristiano). Como la luz dispersa las tinieblas, así la palabra profética, confirmada aún más por la transfiguración, quitaría del co­razón de los lectores cualquier ignorancia plantada por los falsos maestros, y la revelación completa de la verdad del evangelio les daría (como nos puede dar a nosotros) la brillantez de día para poder andar con esperanza y seguri­dad.

1:20 -- "entendiendo primero esto". Con relación a la palabra pro­fética, a la cual los lectores harían bien en prestar mucha atención, dice Pe­dro que hay una verdad primaria y muy importante.  Quiso que los lectores lo entendieran bien, bien.

         --"que ninguna ... privada". Este versículo ha sido empleado por la Igle­sia Católica Romana para afirmar que sin la dirección de su clero nadie puede entender las Escrituras.  La Ver. T.A. (católica) tiene esta nota al pie de la página, con referencia al ver. 20: "Nótese bien esto. Para que esa lectura de las Escri­turas no sea perniciosa en vez de útil, es necesario que ellas se in­terpreten, no según el propio espíritu o luces particulares, sino bajo la di­rección ... del Espíritu Santo. ... De la Iglesia, pues, 'columna de la ver­dad' (I TIM. III. 15) se ha de aprender ese verdadero sentido de las Escritu­ras".

         La Ver. N.C. dice, "...ninguna profecía de la Escritura es (objeto) de interpretación propia (personal)", y la Ver. B.J., también católica, dice, "...ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia".       

         La Ver. POP., obra protestante, perpetúa este error.  Dice, "...ninguna profecía de la Escri­tura es algo que cada cual puede interpretar por sí so­lo..."

         Pero es­te pasaje ¡no trata la cuestión de poder entender bien, o no, un dado pa­saje de Es­critura! Trata del ORIGEN de la profecía, como el versículo siguiente claramente afirma. Dice Pedro que ninguna profecía es conclusión del razonamiento particular, personal, y subjetivo.

         La palabra griega empleada aquí (epilusis) para decir "interpretación" se encuentra solamente aquí en el Nuevo Testamento.  (La palabra usual es jermeneia, "hermenéutica", como en 1 Cor. 12:10; 14:26). epilusis quiere decir lo que es desatado o disuelto, solución. (La palabra en forma verbal aparece en Mar. 4:34, "explicaba"--Ver. B.A., H.A., MOD.). Los "nudos" de la profecía no fueron desatados por obra puramente humana. Las profecías no fueron auto­solu­cio­na­das. No procedieron de descubrimiento exclusivamente humano. Este es el pun­to de Pedro.

         Nuestra versión dice "es", pero otras dicen, "procede", "viene", "provie­ne", "surge", etcétera. La palabra griega significa literalmente originarse, sur­gir, llegar a ser, o resultar en. Pedro trata del ORIGEN de las profecías y de sus significados. No son de procedencia privada (o según otras versiones, "personal", "particular", "propia").

         Los profetas mismos, de su propia invención, no originaron las profe­cías con respecto a Cristo. Por lo tanto, los lectores de Pedro entendieron que les instaba "estar atentos" (ver. 19) a tales profecías porque era el Es­píritu Santo hablando (ver. 21), y no meramente el hombre (ver. 20).

         En lugar de tratar este versículo de lo que pueda, o no pueda, hacer el lector de la Biblia, sin la ayuda del clero católico, ¡trata de lo que no po­dían hacer los mismos profetas de la Biblia! Ellos solos no podían originar las profe­cías; no las podían solucionar, o explicar. Este pasaje trata de los profetas, y no de los lectores.

1:21 -- "porque nunca ... humana". La palabra "porque" introduce una explicación de lo dicho anteriormente. Este versículo explica el sentido del anterior; da el ORIGEN de las profecías que los profetas trajeron.

         La voluntad del hombre nunca dio origen o descubrimiento a las profecías de las Escrituras. Ahora, en el caso de los profetas falsos, ellos sí origi­nan sus "explicaciones" (interpretaciones). "Pero" (sino que), dice Pedro, nunca ha sido así en el caso de la "palabra profética". Pedro pasa a decir cómo fue en el caso de los profetas de Dios.

         --"sino que ... Espíritu Santo". El texto griego de WESTCOTT y HORT dice, como se ve en la traslación de las Ver. ASV., y la H.A., "hombres hablaron de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo". La Ver. B.A. dice lo mismo, si substituimos la palabra en el texto por la que se da en la margen ("inspira­dos" por "llevados, movidos"): "hombres llevados por el Espíritu Santo habla­ron de parte de Dios". Hay manuscritos que dicen, como lo traduce nuestra ver­sión, "santos hombres de Dios hablaron".

         En el Antiguo Testamento hubo hombres (desde luego eran hombres santos) que fueron movidos por el Espíritu Santo, y así ha­blaron según Dios en ocasio­nes les dio palabras. Véase Neh. 9:20,30. Sus palabras eran DE DIOS; se ori­ginaron con Dios. El fue la fuente de sus palabras. Por eso dice Pedro en el versículo anterior que dichas palabras ("la palabra profética") no fueron de origen humano, de interpretación o explicación huma­na. En este versículo re­pite que el origen de ellas no es "la voluntad humana". Los profetas no ha­blaron de por sí.

         Véanse Mat. 10:19,20; Jn. 16:13; 1 Cor. 2:1,13; 1 Tes. 2:13; 2 Tim. 3:16. Esto significa INSPIRA­CION VERBAL.

         Dado que las profecías (con respecto a Cristo en particular) no se origi­naron con la propia voluntad de los profetas, sino que fueron movidos por el Espíritu Santo a hablar las palabras que vinieron de Dios, cómo conviene, dice Pedro a sus lectores, estar aten­tos a esas profecías, como a una lámpara en la oscuridad (ver. 19), para no ser engañados por los falsos profetas, de los cuales ya está para hablar (cap. 2).

2 PEDRO 2

 

(Sugiero que el lector consulte mi obra, NOTAS SOBRE JUDAS, en conexión con es­te capítulo)

        

2:1 -- Véase Judas 4.  "Pero".  Pedro contrasta los falsos profetas y maestros con los hombres que han hablado por el Espíritu Santo (1:21).

         --"hubo también ... pueblo". Las Ver. B.A. y ASV. dicen, "se levantaron falsos profetas", y la Ver. N.M. dice, "llegaron a haber". Así dice el texto griego.

         El pueblo aquí referido es el pueblo de Israel del Antiguo Testamento. Ba­laam (ver. 15) es un ejemplo de los falsos profetas entre los israelitas. Véanse Jer. 14:13-16; Ezeq. 13:1-7.

         --"como habrá ... maestros". Al decir "ha­brá" Pedro usa el tiempo futuro, mientras que Judas usa el tiempo presente perfecto ("han entrado", ver. 4). En el tiem­po de escribir Pedro, los falsos todavía no habían entrado de lleno, pero su herejía ya tenía sus principios.

         La frase "falsos profetas" es una sola palabra en el griego, como también lo es la frase "falsos maestros". Se antepone a "profeta" o a "maestro" el pre­fijo pseudo, que quiere decir "falso" o "mentiroso", y resulta una palabra com­puesta. En las Escrituras pseudo también se antepone a las palabras "herma­nos" (Gál. 2:4), "apóstoles" (2 Cor. 11:13), "palabras" (1 Tim. 4:2, oradores de men­tiras, o mentirosos), "testigos" (Mat. 26:60), y "Cristo" (Mat. 24:24).

         Hay varios pasajes del Nuevo Testamento que predijeron la venida de ense­ñadores de falsedad; por ejemplo, Hech. 20:29; 1 Tim. 4:1 y sig.; 2 Tim. 4:1 y sig.; 1 Jn. 4:1. Pero toda la evidencia apunta a que los falsos maestros aquí referidos por Pedro eran los que más tarde vinieron a ser conocidos por el término "gnósticos". Véase INTRODUCCION, IV.

         --"que introducirán ...destructoras". Las Ver. H.A., B.A., P.B., etcétera di­cen, "los cuales", en lugar de "que", y así traducen mejor el texto griego que usa la palabra que significa "esa clase de personas". 

         En el griego, "introducirán" es una sola palabra compuesta de tres partes: traer, den­tro de, y al lado de. El falso pone adentro y al lado de la verdad su falsedad. Lo hace encubiertamente. El que habla la verdad no usa de tác­ticas carnales, pero el falso actúa de manera furtiva e inobservable, como es­pía en el campo del enemigo. Véase Gál. 2:4.

         La frase "herejías destructoras" es traducida más literalmente según el griego con la frase "herejías de perdición", o "de destrucción". 

         La palabra "herejía" es transliteración del griego, hairesis, que en sí significa un escogimiento de la mente; es decir, una opinión (contraria a la doctrina establecida, y que tiene por resultado la formación de una secta, o parti­do). Véanse Hech. 5:17; 15:5; 28:22 (24:14). Pedro usa la palabra en sentido malo, de una doctrina falsa; o sea, de opiniones sabidas como erróne­as. Véanse 1 Cor. 11:19 ("di­visiones", "bandos"--Ver. B.A., "partidos"--Ver. H.A.<margen, "sectas">, "sectas"--Ver. P.B., "facciones"--Ver. MOD., ASV.); Gál. 5:20.

         --"y aún ... rescató". Los gnósticos negaban la deidad de Jesús, como también la humanidad de Cristo; es decir, Jesús no era Dios, ni se hizo carne el Cristo (1 Jn. 2:22,23; 4:1,2,15. También negaban que Dios hizo el mundo, por ser el mundo físico de materia, cosa con que según ellos un puro espíritu no tendría que ver). Su doctrina negaba la verdad respecto a Jesús de Nazaret (Mat. 16:13-20; 1 Cor. 3:11).

         Jesucristo es el Señor.  La palabra común para decir "Señor" es kurios.  Aquí es despotes (de donde por transliteración viene la palabra "déspota"). Esta palabra significa uno con autoridad absoluta y sin restricción.  Véase 1 Ped. 2:18, comentarios. Se emplea en Apoc. 6:10 con referencia a Cristo. (Hoy en día la palabra por transliteración se usa solamente en sentido malo).

         Cristo "rescató" a los cristianos. Otras ver­siones dicen, "compró" (ASV., B.A., NVI, N.M.). Véase 1 Ped. 1:18, comentario. En 1 Ped. 1:18 aparece otro verbo griego; allí es "redimir", aquí es agoradzo, "comprar".  Véase agoradzo en 1 Cor. 6:20; 7:23; Apoc. 5:9; 14:3,4. Estos falsos maestros eran cristianos apóstatas (2:20-22). Véase 1 Jn. 2:18,19, mis comentarios en NOTAS SOBRE I JUAN.

         Este versículo derrota por completo dos doctrinas calvinistas principales; a saber, la propiciación limitada (de que Cristo no murió por todos, sino so­lamente por los elegidos incondicionalmente) y la imposibilidad de apostasía. Estos habían sido comprados por Jesucristo (eran de los elegidos), pero ahora negaban al Señor (cayeron de la gracia de Dios).

         --"atrayendo sobre ... repentina". Al decir "atrayendo", Pedro da a enten­der que los falsos maestros eran responsables por el castigo que Dios traería sobre ellos.

         ¡Las "herejías destructoras" traen "des­trucción" sobre sus maestros! La palabra griega para decir "destrucción" no significa aniquilación, como insis­ten los Testigos de Jehová, sino ruina. Arruinados, ya no tienen valor (para con Dios). Véase ver. 3, comentarios sobre "destrucción". Serán castigados eternamente (Mat. 25:46).

         Sobre "repentina" (tainos), véase 1:14, comentarios.

2:2 -- "Y muchos seguirán sus disoluciones".  Notemos estas versiones: "seguirán la lascivia de ellos" (1977), "seguirán la sensualidad" (B.A.), "seguirán sus actos de conducta relajada" (N.M.), "seguirán en su libertinaje" (N.V.I.), "seguirán en su vida viciosa" (Pop.), y "seguirán en sus livianda­des" (N.C.). El texto griego usa la pa­labra aselgeia. Véase 1 Ped. 4:3, co­mentarios. La mayoría de los gnósticos eran sensuales; seguían la "religión de concupiscencia". Judas los llama "hombres impíos" (ver. 4), y "sensuales" (ver. 19). Son quienes "ha­cen la voluntad de la carne y de los pensamientos" (Efes. 2:3). El verbo griego, para decir " seguirán", significa "seguir hasta el fin". La falsa doctrina y la inmoralidad son compañeras. Al hombre faltan­te en la espiritualidad le gustaría creer el error que le permitiría satisfa­cer sus deseos carnales.

         --"por causa de ... blasfemado". La palabra "blasfemar" significa calum­niar, o hablar en contra. Aun muchos incrédulos no vivían como afirmaban los gnósticos, y por eso tendrían a la iglesia del Señor en muy baja estima, no distinguiendo entre la verdadera doctrina de Cristo y la enseñanza de los fal­sos. Por contraste, véase 1 Ped. 2:12.

         Es común hoy en día usar la palabra "cristianismo" para referirnos a las enseñanzas y prácticas del evangelio. Pedro usa la frase "el camino de la ver­dad". Dado que la palabra "cristianismo" tiene una variada aplicación, según la per­sona que la use, es mejor expresarnos con esta frase inspirada, "el ca­mino de la verdad".

2:3 -- "y por avaricia ...  fingidas". "y en su avaricia", dice la Ver. B.A., y el texto griego.  Es decir, es en la esfera de la avaricia que el mal es hecho. La avaricia era lo que motivaba a los falsos maestros, y no la salvación de almas. La avaricia es el deseo desordenado por las riquezas, que conduce a tácticas viles para lograr sus fines. "Ambición de dinero", dice la Ver. Pop.; "amor al dinero", la Ver. NTP.; y "por codicia", la Ver. JTD.

         Estos falsos hacían mercancía de los hermanos; los "explotaban", dice la Ver. B.A.  El texto griego emplea la palabra emporeuomai, de la cual viene la palabra "emporio", un centro comercial, un almacén grande y elegante. Esta pa­labra griega aparece solamente aquí y en Sant. 4:13 ("traficaremos", o "hare­mos negocio", Ver. B.A.). Los falsos maestros usaban a los hermanos incautos, engañándolos para enriquecerse.  Com­párese Jn. 10:12,13, el "asalariado".

         La palabra "fingidas" es del vocablo griego, plastos, que significa "mol­dado" o "formado", como de barro o de cera. (De esta palabra griega viene la nuestra, "plástico"). Los falsos usaban palabras forma­das en el sentido de ideas inventadas o fabricadas, y por eso falsas.

         --"Sobre los tales ... se tarda". La frase "ya de largo tiempo" (en el griego) aparece solamente aquí y en 3:5. El juicio de Dios contra los falsos comenzó en la antigüedad y no se tarda; no es ocioso (véase en 1:8, “ociosos,” la forma adjetival de esta palabra griega). Su destino final es definido, cierto, e in­evitable. ¡Los falsos no se escaparán! Como Dios castigó a otros falsos (ver. 4 y siguiente), así llegará el juicio, sentencia, o condenación de éstos.

         --"y su perdición no se duerme". Otras versiones dicen "destrucción" en lugar de perdición. La palabra griega es aploleia.  Aparece como sustantivo en 2:1; 3:7,16, como verbo en 3:6,9; 1 Ped. 1:7, y como adjetivo en 2:1. Los Testigos de Jehová  enseñan que la destrucción final de los malos será aniquila­ción; afirman que dejarán de existir, pues no creen en el infierno. Pero la palabra griega no significa aniquilación, sino ruina. La cosa perdida ya no tiene la utilidad para la cual fue creada. El verbo aparece en Luc. 15:4 (una oveja perdida), 8 (una moneda perdida), y 24 (un hijo perdido). ¿Se aniquila­ron?  En Mat. 9:17 "los odres se pierden"; ¿se aniquilan? ¡Claro que no, pero sí llegan a la ruina!  Véase Fil. 3:19.

         El juicio de los falsos maestros, dice Pedro, no se duerme; no se olvida. ¡Qué grande es la implicación para los hermanos! es decir, no seguir a los ta­les porque su ruina no se tarda en llegar.

2:4 -- "Porque si ... pecaron". Véase NOTAS SOBRE JUDAS 6, comentarios. La pala­bra "porque" introduce una ra­zón de lo dicho en el versículo anterior. 

         En lugar de "no perdonó", la Ver. P.B. dice "no preservó". El texto grie­go usa la palabra pheidomai, que significa literalmente pasar por alto la aflicción anticipada, conceder gracia, o ser indulgente. Esta palabra se em­plea en Hech. 20:29 ("no perdonarán"), Rom. 8:32 ("no escatimó"), 2 Cor. 13:2 ("no seré indulgente"), y en 12:6 ("lo dejo"). El punto de Pedro es que Dios no es indulgente con pecadores no arrepentidos; no les concede gracia; no los deja sin el castigo merecido.  No es que Dios no perdona a los hom­bres; quiere perdonar a todo pecador. Es que no perdo­na al no arrepentido.

         Los versículos 4 al 6 ilustran la afirmación del ver. 3, de que el juicio de Dios contra los falsos maestros es inevitable, que no saldrán sin castigo. (Al mis­mo tiempo los vv. 4-6 afirman que Dios protege y preserva a los justos).  Si­guen tres casos de prueba.

          Los ángeles: 1-son seres creados, 2-algunos pecaron (así es que son respon­sables de su moralidad), 3-su pecado consistió en "abandonar su propia morada", 4-su castigo consistió en ser echados al Tártaro, 5-evi­den­temente no hay "evangelio" para ellos (Heb. 2:16), 6-es pura especulación afirmar que su pecado tuvo que ver con fornicar con mujeres humanas, Gén. 6:1-4, pues el pa­saje no menciona a ángeles, 7-el diablo, por inferencia, es un ángel creado que se ha rebelado; tiene sus aliados, Apoc. 12:7-9.

         --"sino que arrojándolos al infierno". La frase "arrojándolos al infier­no" es una sola palabra en el griego: tartarosas. Se encuentra solamente aquí en el Nuevo Testamento. La Ver. L.A. dice en el margen: "Griego tártaro", y la Ver. Mod. en el margen dice "Gr., al tártaro". Esta palabra griega se usa­ba en la mitología griega para indicar el lugar de restringimiento y castigo de los malos. Corresponde a la condición de angustia en el Hades, Luc. 16:23-26.

         --"los entregó a prisiones de oscuridad".  Dice la Ver. B.A., "a fosos de tinieblas". La palabra griega, seiros, indica un lugar subterráneo, un foso. La oscuridad caracteriza la condición en Tártaro, o sea, en el Hades.  Compárese Judas 13.

         --"para ser reservados al juicio". Los malos son restringidos en el Hades bajo tormento hasta el día del juicio final. El juicio final no ha de ser un día en que Dios determine qué hacer con cada uno; el destino de cada uno es sellado en el día de su muerte física. El juicio final será la ocasión en que los malos serán formalmente condenados y sen­ten­ciados y en que será vindicado Cristo y su Causa públicamente (Mat. 25:31-46; 10:32,33; 2 Tes. 1:10; Fil. 2:10,11).

2:5 -- "y si no perdonó al mundo antiguo".  Sobre "no perdonó", véase el versículo anterior, comentarios.

         Este es el segundo caso de prueba de que Dios castiga al pecador no arre­pen­tido. Vé­anse Mat. 24:37-39; 1 Ped. 3:20. El "mundo antiguo" fue el mundo perverso del tiempo del gran diluvio (Gén. 6:5). Dios estuvo dispuesto a ser in­dulgente con Sodoma y Gomorra, pudiéndose hallar cuando menos diez personas justas en ellas.  Pero "el mundo antiguo" contenía solamente ocho.

         --"sino que guardó ... personas". Otras versiones (ASV, H.A., Mod., J.T.D., L.A.) dicen "preservó" a Noé. Dice Gén. 7:16 que "Jehová le cerró la puerta" para que estuviera dentro.

         Noé era hombre justo (Gén. 6:9), y predicaba la justicia de Dios. Era pre­gonero, o heraldo. Dicen las versiones ASV, B.A., P.B., "predicador".  Habla­ba por Dios, anunciando por ciento veinte años el diluvio venidero.

         El texto griego dice literalmente "el octavo, Noé", y así dice la Ver. P.B., pero mejor es la traducción de "con otras siete personas".  El fue el oc­tavo para entrar en el arca, después de los otros siete: su esposa, sus tres hijos, y las esposas de éstos (Gén. 7:7).

         --"trayendo ... los impíos". Es decir, Dios no perdonó (a los desobedien­tes, 1 Ped. 4:­17,18). La palabra "diluvio" aquí en el texto griego es kataklusmos. La forma verbal se encuentra en 3:6, "anegado en agua" ("in­undado con agua", Ver. B.A.). Por transliteración de kataklusmos viene la palabra "ca­taclismo", que significa un cambio geográfico violento, o diluvio. El dilu­vio en el tiempo de Noé no fue cualquier diluvio. ¡Fue un cataclismo univer­sal que cambió toda la superficie del globo! El hombre inconverso (evolucio­nista, ateísta, etcétera) no puede admitir los milagros de la Biblia, y al mismo tiempo afirmar su filosofía anti-Dios, la cual trata de dar explica­ción de la existencia del hombre en el mundo y de muchos fe­nómenos físicos en él.  Véase 3:4-6, comentarios.

 

2:6 -- "y si condenó ... ceniza". Véase NOTAS SOBRE JUDAS 7, comentarios.  Consi­dérense también Isa. 1:9,10 y Ezeq. 16:48-56, pasajes figurados; y Luc. 17:28,29.

         Este es el tercer caso de prueba de que Dios castigará a todo pecador no arrepentido.  Estos casos son advertencias de Dios para todos los malos (inclu­sive los falsos maestros del tiempo de Pedro) de que serán terminantemente cas­tigados.

         Casi todas las versiones dicen "condenó por destrucción", o una frase seme­jante.  La Ver. T.A. dice, "condenó a desolamiento".  La Ver. ASV dice, "con­demned them with an overthrow" ("overthrow" = derrocamiento).  En Gen. 19:25 leemos, "arrasó aquellas ciudades" (Ver. B.J.).  La palabra grie­ga aquí en 2:6 para decir "destrucción" es katastrophe, de la cual por transli­teración viene la palabra "catástrofe". Aparece aquí y en 2 Tim. 2:14, "perdi­ción" ("ruina", Ver. B.A.; "tras­torno", Ver. P.B.).

    El texto griego emplea tres palabras para decir "reduciéndolas a ceniza ... condenó por destrucción"; son, "incineró, condenó (con) catástrofe".

         --"y poniéndolas ... impíamente". En lugar de "ejemplo", varias versiones dicen "escarmiento". Esas ciudades sirven de tipo o representación del casti­go que espera a cualquier pecador no arrepentido. 

         La palabra "sodomía" (homosexualismo) viene por transliteración del nombre de la ciudad Sodoma, que juntamente con Gomorra y las ciudades vecinas (Judas 7), fueron objetos de catástrofe de parte de Dios.

    Hoy en día se está aceptan­do la homosexualidad como práctica respetuosa por la sociedad impía.  (Algunos países están legalizando el casamiento de homosexuales). Los ta­les no escaparán la ira de Dios, pues él no hace acepción de personas (Rom. 2:11).

         La frase "los que habían de vivir impíamente" en otras versiones es tra­ducida de tal manera que se incluya la gente impía de todo el futuro.  Por ejemplo, "para los que habrían de vivir impíamente después" (Ver. B.A.), o "a los que en lo sucesivo viviesen impíamente" (Ver. H.A.).

 

2:7 -- "y libró al justo Lot". En éste y en el versículo siguiente tres veces aparece la palabra "justo" con referencia a él.

         Dios rescató a Lot porque era justo. No solamente condena los impíos, si­no también salva a los justos; así es Dios. Distingue entre los dos grupos.

         --"abrumado por ... malvados". Moró como 16 años en Sodoma y se angustia­ba mucho por la "conducta en lascivia" (dice el texto griego, literalmente) de los habitantes, pero no se endureció su conciencia. Sobre aselgeia, "lasci­via", véanse 2:2 y 1 Ped. 4:3, comentarios.  Gén. 19:5,9 describe en parte su conducta.

         Pedro aquí llama a aquellos habitantes de Sodoma, etcétera, "malvados" ("libertinos", Ver. B.A.; "la gente desafiadora de ley", Ver. N.M.; "licenciosos", Ver. L.A.; Ver. H.A.). La palabra griega empleada aquí significa, como dice la Ver. B.A. en el margen, "sin principios morales", o "sin ley". Aparece la misma palabra griega en 3:17 ("inicuos").

2:8 -- "(porque este justo ... de ellos)". Esta declaración entre pa­réntesis enfatiza la aflicción de alma que Lot sufría en su ambiente.

         La frase "moraba entre ellos" significa lo diario de la experiencia triste que él pasaba, al ver los hechos de depravación y al oír las pláticas viles de los sodomitas.

         Lot diariamente afligía, o atormentaba, (voz activa, no pasiva) su alma justa por vivir en Sodoma, siendo él hombre justo y muy sensitivo a la maldad de los habitantes.

         "Hechos inicuos" son obras que carecen de autorización de la ley de Dios, o que son cometidas, desafiando a la ley de Dios. Son obras desaforadas.

         La vida de Lot, con referencia a Sodoma, es prueba de:

                   1. El escogimiento egoísta de un hombre justo puede producir circuns­tancias desagradables (Gén. 13:10-13).

                   2. Un hombre justo puede vivir en un ambiente de iniquidad y no ser corrompido por él. (¡No somos el producto de la sociedad en que vivamos! Cada quien es responsable por su propia vida).

                   3. Un hombre justo puede vivir en un ambiente de iniquidad sin lle­gar a ser indiferente al pecado. Puede todavía mantener su sensibilidad al peca­do.

                   4. Un hombre justo puede vivir en un ambiente de iniquidad, y al mis­mo tiempo preocuparse por los pecadores.

2:9 -- "sabe el Señor ... piadosos". Esta verdad da gran ánimo al jus­to para perseverar en su justicia.  Los casos de Noé y de Lot prueban la veracidad de la afirmación.

         En el versículo 5 se habló de los im­píos (asebes); ahora se habla de los piadosos (eusebes).  Para el uso de la palabra griega eusebes, compárese Hech. 10:2,7 (Cornelio, y el soldado).

         En lugar de "tentación", cabe la palabra "prueba". Véanse 1 Ped. 1:6; 4:12, comentarios.

         --"y reservar a los injustos". Sobre "reservar", véase 1 Ped. 1:4. Con­trastados con Lot el "justo" (dikaios) son los "injustos" (adikos). dike sig­nifica "justo"; la letra "a", al prefijarse, priva a la palabra de su senti­do. adikos, pues, quiere decir, "injustos". Dios trata de una manera a los justos, y de otra manera a los injustos.

         --"para ser castigados". En el texto griego la palabra es participio, sig­nificando "siendo castigados". No es infinitivo. Por eso, son me­jores las ver­siones que dicen "bajo castigo," o "sufriendo castigo" (Versiones B.A., L.A., H.A., Mod., J.T.D., ASV., etcétera).

         --"en el día del juicio". Esta versión deja la impresión de que los in­justos ahora son guardados y que en el día del juicio serán castigados. Pero Pedro dice que ellos ahora sufren castigo y que son guardados así hasta (Ver. L.A.) el día del juicio, o con referencia ("para", varias versiones) a aquel día. El texto griego dice eis, que significa no "en", sino "para" o "hasta". En el día del juicio los tales serán echados el infierno (Jn. 5:28,29; 2 Tes. 1:6-10). Esto será en la segunda venida de Cristo (Heb. 9:28; Hech. 17:31).

         Es interesante ver cómo la versión de los Testigos de Jehová  (Ver. Nuevo Mundo) traduce este versículo, dado que ellos niegan la existencia del alma del pecador (aparte del cuerpo), del castigo de los malos en el Hades, y de la existencia del infierno eterno.  Su versión es excelente en gran parte, pero en esos pasajes que tan obviamente contradicen su doctrina falsa, los Testigos "arreglan" el texto griego.  Dice 2:9, "Jehová  sabe librar de la prueba a per­sonas de devoción piadosa, pero reservar a personas injustas para el día de juicio para ser cortadas". El texto griego no dice cortadas; dice ¡castiga­das! Esta misma versión, en Hech. 4:21, traduce la palabra griega (koladzo­) "castigar", y no "cortar".  (Es que en Hech. 4:21 se trata de castigo ahora en esta vida). Además, el texto griego no dice "para ser castigos" (o, "para ser cortados", según los Testigos), sino "siendo castigados". Dice Pedro que Dios está reservando a los injustos bajo castigo hasta el día del juicio. Pero los Testigos no pueden decir que Dios está reservando a los injustos "corta­dos" hasta el día del juicio, porque aun así tendrían que negar su doctri­na. Todo esto prueba la deshonestidad de los Testigos con referencia al uso del texto griego de las Escrituras. Cuando traducir bien no les pare­ce dañar su doctrina, traducen correctamente; cuando no, manipulan y arreglan el caso.

         Este versículo enseña que, aunque Dios permite la llegada de falsos maes­tros a la iglesia, los justos (si son fieles) no serán afectados por ellos, y que Dios castigará debidamente a los tales.

2:10 -- "y mayormente". Con esta frase Pedro está diciendo que tie­ne referencia en particular a los falsos maestros ya introducidos en el ver. 1. El pasaje paralelo en Judas 8 dice, "de la misma manera también". Como los men­cionados arriba no admitieron advertencia, tampoco éstos. Como fueron cas­tigados aquéllos, así serán éstos.

         --"a aquellos que, siguiendo la carne, andan". La figura de "andar" es co­mún en las Es­crituras (por ej., Efes. 2:2; 4:1), e indica ocuparse en cierta manera de vida habitualmente.  Judas 7 menciona dos pecados predominantes de estos falsos maestros, la fornicación y la homosexualidad. (Los religiosos modernis­tas de hoy van apoyando la participación de homosexuales en sus sacerdocios y ministerios. Hasta el grado que el profeso religioso niegue la autoridad final de las Escrituras apostólicas, y promueva su propio conocimiento y sabiduría, aprueba la carnalidad). Tales maestros eran gobernados por las pasiones de la carne, y por eso sus vidas eran impuras. Contrástese Rom. 8:1.

         --"en concupiscencia e inmundicia". El texto griego dice literalmente, "en concupiscencia de inmundicia", o de polución moral.  Así dicen las versio­nes Mod., H.A., J.T.D., ASV., etcétera. Judas 8 dice que "mancillan la carne". An­dan entregados a las pasiones y apetitos carnales (Rom. 1:26-32).

         --"y desprecian el señorío". Véase Judas 8, comentarios. Estos no reco­nocían ninguna autoridad, sino la suya propia. Sí deseaban enseñorearse de otros, imponiéndoles sus prácticas y creencias carnales.  Sobre enseñorearse, considérese 2 Cor. 1:24.

         --"Atrevidos ... superiores". Estos hombres usaban de osadía arrogante, en lugar de ser sensitivos, corteses y respetuosos. En lugar de "contumaces", otras versiones dicen "obstinados", "arrogantes", "tercos", "audaces".  La pa­labra griega es compuesta de dos partes: autos y edomai.  "Edomai" quiere de­cir "darse placer", y "autos" quiere decir "mismo"; total, darse placer a sí mismo. Esta palabra griega se emplea solamente aquí y en Tito 1:7, "no sober­bio". Una persona soberbia se ama a sí mismo, y procura más que nada darse pla­cer solamente a sí mismo.

         Esta versión dice "no temen". Otras dicen, más pegadas al texto griego, "no tiemblan". La palabra griega aquí para decir "tem­blar" se encuentra también en Mar. 5:33; Luc. 8:47 y Hech. 9:6. Dice la Ver. H.A., "no tiemblan al difamar las dignidades". Así dice la Ver. ASV. en inglés. Véase Judas 8.

         "Potestades superiores", dice nuestra ver­sión. Está bien. El texto grie­go emplea una sola palabra, "glorias"; es decir, personas que ocupan lugares de gloria, honor, o dignidad, sean civiles o religiosos. Notemos las siguien­tes versiones: "no tiemblan cuando blas­feman a majestades a­ngélicas --margen, glorias" (Ver. B.A.); "no temen el difamar a los gloriosos" (Ver. L.A.); "no temen de maldecir las glorias" (Ver. P.B.); "no temen decir inju­rias contra las dignidades".  <Nota: en la Ver. B.A. la palabra "angélicas" es más bien comentario. Es palabra interpolada; no es traducción>.

         Estos hombres manifestaban desprecio y desdén ha­cia la autoridad, sea huma­na o divina. Con sus reclamaciones y hechos gritaban "libertad", pero en rea­lidad eran esclavos del pecado (ver. 19).

2:11 -- "mientras que los ... del Señor". Las palabras "fuerza" y "po­tencia" en esta versión representan dos palabras griegas diferentes.  Las dos presentan la idea de poder en acción, pero la primera representa fuerza in­nata, mientras que la segunda la habilidad, o virtud moral, adquirida por cono­cimiento.

         ¿Con quiénes se comparan (en fuerza y poder) los ‘’angeles”? La respuesta de­pende del pro­nombre "ellas" (en ésta y otras versiones), o "ellos" (en las ver­siones B.A., N.M., L.A.). Las versiones que dicen "ellas" con ese pronombre hacen referen­cia a "las potesta­des superiores" del ver. 10, como siendo an­gélicas (es de­cir, ángeles caídos). Las que dicen "ellos" (pues el texto grie­go no difiere entre "ellos" y "ellas", en el caso genitivo plural) hacen refe­rencia a "aquellos" del ver. 10; es de­cir a los falsos maestros.

         Vimos en los comentarios sobre el ver. 10 que el texto griego dice "glo­rias", significando personas que ocupan lugares o posiciones de gloria. Dudo que "glorias" signifique exclusivamente ángeles caídos. La referencia obvia es a las autoridades en general que blasfemaban los gnósticos. "Aquellos" (ver. 10), los falsos maestros (gnósticos), blasfemaban las autoridades. Ahora, di­ce Pedro, los ángeles (seres celestiales), mayores en fuerza y poder, no se atre­ven a decir mal contra los falsos maestros (seres meramente humanos, y por com­pa­ración nada fuertes y poderosos), al estar en la presencia de Dios, el Juez. De­jan el juicio al Juez. El versículo siguiente dice, "Pero éstos", con refe­rencia a los falsos maestros, y a que sí hacen lo que los ángeles rehúsan ha­cer. Pregunta: ¿está diciendo Pedro que los ángeles (buenos) son más fuertes y poderosos que los ángeles (malos)? Yo creo que no. Nótese que Pedro no dice "los ángeles buenos".

         Algunas versiones católicas (S.A., NTP., y T.A.) abiertamente indican que se habla de los ángeles malos, al traducir el pasaje así: "a los de su espe­cie", o "los espíritus caídos".  No hay justifi­cación para tales traducciones; el texto griego no dice así. Dice "ellos" (o "ellas").

         Judas 9 presenta un caso de cómo los ángeles buenos no blasfeman.  Compárese Zac. 3:1,2.

         La frase "no pronuncian juicio de maldición" en el griego es literalmente: "no traen juicio blasfemo".

         Blasfemar es usar de lenguaje abusivo e intemperante. El cristiano al ha­blar usa de gracia (Col. 4:6).  (Esta verdad no quita que el cristiano a veces tenga que decir "hipócrita" o "mentiroso", etcétera -- Gál. 2:11-13; 1 Jn. 2:22.  Pero el lenguaje abusivo es otra cosa).

2:12 -- "Pero éstos". Son los falsos maestros, con los cuales en el ver. 10 se comparan los ángeles poderosos.

         --"hablando mal de cosas que no entienden". Literalmente, "blasfemando en lo que no entienden". Nótese "blasfemar" en los vv.  10 y 11.

         --"como animales ... propia perdición". 

         La Ver. H.A. da una traducción muy pegada al orden de las palabras de este versículo en el texto griego: "Mas aquéllos, como bestias irracionales, naci­das por naturaleza para presa y corrupción, difamando cosas que no entien­den, perecerán en su propia corrupción".

         Los gnósticos no ejercían más control sobre sus pasiones carnales que los animales que siguen solamente sus instintos. Portándose como meros animales, no merecían otro fin que el del animal, que es el ser tomado preso y destruido.

         Hay en el griego un juego de palabras en la frase "perecerán en su propia perdición".  En su obra de destruir los falsos maestros iban a destruirse a sí mismos; o, en su propia corrupción serían corrompidos. La palabra griega, phtheiro quiere decir destruir, o corromper (sustantivo: destrucción o corrup­ción). La palabra aparece en 1:4 y 2:19 (corrupción); Judas 10 (se corrom­pen). En este versículo aparece tres veces: (1) animales nacidos para destrucción, (2) perecerán (o se destruirán, o se corromperán), (3) en su pro­pia perdición (o destrucción, o corrupción).  Su falsa doctrina destruiría al­mas, y en esta obra de destrucción ellos mismos lograrían su propia destruc­ción en el infierno. Su filosofía y sus hechos serían los medios de su propia destrucción.

         Col. 2:18 habla del mismo falso maestro (el gnóstico), afectando "cul­to a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto". Se entremetía en lo que no había visto y, según Pedro, difamaba cosas que no entendía.  Com­párese 1 Tim. 1:6,7, en cuanto a los judaizantes.

         Véase NOTAS SOBRE JUDAS 10, comentarios.

2:13 -- "recibiendo el galardón de su injusticia". Esta versión si­gue los manuscritos que usan la palabra komidzo (recibir). Esta palabra apare­ce en 1 Ped. 1:9 ("obteniendo") y en 5:4 ("recibiréis"). Pero hay manuscritos considerados excelentes que emplean la palabra adikeo que en la voz pasiva sig­nifica "sufrir el mal". Las versiones B.A., N.M., L.A., V.M., ASV., etcétera si­guen estos manuscritos. Por ejemplo, la Ver. L.A. dice, "sufriendo la injusti­cia como pago de su injusticia". Balaam (Núm. 31:8,9) y Judas (Hech. 1:18) son ejemplos de inicuos que aun en esta vida recibieron el pago de su injusticia. Todos lo recibirán; todos sufrirán el mal.

         Esta versión aquí dice "galardón", pero en el ver. 15, donde aparece la mis­ma palabra griega, dice "premio". Mejor es la palabra "pago" en los dos casos. Su destrucción fue el pago justo por sus vidas de disipación y jarana.

         --"ya que ... cada día". Muy pegada al texto griego dice la Ver. S.A., "considerando un placer el deleite del día". Literalmente dice el texto grie­go: "considerando (como) placer la molicie efímera", o "del día". En nuestra versión, la palabra "delicia" viene de la pala­bra griega (hedone), "placer", que por transliteración viene la palabra "hedonis­mo", la cual se usa mucho hoy en día, dado que el mundo moderno está muy entre­gado al placer. Esta palabra griega se emplea en Luc. 8:14 ("placeres"); Tito 3:3 ("deleites"); Sant. 4:1,3 ("pasiones", "deleites").

         La frase en nuestra versión, "gozar de deleites" es en el griego una sola palabra, truphe. Quiere decir, "molicie". Dice la Ver. H.A., "Ellos tienen por placer el gozar de molicie de día". Esta palabra griega se encuentra en Luc. 7:25, "los que tienen vestidura preciosa y viven en deleites, en los pala­cios de los reyes están". truphe significa blandura, comodidad, afeminación.

         Estos falsos maestros se daban placer carnal aun en el día; no esperaban la noche como de costumbre se espera. Compárense Hech. 2:15; 1 Tes. 5:7; Isa. 5:11.

         --"Estos son inmundicias y manchas".  Me­jor, como lo dice la Ver. B.A., "manchas e inmundicias". El texto griego dice spilos y momos. La palabra spilos aparece solamente aquí y en Efes. 5:27, "mancha". Como una mancha ne­gra en una ropa blanca hace evidente lo sucio en ella, así eran estos fal­sos maestros "manchas" en la hermandad. Por contraste, véase 1 Ped. 1:19, donde aparecen las mismas dos palabras griegas, nada más que en su forma nega­tiva: aspilos y amomos.  La palabra "inmundicias" (momos) apunta a la deshon­ra y culpabilidad de sus vidas diarias.

         --"quienes aun ... errores". La palabra "comer" no es una traducción ade­cuada.  Otras versiones dicen "hacen fiestas ruidosas", "banquetean", "feste­jando", "hacen fiestas". La palabra griega (suneuocheo), aquí y en Judas 12, significa tener jolgorio o festejarse (con gran alegría).

         Notamos arriba la palabra truphe (deleite, molicie). Ahora aparece la mis­ma palabra, en for­ma verbal, entruphao (jaranear, deleitarse). Nuestra ver­sión dice "se recrean".  Otras versiones di­cen: "deleitándose", "se juerguean", "solazándose", "se gozan en sus extra­víos". 

         Estos falsos hermanos usaban de tales ocasiones para engañar a los herma­nos fieles.

         En este versículo la palabra es apatais (en­gaños, errores), y en Judas 12 es agapais (fiestas de amor). Se ve que son muy semejantes en forma. Algunos manuscritos, en lugar de decir en este versículo "en sus errores", dicen "en sus fiestas de amor" (ágapes).  Se cree que alguien, influido por Judas 12, cambió una letra o dos, y resultó "fiestas de amor" en lugar de "engaños".

         Sobre los "ágapes", véase NOTAS SOBRE JUDAS 12, comentarios.

2:14 -- "Tienen los ojos llenos de adulterio".  Literalmente dice el texto griego, "ojos llenos de adúltera", pero la palabra griega se usa como adjetivo. Véanse Mat. 12:39; 16:4. No podían mirar a una mujer sin hacerla objeto de su lascivia. Su ojo era la avenida de su deseo carnal. Siem­pre buscaban saciar sus concupiscencias. Compárese Mat. 5:27,28. 

         --"no se sacian de pecar". Otras versiones dicen: "no pueden desistir del pecado" (ASV., N.M.), "no pueden cesar de pecar" (V.M.).  Por contraste dice 1 Ped. 4:1, "terminó con el pecado". Los falsos sí podían terminar con el peca­do. Pedro no está diciendo que no tenían la habilidad de desistir de pecar, si­no que mientras eran dominados por la concupiscencia, ¡no lo podían hacer!  Compárese Job 31:1.

         --"seducen a las almas inconstantes". La palabra griega para decir "ce­bar" (poner cebo) se usa aquí, en el ver. 18 ("seducen"), y en Sant. 1:14 ("se­duci­do"). Varias versiones usan la frase "atraer, o prender, con halagos". Estos falsos hermanos ponían "carnada" delante de los demás, para atraer al pecado, y lograban atrapar a los inconstantes.

         Nótese que los atrapados eran hermanos inconstantes. 1:12, y 1 Ped. 5:10 hablan de confirmados y establecidos. ¡A estos últimos la carnada no les sedu­ce! Una mujer virtuosa no atrae a hombres carnales, y una mujer firme en la fe y de gran convicción no puede ser seducida por la "carnada" del placer, del ha­lago, de regalos materiales, o de las promesas huecas, de hombres carnales.

         Nadie tiene que ser seducido, porque nadie tiene que ser inconstante. Se le manda al cristiano estar firme. Cada uno, pues, es responsable de su vida y destino.

         --"tienen el corazón habituado a la codicia". En este versículo la pala­bra griega (gumnazo = hacer ejercicio desnudo) para decir "habituado" es de la que viene, por la trans­lite­ración, la palabra "gimnasio". Estos falsos hermanos tenían sus corazo­nes entrenados en la avaricia. Su avaricia era cosa bien ejercitada.

         Hoy en día vemos mucho caso de hombres avaros que por medio de la televi­sión seducen en el campo de la religión a almas inconstantes. Se hacen millo­narios, a pesar de sus vidas corruptas.

         --"y son hijos de maldición". Pedro no los maldice; no blasfema contra ellos. Na­da más dice lo que son. Véase 1 Ped. 1:14, comentarios. Eran per­sonas identi­ficadas con la maldición, y que la me­recían.

2:15 -- "Han dejado el camino recto", que es el de la fe, de obedien­cia. El ver. 2 lo llama "el camino de la verdad". Otras expresiones bíbli­cas se encuentran en Jn. 14:6; Hech. 13:10; 16:17; 24:14. Véase también Mat. 7:14. Los falsos maestros lo abandonaron, para imitar a Balaam en su avaricia.

         --"y se han extraviado". La misma palabra griega se emplea en Mar. 12:24 ("erréis").  Eran apóstatas. Compárese 1 Jn. 2:19. Al que niega que es posi­ble que el cristiano se aparte de la fe (para ser perdido eternamente), le re­cordamos que no se puede extraviar de donde alguno no estaba en el principio. Nótese también Hech. 13:8.

         --"siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor".  (Conviene al lector leer primero Núm. 22 -- 25; luego 3­1:1-20). Sobre "siguiendo", véanse 2:2, comenta­rios; 1:16; Judas 11, comentarios. Estos falsos hermanos imita­ban, o seguían hasta el fin, a Balaam.

         El camino de Balaam es el camino de amar el dinero y la grandeza tanto que la persona emplee la maldad para obtenerlos.  Compárese 1 Tim. 6:9,10. En Núm. 22:32 leemos estas palabras del ángel de Jehová  a Balaam: "tu camino es perverso delante de mí", porque Balaam procuraba ir a maldecir a Israel, el pueblo de Dios. (En Núm. 22 la palabra "camino" aparece varias veces; véase el ver. 23).

         --"el cual amó el premio de la maldad".  Sobre "premio", véase 2:13, comen­tarios ("pago"). La maldad, o iniquidad, de Balaam consistía en buscar benefi­cios materiales por medio de desobedecer a Dios. Dios quiso que bendijera a Is­rael; Balaam procuraba maldecirle. Dios tuvo que detenerlo, reprendiéndole (ver. 16). Véanse Núm. 31:16 (25:1-9); Apoc. 2:14.

2:16 -- "y fue reprendido por su iniquidad".  Véase Judas 11. En lu­gar de "fue reprendido", dice el texto griego literalmente "tuvo reprensión" (Ver. P.B.).

         Su iniquidad ("propia iniquidad", según el texto griego)(Ver. ASV., N.M.; véase 1:3, comentarios) no consistía en ir con los mensajeros de Balak, sino en ir con motivos y pro­pósitos viles. La palabra griega para "iniquidad" en este caso significa "contrario a la ley". Aparece solamente aquí, pero en for­ma verbal en Hech. 23:3 ("quebrantando la ley").

         --"pues una muda bestia de carga". En el texto griego se expresa así: "una bestia de carga SIN VOZ, en VOZ de hombre hablando".  Hay dos palabras en el griego para decir "asna": onos y hupozugios. Las dos se emplean en Mat. 21:5, "un asno (onos) ... hijo de asna (hupozugion)" (Ver. Mod.). hupo signi­fica "bajo" y zugos significa "yugo"; de esto, un animal "bajo yugo".

         --"hablando con voz de hombre". Véase Núm. 22:28-30. Fue un milagro; Dios abrió la boca del animal para que hablara con voz de hombre. Moisés regis­tró este milagro; el após­tol Pedro, hombre inspirado, dice que así fue. Pero el mo­dernista, quien niega los milagros de la Biblia (así insinuando que Moi­sés y Pedro mintieron), trata de explicar el caso como creyente en la Bi­blia, dicien­do que en realidad lo que pasó fue que la conciencia de Balaam le moles­taba y que él nada más escuchaba a lo que le decía su conciencia. Si es así, la Biblia no es digna de ser atendida en nada. 

         --"refrenó la locura del profeta". Véase Núm. 22:32-34. La misma palabra griega para decir aquí "refrenar" aparece en Hech. 8:36 ("impide") y Rom. 1:13 ("estorbado"). Dice la Ver. P.B., "impidió la demencia del profeta".  La Ver. N.M. dice, "es­torbó el loco proceder del profeta".

         No le impidió lo que dijo la bestia, sino el hecho de hablar ella con voz de hombre, cosa que obviamente ¡fue de Dios! 

         La palabra griega aquí para decir "locura" aparece solamente aquí, aunque en forma verbal en 2 Cor. 11:23 ("como si hubiera perdido el juicio", Ver. B.A.).  Su locura consistió en su insistencia en ir a maldecir al pueblo de Dios sin el permiso de Dios. ¡Un animal mudo estorbó a un profeta inspirado; que contraste! Cuando la persona no es gobernada por la voluntad de Dios, ac­túa con una disposición terca y contraria a la razón y al sentido de sobrie­dad.

         Este impedimento del profeta no duró mucho tiempo. Miserable fue la muerte de él, cegado por su amor al pago de la iniquidad (Núm. 31:8; Apoc. 2:14).

         Si Dios así trató a ese profeta que amaba el pago de la iniquidad, ¿no tra­taría con igual justicia a los falsos profetas del tiempo de Pedro (como de to­do tiempo)? Tal es la implicación de Pedro, al advertir y exhortar a sus lec­tores.

2:17 -- "Estos son fuentes sin agua".  Contrástense Isa. 58:11; Prov. 13:14. La enseñanza de estos falsos maestros era sin provecho verdadero y du­radero; contenía promesas huecas. Todo era vanidad y mentira. Cuando el cris­tiano deja a Dios, la verdadera fuente de agua viva, no le queda nada sino ca­var para sí mismo cisternas rotas que no retienen agua (Jer. 2:13). Jesucris­to es la verdadera agua de vida (Jn. 4:10-14).

         --"y nubes empujadas por la tormenta;"  Véase NOTAS SOBRE JUDAS 12, comentarios. Judas dice "nubes", pero en este pasaje de Pedro los mejores manuscritos usan la pa­labra "niebla". Varias versiones en español dicen "neblinas" (Mod., L.A., N.M.), "nieblas" (L.A., H.A.; J.T.D., ASV.), o "brumas" (B.A., NVI.). La figu­ra que Pedro emplea es de una condición inconstante, inestable, e inquieta de parte de los falsos maestros (las nubes, o nieblas). La niebla promete agua, pero sin producirla. En lugar de ser productiva, es empujada por la tormenta, o tempestad (Mar. 4:37; Luc. 8:23). La falsedad lle­va como tormenta al que pueda.  Véase Efes. 4:14.

         --"para los cuales ... siempre". El texto griego dice literalmente, como lo expresa la Ver. L.A., "para los cuales está reservada la lobreguez de las tinieblas". En el ver. 4 aparece la misma palabra griega que significa "lo­breguez" (prisiones de oscuridad, o de lobreguez). La palabra griega para decir "lobreguez", u "oscuridad", es zophos. Se encuentra en Heb. 12:18 ("oscu­ridad"), Judas 6 ("oscuridad"). La palabra griega para decir "tinie­blas" es skotos, y se emplea en Mat. 8:12; 2 Ped. 2:17; Judas 13; etcétera.

         Se hace referencia a Tártaro.  Véase ver. 4, comentarios; ver. 9; Judas 6.

         La palabra "tinieblas" caracteriza el camino del impío aun ahora. Véanse Prov. 4:19; Jer. 23:11,12.

         La traducción literal del verbo "reservada" es: "ha sido reservada". Así dice la Ver. ASV. y la N.M. Así es el caso en el ver. 4, como también en 1 Ped. 1:4.

2:18 -- "Pues hablando palabras infladas y vanas"; es decir, de hala­go, de seducción, y de reclamaciones exageradas (sonido sin sub­stancia).  Se emplea también en Judas 16 la palabra "infladas". Véase en Efes. 4:17 la mis­ma palabra griega (mataiotes, vanidad) que apa­rece aquí para decir "vanas". Tal manera de proferir, o articular, es para quienes no piensan, ni razonan, ni analizan, pero que sí son impresionados por el sonido carente de la subs­tancia.

         En lugar de "hablando", en este versículo y en el 16, mejor es "pronuncian­do" (o "profiriendo", "articulando"), según el griego lo expresa. Lo que se dijo de la bestia muda, ahora se dice de los falsos maestros. Las Ver. ASV, N.M., S.A., J.T.D., N.C., Mod., H.A., 1977, dicen "pronunciando" o "profirien­do".

         --"seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones". Sobre "sedu­cir" (cebar), véase ver. 14, comentarios.

         En lugar de "con", el griego dice, "en".  La Ver. B.A. dice, "mediante" deseos carnales.  El caso dativo expresa el medio por el cual algo se logra; "en deseos carnales", dice Pedro.

         Esta versión dice "disoluciones". El griego dice aselgeia; véase el ver. 2, comentarios. Otras versiones dicen "lascivia", "lujuria", "sensualidad", etcétera. Nótese la Ver. S.A.: "atraen con el cebo de apetitos carnales de luju­ria".

         En cuanto a la obra destructiva de estos falsos maestros, compárese Mat. 18:6.

         --"a los que ... error". Se hace referencia a recién convertidos, a bebés en Cristo. (No es fácil seducir a maduros y firmes en la fe; por eso dice Pedro lo de 1:12 y 1 Ped. 5:10). En muchos casos son los inconstantes (ver. 14). 

         Esta versión dice "verdaderamente".  Otras siguen los manuscritos que em­plean la palabra (olugos), como la Ver. B.A. ("apenas escapan"), la S.A. ("po­co antes habían huido"), y otras. Según los manuscritos considerados m­ejores, se trata de recién convertidos.

 

2:19 -- "Les prometen ... corrupción". Sus palabras infladas y va­nas, entre otras cosas, contenían esta promesa. La carnada empleada por ellos era "la libertad", pero en realidad conducía a la esclavitud del pecado. Con­sidérense 1 Ped. 2:16; Gál. 5:13. Solamente Cristo y su Verdad hacen libres (Jn. 8:32,36).  Véase NOTAS SOBRE 2 CORINTIOS, 3:17, comentarios.

         --"Porque el ... lo venció". ¡Ellos ofrecían (la libertad) lo que ellos mis­mos no tenían!  La palabra griega para decir "es vencido" (hecho peor o in­ferior) aparece solamente aquí, en el ver. 20, y en 2 Cor. 12:13 ("ha sido me­nos"). Más literal es la traducción de la Ver. B.A., "pues el hombre es escla­vo de aquello que le ha vencido", o la de la Ver. N.M., "Porque cualquiera que es so­juzgado por otro queda esclavizado por éste".

         Sobre "esclavizado", Véanse Jn. 8:34; Rom. 6:16-20; 7:23,24; 8:15,21; Gál. 5:1,13.

         Estos falsos maestros eran esclavos de la corrupción, pero ofrecían liber­tad a quienes ya habían sido librados de ella (1:4). ¡Qué ridiculez!  Véase 1 Pedro 2:16.

         La "libertad" no es licencia para pecar; no es permiso absoluto; no es es­tado de no haber ley. La libertad verdadera involucra res­tringimiento, con­trol, y ley; de otra manera, hay caos. Ella indica andar libre de la domi­na­ción y de la maldición del pecado.

         La llamada libertad es más bien libertinaje (conducta desenfrenada), y conduce a la destrucción (ver. 12).

2:20 -- "Ciertamente, si ... mundo". Se trata de los falsos maes­tros. Ellos habían sido convertidos a Cristo. Véanse NOTAS SOBRE HEBREOS 6:4-6; 10:26, co­mentarios. En su conversión a Cristo habían "escapado" de las poluciones espirituales (1:4). Véase también Efes. 4:20,21.

         La palabra griega para decir "contaminaciones" es miasma, que se encuentra solamente aquí. Significa "polución", pero literalmente teñir de un color a otro. Los cristianos tienen su ropa emblanquecida; ahora la carnalidad te­ñiría esa ropa. De esa palabra griega viene por transliteración "miasma", "emanación perniciosa que se desprende de las substancias animales o vegetales en descomposición".

         Véase miasmos (el acto de contaminar), y mi comentario, en el ver. 10 ("inmundicia").  Allí Pedro habla de concupiscencias que contaminan, o dejan en polución.

         La "polución" o "contaminación" de este versículo corresponde a la "corrup­ción" del ver. 19 y a la "lascivia" o "disoluciones" del ver. 18.

         --"por el conocimiento ... Jesucristo". El texto griego no dice "por", sino "en", caso dativo, significando el medio.  Dice la Ver. B.A., "mediante el conocimiento", y la Ver. Mod., "por medio del conocimiento".

         Otra vez aparece la palabra griega epignosis. Véanse 1:2,3,8, comenta­rios. Aparece en forma verbal en el próximo versículo dos veces ("haber cono­cido"). Es mediante el conocimiento pleno y completo del Señor y Salvador Je­sucristo que la persona se escapa de la polución moral de este mundo. Las per­sonas bajo consideración por Pedro habían sido convertidas genuinamente (y no exteriormente y en apariencia solamente, como afirman los cal­vinistas).

         --"enredándose ... vencidos". La palabra griega para decir "enredar" se emplea solamente aquí y en 2 Tim. 2:4. De ella por transliteración viene la palabra "implicar".  Deja la idea de involucrar, entretejer, entrelazar.

         La figura empleada por Pedro es la de coger a peces en la red. Los falsos maestros fueron entrampados por su propia carnada (vv. 14,18, seducciones). Sobre "vencidos", véa­se el versículo anterior, comentarios sobre esta palabra.

         El hombre nace inocente. Cuando primero peca, es "enredado" en el pecado; otra vez es enredado cuando apostata de la verdad que le libertó.

         --"su postrer estado ... primero". La palabra "peor" de este versículo ha­ce contraste con la palabra "mejor" del próximo.

         Pedro no era "calvinista"; el Espíritu Santo no le guió a enseñar "la impo­sibilidad de apostasía", que significa que es "imposible caer de la gracia de Dios para ser finalmente perdido".

         El postrer estado del apóstata es peor que el primero porque ahora tiene su conciencia cauterizada (1 Tim. 4:2). Ahora tiene conocimiento pleno y com­pleto de la verdad, y por eso es más responsable delante de Dios (Luc. 12:47,48).

2:21 -- "Porque mejor ... la justicia". Compárese Mat. 26:24.

         Sobre la palabra epignosis ("haber conocido"), véase el versículo ante­rior, comentarios. Es usada solamente en conexión con cristianos, y nunca en conexión con personas que meramente profesan ser cristianos.

         Los apóstatas antes andaban en ignorancia; no conocían la plena verdad; ahora la conocen; ya saben. Su pecado, pues, es de voluntad y a sabiendas (Heb. 10:26). Véanse el versículo anterior, y Heb. 6:4-6.

         El "camino de la justicia" en el ver. 2 se llama el "camino de la verdad"; y en el 15, el "camino recto". En Isa. 35:8 se llama el "camino de santidad". La figura de "camino" indica una manera de vivir habitualmente.

         --"que después ... fue dado". Compárense Mat. 12:45; Luc. 12:47; Jn. 15:22.

         La frase "santo mandamiento" se refiere al evangelio, al cuerpo entero de los preceptos del Nuevo Testamento. Véase 2:2. Se llama "santo" en contraste con "corrupción" y "contaminación" (vv. 19,20). Es santo porque manda la san­tidad de vida (2 Cor. 7:1; 1 Tes. 4:3; Heb. 12:14).

         Los comentaristas calvinistas (como Barnes, y Macknight) tratan de hacer la enseñanza de este versículo caso, no del cristiano verdadero, sino del que nada más profesa ser cristiano. Pero la exhortación de Pedro, hombre inspira­do, tiene por propósito ¡evitar que el cristiano (genuino y verdadero) caiga!  ¿Para qué exhortar así al que nunca era cristiano en realidad? (Más sobre es­to al final del próximo versículo).

2:22 -- "Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio". La pala­bra griega para decir "proverbio" es compuesta de dos partes: para, que signi­fica "al lado de", y "oimos", "camino".  De esta combinación sale la idea de un dicho que se oye por el camino.

         --"El perro ... en el cieno". Véase Prov. 26:11. El proverbio respecto a la puerca no se encuentra en las Escrituras; no obstante, era común. Es toma­da de fuentes seculares, pero siempre expresa una verdad establecida.

         La combinación de perros y cerdos se encuentra también en Mat. 7:6.

         Los calvinistas hacen un gran caso de que un perro siempre es perro, que un puerco siempre es puerco. Por ejemplo, el comentario de Jamieson, Fausset y Brown, publicado por la Casa Bautista De Publicaciones, El Paso, TX. E.U.A., en la página 721 dice, comentando sobre el ver 22, "No debéis admiraros de es­to: pues perros y puercos eran antes, y perros y puercos seguirán siendo". El Sr. Alberto Barnes, en su comentario sobre 2 Pedro, en la página 251,252, dice que este versículo no debe ser citado para probar que el cristiano puede caer de la gracia. Dice que los animales no cambian de naturaleza, sino que nada más actúan conforme a ella. Dice, "Este pasaje, por eso, parece demostrar que nunca había habido cambio verdadero de corazón, y por supuesto no había habido ninguna caída de la religión verdadera".

         Los calvinistas ignoran el punto de Pedro. El no habla de la naturaleza de animales. El dice que los falsos maestros (2:1) habían escapado de las con­taminaciones del mun­do. (No dice que "parece" que sí, pero que en realidad, no). Esto lo hicieron mediante el conocimiento pleno y completo de Cristo. ¡No se trata de un caso de pretensión o de mero cambio exterior! No obstante, el calvinista, que afirma la doctrina de la imposibilidad de apostasía, tiene que negar esta declaración de Pedro. ¡Esos hombres fueron cambiados! Esos animales también fueron cambiados. El perro había depuesto lo que le contami­naba, y la puerca estaba lavada. Pero volvieron a sus hábitos pasados. El perro ¡vuelve al vómito! La puerca lavada vuelve a andar en lo que ensucia.

         El texto griego no dice "el perro" ni "la puerca". No se trata de dos ca­sos en particular. Es un proverbio que tiene un punto de énfasis. Este punto es que algo cambiado vuelve a lo de antes. Bien lo expresa la Ver. P.B., "Y les ha acontecido lo del verdadero refrán (Prov. 26:11): Perro volviendo al propio vómito, y puerca lavada a revolcarse en el cenagal". El punto princi­pal de Pedro en citar estos dos proverbios fue enseñar lo insensato y dañino de volver a algo sucio o de contaminación.

         El hombre no nace con cierta "naturaleza" incambiable. (Se concede que los animales sí nacen con su propio instinto. De esto no habla Pedro, sino so­la­mente los calvinistas).  Todo hom­bre puede "nacer de nuevo" y llegar a ser "nueva criatura", completamente cam­biado de su estado o condición espiritual anterior de cuando era pecador. Luego, puede volver a lo que dejó, a las "co­sas viejas" que ya pasaron (2 Cor. 5:17).

2 PEDRO 3

3:1 -- "Amados". Véase Judas 17. Cuatro veces en este capítulo (8, 14, 17) Pe­dro se dirige a los "amados", como también en la primera epístola (2:11; 4:12). Pedro sentía una conexión muy estrecha e íntima entre ellos y él.

         --"esta es la segunda carta que os escribo". El texto griego emplea la pa­labra ede (ahora, ya). Muchas versiones traducen el versículo, empleando la palabra "ya". Por ejemplo, dice la Ver. B.A., "esta es ya la segunda carta". Se deja la idea de que hacía poco les había escrito la primera vez.

         Este versículo implica que Pedro es el autor de las dos cartas, y que los recipientes originales de las dos eran los mismos. Véase INTROD. II, III,  pág. 1,2.

         --"y en ambas ... entendimiento". Pedro tenía en mente un objeto común para sus dos cartas; es decir, exhortar a pureza de vida.  Véase INTROD. IV, pág. 2.

         En lugar de "con exhortación" el texto griego dice "en recordación". Véase 1:13, comentarios. Pedro procuraba despertar o estimular por medio de hacer recordar. Ya sabían los hermanos la verdad (ver. 3), pero siempre exis­te el peligro de ser removidos por el error.  Véase Judas 5.

         En lugar de "entendimiento", algunas ver­siones dicen "mente", "inteligen­cia", o "discernimiento". La palabra griega significa la mente como la sede de la inteligencia o entendimiento. (Véase la misma palabra griega en Mar. 12:30, donde nuestra versión dice "mente"). Buena es la traducción de la Ver. 1977, "sincero discernimiento". (Varias versiones dicen "sincero" en lugar de "lim­pio").

         La palabra griega para decir "sincero" aparece aquí y en Fil. 1:10. La men­te de los hermanos a los cuales escribió Pedro era sincera. Ellos amaban la verdad; tenían su mente dispuesta hacia ella. Pero siempre existe el peli­gro de la apostasía. Por eso es necesario recordar aun a los de mente sincera.

3:2 -- "para que ... profetas". Véase 1:19-21, comentarios. Aunque se hace referencia a los profetas del Antiguo Testamento, me parece que van incluidos los profetas del Nuevo (Hech. 11:27; 13:1; 1 Cor. 14:29; Efes. 2:20; 3:5; 4:11).

         Las "palabras" aquí referidas son la doctrina, la verdad y la profecía pre­dicada con respecto al carácter y a la obra del Mesías en la edad evangélica. Ejem­plos de esto se encuentran en Daniel 2; Isaías 2, 11, 53; Miqueas 4; Jere­mías 31; Joel 2. Van incluidas las de los profetas del Nuevo Testamento.

         --"y del mandamiento ... vuestros apóstoles". Más pegada al texto griego es la Ver. P.B., que dice, "a recordar las palabras antes dichas por los san­tos profetas, y el mandamiento de vuestros apóstoles, es el del Señor y Salva­dor". El "mandamiento" de este versículo corresponde al de 2:21. Véanse los comentarios allí.

         Las enseñanzas y declaraciones de los santos profetas, y de los apóstoles escogidos por Cristo, el autor de toda la verdad, coinciden o concurren con la persona y obra de Jesucristo. Ahora, la medicina preventiva para la aposta­sía consiste en recordar dichas enseñanzas y declaraciones.

         Los apóstoles hablaban por Cristo. Tenían autoridad delegada. Véanse Luc. 10:16; Jn. 16:13; Hech. 2:4. No podemos rechazar a la doctrina de ellos, sin re­chazar a Cristo.

         Sobre este versículo, véase NOTAS SOBRE JUDAS 17,18, comentarios.

3:3 -- "sabiendo primero esto". La misma frase idéntica, en el grie­go, aparece en 1:20. En los dos lugares, pues, el texto debe leerse, como lo expresa la Ver. H.A., "conociendo primero esto", o la Ver. Mod., "sabiendo pri­mero esto".

         La palabra "esto" se refiere a la venida de los burladores (los gnósticos). Parece que ello era tópico común en aquellos tiempos.

         --"que en los postreros días". Véanse mis comentarios sobre Judas 18, donde la fra­se griega es un poco diferente. Véanse frases semejantes en Isa. 2:2; Hech. 2:17; 1 Tim. 4:1; 2 Tim. 3:1; Heb. 1:2; Sant. 5:3; 1 Ped. 1:5,20.  Sin duda los pasajes de Isaías, Hechos, Hebreos y 1 Pedro 1:20 se refieren al final de la dispensa­ción judaica. (Puede ser que aquí en este pa­saje también se haga referencia al mismo tiempo). Probablemente en 1 Timoteo, 2 Timoteo, Santiago, 1 Pedro 1:5; Judas, y aquí la referencia es a los días de la dispensación del evangelio, que es la última.

         --"vendrán burladores". Véase Judas 18.  Algunos manuscritos dicen, según lo expresan varias versiones: "vendrán burladores con sus burlas". Sabemos que estos ridi­cu­lizaban y se burlaban acerca del fin del mundo y de la segunda ve­nida de Cris­to en juicio, porque de esto ahora trata Pedro.

         Los saduceos negaban la resurrección y el juicio final (Mat. 22:23). Los epicúreos (Hech. 17:18) eran sensuales, y por eso negaban una venida de Cris­to para juzgar al mundo. Cristo profetizó de los escarnecedores (Mat.20:19); Mat. 27:29-31,41 habla del cumplimiento de ello. Considérese también Jn. 15:18-20.

         --"andando según sus propias concupiscencias". Aquí aparece la palabra griega epthumia, en 2:10 ("concupiscencia"), como tam­bién en Judas 16,18 ("deseos") y en 1 Ped. 4:3 ("con­cupiscencias"). Se enfatiza que estas con­cu­piscencias eran propias de ellos. Ellos estaban completamente indiferentes a las leyes de Dios, y esto era la fuente verdadera de sus burlas, la razón de por qué se burlaban.  Véase Jn. 3:19. Hoy en día muchos de los reclamados re­ligiosos, que ignoran la Palabra Inspirada de Dios, también se glorían en co­sas de deseos carnales, por ejemplo, queriendo instalar en sus ministerios a homosexuales.

3:4 -- "y diciendo". Lo que decían lo decían en la burla de su in­credulidad y escepticismo.  Al negar la segunda venida de Cristo, no temían al Día del Juicio Final, y trataban de quitar a los fieles su esperanza del cielo.

         --"¿Dónde está la promesa de su advenimiento?" Es decir, "¿Dónde está el cumplimiento de tal promesa? Ustedes han reclamado que Cristo dijo que volve­ría a premiarles. ¿Dónde está la prueba de ello? ¡Es tiempo de que haya acon­tecido". Así sembraban duda en las mentes de los hermanos fieles. (Una de las tácticas favoritas del escéptico es sembrar duda).

         El segundo advenimiento de Cristo es la esperanza del cristiano verdade­ro. Véase el versículo 13.

         Algunos pasajes sobre esta promesa: 1:16; Mat. 16:27; 24:37 y sig.; Jn. 14:3; Hech. 1:11; 1 Cor. 15:51,52; Heb. 9:28.

         --"Porque desde ... durmieron". Los "pa­dres" referidos tal vez eran los de la generación pasada, a quienes profetizaron inicialmente los profetas y apóstoles (del Nuevo Testamento; véase ver. 2, comentarios) acerca de la segun­da venida de Cristo, y que ahora es­taban muertos, y Cristo todavía no había vuelto.  Ahora decían los burladores: "ellos vivieron, y murieron, y ¿dónde está el Cristo tan esperado?"  Muchos pensaban que Cristo volvería en el tiempo de su vida, y Pablo corrigió tal idea equivocada (2 Tes. 2:2,3).  (A través de los siglos ha habido religiosos <Adventistas, Testigos de Jehová, y otros> que han tratado de fijar el tiempo exacto de la segunda ve­nida de Cristo. Sus fallas, o fracasos, siempre dan munición a los enemigos de la Biblia).

         La palabra "durmieron" se emplea en el sentido de que "murieron". Para el cristiano la muerte es un sueño porque, aunque largo, en la resurrección ten­drá el despertar. Véanse Jn. 11:11-14; Hech. 7:60; 1 Tes. 4:13-16. Es interesan­te notar que la palabra "cementerio" viene de la palabra griega koimeterion, "un lugar de dormir".

         --"todas las cosas ... la creación". ¡Mentira! No era así (vv.  5,6). La frase "todas las co­sas" se refiere a las cosas de la naturaleza física, de las cuales los escarnecedores nunca miran más allá.

         La misma frase, "desde el principio de la creación," aparece en Mar. 10:6.

         Estos burladores no eran ateos, sino profesados cristianos (los gnósticos). Pero su car­nalidad y escepticismo les conducía a negar y a dudar. Hoy en día hay algo semejante en el "evolucionista teísta". Éste reclama creer en Dios, pero niega como literal el relato en Génesis, acerca de la creación. El afirma que Dios todo lo hizo (en forma caótica), y luego por el proceso de la evolución orgánica todas las cosas han llegado, a través de millones de años, a su estado presente.

         Estos sutilizadores eran el prototipo de los evolucionistas de hoy, que ha­cen el mismo argumento, llamado "el uniformitarianismo". Esto dice que siem­pre ha ha­bido un cambio uniforme en el sistema de evolución o desarrollo del universo y de sus habitantes.  Hablan de millones y millones de años necesa­rios para poder ver cambios significantes.  Pedro desmiente tal argumento con los versículos siguientes.

         Aquellos falsos maestros (los gnósticos) afirmaban que, dado que todo ha sido como es, por eso siempre será así. En esto negaban la inspiración de las Escrituras (como lo hacen los evolucionistas teístas de hoy en día).  La Biblia no estaba con ellos en sus reclamaciones; tampoco está con los burla­dores mo­dernos. ¡Con razón ellos se burlan de la Biblia; es que les expone como falsos.

3:5 -- En este versículo y en el próximo Pedro responde a la presun­ción de los burladores de que Cristo no volverá.

         --"Estos ignoran voluntariamente". Literalmente dice el texto griego: "Es­to de su propia voluntad se les escapa ". Dice la Ver. L.A., "A ellos se l­es oculta, por propia voluntad", y la Ver. N.M. dice, "Porque , conforme al deseo de ellos, este hecho se les escapa".  Los burladores no deseaban saber los he­chos del caso; la arrogancia les cegaba. Véase el contraste en el ver. 8, "no ignoréis esto".

         Ellos reclamaban para el universo estabilidad y permanencia, mientras que a propósito ignoraban que una vez Dios destruyó al mundo con agua, y que ha pro­metido hacerlo otra vez, ahora con fuego. La historia (Gén. 1-8) refuta las reclamacio­nes del uniformitarianismo. El mundo decide ignorar los hechos del caso, y de esta manera procura resolver los problemas. Satanás nos dice: "Ig­nóralo; ol­vídalo". La verdad es que "todas las cosas" no han sido así uni­for­memente des­de el principio de la creación.

         --"que en el tiempo ... la tierra". El texto griego dice "desde antiguo", con referencia a Gén. 1-3. La Ver. H.A. dice, "ya de antiguo".  Esto es una refutación de la frase en el  ver. 4, "desde el principio de la creación".

         La palabra de Dios es la razón de por qué existe el universo. Véanse Gén. 1:6,9; Sal. 33:6,9; Jn. 1:1-3; Hech. 17:24; Heb. 1:2; 11:3.  El universo no se hizo fortuitamente, o por casualidad.

         En el texto griego no aparece artículo definido ante "cielos" y "tierra".  Notemos estas versiones: "hubo cielos y una tierra" (N.M.), "cielos y tierra" (J.T.D.), (H.A.), "cielos...y una tierra" (V.M.), (ASV). Véase Gén. 1:1. La  frase "los cielos" se refiere a lo que vemos con los ojos, al mirar el sol, la luna, y las estrellas.

         --"que proviene del agua y por el agua subsiste". Otra vez vemos que en el texto griego no hay artículo definido ante la palabra "agua". La Ver. N.M. lo expresa literalmente, "hubo cielos y una tierra situada sólidamente fuera de agua y en medio de agua".  Así se expresa también la Ver. ASV. El punto de énfasis no es la posición de la tierra con referencia al agua, sino de que el agua fue el elemento que medió en la creación.

         Esta versión usa la palabra "proviene" (originarse) y luego "subsiste". El tex­to griego emplea un solo verbo: subsistir (hacerse com­pacto). De agua y por agua la tierra fue hecha compacta (Gén. 1:10). Véase Gén. 1:2,6,7,9 en particular. La misma palabra griega aparece en Col. 1:17 ("subsisten"). El agua fue el elemento mediante en la creación. Por medio de agua (o, en medio de agua -- hay dos traducciones e interpretaciones en cuanto a la frase grie­ga: "por agua", y, "en medio de agua") Dios hizo sólida a la tierra, para la habitación del hombre. Es decir, el agua sirvió para que la tierra subsis­tiera. O, la idea es de que la tierra se hizo compacta en medio del agua.

3:6 -- "por lo cual ... en agua". Nótese la variedad de traducción con referencia a la frase griega, dia on: "por lo cual" (esta versión), "por medio de las cuales aguas" (Ver. Mod.), "por medio de los cuales cielos y tierra" (Ver. H.A.), "y por aquellos medios" (Ver. N.M.), "Y que, por tales cosas" (Ver. S.A.)(Ver. T.A.), "Y por la misma palabra de Dios" (Ver. NTP), "por el cual" (Ver. N.C.), "y que por esto" (Ver. B.J.). ¿A qué se debe tan­ta variedad de idea? Es que el texto griego emplea dos palabras, la primera sig­nificando "por", y la segunda es PLURAL ("cuales"), sin decir luego cuáles cosas. Por eso algunos traductores agregan tales palabras como "aguas", "me­dios", etcétera. Pedro está diciendo que el mundo de entonces, o del aquel tiempo, fue destruido por los medios ya mencionados en el versículo anterior, que en una palabra fue el agua.

         Aquí la palabra "mundo", en el griego kosmos, no significa meramente la ra­za hu­mana. kosmos quiere decir, "orden". El gran diluvio en el tiempo de Noé no solamente destruyó vida humana y animal, sino hizo grandes cambios en la superficie de la tierra y en otros aspectos del universo. (Por ejemplo, después del diluvio, la duración de la vida humana del hombre ya era y es mucho más cor­ta. Véase Gén. 11. La tierra perdió su forma primitiva, y la atmósfera fue alterada).  No obstante, en 2:5 la palabra kosmos (dos veces) obviamente se refiere en particular a hombres impíos.

         "Anegada en agua", dice nuestra versión, como también así se expresan otras muchas versiones. El texto griego dice katakluso, de la cual p­alabra viene "cataclismo" (catástrofe, desastre, o seísmo).

         "El mundo de entonces" es contrastado con "los cielos y la tierra que exis­ten ahora".

         Sobre la palabra "pereció", véase 2:1,3, comentarios. El verbo apollumi aparece en 3:9 y 1 Ped. 1:7. El sustantivo, apoleia, aparece en 2:1 dos veces; 2:3; 3:7,16. La idea de la palabra griega no es la de aniquilación, sino de ruina. El diluvio no aniquiló al mundo antiguo, sino que lo dejó en ruina. La gente mala y los animales murieron ahogados, perdiendo así su vida física an­tes de tiempo, y perdiendo (la gente) su esperanza de la vida eterna con Dios. Los ma­los fueron quitados, y emer­gió un nuevo mundo limpiado de su vileza.

         Habiendo sido arruinado una vez, a pesar de su aparente estabilidad y per­ma­nen­cia, ¡no hay problema en creer que puede ser arruinado otra vez!

         El diluvio es el paralelo de la destrucción por fuego que Cristo y sus siervos predijeron.

3:7 -- "pero los cielos y la tierra que existen ahora". El texto griego dice literalmente, "pero los ahora cielos y la tierra". La Ver. P.B. dice, "mas los cielos de ahora y la tierra". Así dice la Ver. ASV. La con­strucción gramatical en el griego es semejante a la frase en el ver. 6, "el mun­do de entonces".

         En este versículo la palabra no es kosmos (ver. 6; 2:5), sino ge (tierra, el globo en que vivimos). Los cielos referidos deben ser los que observamos con los ojos, de los cuales Cristo ha de volver (Hech. 1:11), y que según los burladores siempre han de ser como en su forma presente.

         --"están reservados por la misma palabra". Es la palabra de Dios que hizo la creación (ver. 5), el gran diluvio (Gén. 6:7), y que mandará fuego para la destrucción de los cielos de ahora y la tierra. Cuando Dios hable, ya toda la creación llegará a su fin.

         Las llamadas "leyes de la naturaleza", demostrando estabilidad y continui­dad, no operan independientes de la palabra de Dios.  Dios con su palabra tra­jo todo a la existencia (Gén. 1), todo subsiste en Cristo (Col. 1:17; Heb. 1:3), y cuando Dios dé la palabra, el universo será quemado. ¿No contradijo Cristo, varias veces en su ministerio personal, las "leyes físicas" (Mat. 8:16; 8:26,27; 15:36-38; Jn. 6:19; 11:43,44; etcétera)?

         La palabra "reservados" es de la palabra griega que traducida literalmen­te es "atesorados". Aparece en Luc. 12:21 ("hace para sí tesoro"; "acumula teso­ro", Ver. B.A.; "atesora para sí", Ver. L.A.). En Mat. 6:19, el texto griego dice "atesorar tesoros".

         --"guardados para el fuego". Los vv. 10-12 amplifican esta declaración de "guardados para fuego". Véase 2 Tes. 1:7,8. No hemos de preguntar: ¿con qué clase de fuego? pues Dios tiene diferentes clases de fuego, uno para cada pro­pósito en particular.

         Dios dijo que nunca jamás volverá a destruir al mundo con agua (Gén. 9:15). Lo tiene guardado ahora para fuego.

         --"en el día del juicio". Literalmente dice el texto griego, "para un día de juicio". Véase 2 Cor. 5:10. Es cuando este mundo será destruido por fuego.

         --"y de la perdición de los hombres impíos".  Véase 2 Tes. 1:8,9.

         Sobre la palabra "perdición", véase ver. 6, comentarios.

         En una ocasión el agua destruyó al mundo entero; en la próxima será el fuego el elemento destructor. ¿Cómo lo sabía Pedro?  Véase Jn. 16:13.

3:8 -- "Mas, oh amados, no ignoréis esto".  Pedro exhorta a sus herma­nos amados a no ser como los burladores del ver. 5, que ignoran voluntariamen­te. Véase ver. 5, comentarios. Allí, como en este versículo, aparece la pala­bra griega lanthano, "escapar noticia", o "ignorar". No se nos debe escapar la noticia de que para con el Señor un día es como mil años. Satanás dice al incrédulo: "Ignóralo", y "olvídate". Dice Pedro a los hermanos fieles: "No se nos escape esto".

         --"que para con ... un día". Compárese Sal. 90:4. No que Dios no distin­gue entre un día y mil años, sino que ni el uno ni el otro afecta sus propósi­tos y promesas. Hay certeza en lo que Dios dice, pase un día o mil años des­pués de que lo diga. El hombre es de vida breve, y con prisa tiene que reali­zar sus proyectos, pero Dios es eterno. Por eso no se puede inferir que el pa­so de mucho tiempo (ver. 4) pruebe que Dios no vaya a castigar a los impíos en la se­gunda venida de Cristo.  El lapso de tiempo entre el decreto y su cumpli­mien­to (ver. 4), con Dios no es de ninguna consideración. ¡Qué esto no se nos escape!

         Los escarnecedores argumentaban que el mundo no será destruido en ninguna venida de Cristo porque todo ha sido estable y permanente desde la creación hasta la fecha.  Ellos a sabiendas ignoraban el cataclismo en el tiempo de Noé. Ahora, dice Pedro, no se ignore que con Dios la duración de tiempo, sea corta o larga, no es impedimento para que él cumpla sus promesas.

         La historia (vv. 5-7), y el tiempo en la vista de Dios (vv.  8,9), son los dos argumentos que Pedro presenta para refutar a los falsos maestros.

         NOTA: Pedro no dice que "un día" (en las Escrituras) equivale "mil años", ni se refiere a los "mil años" simbólicos de Apoc. 20.  Por ejemplo, no hay na­da en este pasaje que justifique el tomar los seis días de Génesis 1 y hacer­los seis mil años.

3:9 -- "El Señor no retarda su promesa". Mas pegadas al texto griego son estas versiones: "No es lento Jehová  respecto a su promesa" (Ver. N.M.); "El Señor no es tardo respecto a su promesa"; "No es tardo el Señor respecto a esa su promesa" (Ver. Mod.). La palabra griega barduno (ser lento, tardo) apa­rece solamente aquí y en 1 Tim. 3:15 ("si tardo").  Aparece en el Antiguo Tes­tamento (Ver. Septuaginta) en Gén. 43:10 ("nos hubiéramos detenido"). La pala­bra implica atraso con referencia a un tiempo señalado. En Heb. 10:37 ("no tardar ") la palabra griega es chronidzo (gastar o hacer pasar tiempo). El pun­to de Pedro es que con el Señor no hay indiferencia en cuanto a la promesa. El Señor sí cumplirá su promesa, a pesar de la supuesta demora.  El es pacien­te porque quiere dar tiempo para el arrepentimiento.  ¡Es que nos ama!

         La promesa referida es la del ver. 4, de la cual cavilaban los burladores.      

         --"según algunos la tienen por tardanza".  Mejores son las versiones B.A., y L.A., que dicen, "según algunos entienden la tardanza".  (En nuestra ver­sión, el pronombre "la" dirige la mente a la palabra "promesa"; eso no lo dice el texto griego). Es decir, algunos dan una interpretación equivocada a la su­puesta tardanza. Según el hombre considera el tiempo, Dios es lento.

         ¿Quiénes son los "algunos" de esta frase?   Algunos entienden que son los burladores; otros, los hermanos inquietados por ellos y quienes ahora no pue­den dar una explicación de la demora considerada "larga" de la segunda venida de Cristo.

         --"sino que es paciente para con nosotros". Véase el ver. 15. El texto griego emplea la palabra makrothumeo (longánimo, usar de longanimidad). Apa­rece en 1 Tes. 5:14 ("pacientes") y en Sant. 5:7,8 ("paciencia"), donde la idea es la de soportar, de longanimidad. La palabra común para decir "pacien­te" es hupomeno, dando la idea de perseverar bajo oposición. hupomeno nunca se usa en conexión con Dios. Pero Dios sí es longánimo. Las versiones H.A. y J.T.D. dicen que Dios "es longánime", y la Ver. ASV en inglés dice "longsuf­fering" (literalmente, sufrir por largo tiempo). El lexicógrafo, el Sr. Thay­er, dice que esta palabra griega significa autorefrenamiento que no se venga del mal con prontitud. Dios esperó ciento veinte años entre la promesa y el di­luvio (Gén. 6:3), pero siempre cumplió. Dios usa al tiempo para servir sus propósitos de gracia.

         --"no queriendo que ninguno perezca".  Véanse el ver. 15; Ezeq. 33:11; 1 Tim. 2:4.  Son falsas las doctrinas calvinistas de "la elección y la reproba­ción incondicionales", y de "la expiación limitada". Dios no quería ni siqui­era que los gnósticos perecieran. Dándoles tiempo, Dios les mostraba su amor.

         --"sino que ... arrepentimiento". Otras versiones dicen "lleguen", "ven­gan", "alcancen". La palabra griega choreo significa "avanzar a", o "moverse hacia" cierta cosa.  La idea es que Dios quiere que el hombre pecador vaya al arrepentimiento. Considérese Jn. 8:37, donde aparece esta palabra: "porque mi palabra no halla cabida en vosotros". "No tiene lugar", dice la Ver. B.A. Dios permite que el hombre se arrepienta (Hech. 11:18); invita a todo pecador (el calvinismo al contrario)(Apoc. 22:17; Mar. 16:15,16). Pero el pecador tie­ne que moverse hacia el arrepentimiento; tiene que venir a él, proceder a él.

3:10 -- "Pero el día del Señor". Véanse ver. 7 ("día del juicio") y 12 ("día de Dios"). La misma frase idéntica (en el griego) se encuentra en Hech. 2:20 y en 1 Tes. 5:2. Véanse también 1 Cor. 1:8; Fil. 1:6; 2 Cor. 1:14; 2 Tes. 2:2. La frase "día del Señor" significa el tiempo de alguna calamidad, retribución, o juicio, de parte de Dios. En el Antiguo Testamento véanse Isa. 2:12; 13:6; Jer. 46:10.

         --"vendrá como ladrón en la noche". Sí, vendrá, no importando cuánto tiem­po pase prime­ro. El orden de las palabras en el texto griego da énfasis a la certeza de esta ver­dad; es decir, seguramente vendrá ese día (a pesar de las burlas de los fal­sos, ver. 4). Véase Jn. 5:28,29.

         La frase "como ladrón" da a entender que ése día vendrá súbitamente, sin anunciarse de antemano, e inesperado, y de eso se implica que tenemos que man­tenernos preparados. Véanse Mat. 24:42-51; Luc. 12:39,40,41-48; 1 Tes. 5:2,4; Apoc. 3:3; 16:15.

         Omítase la frase "en la noche". No aparece en las Ver. L.A., P.B., B.A., ASV, N.M., J.T.D., H.A., Mod., etcétera.

         --"en el cual ... estruendo". Sobre estos "cielos", véase ver. 7, comen­tarios. Son los cielos que según los burladores no pasarían (ver. 4). Los cielos pasarán; es decir, perecerán, no dando a entender necesariamente aniqui­lación, sino que su constitución o forma será cambiada, como en el caso del diluvio en el tiempo de Noé. No sabemos qué hará Dios del universo destruido. Pero sí sabemos que los elementos se fundirán (ver. 12).  Véanse Mat. 24:35; Mar. 13:31; Apoc. 21:1.

         La palabra "estruendo" traduce la palabra griega que se encuentra solamen­te aquí en el Nuevo Testamento. Otras versiones dicen, "espantoso estruendo" (S.A.), "gran ruido" (ASV., NTP.), "ruido espantoso" (Pop.), "gran estruen­do" (JTD., H.A.), "fragoroso estruendo" (NVI.).

         En aquel día va a haber dos grandes manifestaciones de poder divino en la destrucción del universo: ruido y fuego (vv. 7,10, 12).

         --"y los elementos ... deshechos". Véase también el ver. 12. La palabra griega para decir "elementos" es stoikeia. Aquí se aplica a las partes compo­nentes del universo físico.  Significa lo que es elemental; por ejemplo, la ex­presión "saber el abecé"; o sea, lo elemental o rudimentario.  stoikeia apare­ce en Gál. 4:3, 9 ("rudimentos") y se refiere a enseñan­zas ele­mentales, como también en Col. 2:8. Aparece en Heb. 5:12, significando las ideas rudimenta­rias del evangelio.

         Esta versión tres veces dice "deshechos" (vv. 10,11,12). Mejor es decir "disueltos", como lo expresan las ver­siones ASV., P.B., N.M., y Mod., etcétera. El cambio que el fuego hará es la disolución. La misma palabra griega (luo) se emplea en los tres casos. Nótese el contraste: ver. 5, hacerse compacto, sub­sistir; y ver. 10, disuelto.

         --"y la tierra ... quemadas". Las obras son las de Dios en la creación y las del hombre en sus hechos.

         Las Ver. L.A., S.A., y Mod. dicen, "serán abrasadas".

         La Ver. H.A. dice, "serán halladas", y luego en una nota de explicación al pie de la página, dice, "Variante: 'serán enteramente consumidas'. Los manus­critos más autorizados dicen: 'serán halladas'. Sin duda alguna el adverbio de negación, que se halla en algunos manuscritos, ha sido omitido por error de un copista". Es decir, la traducción debe ser: "no serán halladas". Notemos la Ver. J.T.D., "las obras (que hay) en ella (no) serán halladas". Aunque al­gunos manuscritos dicen "descubiertas" o "halladas", (que, con el "no" agrega­do--no descubiertas, no halladas), tal idea no sigue el desarrollo de la des­crip­ción de Pedro como la palabra "quemadas" o "abrasadas".

         Pedro en estos versículos presenta el hecho de este evento venidero, y no el detallado "modus operandi" de él. El punto de Pedro es lo terrible de este día de cataclismo.  Ya que hemos sido advertidos, resta que nos preparemos.

3:11 -- "Puesto que ... desechas" Sobre "deshechas" o "disueltos", véase ver. 10, comentarios. El texto griego emplea un participio pre­sen­te; es decir, "está en el proceso de disolución". Se enfatiza que no hay nada perma­nen­te en este universo; todo, el mundo y su contenido, es transitorio. ¡Qué ri­dículo es ser avaro con referencia a cosas transitorias! Mejor es conformar­nos con lo que revelan los vv.  13,14.

         --"¡cómo no debéis vosotros andar". La Ver. 1977 sigue más exactamen­te el texto grie­go, al decir, igual que otras versiones, "¡qué clase de perso­nas de­béis ser". La palabra griega potapos significa "qué clase de".  Véanse Mat. 8:27 (¿"Qué hombre es éste?") y Mar. 13:1, dos veces ("qué piedras, y qué edi­ficios").

         La palabra "deber" es de la griega dei, que es verbo impersonal, implican­do necesidad u obligación. Véase por ejemplo Mat. 18:32 ("debías").

         La palabra "andar", o "ser" (Ver. B.A., "¡Qué clase de personas debéis ser") traduce la palabra griega huparchein. Denota un estado o condición en que uno debe estar continuamente; es decir, en que debe ser hallado. Sobre es­ta palabra griega, véase 1:8, comentarios al principio tocante al verbo "están".

         --"en santa y piadosa manera de vivir".  Literalmente dice el texto grie­go, "en conductas y piedades santas". Varias versiones tratan de expresar lo plural de la frase en diferentes maneras, como "en toda forma de santo compor­tamiento y piedad" (Ver. Mod.), "en santas costumbres y conducta piadosa" (Ver. H.A., y J.T.D.), "en actos santos de conducta y hechos de devoción pia­dosa" (Ver. N.M.). 

         Las santas costumbres tienen referencia a los hombres, y las piedades a Dios. Juntamente presentan todos los deberes y características del cristiano.

         Sobre "piedad", véase 1:3, comentarios.

         Algunas versiones presentan esta frase, que comienza aquí y termina en el próximo versículo, como pregunta (ASV., S.A., P.B.); otras, como exclama­ción.

3:12 -- Contrástese el ver. 10 con éste. Allí, los cielos pasarán con grande estruendo; aquí los cielos encendiéndose serán disueltos. Allí los ele­mentos ardiendo serán disueltos; aquí los elementos ardiendo serán fundidos.

         --"esperando y ... de Dios". Se usa la palabra "esperar" en el sentido de expectativa, como en Hech. 3:5. No sabiendo cuándo será aquel día, el cristia­no debe mantener siempre una actitud de expectativa, para no ser tomado por sorpresa.

         --Algunas versiones dicen, "apresurando la venida del día" (Ver. B.A., L.A., H.A., 1977, J.T.D., etcétera). El orden de palabras en el texto griego así lo expresa. Pero también es correcta la traducción de la Ver. ASV., etcétera, que dicen, "anhelando intensamente". La Ver. B.A., en el margen, así lo traduce. Apresuramos la venida de aquel día por medio de la fe, la oración y la predica­ción del evangelio (porque anhelamos intensamente la llegada de nuevos cie­los y tierra). A mi juicio, la idea de Pedro es que estemos los cristianos a la expectativa de la venida del día de Dios, anhelándola intensamente. El Sr. Thayer, en su léxico, da por definición de la palabra grie­ga, "anhelar inten­samente".

         En el ver. 10 vemos la frase "el día del Señor"; aquí, "el día de Dios". En 1:16 se habla de "la venida de nuestro Señor Jesucristo", y en 3:4, "su ad­venimiento". En 1:1, se llama Jesucristo "Dios". El día referido, que ha de venir, es el día en que volverá Cristo a juzgarnos. ¡Claro es que será el día de Dios! porque él será manifestado en poder y gloria mediante sus eventos (1:16).

         --"en el cual ... deshechos". No "en el cual" sino "por cuya causa" (Ver. L.A., ASV., JTD., H.A.). Con la ocasión de la venida de aquel día, los cielos, encendiéndose, serán disueltos. Sobre "deshechos", véase Ver. 10, co­mentarios. La venida de Cristo es lo que va a causar la disolución de los cielos por fuego.

         --"y los elementos, siendo quemados, se fundirán". La Ver. L.A. dice, "­y los elementos se derretirán a fuego". "Los elementos se fundirán con intenso calor", Ver. B.A. "Se derretirán los elementos con el ardor del fuego", Ver. S.A. "y los elementos se derretirán con ardiente calor", Ver. Mod.

         Los vv. 10 y 12 explican cómo ha de entenderse el ver. 7.

         Pedro presenta una escena de gran horror (para el incrédulo): un holocaus­to rui­doso que envuel­ve a todo el universo. Para el cristiano fiel esa con­flagración significa el fin del presente orden de cosas, para que Dios le in­tro­duzca al nuevo orden de vida, llamado cielos nuevos y tierra nueva. Para el infiel "¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo"! (Heb. 10:31), por­que "nuestro Dios es fuego con­sumidor" (12:29). Pero para el cristiano fiel hay únicamente aliento y consolación (1 Tes. 4:16-18).

 

3:13 -- "Pero nosotros esperamos". La palabra "pero" introduce un con­traste. Ya había ha­blado Pedro acerca de la destrucción del presente uni­verso, en el día de Dios; ahora habla de lo que Dios ha prometido: cielos nue­vos y tierra nueva.

         Sobre la palabra "esperamos", usada tres veces (los vv.  12,13, y 14), véase ver. 12, co­men­tarios.

         --"según sus promesas". Véanse 1:4,11, co­mentarios. El ver. 4 habla de cómo los escarnecedores se burlaban de la promesa de Cristo de volver, y el ver. 9 dice que Dios no es lento en cuanto a su promesa.

         Sobre tales promesas, véanse Jn. 14:1-4; Luc. 20:34-36; Apoc. 21:1-8. Aquí cito de mi comentario NOTAS SOBRE APOCALIPSIS, con referencia a 21:1: "Co­mo Isaías habló por inspiración acerca de la era mesiánica bajo la figura de cielos nuevos y tierra nueva (Isaías 65:17-25; 66:22-24), ahora la misma figu­ra es empleada para referirse al estado glorioso y final del pueblo de Dios en la eternidad. Este texto (21:1) no enseña, ni la Biblia en otros tex­tos, que esta misma tierra será renovada para que ella sea habitada mil años (según al­gunos) o eternamente (según otros). Esta expresión (de cielo nuevo y tierra nueva) indica un lugar, estado o condición, en el cual vivirán los redimidos eternamente (donde "mora la justicia" -- 2 Pedro 3:13)".

         --"cielos nuevos y tierra nueva". Véanse Apoc. 21:1, comentario (citado arriba); Heb. 11:10. Hay dos palabras en el griego para decir "nuevo": neos y kainos. La primera significa lo que es nuevo en tiempo; lo que es reciente. La segunda, la usada en este pasaje, significa lo que es nuevo en calidad, na­turaleza y forma. Dice Pedro que va a haber cielos y tierra nuevos en calidad y naturaleza, contrastados con los quemados y disueltos. Considérense Mat. 27:60; Jn. 19:41. El sepulcro se llama "nuevo" (kainos) porque ¡nunca había sido usado! Pudo haber tenido mucho tiempo de haberse excavado, pero era "nue­vo" en calidad; era sin uso. (No era sepulcro "reciente" -- neos; sino nuevo en calidad -- kainos). Los cielos y tierra nuevos no van a ser estos mismos cielos y tierra físicos, nada más renovados. Lo que Pedro llama "cielos nue­vos y tierra nueva" va a ser algo nuevo en calidad y naturaleza. 

         Hay doctrinas acerca del llamado "milenio" que apelan a esta escritura de Pedro (3:13) para probar que Cristo reinará con los santos en "los cielos nuevos y la tierra nueva" por un largo período, o milenio, antes del fin del mundo. Nótense el orden de eventos según Pedro: (1) el ver. 7, los cielos y la tierra de ahora guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdi­ción de los hombres impíos.  (2) el ver. 10, el Señor vendrá y luego la des­trucción de fuego. (3) el ver. 13, después de esto la promesa de cielos nue­vos y tierra nueva. Nada se dice de cierto reinado de Cristo de mil años, ni de la resurrección de los santos buenos para reinar con él en una tierra reno­vada, y todo esto antes del juicio final.

         Preguntamos: ¿A dónde fue Jesús a prepararnos un lugar (Jn. 14:2,3)? ¿A al­gún lugar en este mundo? Fue al cielo, y donde él está es donde vamos a estar los fieles.

         El cielo, la morada de Dios, ha de ser la morada eterna de los santos (Fil. 3:20). Véase 1 Ped. 1:4, comentarios.

         --"en los cuales mora la justicia". Véanse Apoc. 21:27; 1 Cor. 6:9; Heb. 12:14. Al pecado nunca se le ha permitido quedarse en la presencia del que es Luz, y en quien no hay tinieblas algunas (1 Jn. 1:5). Algunos ángeles fueron rebel­des pero fue­ron echados del cielo al Tártaro (2:4). Ningún hombre pecador podrá ir al cielo. El pecado entró en el mundo cuando Adán y Eva pecaron (Rom. 5:12), y esto pro­dujo muerte espiritual (separación). Solamente los redimidos del pecado, por la sangre de Cristo, podrán volver a vivir (estar unidos con Dios) para siem­pre.

3:14 -- "Por lo cual"; es decir, en conclusión.

         --"oh amados". Véase 3:1, comentarios.  Al llegar a sus admoniciones fina­les, Pedro se expresa tiernamente hacia sus lectores.

         --"estando en espera de estas cosas". Es decir, en vista de eso, hacer esto (procurar ser hallados, etcétera). Sobre la frase "estando en espera", véase ver. 12, comentarios. La idea es de estar a la expectativa. Se emplea la misma palabra griega en los dos casos.

         Las cosas referidas aquí son las de los vv.  10-13, la segunda venida de Cristo, la destrucción del universo, y cielos nuevos y tierra nueva.

         --"procurad con diligencia ser hallados por él". Para decir las tres palabras (en español), "procurad con diligencia", se emplea aquí la misma palabra griega (spoudasate) que en 1:10. Véanse los comentarios allí. Pedro dice que usaba de esa diligencia, 1:15 ("procuraré"; seré diligente). Hemos de usar de diligencia en asegurar nuestra salvación.

         La frase "ser hallados por él" tiene que ver con el fallo del Juez, Jesu­cristo, en el día final.  Considérese Mat. 25:34.

         --"sin mancha e irreprensibles, en paz".  Sobre la palabra "mancha", y por contraste, véase 2:13, comentarios.  Los falsos maestros tenían manchas (spilos); el cristiano debe ser sin mancha (aspilos). La iglesia de Cristo es compuesta de personas sin mancha (Efes. 5:27). Tienen que procurar mantenerse así.  Véase también Apoc. 19:7,8.

         Sobre "irreprensibles", véanse 1 Cor. 1:8; Fil. 1:10; 2:15; 1 Tes. 3:13; 5:23.

         El objeto de toda la diligencia del cristiano en su vida es el hallarse en paz con el Juez en el Juicio Final, y no en enemistad (Sant. 4:4; Rom. 5:10). Esta paz con Dios se encuentra en Cristo (Rom. 5:1; Efes. 2:14), y es manteni­da por la pureza de vida. Véase 1:2, comentarios.

3:15 -- "Y tened entendido ... para salvación".  Véase ver. 9, comen­tarios. Pedro está refutando la burla de los falsos maestros, con res­pecto al advenimiento de Cristo en el fin del mundo. Esta aparente "demora" es en rea­lidad evidencia de misericordia, pues refleja la longanimidad de parte de Dios, o Cristo, para dar más tiempo al impenitente para ser salvo. Compárese Rom. 2:4, donde en nuestra versión aparece la palabra "longanimidad", pues allí y aquí, como en el ver. 9, se emplea la palabra griega, makrothumeo.

         En el ver. 9 dice nuestra versión "tienen", y aquí "tened entendido". La misma palabra griega aparece en los dos pasajes. En el ver. 9, en lugar de "tener", otras versiones dicen "pensar" (P.B.), "juzgar" (S.A.), "reputar", y "considerar" (N.M., H.A.). A mi juicio cabe mejor la palabra "considerar". Debemos considerar la tardanza, longanimidad (ver. 9); debemos considerar la lon­ganimidad de Dios, salvación.

         Así dice el texto griego: considerar la longanimidad del Señor, salvación. No es propiamente salvación, sino que provee los medios de obtener la salva­ción, una oportunidad para aceptarla, y de ella resulta la salva­ción de peca­dores.

         La inferencia, de que la "demora" de Dios quiere decir que no vendrá, es falsa.  Compárese Ecles. 8:11.

         --"como también nuestro amado hermano Pablo". Aquí Pedro expresa su amor y humildad. En una ocasión había sido regañado por Pablo públicamente (Gál. 2:11-14), pero de eso aprendió y se corrigió; no guardó rencor. Sabio es el hombre que ama y aprecia al que le corrige.

         Pedro también hace referencia a los demás apóstoles.  Véase 3:2, comenta­rios. 

         Pedro escribió en parte a conversos de Pablo. Véase INTROD. III, P. 1, y en el comentario sobre 1 PEDRO, INTROD. V, P. 2.  Los dos apóstoles escribie­ron a hermanos de la misma región general. Véase la frase siguiente.

         --"según la sabiduría ... ha escrito". Pablo hablaba y escribía por ins­piración (Gál. 1:11-17; 1 Cor. 14:37; Jn. 16:13-15), y no por sabiduría huma­na conseguida en algún llamado seminario de teología. Compárense las palabras de Pablo en 1 Cor. 3:10. (Uno de los dones del Espíritu fue la palabra de sa­biduría, 1 Cor. 12:8).

         El texto griego dice "le fue dada"; ¡le fue dada por Dios! Escribía, pues, con inspiración. Había escrito a los hermanos a los cuales se dirigía Pedro en sus dos cartas. Pablo escribió a los gálatas, a los efesios, a los colosenses, y a los de Laodicea (Col. 4:16). También, al escribir a Timoteo, sabrían del contenido de la carta los cristianos de Efeso y de sus derredores (1 Tim. 1:3). 

3:16 -- "casi en todas sus epístolas". Omítase la palabra "casi". Literalmente dice el texto griego: "como también en todas epístolas".  La Ver. B.A. dice, "asimismo en todas (sus) cartas". Las cartas de Pablo (o todas ellas, o todas las ya escritas para cuando escribió Pedro) se hacían circular universalmente.

         --"hablando en ellas de estas cosas". Estas cosas son las referentes a la se­gunda venida de Cristo, de la destrucción del mundo, y del juicio final. Al­gunos pasajes de Pablo sobre estos temas, y temas relacionados: Rom. 14:10; 1 Cor. 15; 2 Cor. 5:10; Fil. 3:20,21; 1 Tes. 3:13; 4:13-18; 5:1-4; 2 Tes. 1:6-10; Tito 2:13; Heb. 4:9; 12:14.  Pablo habló de la longanimidad de Dios en Rom. 2:4; y en Heb. 10:37 habló de no tardar el Señor.

         --"entre las cuales ... entender". En lugar de "las cuales cosas", mejor "en las cuales epístolas". Nótese también que dice Pedro que "algunas" cosas, y no "todas". La Ver. L.A. dice, "en todas sus epístolas, en las cuales hay algunas cosas difíciles de entender".

         Admitidamente hay algunas cosas difíciles de entender en las Escrituras, pero ¡no son imposibles de entender! Hay "alimento sólido" (Ver. B.A.), y hay "leche" (Heb. 5:11--6:3. Véanse mis comentarios sobre dicho pasaje en NOTAS SOBRE HEBREOS). Se requiere estudio, crecimiento y madurez en las Escrituras, pero todo sí se puede entender.  Considérense estos pasajes: 2 Tim. 3:15; Efes. 3:4, 14-19; 5:17; 1 Tes. 5:21; Jn. 7:17.  Apocalipsis es un libro alta­mente simbólico, y requiere mucho estudio a la luz del simbolismo bíblico, pe­ro 1:3 dice, "Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ellas escritas".

         Pedro no dice, "hay algunas cosas demasiado difíciles para entender". No dice, "No pueden ser entendidas". No dice, "Hay algunas cosas difíciles de entender, y que por eso echadlas a un lado e ignoradlas". El punto de Pedro es lo que pasa a quiénes no estudian, y que no son estables, y que por eso tuer­cen estas cosas y las de las demás Escrituras. ¡Se pierden eternamente! Pervertir la palabra de Dios produce la perdición.

         La Iglesia Católica Romana "tuerce" este pasaje para que enseñe que sola­mente ella  (por su clero) puede interpretar correctamente las Escrituras. En una nota al pie de la página 273, la Ver. T.A. dice, "De aquí esa infinidad de sectas, que co­menzaron a nacer ya en el tiempo de los Apóstoles, prueba patente de la false­dad del principio protestante: "La Biblia, sólo la Biblia, interpretada indi­vidualmente".  Bueno, yo no justifico la existencia de ninguna secta, ni la Católica Romana, ni la interpretación errónea de individuos, pero la implica­ción de esta declaración es que sólo la Iglesia Católica Romana tiene la auto­ridad para interpretar correctamente las Escrituras.  ¿Cómo lo va a hacer? ¿Tiene ella inspiración?  (El Papa no reclama que es inspirado). Las Escritu­ras desconocen al Papado romano. Nótese: las escrituras de Pablo de hecho es­taban en las manos de los cristianos en general, y no tan solamente en las ma­nos de algún supuesto clero.

         Pedro no dice que las Escrituras no pueden ser entendidas por el indivi­duo. Dice que ciertas personas tienen problemas con ciertas partes de ellas porque les falta la enseñanza correcta y son inestables en carácter.

         --"las cuales los indoctos e inconstantes tuercen". Al decir "indoctos", Pedro no se refiere a carecientes de erudición humana. (Al contrario, son los "sabios" que más causan las herejías. Por ejemplo, considérense los modernis­tas de hoy, altamente educados pero que niegan la inspiración y los milagros de la Biblia, la deidad de Jesús de Nazaret, y el Juicio Final). La palabra significa uno no enseñado. Pedro se refiere a no enseñados en la doctrina in­spirada por el Espíritu Santo. Estúdiese bien 1 Cor. 2:1-16.

         Sobre "inconstantes", véase Sant. 1:8. En el próximo versículo (17) Pe­dro habla de lo contrario, al decir "vuestra firmeza".

         El problema es causado, no por lo difícil de algunas cosas en las Escritu­ras de Pablo, sino por los inconstantes que ignoran la verdad, y usan las Es­crituras para sus propios fines. Los gnósticos no buscaban profundizarse en "la doctrina apostólica" (Hech. 2:42). Véase 1 Juan 4:1-6, comentarios. Usaban las Escri­turas por conveniencia, convirtiendo la gracia de Dios en libertinaje (Judas 4).

         --"como también las otras escrituras".  Las cartas de Pablo van incluidas con las otras Escrituras, probando que Pedro las consideraba como inspiradas.

         --"para su propia perdición". Sobre "perdición", véanse 2:1,3; 3:6; comen­tarios. Se emplea aquí, y allí, la misma palabra griega (apoleia).

Observaciones:

         1- La destrucción resultante se debe a la ignorancia (voluntaria) e incons­tancia de los hombres, y no a lo difícil de ciertas escrituras.

         2- No dice Pedro nada acerca de sea toda la Biblia difícil de entender y que por eso no deba ser leída.

         3- No dice Pedro nada acerca de que haya pasajes difíciles de Pablo en co­nexión con hermanos estables, espirituales, y hambrientos de la verdad.

         4- No dice Pedro nada acerca de que haya necesidad de algún intérprete hu­mano.

         5- Los hombres ignorantes e inconstantes emplean las Escrituras de manera que parezcan apoyar sus errores.

         6- Debemos cuidarnos de interpretaciones que contradigan las declaraciones claras y sencillas de la Verdad.

3:17 -- Véase Judas 20,21.

         --"Así que vosotros, oh amados". Pedro termina su admonición a los amados herma­nos, habiendo hablado del caso de los indoctos e inconstantes.

         --"sabiendo de antemano, guardaos". De antemano sabían, porque Pedro les había escrito sobre las cosas venideras. La construcción gramatical del grie­go deja la idea de "guardarse continuamente".

         --"no sea que ... los inicuos". El objeto de guardarse continuamente es evitar ser arrastrado por el error de los inicuos. La palabra griega, aquí traducida "arrastrados" se emplea también en Gál. 2:13 ("arrastrado"), el caso de Ber­nabé arrastrado por la hipocresía de Pedro y de otros hermanos judíos.

         Sobre "los inicuos", véase 2:7, comentarios. Allí aparece la misma pala­bra griega (athemos). Son anárquicos, licenciosos (Ver. L.A., H.A., J.T.D.), libertinos (N.C.).

         --"caigáis de vuestra firmeza". El texto griego dice "propia firmeza", y así se expresan las versiones ASV., L.A., Mod., H.A., N.M., etcétera.

         Sobre "firmeza" (sustantivo), la misma palabra griega (en verbo) aparece en 1:12 ("confirmados"), y en 1 Ped. 5:10 ("afirme").  Véanse los comentarios allí.  En 2:14 ("inconstantes") y 3:16 ("inconstantes") aparece la misma pala­bra griega, nada más con la "a" inicial, que priva a la palabra de su signifi­ca­do radical (es decir, no firme, no constante).

         Caer uno de su propia firmeza es hallarse en la misma condición espiritual que los falsos maestros. Compárese Mat. 15:14. Por eso conviene siempre la exhortación de 1 Cor. 10:12. El propósito de Pedro de predecir el advenimien­to de las herejías fue advertir a los fieles para que pudieran guardarse conti­nuamente.

         La advertencia de este versículo (17) es sin sentido si es verdad la doc­trina de "la imposibilidad de apostasía".  Pedro, con estas palabras, rechaza la falsa doctrina calvinista, tan popular entre los bautistas, de que el cristiano no puede caerse de la gracia de Dios.  ¿Acaso puede gozar de la vida eterna el cristiano que cae de su propia firmeza?  Hacer la pregunta es contestarla.

3:18 -- "Antes bien". Es decir, en lugar de apostatar, más bien de­bemos crecer. No caer atrás, sino crecer adelante.  ¡O caer o crecer!

         --"creced en ... Jesucristo". La gramática griega aquí emplea el impera­tivo presente: "creced continuamente", causando que uno aumente en la gra­cia y el conocimiento de Cristo.  Véanse Efes. 4:15; Col. 1:10.

         Sobre la gracia, véase 1:2, comentarios.  La gracia de Cristo es su favor y aceptación.

         Sobre el conocimiento (entendimiento), véase 1:5,6, comentarios.  Allí, co­mo aquí, se encuentra la palabra griega, gnosis.

         --"A él sea ... eternidad". La gloria aquí significa alabanza y honor. El día de la eternidad es el "día" que no tiene fin. Considérense Rom. 16:27; 2 Tim. 4:18; Apoc. 1:5,6; 5:12,13.

         --"Amén". Al final de una declaración, la palabra "amén" significa un deseo fuerte de que así sea.

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