Hebreos
NOTAS SOBRE HEBREOS
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Prefacio
- \\ a la tercera impresión.*
He sido grandemente ayudado por el estudio requerido para la preparación de estas Notas. Espero sinceramente que de ellas los lectores también puedan sacar una medida de ayuda. Como consecuencia de preparar NOTAS SOBRE HEBREOS (una obra de largos meses), ahora veo más claramente la gloria y excelencia de Jesucristo y del Nuevo Testamento. Las grandes exhortaciones de esta epístola me han dado más firmeza en la fe.
Esta obra consiste en notas abreviadas. Al lector de ellas le toca estudiar, buscando las referencias y dando amplitud a los pensamientos breves.
Para esta presente impresión fue necesario pasar el texto a un ordenador. Este trabajo fue hecho por una hermana en la fe, la Sra. Barbara McDonald, de Houston, Texas. Agradecemos mucho esta contribución de tiempo y trabajo. Valente Rodríguez, otro hermano mío en la fe, hizo el trabajo original de revisión de manuscrito. Gracias, hermano.
Es un gran placer para mí ver estas NOTAS en circulación otra vez. (La edición original salió en junio de 1967).
Demos gracias a Dios por su bendita Palabra de Vida, que es suficiente y útil para informarnos acerca del camino al cielo.
Bill H. Reeves
Agosto de 1993.
Publicado por:
BRAEWICK PRESS, INC.
Houston, Texas. U.S.A.
NOTAS SOBRE HEBREOS
INTRODUCCIÓN:
I. EL AUTOR DE ESTE LIBRO--
El autor de esta epístola novo-testamentaria no se identifica en ella. Saber quién la escribió es cuestión dificultosa. Muchos han sido propuestos como el autor de ella, entre ellos siendo éstos los más comunes: Pablo el apóstol, Apolos, Bernabé, Clemente obispo de Roma, y Lucas el evangelista. Aunque es imposible determinar la cuestión con exactitud, a continuación doy las evidencias que apuntan a Pablo el apóstol como el autor de este libro.
A. La iglesia antigua del oriente, en donde primero circulaba este libro, afirmaba que era Pablo su autor. Personas famosas y conocidas, tales como Clemente de Alejandría (a fines del siglo 2), Orígenes (a principios del 3), y Eusebio, obispo de Cesarea en Palestina (a principios del 3), afirmaban tal conclusión. (Eusebio es el bien conocido "historiador de la iglesia").
B. La iglesia antigua del occidente al principio no aceptaba la conclusión de ser Pablo el autor, pero desde el tiempo de Jerónimo (392 d. de J.) y Agustín (354-430) vino a ser la conclusión general de la iglesia occidental, hasta el tiempo de la Gran Reforma Protestante. (Martín Lutero rechazó esta conclusión, y hasta la fecha la mayor parte de los comentaristas alemanes la han rechazado).
C. La palabra de bendición al final (13:25) es la que usa Pablo en todas sus epístolas.
D. Pedro escribió a cristianos judíos (cuando menos en parte), y se refiere a una epístola escrita por Pablo a ellos (2 Pedro 3:15).
E. Fue escrito durante la vida de Pablo, pues todavía existía el templo en Jerusalén. El autor era amigo de Timoteo (13:23) (Timoteo era el compañero continuo de Pablo), y estaba de prisionero en Italia (13:18, 19, 24).
F. Este libro se incluyó en la versión de las Escrituras traducida al siríaco (hecha temprana en el siglo 2), y también en la antigua versión itálica. Las inscripciones que acompañan a esta epístola en estas dos versiones traducidas atribuyen al apóstol Pablo el ser el autor de ella. Ahora, consideremos brevemente las objeciones principales contra la conclusión de que es Pablo el autor de este libro.
a. "Pablo firmó su nombre a las otras trece epístolas escritas por él, pero A Los Hebreos no trae su nombre". En respuesta a esto, se puede decir que omitió Pablo su nombre por razones de táctica, pues había contra él mucho prejuicio de parte de hermanos judíos residentes en Palestina. Pablo no quiso distraer del mensaje del libro, cosa que habría hecho tal vez, principiándolo con su nombre. (Se omite también el nombre del autor en las tres cartas de Juan por razones desconocidas).
b. "Hebreos 2:3,4 indica que el autor no era apóstol, sino uno que hablaba según el testimonio de otros". Es cierto que aquí en este pasaje el autor emplea la primera persona plural ("nosotros"), pero también lo hace en Hebreos 6:1-3. ¿Por eso se considera el autor delincuente como ellos a quienes escribió? ¡En ninguna manera! Usa la primera persona, así asociándose con sus lectores, para hacer más suave su admonición. También lo hace en el capítulo 2, delicadamente impresionando a sus lectores acerca de sus deberes como cristianos de prestar atención a las cosas oídas (Hebreos 2:1) y de no descuidar (Hebreos 2:3). Habiéndose incluido con ellos en los primeros tres versículos, terminó el punto (Hebreos 2:3,4), usando la misma primera persona plural.
c. "El estilo del griego empleado en la composición de esta epístola no es el de Pablo". Se admite que el estilo de esta epístola en el griego es sublime, pero no hay evidencia suficiente para hacer de esta objeción un caso contra Pablo como el autor. Pudo haber usado Pablo un amanuense, como Lucas, quien como hombre también inspirado podría haber escogido palabras o frases según su estilo. Pero, todo esto es conjetura y no comprueba nada a favor o en contra.
En conclusión, podemos decir que las muchas evidencias favorecen la opinión de que Pablo es el autor, aunque es una cuestión que no puede ser decidida sumaria y decididamente.
II. A QUIENES FUE DIRIGIDA LA EPÍSTOLA---
Como con la cuestión de quién es el autor de esta epístola, así con está; es imposible saber con exactitud a quiénes fue dirigida originalmente. Pero es evidente que los recipientes originales eran cristianos judíos de alguna parte. Algunos comentaristas modernos opinan que fue escrita a los hebreo convertidos residentes en Roma e interpretan Hebreos 13:24 de tal manera que tienen al autor saludando a esos hebreos de parte de italianos que estaban con él. Pero la conclusión más aceptable y probable del asunto es que fue escrita a los hermanos judíos residentes en Judea, y posiblemente en Jerusalén en particular. Para esta conclusión sugiero las razones siguientes:
A. Aunque no dice el texto mismo de la epístola a quiénes se dirige, la frase "a los hebreos" fue antepuesta a esta epístola en la antigüedad, posiblemente antes del fin de la época apostólica. Así vemos cuál era la opinión de los antiguos sobre el asunto. Esta dedicatoria aparece en todos los manuscritos griegos antiguos y en la mayor parte de las versiones (traducciones a otras lenguas) antiguas (como por ejemplo, en la versión Siríaca y en la Itálica).
B. Todos los llamados "Padres Eclesiásticos" concuerdan en la conclusión de que fue escrita a los hermanos hebreos residentes en Palestina.
C. El nombre "hebreo" aparece tres veces en el Nuevo Testamento (Hechos 6:1;) (2 Cor. 11:22;) Fil. 3:5). Los judíos de Palestina, que hablaban todavía el hebreo o más bien, el arameo, una corrupción del hebreo, se distinguían a los de habla griega, residentes en países de influencia griega. Estos últimos eran llamados "helenistas" (de la palabra griega para indicar lo que era griego). En Hechos 6:1, los "griegos" son los judíos helenistas, y los "hebreos" los de habla hebrea y residentes locales en Judea. Eran todos estos cristianos, pero judíos (de raza) de distintos orígenes.
D. La evidencia interna de la epístola apunta a esta conclusión como correcta, y se armoniza bien con ella, de que los recipientes principales de esta epístola eran los "hebreos en Judea."
III. CUANDO FUE ESCRITA ESTA EPÍSTOLA Y DESDE DONDE--
La conclusión, de que esta epístola fue escrita desde Roma cerca de 63 d. de J., pronto después de libertado Pablo de la prisión la primera vez, se basa en las observaciones siguientes:
A. Hebreos 5:12 y Hebreos 10:32-34 indican que había pasado bastante tiempo desde su conversión a
Cristo. No fue escrita, pues, temprano en el siglo primero.
B. Pero la nación judaica, destruida en 70 d. de J., todavía estaba en vigor y los servicios del templo todavía se celebraban,
según está indicado en tales pasajes como Hebreos 8:4; 9:9,25;10:11; 13:10.
C. Las epístolas Efesios, Filipenses, y Colosenses fueron escritas por Pablo durante su encarcelamiento en Roma. Timoteo estaba con él. Pero en Fil. 2:19-23, vemos que Pablo iba a enviar a Timoteo a los filipenses. En Heb. 13:23 vemos que Timoteo ya estaba ausente de Pablo ("está en libertad", dice la versión Revisada, pero también se puede traducir "enviado". Véase la versión Hispanoamericana, margen. Pablo esperaba la vuelta de Timoteo para hacer viaje con él hasta los hebreos para verles. Parece, pues, que Pablo escribió esta epístola poco después de libertado de la prisión (según Fil. 1:21-26; 2:24 Pablo esperaba ser libertado de su primer encarcelamiento).
D. Hebreos 13:24 indica que fue escrita desde Roma. Escribiendo a los corintios desde Efeso, Pablo dice "Las iglesias de Asia os saludan" (1 Corintios 16:19. Ahora a los hebreos envía saludos desde Roma (o Italia), diciendo, "Los de Italia os saludan".
IV. LA LENGUA EN QUE FUE ESCRITA ESTA EPÍSTOLA--
Aunque Clemente de Alejandría y Jerónimo, dos comentaristas antiguos, y otros, afirmaban que esta epístola fue escrita originalmente en hebreo, su opinión se basó solamente en el hecho de que sería natural escribir a hebreos en hebreo. No afirman haber visto u oído de copia escrita en hebreo. Todos los manuscritos existentes están escritos en griego.
Con la misma lógica empleada por esos antiguos, concluiríamos que la carta a los romanos fue escrita originalmente en latín (la lengua de los romanos), pero sabemos que fue escrita en griego. El griego era la lengua universal en el tiempo apostólico. Aun lo hablaban los judíos residentes fuera de Palestina (los helenistas). Aunque sabía Pablo hablar hebreo (Hech. 21:40), era de Tarso, donde el griego era la lengua establecida. Era la lengua de Pablo. Por unos veinticinco años había andado entre los judíos en muchos países, predicándoles en griego, la lengua de sus servicios en las sinagogas.
Además, los doctos en lenguas nos afirman que la evidencia interna indica que no es traducción del hebreo, sino una obra griega original.
V. EL TEMA, LA NATURALEZA, Y EL OBJETO DE ESTA EPÍSTOLA---
El tema es la gloria y excelencia de Cristo Jesús y del Nuevo Testamento. La naturaleza de esta epístola es exhortatoria (Hebreos 13:22). El objeto es evitar la apostasía al judaísmo (a la "fe de sus padres") y así confirmar la fe de los cristianos judíos Hebreos 3:6,14; 4:14; 10:23), por medio de un gran contraste entre los dos Testamentos.
Los capítulos 6 y 10, en particular, son advertencias contra el volver atrás. Estos cristianos hebreos confrontaban dos peligros muy grandes: la propaganda seductora de los judaizantes (los que abogaban por la esencialidad de guardar la ley de Moisés para ser salvos—(Hech. 15:1,24; etc.), y la persecución de parte de judíos incrédulos (Hechos 8:1-3;) (1 Tes. 2:14-16; etc.).
El tema de esta epístola desarrolla la relación entre los dos Testamentos. El Antiguo (la ley de Moisés) era solamente una sombra del Nuevo. El perdón por medio de sacrificios de animales, el sacerdocio y los servicios del tabernáculo y del templo, eran solamente típicos, apuntando al Nuevo Testamento en el cual estas cosas hallarían su realidad.
Esta epístola tiene por propósito, pues, exhortar. Es un libro de motivos. En página tras página se le presenta al cristiano hebreo las razones por qué debe perseverar en la fe hasta la consumación de su carrera en Cristo (Hebreos 13:20-23). No escribió el autor a judíos inconversos, para convertirlos (aunque la argumentación en esta epístola basta para esto), sino a judíos convertidos en cristianos para que no se apartaran de la fe en Cristo por medio de la incredulidad (Hebreos 3:12).
Muchos hermanos judíos comenzaron a razonar que la diferencia entre el judaísmo y el cristianismo no valía el costo, pues eran perseguidos casi de continuo. Esta es la ocasión que se le presentó al autor para que escribiera esta epístola. En ella, pues, magnifica la superioridad de la ley de Cristo sobre la de Moisés.
Esta epístola prueba lo que los doctos de entre los judíos incrédulos negaban; a saber, que Jesús de Nazaret, crucificado por
ellos, es el Mesías (el Cristo), y por consiguiente el Hijo de Dios, y que su evangelio es esencial para la salvación de todo hombre, inclusive el judío que se gloriaba en ser descendiente de Abraham. Esta epístola proporcionó a los hermanos judíos perseguidos y tentados los argumentos necesarios para refutar a sus oponentes a darles completo triunfo en sus batallas con ellos.
VI. LA CANONICIDAD O AUTENTICIDAD DE ESTA EPÍSTOLA--
Concluimos que la epístola a los hebreos es libro canónico porque:
A. La evidencia apunta al apóstol Pablo como su autor.
B. Era citado por hombres contemporáneos (los llamados "Padres Apostólicos", o sea, doctos en la iglesia cerca del tiempo de los apóstoles) como epístola canónica, y eran recibidas estas referencias a la epístola por la iglesia post-apostólica.
C. Se encuentra en todas las versiones antiguas de las Escrituras (la más antigua de éstas siendo la Siríaca, hecha a fines del siglo primero, o a principios del segundo).
D. Se encuentra en todos los catálogos de los libros canónicos. (Estos catálogos expresan el sentimiento común de los "Padres Eclesiásticos" respecto a cuáles libros son canónicos).
E. La evidencia interna apunta a la naturaleza inspirada de este libro.
VII. UN BOSQUEJO DE ESTA EPÍSTOLA--
A. La finalidad del cristianismo. Dios ha hablado por el Hijo. Cristo es superior a los profetas (Hebreos 1:1-3).
B. Cristo superior a los ángeles. La humanidad de Cristo y su superioridad como mediador (Hebreos 1:4-2:18).
C. Cristo superior a Moisés y a Josué. Provee un reposo eterno comparado con aquel temporal ofrecido a los judíos fieles bajo Moisés y Josué (Hebreos 3:1-4:1).
D. La superioridad del sacerdocio de Cristo sobre el de Aarón, y la superioridad del Nuevo Testamento sobre el Antiguo (el segundo sobre el primero) (Hebreos 4:14-10:18).
E. Ejemplos de fidelidad y exhortaciones diversas presentados para la perseverancia y fidelidad de los hermanos hebreos (Hebreos 10:19-13:25).
HEBREOS 1
Resumen: Comienza esta epístola de una manera sublime. No hay palabras de introducción; no se identifican el autor y los recipientes. Ya hemos notado cuál es el propósito del autor (véase Introducción, V), y vemos al autor entrando en él de una vez. Confrontaban los hermanos hebreos en Palestina el gran peligro de volver al judaísmo, impresionados por la naturaleza imponente de la economía judaica (con sus ritos tradicionales nacionales), y también perseguidos por los no cristianos de entre sus compatriotas. El autor, pues, comienza en este capítulo a mostrar la superioridad de la dispensación del evangelio sobre el sistema mosaico, y la superioridad de Cristo sobre los profetas y aun sobre los ángeles. Se presenta la dignidad y la naturaleza exaltada del Autor del cristianismo. Los hechos presentados en este capítulo establecen la autoridad del evangelio como revelación de Dios, del mismo Dios quien había hablado a los judíos bajo la dispensación mosaica. Siendo así el caso, volver atrás los hermanos hebreos sería una tragedia (Hebreos 2:1-3).
1:1 -- "Dios". El mismo que habló para dar la revelación del Antiguo Testamento es quien ha hablado para dar la del Nuevo. El Autor de los dos es el mismo Dios.
--"en otro tiempo", literalmente, en tiempos antiguos. Probablemente se hace referencia al tiempo entre Abraham y Malaquías.
--"muchas veces". Más bien, como dice la versión Hispanoamericana, "en muchas porciones", o en muchas partes. Gradualmente y en fragmentos Dios les iba revelando su voluntad. (Compárese Isa. 28:10).
--"muchas maneras", a veces por sueños, a veces por visiones; por voces audibles, o por mensajes inspirados; etc. Además, los profetas usaron diferentes formas de enseñanza (tipos, figuras, lenguaje literal y sencillo, salmos, poesía, proverbios, etc.). Véase Números 12:5-8.
--"por los profetas". El profeta era uno que hablaba por Dios (y no solamente predecía eventos). Véanse Exodo 4:16 más Hebreos 7:1; Hechos 3:21.
1:2 -- "en estos postreros días". Más bien, como dice la versión Hispanoamericana, "al fin de estos días", que significa al fin de los días de la dispensación mosaica, cuando entró Jesucristo en el mundo. Se refiere al ministerio personal de Cristo en la tierra. "Finalmente les envió su hijo", Mat. 21:37.
--"ha hablado por el Hijo". Dice la versión Hispanoamericana "nos habló en su Hijo". (Así dice esta versión en el versículo 1, "en los profetas"). Hablando los profetas (del Antiguo Testamento), y Cristo el Hijo (en el Nuevo), en realidad era Dios quien hablaba. Véase Deut. 18:18,19; Mat. 10:20; Luc. 10:16.
--"por el Hijo"; literalmente, "en Hijo". No aparece en el texto griego el artículo definido "el". Nos ha hablado Dios en la persona de alguien que es Hijo; es decir, en alguien que sostiene con él la relación de hijo.
Además, parece que aquí "hijo" es usado casi como un nombre propio; Cristo es llamado "Hijo". El Logos (Juan 1:1, el "Verbo") no era conocido como el Hijo de Dios antes de su encarnación. El término "Hijo" de Dios" apunta a las relaciones que él sostiene con Dios (el Padre) como nuestro Emanuel (Mat. 1:23). Es llamado así el Logos debido a su nacimiento de la virgen (Luc. 1:35) y a su resurrección de los muertos (Hechos 13:33). ¡No se llama así porque fuera engendrado por el Padre en la eternidad! Cristo Jesús (el Logos) es eterno (Jn. 1:1; Heb. 1:8,12; 13:8; Miqueas 5:2, etc.), y no engendrado en cuanto a existencia. No obstante, el término "Hijo de Dios" no se aplica solamente a su humanidad (como lo hace el término "Hijo del hombre"), sino a su naturaleza divina en sus nuevas relaciones que sostiene con el Padre como EMANUEL. Juan 5:17-25 y Rom. 1:4 muestran cómo el término "Hijo de Dios" enfatiza la divinidad de Jesús. Con razón los judíos concluían que él se hacía Dios con llamarse así (Juan 5:18; 10:33,36). Véase también Mat. 16:16. En este sentido de ser divino se usa este término en este capítulo primero de Hebreos.
--"heredero de todo". Como el hijo hereda lo del padre, así es que aquí se emplea
este término para enfatizar más la divinidad de Jesús a quien Dios "constituyó he-
redero de todo en propósito en sus consejos y planes eternos (Efes. 3:11), y lo profetizó (Sal. 2:7-9), pero recibió el Hijo de Dios esta heredad en realidad después de su resurrección de los muertos. Heredó todas las cosas: dominio, dignidad y gloria (Dan. 7:13-14; Isa. 9:6-7; Mat. 11:27; 28:18; Efes. 1:22; Fil. 2:5-11;. 1 Ped. 1:21).
"Este es el heredero" (Mat. 21:38), y nosotros los cristianos somos "herederos de Dios y coherederos con Cristo" (Rom. 8:17) (Heb. 11:7; Tito 3:7). En este sentido "todo es nuestro" (1 Cor. 3:21-23). El que es el "heredero de todo" es Señor. De esto, pues, se deriva el significado del término "el Señor Jesucristo". Véanse Hech. 2:36; 10:36; Gál. 4:1, "el heredero ... es señor de todo".
--"hizo el universo". El texto griego dice que hizo "los siglos" o edades, pero en el griego koiné (común, vulgar--el en el cual fue escrito el Nuevo Testamento) la palabra aion, "siglo", puede significar lo que el siglo contiene; por ejemplo, el universo físico. El autor no se refiere a los siglos o dispensaciones en el tiempo, sino al universo físico (los cielos y la tierra y todo lo que tiene existencia en estos siglos). Esta misma palabra se encuentra en Hebreos 11:3, donde el sentido es obviamente respecto al universo físico. Otros textos también enseñan la verdad aquí referida. Véanse Hebreos 1:10; Jn. 1:3,10; Col. 1:15-17;) (1 Corintios 8:6.
1:3 -- "resplandor de su gloria" (apaugasma tes dokses). apaugasma quiere decir "fulgor", "resplandor", la luz que radia de un cuerpo iluminativo. Como es la refulgencia del sol para el sol, así es el Hijo de Dios para Dios. Así es que vemos al Padre por el Hijo. El Hijo da a conocer al Padre. Esta referencia es al Hijo encarnado. Nadie encarnado ve al Padre. Considérense los textos siguientes: Mat 11:27; Jn. 1:18; 12:45; 14:9; 20:28; Col. 1:15; Fil. 2:6.
--"la imagen de su sustancia" (caracter tes jupostaseos). De la palabra griega caracter tenemos en español la palabra "carácter". Esta palabra griega se refería tanto al instrumento para estampar, sellar o marcar como a lo estampado. La palabra jupostaseos significa "esencia, sustancia, naturaleza interior". El Hijo, aunque distinto en persona, es uno con él (Jn. 10:30), siendo el Hijo la perfecta representación de la esencia o sustancia del Padre.
--"sustenta todas las cosas con la palabra de su poder". No puede haber atribución de la divinidad de Jesús más distinta que la de estas palabras. Declaran su poder infinito; declaran su omnipotencia. Véanse Hebreos 11:3; Gén. 1:3,6,9; Sal. 33:6,9; Hechos 17:28; Col. 1:17. Con la palabra Jesús mandó al mundo físico (Mat. 8:26,27) y al mundo de demonios (Mat. 8:16). Sanó a enfermos con la palabra y levantó a muertos (Mat. 8:16; Jn. 11:43), cambiando así las leyes "naturales" de las cuales él mismo es el Autor.
--"habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo". Sobre la purificación según la ley de Moisés, véase Lev. 16:15,16,30; 17:11. La Ley era una sombra (Col. 2:17; Heb. 10:1). Cristo por su sangre hizo posible nuestro perdón de los pecados (Hebreos 7:17; 9:12,23,26, 28; 10:10; Hech. 20:28; Juan 1:29; Rom. 8:3; . 1 Ped. 2:24;. 1 Jn 1:7; Apoc. 1:5).
--"se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas". Van tres participios (en el griego) en este versículo, que son: siendo, sustenta, habiendo efectuado. Ahora resta declarar que él reina. ¡Cuán grandes estas verdades que aquí son declaradas acerca del Hijo de Dios! Habiendo llevado a cabo el gran plan de redención de Dios, Cristo ¡se sentó!
La frase "a la diestra" significa el lugar más exaltado de honor y autoridad. Véanse, por ejemplo,. 1 Reyes 2:19; Sal. 45:9; 110:1; Mat. 20:20-23.
Otros textos referentes a la ascensión de Cristo a la diestra de Dios: Mat. 22:44; 26:64; Mar. 16:19; Efes. 1:20-23; 4:10; Heb. 1:13; 8:1; 10:12,13; 12:2. Su posición indica su plena autoridad (Mat. 28:18; Fil. 2:6-11;) .1 Cor. 15:24,25).
--"la Majestad". Es una referencia a Dios el Padre. La misma palabra griega, megalosune, aquí traducida "Majestad" aparece en Hebreos 8:1 y en Judas 25. (Esto puede indicar que en Judas 25 se hace referencia a Dios el Padre más bien que a Jesucristo).
Los primeros tres versículos contienen ocho declaraciones concernientes al Hijo de Dios y basadas en el Antiguo Testamento. El lector hebreo ve en ellas el punto principal del escritor; es a saber, que Dios ha hablado de una manera superior a la del Antiguo Testamento, cuando habló por los profetas.
1:4 -- Aquí se declara la superioridad de Cristo sobre los ángeles. Estos mensajeros celestiales son de alta posición y poder. (Textos qué considerar: Sal. 103:20; Sal. 104:4;) .2 Sam. 14:17; Mat. 18:10; Luc. 20:36;) (2 Ped. 2:10,11;) Apoc. 5:11). ¡Pero les supera Cristo!
Los judíos se gloriaban en la Ley de Moisés dispuesta u ordenada por ángeles (Deut. 33:2; Hech. 7:53; Gál. 3:19). El autor aquí prueba que Cristo es superior a los ángeles en naturaleza y dignidad. Véase también (1 Ped. 3:22;)
El nombre referido en este versículo es el de Hijo, como lo indica el versículo siguiente. Lo "heredó" en el sentido de recibirlo por virtud de su persona y obra en la redención del hombre. Como son de mayor posición y preeminencia los hijos de la casa que los siervos en ella, así Cristo es mayor que los ángeles en que es el Hijo y ellos son siervos ("ministros").
1:5 -- La respuesta obvia a la pregunta presentada en este versículo es que ¡a ninguno! Por consiguiente, ¡Jesucristo es superior a los ángeles!
--"Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy". Véase Sal. 2:7. "Engendrar" aquí no significa literalmente dar vida a alguien, sino según significado figurado indica "constituir" u "ordenar". Según Hech. 13:33 y Rom. 1:4, vemos que la resurrección de Jesucristo de los muertos fue el hecho por el cual Dios constituyó públicamente su Hijo al que los reyes de la tierra rechazaron y crucificaron (Sal. 2:2,3).
La argumentación en este versículo es para enfatizar que Jesucristo es más que hombre y que ángel. Es cierto que los hombres, y tal vez los ángeles (Job 38:7), han sido llamados hijos de Dios (Luc. 3:38;) (2 Cor. 6:18), pero no ha sido llamado ningún hombre o ángel "él Hijo de Dios".
Sal. 2:7 más Hech. 13:33 no quiere decir que el día de la resurrección fue cuando fue llamado Jesucristo el Hijo de Dios, o llegó a serlo. Aun en su encarnación fue llamado así (Luc. 1:35), como también antes de eso (Juan 3:17) y después (Mat. 17:5). El punto es que al resucitarle de los muertos, y hacerlo el Rey sobre su reino, la iglesia, (Sal. 26; Efes. 1:20-23), Dios declaró formal y públicamente que él era su Hijo por excelencia. Como un padre engendra un hijo, así Dios declaró al mundo ("engendró") que Jesús es su Hijo por la resurrección de los muertos.
--"Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo". Véase (2 Sam. 7:14-16.) La referencia primaria es a Salomón, el hijo de David. Pero tiene doble referencia en este pasaje. En Jesucristo se cumple la referencia secundaria (en cuanto al contexto), y Luc. 1:33 muestra que solamente en Cristo se cumple la parte referente al reino eterno de él. Los judíos entendían que este pasaje se refería también al Mesías. Salomón, pues, era tipo de Cristo.
1:6 -- Se presentan dos problemas en este versículo; es a saber, (1) la posición en la frase de "otra vez", y (2) ¿cuál texto va referido en este versículo? Vamos a considerarlos.
La versión de Valera 1960, la que empleamos en este comentario, dice, "Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo ...". La idea de "otra vez" es que como ya citó el autor en el versículo anterior algún pasaje del Antiguo Testamento, ahora cita otro. Pero dicen las versiones Hispanoamericana, Moderna, J. T. de la Cruz, y otras más o menos así: "Y cuando introduce segunda vez al Primogénito en el mundo", o "Cuando otra vez vuelve a traer el Primogénito ...". Tales traducciones implican que ya le "introdujo" una primera vez y ahora se hace referencia a alguna segunda. Esta es la traducción que está más conforme a la construcción natural del texto griego.
Los premilenaristas, basándose en esta última traducción (que yo también entiendo que es la correcta), afirman que aquí el autor se refiere a la segunda venida personal de Cristo. Tal interpretación no solamente contradice una hueste de pasajes, sino también ignora el contexto por completo. El autor estuvo probando a sus lectores en el siglo 1, con pasajes del Antiguo Testamento, la supremacía de Jesucristo sobre los ángeles para que no apostataran de la fe de Jesús. No fue su punto tratar de lo que fuera Jesús antes de su coronación como Rey sobre su reino (la iglesia), ni lo que será después de entregar el reino al Padre (1 Cor. 15:24).
¿Qué es, pues, esta "segunda introducción" en el mundo? La primera fue su encarnación (Hebreos 10:5). Dios le introdujo o lo
presentó otra vez al mundo por medio de la resurrección de los muertos. Véanse los comentarios sobre el versículo 5. Dios lo resucitó y coronó como el Rey sobre su reino. Dios, en la resurrección y coronación de Jesús, declaró al mundo lo que es su Hijo (Hech. 2:36; 10:36). Cristo mismo lo llamó una (segunda) "venida" (Mat. 16:28). Dios mandó a los ángeles adorarle porque fue exaltado a una posición suprema como la Cabeza de su iglesia, como el Rey de su reino (Efes. 1:20-23; Fil. 2:9-11;) (1 Cor. 15:27;) (1 Ped. 3:22). A este reinado el autor repetidamente se refiere en esta primera sección de su epístola. El contexto demanda tal interpretación. Presenta la razón por qué debemos serle fieles ahora.
¿Qué diremos del segundo problema en este versículo? La cita que presenta el autor en este versículo 6 se halla literalmente y palabra por palabra en Deut. 32:43, según la versión de los Setenta (El Antiguo Testamento en griego). Pero el texto hebreo de Deut. 32:43 no incluye tales palabras, y por eso algunos comentaristas rechazan este pasaje de Deuteronomio como la cita referida en este versículo 6. Estos ofrecen Sal. 97:7 (donde el texto hebreo dice "dioses" y no "ángeles", aunque la versión de los Setenta en este lugar dice "ángeles").
A favor de la posición de que la cita es tomada de Deut. 32:43 (versión de los Setenta) se puede decir que dicho pasaje en esa versión es exactamente según las palabras halladas en Heb. 1:6. Pablo citó este mismo pasaje de Deuteronomio, según la versión de los Setenta, en Rom. 15:10. Cristo muchas veces citó de esta versión, como también lo hicieron sus apóstoles. Por más de trescientos años había sido ésta una versión tenida en alta estima por los judíos. Se afirma que los Setenta tradujeron de una copia del texto hebreo que tenía la frase que en el presente texto hebreo no se encuentra; a saber, ésa que dice "adórenle todos los ángeles de Dios".
Sea como sea el caso, Heb. 1:6 se basa en autoridad apostólica y prueba que Jesús merece la adoración de ángeles.
--"Primogénito". Véanse Col. 1:15,18; Rom. 8:29; Apoc. 1:5. Entre los judíos el primer nacido tenía preeminencia en la familia. Así es que la palabra "primogénito" vino a significar "el que tiene la preeminencia". Este es el punto de Pablo en Col. 1:15-18, "para que en todo tenga la preeminencia". La palabra se encuentra en Sal.
89:27, referente a David, quien no era el primero nacido en la familia de su padre, pero en la economía de Dios sí tuvo la preeminencia entre los reyes de la tierra. Se halla esta palabra, en el plural, en Heb. 12:23, referente a la preeminencia de los que componen la iglesia de Dios. La preeminencia de Jesucristo es todo el punto del autor en Hebreos capítulo 1.
1:7 -- Véanse Sal.104:4. El objeto del autor inspirado es mostrar la superioridad de Jesucristo sobre los ángeles por medio de mostrar que su posición es inferior a la de él. Ellos son ministros; él es el Señor que manda.
--"hace a sus ángeles espíritus". Otras versiones dicen "vientos" en lugar de "espíritus". La palabra griega pnuema quiere decir primeramente "viento" (Juan 3:8), y luego el "espíritu" humano (1 Tes. 5:23). Sus mensajeros (ángeles) son rápidos como el viento y poderosos y destructivos como llamas de fuego (tal vez el relámpago). Han traído mensajes de Dios a los hombres (Luc. 1:19,26-28), y han traído destrucción sobre los hombres (Gén. 19:1 y sig.; Ex. 12:23,29;) (1 Crón. 21:15;) (1 Sam. 24:15,16;) Hech. 12:23).
1:8 -- Véanse Sal. 45:6. Este salmo es una alegoría que tiene su aplicación en el Mesías, tocante a sus perfecciones, conquistas y administración justa. Continúa el autor probando la superioridad de Jesucristo sobre los ángeles.
--"Tu trono"; símbolo de dominio y autoridad para regir.
--"oh Dios". Para sostener su negación de la Deidad de Jesucristo, los unitarios traducen el pasaje para que diga "Dios es tu trono para siempre". (Véase por ejemplo la versión Nuevo Mundo, de los Testigos de Jehová). Los unitarios añaden la palabra "es" después de "Dios" (porque afirman que "Dios" aquí en este caso es del nominativo, y no vocativo). Pero es vocativo y la traducción correcta es la dada en la versión Valera Revisada, la que estamos empleando. Esta traducción cabe en el contexto que tiene por propósito exaltar a Cristo. Este versículo, citado del salmo, declara la Deidad de Jesucristo; es llamado Dios.
--"por el siglo del siglo". Véanse Dan. 7:14; Luc. 1:33;) (2 Ped. 1:11.)
--"Cetro de equidad es el cetro de tu reino". El cetro es una vara de material precioso y es usado por reyes como insignia de su dignidad (véase Ester 4:11). El Mesías es Dios; es Rey, y su reinado es caracterizado por la equidad. Véanse Isa. 11:2-5; Jer. 23:5; Apoc. 15:3.
1:9 -- Véase Sal. 45:7.
--"Dios, el Dios". El texto bien puede ser traducido así: "Dios, oh Dios..." (Véase al pie, versión Hispanoamericana). En este caso se llama Dios Jesucristo, como es llamado en el versículo 8.
--"óleo de alegría". Se refiere a las consecuencias alegres de la coronación de Jesús. Esta figura se basa en la costumbre oriental de ungir la cabeza con aceite (Sal. 23:5). Así eran ordenados al oficio los sacerdotes (Lev. 8:12; Núm. 3:3) y los reyes (1 Sam. 9:16; 10:1; 16:3;) (2 Sam. 2:7;) (1 Reyes 1:34). La palabra Cristo quiere decir ungido. El es tanto Sacerdote como Rey, ungido por Dios con el Espíritu Santo (Hechos 10:38; Isa. 61:1-3).
--"más que a tus compañeros". Cristo ha sido exaltado más arriba de todo rey ungido. El es el Rey de reyes (Apoc. 17:14).
1:10 -- Véase versículo 2. Esta cita es tomada del Sal. 102:25. Lo que este salmo dice respecto a Jehová, aquí es aplicado por el autor al Mesías, a Jesucristo. La Deidad o Divinidad de Jesucristo es presentada claramente en este pasaje. ¡El es el Creador!
1:11-12 -- "Ellos perecerán". Véanse Mat. 24:35;) (2 Ped. 3:7,10-12. El que ha creado con la palabra, también con ella sostiene (versículo 3), y por fin destruirá.
--"mas tú permaneces". La creación no durará, pero Cristo es inmutable. Véase también Hebreos 13:8.
1:13 -- Véase Sal. 110:1. Este salmo de David tiene referencia al Mesías. Véanse Hebreos 10:13; Mat. 22:41-46; Mar. 12:35-37; Luc. 20:41-44; Hech. 2:34,35;) (1 Cor. 15:25.) Este pasaje predice la conquista completa por Cristo de todos sus enemigos, sean ángeles u hombres. Mientras tanto ocupa Jesucristo el puesto de más alto honor (Véase versículo 3). ¡Nunca han recibido los ángeles tal honor!
--"tus enemigos por estrado de tus pies". Esta figura se basa en la práctica antigua de poner los pies sobre el cuello del conquistado (Jos. 10:22-25).
1:14 -- Cristo es el exaltado; los ángeles son ministradores. Son siervos. Muchos son los pasajes que hacen referencia a la obra de los ángeles en su servicio a favor de los que serán salvos. He aquí algunos: Mat. 18:10; Luc. 1:11-20; 2:9-13; 15:10; Juan 20:11-13; Hech. 1:10,11; 5:19,20;) (1 Ped. 1:12.)
HEBREOS 2
Resumen: Después de una fuerte exhortación acerca de no descuidar de nuestra salvación, basada esta exhortación en lo dicho en el capítulo primero, pasa el autor a la argumentación de la superioridad de la nueva dispensación sobre la vieja. Cristo es superior a los ángeles, pues a Cristo y no a ellos está sujeto el mundo bajo el Nuevo Testamento. Cristo encarnado (Dios en la carne) tiene todo sujetado a él. Fue capacitado para ser nuestro Salvador por medio de tomar sobre sí nuestra naturaleza y sufrir la muerte en la cruz. Para poder salvarnos, tuvo que morir, y para morir tuvo que ser hombre. Esto, en turno, demandó que naciera de mujer. Por medio de su muerte ha librado a los cristianos de la servidumbre del diablo. Esta salvación y el socorro que él ofrece se extienden a la simiente de Abraham, y no a los ángeles. El, habiendo sufrido y sido tentado, se capacitó para ser nuestro sumo sacerdote y quien puede socorrer a los tentados y que sufren.
2:1 -- "Por tanto". Es decir, en vista de lo dicho en el capítulo 1, se sigue la advertencia siguiente.
--"a las cosas", o sea, a las del evangelio, predicadas directamente por el Señor en la carne, o por sus escogidos apóstoles inspirados.
--"nos deslicemos" (pararruomen). Este verbo no aparece más en el Nuevo Testamento, pero en la versión de los Setenta del Antiguo aparece en Prov. 3:21 ("no se aparten"), y esta palabra griega en forma de adjetivo aparece en Isa. 44:4 ("corrientes de las aguas" -- versión Moderna). Esta palabra significa "fluir" y por consiguiente "pasar sin que se le dé atención debida". Si no ponemos la debida atención a las cosas del evangelio, habladas por Dios a través de su Hijo y los apóstoles de él, nos escurriremos (dice la versión Hispanoamericana, y otras) poco a poco, hasta haberlas dejado atrás. Separados de ellas, nos perderemos.
2:2 -- "Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme". Se refiere a la ley de Moisés dada en el monte Sinaí. Dios habló (Hebreos 12:25,26) a Moisés, y éste al pueblo, pero también participaron los ángeles en la presentación de esta ley (aunque de los detalles de su participación no tenemos conocimiento). Véanse Hech. 7:38,53; Gál. 3:19. Tal vez pronunciaron las palabras que Dios mandó y sirvieron de "ministradores" (Hebreos 1:14) en excitar los truenos, relámpagos, terremotos, etcétera, que acompañaron ese evento referido. (Véase también Deut. 33:2 y compárese Sal. 68:17).
--"y toda transgresión" = ir más allá de lo escrito (por ejemplo, Lev. 10:1,2).
--"desobediencia" = no hacer lo mandado.
--"recibió justa recompensa". Véanse Núm. 15:30-36; Deut. 17:2-12; 27:26; Heb. 10:28.
2:3 -- "nosotros". Es la iglesia en general.
--"descuidamos" (amelesantes). Este verbo se encuentra en Hebreos 8:9, "me desentendí" de ellos; "los traté con desprecio", versión Moderna.
--"primeramente por el Señor". Esto fue profetizado: Deut. 18:18,19; (Hech. 3:22,23).
--"fue confirmada ... oyeron". Véanse Hech. 1:8,21,22; 10:41;) (1 Jn. 1:1-3.)
2:4 -- En el versículo 3 y en éste vemos el propósito divino de los milagros; es a saber, confirmar la palabra predicada. Eran, pues, temporales los milagros hechos por Cristo y sus apóstoles, y por los cristianos primitivos que recibieron de éstos "repartimientos del Espíritu Santo"; eran el testimonio de Dios dado para probar la autenticidad del mensaje predicado. (Véase Mar. 16:20). Descuidar de este mensaje de salvación, pues, es descuidar de lo que dice.
2:5 -- "el mundo venidero". ("el mundo habitado que está por venir", versión Moderna). Este versículo es favorito del premilenarista, porque lo interpreta para que se refiera al "nuevo mundo" o "tierra nueva" de su sistema materialista. Las palabras griegas, ten oikoumenen ten mellousan, quieren decir "el mundo habitado, a saber, el que viene".
¿Desde cuál punto de vista viene? ¿Todavía venía cuando el autor escribió estas líneas? ¿Todavía viene en este siglo veinte? Una cosa es venidera hasta el tiempo de su llegada, y luego no más es venidera. Por ejemplo, enseñó Jesús a sus discípulos a orar que viniera el reino (Mat. 6:10). Pero muchos todavía siguen orando, "Venga tu reino", aunque ya hace más de diecinueve siglos que vino.
La expresión "mundo venidero" era una expresión de los judíos para referirse al tiempo del reinado del Mesías; es decir, el tiempo cuando vendría a reinar el Mesías. De ese "mundo venidero" (desde el punto de vista de los judíos bajo la dispensación mosaica) dice el autor de esta epístola "estamos hablando". El contexto determina la interpretación correcta de este texto. Este texto va dentro del contexto que habla de la superioridad de Jesucristo en esta dispensación cristiana. ¡De esto está hablando el autor en esta epístola a los cristianos hebreos y solamente de esto!
La administración de este reino (la iglesia) de Cristo no ha sido entregada a ángeles, ¡sino a Jesucristo! El gobierno de este reino celestial descansa sobre los hombros de Cristo (Isa. 9:6). Sólo él abre y cierra (Apoc. 3:7), tiene las llaves de la muerte y del Hades (Apoc. 1:18), y es la Cabeza exaltada (Efes. 1:22,23).
Después de la dispensación mosaica, iba a venir otra, la final (1 Cor. 10:11). Para los judíos era el "siglo venidero" (Heb. 6:5). Ahora, los cristianos estamos en este siglo, en este reino. Está sujetado completamente a Cristo, y no a los ángeles. ¡De esto estuvo hablando el autor desde Hebreos 1:1, y no de algún supuesto milenio de los materialistas del siglo veinte quienes todavía esperan tal cosa "venidera"! Los premilenaristas ignoran por completo el contexto al torcer este pasaje.
--"acerca del cual estamos hablando". El contexto comprueba claramente que el autor está hablando acerca del reinado de Cristo ahora en esta dispensación cristiana.
2:6-9 -- Véase el Salmo 8. Los premilenaristas ven en este pasaje (Salmos 8:5-8) una referencia fuerte al milenio materialista de su sistema de cosas, y naturalmente interpretan el Salmo 8 así. Ha de admitirse que el Salmo 8 parece referirse, en parte, al dominio absoluto del hombre. Pero el uso que el autor de esta epístola hace del Salmo 8 no admite tal interpretación. El propósito del autor en esta sección de la epístola es establecer la reclamación de que es Jesucristo el Hijo de Dios y el Señor nuestro. No está tratando alguna cuestión acerca del dominio del hombre en algún mundo físico futuro. Cristo, en Mat. 21:15,16, se refiere a este salmo (Salmo 8:2) y lo aplica a la alabanza que le daban los niños durante su ministerio personal.
Es cierto que en el principio Dios sujetó todo el mundo físico a Adán (Gén. 1:26). Pero el dominio del hombre sobre el mundo físico, de aquel tiempo, o en algún tiempo futuro, no es el punto tratado por el autor en esta sección de su epístola. El trata la exaltación y coronación del Hijo de Dios, después de haber sido muerto y resucitado y ascendido a los cielos, recibiendo entonces el gobierno de todo el mundo para reinar sobre él. ¡Este es el punto del contexto, y no podemos salirnos de él, para interpretar estos versículos de otra manera! (Véanse los comentarios sobre el versículo 5).
El Salmo 8 tiene al Hijo de Dios por referencia principal, si no total. Mateo 21:15,16;) (1 Cor. 15:27; y Efes. 1:22 lo indican. Pero puede haber una referencia primaria, y luego secundaria (o profética), en este salmo. En este caso, lo que se dice del hombre (el primer hombre) halla su culminación o perfección en Cristo Jesús (el segundo hombre) (1 Cor. 15:47). Sea como sea, una cosa es cierta: a saber, que el autor inspirado de esta epístola aplica el Salmo 8 a Cristo el Mesías. ¡Esto el contexto lo demanda!
--"¿Qué es el hombre ... O el hijo del hombre ...?" En la poesía hebrea la misma cosa es dicha de dos maneras, o con variedad. Pero no hemos de entender que se habla de dos cosas distintas. "El hombre" y "el hijo del hombre" es lo mismo. Se refiere a Cristo, o a la naturaleza humana en la persona de Cristo.
--"para que le visites". Es decir, tratarle con tanto honor, o hacerle tanto caso.
--"Le hiciste ... le coronaste ... le pusiste ..." Se emplea el tiempo pretérito por el futuro. En las profecías, para enfatizar lo cierto de lo predicho, se habla de la cosa futura como de una cosa ya hecha. El salmista predice la encarnación de Jesús, la coronación de él después de su humillación en la muerte de la cruz, para gobernar todo el universo ya sujetado a él. Aunque hecho Jesús inferior a los ángeles en su encarnación, fue coronado de gloria y de honra, exaltado así sobre los ángeles, cuando Dios le resucitó y le sentó a su diestra (Fil. 2:5-11). Esto le garantiza a Cristo dominio completo sobre las obras de Dios.
--"Todo lo sujetaste bajo sus pies". Véanse (1 Cor. 15:27;) Efes. 1:22. No solamente sujetados hombres y ángeles, sino también el mundo de las bestias (Sal. 8:7,8), porque Cristo lo gobierna para el beneficio del hombre en la tierra.
--"pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas". Aunque toda autoridad o poder le ha sido dado en la tierra y en el cielo (Mat. 28:18), todavía no le están sujetas todas las cosas, porque hay ángeles y hombres rebeldes y desobedientes que resisten su reinado. "Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte". (1 Cor. 15:25-26). En el día de la resurrección, ya no habrá más muerte y todo enemigo habrá sido conquistado por Cristo. Véase Heb. 2:14,15.
--"Pero vemos a aquel ... los ángeles". Dice el autor inspirado que Jesús es el referido en el Salmo 8, y aquí en Heb. 2:7.
--"coronado de gloria y de honra" después de haber muerto por los hombres, y a causa de sufrir esa muerte. Dios se hizo hombre, hecho inferior a los ángeles, y luego muriendo por el hombre (Mat. 16:21), fue exaltado y coronado de gloria y honra (Mat. 16:28), y porque sujetará por fin todas las cosas, debemos servirle fielmente y no ser movidos de nuestra fe en él solamente porque los judíos incrédulos presentan argumentos en contra de la Deidad de Jesús.
2:10 -- "Porque convenía". Los judíos incrédulos no podían aceptar la idea de un Mesías que moriría (como conquista-
do) -- Juan 12:34. Pero Dios ("aquel por cuya causa ... las cosas subsisten"--compárese Rom. 11:36) tenía el derecho soberano de decidir qué convenía en el gran plan de redención. Determinó que el hombre sería perdonado por medio de la muerte de su Hijo (Gál. 1:4; Heb. 1:3;10:5-10). Si Dios nos ha proveído el esquema perfecto de redención para el hombre, aunque envolvió la humillación y sufrimiento de su Hijo, ¿quién es el hombre que razone que esto no convenía?
--"llevar muchos hijos a la gloria". Véase Jn. 1:12. "A la gloria" se refiere al cielo. Véase Rom. 8:29,30.
--"perfeccionase por aflicciones". Las aflicciones son todas las cosas que sufrió Jesús en la carne, como uno identificado como "hombre", y que terminaron en su sufrimiento y muerte en la cruz. Estas aflicciones le "perfeccionaron" a Jesús, no en algún sentido de ser hecho moralmente perfecto, pues no tuvo nunca pecados o imperfecciones, sino en el de hacerle un salvador eficaz, porque la reconciliación del hombre con su Dios requería muerte. El pecado merece la muerte (Rom. 6:23; Ez. 18:20); para justificarnos Dios, Cristo tuvo que morir por nosotros (Rom. 3:25,26; Col. 1:22,23).
Convenía a Dios, pues, hacerle a su Hijo un salvador perfecto por medio de la muerte (después de otros sufrimientos como hombre en la carne) de él en la cruz. Al morir en la cruz, Cristo pudo decir, "Consumado es" (o, perfeccionado es) (Jn. 19:30). Véanse también Heb. 5:8,9; 7:28; Luc. 13:32, "soy hecho perfecto", versión Moderna. (Al tercer día entraría en Jerusalén donde moriría por el hombre, llevando a cabo, o perfeccionando -- "consumado es" -- su obra como Salvador).
--"autor de la salvación". La palabra griega arkegos significa primeramente el que provee el principio de algo, o que dirige. Jesús, que quiere decir "salvador", es el autor o la causa principiante de nuestra salvación. Véanse Hebreos 12:2; Hech. 3:15; 5:31 (Príncipe, o Director). En Heb. 5:9, "autor" es de otra palabra griega.
2:11 -- El que santifica es Cristo y los santificados son los cristianos, perdonados por el sacrificio de Cristo (Hebreos 9:14; 10:14,29; 13:12; Jn. 17:14-17;) (1 Cor. 1:30). Ambos él y ellos son de una sola naturaleza; a saber, la naturaleza humana (véase versículo 14). Pues, éste es todo el punto del capítulo 2. (Algunos entienden que el "uno" de la frase "de uno son todos" se refiere a Dios el padre de todos; otros, que a una sola familia). El Mesías tomó de la naturaleza del hombre, siendo enviado del Padre (Jn. 17:21), aunque en su propia naturaleza es más exaltado que los ángeles (pues es Dios).
--no se avergüenza de llamarlos hermanos". Aunque Jesucristo participó de nuestra naturaleza (versículo 14), no es meramente humano, pues de otra manera, ¿en qué consistiría la condescendencia aquí implicada al decir, "no se avergüenza"? ¡Cristo es Dios! pero se hizo carne (Jn. 1:14), y por eso puede llamar hermanos a los cristianos.
2:12-13 -- En estos dos versículos van tres citas del Antiguo Testamento para confirmar lo dicho en el 11; a saber, que el Mesías tomó de la naturaleza humana.
--"Anunciaré ... tu nombre". Véase Sal. 22:22. Durante su tiempo en la carne, el Mesías (según afirma este salmo mesiánico, que también habla de los sufrimientos del Mesías en la carne) declararía a sus hermanos (también en la carne, o de la misma naturaleza) las perfecciones y carácter de Dios. Esto lo hizo (Jn. 17:26; 1:18). El punto del autor en este pasaje es recordar a los hermanos hebreos (y convencer a los judíos incrédulos) que el Mesías había de ser hombre (encarnado), y de aflicciones (Isa. 53), para que siendo de la naturaleza del hombre pudiera simpatizar con los hombres y morir por ellos para traerles a la gloria (versículo 10). Esto lo hace, no citando la historia de la vida de Jesús de Nazaret (registrada en Mateo, Marcos, Lucas y Juan), sino citando pasajes del Antiguo Testamento referentes al Mesías.
--"En medio ... te alabaré". Véase Mat. 26:30. El punto es que el Mesías se identificó con sus discípulos como siendo de la misma naturaleza humana, llamándoles hermanos y alabando a Dios juntamente con ellos como uno de ellos.
La palabra "congregación" (ekklesia, de la cual tenemos la palabra "iglesia") indicaba a los judíos la nación judaica reunida en Jerusalén donde adoraban a Dios, pero es aplicada aquí por el autor inspirado al pueblo de creyentes en Jesús durante el reinado del Mesías.
--"Yo confiaré en él". Véase Isa. 8:17. Aunque Dios, el Mesías se hizo carne, y en la carne, como todo hombre, dependía de Dios (hasta el fin de sus días en la carne--Luc. 23:46). Son los hombres quienes dependen de Dios. Al profetizar Isaías estas palabras acerca del Mesías, mostró que el Mesías se identificaría como hombre.
--"He aquí, yo y los hijos que Dios me dio". Véase Isa. 8:18. Con estas palabras el Mesías se identifica con los hombres. Los "hijos" de este pasaje no son "hijos de Dios" ni "hijos de Adán", propiamente. El punto es que el Mesías y los "hijos" son de uno (versículo 11); es decir, de la misma naturaleza. Ahora, es cierto que los cristianos son "hijos de Dios" y que somos dados a Cristo (Juan 17:6) como discípulos de él. Pero este pasaje en Isaías es citado para probar que el Mesías tuvo que tomar de la naturaleza del hombre. Así era el plan de Dios.
2:14 -- "los hijos". Los hijos de Dios; cristianos santificados. Cristo murió por todo el mundo (Hebreos 1:3; 2:9; Juan 11:51,52;) (1 Jn. 2:2), pero los referidos aquí son los que han obedecido al evangelio.
--"participaron de carne y sangre". Los cristianos son de naturaleza humana.
--"él también ... de lo mismo". Para poder morir por los hombres, Dios tuvo que tomar de la naturaleza humana. Y para esto tuvo que nacer de mujer (Juan 1:14; Gál. 4:4; Fil. 2:6- 8).
--"para destruir...el imperio de la muerte". Para hacer ineficaz, o inactivo. El diablo (diablos, equivalente a la palabra hebrea, Satanás, quiere decir "calumniador, acusador" véase Apoc. 12:10) todavía por el pecado trae la muerte al hombre pecador, pero Cristo en su muerte hizo ineficaz la obra del diablo porque ahora por Cristo seremos resucitados de la muerte y viviremos para siempre. El diablo tuvo el poder de traer la muerte física sobre la raza humana por medio de tentar a Adán y Eva a pecar. Todo hombre está pues destinado a la muerte física (Heb. 9:27). La muerte espiritual (la "segunda muerte"-- Apoc. 2:11; 20:6) vendrá sobre todo pecador que muere fuera de Cristo o que no es cristiano fiel. La muerte de Cristo quita al diablo este "imperio de la muerte", o lo hace ineficaz o inactivo, porque el pecador que obedece a Cristo y es fiel hasta la muerte (Apocalipsis 2:10), será resucitado de la muerte física y escapará la segunda muerte, la espiritual.
2:15 -- Por medio de Cristo todos pueden ser librados de la cautividad del diablo. La muerte es un mal penal, producido por el pecado, y todo hombre (fuera de Cristo) teme este mal. Pero es el diablo quien conduce al hombre a pecar, y por eso el hombre está sujeto a la servidumbre de él. A este pobre sujeto Cristo libra por medio del evangelio.
2:16 -- "no socorrió a los ángeles". La versión Hispanoamericana dice, en las referencias al pie de la página, "v. 16. Griego, ase". La Moderna dice, "no echa mano de los ángeles". La idea es de echar mano Cristo del hombre, o asir de él, para salvarle (versículo 15), y para ayudarle (versículo 18). No ha obrado Cristo salvación para los ángeles, sino para los creyentes de la raza humana.
--"la descendencia de Abraham". Dicen la versión Hispanoamericana y la Moderna, "la simiente de Abraham". Murió Cristo por todos (versículo 9), pero salva en particular solamente a la simiente de Abraham, o sea, a los que creen en él según la fe de Abraham. Los judíos en la carne eran descendencia de Abraham, pero los creyentes en Cristo son la simiente de Abraham aquí referida (véanse Gál. 3:29; Rom. 9:6-8; Gál. 4:28; Juan 1:12,13).
2:17 -- "debía ser". Dado que Cristo se entregó a la obra de salvar la simiente de Abraham, convenía o era debido o preciso que participara de la naturaleza del hombre.
--"misericordioso". Tomando nuestra naturaleza, conoció las pasiones, tentaciones y sufrimientos del humano, y por eso estaba capacitado para mostrar misericordia hacia el hombre pecador.
--"y fiel sumo sacerdote". Compadeciéndose del hombre perdido, porque era misericordioso (aunque sin pecado Cristo, Heb. 4:15), vino a ser un sumo sacerdote fiel; es decir, cumplió su oficio de sumo sacerdote, haciendo lo necesario para nuestro rescate. Toda la esperanza del hombre perdido dependía de la fidelidad de Cristo en cumplir con su oficio; o sea, morir por nosotros. Si no hubiera sido un sumo sacerdote misericordioso y fiel, no habría cumplido con su oficio y el hombre no habría tenido ninguna esperanza.
El día de la expiación, y las actividades del sumo sacerdote anualmente para expiar los pecados del pueblo, se presentan en Levítico 16. Esto era tipo del sacrificio de Cristo de sí mismo en la cruz, y de la presentación de este sacrificio a Dios en el cielo. Véase Heb. 7:17,27; 9:12.
--"en lo que a Dios se refiere", es decir, en la obra de redención, glorificando las demandas de la justicia de Dios, y a la vez su gran misericordia, gracia, y amor hacia el hombre. Cristo es el "ministro del santuario y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre".
--"para expiar". Véanse (2 Cor. 5:18-21;) (1 Jn. 2:2; 4:10.)
2:18 -- Los sufrimientos de Jesús (Hebreos 5:7; Mat. 16:21; etcétera) y sus tentaciones (Mat. 4: 1-11; etcétera) le capacitaron para poder impartir al que sufre y es tentado el esperado socorro.
HEBREOS 3
Resumen: En este capítulo el autor continúa enfatizando la superioridad de Jesucristo sobre Moisés. Como es superior a la casa el que la construyó, así lo es Cristo a Moisés, porque siendo Dios es Cristo el constructor de la casa de Dios, ya sea en la dispensación mosaica o en la cristiana. Además, como el hijo sobre la casa es superior al siervo en ella, así es superior Cristo a Moisés. Los dos han sido fieles en sus dos capacidades respectivas--el uno como hijo, el otro como siervo--pero el hijo es superior al siervo. A éste quien es superior debemos considerar. Es el apóstol y sumo sacerdote de nuestra confesión. Al no hacer esto los lectores hebreos, podrían caer ante la tentación de volverse a la ley de Moisés, dejando al superior por el inferior.
Luego, el ejemplo de la peregrinación literal de los israelitas bajo Moisés en el desierto se presenta como ilustración de la nuestra espiritual bajo Cristo, en que como muchos de ellos no entraron en la tierra prometida a causa de su incredulidad, así nosotros los cristianos tampoco entraremos en el reposo de los cielos si somos engañados por el engaño del pecado. Debemos,
pues, exhortarnos para que no nos pase lo que a ellos pasó, sino que seamos firmes y fieles hasta el fin de nuestra carrera cristiana.
3:1 -- "hermanos santos". Véase Hebreos 2:11. Son cristianos apartados (santificados) por Cristo (Hebreos 2:17). --"participantes" (metokoi). Se emplea en Hebreos 1:9, "compañeros", y en Hebreos 3:14. En forma verbal se emplea en Hebreos 2:14, "participó".
--"llamamiento celestial". Así se contrasta este llamamiento con el de Israel que era terrenal. Es celestial este llamamiento porque (1) viene del cielo (Fil. 3:14;) (1 Cor. 1:2) (2) nos llama a la gloria de los cielos (Hebreos 2:10); (3) como miembros de la iglesia somos ciudadanos del reino de los cielos (Col. 1:13), nuestra ciudadanía está en los cielos (Fil. 3:20), y la Cabeza de la iglesia reside en los cielos (Apocalipsis 14:1,13). Somos llamados por el evangelio (2 Tes. 2:14).
--"apóstol y sumo sacerdote". Moisés era el "apóstol" (el enviado -- griego, apostolos) del Antiguo Testamento (Ex. 3:10, 13-15). Cristo es el del Nuevo (Mat. 10:40; 15:24; Luc. 4:18; Jn. 3:17; 17:18; 20:21;) (1 Jn. 4:14). Es el "mensajero (ángel) del pacto", según Mal. 3:1.
Siendo enviado de Dios, es apóstol, y dando su vida en sacrificio por nosotros y ofreciendo ese sacrificio a Dios (Hebreos 2:17), es sumo sacerdote. Aunque Moisés era "apóstol" de Dios, no era sumo sacerdote a la vez.
--"de nuestra profesión". Es decir, el objeto de nuestra confesión. Confesamos que Jesucristo es el gran apóstol y sumo sacerdote de Dios. Pedro confesó (aunque en otras palabras) esta verdad, Mat. 16:16. La palabra griega jomologia (profesión, o confesión; es preferible "confesión") se emplea también en (2 Cor. 9:13;) (1 Tim. 6:12,13;) Heb. 4:14; 10:23; y en forma verbal, en Heb. 13:15.
3:2 -- "el cual es fiel ... constituyó". Dios le constituyó apóstol y sumo sacerdote. Compárese Hech. 2:36. Vino Jesucristo al mundo para serle fiel en la tarea indicada (Jn. 4:34). Acerca de la fidelidad de este sumo sacerdote, véase los comentarios sobre Hebreos 2:17.
--"como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios". Véanse versículo Hebreos 3:5;10:21; Núm. 12:7. Moisés era apóstol de un llamamiento terrenal, pero no apóstol y sumo sacerdote de uno celestial. La casa de Dios era el pueblo judío (y no el tabernáculo). Era Israel tipo o figura de un edificio (casa). (Esta "casa de Dios" es la misma que la "congregación", o iglesia, "en el desierto" de Hech. 7:38). La iglesia de Cristo se presenta bajo la misma figura (versículo 6; Efes. 2:20-22;) (1 Ped. 2:5;). 1 Tim. 3:15). Como Moisés era fiel como apóstol en la formación de la casa (o pueblo) de Dios de aquel tiempo, así también ha sido fiel Cristo Jesús como apóstol y sumo sacerdote en la formación de la casa o iglesia de Dios de esta última dispensación.
3:3 -- Aunque Moisés era fiel y digno de gloria, de mayor gloria es digno Cristo (el apóstol y sumo sacerdote constituido así por Dios), como es de más honor el constructor de una casa que la casa misma. Moisés era parte de la casa (o pueblo de Dios), pero Cristo es el fundador o constructor del pueblo de Dios (sea el que estaba bajo el Antiguo Testamento, o sea el que está bajo el Nuevo).
3:4 -- Se exalta el Cristo a la posición de Dios mismo. Se declara la Deidad de Jesús. Como toda casa tiene a alguien por constructor, así también es Dios el que ha establecido toda institución divina, y este constructor es Jesucristo. Es, pues, Dios. (Hebreos 1:8-10). Es superior Cristo a Moisés, porque ha sido el autor de la dispensación mosaica como también de la cristiana. "Todas las cosas" significan toda dispensación o arreglo divino, toda "casa de Dios".
3:5 -- Nada se quita a Moisés. Era muy fiel en su capacidad. Pero su oficio era el de siervo en la casa (pueblo) de Dios. Los judíos incrédulos (y a cierta medida los cristianos hebreos) se gloriaban en Moisés. El autor aquí repite (v. 2) la admisión de que era fiel Moisés. Pero el punto es que Cristo es mayor en gloria y honra.
--"para testimonio de lo que se iba a decir". Eran las cosas que Dios le iba revelando de vez en vez (Núm. 12:6-8, "le apareceré ... hablaré con él"), las cuales cosas servían de tipo o figura de las cosas venideras de la dispensación del evangelio. (Véase Jn. 5: 46). Era Moisés siervo fiel (para comunicar al pueblo la voluntad de Dios), pero ¡siempre era siervo!
3:6 -- "pero Cristo como hijo sobre su casa". No desprecia el autor a Moisés, sino exalta a Jesucristo a su debido posición de honra y gloria. Moisés era siervo en la casa; Jesucristo hijo (heredero—Heb. 1:2) sobre la casa. La "casa" aquí es el pueblo de Dios, o iglesia de Dios, de la dispensación del evangelio (Nuevo Testamento). "su" se refiere a Dios el Padre (Núm. 12:7), aunque la iglesia es de Cristo igualmente (Mat. 16:18, "mi iglesia"; Rom. 16:16; Hech. 20:28: etcétera.
--"la cual casa somos nosotros". Si somos de Cristo (cristianos), somos miembros de la iglesia de la cual es la Cabeza, y sobre la cual es el Hijo de Dios. Aquí la iglesia (el pueblo de Dios bajo el Nuevo Testamento) se presenta bajo la figura empleada en este contexto, que es la de una casa. (Véase versículo 14). Aquí entra la admonición contra la apostasía. Es condicional la salvación. Somos la casa (pueblo) de Dios porque somos cristianos, pero la condición es que retengamos firme hasta el fin (de la vida) la fe que tenemos en el gran apóstol y sumo sacerdote de Dios, en Jesucristo, y el gloriarnos en la esperanza de la vida eterna en el evangelio prometida.
En estos primeros seis versículos se presenta Cristo como superior a Moisés, aunque no se le quita nada a Moisés en cuanto a su debida gloria y honra. La verdad es que Jesucristo es superior. ¡Cómo debemos seguir fieles a él, y no abandonar nuestra confianza en él por algo inferior (que, para los cristianos hebreos, habría sido el judaísmo)! La posibilidad de la apostasía es probada por el ejemplo de los israelitas, según lo narrado en los siguientes versículos.
3:7 -- En los versículos Heb. 3:7-11 va una cita tomada de las palabras de David, halladas en Sal. 95:7-11. Pero en realidad eran palabras del Espíritu Santo. (Véanse (2 Ped. 1:21;) Mat. 1:22; Heb. 9:8; 10:15; y compárese (1 Tim. 3:16).
Debido que es mayor Cristo que Moisés y que el ser nosotros la casa de Dios ahora depende de ser firmes hasta el fin, debemos prestar atención a su voz, y esto hoy. Todos sus mandamientos se dirigen a nosotros hoy. Son mandamientos dados por el Espíritu Santo y no obedecerlos hoy es rechazar hoy al Espíritu Santo. ¡Hoy puede ser la última vez que nos hable (Gén. 6:3)! Dios quiere obediencia pronta (Hech. 2:41; 16:33).
Les era una fuerte tentación a los hermanos hebreos volver al judaísmo, y así caer de la gracia de Cristo (Gál. 5:1-4). Volver atrás sería ser infieles. Pero Cristo y Moisés eran fieles, Cristo como Hijo sobre la casa, y Moisés como siervo en ella. Los infieles eran los judíos bajo Moisés que cayeron en el desierto. Volver atrás (caer de la gracia) sería la infidelidad condenada por Moisés. Véase Juan 5:45.
3:8 -- "No endurezcáis nuestros corazones", cosa que siempre se hace cuando el hombre no oye (para obedecer) la voz de Dios. Siendo sensual el corazón, engañado por el pecado (Hebreos 3:13), no presta atención a lo que Dios le dice.
--"en la provocación", "en el día de la tentación". Se hace referencia a Éxodo 17:1-7, "rencilla" y "prueba". Véase Sal. 95:8. El texto hebreo da los nombres propios del lugar (Meriba y Masah), mientras el griego (versión de los Setenta, y aquí en Heb. 3:8) da el significado de estos nombres.
Los judíos pusieron la paciencia de Dios a prueba con sus murmuraciones. "Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?" (Ex. 17:7). Le tentaron (Ex. 17:2) y le provocaron a ira. Antes de esta ocasión, le habían tentado (Ex. 16:1-4).
3:9 -- Por cuarenta años Dios obró milagros a favor de los judíos, quienes a pesar de eso como un pueblo (hubo pocas excepciones) pasó ese tiempo tentando a Dios con sus corazones endurecidos. (Véanse Núm. 14:22-30; Deut. 9:7). (Unos ejemplos de esto: Ex. 14:10-14; 15:24; 16:1-4; 17:1-7; 32:1-10; Núm. 11:1-3, 4-35; capítulo 14. Después de esto vagaron por el desierto por 38 años, cuando al fin llegaron otra vez a Cades-barnea donde murmuraron otra vez por agua, Núm. 20:1-13.
3:10 -- El corazón (los deseos, afectos) de esos judíos vagaba, según las atracciones carnales, y no se fijó en la ley de Dios. El período de cuarenta años era más que suficiente para descubrir el carácter verdadero de ellos.
--"no han conocido". Es decir, no han aprobado mis caminos para andar en ellos. La palabra "conocer" muchas veces en las Escrituras significa "aprobar". (Véase por ejemplo Mat. 7:23). Dios les mandaba, pero ellos aprobaron otro camino o manera de vivir que era según sus corazones vagantes (sensuales, carnales).
3:11 -- "juré en mi ira". Véase Núm.14:20-35. Se repite en Números 32:10-12 y en Deut. 1:34-36.
--"No entrarán en mi reposo". (Véase Sal. 95:7-11). Fueron excluidos de la tierra de promesa, la de Canaán. Véase también Deut. 12:9. Fue el reposo de Dios porque fue provisto por él. Es tipo del reposo en el cielo (como veremos en el capítulo 4).
3:12 -- Dios sacó de la esclavitud de Egipto a los judíos, les dio órdenes de entrar en la tierra de promesa y poseerla, pero por su incredulidad (desobediencia) cayeron muertos en el desierto. Ahora, a los cristianos hebreos, dice el autor que ellos marchaban en este Desierto (la vida de prueba en la iglesia) rumbo a la Tierra prometida (el reposo en el cielo). Aquellos judíos tenían corazones vagantes (Hebreos 3:10), y si nosotros tenemos uno malo de incredulidad, nos apartaremos del Dios vivo. Aquellos propusieron apartarse de Dios (Núm. 14:4), porque rechazar los mandamientos de Dios equivale a apartarse de él y siempre termina por proponer substitutos, que es desobediencia
Los cristianos hebreos, tentados a volver al judaísmo, se apartarían de Dios si dejarían la suficiencia en Cristo Jesús y en el evangelio de él. La fe en Jesucristo es esencial para que crea la persona en Dios el Padre (Juan 5:17,18,22,23; 17:3). Volver al judaísmo los cristianos hebreos equivaldría a un rechazamiento de Jesucristo, y esto significaría apartarse del Dios vivo, porque sería un acto de incredulidad (falta de fe).
Como la fe indica obediencia, la incredulidad indica desobediencia (versículo 15), "endurezcáis", también el versículo 18, "desobedecieron", y aun el 19, "incredulidad").
3:13 -- "exhortaos ... cada día". Este es deber de cada cristiano, y no tan solamente del predicador. (Compárese 10:24). Es esencial esta exhortación diaria para que no caigamos.
--"Hoy". El tiempo de la gracia de Dios. El "hoy" para aquellos judíos rebeldes en el desierto terminó cuando Dios juró su destrucción. Nuestra oportunidad también puede pasar pronto. Al oír la voz de Dios, obedezcamos en seguida. Hoy nos habla; ¡obedezcamos hoy!
--"endurezcáis por el engaño del pecado". Cristo reprendió a los once porque tenían sus corazones endurecidos para no creer las evidencias de su resurrección (Mar. 16:14). La incredulidad es el fruto de un corazón endurecido por el engaño del pecado, y ya no recibe las buenas impresiones de Dios (Hech. 19:9). El pecado engaña, ofreciendo lo que no da, y también quita la fe. No creyendo, el corazón se endurece contra la voz de Dios y promueve a más desobediencia. El pecado engaña. Nótese Efes. 4:22.
El diablo tentaba a los cristianos hebreos con la apostasía al judaísmo (para escapar la persecución y gozar de la popularidad de sus compatriotas), tratando de engañarles con hacerles pensar que esto no sería apostasía de Dios. Pero el autor de esta epístola recuerda a estos hermanos que dejar su fe en Cristo Jesús terminaría en apartarse del Dios vivo, e indicaría que el pecado (la apostasía, en este caso) les habría engañado a tal grado que tendría sus corazones endurecidos contra la voz de Dios y por eso andarían en la incredulidad (desobediencia).
3:14 -- (Véase versículo 6).
--"participantes de Cristo"; es decir, participantes en las bendiciones espirituales en Cristo (Efes. 1:3) y coherederos con él. Somos uno con él en todo lo que Dios ha prometido para los suyos (Jn. 15:1-7; 17:21-23; Efes. 5:30;) (1 Cor. 12:27).
--"con tal ... del principio". Dice la versión Moderna, "si retenemos firme el principio de nuestra confianza hasta el fin". Es condicional la salvación. Los israelitas comenzaron bien pero terminaron mal. Hemos comenzado, y estamos en la vida de prueba ahora. Si mantenemos firme hasta el fin el principio que hemos hecho en la fe, gozaremos las promesas de Dios en la vida eterna. Los hermanos hebreos habían creído en Jesucristo (el Mesías). Tenían, pues, las promesas de Dios de salvación, y la realización de esas promesas dependía de continuar en esa fe en Jesucristo, en lugar de rendirse a la tentación (del pecado engañoso) de volver a la ley de Moisés.
3:15 -- "entre tanto que se dice". Esta frase en el griego es casi igual a la hallada en Hebreos 8:13, "al decir". Puede ser traducida así: "tocante a lo que se dice", o "como se implica en lo que se dice". La idea es "que somos participantes de Cristo si permanecemos fieles" (versículo 14), "como se implica en lo que dice esta cita tomada de Salmos 95:7,8" (versículo 15). El versículo 15 va juntamente con el 14. (Véase Hebreos 4:7). El autor repite en este versículo la cita tomada del salmo y presentada en el versículo 8. Véanse los comentarios dados allí.
3:16 -- Esta es la primera de tres preguntas de advertencia, la segunda y la tercera se hallan en los próximos dos versículos.
--"todos los que salieron ..." No ha de tomarse literalmente la palabra todos, sino en el sentido de prácticamente el pueblo entero, pues hubo dos excepciones, Josué y Caleb (Núm. 14:30). En este sentido se usa la palabra todo y todos en tales textos como Mat. 3:5; Jn. 3:26;) (2 Cor. 3:2;) Fil. 2:21.
Casi todo el pueblo de Israel que salió de Egipto provocó a Dios. Ahora que casi todo el pueblo de Israel rechazó a Jesucristo y le crucificó, ¿por eso debían los hermanos hebreos judaizar? ¡En ninguna manera!
3:17 -- "... disgustado ..." (Véase versículo Hebreos 3:10, y los comentarios sobre los versículos 9,10).
--"cuyos cuerpos cayeron en el desierto" (Véase Núm. 14:29).
3:18 -- (Véase versículo 11). A pesar de haber sido testigos los israelitas de tantos milagros de parte de Dios, rehusaron creer que Dios podría introducirles en la tierra prometida para poseerla. Deut. 1:6-8, el mandamiento de poseer la tierra prometida. Deut. 1:26, rehusaron hacerlo; es decir, no creyeron, pues el desobedecer es por falta de fe. Como creer es obedecer, no creer es desobedecer. Aquí en Heb. 3:18, pues, dice el texto que eran éstos los que "desobedecieron". Según Deut. 1:32 y Núm. 14:11, no creyeron a Dios cuando les mandó ir a poseer la tierra, a pesar de haber visto los muchos milagros de Dios anterrormente. La advertencia para los cristianos hebreos (y para todo cristiano) es ésta: como aquellos no entraron en el reposo de Dios debido a su falta de fe, así nos prohibirá entrar en el cielo esa misma falta de fe en Cristo Jesús.
3:19 -- La conclusión del argumento y de presentar el caso de los israelitas desobedientes en el desierto. La incredulidad fue la causa de su caída. Miremos nosotros (versículo Hebreos 3:12) para que no nos pase lo mismo. Tenían ellos un viaje de solamente once días para viajar con fe hasta la tierra prometida (Deut. 1:2;-unas 200 millas, o 320 kilómetros), y allí gozar del reposo, pero la incredulidad les hizo fallar. Su ejemplo nos sirve de advertencia (1 Cor. 10:5-11).
HEBREOS 4
Resumen: Los versículos 1 al 11 continúan la discusión comenzada en el capítulo 3. Se describe el reposo de Dios, y éste se identifica como el estar con Dios en los cielos eternamente. Los del éxodo no entraron en el reposo de Canaán debido a su incredulidad. La aplicación a los hebreos es que tampoco nosotros los cristianos entraremos si no continuamos en la fe de Jesús. El reposo de Dios en el séptimo día, después de la creación, el séptimo día guardado por los judíos bajo la ley de Moisés, y la posesión de la tierra prometida, son figuras o tipos de este reposo de Dios. Es el verdadero reposo que queda para el pueblo (fiel) de Dios. Aun David, en el Salmo 95, escribiendo quinientos años después de la posesión de Canaán, exhorta a los de su generación no ser incrédulos, sino obedecer la voz de Dios que llama al hombre a este reposo. Esto prueba que el reposo de Dios es espiritual, y no material. Los cristianos debemos procurar entrar en él.
Los versículos 12 y 13 recuerdan a los hebreos (y a nosotros también) que Dios no puede ser engañado. Su Palabra penetra hasta las partes más interiores del ser humano y nada se esconde. Nos conviene, pues, ejercer cuidado espiritual y continuar en la fe, en lugar de apostatar.
Los versículos 14 al 16 comienzan una discusión sobre el sacerdocio de Jesús que continúa hasta el capítulo 10. Considerando los hermanos hebreos cómo es este gran sacerdote, querrían acercarse al trono de
Dios por Jesucristo para hallar el oportuno socorro.
4:1 -- "Temamos, pues". Los hermanos hebreos estaban en peligro de caer de la gracia de Dios. Por eso les exhorta a temer tal posibilidad. No pudieron entrar en el reposo de Canaán los judíos incrédulos (desobedientes-- Hebreos 3:18,19); la misma falta de fe excluiría ahora a los hebreos cristianos del reposo de Dios, que es la vida eterna en el cielo. A esto se refiere la frase, su reposo, en este versículo 1.
--"alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado". Fallar al no alcanzar el cielo. Dice la versión Hispanoamericana, "Temamos, pues, no sea que tal vez ... alguno de vosotros parezca haberse quedado atrás". Dejar la fe de Cristo por el judaísmo sería incredulidad. Por este pecado se quedaron atrás los israelitas salidos de Egipto y no se les concedió entrar en la tierra prometida. Ahora si los hermanos hebreos cometen el mismo pecado, se quedarán atrás y no se les concederá entrar en el cielo.
4:2 -- "Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva". La versión antigua de Valera dice, "se nos ha evangelizado". No es el evangelio en el sentido presentado en (1 Cor. 15:1-4.) La palabra evangelio quiere decir buenas nuevas. Como a los israelitas salidos de Egipto se les anunció la buena nueva de un reposo en la tierra de Canaán, también a nosotros (los cristianos) tenemos las buenas nuevas de reposo, el del cielo. Permanece aún la promesa de reposo, y no fue una promesa solamente para aquellos judíos en el desierto.
--"pero ... oyeron". Las buenas nuevas dadas a los israelitas en el desierto no solamente contuvieron una promesa, sino también un mandamiento (Deut. 1:20,21; Núm. 13,14). Pero el mensaje que les fue predicado (el oír la palabra), que fue la promesa y el mandamiento de ir a poseer la tierra prometida, no fue recibido en sus corazones con fe (Núm. 14:2-4), y por eso no les aprovechó esa palabra que oyeron. (Compárese Mat. 13:13-16).
4:3 -- El versículo 1 dice que permanece la promesa de un reposo. El versículo 2 nos dice que esa promesa nos ha sido dada tanto a nosotros (los cristianos) como a los israelitas. Ahora el 3 dice que los que entran en este reposo (de la vida eterna en los cielos) son los creyentes. Esto es probado por la cita hallada en Sal. 95:11, porque si a los incrédulos, o desobedientes (Sal. 95:10), no se les permitió entrar, se implica que se lo permitirá a los creyentes, u obedientes. La promesa es hecha para los creyentes; éste es el punto. Los hermanos hebreos andaban en el peligro de abandonar la fe en Cristo por el judaísmo (Hebreos 3:12).
--"aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo". Después de los seis días de obras en la fundación del cosmos, reposó Dios en el séptimo (versículo 4). No descansó de cansancio físico, sino reposó de sus obras en el sentido de que cesó de ellas y contempló la belleza y perfección de ellas (Gén. 1:31-2:3). Contempló con felicidad y satisfacción su creación. A este reposo de felicidad invita Dios a su pueblo de toda dispensación. En este reposo eterno de Dios (del cual eran tipo el reposo del séptimo día y la tierra de Canaán) entra el creyente. Es el reposo de Dios ("mi reposo"). Es el verdadero reposo en el cielo para el fiel. Este reposo de Dios, ofrecido al creyente, y consistiendo en felicidad eterna, fue instituido desde la fundación del mundo.
4:4-5 -- "en cierto lugar". Véase 2:6. Los lectores de esta epístola estaban familiarizados con las Escrituras del Antiguo Testamento y no era necesario dar citas exactas. Se hace referencia a Gén. 2:2 (y repetida en Ex. 20:11; 31:17).
--"reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día". Véanse los comentarios sobre el versículo 3, primer párrafo, arriba.
--"Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo". Véanse Sal. 95:11 y los comentarios sobre el versículo 3. Dios, después de acabar sus obras de creación y formación, en el séptimo día reposó, gozando de la grata contemplación de este acabamiento. No entraron en este reposo (eterno, como tampoco en el típico de la tierra de Canaán) los del éxodo debido a su incredulidad. No entraremos tampoco nosotros los cristianos si no continuamos en la fe.
El argumento del autor (en el versículo 5) al emplear aquí el Salmo 95 (escrito por David unos quinientos años después de la posesión de la tierra de Canaán) prueba que no se refiere Dios (por David) al reposo en la tierra de Canaán, sino a uno todavía futuro. Además, no pudo haber sido el reposo del séptimo día, cosa que ya tenían los judíos para guardar y observar. Tanto el reposo del séptimo día, como la posesión de Canaán, son tipos o figuras del reposo eterno con Dios en los cielos.
4:6 -- Dios proveyó un reposo. Debido a su incredulidad (versículo Heb.4:2; 3:11, 12,18), los del éxodo no entraron en ese reposo. Pero Dios no planea ni provee en vano. Se sigue, pues, que queda un reposo para los israelitas verdaderos, quienes como Caleb y Josué tienen fe para hacer la voluntad de Dios. Tiene que haber un reposo de Dios en reserva. Esta conclusión (la conclusión del argumento se presenta en el versículo 9, queda un reposo para el pueblo de Dios) sigue del hecho de que Dios proveyó un reposo y aunque los incrédulos no entraron en él, otros seguramente entrarán. Estos otros son los de la fe en Cristo Jesús.
4:7 -- "después de tanto tiempo"; se refiere a los quinientos años entre Moisés y David. Es evidente que el reposo, tipificado por la posesión de la tierra de Canaán, la cual fue prometida a los del éxodo, no fue ofrecido solamente a ellos. David, unos quinientos años después de Moisés, habla a su propia generación, diciendo que el pueblo de Dios no hiciera como aquellos del éxodo, quienes fallaron al no entrar en el reposo debido a su incredulidad. "Hoy", es decir, en el tiempo de David, había una promesa de reposo todavía. Todavía es "hoy", aún para nosotros, porque todavía es tiempo de gracia y de oportunidad, pues nos habla la voz de Dios, diciéndonos que entremos en su reposo. Dios ha determinado un día; es decir, menciona Dios un tiempo expresamente. Dios habla "hoy", y "hoy" es cuando el oyente debe obedecer su voz, en lugar de endurecer su corazón, posponiendo obediencia. Diciendo Dios "hoy", se enfatiza la urgencia de actuar ahora mismo mientras hay oportunidad.
4:8 -- Josué dio a la segunda generación de los del éxodo el reposo físico en la posesión de la tierra de Canaán (Jos. 1:15; 22:4; etcétera). Pero no les dio el reposo verdadero de Dios (llamado "mi reposo", es decir, el reposo de Dios), porque quinientos años después de esto David exhortó a su generación a no rechazar la voz de Dios en su tiempo ("hoy", para ellos) que mandaba entrar en su reposo. La posesión de Canaán era solamente un tipo del verdadero reposo de Dios.
4:9 -- ¡La gran conclusión del argumento! Hay un reposo que nos queda. No es el del séptimo día, observado bajo la ley de Moisés. Este lo guardaron quince siglos los judíos. No es la posesión de la tierra de Canaán. Quinientos años después de ese evento histórico, David todavía exhortaba al pueblo de Dios entrar en el reposo de Dios. Es el reposo celestial para el "pueblo de Dios" (los de la fe). El sábado judaico era figura de él (Col. 2:17), como también lo era la posesión de Canaán (Sal. 95:11, donde dice "reposo", en lugar de "tierra", según Núm. 14:30).
La palabra reposo en este versículo es distinta, en el texto griego, a la usada en Heb. 3:11,18; Hebreos 4:1,3,5,10,11. Aquí es sabbatismos, y en los demás textos es katapausis. "Katápausis" significa sencillamente cesación de labor, o reposo en el sentido común. "Sabbatismós" es una palabra, con su sufijo griego agregado a una palabra hebrea. Indica literalmente la guarda u observancia de reposo. Se refiere al reposo eterno en Cristo, que el fiel gozará en el cielo, como el "sábado" (día de reposo) judaico de la ley de Moisés significaba un día en siete para descanso, y como Dios reposó en el séptimo día después de la formación del cosmos (versículo 3,4). Hablando el autor de la carta a los hebreos, a gente bien acostumbrado a guardar el "sábado" mosaico, crea una palabra, diciendo que ahora a los cristianos fieles nos queda un "sabbatismós" para nosotros. Dice la versión Hispanoamericana, "un reposo sagrado".
Los sabatistas modernos citan este versículo para afirmar que "queda un reposo" en el sentido de que debe el cristiano todavía guardar el séptimo día de la semana. Ignoran por completo la argumentación del autor en esta sección de su epístola y hacen que este versículo diga que todavía tenemos (nos queda) el sábado judaico y que debemos guardarlo. Pero el contexto desmiente tal posición y el versículo 11 la destruye por completo, pues dice que nosotros los cristianos procuremos entrar en aquel reposo. Es algo en qué entrar todavía. ¡Es el cielo! El verbo "queda" (apoleipo) no quiere decir, "está en vigor todavía", sino que "está reservado". No dice el autor que "queda el día de reposo". Para decir esto habría usado la palabra común, sabbaton. Pero dijo sabbatismos (explicada arriba). El cielo será para el redimido como un sábado, o reposo.
4:10 -- Todo santo que entra en el reposo de Dios (muere en Cristo y por fin será resucitado a la vida eterna en el cielo), no solamente entra en reposo, en el sentido de cesación de labor, sino también en el sabbatismos, que es la celebración del sábado celestial. En esta clase de reposo entró Dios cuando terminó su obra de formar el cosmos. Cesa de trabajar y sufrir, el que muere en Cristo, sí (Apoc. 14:13), pero también entra en el reposo del "gozo de su señor" (Mat. 25:21). (Véanse también Luc. 16:22; 23:43;. 2 Cor. 5:8; Fil. 1:23; Apoc. 7:14-17).
4:11 -- ¡La gran exhortación que sigue a la gran conclusión! Establecido el hecho de que se nos reserva un reposo sabático en el cielo, procuremos con diligencia entrar en él. Muchos son los textos que así nos exhortan, por ejemplo, Luc. 13:24;. 2 Ped. 1:5-11. En el versículo 1, se nos exhorta temer; ahora en el 11, procurar entrar. El gran ejemplo en el asunto es el de los del éxodo (Hebreos 3:12; .1 Cor. 10:1-12). ¡Podemos caer!
4:12 -- Los del éxodo cayeron muertos en el desierto y no entraron en el reposo de Canaán, porque no prestaron atención a la palabra de Dios (versículo 2). Nadie debe, pues, tener en poco la Palabra de Dios. La advertencia del capítulo 3, y la promesa de reposo del 4, se basan en ser la Palabra la voz de Dios. No piense nadie que Dios no cumplirá con las promesas de su Palabra, ni que no castigará al desobediente o incrédulo. ¡Es poderosa su Palabra para cumplir!
--"la palabra de Dios"; es decir, la verdad de Dios (2 Tim. 2:15), o sea lo que ha dicho Dios.
--"viva". (Véanse Juan 6:63;. 1 Ped. 1:23). Es tan viva como Dios; por eso cumplirá según declara. (Véase Isa. 55:10,11).
--"eficaz". La palabra en griego es energes. En español tenemos la palabra energía. La Palabra está llena de energía y poder de Dios, para llevar a cabo sus declaraciones. (Véanse .2 Cor. 10:4;. 1 Tes. 2:13). ¿Cómo puede el hombre creer que está sujeta la Palabra de Dios a sus opiniones y puntos de vista?
--"más cortante...dos filos". (Véanse Isa. 11:4; 49:2; Efes. 6:17; Apoc. 1:12,16; 19:15, 21). Esta figura denota el poder de la Palabra de Dios para descubrirle al hombre su caso verdadero y castigarle completamente si no se arrepiente.
--"penetra ... el espíritu". El alma (psuche) es la vida que el espíritu da al cuerpo, mientras van juntos los dos. Es la vida animal, la sede de lo que pertenece y concierne a la vida en la carne. El espíritu (pneuma) es el principio vital que anima al cuerpo; es la parte inmortal del hombre, dada por Dios. Pablo, en .1 Tes. 5:23, hace esta distinción (aunque en otros textos se usan alternativamente los dos términos). En. .1 Cor. 2:14,15 vemos que el hombre natural (psukikos, la palabra psuche en forma de adjetivo) se distingue del hombre espiritual (pneumatikos, la palabra pneuma en forma de adjetivo).
No obstante, no entiendo que el autor inspirado está diciendo que la Palabra de Dios literalmente hace separación entre el alma y el espíritu (como si fueran dos entidades separadas e independientes), sino que solamente hace uso de una expresión para denotar la obra de la Palabra de Dios en exponer lo más interior de nuestra vida terrestre y la condición de nuestro espíritu. Todo nuestro ser es expuesto por la Palabra de Dios y ella declara la condición de él. Nos revela el hombre natural y también el espiritual.
--"las coyunturas y los tuétanos". Esta expresión figurada ilustra el poder de la Palabra de Dios en penetrar a los rincones más íntimos e interiores del hombre. Es en vano tratar de escondernos de la investigación de la Palabra de Dios.
--"y discierne ... del corazón". La Palabra de Dios juzga nuestros pensamientos y propósitos de corazón. El verbo discierne, en el texto griego, es más bien un adjetivo que describe a la Palabra. Dice el texto que la Palabra es kritikos. En español tenemos la palabra crítico. ¡La Palabra de Dios critica! ¡Tomen nota de esto, los que "critican" a la iglesia de Cristo de no hacer nada sino criticar! En realidad, la palabra criticar quiere decir, no hablar mal de otro, sino juzgar o discernir. Muchos, para escapar el juicio de este Juez (la Palabra de Dios), tratan de destronarle. Niegan la autenticidad de la Biblia (la revelada Palabra de Dios) y la desacreditan todo lo posible. Pero esa Palabra vive y permanece (1 Ped. 1:23), y será la base del Juicio Final (Juan 12:48; Apoc. 20:12).
4:13 -- Como es poderosa la Palabra para juzgar, también la es para prever y penetrar con omnisciencia.
--"desnudas". (Véanse Sal. 139:11,12; Prov. 15:11).
--"abiertas". La palabra griega significa literalmente "tener el cuello expuesto" o doblado para atrás, como se hacía con los cautivos para degollarlos, o con los animales para sacrificarlos. La aplicación aquí es que es imposible que el hombre se esconda de Dios y del escrutinio de su Palabra.
--"a quien tenemos que dar cuenta". (Véanse Hebreos 12:23; Rom. 14:12). Los versículos 12 y 13 de este capítulo recuerdan al lector de lo serio del caso, pues toda incredulidad y resistencia a la Voluntad de Dios es cosa bien sabida por él y no escapará de su juicio y castigo.
4:14 -- "gran sumo sacerdote". (Véanse Hebreos 2:17; 3:1). Se había hecho mención del sacerdocio de Cristo, pero ahora el autor pasa a presentar las pruebas, cosa que le ocupa hasta el capítulo 10. Es nuestro gran sumo sacerdote, exaltado infinitamente sobre todo sacerdote judaico.
--"traspasó los cielos". Traspasó los cielos creados (Hech. 1:11) para entrar en la presencia de Dios ("el cielo mismo", 9:12,24).
--"Jesús el hijo de Dios". Nuestro sumo sacerdote no es ningún hombre sino Dios mismo. Sobre su Deidad ya ha hablado el autor en los primeros tres capítulos.
--"retengamos nuestra profesión". (Véanse Hebreos 3:1; 10:21,23). Esta exhortación implica que los hebreos corrían el riesgo de abandonar esa profesión. Muchos son las exhortaciones en esta carta. En este solo capítulo vemos éstas: "Temamos" (versículo Hebreos 4:1), "procuremos" (versículo Hebreos 4:11), "retengamos" (versículo Hebreos 4:14), y "acerquémonos" (versículo Hebreos 4:16). La condición espiritual de los hermanos hebreos demandaba mucha exhortación. (Véase 13:22).
4:15 -- "Porque ... debilidades". Véanse los comentarios sobre Hebreos 2:16-18. El verbo "compadecerse" en el texto griego es sumpatheo. En español tenemos simpatizar y simpatía. Jesús puede participar de nuestros sentimientos respecto a nuestras peticiones, porque ha sufrido de manera semejante.
--"sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado". Véanse 7:26; Isa. 53:9;. 1 Ped. 2:22.
4:16 -- "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia". En vista de lo que tenemos (v. Hebreos 4:14), nos acerquemos al trono de Dios (Hebreos 8:1), llamado el de la gracia, para hacerle a Dios por Jesucristo nuestras peticiones. (Véase .1 Jn 5:14).
--"para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro". Nuestras pruebas de la vida requieren la ayuda constante y apropiada para la ocasión. No hay que pensar en judaizar, volviendo atrás a un sacerdocio inferior para hallar el socorro necesitado. Tenemos un gran sumo sacerdote en los cielos a la diestra de Dios, él mismo Dios, y si oramos en fe, según se nos manda, recibiremos todo lo necesario. (Véanse Efes. 6:18; Fil. 4:6;. 1 Tes. 5:17).
HEBREOS 5
Resumen: Este capítulo comienza una comparación entre el sumo sacerdote de la dispensación mosaica, y el de la del Nuevo Testamento, quien es Cristo Jesús. el autor ya había introducido el punto en Hebreos 2:17,18; 3:1; y Hebreos 4:14-16, y ahora continúa en este capítulo y en los siguientes.
Para evitar la apostasía de los hermanos hebreos, el autor enfatiza la superioridad del sacerdocio de Cristo al del Antiguo Testamento. Cristo Jesús es mayor que el sumo sacerdote levítico en posición, en carácter y en la calidad de sacrificio ofrecido. Aquí en este capítulo, el punto principal en la discusión es el de los requisitos del sacerdocio. En los versículos 1 al 4, se presentan las cualidades del sumo sacerdote judaico. En los 5 al 10, se nota que éstas se hallan en Cristo Jesús, y esto ¡en un grado superior! Entonces, habiendo introducido el tema glorioso y a la vez profundo acerca de la comparación entre los dos sacerdocios, y puntos relacionados que establecen la superioridad de la dispensación cristiana, el autor llama la atención, en los versículos 11 al 14, a la condición difícil de los lectores para entender este tema, debido a su falta de crecimiento en el evangelio. Sigue el autor, en el capítulo 6, la advertencia contra la apostasía, antes de seguir en el 7 otra vez con el tema del sacerdocio.
5:1 -- "en lo que a Dios se refiere"; es decir, en asuntos religiosos, o en lo que Dios les manda que hagan para su salvación.
--"ofrendas y sacrificios". Véanse Hebreos 8:3 y Hebreos 9:9, donde aparece la misma frase. Las ofrendas (doron) eran artículos sin vida animal (por ejemplo, Lev. 2) (tal vez va incluido el incienso, Lev. 16:12), mientras que los sacrificios (thusia) eran de animales cuya sangre era derramada, y así sacrificada la vida de ellos. Véase Hebreos 9:6-10. A veces los dos términos se usan alternativamente; por ejemplo, Gén. 4:3-5; Heb. 11:4, "ofrendas" (doron). Pero aquí en Hebreos 5:1, van contrastados los dos términos para que se incluya todo cuanto ofrece el sumo sacerdote por el pueblo.
5:2 -- "paciente"; otra cualidad, o virtud, del sumo sacerdote.
--"ignorantes y extraviados". Véase Núm. 15:28-31; Lev. 4:1,13,14. Los sacrificios eran para éstos, y no para los que a sabiendas, y sin arrepentimiento, traspasaban la ley de Dios.
--"puesto que él también está rodeado de debilidad". Véase Hebreos 7:28. El caso de Aarón, el primer sumo sacerdote judaico, EX. 32:1-6. Siendo hombre débil, podía simpatizar con los débiles. Ya había mencionado el autor las debilidades nuestras como cristianos (Hebreos 4:15), y como puede nuestro Sumo Sacerdote compadecerse de ellas.
5:3 -- Siendo pecador el sumo sacerdote judaico, tenía que ofrecer por sus propios pecados como también por los del pueblo. Véase Lev. 16, el día (anual) de la expiación. Véase también el mandamiento en Lev. 9:7. Hay otra referencia a esto en Hebreos 9:7.
5:4 -- Otra cualidad del sumo sacerdote: su escogimiento y honra viene de Dios. Había leyes específicas en cuanto a la sucesión de sumo sacerdotes. El punto de contraste es, como explica el versículo siguiente, que Cristo tampoco tomó el sumo sacerdocio sin ser designado por Dios. Este versículo no tiene nada que ver con la idea de que hoy en día los llamados "ministros" reciban "llamamientos" de Dios para el llamado "ministerio". Como el oficio de sumo sacerdote, bajo la ley de Moisés, fue instituido y gobernado por Dios, así también es el del Nuevo Testamento. Números 16 narra un ejemplo de cómo Coré trató de usurpar el puesto de sumo sacerdote. Nótese también Judas 11.
--"como lo fue Aarón". Véase Ex. 28:1.
5:5 -- Con este versículo, el autor comienza a demostrar la superioridad del sacerdocio de Jesucristo. Como nadie tomaba el sacerdocio bajo la ley de Moisés sin ser designado por Dios, tampoco lo tomó Cristo así. Dios le designó, demostrando al mundo con levantarle de los muertos que Jesucristo es su Hijo. Salmos 2:7, aquí citado, se refiere a la resurrección de Jesucristo de los muertos (Hech. 13:33; Rom. 1:4). Véase Hebreos 1:5, comentarios. El Mesías es Sumo Sacerdote, Profeta y Rey. Aquí se enfatiza su puesto como Sumo Sacerdote. Jesús no se exaltó a esta posición, sino Dios le exaltó (glorificó), llamándole "Hijo".
5:6 -- Véase 5:10. Se cita Salmos 110:4. Este salmo es mesiánico (véase Hebreos 1:13, comentarios). Ahora el autor cita el versículo 4 del Salmo 110 para probar que el Mesías es un sacerdote, no según el orden de Aarón, sino el de Melquisedec, a quien el mismo Abraham, el padre de la nación judaica, "dio los diezmos de todo" (Hebreos 7:2). Los lectores hebreos, tentados a apostatar al judaísmo (es decir, a lo representado por el sumo sacerdocio de Aarón), verían su gran error al considerar que el sumo sacerdocio de Jesucristo es según uno mayor que Aarón, pues Melquisedec lo era. ¡Todos los hijos de Abraham (los judíos del Antiguo Testamento) dieron diezmos (por su padre Abraham) a este mismo Melquisedec, quien era tanto sacerdote como rey! (Gén. 14:18). Por decreto de Dios Jesucristo fue constituido tanto sacerdote como rey (y no solamente sacerdote, como en el caso del sacerdocio aarónico). Véase también Zac. 6:13. Cristo ocupa los dos puestos.
Se trata en el capítulo 7 de esta epístola de que el sacerdocio de Jesucristo es según el orden de Melquisedec.
5:7 -- Jesucristo puede simpatizar con nosotros (Hebreos 4:15). Este es el punto principal de este versículo, y se compara con lo del versículo 2. El resto de este versículo 7 lo prueba, pues enfatiza sus hondos sentimientos en la carne.
--"en los días de su carne" se refiere al tiempo de encarnación, de su ministerio personal, o al período de su humillación en la tierra. Véase Hebreos 2:14; 10:20.
--"ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas". Luc. 22:44; Mat. 27:46 (como también Mat. 26:38,39 y 27:50); Juan 12:27,28. Véase .1 Ped. 4:1.
--"al que lo podía librar de la muerte". A Dios Padre hizo sus plegarias; al todopoderoso. Dios pudo haberle salvado de la muerte física (Mat. 26:53, 54), pero ¿qué dice el versículo 54?
--"fue oído a causa de su temor reverente". No dice este versículo que Cristo pidió a Dios que le librara de la muerte y que Dios se lo concedió (que le oyó para concedérselo). Cristo pidió que si era la voluntad del Padre, pasara de él esa copa de muerte (Mat. 26:39). Pidió en oración que se hiciera la voluntad de Dios (Mat. 26:39, 42; Mar. 14:36). Dios le oyó y se lo concedió, dejándole morir por los hombres pecadores, aunque no sin el fortalecimiento de un ángel enviado (Luc. 22:43) antes de morir, y luego después de morir, le resucitó de los muertos (Hech. 2:23,24). Véase también Sal. 22:24 (salmo mesiánico, versículo 1). Su temor reverente fue la causa de que fuera oído por Dios el Padre. La palabra griega para decir "temor reverente" se halla solamente en este pasaje y en Hebreos 12:28, "reverencia". Se emplea en forma verbal en 11:7.
5:8 -- "Y aunque era Hijo". Siendo Dios (el punto enfatizado en el versículo 5) y no solamente algún sacerdote descendiente de Leví, no por esto reclamó estar exento de hacer su parte en la redención del pecador.
--"por lo que padeció aprendió la obediencia". Aprendió en el sentido de experimentar la obediencia al sufrir la muerte de la cruz (Fil. 2:6,8). Después de sus plegarias en Getsemaní, fue a la cruz en obediencia a la voluntad de Dios, y no a la del hombre, para llegar a ser maldición (Gál. 3:13) y pecado (2 Cor. 5:21) para la salvación del hombre perdido. Fue fiel (obediente, Hebreos 2:17; 3:2) en esta tarea.
5:9 -- "y habiendo sido perfeccionado"; es decir, completamente calificado como Sumo Sacerdote y para ser el Redentor de la humanidad perdida. Véanse Hebreos 2:10; 7:28; comentarios. Perfeccionar significa completar, o llevar a cabo. Cristo acabó su tarea de sufrir la muerte por el pecador, él siendo inocente, y así alcanzó la meta; es a saber, el ser el autor a causa de nuestra salvación.
--"autor". Según la versión Hispanoamericana, "causa". Aquí la palabra griega es aitios, "la causa que procura". El Mesías, al morir en la cruz por los hombres, es la causa de nuestra salvación. (En Hebreos 2:10 la palabra traducida "autor" es otra. Véanse los comentarios ahí).
--"obedecen". Los salvos por Cristo son personas obedientes, no solamente en llegar a ser salvos, sino también en continuar siendo salvos. (Véanse Mat. 7:21; Juan 14:15; Rom. 1:5; 16:26). No son meramente "creyentes", sino de fe viva (Sant. 2:24).
5:10 -- "fue declarado por Dios sumo sacerdote". "Nombrado por Dios", dice la versión Hispanoamericana, traduciendo la palabra prosagoreutheis, que significa saludar, reconocer, dirigirse a alguien por nombre. Cristo, cuando le llevó a Dios su sacrificio de muerte en la cruz, después de ascender a los cielos (Hebreos 6:20), fue saludado por Dios con el nombre o título de sumo sacerdote. Así Dios le llamó, o nombró. No se glorificó a sí mismo en este asunto (versículo Hebreos 5:5,6). Aquí se hace referencia de nuevo a Sal. 110:4.
5:11 -- Con este versículo se comienza una desviación del tema central del sacerdocio de Cristo que es según el orden de Melquisedec. La desviación continúa hasta el fin del capítulo 6; luego de nuevo el autor trata este gran tema. El autor condena la inhabilidad de los hermanos hebreos para comprender bien estos asuntos profundos, debida esta inhabilidad a su falta de atención al estudio de la Palabra de Dios. En el capítulo 6 les exhorta a madurar su entendimiento y conocimiento de la Palabra de Dios. Les advierte contra la apostasía; les anima a ser más diligentes, y para esto les presenta el ejemplo de Abraham.
--"difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír". La dificultad consistió en la condición espiritual de los oyentes, y no en el autor de la epístola, como tampoco en el tema mismo. La palabra tardos es traducción de la palabra griega nothros, que encierra la idea de no empujar. Se emplea en Hebreos 6:12, "perezosos". Esta condición espiritual de los hebreos era una a la cual habían llegado ("os habéis hecho"). Nótese en el versículo siguiente, "habéis llegado a ser". A este estado conduce la negligencia o descuidado espiritual (Hebreos 2:1-3), al endurecimiento de corazón, y a la incredulidad (Hebreos 3:7,8,12,13).
5:12 -- Debido al tiempo de ser cristianos, estos hermanos tenían la obligación moral de ser maestros de otros pero habían llegado al estado de necesitar que otros les enseñaran de nuevo las ideas rudimentarias de los oráculos de Dios.
--"rudimentos"; stoicheia, "las partes principales o constituyentes de algo". Se emplea en Gál. 4:3,9; Col. 2:8,20; .2 Ped. 3:10,12. Se hace referencia aquí a las ideas rudimentarias del evangelio, como son presentadas en Hebreos 6:1,2.
--"las palabras de Dios"; loguion, un oráculo o declaración de Dios, (Hechos 7:38; Rom. 3:2;. 1 Ped. 4:11).
--"leche, y no de alimento sólido". El estado infantil de estos hermanos hebreos se debía al deseo de continuar bajo los tipos y símbolos de la ley de Moisés, y también a la presión de persecución a la cual estaban sujetos, en lugar de andar en la doctrina del Cristo resucitado, el Rey y Sumo Sacerdote.
5:13-14 -- La palabra niño es traducción de la palabra griega napios. Se emplea en este pasaje para indicar el no maduro. Nótese .1 Cor. 13:11, donde aparece esta palabra griega. Los hebreos no eran "niños en Cristo" en el sentido de nuevos conversos, sino en el de no maduros, no crecidos. (Compárense .1 Cor. 3:1,2 con .1 Cor. 2:6; y Efes. 4:13,14). El recién convertido es niño en Cristo y por medio de la leche de la palabra de Dios crece (1 Ped. 2:2). Pero si no crece, continúa siendo no crecido (no maduro, no "perfecto"), y su dieta es de leche solamente. Esto no es bueno. Debemos crecer hasta el estado do madurez y comer alimento sólido. El hecho de que necesitaban leche estos hermanos hebreos, y no podían comprender fácilmente lo que es de alimento sólido (como es de él la doctrina del
sacerdocio melquisidecano de Jesucristo), indicaba su estado de poco crecimiento espiritual. No habían alcanzado madurez y por eso experimentaban dificultad en comprender las cosas hondas del evangelio.
--"la palabra de justicia" es la del evangelio que revela la justicia de Dios para que por la fe alcancemos la justicia (Rom. 1:16,17).
HEBREOS 6
Resumen: Los primeros tres versículos presentan una exhortación de los puntos más elevados. Luego, en los versículos 4 al 8, advierte el autor contra la completa apostasía. Entonces anima a los hermanos con expresarles la esperanza que él tenía de que ellos serían exitosos en la carrera cristiana, habiendo conquistado el estado de pereza que caracterizaba a algunos. Los versículos 13 al 15 presentan el ejemplo de Abraham, quien alcanzó la promesa porque tenía la paciencia necesaria. A pesar de persecuciones y ocasiones que nos pueden desanimar, podemos vencer porque tenemos un fortísimo consuelo en la promesa jurada de Dios y podemos asirnos de la esperanza que nos es como segura y firme ancla del alma. No hay razón por qué no seamos salvos eternamente. Esta es la idea que les presenta el autor en los últimos versículos de este capítulo.
6:1 -- "los rudimentos de la doctrina de Cristo"; literalmente "dejando el discurso de los principios de Cristo". No es la misma frase griega, como la hallada en Hebreos 5:12, pero se hace referencia a lo mismo. Dice el autor que no debemos continuar para siempre en el estado de conocimiento rudimentario de las cosas del evangelio de Cristo.
--"vamos adelante a la perfección"; es decir, al estado maduro de conocimiento (Fil. 3:10) de las cosas de Cristo. Véase Hebreos 5:13,14, comentarios. Para evitar la apostasía y la perdición por ella, tenemos que ir adelante a la perfección. Esta actitud es esencial para la salvación . "Vamos adelante" se contrasta con "tardos para oír" (Hebreos 5:11).
--"no echando otra vez el fundamento". No es casa lo que tiene puro fundamento. Una vez echado el fundamento, no es razonable echarlo otra vez. Ahora se debe edificar y completar el edificio. --"arrepentimiento de obras muertas". La palabra arrepentimiento (metanoia) significa cambio de mente o voluntad. No es tristeza, sino que sigue a la tristeza que es según Dios (2 Cor. 7:10). No es cambio de conducta, sino que lo produce (Hech. 3:19; Mat. 3:8). Las "obras muertas" aquí referidas no son solamente las obras de la ley de Moisés (que no procuraban vida espiritual, sino eran sombras y tipos de las cosas venideras, y por eso ceremonias o formas sin vida), sino también las obras que causaban muerte por ser malas en sí (Gál. 5:19-21). Tenemos que cambiar nuestra voluntad respecto a estas obras o cosas. La frase obras muertas aparece también en Hebreos 9:14.
--"la fe en Dios", con respecto a su existencia, carácter y plan para los hombres. La fe viene por el oír la Palabra de Dios (Rom. 10:17). Es esencial para la salvación (Rom. 10:10; Heb. 11:6). La fe en Jesús se incluye en esta frase aquí tratada (Jn. 3:18; 5:23).
6:2 -- "doctrina de bautismos". La palabra bautismos es plural, aunque esperaríamos ver una palabra singular (Efes. 4:5). Además, aquí aparece la palabra griega baptismos, en lugar de baptisma, que es la palabra común en el Nuevo Testamento para "bautismo". (baptismos aparece en Mar. 7:4,8 y en Heb. 9:10, y se refiere a lavamientos judaicos). Algunos comentaristas creen que el autor se refiere solamente a los lavamientos judaicos, y aplican todas las cosas de estos dos versículos al primer Testamento. Pero aunque es posible que tiene en mente el autor tales lavamientos también, es más probable que se hace referencia principalmente al bautismo en agua (que es uno, Efes. 4:5) y al bautismo en el Espíritu Santo (Mat. 3:11; Hech. 2:1-4). Aun el bautismo de Juan se relacionaba con la introducción del cristianismo (Mar. 1:4 y Hech. 19:1-5). Cristo fue "bautizado" en sufrimiento (Luc. 12:50). El juicio final será también un "bautizado" en sufrimiento (Mat. 3:11). La enseñanza sobre bautismos era parte de los rudimentos de la doctrina de Cristo.
--"imposición de manos". Este acto simbólico databa del tiempo de la ley de Moisés (Lev. 1:4; 3:2; 16:21; 24:14; Núm. 8:12). En el Nuevo Testamento vemos que Jesús imponía sus manos sobre niños (Mat. 19:13) y sobre enfermos a veces cuando los sanaba (Mat. 9:18; Mar. 6:5). Los apóstoles imponían las manos a veces cuando sanaban (Hech. 8:17,19; 19:6). Este acto simbólico pasó con el paso de los milagros que eran para la infancia de la iglesia, siglo primero. No hay hoy en día en la iglesia oficio que imparta dones milagrosos, y por eso no habría significado o sentido en una mera ceremonia de imponer las manos sobre personas.
--"resurrección de los muertos". Este quinto elemento de la doctrina de Cristo es la base misma de toda esperanza para la vida eterna. Véanse Jn. 5:28,29; Hech. 23:6; 24:15. Los saduceos no creían en la resurrección (Mat. 22:23; Hech. 23:8), como tampoco los filósofos del mundo (Hech. 17:32).
--"juicio eterno". Los resultados y consecuencias de este juicio son eternos, y por eso no habrá apelación a corte más alta. Véanse Mat. 25:46; Mar. 9:48;. 2 Tes. 1:9; Apoc. 22:11.
6:3 -- "esto haremos" se refiere a "ir adelante a la perfección" (versículo 1).
--"si Dios en verdad lo permite". Esta frase denota dependencia de Dios para el éxito en toda empresa. (Compárese Jn. 15:5). Los lectores, debido a su condición espiritual (5:11), necesitaban la ayuda de Dios para salir de esa condición. Ellos a su vez tenían que cooperar en el asunto.
6:4-6 -- Compárese Hebreos 10:26-31.
Este pasaje enseña claramente la posibilidad de caer de la gracia de Dios de tal manera que se pierda la persona. "Es imposible que ... sean otra vez renovados ..." Los comentaristas calvinistas, para evitar la fuerza de este pasaje contra la falsa doctrina de "la perseverancia de los santos" (o "la imposibilidad de apostasía"), afirman que este pasaje se refiere, no a cristianos verdaderos, sino solamente a profesados. Pero las varias expresiones aquí empleadas apuntan obviamente a quienes habían sido verdaderos cristianos. El autor de esta epístola aquí describe al que había sido un cristiano en el más amplio sentido de la palabra cristiano. (Véase Hebreos 10:29, "fue santificado").
Consúltense también los siguientes pasajes, tocante a la blasfemia contra el Espíritu Santo, pues tiene que ver con este caso: Mat. 12:24-32; Mar. 3:22-30; Luc. 12:10; .1 Jn. 5:16.
--"Porque". Debemos suplicar la ayuda de Dios para ir adelante a la perfección o madurez de conocimiento, porque ¡grande es el peligro de la apostasía completa! de la cual es imposible ser renovado para arrepentimiento.
--"fueron iluminados". La expresión ésta significa tener conocimiento de la verdad y andar en ella. Véanse Hebreos 10:32;. 2 Cor. 4:4; Efes. 1:18; 5:8; Col. 1:12,13;. 1 Tes. 5:5; .1 Ped. 2:9; .1 Jn. 2:9-11.
--"y gustaron del don celestial". Gustar significa experimentar. Véanse 2:9; 1 Ped. 2:3. La frase "don celestial" se refiere a todo lo que se goza en Cristo Jesús (Efes. 1:3; Jn. 6:33;. 1 Jn. 5:11).
--"y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo". El cristiano participa de la dirección del Espíritu Santo. Véanse Jn. 14:17; Rom. 8:1-17; Gál. 4:6; 5:22-25.
--"gustaron de la buena palabra de Dios". Véanse Jn. 7:17; Rom. 12:2. Los referidos en este pasaje habían experimentado (gustado) la excelencia de la verdad de Dios.
--"y los poderes del siglo venidero". Se hace referencia a las obras poderosas y milagrosas realizadas por el Espíritu Santo en la introducción y confirmación del evangelio en esta última dispensación, la cristiana. Se llama "el siglo venidero" porque así se expresaban los judíos al referirse a la dispensación del Mesías. Véanse los comentarios sobre 2:5. El verbo empleado en este versículo está en tiempo llamado pretérito, indicando acción realizada en un tiempo pasado. Estos hermanos habían experimentado estos poderes del referido "siglo", y por eso es evidente que ese "siglo" no es venidero desde el punto de vista del tiempo nuestro.
--"y recayeron". También está en el tiempo pretérito. No es cuestión de que "si caen algunos", sino que recayeron. Algunos ya lo hicieron. Véase .1 Cor. 10:12.
--"sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio". El estado de apostasía completa hace imposible que éstos sean renovados otra vez para arrepentimiento. Ahora les espera el castigo eterno (Hebreos 10:27). No va a haber "otro sacrificio por los pecados" (Hebreos 10:26), y estos rechazan a Cristo completamente (Hebreos 10:29), identificándose con los que crucificaron a Jesús, después de vituperarle públicamente (Mat. 26:67,68; 27:39-44). En esto consiste la imposibilidad del caso. Estos no solamente dejan la fe en Cristo, sino también ahora se oponen fuertemente a él. (Considérese también. 2 Tes. 2:11,12). Los participios crucificando y vituperándole indican acción continua.
Este pasaje (vv. 4-6) no trata el caso de un hermano tomado en alguna falta (Gál. 6:1), o de alguno que niega a Cristo por medio de persecución (Mat. 26:69-75), sino de cristianos que apostatan a tal grado que no solamente se apartan de Cristo, sino se oponen a él fuertemente y rechazan por completo el único sacrificio por los pecados (el evangelio de Cristo) que emplea Dios para la salvación del hombre. ¡Ellos no tienen remedio! Son apóstatas acabados. Sí, es posible que el cristiano caiga de la gracia; de otra manera, de nada sirve esta fuerte advertencia en este pasaje, y en otros muchos en el Nuevo Testamento.
6:7-8 -- Una ilustración del principio tratado en los versículos 4 al 6. Compárese 10:27; Mar. 11:12-14,20,21; Jn. 15:2 (los cristianos que producen fruto) y 15:6 (los apóstatas y otros que no producen fruto); Gén. 1:11 (bendición) y Hebreos 3:17 (maldición).
6:9-10 -- Habiendo presentado el autor su advertencia muy fuerte, ahora pasa a animar a sus lectores a perseverar fieles hasta el fin, para ser salvos, en lugar de producir "espinos y abrojos".
--"pertenecen a la salvación". Esta frase se compara con la destrucción mencionada anteriormente (versículo 8).
--"vuestra obra y trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún", la benevolencia de parte de cristianos individuales. La mayor parte de los textos bíblicos, tocante a la benevolencia, trata de casos de obras del individuo, y no de la colectividad (la iglesia local).
--"hacia su nombre". Compárense Mat. 25:40;. 1 Jn. 4:20,21.
6:11-12 -- Se contrasta la diligencia (celo arduo) con la pereza. Véase Hebreos 5:11.
--"hasta el fin (de la vida). Véase 3:6,14. En cuanto a ser diligentes hasta el fin, compárese .2 Ped. 1:10,11. Estos hermanos habían sido diligentes en las obras benévolas, pero necesitaban mostrar diligencia en el conocimiento. Compárese. 2 Ped. 3:18.
--"imitadores de aquellos", es decir, de patriarcas, judíos y cristianos. Véase la lista de tales hombres en el capítulo 11. El ejemplo de Abraham es el digno de imitación en particular, como veremos en los versículos siguientes.
--"heredan las promesas". Son las promesas materiales y espirituales hechas por Dios a Abraham y a otros, a través de los siglos, con término en la una y gran promesa de la salvación eterna. Véanse Hebreos 1:14; 4:1,9,11.
--"por la fe y la paciencia", los dos elementos faltantes en las vidas espirituales de estos hermanos hebreos, pero necesarios y esenciales para heredar la promesa de la vida eterna.
6:13-14 -- Es presentado aquí el ejemplo de Abraham para animar a los hebreos, pues eran descendientes (en la carne, como también en espíritu) de él. Recibió Abraham esta promesa sellada con el juramento de Dios porque era hombre de fe y paciencia. El caso referido se halla en Gén. 22:16-18.
--"juró por sí mismo" (Gén. 22:16); es decir, por "su eterno poder y deidad" (Rom. 1:20).
6:15 -- La esperanza de Abraham se basaba en la promesa de Dios. De igual manera se basa la nuestra. Como él esperaba con paciencia la promesa, hasta recibirla (en parte; es decir, la parte personal, pero no la tocante a la venida del Mesías a morir por el mundo y a reinar sobre su pueblo), así nosotros también tenemos que perseverar en fe, esperando hasta recibirla (Hebreos 10:36,37).
Este versículo se relaciona con el 12, "aquellos ... que heredan las promesas". Abraham es una ilustración de esta afirmación.
--"alcanzó la promesa", o sea, la parte de ella que se aplicaba a él personalmente. La promesa hecha a Abraham tiene su cumplimiento completo en la salvación que se ofrece a todo el mundo en Cristo (Gál. 3:8,16; Romanos capítulo 4). Pero Abraham recibió el principio del cumplimiento de la parte de la promesa que tuvo que ver con una gran descendencia en la carne. El vivió hasta ver sus primeros descendientes. Recibió además grandes bendiciones materiales de Dios. Cuando murió, alcanzó el reposo (Heb. 4:10; Mat. 8:11). El por fe miraba delante al tiempo en que recibiría las bendiciones espirituales de Dios (Hebreos 11:13-16). En este sentido “vio el día de Jesús” (Jn. 8:56), pues por la fe aceptó la promesa de Dios de que por su descendencia vendría el Mesías para bendecir espiritualmente a todas las naciones, haciendo posible para todo el mundo la salvación eterna. Abraham alcanzó la promesa, pues, parte en su vida, y parte en su muerte. Era fiel y paciente hasta la muerte. El autor de esta epístola exhorta a los hebreos a seguir el ejemplo de Abraham.
6:16-17 -- Esta costumbre es antigua y universal, y generalmente el juramento pone fin a la discusión. Debido a la fuerza y la persuasión del juramento para los hombres, Dios empleó la misma práctica para "mostrar más abundantemente" que lo que promete es verdad. Si los hombres ponen más confianza en la promesa respaldada por juramento, para que el "heredero" ponga más confianza en la promesa de Dios, él juró también.
--"a los herederos". Véase Gál. 3:26-29.
--"de la promesa". Véase el versículo 14, la promesa referida en Gén. 22:16-18 y cumplida completamente en la bendición de salvación para todas las naciones en Cristo Jesús.
--"La inmutabilidad de su consejo". Los planes y propósitos de Dios no cambian. Con toda seguridad puede el hombre confiar en la palabra jurada de Dios. Es inmutable. Este consejo de Dios (Hech. 20:27) envuelve todo el plan de salvación por medio del evangelio de Cristo, pues ha sido el propósito de Dios unir en Cristo para salvación a los gentiles y a los judíos (Efes. 1:9-11; 3:3-6, 11).
6:18 -- "dos cosas" = la promesa y el juramento.
--"es imposible que Dios mienta". Véanse Tito 1:2;. 2 Tim. 2:13).
--"tengamos un fortísimo consuelo". La promesa y el juramento de Dios proporcionan este consuelo tan fuerte para combatir la duda y el desánimo. Este consuelo no se basa en la fuerza o justicia del hombre mismo, sino en la palabra verdadera e inmutable de Dios. ¡Dios ha prometido la vida eterna y no puede mentir!
--"los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros". El verbo aquí empleado (hemos acudido para asirnos) alude a la práctica bajo la ley de Moisés de huir a las ciudades de refugio para escapar de la venganza. Véanse Núm. 35; Deut. 4:41-43; capítulo 19; Jos. 20. La aplicación espiritual es del pecador que huye de la condenación de la muerte para alcanzar la salvación en Cristo Jesús. Nos asimos, pues, de la esperanza de la vida eterna por medio del sacrificio de Cristo. El evangelio revela la ira de Dios contra el pecador y el rescate en Cristo Jesús. Huimos para asirnos de la esperanza (de perdón y vida eterna en Cristo) que el evangelio nos ofrece.
6:19 -- "la cual" = la esperanza de la vida eterna (Véanse Hebreos 10:38,39; Tito 1:2).
--"dentro del velo" = el lugar santísimo, símbolo del cielo, la morada de Dios. Véase Lev. 16:2. La esperanza del cristiano de morar eternamente con Dios en el cielo sirve de ancla segura y firme (bebaian, la misma palabra hallada en Hebreos 3:14) para el alma agitada en esta vida terrenal por pruebas y tentaciones. Pero ningún daño le pasará al alma así asegurada por tal "ancla".
6:20 -- "precursor". Cristo entró primero (Juan 14:2,3;. 1 Cor. 15:20,23). Es el precursor en dos sentidos: entró (1) para presentar su sacrificio a Dios por nosotros (Heb. 8:1-3; 9:11,12, 24-26), y (2) para dejarnos un camino a la vida eterna (Jn. 14:4-6; Heb. 10:19,20).
--"hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec". El haber entrado en el cielo prueba que el sacerdocio de Jesús es superior al de Aarón. ¡Pongamos, pues, nuestra confianza en él, y no en el orden de cosas según el Antiguo Testamento! Esta es la exhortación del autor a los hebreos.
Ahora, vuelve el autor al tema grandioso del sacerdocio de Jesucristo según el orden de Melquisedec, después de dejarlo en 5:11. Habiendo dado las advertencias y las exhortaciones halladas en Hebreos 5:12-6:19, ahora continúa con el tema que será desarrollado más ampliamente en el capítulo 7.
HEBREOS 7
Resumen: La historia sagrada acerca de Melquisedec es brevísima (Gén. 14:18-20). Lo que se omite en esta historia, tanto como lo que se menciona, importa para que sirva él de tipo de Cristo Jesús. El autor de esta epístola ya había introducido el caso de Melquisedec (véanse Hebreos 5:6,10; 6:20), y ahora, después de desviarse del tema para dar la advertencia y amonestación del capítulo 6, vuelve a desarrollarlo.
La argumentación del autor se basa en la historia registrada acerca de Melquisedec. No tuvo principio o fin, ni padres ni descendencia, que la historia registre. Aparece en las páginas sagradas como rey y sacerdote, y no habiendo registro que cuente su linaje o descendencia, ni predecesores ni sucesores en su sacerdocio, sirve de tipo para Cristo y su sacerdocio.
Hebreos 7:3 es un modo hebraico de expresar la completa falta de registro o historia tocante a su origen y fin como hombre. Melquisedec completamente llenó su sacerdocio en su propia persona, no teniendo predecesor ni sucesor, y por eso se dice que era sacerdote "para siempre". Los términos para siempre y perpetuamente indican lo completo del período bajo consideración, sea corto o largo dicho período.
La historia (Gén. 14:18-20) y el Salmos 110:4) presentan toda la información inspirada, y de estas dos cosas el autor a los hebreos deriva su argumentación (por el Espíritu Santo, desde luego). El argumento en breve es este: que el sacerdocio levítico no era final; que otro surgiría, el cual duraría para siempre. Antes de haber ley de Moisés y sacerdocio levítico, la historia sagrada cuenta el caso de un rey y sacerdote, Melquisedec, quien era mayor que Abraham el padre de los judíos. Luego, el Salmos 110:4, escrito siglos después de introducidos la ley de Moisés y el sacerdocio levítico, declara que Dios ha jurado que el Mesías ha de ser constituido sacerdote según el orden de Melquisedec. Jesucristo cumple esta profecía y su sacerdocio es el final y perfecto.
Este capítulo se puede dividir así:
Versículo Hebreos 7:1-10, la historia de Melquisedec y su superioridad al sacerdocio levítico porque era superior a Abraham, el patriarca.Versículo Hebreos 7:11-19, la imperfección del sacerdocio levítico evidenciada por la declaración de Dios en Sal. 110:4. Fue abrogado, pues, y el sacerdocio del Mesías, según el orden de Melquisedec, fue instituido para lograr esta perfección.
Versículo Hebreos 7:20-22, la superioridad del sacerdocio de Cristo al levítico porque fue instituido por juramento de Dios, mientras que no lo fue el levítico.
Versículo Hebreos 7:23-25, lo inmutable del sacerdocio de Cristo, pues él vive para siempre, mientras que la muerte caracterizaba al sacerdocio levítico.
Versículo Hebreos 7:26-28, lo superior del sacerdocio de Cristo evidenciado por el carácter perfecto de Jesucristo que no requería sacrificio por sí mismo, mientras que el sumo sacerdote levítico tuvo que ofrecer por sí mismo cada año, y luego por el pueblo.
7:1 -- Hay solamente tres pasajes bíblicos que hacen mención de Melquisedec:
1. Gén. 14:18-20. Esta es la historia completa acerca de él. No hay más registro acerca de él.
2. Sal. 110:4 (salmo mesiánico). Aquí se declara que Cristo sería sacerdote según el orden de Melquisedec.
3. Las citas en Hebreos 5:6,10; 6:20; capítulo 7. Estas presentan la argumentación del autor sobre la similitud del sacerdocio de Melquisedec y el de Cristo Jesús.
--"rey de Salem". Era el rey del pueblo llamado Salem, del que probablemente vino a ser su nombre Jerusalén, pues Sión se llama Salem en Sal. 76:2.
--"sacerdote del Dios altísimo". Era tanto REY como SACERDOTE. Ocupaba los dos oficios, cosa que no experimentó ningún sacerdote levítico. Para servir de tipo para Cristo (quien es Rey y Sacerdote), tenía Melquisedec que ser las dos cosas a la vez. Vemos que desde el tiempo de Noé y el gran diluvio, había habido algunos que seguían la religión de Jehová Dios, y ahora Melquisedec servía de sacerdote a los de Canaán, en el tiempo de Abraham (antes de haber judíos), que creían en Jehová Dios. No era Melquisedec de ningún linaje sacerdotal; se supone, pues, que Dios le ordenó directamente y la gente le reconocía como tal. Al bendecir a Abraham, probó que era sacerdote de Jehová Dios.
--"que salió ... y le bendijo. Véanse Gen. 14:19. Ejercitó Melquisedec su oficio real y sacerdotal, al "salir a recibir" a Abraham, trayendo consigo pan y vino (probablemente para refrescar a estos soldados pastores victoriosos). En esto probó que era mayor que Abraham, pues (como dice el versículo 7) el que bendice es mayor que el que recibe la bendición.
7:2 -- "diezmos de todo". Reconoció Abraham el sacerdocio de Melquisedec, no solamente al recibir su bendición temporal (el pan y el vino) y su bendición espiritual, sino también al darle los diezmos de todo. Agradecido Abraham por la victoria en la guerra, hizo esta ofrenda a Dios, por medio del sacerdocio de Melquisedec. (Al ofrecer los antiguos la décima parte, se admitía que todo se debía a Dios. El diezmo no se originó con la ley de Moisés, sino era una práctica muy antigua, si no se remontaba hasta el tiempo de Adán).
--"cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz". Literalmente el nombre Melquisedec significa "rey de justicia". El versículo 1 nos dice que era rey de Salem, y Salem significa "paz". En esto vemos más evidencia de que era Melquisedec un tipo apropiado de Jesucristo, el "príncipe de paz" (Isa. 9:6) y quien "aborrece la maldad" (injusticia) (Sal. 45:7). Por la justicia de Cristo el pecador puede alcanzar paz con Dios. Nótense Sal. 85:10 e Isa. 32:17.
Se enfatiza el sacerdocio de Melquisedec en el hecho de bendecir a Abraham y de aceptar los diezmos, y su oficio real en el significado de su nombre y del nombre de la cuidad sobre la cual era rey.
7:3 -- "sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida"; es decir, nada ha sido registrado en la narración de Génesis acerca de ello. De esta manera pudo servir Melquisedec como tipo del que no tiene principio ni fin, pues él es el "principio y fin" (Apoc. 1:8).
El sacerdocio de Melquisedec no tuvo interrupción (como siempre lo tenía el levítico, pues moría un sacerdote y otro tomaba su lugar). Por eso no necesitaba sucesión. Así sirvió su sacerdocio como tipo del de Cristo. Al sacerdocio de Melquisedec le faltó todo lo que era necesario para el levítico. ¡La genealogía importaba para todo! Pero en el caso de Melquisedec, las Escrituras ignoran a propósito su genealogía para enfatizar que no heredó su sacerdocio, ni lo pasó a otros. Aparece él de repente en la historia y así desaparece. Sin embargo, a éste le dio Abraham los diezmos, reconociendo así que era sacerdote de Jehová Dios.
El Mesías iba a venir para ser sacerdote según el orden de Melquisedec (Sal. 110:4). No vendría, pues, de linaje sacerdotal (versículo 14), porque el orden de Melquisedec era uno aparte de linaje sacerdotal. ¡Este es el punto de este versículo 3!
--"hecho semejante al Hijo de Dios". Era semejante en estos puntos: (1) era rey de justicia y de paz, (2) no tenía (registro de) genealogía ni sucesores en su sacerdocio, (3) tenía un sacerdocio perpetuo (no habiendo registro de su muerte), y (4) era rey y sacerdote a la vez, uniendo en uno estos dos oficios.
--"permanece sacerdote para siempre", o "a perpetuidad" (versión Hispanoamericana); es decir, en cuanto al registro hallado en Génesis. No se registra su muerte, como tampoco su nacimiento. No tuvo predecesores ni sucesores. (No era así el caso con el sacerdocio levítico, versículo 23). Compárese el versículo 24. Son relativos los términos "para siempre" y "perpetuo. Quieren decir, "todo el tiempo bajo consideración, sin interrupción o término", sea este tiempo en sí largo o corto. El sacerdocio de Melquisedec era "perpetuo" en que no dependió de otros y no fue interrumpido por toda su duración. De esta manera sirvió de tipo del de Cristo. Además, su sacerdocio es perpetuado en el de Cristo, el antitipo perfecto.
7:4-7 -- Si el autor de esta epístola podía probar que Melquisedec era mayor que Abraham, así probaría a la vez que el sacerdocio de Cristo (que es según el de Melquisedec) es mayor que el levítico (pues los levitas estaban en los lomos de Abraham cuando él (1) diezmó a Melquisedec de lo mejor del botín -- la versión Moderna dice en el margen, "Griego, de la cima de (lo mejor de los despojos)", y (2) recibió la bendición del sacerdote Melquisedec).
--"Abraham el patriarca". El punto de énfasis es éste: que Melquisedec es mayor que el padre de los judíos. Uno según el orden de Melquisedec sería, pues, mayor que cualquier orden de la descendencia de Abraham. Pero las Escrituras de los judíos (Sal. 110:4) afirmaban que el Mesías sería ¡según el orden de Melquisedec! Volver los hebreos cristianos al judaísmo, pues, equivaldría a dejar lo mejor por lo inferior.
--"ciertamente los que entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham". Véanse Núm. 18:21-32; Deut. 14:22-29. Según el mandamiento de Dios los israelitas pagaban el diezmo de lo que recibían a los sacerdotes. De esta manera se puede decir (como aquí en Hebreos 7:5 se afirma) que los sacerdotes levitas tomaban el diezmo de los israelitas.
--"Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas". Se hace referencia a Melquisedec, quien no era descendiente de Abraham. Su dignidad no consistía en ser del linaje de Abraham, como era el caso con los sacerdotes levitas.
La grandeza de Abraham se hace resaltar con recordar el bien conocido hecho de que era Abraham a quién fueron dadas las promesas (Hebreos 6:12-16). No obstante, Melquisedec tomó diezmos de él, que era tan grande. ¡Pero es mayor quien toma el diezmo que el que lo paga, y quien bendice que el que es bendecido! Esta es una verdad innegable. (Ejemplos; Gen. 27:27-29; 48:9-22; Luc. 24:50). Abraham, pues, quien recibió la promesa divina, y por eso era tenido por los judíos como superior a todos, mostró su inferioridad respecto a Melquisedec al pagarle el diezmo de lo mejor, y esto voluntariamente.
7:8 -- "Y aquí" (en la dispensación mosaica, con el sacerdocio levítico) "ciertamente reciben los diezmos hombres mortales". Los sacerdotes levíticos representaban un sacerdocio de cambio continuo debido a ser ellos mortales; es decir, sujetos a muerte (versículo 23).
--"pero allí" = lo referido en Gén. 14:18-20. Por no haber registro de la muerte de Melquisedec, se presenta en la historia sagrada solamente como uno que vive. Su sacerdocio no era de cambio continuo, sino de duración "perpetua" (versículo 3). Las Escrituras no mencionan nada acerca del principio o del fin de Melquisedec. Sencillamente pintan el cuadro de un sacerdote y un sacerdocio no interrumpidos por nada y que duran interminablemente, para que sirvan de tipo del sacerdocio del Mesías (Sal. 110:4). (Sin duda murió Melquisedec físicamente, como mueren todos los hombres, Hebreos 9:27, pero el cuadro o registro bíblico acerca de él, hallado en Génesis 14:20, es uno de vida solamente. Véanse los comentarios sobre el versículo 3).
7:9-10 -- Leví en persona no recibía diezmos, pero sí en sus descendientes, los sacerdotes. De igual manera no pagó diezmos en persona por sí en Abraham, su antepasado. Esta verdad pone de manifiesto la superioridad del sacerdocio de Melquisedec sobre el levítico, y por consiguiente la del sacerdocio de Cristo Jesús sobre el levítico.
7:11 -- "Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico". Esta versión emplea el verbo en el subjuntivo ("fuera"), indicando un caso no real. Pero es más correcto como dice la versión Moderna, "Si pues la perfección de las cosas era por medio del sacerdocio levítico ... ¿qué más necesidad había ..." El autor supone, por el momento, que la perfección era por el sacerdocio levítico (cosa que afirmaba el judío), y luego pregunta: ¿ Por qué, pues, dice el Sal. 110:4 que el Mesías sería de otro orden completamente distinto?
--"perfección". El propósito del sacerdocio levítico era preparar al hombre (judío) para su entrada a la presencia de Dios. La palabra griega teleiosis quiere decir el fin o consumación de algún plan. Ahora, el sacerdocio levítico no logró ese fin o consumación. Tenía defecto (Hebreos 8:7). La ley de Moisés no pudo hacer perfecto o justo al pecador (Gál. 3:21,22). El defecto o imperfección del sacerdocio levítico (o sea, la ley de Moisés -- van juntas las dos cosas y están en pie o caen juntas) será discutido más adelante por el autor (véanse versículos Hebreos 7:19,23; 10:1-4).
El verbo correspondiente al sustantivo "perfección" se emplea en Hebreos 9:9; 10:1,14.
El sacerdocio levítico no pudo en realidad quitar el pecado del hombre. Podía solamente de manera típica o simbólica. Había necesidad de que hubiera un sacerdocio que pudiera quitarlo en realidad. Por eso, Sal. 110:4.
--"otro sacerdote". Aquí la palabra griega es heteros, e indica "otro" de distinta clase, y no otro de la misma. Otro, de la misma clase, es allos. Estas dos palabras, con sus distinciones, se emplean en Gál. 1:6,7. Versículo 6 habla de otro evangelio diferente o distinto (al cual los gálatas iban alejándose), y el versículo 7 dice que ese otro evangelio no es otro (de la misma clase que el evangelio salvador, porque de esta clase no hay sino uno). Hay otros evangelios distintos, pero no otros de la misma clase. Ahora, el Sal. 110:4 predice que Dios iba a levantar a un sacerdote de otra clase distinta a la levítica. Iba a ser un sacerdocio completamente diferente; iba a ser según el orden de Melquisedec. De nuevo el autor de esta epístola demuestra la superioridad del Nuevo Testamento sobre el Primero. Véase Hebreos 10:14, comentarios.
7:12 -- La gran conclusión del argumento presentado en el versículo 11. La ley de Moisés y el sacerdocio levítico estaban en pie o caían juntamente, porque la una cosa dependía de la otra. Cambiada una cosa, la otra también sufriría el cambio. Véase Hebreos 8:13. Es una inferencia necesaria.
Como este argumento bastaba para callar a los judaizantes en el primer siglo de la era cristiana, también basta ahora para callar a los modernos, los sabatistas. La guarda del sábado era parte de la ley que ha sido cambiada. Si el sacerdocio levítico no está en vigor todavía, tampoco la guarda del sábado ni cualquier otro punto de la Ley de Moisés.
Véanse también el versículo Hebreos 18; 10:5-10.
7:13-14 -- Lo de Sal. 110:4 se ha dicho respecto a Jesucristo (5:6,7). Esta afirmación no la negarían los lectores a quienes escribió el autor de esta epístola. Pero, se sabía que Jesucristo, en la carne, no era de la tribu de Leví, sino de Judá Véanse Gén. 49:10; Isa. 11:1; Miq. 5:2; Mat. 1:3; 2:1; Luc. 3:33. Siendo de otra tribu, tenía que ser de otro sacerdocio. Los sacerdotes del Primer Testamento eran de la tribu de Leví, pero el gran Sumo Sacerdote, Jesucristo (Hebreos 4:14), del Nuevo Testamento es de la de Judá.
--"vino". Más literalmente, "brotó", como un vástago, o "subió". Es el verbo griego anatello. Se emplea en el Nuevo Testamento metafóricamente referente a Cristo, en Mat. 4:16 ("resplandeció") y en 2 Ped. 1:19 ("salga"). El sustantivo de este verbo, anatole, se aplica al Mesías en Jer. 23:5; Zac. 3:8; 6:12 (Renuevo, o Vástago según la versión Moderna).
--"de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio". La Ley de Moisés autorizó un sacerdocio de la tribu de Leví. El silencio de las Escrituras no autoriza nada. Por eso no era autorizado un sacerdocio de otra tribu. Preguntan los innovadores: "¿Dónde dice la Biblia que no se puede hacer así y así?" Esa clase de pregunta muestra rebelión hacia la autoridad de las Escrituras. La pregunta que hacer es ésta: "¿Qué dicen las Escrituras que se debe hacer?" ¡Eso es lo que se autoriza!
7:15 -- ¿Qué es "aun más manifiesto"? La respuesta: la proposición arriba declarada en los versículos 11-14, que el sacerdocio levítico era insuficiente para lograr el propósito necesario y por eso tendría que haber un cambio de sacerdocio y de la ley basada en él. Lo declarado en Sal. 110:4 lo hace más evidente o manifiesto.
7:16 -- "no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia". Aquí esta versión se vuelve comentarista, pues el texto griego dice "un mandamiento carnal". Véase la versión Moderna. Se llama "carnal" el mandamiento concerniente a los sacerdotes levíticos porque la ley de Moisés especificaba que tenían que ser de cierta tribu o cumplir con ciertos requisitos en el cuerpo. Este sacerdocio fue gobernado por una ley que mandaba solamente en estas consideraciones en la carne.
--"sino según el poder de una vida indestructible". En cambio, el sacerdocio melquisedeciano de Cristo se basa en el poder de vida indestructible. Indirectamente, se declara en este pasaje la Deidad de Jesús. El es la vida (Juan 1:4; 11:25; 14:6). La muerte no pudo destruir o poner fin a este Sumo Sacerdote cuando él se ofreció a sí mismo en la cruz. Siempre vive como nuestro Sumo Sacerdote para darnos vida eterna. Su reclamación de ser el gran Sumo Sacerdote no se basa en descendencia carnal, sino en que vive para siempre. El es la fuente de vida (Juan 14:6). "La carne" caracterizaba al sacerdocio levítico, mientras que "la vida indestructible" al sacerdocio melquisedeciano de Cristo Jesús.
7:17 --El autor apela otra vez al testimonio de Dios en Sal. 110:4, donde afirma que sería el Mesías un sacerdote para siempre. Véase Hebreos 5:6.
7:18-19 -- Mejores son las versiones Hispanoamericana y Moderna en estos dos versículos. Dicen así: "Porque resulta, por un lado, la abrogación del mandamiento precedente, por su flaqueza e inutilidad (pues la Ley nada perfeccionó); y por otro, introducción de mejor esperanza, por medio de la cual nos acercamos a Dios", y "Hay por una parte, la abrogación del mandamiento anterior, a causa de su flaqueza e inutilidad (porque la ley no llevaba nada a su perfección), y por otra, hay la introducción de una promesa mejor, por medio de la cual nos acercamos a Dios".
El punto es que por una parte sucede que la Vieja Economía fue hecha a un lado (versículo 12), porque tenía deficiencia, y que por otra parte la Nueva es introducida, por la cual nos acercamos a Dios para salvación eterna.
La ley de Moisés no perfeccionaba (versículo Hebreos 7:11; 8:7; Rom. 8:3; Gál. 3:21). Si hubiera perfeccionado, no habría venido Jesús a morir en la cruz (Gál. 2:21). Ahora la ley de Cristo (Gál. 6:2; Rom. 8:2; .1 Cor. 9:21; Sant. 4:12) ha sido introducida como la esperanza mejor (porque quita el pecado, Hebreos 2:14), por la cual sí puede el hombre ser justificado y el plan de Dios llevado a cabo (a perfección). Por el evangelio el hombre se acerca a Dios, o tiene acceso a él (Hebreos 4:16).
Contrástese 9:14 con la debilidad de la ley de Moisés para perfeccionar. Sí era buena la Ley (Rom. 7:12), pero no tenía provisión para perdón de pecados. Sirvieron la Ley y el sacerdocio levítico para un propósito temporal, como un tipo de lo que después sería introducido. ¡Qué locura sería para los hermanos hebreos volver a poner su esperanza en una ley y en un sacerdocio abrogados!
7:20-21 -- La superioridad del sacerdocio de Cristo es manifiesta en el hecho de que descansa sobre el juramento de Dios (el juramento expresando lo durable y permanente de la cosa confirmada por él). El sacerdocio levítico no tenía tal evidencia o confirmación de permanencia. Dios ha jurado y no cambiará ("no se arrepentirá") en cuanto al modo de salvación para el hombre perdido.
7:22 -- "Por tanto, Jesús es hecho fiador". Cristo responde por todo el mundo (obediente al evangelio) con su propia muerte en la cruz. El garantiza que los recipientes del Nuevo Testamento recibirán su herencia, según la promesa de Dios, y que no perderán la esperanza (versículo 19), a pesar de ser pecadores débiles en esta vida, si le son fieles hasta la muerte. El responde por esto; es fiador.
--"de un pacto mejor". Véase Hebreos 8:6. El hecho de ser Jesucristo el fiador de este pacto por el juramento de Dios, hace que sea pacto mejor.
7:23-24 -- Véanse versículo Hebreos 7:8,16. Se hace de nuevo hincapié en lo inmutable del sacerdocio de Cristo y por lo tanto superior al del Viejo Testamento. Porque él vive para siempre, su sacerdocio es "para siempre" (versículo Hebreos 7:21). No pasa de uno a otro.
7:25 -- "por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios". Su poder de salvar es debido a su sacerdocio inmutable y permanente. El vive para siempre y por eso tiene el poder de salvar completamente ("hasta lo sumo", versión Moderna). Salva así a los que "por él se acercan a Dios". Los tales son quienes reconocen que Dios es "justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús" (Rom. 3:26). Nadie viene al Padre sino por él (Juan 14:6).
--"viviendo siempre para interceder por ellos". Compárese Rom. 8:34; también, .1 Jn 2:1. Se refiere a todo lo que ha hecho Cristo, y hace, para la justificación y redención eterna de los suyos. Cristo presentó los méritos de su muerte al Padre Dios por los que vienen a Dios (Hebreos 1:3), presenta las peticiones de los suyos a Dios (1 Tim. 2:5), y ve que todas las cosas les ayuden a bien (Rom. 8:28).
7:26 -- "Porque tal sumo sacerdote nos convenía". Véase 4:15. Nos conviene tener un sumo sacerdote como lo es Jesucristo para satisfacer nuestras necesidades para la salvación eterna. (2:10 habla de lo que conviene a Dios; este versículo de lo que a nosotros, los pecadores). No conviene un sacerdote mortal y pecador (como lo eran los levíticos), sino uno que vive para siempre y que puede ofrecer el sacrificio necesario, que es una vida perfecta. En el carácter personal de Cristo y en su obra redentora, el pobre pecador halla lo que le conviene.
--"santo, inocente, sin mancha". ("inmaculado", versión Moderna; "incontaminado", versión Hispanoamericana). Véase .1 Ped. 1:19. Compárese lo de este versículo 26 con el sacerdote levítico que tenía que bañarse (para limpieza ceremonial) y ponerse las santas vestiduras (Lev. 16:4).
--"apartado de los pecadores", no sencillamente en que durante su vida en la tierra no participaba en los hechos malos de pecadores, sino más bien en el hecho de que ascendió a los cielos, bien lejos de la habitación y de la oposición de hombres pecadores. El verbo "apartado" indica aquí una acción, más bien que una condición. Compárese Hebreos 1:3; 2:9; 4:14.
--"y hecho más sublime que los cielos". Se expresa así el grado de su exaltación. Tiene Cristo supremacía absoluta sobre todo el universo. Véanse Efes. 1:22,23; 4:10; .1 Ped. 3:22.
7:27 -- Véase Hebreos 2:17.
--"que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumo sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo". Véanse Hebreos 5:3; Lev. 9:7; 16:6-10.
--"porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo". Lo hizo una vez, no anualmente como en el caso del sumo sacerdote levítico. El Sumo Sacerdote que nos conviene, por no ser pecador, no tiene que ofrecer por sí mismo "cada día" para poder interceder siempre por los cristianos. Siendo pecadores, los levíticos cada año sí tuvieron que hacer esto. Véanse Hebreos 8:3; 9:7,12,14,26,28; 10:10,11,14.
Hay tres puntos en este versículo que distinguen el sacerdocio de Cristo del de los levitas; a saber, (1) no ofreció por sí mismo, sino solamente por el pueblo, (2) no ofreció repetidamente su sacrificio, y (3) se ofreció a sí mismo y no la sangre de animales.
7:28 -- Concluye el autor su argumentación, contrastando el sacerdocio levítico, al cual la ley de Moisés constituía hombres débiles, pecadores y quienes tenían que ofrecer sacrificios por sí mismos, con el de Jesucristo, el Hijo hecho perfecto para siempre, quien fue constituido sacerdote por el juramento de Dios dado después de la Ley (pues Sal. 110:4 fue escrito cinco siglos después), cosa que indicaba que sería abrogada la ley de Moisés.
--"hecho perfecto". (Véanse Hebreos 2:10; 5:9, comentarios)
En vista de estas consideraciones serias, ¿podría el lector serio de esta epístola de todos modos querer volver al judaísmo? ¡En ninguna manera!
HEBREOS 8
Resumen: Los versículos 1 al 6 presentan el ministerio de nuestro gran Sumo Sacerdote como mucho más exaltado que el del levítico, pues es celestial, y no terrenal. Es verdadero y no típico o figurado solamente. Es permanente, mientras que el levítico solamente prefiguraba a éste.
En los versículos 7 al 13 se presentan las consideraciones que prueban que es mejor el Segundo Pacto que el Primero. El ministerio de Cristo es más exaltado que el levítico a medida de que es mejor el Nuevo Pacto que el Viejo. Se concluye que Dios mismo ha declarado que es viejo el Primer Pacto y por consiguiente ha sido abolido. ¡Seguramente no querrían los hermanos hebreos volver a lo ya desaparecido!
8:1 -- "Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo". La versión antigua de Valera dice, "la suma acerca de lo dicho es ...". Se deja la impresión de que el autor ahora está haciendo un resumen de lo que ya ha dicho en los capítulos anteriores. Pero ése no es el significado. La versión Moderna dice, "Lo principal, pues, entre las cosas que decimos es esto ...". La Hispanoamericana dice, "Ahora bien, el punto capital de lo que venimos diciendo, es ...". El significado es que el punto principal de lo que se está diciendo es la ministración exaltada de Cristo Jesús en el santuario celestial (versículo 1,2). ¡He aquí la gran consolación para los hermanos hebreos, en el tiempo de persecución y tentación de parte de los judíos incrédulos que se apegaban a lo que desapareció! ¡El Señor Jesucristo, el exaltado Hijo de Dios, es nuestro gran Sumo Sacerdote en el cielo! ¡Es superior, pues, a cualquier sacerdocio en la tierra, y al levítico en particular!
--"es que tenemos tal sacerdote," como el descrito en Hebreos 7:26-28.
--"el cual se sentó a la diestra del trono en los cielos". Véase Hebreos 10:11-13. (Véase también Hebreos 1:3, comentarios). Lo que se llama el "trono de la Majestad" en Hebreos 1:3 y Hebreos 8:1 se llama el "trono de Dios" en Hebreos 12:2. (Véase también Hech. 7:55,56). La expresión "a la diestra" denota estar cerca de Dios en una posición de alto honor, gloria y exaltación. Compárense Efes. 1:20-23; Fil. 2:9;. 1 Ped. 1:21; 3:22.
8:2 -- "ministro". La palabra griega aquí es leitourgos, una palabra compuesta de dos, público y obra. Quiere decir un siervo o ministro público. Cristo Jesús obra por el pueblo ante Dios en el cielo. (Nótese: de esta palabra griega tenemos en español la conocida palabra liturgia, que algunas iglesias emplean para decir el orden de servicios, o ritos).
La idea de "predicador" no se adhiere a la palabra "ministro", según el uso bíblico. Se le aplica a Cristo la palabra "ministro" en este pasaje para indicar el papel que él desempeña de servir a su pueblo en el santuario celestial. El Sal. 110:1-4 se refiere a la exaltación de Jesucristo a la diestra de Dios para ser tanto rey como sacerdote.
--"del santuario". Tenemos aquí las palabras griegas ta jaguia, que literalmente quieren decir "los (lugares o cosas) santos", pero es la frase bíblica para indicar el santuario, y en este pasaje la referencia es al cielo mismo. Véanse Hebreos 9:8,12,24,25; 10:19; 13:11. Véanse los comentarios sobre Hebreos 9:1.
--"el de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre". Según algunos comentaristas, el "santuario" y el "verdadero tabernáculo" se refieren al mismo lugar, al cielo. Pero Hebreos 9:11,12 parece distinguir entre el "tabernáculo" y el "Lugar Santísimo". Si es así, el verdadero tabernáculo (de Hebreos 8:2) y llamado el "más perfecto y no de esta creación" (en Hebreos 9:11) es la iglesia de Cristo. Es el verdadero, no porque fuera falso el de la economía judaica, sino porque es el perfecto y substancial, en contraste con el imperfecto y simbólico de la ley de Moisés. El tabernáculo judaico (griego, skene, "carpa", "tienda") fue hecho de materiales físicos y por manos humanas, pero la iglesia de Cristo fue edificada por él (Mat. 16:18) y no es de esta creación, pues es el reino de los cielos; es espiritual. (Por eso los miembros de la iglesia de Cristo están "sentados en los lugares celestiales con Cristo Jesús," Efes. 1:3; 2:6).
8:3 -- "Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios". En los versículos 3 al 5 la línea de pensamiento es ésta: El propósito del sacerdote es ofrecer ofrendas y sacrificios; Cristo es un Sumo Sacerdote y por eso tiene que tener algo que ofrecer, de otra manera no sería sacerdote; pero no puede ofrecer nada en la tierra, porque en la tierra hay quienes ofrecen sacrificios según la ley levítica; los que ofrecen en la tierra sirven a algo inferior, puesto que es nada más una figura y sombra de lo que es superior; se sigue, pues, que Cristo es sacerdote en un santuario superior, ya que es celestial.
--"por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer". Véanse Hebreos 2:17; 7:27; 9:11-14,25,26; 10:10.
8:4 -- La Ley estipulaba que los sacerdotes (sobre la tierra) tenían que ser de la familia de Aarón, de la tribu de Leví (Núm. 3:10; 18:1-7). El juramento que hizo a Jesucristo sacerdote (Sal. 110:4) por necesidad le hizo sacerdote para servir en el cielo, en un santuario celestial, porque el Mesías vino de la tribu de Judá (Hebreos 7:14). Jesucristo, pues, no puede ser considerado como sacerdote entre sacerdotes. Queda solo, con un santuario celestial, apropiado para su sacerdocio espiritual y su sacrificio de sí mismo.
8:5 -- "los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales". Los sacerdotes levíticos servían en lo que prefiguraba a las cosas celestiales y verdaderas. El tabernáculo judaico, con sus servicios y artículos, era una representación del Santuario celestial y del verdadero tabernáculo (versículo 1,2). Véanse Col. 2:17; Heb. 10:1. Una sombra o figura no tiene realidad en sí, sino es una prueba de la existencia de lo que es real o verdadero en substancia. Siendo copia y representación el sacerdocio levítico con su tabernáculo material, se daba prueba de que hay algo real y verdadero. Son el santuario y tabernáculo celestiales. Los sacerdotes aarónicos servían en la representación de las cosas celestiales, y no en ellas mismas. Su sacerdocio, por lo tanto, era inferior. Lo que sigue en este versículo es la prueba de esta afirmación. A Moisés se le dio un modelo que seguir, porque el tabernáculo terrenal iba a ser una representación del celestial.
La palabra figura es de la griega jupodeigma y se emplea en Hebreos 4:11 ("ejemplo") y en Hebreos 9:23. La palabra sombra es de la griega skia y se emplea en 10:1, significando una sombra causada por algún objeto contra el cual da la luz, y que deja la imagen o representación de ese objeto. Es como un delineamiento o bosquejo.
--"como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole". El verbo aquí es chrematidso. Se emplea en Mat. 2:12,22; Luc. 2:26; Hech. 10:22; Heb. 11:7; 12:25, e indica un mensaje u oráculo de Dios dado de manera sobrenatural. Se emplea en Hech. 11:26 ("se les llamó"). Esto indica que Dios les llamó cristianos, y ¡no sus oponentes!
--"Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte". Véanse Ex. 25:9,40; 26:30; 27:8; Núm. 8:4; Hech. 7:44. (En cuanto al templo de Salomón, véase .1 Cr. 28:11-13).
--"modelo". Dice la versión Moderna, "diseño". La palabra griega es tupos. La palabra española "tipo" es muy semejante. En Rom. 6:17 se traduce "forma". Significa molde, modelo, patrón, o ejemplo. En los consejos eternos de Dios se planeó el santuario celestial, y el modelo de esto se le enseñó a Moisés para que hiciera el tabernáculo terrestre según ese plan o modelo. Ese modelo tuvo que ser imitado (en el tabernáculo típico) y por eso se le mandó a Moisés hacer todo con cuidado y conforme al modelo que le fue enseñado en el monte Sinaí. (La iglesia de Cristo--véanse los comentarios en el versículo 2 sobre "verdadero tabernáculo"-- es según el plan de Dios). ¡Cuán grande pecado es el de los hombres de cambiar ese plan! El institucionalismo y la centralización de obras y finanzas de muchas iglesias locales, son violaciones de ese modelo perfecto para la iglesia. No se le permitió a Moisés cambiar ese modelo; mucho menos a los hombres hoy en día. La iglesia de Cristo no es una institución humana en ningún sentido; sino el reino de los cielos.
Lo estricto del mandamiento de Dios dado a Moisés en el monte Sinaí implica que el tabernáculo terrestre y sus servicios iban a servir solamente de representación del verdadero en el cielo en el cual sirve nuestro Sumo Sacerdote, Jesucristo. Existe en el cielo una realidad de lo que era bosquejo o diseño el santuario judaico y sus servicios. Era según el original celestial, en el cual Jesucristo sirve como Sumo Sacerdote en el Nuevo Testamento.
8:6 -- El ministerio (servicio) del Mesías, como Sumo Sacerdote, es mejor que el levítico en la proporción en que es mejor el Nuevo Pacto, del cual él es mediador, que el Pacto Viejo. El oficio de Cristo es mejor porque es celestial, y no terrenal, y porque es del Pacto que es mejor, porque tiene mejores promesas. En Hebreos 7:22 vemos que es fiador de un mejor pacto, siendo establecido su sacerdocio por el juramento de Dios. Aquí es mediador de un mejor pacto, teniendo un ministerio más exaltado, pues es celestial. En cada caso vemos la superioridad del sacerdocio de Cristo sobre el levítico.
--"mejor ministerio". Compárese .2 Cor. 3:6-9.
--"mediador". Véanse Hebreos 9:15; 12:24;. 1 Tim. 2:5.
--"mejores promesas", porque son espirituales y para vida eterna. Las del Primer Pacto eran principalmente de naturaleza material.
8:7 -- Véase Hebreos 7:11-19, comentarios. No tenía la ley mosaica falta o imperfección positiva. En sí era santa (Rom. 7:12). La falta o defecto consistía en no tener la Ley provisión para perdón de los pecados. Era débil la Ley "por la carne" (Rom. 8:3); es decir, era débil a causa de la debilidad de los hombres bajo ella. Eran débiles en la carne esos hombres y pecaron. La ley no les podía perdonar. Véase Gál. 3:21. La justicia no podía ser por guardar obras de ley (Rom. 3:20; Gál. 2:16; 3:11), porque no era perfecto ningún hombre. Todos pecaron (Rom. 3:23).
La Ley no fue dada con el propósito de justificar. Para el propósito para el cual fue dada, era buena (Rom. 7:12). Cumplió su propósito. No era cuestión de que Dios se hubiera desanimado con la Ley y la hubiera quitado por eso. ¡En ninguna manera! Dios hace todo según sus consejos eternos (Hech. 15:18; Efes. 1:11). Dio la Ley con otro fin. Véanse Gál. 3:19-24; Rom. 3:20). Era preparatoria para el evangelio.
El hecho mismo de que se buscaba en la historia lugar para otro testamento prueba que el primero no era final y completo para los propósitos de Dios. Este argumento lógico se basa en lo que profetizó Jeremías (capítulo 31). Algunos de los hermanos hebreos pensaban en volver al testamento que consideraban final y perfecto, considerando al cristianismo como incompleto. ¡El caso era al contrario!
8:8 -- Véase Jer. 31:31-34.
--"Porque reprendiéndolos", o hallando falta en ellos. "Tachándolos" dice la versión Hispanoamericana. Según el versículo 7, tenía defecto el Primer Testamento. Según el 8, tenía defecto el pueblo (véase versículo 9, "no permanecieron en mi pacto"). Esto va explicado arriba en el primer párrafo de los comentarios, versículo 7.
--"estableceré", en el griego sunteleso, que quiere decir completar, llevar a cabo enteramente, consumar, dar cumplimiento a algo, concluir. La raíz de esta palabra es tel, como es el caso con la palabra teletosis (Hebreos 7:11, "perfección") y con teleleiomenon (Hebreos 7:28, hecho perfecto"). La perfección que faltaba en el Primer Testamento, ahora existe en el Segundo.
--"con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto". Jeremías dio esta profecía después de ser esparcidas las diez tribus de Israel. Esta profecía tiene su cumplimiento, no en alguna supuesta restauración o conversión a Cristo de las doce tribus literales de Israel, sino en los descendientes espirituales de Abraham, "el Israel de Dios", la iglesia de Cristo (Gál. 3:29; 6:16; Rom. 2:29; 9:6,26). La expresión "la casa de Israel y la casa de Judá" significa el pueblo de Dios, y el pueblo de Dios bajo el reinado del Mesías es la iglesia de Cristo. Véanse 10:21;. 1 Tim. 3:15.
8:9 -- "No como el pacto que hice con sus padres". Es decir, el pacto sinaítico, la ley de Moisés. En ese pacto se desarrolló el elemento carnal o material de las promesas hechas a Abraham.
--"El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto". "El día", en sentido de período de tiempo (el tiempo entre la salida en Egipto y la entrada en Canaán).
--"Porque ellos no permanecieron en mi pacto". Eran infieles. Endurecieron sus corazones (Hebreos 3:8,12,15). Traspasaron los términos del pacto, aunque habían prometido obedecerlos (Ex. 19:5-8; Deut. 5:27; 7:9-11).
--"Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor". Dice la versión Moderna, "los traté con desprecio". Significa que los castigó por su desobediencia (Hebreos 3:11; 4:3,5). El verbo en el griego en este caso es ameleo, que es compuesto de "melo" (tener cuidado de algo), y "a" que sirve para negar. Es decir, no cuidar de. Se emplea este verbo en Hebreos 2:3, "descuidamos". Cuando Dios vio que los judíos persistían en sus desobediencias, ya dejó de cuidar (proteger) de ellos y los castigó.
8:10 -- "casa de Israel". Véanse los comentarios sobre el versículo 8. Es el Israel verdadero, los creyentes de todas las naciones.
--"Después de aquellos días, dice el Señor"; es decir, después de todo ese período de desobediencia e incredulidad de los judíos. El versículo 8 habla de días que venían. Iban a ser los días del reinado del Mesías (la dispensación del evangelio), después de aquéllos del pacto sinaítico.
--"Pondré mis leyes en la mente de ellos y sobre su corazón las escribiré". Compárese .2 Cor. 3:3. El Nuevo Pacto es caracterizado por una ley puesta por obra voluntariamente, de corazones dispuestos (Rom. 6:17, "obedecido de corazón"), y no por un código escrito en tablas de piedra. El infante judío era miembro del Pacto Viejo, aparte de obediencia de corazón, pero no así en el Nuevo Pacto. En éste, todo miembro es caracterizado por obediencia de corazón a esa ley de la palabra de Cristo. (Nótese Jn. 3:3,5;. 1 Cor. 4:15; Sant. 1:18; .1 Ped. 1:23).
--"Y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo". Véanse .2 Cor. 6:16; Apoc. 21:3. Esta expresión indica la relación más íntima que por razón de un pacto se puede tener. Enfatiza el gran privilegio que tendrá el cristiano por el evangelio.
8:11 -- "Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor". Bajo la ley de Moisés, el que nacía judío entraba en el Pacto y después le tenían que enseñar quién era Jehová Dios y cuál era su Ley. El Nuevo Pacto es diferente; es mejor. Ahora, bajo el Nuevo Pacto, entra en él solamente el enseñado y obediente al evangelio. Véanse Juan 6:44,45; Mat. 28:19,20; Mar. 16:15-16; Luc. 24:47; Hech. 2:40,41. El miembro del Nuevo Pacto, y partícipe en sus bendiciones, es una persona nacida por la palabra de Dios. Véanse los comentarios sobre el versículo 10, último párrafo.
--"Porque todos me conocerán"; es decir, todos los referidos, que son los del Nuevo Pacto.
--"Desde el menor hasta el mayor de ellos", en condición y no en edad. Ninguno se exceptúa debido a su condición social en la vida. El caso es el mismo para todo miembro del Nuevo Pacto.
8:12 -- "Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades". Este es el cuarto gran punto de diferencia entre los dos pactos; a saber, el perdón de los pecados. No había perdón en realidad bajo el Primer Pacto (10:4). En la sangre de Cristo Jesús (la del Nuevo Testamento, Mat. 26:28) hay remisión de pecados (1 Jn. 1:7). Perdonado el cristiano, nadie le puede acusar de nada (Rom. 8:33,34; Apoc. 12:10).
8:13 -- "Al decir: Nuevo Pacto, ha dado por viejo al primero". El autor de esta epístola toma la palabra "nuevo" kainos (la misma usada en el versículo 8) y prueba que Dios (por Jeremías, capítulo 31) declaró, hacía seis siglos, que el Primer Pacto era viejo. Esta es la implicación hecha por Dios al decir que iba a establecer un NUEVO pacto. Jesucristo no lo hizo viejo con su venida a la tierra. Pablo no lo hizo viejo. ¡Ya era viejo, por la declaración de Dios! La declaración de Dios por Jeremías reconocía la insuficiencia del Primer Pacto y la necesidad de uno nuevo.
En Hebreos 12:24, la palabra "nuevo" es de la palabra griega neos. kainos significa "nuevo" en el sentido de ser diferente en naturaleza a lo que precedía, mientras que neos significa "nuevo" en el sentido de tiempo. El Primer Pacto tenía más tiempo; precedía al Nuevo Pacto en cuanto a tiempo. Pero, el Nuevo Pacto es también "nuevo" en que es completamente diferente, o de una naturaleza nueva. (Véase versículo 9, "no como el pacto ...").
--"y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer". Esta es una verdad evidente en sí; es una verdad general. No está diciendo el autor que la Ley de Moisés está desapareciendo ahora que él escribe. Ya había sido quitada (Col. 2:14). Cualquier cosa, en cualquier tiempo, que se envejece, ya pronto desaparece. La Ley de Moisés, pues, desapareció porque era vieja.
HEBREOS 9
Resumen: Los primeros diez versículos presentan el tabernáculo bajo el primer pacto, con sus ofrendas y sacrificios que eran incapaces para perfeccionar al que estaba bajo ese pacto. Entonces por medio de contrastes, se presenta la perfección y eficacia del santuario, sacrificio, y sacerdocio de Cristo. Al fin del capítulo se presenta la semejanza entre la muerte del hombre y la de Cristo, para ilustrar que no era necesario que la muerte de Cristo se repitiera muchas veces. Murió una sola vez, y basta.
9:1 -- Este versículo se conecta con Hebreos 8:5.
--"Ahora bien, aun el primer pacto". La palabra pacto no aparece en el texto griego, pero se suple aquí porque así se indica en el versículo anterior (Hebreos 8:13).
--"tenía ordenanzas de culto". La palabra griega dikaioma significa una ordenanza o regla justa, y por eso divina. Se emplea en Hebreos 9:10 también. La palabra griega latreia quiere decir culto o servicio rendido a Dios. Se emplea en Hebreos 9:6; Jn. 16:2; Rom. 9:4; 12:1. El primer pacto, tenía preceptos dados por Dios para gobernar el servicio rendido a él en el santuario terrenal. La grandeza y lo divino de este santuario sirven para representar al santuario celestial.
--"y un santuario". Aquí es término singular en el griego, to jaguion, y se refiere al tabernáculo entero, con sus dos departamentos. Literalmente dice la frase, "un lugar santo de (este) mundo". (La forma plural sencilla, ta jaguia, cuando se contrasta con la forma plural doble, jaguion jaguion, quiere decir "el lugar santo--9:2, mientras que la forma plural doble significa "el lugar santísimo"-- Hebreos 9:3. ta jaguia sola también se aplica al "lugar santísimo", sea el terrenal-- Hebreos 9:8,24,25; 13:11, o bien el celestial-- Hebreos 8:2; 9:8,12; 10:19).
--"terrenal". No hay connotación mala en la expresión "terrenal" (o de este mundo, kosmos). Se indica solamente que es de materiales terrenales que perecen, de fabricación de manos humanas, y que pertenece a esta vida. Se contrasta con "las cosas celestiales" (Hebreos 8:2,5; 9:11,23,24).
9:2 -- "Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo". Aunque la versión Revisada da el sentido correcto, la Moderna es más exacta y literal. Dice, "Porque un tabernáculo fue preparado, el primero...el cual se llama el Lugar Santo (jaguia). Y después del segundo velo, el tabernáculo que se llama el Lugar Santísimo (jaguia jaguion)". La palabra griega skene, carpa o tienda, se aplica al tabernáculo entero, y también a cada "parte" (como dice la versión Revisada), o "departamento" (como dice la Hispanoamericana). Nótese el versículo 6, donde el texto griego dice, "en el primer tabernáculo", y el 7 donde dice, "mas en el segundo". (Así es la traducción en la versión Moderna). Nuestra versión interpreta más bien que traduce, al decir "la primera parte", y "la segunda parte". El autor habla de dos carpas, la una y la otra, porque tenía la carpa dos cuartos o lugares, y los dos constituyen lo que se llama el skene, la carpa. La palabra tabernáculo, en este versículo, se refiere a lo mismo que en el primero se llama un santuario.
--"estaban el candelabro". Véase Ex. 25:31-37; 37:17-24.
--"la mesa". Véase Ex. 25:23-30.
--"y los panes de la proposición". Véase Lev. 24:5-9. Literalmente dice el texto griego, "la presentación de los panes".
9:3 -- "Tras el segundo velo". (Véase 6:19, comentarios). Hubo dos velos. Del primero leemos en Ex. 26:36,37; 36:37,38. El segundo dividía los dos departamentos del tabernáculo. Del segundo leemos en Ex. 26:31-33; 36:35,36.
--"estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo". Véanse los comentarios sobre los versículos 1,2.
9:4 -- "el cual tenía un incensario de oro". Aquí tenemos un punto difícil, aparentemente. Todas las versiones en español que tengo dicen "incensario", pero algunas en inglés dicen "altar del incienso" (admitiendo en notas de margen que puede ser traducida la palabra griega thumiaterion, incensario.
Sabemos que había en el Lugar Santo un altar del incienso (Ex. 30:1-10), tapado de oro, y para uso diario. Pero el autor menciona algo que tenía el Lugar Santísimo. No pudo haber estado equivocado el autor inspirado, diciendo que este altar se encontraba en el Lugar Santísimo. Los comentaristas (son pocos) que entienden que "altar del incienso" es la traducción correcta, y que Pablo no omitiría un mueble tan importante que pertenecía al Lugar Santo, explican que el Lugar Santísimo "tenía" este altar, no en el sentido literal de ocupar una posición el altar en dicho lugar, sino en el de "pertenecer" al Lugar Santísimo (aunque ocupaba una posición en el Lugar Santo), porque Ex. 30:6 lo menciona en estrecha conexión con el Lugar Santísimo. Además, dicen éstos, las Escrituras no mencionan ningún "incensario de oro" como artículo permanente en el Lugar Santísimo.
Por otra parte, la evidencia más conclusiva para mí indica que debe leerse este pasaje (9:4), "incensario de oro" y no "altar del incienso de oro". La palabra griega thumiaterion, de este pasaje, se encuentra solamente aquí, en .2 Cr. 26:19 y Ez. 8:11 (versión de los Setenta, el Antiguo Testamento en griego), donde obviamente se hace referencia a incensarios y no a altares. La versión de los Setenta usa otra palabra, thusiasterion, para referirse al altar del incienso.
Parece, pues, que el autor pasó por alto al altar del incienso, colocado en el Lugar Santo, y aquí hace referencia al incensario de oro que se empleaba una vez al año en el Lugar Santísimo (Lev. 16:11-14). No era su propósito elaborar una descripción del tabernáculo. Su argumentación tiene más bien que ver con lo que se hacía anualmente en el Lugar Santísimo, como figura de la obra salvadora de Jesucristo, nuestro gran Sumo Sacerdote en el cielo. Aunque el incensario de oro no era artículo permanente en el Lugar Santísimo, tenía que ver con el servicio anual el día de la expiación.
--"y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes". Era una caja especial, llamada así porque contenía "las tablas del pacto". Véase Ex. 25:10-16.
--"en la que estaba una urna que contenía el maná". Véase Ex. 16:32-34.
--"la vara de Aarón que reverdeció". Véase Núm. 17:1-10.
--"y las tablas del pacto". Véanse Ex. 25:16; 34:28; Deut. 10:1-5. Declara .1 Reyes 8:9 que en el tiempo de Salomón no había en el arca nada sino las dos tablas. Evidentemente la urna de maná y la vara de Aarón habían sido removidas del arca. No se sabe más acerca de ellas. En cuanto al arca misma, no hay mención acerca de ella después del cautiverio en Babilonia. Se supone que fue llevada por los babilonios y nunca devuelta, o destruida por ellos.
9:5 -- "querubines de gloria". Véanse Ex. 25:18-22; .1 Reyes 8:6,7; .1 Cr. 28:18. La palabra querubín quiere decir guardián, uno que cuida. Los querubines evidentemente son una orden de ángeles (Gén. 3:24). Se llaman en Hebreos 9:5 "de gloria" porque miraban hacia el propiciatorio, hacia la gloria divina que se manifestaba sobre el arca (Ex. 25:22; 40:35; Lev. 16:2; Núm. 7:89). Simbolizaban a los ángeles que rodean la gloria de Dios en el cielo.
--"el propiciatorio". Este era la cubierta o tapa del arca. Era el "trono" o "sede" de misericordia sobre el arca. (La misericordia de Dios es ofrecida al hombre a base de que sea satisfecha la justicia). La palabra hebrea kapporeth en Ex. 25:17, quiere decir "cubierta, tapa". Pero la versión de los Setenta dice jilasterion epithema, literalmente "propiciatorio cubierta", o sea, "la cubierta de expiación". Después la versión de los Setenta nada más dice el jilasterion, o propiciatorio. Aquí en Heb. 9:5 aparece la palabra griega jilasterion. La sangre esparcida sobre la tapa del arca es lo que la hacía que fuera el "propiciatorio". (Esto fue hecha cada año--Lev. 16:14). La misma palabra griega aparece en Rom. 3:25, "propiciación" ("sacrificio expiatorio", versión Moderna).
La sangre de Cristo nos cubre los pecados. Por eso es él nuestra propiciación (1 Jn. 2:2; 4:10 -- jilasmos). En Rom. 3:25, pues, Pablo presenta a Cristo como el propiciatorio verdadero, porque como la gloria de Dios recibía la expiación anual en la forma de sangre de animales esparcida sobre el propiciatorio del arca, así Dios por la sangre de Cristo cubre los pecados del que obedece al evangelio hoy en día, mostrándole así al hombre su misericordia. El propiciatorio del arca era figura de Cristo (Rom. 3:25).
Compárese Jn. 20:12. Los dos ángeles tomaron una posición cerca del cuerpo de Jesús, semejante a la de los querubines sobre el propiciatorio. Esto nos hace pensar en el "propiciatorio" verdadero y espiritual que es la muerte de Cristo.
9:6 -- "Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo". Véase versículo 2, comentarios. Este versículo enfatiza lo sagrado y lo exclusivo del Lugar Santísimo por medio de mostrar que en el Lugar Santo entraban diariamente más de un sacerdote, atendiendo al servicio diario en ese departamento del tabernáculo. Ahí quemaban incienso en el altar de oro en la mañana y en la tarde, alistaban las lámparas (Ex. 30:7,8; Luc. 1:9), y cambiaban los panes de la proposición cada semana (Lev. 24:8). Atendían a las ofrendas por el pecado de individuos, rociando la sangre de un becerro hacia el velo del tabernáculo (Lev. 4:6). Pero, al hacer todo esto, no entraban más adentro en el tabernáculo. Oficiaban solamente en el Lugar Santo.
9:7 -- "pero en la segunda parte". Véase versículo 2, comentarios.
--"solo el sumo sacerdote". Este se contrasta con "los sacerdotes" del versículo 6, quienes tomaban turnos para oficiar en el primer tabernáculo, o sea el Lugar Santo.
--"una vez al año". Véase Lev. 16, el día anual de la expiación; también Ex. 30:10. Era el día décimo del mes séptimo. Entraba más de una vez durante ese día, pero el punto es que en un solo día del año entraban, y no entraba en otros días del año. (Entraba primero con el incensario para quemar incienso. Nótese el versículo 4, comentarios. Luego entraba la segunda vez con la sangre del becerro, y la tercera vez con la sangre del macho cabrío. La tradición judaica dice que entraba una cuarta vez para quitar el incensario).
--"no sin sangre". Esto se narra en Lev. capítulo 16. Véase también Lev. 17:11.
--"la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo". Véase Hebreos 5:3. De esta manera se enseñaba que tanto el sumo sacerdote como el pueblo eran transgresores de la ley de Dios. (¡No así con el gran Sumo Sacerdote nuestro!). Durante el año los individuos eran responsables por sus pecados, Lev. 4:27-35. Pero el día de la expiación era para ofrecer por el pueblo como nación.
9:8 -- "dando el Espíritu Santo a entender". El era el autor y el intérprete del sistema levítico. El relato del Pentateuco no es meramente de naturaleza histórica. Contiene una enseñanza espiritual.
Por implicación el Espíritu Santo daba a entender lo que por inferencia necesaria el hombre debía haber entendido.
--"con esto"; es decir, con el tabernáculo y sus arreglos y servicios. Dejaba Dios que el Sumo Sacerdote entrara (y solamente él) en el Lugar Santísimo, para simbolizar la entrada en el cielo mismo del Mesías, Jesucristo, nuestro gran Sumo Sacerdote. La posición del Lugar Santo impedía para que no entraran los sacerdotes y el pueblo en general en el Lugar Santísimo. El hecho de entrar en el Lugar Santísimo solamente el sumo sacerdote, con sangre para sus pecados y para los del pueblo, daba a entender que el camino al cielo para toda la humanidad no era sabido todavía. La salvación del hombre era todavía un misterio cubierto por un velo. Cuando Jesucristo fue crucificado, "el velo del templo se rasgó en dos" (Mat. 27:51) y se reveló que por la muerte de Cristo ha sido abierto camino al cielo (Hebreos 10:19,20). Ya no serviría más el tabernáculo viejo. Ya se había levantado el "verdadero" (Hebreos 8:2) y el "más perfecto" (9:11).
--"que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo". Todavía no tenía el hombre en realidad la manera de obtener la remisión de pecados para gozar de la vida eterna con Dios en el cielo. Ahora, por el evangelio de Jesucristo, se le revela al hombre cómo entrar (versículo Hebreos 9:12; 10:19, 22).
--"entre tanto que la primera parte del tabernáculo"; literalmente, "el primer tabernáculo" (el Lugar Santo). Véase versículo 2, comentarios.
--"estuviese en pie"; o sea, durante la dispensación judaica.
9:9 -- "Lo cual"; es decir, el tabernáculo con sus arreglos y servicios.
--"es simbólico para el tiempo presente". La palabra griega aquí es parabole. El tabernáculo era parabólico de las realidades del tiempo presente. Véase Hebreos 8:5. Servía de objeto para una lección, de representación de las realidades del Nuevo Testamento.
--"según el cual"; según el símbolo (que era el tabernáculo)
--"se presentan ofrendas y sacrificios". Los sacrificios eran ofrecidos según los detalles del rito levítico. Véase Hebreos 5:1, comentarios.
--"que no pueden hacer perfecto". La palabra griega aquí para decir "perfecto" es teleios. No significa algún estado absoluto de no tener pecado, sino lo que es maduro, completo, acabado.
--"en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto". Los ritos levíticos no tocaban la conciencia. Como "la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas" (Hebreos 10:1), no podían alcanzar para el creyente un perdón real, sino solamente simbólico. No podían purificar la conciencia, o sea perdonar. Ahora, la fe y la conciencia del individuo eran importantes y esenciales bajo el Antiguo Testamento pero Dios perdonaba al creyente fiel a base de lo que nos logra el Nuevo Testamento de Cristo. No podía hacer el Antiguo Testamento lo que nos logra el Nuevo. ¡Este es el argumento principal del autor en su epístola a los hebreos! Véase Hebreos 7:11,19. Compárense Hebreos 7:27; 8:7; 10:1,11; Hech. 13:39).
La palabra griega teleios, referente a Cristo y a los cristianos, aparece muchas veces en esta epístola (Hebreos 2:10; 5:9; 6:1; 7:28; 11:40; 12:23). ¡Esto es significante!
9:10 -- "ya que consiste sólo de comidas y bebidas". Se refiere a los reglamentos bajo la ley de Moisés respecto a qué comer a qué beber. Estos servían, en parte, para guardar a los judíos como distintos a los de las demás naciones.
--"de diversas abluciones". Dice la versión Moderna, "diversos géneros de bautismos". El texto griego emplea la palabra baptismos. Véase Hebreos 6:2, comentarios. Dicen algunos comentaristas, miembros de iglesias sectarias que rocían agua para hacer el bautismo, que estas abluciones, o bautismos, no eran casos de inmersión. ¿Eran casos, pues, de rociamiento? ¡No se atreven a afirmarlo! Nada más niegan que eran casos de inmersión. Pero el texto dice que eran bautismos. Toda parte bautizada ¡fue lavada! (y no solamente rociada con agua). Había casos en que todo el cuerpo era bautizado (o lavado): Ex. 29:4; Lev. capítulo 15, varios versículos; Hebreos 16:4,26,28; 17:15; 22:6; Núm. 19:7,8,19; casos en que eran lavados las manos y los pies--Ex. 30:19,20; eran lavadas vasijas de madera--Lev. 15:12; eran lavados otros artículos--Núm. 31:21-24.
--"y ordenanzas acerca de la carne". Estas eran ceremonias que tocaban la pureza externa y las condiciones de esta vida. No bastaban para introducir el pecador, como persona perdonada, a la presencia de Dios.
--"impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas". Se refiere a la dispensación del evangelio, la introducción de la cual puso fin a las imperfecciones (7:11) del orden levítico, y enderezó las cosas. Lo imperfecto del orden levítico apuntaba al tiempo cuando sería introducido lo perfecto del Nuevo Testamento. (¿Por qué, entonces, querrían los hermanos hebreos volver a lo del tabernáculo viejo?) Las ordenanzas levíticos eran temporarias y para la introducción de un sistema mejor, el cual podría purificar la conciencia. No eran el arreglo perfecto para la remisión de pecados. La palabra traducida "reformar" es de la griega diorthosis, que significa "poner las cosas derechas" o "traer las cosas a una satisfacción". El Antiguo Testamento no podía poner las cosas derechas, o satisfactorias. Por eso fue quitado; era temporario.
En cuanto a este tiempo de reformación (la dispensación del evangelio), véanse también Mat. 19:28 y Hech. 3:21.
9:11 -- Los primeros diez versículos de este capítulo presentan el tabernáculo terrenal; ahora, para formar un contraste, se presenta el celestial. Se presentan ahora los servicios más elevados y eficaces de Cristo, el Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento. Todo esto sirve para mostrar las perfecciones del sacerdocio de Cristo.
--"Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote". Esta frase muestra la exaltación de Cristo sobre los sacerdotes levíticos.
--"de los bienes venideros". Son las bendiciones incluidas en la redención eterna lograda para nosotros por Cristo (versículo 12; Efes. 1:3). Sí puede Cristo "hacer perfecto, en cuanto a la conciencia al que" obedece al evangelio (versículo 9). Incluye la promesa de la herencia, según el versículo 15.
--"por el más amplio, y más perfecto tabernáculo". La dispensación mosaica tenía su tabernáculo (versículo 2); la del evangelio tiene el suyo, que es más amplio y más perfecto. El sumo sacerdote levítico, cumpliendo con los ritos figurados de ese tabernáculo, entraba (una vez al año) en el Lugar Santísimo, pero Cristo, por el sacrificio de su propia vida (los ritos del tabernáculo más amplio y perfecto) ha entrado una vez para siempre en el verdadero "Lugar Santísimo", que es el cielo mismo. Este tabernáculo tiene su Lugar Santísimo (el cielo, versículo 24) y su Lugar Santo (la iglesia--véase Hebreos 8:2, comentarios; también Efes. 2:20-22).
--"no hecho de manos, es decir, no de esta creación". No pertenece a la creación natural o del universo material. Véase Jn. 18:36. Compárese con la descripción del cuerpo glorificado (2 Cor. 5:1).
9:12 -- No solamente son diferentes los dos tabernáculos, sino también es diferente la sangre del tabernáculo celestial.
--"y no por sangre de machos cabríos ni de becerros". El día de la expiación entraba el sumo sacerdote levítico en el Lugar Santísimo con la sangre del becerro y después con la del macho cabrío (Lev. 16), pero nuestro gran Sumo Sacerdote ha entrado una sola vez al cielo, habiendo muerto por el hombre en la cruz de calvario, habiendo obtenido así la redención para el hombre. ¡La sangre de Cristo es el medio de redención! ¡Expía los pecados del hombre!
--"sino por su propia sangre"; es decir, por los méritos de su muerte. Puso su vida en sacrificio (Jn. 10:17,18).
--"entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo"; mientras que el levítico entraba anualmente. Véase Hebreos 7:27, comentario.
--"habiendo obtenido eterna redención". (Véanse Hebreos 2:13,14; Mat. 20:28; Hech. 20:28; Efes. 1:7;. 1 Tim. 2:6; Tito 2:14;. 1 Ped. 1:18,19).
9:13-14 -- Aquí se contrastan las dos clases de sangre. Si la una clase, por admisión, era eficaz, ¡cuánto más la otra! (la de Cristo). ¡Es mucho más eficaz la sangre de Cristo Jesús!
--"Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican". El versículo Hebreos 9:12,13 introduce la sangre usada el día anual de la expiación. El 13 agrega la de la becerra (Núm. 19). Si la sangre de estos animales tuvo efecto (logrando los fines de la ley de Moisés para purificación legal), ¡cuánto más efecto tiene la de Cristo para perdonarnos los pecados en realidad!
--"para la purificación de la carne". Véase versículo Hebreos 9:10, comentarios. Una gran parte de la inmundicia de los judíos consistía en contaminarse exteriormente (Núm. 19, por ejemplo, tocando ellos a un muerto). La sangre de animales bastaba para purificarles de contaminaciones ceremoniales. En cuanto a purificar sus conciencias de pecados, no lo podía hacer, excepto simbólicamente. La eficacia de la sangre de animales consistía solamente en que era ofrecida según las ordenanzas divinas (para limpiar simbólicamente). Estos sacrificios por el pecado y por las contaminaciones o inmundicias ceremoniales servían para mantener la idea de que es necesaria la sangre para la purificación. Servían como "sombra y figura" (Hebreos 8:5; 10:1) de la purificación por la sangre de Cristo.
--"¿ cuánto más la sangre de Cristo". Si la de animales era eficaz para un propósito ceremonial, ciertamente lo es la sangre del Hijo de Dios (Véase .1 Jn. 1:7).
--"el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo". Llevando letra mayúscula la palabra Espíritu, los traductores indican que creen que la referencia se hace al Espíritu Santo. Pero el texto original no tenía distinción de letra mayúscula y minúscula. Aunque muchos comentaristas entienden que la referencia es al Espíritu Santo, otros entienden que es la naturaleza divina de Cristo la cosa aquí referida. Nadie podía quitar la vida de Cristo ni evitar que la tomara otra vez (Jn. 10:17,18). El propio espíritu eterno de Cristo entregó su cuerpo y vida humana a la muerte para obtener la salvación de nuestras almas. Véase Hebreos 2:14,15. La eficacia de la sangre de Cristo consistió en que fue dada por un ser eterno y sin mancha, y esto voluntariamente.
--"sin mancha". Así tenía que ser el animal sacrificado bajo la ley de Moisés (Lev. 1:10; 22:19-22). Véase 6:1, comentarios.
--"a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas". Véase versículo Hebreos 9:9,10, comentarios.
--"para que sirváis al Dios vivo". Dios no es servido por medio de "obras muertas". En esta dispensación podemos servir a Dios solamente por medio de aceptar el sacrificio perfecto hecho por su Hijo.
9:15 -- "Así que, por eso es mediador". Es uno que interviene o se interpone entre dos, para hacer paz o ratificar un pacto. Véase Gál. 3:19,20. Cristo es el mediador del Nuevo Pacto (8:6; 12:24;. 1 Tim. 2:5).
--"de un nuevo pacto". Es el referido en Hebreos 8:8.
--"para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto". Véase 10:4; la sangre de animales no podía quitar el pecado. Antes de la muerte de Jesucristo, el perdón era solamente simbólico y no real. Por eso era necesario que Cristo muriera por el pecador (versículo 14), y así tendría el "llamado" de toda época el derecho absoluto de gozar de la herencia eterna.
El "primer pacto" aquí referido es el de Hebreos 8:7. Véase también Hebreos 11:39,40.
--"los llamados". Los herederos del testamento son los de toda época que por la fe y la obediencia han llegado a ser hijos de Dios. Véase .1 Ped. 1:3-5.
--"reciban la promesa de la herencia eterna"; es decir, en realidad y de hecho. A esto se refieren "los bienes" del versículo Hebreos 9:11. El Espíritu Santo fue dado como "arras de nuestra herencia" (Efes. 1:14).
La muerte de Cristo puso el Nuevo Testamento en vigor, porque fue el precio de rescate del pecador (Hech. 20:28; Mat. 26:28). Los pecadores que aceptan los términos del testamento, reciben la salvación por herencia.
9:16-17 -- Estos dos versículos ilustran el punto presentado en el versículo 15: que era necesaria la muerte de Cristo para la remisión de pecados. Es una ilustración tomada de las leyes de toda nación civilizada, en cuanto a heredar y herencias y sirve para enfatizar la necesidad de la muerte de Cristo para ratificar o aprobar el Nuevo Testamento.
--"el testador". Cristo es el Mediador; también es el Testador. Dios le "constituyó heredero de todo" (Hebreos 1:2), y por eso todo le pertenece. Aunque todo procede de Dios, la herencia llega al llamado solamente por Cristo Jesús, el "heredero de todo". Es él quien hace heredar. Somos "coherederos con Cristo" (Rom. 8:17), si somos de los "llamados" que permanecen fieles.
El Nuevo Testamento no estaba en vigor durante la vida de Jesús, sino el Viejo. En su muerte en la cruz, Jesucristo puso fin al Viejo Testamento y ratificó su Nuevo (Col. 2:14).
9:18-20 -- Véase Ex. 24:1-8. En la inauguración del primer pacto fue necesaria la muerte. Esta sangre de animales era tipo de la de Cristo.
--"habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo". Lo mandado por Dios, según Éxodo capítulo 20 al 23, fue escrito en un libro, inclusive los Diez Mandamientos. (El tabernáculo todavía no había sido establecido). Debe notarse que los Diez Mandamientos eran parte del pacto que fue quitado para hacer lugar para el Nuevo.
Moisés, en Éxodo 24, no menciona, como lo hace el autor de esta epístola, la sangre de los machos cabríos, el agua, la lana escarlata e hisopo, ni que el libro fue rociado con la sangre con agua, etcétera. Como en el caso de las cuatro narraciones del evangelio (según Mateo, según Marcos, según Lucas, y según Juan), uno de los autores menciona algo que omite el otro, pero las omisiones no indican necesariamente discrepancias o contradicciones. Puede ser que los machos cabríos fueron incluidos en los "holocaustos" (Ex. 24:5), y seguramente fueron incluidos en la expiación anual (versículo 12 de este capítulo 9). La sangre para ser rociada era diluida con aguas corrientes y se empleaban para esto "grana e hisopo" ("lana escarlata e hisopo", dice la versión Moderna) (Lev. 14:4,6, etcétera; Ex. 12:22). En cuanto a la grana, compárese Isa. 1:18.
Si el autor de esta epístola no mencionó estas cosas según la información de alguna tradición judaica verdadera, entonces seguramente por inspiración divina supo estos detalles.
--"Esta es la sangre del pacto". Es semejante en expresión a 10:29; Mat. 26:28; 1 Cor. 11:25.
9:21 -- Véase Ex. 40. Esto sucedió como un año después de lo narrado en Ex. 24. Ex. 40 menciona solamente aceite, y no menciona sangre. Pero Lev. 8 suple los detalles no mencionados en Ex. 40. Véase en particular Lev. 8:15,24,30.
9:22 -- "Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre". Dice la versión Moderna, "casi todas las cosas son purificadas". La palabra griega panta aquí indica "todas las cosas". En cuanto a cosas purificadas (ceremonialmente), en casi todo caso se empleaba sangre. A veces se usaba fuego y agua (Núm. 31:22,23,24). Aun eran purificadas ceremonialmente con agua ciertas personas (Lev. 16:26,28). Véase versículo 10, comentarios.
--"y sin derramamiento de sangre no se hace remisión". Pero en cuanto al perdón de los pecados, la remisión de los pecados, era necesaria la sangre (y no agua o fuego). Véanse Lev. 17:11; Efes. 1:7:. 1 Jn. 1:7.
Algunos presentan a Lev. 5:11-13 como un caso en que se exceptúa esta regla. Al muy pobre, que no podía proporcionar la sangre de dos palominos o dos tórtolas, se le permitía ofrecer para expiación la décima parte de un efa de flor de harina. La flor de harina era aceptada como substituto por la sangre. Esto enfatiza lo necesario de la sangre para expiación. La flor de harina no remitía pecados, sino que era substituto de la sangre que sí remite (la de animales, simbólicamente, y la de Cristo en realidad).
9:23 -- "figuras". Véase Hebreos 8:5, comentarios.
--"Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así". Se hace referencia al tabernáculo terrenal con sus artículos. Tanto el Lugar Santo como el Santísimo fueron purificados simbólicamente con sangre (versículo Hebreos 9:21; Lev. 16:11-20).
--"pero las cosas celestiales mismas" incluyen la iglesia sobre la tierra y los redimidos en el cielo en la eternidad, que son el antitipo del tabernáculo mosaico.
--"con mejores sacrificios que estos". El cielo o habitación de Dios nunca ha necesitado ninguna purificación, pues nunca ha sido impuro (Apoc. 21:27). Quiere decir que el cielo ha sido hecho accesible al hombre pecador. Ha sido hecha posible la entrada al cielo. Ahora puede el hombre perdonado habitar el cielo con Dios. Un lugar santo se considera impuro o contaminado si entra en él un inmundo (pecador). Para que el pecador entre en el cielo puro, Cristo tuvo que entrar primero con el sacrificio de su muerte para hacer satisfacción, y luego puede entrar el pecador perdonado. Esto fue prefigurado por la entrada en el Lugar Santísimo del sumo sacerdote, para santificar el Lugar Santísimo con sangre, y así hacer aceptable el culto del pueblo a Dios. Por la sangre de Cristo la presencia de Dios en el cielo llega a ser el lugar de asamblea para Dios y su pueblo redimido.
La frase "mejores sacrificios" se refiere a la muerte de Cristo. La frase está plural porque la muerte de Cristo (el sacrificio de nuestro Gran Sacerdote) corresponde a los sacrificios plurales mencionados anteriormente en esta frase.
9:24 -- "Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano", en el Lugar Santísimo. Véanse 8:2; 9:1, comentarios.
--"figura del verdadero". En cuanto a la palabra "figura", la voz griega dice antitupos, o sea "antitipo". (Véase 8:5, comentarios sobre tupos). A Moisés se le mostró el tipo (tupos, Hech. 7:44; Heb. 8:5), modelo, o patrón, a seguir en la construcción del tabernáculo. Vino a ser, pues, el tabernáculo una copia ("antitipo") que correspondía a ese modelo ("tipo"). (La palabra antitipos se emplea dos veces en el Nuevo Testamento: en Heb. 9:24 y en .1 Ped. 3:21, donde el bautismo se llama un "antitipo". Corresponde al diluvio, que sirvió de tipo, porque como "ocho personas fueron salvadas por agua", versículo 20, el bautismo nos salva, (versículo 21). El punto en Heb. 9:24 es que el santuario mosaico correspondía (como copia) al patrón (tipo) celestial que le fue mostrado a Moisés en el desierto. Ahora, cuando nos referimos al Tabernáculo Celestial como el "antitipo", es porque corresponde espiritualmente al tabernáculo mosaico. La idea inherente en la palabra antitupos es la de "corresponder, ser una copia."
--"sino en el cielo mismo". Véanse versículos Hebreos 9:12; 4:14; 6:20.
--"para presentarse ahora por nosotros ante Dios". Como el sumo sacerdote levítico cada año entraba en el Lugar Santísimo para presentar su sacrificio en la "presencia" de Dios, manifestada sobre el arca (Lev. 16:2) (pues los judíos consideraban a Dios como sentado sobre el arca en el "trono de misericordia" -- véase 9:5, comentarios), así Cristo ha entrado en el cielo para procurarnos el perdón de los pecados por la presentación del sacrificio de sí mismo. Véanse Hebreos 7:25; Rom. 8:34.
9:25-26 -- Aunque hay puntos de semejanza entre los Sumos Sacerdotes, los hay también de diferencia: versículo 24, no ha entrado Cristo en el santuario mosaico, sino en el cielo mismo; versículo 25, no ha tenido que hacer el mismo sacrifico año por año, porque se ha sacrificado a sí mismo. El sumo sacerdote levítico tenía que repetir su sacrificio porque usaba sangre ajena (y de animal, versículo 12). El sacrificio de Cristo basta en el plan de Dios para perdonar a los de toda dispensación (Hebreos 2:10,14,15; 9:15; Jn. 1:29).
--"padecer muchas veces". Eran repetidos "muchas veces" los sacrificios levíticos porque eran de sangre de animales (Hebreos 10:4), cosa que no podía perdonar. El Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento es diferente en este aspecto de repetidos sacrificios, porque su propia sangre basta para perdonar. Decir que tenía él que hacer repetidos sacrificios implicaría repetidos padecimientos, cosa que es absurda.
--"la consumación de los siglos" = el tiempo en que las edades pasadas alcanzan su meta. Es el tiempo del Nuevo Testamento, los días que venían (Hebreos 8:8-12). Siendo el sacrifico de Cristo para todas las generaciones, la muerte de él en la cruz indicó la consumación de los siglos, o sea, el fin de los períodos antediluviano, patriarcal, y mosaico. Vivimos en la última dispensación. Compárese .1 Cor. 10:11.
--"una vez para siempre". Véanse Hebreos 7:27, comentarios.
--"por el sacrificio de sí mismo". Véanse Hebreos 1:3; 2:14; 7:27; 8:3; 10:10.
--"quitar de en medio el pecado". Véase versículo Hebreos 9:14.
9:27-28 -- Todavía se presenta la idea de contrastes, como en los versículos 24-26. El caso de Cristo es semejante al de la humanidad en general. El hombre vive y muere una sola vez y luego es juzgado. "Así también" (versículo 28) vivió en la carne Cristo, murió por el hombre (haciendo el sacrificio una sola vez, versículos Hebreos 9:25,26), y la Corte Suprema (Dios) invirtió, puso en reversa, la sentencia de los judíos incrédulos y de Pilato, aceptando su sacrificio y exaltándole a lo sumo (Fil. 2:9; Efes. 1:20-22;. 1 Ped. 3:22). La muerte no puede ocurrir muchas veces. El hombre muere una sola vez, y no muchas. Así con Cristo; murió una sola vez. Este versículo ilustra lo declarado en el 26 tocante a la singularidad de la muerte de Cristo. La muerte, el juicio y la reconciliación obrada por Cristo ¡son cosas que no se repiten!
--"está establecido para los hombres que mueran una sola vez". Véase Gén. 3:19.
--"así también Cristo fue ofrecido una sola vez". Si el hombre muriera más de una vez, habría necesidad de que muriera Cristo por él por cada vida en el pecado. Pero siendo que no es así el caso, no ha muerto Cristo sino una sola vez.
--"para llevar los pecados de muchos". Véase .1 Ped. 2:24.
--"aparecerá por segunda vez". El verbo griego jorao indica que será visto Jesucristo visiblemente cuando venga la segunda vez, como era visible en la primera venida, cuando vino a deshacer el pecado. Véanse Hech 1:11; Apoc. 1:7.
Salía el sumo sacerdote cada año del Lugar Santísimo y aparecía al pueblo que le esperaba (Lev. 16:17,23,24; compárese Luc. 1:9,10,21). Así vendrá Cristo del "cielo mismo" (versículo 24) a los que le esperan para salvación. Véanse .1 Cor. 1:7;. 1 Tes. 1:10; .2 Tim. 4:8; Tito 2:13.
HEBREOS 10
Resumen: En los primeros cuatro versículos el autor muestra por la repetición continua de los sacrificios la inhabilidad del sistema levítico para perfeccionar al hombre. Del 5 al 10 habla de cómo un cuerpo fue preparado para el Mesías, para que por él, crucificado en la cruz, fuera santificado el pecador. Este solo sacrificio bastó para proporcionar la remisión de pecados, versículos 11 al 18.
Siguen tres grandes exhortaciones, basadas en el hecho ya establecido; es a saber, que ha sido hecho el gran sacrificio suficiente, que no necesita repetición. Estas son: "acerquémonos", "mantengamos firme", y "considerémonos", versículos 19 al 25.
Entonces en seguida vemos la gran advertencia contra la apostasía. Terribles son las consecuencias de rechazar la expiación de Cristo Jesús, volviendo atrás al judaísmo, versículos 26 al 31.
Otra vez el autor exhorta a los lectores, y los anima, a fin de que continúen en la fidelidad, soportando las pruebas difíciles de la vida, para alcanzar por fin el gran galardón, versículos 32 al 39.
10:1 -- Este versículo se conecta con Hebreos 9:14.
--"Porque la ley" = toda la economía judaica.
--"teniendo la sombra". La palabra griega es skia. Véase Hebreos 8:5, comentarios. Una sombra promete la presencia cercana de la substancia, pero no es la substancia; nada más apunta a ella. La repetición continua de los sacrificios bajo la ley de Moisés indica la naturaleza insubstancial de la economía judaica.
--"de los bienes venideros". Véase Hebreos 9:11, comentarios.
--"no la imagen misma de las cosas". La palabra griega para "imagen" es eikon. Significa la substancia misma o la incorporación completa de la cosa. Aunque tenía la Ley una mera intimación, el evangelio tiene la presentación verdadera o de hecho de estos bienes. La Ley con sus sacrificios, representaba en general (como lo hace una sombra a la substancia que la proyecta) las bendiciones futuras que se tendrían después en el evangelio.
--"nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año". Se hace referencia a la expiación anual, Lev. 16, que sucedía en el décimo del mes séptimo. Esos sacrificios levíticos cumplieron el propósito de Dios de apuntar al gran sacrificio de Cristo en la cruz que había de venir. (Véase 9:23). Pero no podían "hacer perfectos" a los del pueblo judaico (ni a nadie).
--"hacer perfectos a los que se acercan". Véanse Hebreos 7:11, comentarios; Hebreos 9:9, comentarios. Hebreos 10:4 presenta la razón por qué no podía la Ley hacer perfecto a nadie. La Ley no podía salvar al creyente.
10:2 -- “De otra manera cesarían a ofrecerse.” No habría habido necesidad de repetir sacrificios con referencia a los mismos pecados. Un sacrificio completo y final no necesita repetición. El sacrificio de Cristo fue final y completo y por eso ocurrió una sola vez. Esta perfección y finalidad no se encuentra en sombras o figuras. Los sacrificios legales eran repetidos, cosa que era admisión del sentido de culpa en la conciencia del judío.
--"pues los que tributan este culto" son los que "se acercan" (versículo 1). Dice la versión Hispanoamericana, "los adoradores". En el griego es un participio, latreuontas, "los que adoran". La misma palabra aparece en Hebreos 9:14, en forma verbal, latreuein, y se traduce "servir", y significa rendir homenaje o servicio religioso.
--"limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado". La conciencia aquí significa el estar consciente de tener culpa debido al pecado. Compárese Hebreos 9:9.
10:3 -- "Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados". El propósito de la institución levítica de expiación era traer a la memoria del judío de año en año su culpa de pecado. Los sacrificios diarios (Ex. 29:38,39), semanarios (Núm. 28:9), mensuales (Núm. 28:11-15), y anuales (Lev. 23), no bastaban para hacer satisfacción verdadera y de hecho por el pecado. Aun después del sacrificio el día de la expiación anual, se confesaban los pecados de la nación sobre la cabeza del macho cabrío enviado a Azazel (removimiento, alejamiento, Lev. 16:20-26). Esto simbolizaba el echar Cristo nuestros pecados al olvido completo.
Bajo el primer pacto se hacía memoria de los pecados; bajo el nuevo, no son recordados más (8:12,13).
10:4 -- "Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados". Véase versículo Hebreos 10:11. No podía porque no hay relación entre la sangre de animales y la culpa moral del hombre. La sangre de animales solamente podía servir de sombra de la sangre de Cristo que en realidad quita el pecado y lo echa al olvido. No podía satisfacer la justicia de Dios ni purificar el corazón del hombre (Hebreos 9:9,10; compárese Miq. 6:7).
Los toros y los machos cabríos eran sacrificados el día de la expiación anual (Hebreos 9:7; Lev. 16).
10:5-7 -- Estos versículos son tomados del Sal. 40:6-8, en su sentido mesiánico.
--"Por lo cual". Dado que no podía quitar los pecados la sangre de animales, entró Jesucristo en el mundo para hacer el sacrificio necesario.
--"entrando en el mundo dice". Las palabras siguientes, tomadas del Sal. 40, son las de Cristo por la boca de David.
--"Sacrificio y ofrenda no quisiste". No quería Dios esas cosas como quiere la obediencia. (Véanse .1 Sam. 15:22; Sal. 51:16,17; Isa. 1:11-17; Jer. 6:20; 7:22,23; Amós 5:21-24; Miq. 6:6-8). Esos sacrificios en sí y solos no podían perdonar al pecador. Se requería un sacrificio más aceptable. Con referencia al Mesías, el sentido es que tales sacrificios no lograban el fin al cual fue enviado él al mundo. Fue logrado ese fin solamente por su obediencia "hasta la muerte" (Fil. 2:8). Esos sacrificios tenían su importancia típica, apuntando al gran sacrificio del Mesías, pero no eran un fin en sí. No satisfacían la justicia de Dios (versículo 4). No podían servir de base para la misericordia de Dios en redimir al hombre perdido. (Véanse versículo 8.9).
--"Mas me preparaste cuerpo." El autor aquí cita la versión de los Setenta, en lugar del texto hebreo (como ahora lo tenemos). Según el texto hebreo actual, se dice "has abierto mis oídos". Esta expresión significa hacer de uno un siervo obediente. (Compárese Isa. 50:5). El pensamiento expresado en hebreo en el Sal. 40 y aquí también en Heb. 10, es el de preparación para obedecer. El rescate del pecado no fue obtenido por medio de sacrificios de animales, sino por la obediencia de parte del Mesías a la voluntad de Dios. Un cuerpo fue preparado para Cristo ("participó de carne y sangre", Heb. 2:14), para que sirviera de instrumento con el cual el Mesías pudiera rendirle al Padre la obediencia perfecta (versículo 10).
La razón de por qué dice la versión de los Setenta "cuerpo", y la hebrea "oídos", presenta un problema difícil, aunque las dos expresiones conducen al mismo pensamiento de "siervo obediente". (Isa. 50:5 junto con Fil. 2:7,8). O da la versión de los Setenta el sentido correcto (en griego, y para la mente griega) de esa expresión en hebreo, o citaron los traductores de alguna versión hebrea diferente al texto actual en hebreo. El autor de esta epístola no hubiera usado el texto de la versión de los Setenta, para un punto tan significante, si no fuera el texto griego según el mismo significado de Sal. 40:6-8.
--"Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad". La frase, "he aquí que vengo" se refiere a la encarnación (versículo 5). (Véanse también Juan 16:28; 18:37; Mat. 18:11).
--"Como en el rollo del libro está escrito de mí". El pensamiento es éste: "Los sacrificios de animales no quitan el pecado. Por esto he venido yo en el cuerpo, para hacer tu voluntad y dar mi vida como sacrificio por el pecado. De esto testifican las Escrituras". Gén. 3:15 (juntamente con Gál. 3:16-18) apunta a la obra redentora de Cristo. La institución judaica de sacrificios presentaba en figura la obra expiatoria de Cristo. Moisés y los profetas apuntaban a Cristo, el Mesías (Jn. 5:46; Hech. 26:22). La venida del Mesías para morir por el hombre era el tema de los profetas del Antiguo Testamento (Mat. 5:17; Luc. 24:44; Jn. 5:39).
10:8-9 -- En estos dos versículos el autor enseña cómo ha de ser entendida la cita tomada del Salmo 40. Primero se presenta lo que no quiere Dios (como cosa final y completa), y luego lo que sí quiere, que es la obediencia de Cristo al morir en la cruz. Esto sí es final y completo. El sistema de sacrificios levíticos, aunque de institución divina y bueno para el propósito con que fue designado, era solamente preparatorio para el fin deseado. Cuando, pues, se cumplió su propósito especial, fue quitado lo temporario. (Véanse Hebreos 7:11,18,19, comentarios).
El versículo 8 presenta la inhabilidad de los sacrificios levíticos para quitar el pecado. El 9 muestra que, habiendo dicho el Mesías lo que no quiere Dios y lo que le agrada, entonces declara esto: que él mismo viene para hacer la voluntad de Dios tocante a la redención del hombre pecador.
--"Las cuales cosas se ofrecen según la ley". Eran legales, y agradables a Dios para servir el propósito de sombra y figura (Hebreos 8:5; 9:23; 10:1), pero no agradables para servir de realidad y substancia. Eran temporales y sirvieron su propósito divino hasta venir el Mesías y ofrecer su propia vida por el pecado del hombre.
--"lo primero" = en particular, los sacrificios y ofrendas y holocaustos y expiaciones de la Ley. (Los quita porque no tienen eficacia para quitar la culpa del pecado). En general la frase se aplica al Antiguo Testamento (7:12,18).
--"esto último" = en particular el hacer Cristo la voluntad de Dios. (Si lo primero hubiera tenido eficacia, no habría venido Jesucristo a morir por el hombre). En general la frase se aplica al Nuevo Testamento de Cristo Jesús.
En conexión con el versículo 9, véanse también Hebreos 7:12,18; 8:13; Gál. 4:24. Este solo versículo basta para refutar la herejía de los sabatistas. Véanse también los comentarios sobre Hebreos 7:12 y 9:18-20.
10:10 -- "En esa voluntad". Este versículo presenta el gran efecto de haber cumplido Cristo con la voluntad de Dios en su muerte en la cruz. Obtuvo nuestra santificación (el que fuéramos apartados del pecado). En virtud de la obediencia de Cristo a la voluntad de Dios, somos los cristianos santificados. Véase Fil. 2:8.
La frase "esa voluntad" apunta a la de Dios de que muriera Cristo por los hombres. Véase versículo 9. Denota el plan de salvación en el evangelio. La voluntad de Dios (y no la del hombre) es la base de la salvación.
--"somos santificados". Dice el texto griego, "somos los santificados". La palabra griega significa "apartar", "apartados". Los "santos" jaguioi, son los "santificados" eguiasmenoi, aquí referidos en este versículo. Véanse Hebreos 2:11; 10:14; 13:12; Jn. 17:19; Hechos 20:32; 26:18.
--"mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo". Véase versículo 5.
--"hecha una vez para siempre". Esta frase enfatiza el contraste entre lo completo del sacrificio de Cristo y la repetición de los sacrificios levíticos (versículo 11). Véase 7:27, comentarios.
10:11-12 -- Llegamos ahora al clímax de toda la argumentación. "Todo sacerdote está en pie diariamente" (dice la versión Hispanoamericana), pero "Cristo se ha sentado". Esto indica lo incompleto e insuficiente del sistema levítico, y lo completo y suficiente del sistema novo testamentario.
--"Y ciertamente todo sacerdote está". El tiempo presente aquí indica que todavía, aun después de establecido el Nuevo Testamento, y hasta el año 70 d. de J.C. (cuando fue destruida la ciudad de Jerusalén por los romanos), los sacerdotes judaicos ofrecían los sacrificios quitados. Véase Introducción, III, B.
--"día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios". Véanse Hebreos 9:9; 10:1.
--"que nunca pueden quitar los pecados". Véase versículo Hebreos 10:4.
--"pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre". El texto griego no dice Cristo, sino "éste" (sacerdote), contrastado con los levíticos. La versión antigua de Valera dice, "Pero éste". La Moderna dice, "empero éste". Y la Hispanoamericana dice, "pero aquél". No obstante, el contexto indica que la referencia se dirige a Cristo.
--"un solo sacrificio por los pecados" = "la ofrenda del cuerpo de Jesucristo" (versículo Hebreos 10:10).
--"se ha sentado a la diestra de Dios". Véase Hebreos 1:3, comentarios. Ya que ha obtenido eterna redención (Hebreos 9:12), se ha sentado a la diestra de Dios. Todavía es nuestro Sumo Sacerdote (Hebreos 4:4; intercede por nosotros (Hebreos 7:25), y nos socorre (Hebreos 2:18; 4:16).
10:13 -- "de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies". Se refiere el autor de nuevo (1:13) a Sal. 110:1. Véase también 1 Cor. 15:25,26. Estos "enemigos" son el diablo, el imperio de la muerte (2:14), y todo oponente de Cristo (Mat. 12:30). Todos serán sujetados a él, ya sea por obediencia voluntaria al evangelio en esta vida, ya por su poder castigador en el Juicio Final (2 Tes. 1:7-10; Fil. 2:10,11).
10:14 -- Compárense Hebreos 9:26 y Hebreos 10:12.
--"porque con una sola ofrenda" = su muerte en la cruz. Es una ofrenda completa. No necesita repetición. Es suficiente para los pecados del mundo.
--"hizo perfectos". Véase Hebreos 7:11, comentarios. Esto se conecta con todo lo que se presenta en esta epístola, tocante a la perfección, al "teleiósis". El "telos" (o sea, la meta o fin) no fue alcanzado por el sistema levítico. Cristo, con una sola ofrenda, lo alcanza. Considérense los textos en que aparece la forma verbal de esta palabra (Hebreos 2:10; 5:9; 7:19,28; 9:9; 10:1,14; 11:40; 12:23), el sustantivo de la palabra (Hebreos 6:1; 7:11; 12:2 "consumador"), y el adjetivo comparativo (Hebreos 9:11).
--"para siempre". Este estado de perfección (de no faltar nada para el perdón de los pecados) en Cristo es permanente.
--"a los santificados". Véanse versículo 10, comentarios; versículo 29.
Cristo ha provisto todo cuanto necesita el hombre pecador. No le falta nada. No necesita más expiación. Esta perfección o plenitud en Cristo hace que sea fútil e impropio el retroceder al judaísmo.
10:15-17 -- ¡Las Sagradas Escrituras son el testimonio del Espíritu Santo! (Véanse Hebreos 3:7; 9:8). El autor apela otra vez (Hebreos 8:8-12) a Jer. 31:33,34 para probar por las Escrituras del Antiguo Testamento (inspiradas por el Espíritu Santo) que aun bajo el Primer Pacto era el plan de Dios que recibieran el perdón de sus pecados los santificados por el sacrificio (solo, final y completo) de Cristo Jesús. Ahora, los lectores tenían que rechazar al profeta Jeremías, al rechazar la suficiencia y finalidad de él.
--"lo mismo" = lo afirmado en los versículos Hebreos 10:12-14; es a saber, que Cristo ha alcanzado la perfección, o consumación, necesaria por medio de la ofrenda de sí mismo en la cruz. Así Dios, en su justicia, ha podido extender al hombre su misericordia, perdonando al pecador. El Espíritu Santo (por Jeremías) profetizó esto, diciendo que Dios no se acordaría más de los pecados y transgresiones. Así atestiguó el Espíritu Santo a lo dicho en los versículos 12-14 de este capítulo.
10:18 -- "Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado". Este versículo finaliza el argumento presente: habiéndonos alcanzado Cristo el perdón de los pecados, ya no hay más ofrenda por el pecado, ni necesidad de más. La gran necesidad del hombre pecador ya está proporcionada, ya satisfecha, ya suplida. Es superior el Nuevo Testamento sellado por la sangre de Cristo al Antiguo Testamento sellado por la sangre de sacrificios repetidos de animales.
Este versículo expone la falsedad de la doctrina católica romana del Sacrificio de la Misa. ¡No es sacrificado Jesús de nuevo cada vez que se celebra la llamada Misa! Si fuera sacrificado así de día en día, estaría sufriendo diariamente (Hebreos 9:26). Y no ayuda decir que la Misa es un sacrificio sin sangre (o sea, una mera representación), pues "sin derramamiento de sangre no se hace remisión" (Hebreos 9:22).
10:19 -- El autor ya terminó la parte "doctrinal" (o de argumentación) de su epístola y ahora continúa la parte exhortatoria dejada al final del capítulo 6. En los capítulos del 1 al 3, y del 7 al 10, probó el autor su afirmación de que es superior Cristo a los ángeles, y a Moisés, que su sacerdocio es superior al levítico, y que el sistema levítico de sacrificios era imperfecto mientras que su propio sacrificio alcanza la perfección necesaria. Ahora pasa a las exhortaciones basadas en estas grandes verdades.
--"Así que, hermanos, teniendo libertad". Dice la versión Hispanoamericana, "confianza". La palabra griega es parresia. Aparece en el versículo Hebreos 10:35; 3:6 y 4:16. La frase griega dice literalmente así: "teniendo confianza para (o, tocante a) la entrada al Lugar Santísimo".
Antes de morir Cristo por los hombres, no había acceso al trono de gracia de Dios. Pero ahora sí hay entrada. Todos pueden hacer uso de esa entrada con confianza, o libertad, para entrar en el cielo.
--"para entrar en el Lugar Santísimo". Véanse Hebreos 8:2 y Hebreos 9:1, comentarios sobre "santuario". Compárese Hebreos 9:12.
--"por la sangre de Jesucristo", que es el medio por el cual tenemos acceso al cielo. Entró en el cielo Cristo una vez, con su propio sacrificio (Hebreos 9:24-26), y a causa de esto podemos tener confianza tocante a entrada al cielo.
10:20 -- Una traducción literal de los versículos 19 y 20 ayudará al lector a ver el significado de las diferentes frases en el versículo 20. "Teniendo, pues, hermanos, confianza tocante a la entrada del Lugar Santísimo, por medio de la sangre de Jesús, la cual (entrada) él nos inauguró, (como) un camino nuevo y vivo, a través del velo, esto es, de su carne..."
--"por el camino nuevo y vivo que él nos abrió". Más bien, "nos inauguró". La misma palabra, egkainidzo, se emplea en Hebreos 9:18, donde dice la versión Hispanoamericana, "inaugurado". Esta palabra griega quiere decir, "dedicar, iniciar, innovar, instituir como nuevo". Cristo nos inauguró esta entrada al cielo, que es un camino nuevo y vivo. Lo hizo cuando entró, como Sumo Sacerdote, en el Santuario Celestial.
La palabra traducida "nuevo" significa reciente. (Compárese el adverbio correspondiente a esta palabra, que aparece en Hech. 18:2, "recién"). Este camino al cielo fue nuevamente hecho posible por el Nuevo Pacto de la gracia de Dios. Se llama "vivo" también, contrastándose así con el camino muerto (falto de vida) y puramente simbólico que servía para entrar en el Lugar Santísimo del Viejo Pacto. Es un camino caracterizado por tener vida, pues conduce a la vida eterna; y Cristo, quien es este camino, es la vida (Jn. 14:6).
--"a través del velo". Véase 9:8, comentarios. El segundo velo (Hebreos 9:3) servía de entrada al Lugar Santísimo e impedía la entrada en él de los judíos en general. Ahora, podemos entrar por ese velo al "Lugar Santísimo" porque fue rasgado para beneficio nuestro en la cruz de Cristo. En virtud de su muerte, podemos entrar en el cielo. El Cristo crucificado es el "velo de entrada". Dice él, "nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6); es decir, sino por mi sangre, mi muerte, mi velo.
--"esto es, de su carne"; es decir, su cuerpo crucificado.
10:21 -- "y teniendo un gran sacerdote". Tenemos dos cosas: la confianza tocante a entrada, y un gran sacerdote. Véanse Hebreos 4:14; 7:25; 10:11,12. Como Melquisedec, Cristo se sienta en su trono como Sacerdote (capítulo 7).
--"sobre la casa de Dios". Véase Hebreos 3:6 y .1 Tim. 3:15. La casa de Dios es la iglesia, o pueblo, de Dios. Véase Hebreos 3:2, comentarios. La "casa de Israel y la casa de Judá", en Hebreos 8:8, viene siendo aquí en Hebreos 10:21 "la casa de Dios". Véase Hebreos 8:8, comentarios.
10:22 -- "acerquémonos". La misma palabra griega se emplea en Hebreos 4:16; 7:25; 11:6. ¿Acercarnos a qué? A Dios y a su trono de gracia (en oración y culto y servicio), y finalmente al cielo mismo (después de la resurrección). Pero tenemos que hacerlo según las condiciones que siguen.
--"con corazón sincero", libre de toda hipocresía y profesión exterior.
--"en plena certidumbre de fe", libre de dudas (Sant. 1:6) respecto a Dios y a sus promesas, creyendo que Dios nos aceptará en virtud de la muerte de Cristo. La fe produce esta plena certidumbre.
La palabra griega, traducida "plena certidumbre", aparece en Hebreos 6:11 y .1 Tes. 1:5.
--"purificados los corazones de mala conciencia". Para esta frase, y la siguiente ("lavados los cuerpos con agua pura"), doy las versiones Hispanoamericana y Moderna: "rociados como han sido los corazones y limpios de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura"; "teniendo los corazones rociados, para limpiarnos de una mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura". literalmente dice el texto griego así: "habiendo sido rociados en cuanto a los corazones de conciencia mala, y habiendo sido lavados en cuanto al cuerpo con agua pura". El autor emplea la idea de rociar y lavar, basándose en las prácticas simbólicas bajo la ley de Moisés. Nótense ahora Hebreos 9:9,13,14; 12:24. En cuanto al rociamiento levítico, véanse Ex. 24:8; 29:20,21; Lev. 8:30.
Ningún hombre puede acercarse a Dios consciente de tener la culpa del pecado en su vida. Pero la sangre de Cristo nos quita el pecado (1 Jn. 1:7,9). Esto nos de la confianza para acercarnos a Dios (1 Jn. 3:21). En .1 Ped. 1:2, vemos la expresión, "para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo". Literalmente dice el texto griego, "para obediencia y rociamiento de la sangre de Jesucristo". La obediencia es la parte humana, y el rociamiento de la sangre de Cristo es la divina, en el plan de salvación. Aquí Pedro alude a Ex. 24:8, porque bajo el Nuevo Testamento a los del pueblo de Dios es a quienes se aplica la sangre de Cristo. Véase Heb. 9:18-20, comentarios.
En cuanto a la "conciencia", véanse Hebreos 9:9,14 y Hebreos 10:2. Significa el estar consciente de tener culpa de pecado.
--"lavados los cuerpos con agua pura". Se refiere al bautismo en Cristo (Hech. 22:16; Efes. 5:26; Tito 3:5). En cuanto al lavamiento levítico, véanse Ex. 29:4; 40:12; Lev. 8:6; 16:4.
El cristiano es totalmente santificado o apartado (en cuerpo y corazón) para servir a Dios (Rom. 12:1), y rendirle culto (Jn. 4:23,24). Tiene que estar completamente limpio para acercarse a Dios ahora en culto y servicio, y para entrar en el cielo en la resurrección de los muertos.
10:23 -- "Mantengamos firme". La palabra griega es katecho. Se emplea en Hebreos 3:6,14. Véase también Hebreos 4:14, donde aparece la palabra krateo.
--"sin fluctuar". Aquí el texto griego emplea la palabra aklines, que es un adjetivo predicado, que significa "no inclinado". Se aplica a "profesión". La idea es, pues, "mantener no inclinada la profesión". La tentación para los hermanos hebreos era inclinar esa profesión hacia atrás; o sea, hacia el judaísmo. La exhortación aquí es a no hacerlo. Véase versículo Hebreos 10:35. Se le exhorta no dejar que sea movida esa profesión por persecución (versículo Hebreos 10:32-34), ni por cualquier tentación, atracción o argumentación judaica.
--"la profesión". La palabra griega (jomologuia = "misma palabra") (véase 4:14, comentarios) en su forma verbal quiere decir concordar con la declaración de otro. Aquí se aplica a que concuerde el cristiano con la declaración del Nuevo Testamento respecto al sacrificio del Mesías. La fe (versículo Hebreos 10:22) y la confesión (versículo Hebreos 10:23) siempre van juntas (Rom. 10:9,10).
--"de nuestra esperanza". Véanse versículo Hebreos 10:34; 6:18,19, comentarios.
--"porque fiel es el que prometió". Dios no varía, no cambia, después de prometer (Hebreos 11:11; Isa. 65:16, "el Dios de verdad"; Núm. 23:19; Deut. 7:9;. 1 Cor. 1:9; Rom. 11:29;. 1 Tes. 5:24; Tito 1:2). Compárense .1 Cor. 10:13; .2 Tim. 2:11-13. ¡Cuán grande es esta incitación a ser fieles hasta la muerte! ¡Dios promete y cumplirá!
10:24 -- "Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor". Otra exhortación (versículo 22,23): la de no ser egoístas (Fil. 2:4), sino contribuir a la fuerza espiritual de otros. Otros son influidos por nuestra conducta (en palabra y en hecho), sea buena o mala. El Nuevo Testamento demanda el cuidado mutuo del uno por el otro, para estimular al amor y a las buenas obras. Esto contribuye mucho a la perseverancia y fidelidad de todo hermano. El cristiano verdadero no es indiferente a las necesidades espirituales de su hermano.
--"y a las buenas obras". Véase Mat. 5:16. Las "buenas obras", en la cuales debemos andar, son las preparadas por Dios para nosotros (Efes. 2:10). ¡No es buena obra lo que carece de autorización novo testamentaria, no importa lo bueno que parezca al hombre! ¡Ningún proyecto antibíblico puede ser justificado meramente por ser considerado una "buena obra."
10:25 -- La persecución y la oposición en general desanimaba a muchos hermanos hebreos y causaba que dejaran de congregarse con los santos para culto público. Esto era pecaminoso. El reunirse contribuye a la estimulación mencionada en el versículo anterior. El Nuevo Testamento menciona mucho a la asamblea pública (Hech. 2:42; 20:7; .1 Cor. 14; 16:1,2; Sant. 2:2).
--"no dejando". El mismo verbo se emplea en 13:5 (dejaré).
--"de congregarnos", o reunirnos. El texto griego emplea aquí el sustantivo episunagogue, que significa el reunirse en un solo lugar. Esta es la cosa que no se debe dejar. Se emplea esta palabra también en .2 Tes. 2:1. Nuestra reunión con Cristo en el día final depende mucho de nuestras reuniones públicas como iglesias locales ahora. La una cosa es preparatoria para la otra. Este acto de reunirse en asamblea se aplica a todas las reuniones de la iglesia local (siendo esto posible) y ¡no solamente a una sola en particular!
--"como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca". Los hermanos hebreos, a los cuales escribió el autor esta epístola, veían acercarse algún día (evento) terrible. No tuvo el autor que explicar a cuál día se refería. El ver acercarse ese día debía de haber servido de gran ánimo para ser fieles (no dejando las reuniones), en lugar de ser más y más indiferentes y negligentes. Puede ser que se refiere el autor al día de la destrucción de Jerusalén, cosa que iba a acontecer en esa generación (Mat. 24:34), y que era de gran interés para ellos. El tener qué huir a los montes (Luc. 21:20,21), y las demás calamidades en la tierra (Luc. 21:23), demandarían de los hermanos gran determinación espiritual y fidelidad, para no ser vencidos. Les convenía por eso seguir reuniéndose para exhortación en sus ejercicios espirituales. Véase versículo Hebreos 10:37.
Si el "día" de este versículo se refiere al final, a la segunda venida personal de Jesucristo, entonces el punto es éste: Seamos fieles y perseverantes, no dejando de reunirnos y de exhortarnos, porque cada día nos trae más cerca del día final (Rom. 13:11), cuando daremos cuenta a Dios. Ahora, si nos apartamos de la fe, en ese día seremos condenados.
10:26 -- Sobre los versículos Hebreos 10:26-29, véase Hebreos 6:4-6, comentarios.
--"Porque si pecáremos". El contexto muestra que el autor se refiere a la apostasía voluntaria al judaísmo. Véase versículo 29. No se trata en este pasaje algún pecado de ignorancia o de omisión o de debilidad. Las versiones Hispanoamericana y Moderna dicen, "Si pecamos". El tiempo presente en el griego aquí indica una acción continua, y no un solo acto. Literalmente dice el texto griego, "Si seguimos pecando voluntariamente". Se indica, pues, una condición espiritual, la cual va descrita en el versículo 29. El pecado de este contexto es el de apostatar de la fe y volver al judaísmo. A este mismo pecado se refieren Hebreos 2:1; 3:7,8; 6:4,5, y el pasaje presente.
--"voluntariamente". La palabra griega ekousios. Se encuentra solamente aquí y en .1 Ped. 5:2.
--"después de haber recibido el conocimiento de la verdad". Véase Hebreos 6:4, "una vez fueron iluminados". La apostasía del que aquí va descrito no era el resultado de alguna decisión de momento, sino una determinada. Las personas aquí tratadas son "adversarios" (versículo 27). Son apóstatas deliberados.
--"ya no queda más sacrificio por los pecados". Al abandonar su profesión de fe en el sacrificio de Cristo, ya no quedaría más sacrificio que les quitara su pecado. No ha de ser repetido el sacrificio de Cristo por el pecado, y por eso si se rechaza ese sacrificio, no tiene salvación el que lo hace.
10:27 -- "Sino una horrenda expectación de juicio". No les espera a tales apóstatas otro sacrificio, sino solamente la ira justa de Dios. Como el fuego consume a lo que quema, así Dios destruirá (castigará, versículo Hebreos 10:29) a tales apóstatas.
--"y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios". "Ardor de fuego", dice la versión Moderna. No dice el texto griego meramente "fuego", sino literalmente celo de fuego, dzelos. Se presenta el castigo de Dios como un fuego vivo, que con celo extiende sus llamas a consumir. Compárense Sal. 79:5; Ez. 36:5; Sof. 1:18. Véanse también 12:29; Lev. 10:2; Núm. 16:35; .2 Tes. 1:7,8.
10:28 -- "El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente". Véase Deut. 17:2-7 (apostasía a la idolatría). El apóstata bajo el Antiguo Testamento no tenía perdón; mucho menos el bajo el Nuevo. Véanse también Deut. 13:6-10; Núm. 15:30-36. No dice el autor que todo transgresor o pecador bajo la ley de Moisés tuvo que ser muerto irremisiblemente, sino el que rechazaba la ley de Moisés, o la menospreciaba (como lo hacía el apóstata). Dice la versión Hispanoamericana, "Si uno que ha menospreciado la ley de Moisés ..." Dice la Moderna, "Aquel que ha desechado la ley de Moisés ..."
10:29 -- Luc. 12:47,48 presenta la lección aquí aplicada. Al que recibe mucho, mucho se le demandará. Si el apóstata bajo el Antiguo Testamento sufrió la muerte física, mucho más severo (que la muerte física) será el castigo del apóstata bajo el Nuevo, y aquí descrito en este versículo. Las tres frases que siguen en este versículo describen la naturaleza de la apostasía bajo consideración.
--"mayor castigo". Hay castigo que es mayor que la muerte física. ¡Los Testigos de Jehová enseñan al contrario! Es la eterna perdición (2 Tes. 1:9), el castigo eterno (Mat. 25:46).
--"pisoteare al Hijo de Dios". Esta es una expresión para indicar desprecio y condenación. Para una ilustración, véase Mat. 7:6.
--"inmunda" = común, no sagrada. La palabra griega es koinos. Tener la sangre de Cristo por común es negar su eficacia para perdonar a pecadores. Si la sangre de Cristo era común, y no divina, se seguía que fue la sangre de cualquier criminal.
--"la sangre del pacto". Véase Hebreos 9:20. El apóstata había sido "rociado" por esta sangre (véase versículo 22, comentario).
--"en la cual fue santificado". El apóstata había sido cristiano. Véase Hebreos 6:4, comentario, primer párrafo.
--"e hiciere afrenta al Espíritu de gracia" = insultar, reprochar, al Espíritu Santo, después de haber sido "hechos partícipes del Espíritu Santo" (Hebreos 6:4). Esto fue hecho por medio de rechazar la obra, las palabras, y la predicación (por hombres inspirados) del Espíritu Santo.
Este versículo Hebreos 10:29 presenta las tres personas en la Deidad: Dios, el Hijo, y el Espíritu Santo. La acción del apóstata aquí descrita es tal como se hace a personas. El Espíritu Santo es una persona.
10:30 -- "Pues conocemos al que dijo", que es un Dios de Verdad. Cumplirá con su palabra, sea para bendecir, o para castigar en justicia.
--"Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor". Es citado de Deut. 32:35, y usado por Pablo en Rom. 12:19. La palabra "venganza" viene de la griega ekdikesis; literalmente, "de justicia". Dios no castiga en un sentido de cobrar una injuria personal, sino en uno de hacer justicia. Considérense. 2 Tes. 1:8;. 1 Ped. 2:14, "castigo"; más bien, "venganza" (ekdikesis). Toda injusticia merece castigo. El Dios justo castigará. Esta es la "venganza" aquí referida en Heb. 10:30. La palabra griega no lleva la idea que hoy en día se adhiere a la palabra "venganza"; a saber, la de retornar mal por mal como consecuencia de haber recibido injuria personal.
--"Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo". Véanse Deut. 32:36; Sal. 135:14. Tan justo es Dios que no dejará pasar los pecados de su propio pueblo. ¡Todo apóstata será castigado!
Aquí, como en otros muchos pasajes bíblicos, la palabra "juzgar", krino, lleva el sentido de juzgar por sujetar a castigo.
10:31 -- "horrenda". Este adjetivo se empleó en el versículo Hebreos 10:27.
--"caer en manos" ¡para ser castigado! El contexto trata de apóstatas. Es para él horrenda cosa caer en manos del Dios vivo (y por lo tanto poderoso y enérgico para llevar a cabo sus amenazas) para ser castigado.
Compárense Hebreos 12:29; Mat. 10:28; Luc. 12:4,5. Dios es amor, sí, pero no es solamente amor. ¡Hay que apelar al temor en el hombre, como muchas veces lo hicieron Jesucristo y los autores inspirados del Nuevo Testamento!
El caso en .2 Sam. 24:14 no es paralelo a éste. David no era apóstata. Fue para corrección, y no para castigo eterno, que escogió caer en mano de Jehová, en lugar de en la del enemigo.
10:32 -- El autor deja de advertir contra la apostasía y comienza a dar una palabra de aliento, recordando a los lectores de sus luchas anteriores en las cuales mostraron gran fe y determinación. Recordando esto, y la ayuda de Dios que les había sido dada en ellas, tendrían ánimo para soportar las circunstancias actuales.
Después de advertir en el capítulo 6, les animó (Hebreos 6:9-12). Ahora en este capítulo hace lo mismo.
--"Pero traed a la memoria los días pasados". Se refiere al tiempo después de su conversión, cuando sufrieron mayores persecuciones y aflicciones que ahora.
--"después de haber sido iluminados". Véanse versículo Hebreos 10:26; 6:4. Compárense .1 Cor. 2:10; Gál. 1:16.
--"sostuvisteis gran combate de padecimientos". Compárense Hech. 8:1-3; 12:1-3.
10:33 -- Considérese .1 Tes. 2:14,15.
--"por una parte, ciertamente, con vituperios". Los vituperios eran persecuciones verbales, siendo ellos falsamente acusados y representados malignamente. Esta palabra en griego es oneidismos y se emplea en Hebreos 11:26; 13:13; Rom. 15:3; .1 Tim. 3:7.
--"y tribulaciones"; del griego, thlipsis, que significa una presión o peso que tiende a tumbar el espíritu o ánimo del hombre.
--"fuisteis hechos espectáculo". La versión Hispanoamericana dice, "siendo expuestos a la vergüenza pública". La Moderna dice, "siendo hechos el hazmerreír de las gentes". El texto griego dice theatridzomenoi. De la raíz de esta palabra tenemos "teatro". Considérense Hech. 19:29 y .1 Cor. 4:9, donde aparece la palabra griega theatron, "teatro" y "espectáculo".
--"llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante". Tuvieron comunión con los perseguidos, aliviando sus sufrimientos según pudieron (versículo Hebreos 10:34). Compárese Fil. 3:10, en cuanto a tener comunión con los que sufren.
10:34 -- "Porque de los presos también os compadecisteis". Compárese Hebreos 6:10. Véase Hebreos 13:3. "Compadecerse" es la traducción aquí de la palabra griega sunpatheo. Se emplea aquí y en 4:15. De esta palabra griega tenemos "simpatizar".
--"y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo". Véase Hech. 5:41. Esta fue una gran evidencia de su fe genuina. Nótese Fil. 4:13. Las posesiones materiales no han de compararse con las celestiales. Nótese Fil. 3:7,8.
--"sabiendo que tenéis en vosotros". Mejor es la versión Hispanoamericana, "vosotros mismos tenéis", y la Moderna, "tenéis para vosotros mismos". Es cuestión de manuscritos.
--"una mejor y perdurable herencia en los cielos". La frase "en los cielos" no aparece en muchos manuscritos (véase la versión Hispanoamericana), pero es evidente que allí esperan dicha herencia (1 Ped. 1:4).
La versión Moderna dice "posesión" en lugar de "herencia". La palabra griega es juparcsis, y se emplea aquí y en Hech. 2:45. La palabra "bienes" en este versículo es de la misma palabra griega, nada más que en forma verbal (Mat. 6:20).
10:35 -- Habiéndose portado tan valientemente en tiempos anteriores, ya no debían echar de sí, o desechar, su confianza, como soldados cobardes que abandonan sus escudos y huyen, porque esta confianza tiene gran recompensa si la retenemos firme hasta el fin (véase 3:6). Semejante admonición es dada en el versículo 23.
--"No perdáis, pues, vuestra confianza". (Véase versículo Hebreos 10:19, comentarios).
--"que tiene gran galardón". Dice la versión Hispanoamericana, "recompensa"; y la
Moderna, "remuneración". Es interesante la palabra griega en este caso; es misthapodosia. Se compone de tres partes: misth-apo-dosia. misthos quiere decir "sueldo"; y apodidomi quiere decir "entregar". Así vemos que la palabra compuesta significa "pagar el sueldo que se debe". ¡Valiosa, pues, es esta confianza! Nos traerá la remuneración, o recompensa, en el día final. La misma palabra se emplea en Hebreos 2:2 y Hebreos 11:26. Otra forma de esta misma palabra compuesta se encuentra en Hebreos 11:6, "el que paga el sueldo" ("remunerador", dice la versión Moderna).
10:36 -- "porque os es necesaria la paciencia". Véase Rom. 5:3-5; Sant. 1:2-4; 2 Cor. 6:4. La palabra "paciencia" se traduce de jupomone, que literalmente quiere decir "permanecer bajo". La idea aquí es la de permanecer bajo las pruebas y tribulaciones, en lugar de renunciar la fe en Cristo para evitar tales aflicciones. (En esta conexión, considérese Hebreos 12:7,8).
La paciencia es activa cuando persevera en bien hacer (Rom. 2:7), en dar fruto (Luc. 8:15), o en correr la carrera que tenemos por delante (Heb. 12:1). Es pasiva cuando soporta o sufre toda clase de oposición (Rom. 12:12; Sant. 1:12; Luc. 21:19).
--"para que habiendo hecho la voluntad de Dios", en cuanto a sufrir aflicciones y pruebas de nuestra fe con toda paciencia, en particular, y ser obedientes, en general.
--"obtengáis la promesa"; o sea, la cosa prometida, que es la vida eterna, o galardón (versículo 35). Véase 6:15, comentario.
10:37-38 -- Adapta aquí el autor las palabras de Hab. 2:3,4. La lección, tanto en Habacuc, como en Hebreos, es que Dios seguramente vendrá en juicio contra sus enemigos (los Caldeos en Habacuc, y los judíos incrédulos en Hebreos) en el tiempo apropiado (según los planes de Dios), y aunque los arrogantes serán castigados, los justos (por fe) vivirán.
--"vendrá". Véase versículo 25, comentarios. Probablemente la "venida" a que se refiere aquí es la providencial de Cristo para destruir a Jerusalén. Era un evento cercano (70 d. de J. C.) que fue precedido por muchas persecuciones para los cristianos (Luc. 21:12-19). Se les exhortaba ser pacientes en estas persecuciones temporarias (Lucas 21:19), porque cuando "viniera" el Hijo de Hombre para destruir a Jerusalén (Lucas 21:27), ellos tendrían "redención" de esas persecuciones (Lucas 21:28), pues la caída y destrucción de Jerusalén puso fin a ellas.
Si esta epístola fue escrita en 63 d. de J.C. (véase Introducción, III), el evento referido arriba sucedió siete años después de haberse escrito.
El punto de este pasaje, pues, es que no era remoto el tiempo de su rescate de la persecución y las pruebas. La historia secular registra cómo huyeron de Jerusalén los cristianos (según mandato de Cristo, Luc. 21:21) y escaparon así de la destrucción que vino sobre los judíos incrédulos.
Si esta "venida" (como el "día" que "se acerca", versículo Hebreos 10:25) se refiere a la segunda venida personal de Cristo en el día final, entonces la exhortación sigue siendo la misma, pues es breve el tiempo de prueba comparado con el de la recompensa (la vida eterna), y así relativamente es "pronto" que volverá Cristo. Compárese .1 Cor. 7:29.
--"Mas el justo vivirá por fe". Véase Hab. 2:4. Esto también se cita en Rom. 1:17 y Gál. 3:11. ¡La fe es esencial para salvación! ¡Cuando nos deja la fe, nos deja también la vida espiritual! El objeto del autor es persuadir y animar a los hermanos hebreos a no apostatar, sino ser fuertes en la fe, confiando en Dios para la salvación eterna. El que continúa en "plena certidumbre de fe" (v. Hebreos 10:22) vivirá, porque es en la base de fe que el justo vive.
--"Y si retrocediere, no agradará a mi alma". Véase Hebreos 6:4-8. Si el hombre justo, que vivía por fe, retrocede, o se retira de la fe (en Jesucristo), entonces esto no le agradará a Dios. El renegado no llevará consigo el “galardón” (versículo Hebreos 10:35).
10:39 -- Véase Hebreos 6:9.
--"Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición". ¡Hay quienes lo hacen! Los calvinistas creen al contrario. Véase 6:6, comentario sobre "recayeron". Sí podemos caer de la gracia y ser perdidos.
--"sino de los que tienen fe para preservación". La palabra griega peripoiesis, aquí traducida "preservación", significa poseer, ganar, adquirir, alcanzar. Aparece en .1 Tes. 5:9 y en .2 Tes. 2:14, donde se traduce "alcanzar". Por la fe continua el justo alcanza, o gana, su vida. Esta es la vida eterna.
--"del alma". Aunque aquí los traductores dicen "alma", traducen la misma palabra (psuche) "vida" en Mat. 10:39; 16:25, 26. Es por la fidelidad (fe) hasta la muerte, soportando toda clase de prueba y aflicción, que el hombre justificado por Dios, gana su vida. Retroceder es perder la vida.
HEBREOS 11
Resumen: El capítulo 10 termina, exhortando a los lectores a perseverar en la fe, como el único medio de evitar la apostasía y la perdición subsecuente. Ahora este capítulo describe la naturaleza y los triunfos de la fe. Siendo hebreos los lectores, el autor apunta a las Escrituras del Antiguo Testamento que narran eventos en las vidas de los antiguos, de la dispensación patriarcal y la mosaica, los cuales ilustran la necesidad de la fe para agradar a Dios y recibir buen testimonio de él. ¡En toda época la fe ha sido el medio por el cual el hombre ha agradado a Dios y por fin recibirá la vida eterna! La fe es el poder que hace vencer al mundo (1 Jn 5:4).
11:1 -- Esta es la definición bíblica de la fe.
--"Es, pues, la fe la certeza". "Sustancia", dice la versión antigua de Valera, y la Hispanoamericana. "Seguridad", dice la Moderna. La palabra griega es jupostasis. Se emplea en Hebreos 1:3 ("sustancia") y en Hebreos 3:14 ("confianza"). Los otros dos textos donde aparece son .2 Cor. 9:4; 11:17. Está compuesta de dos partes: jupo = bajo, y stasis = estar, o pararse. Literal y primariamente quiere decir lo que sostiene como fundamento. La fe es, pues, la confianza firme y bien basada respecto a los objetos de la esperanza. La fe da sustancia a lo que se espera y no se ve todavía.
--"de lo que se espera" = las bendiciones espirituales ahora y en el futuro, en el cielo.
--"la convicción", de la palabra griega elegkos, que aparece solamente aquí y en .2 Tim. 3:16 ("redargüir"), ("reprensión", versión Moderna). Quiere decir una prueba o demostración de alguna proposición, y luego convicción o persuasión. Se traduce "reprensión" en .2 Tim. 3:16, porque la Palabra de Dios es una prueba que convence al pecador de su culpa.
--"de lo que no se ve", de tiempo pasado (por ej., versículo 3), presente o futuro. En particular se refiere la frase a la existencia de Dios, del cielo y de las glorias prometidas tocante a la resurrección de los muertos y la vida eterna.
La fe es un argumento convencedor para la mente. No es buen argumento, o prueba, toda fe, pues la fe en todo caso depende de la evidencia. Pero la fe del cristiano se basa en las evidencias incontrovertibles y abundantes de la Palabra de Dios (Rom. 10:17). Ahora si es falsa la Biblia, es falsa nuestra fe en las cosas no visibles. Pero los ataques de los incrédulos a través de los siglos no han podido destruir la veracidad de la Biblia.
Muchos tiene "fe," pero no en la verdad. Eva creyó a Satanás, quien le engañó con una mentira ("no morirás"). Presentó él una mentira como si fuera la verdad. De igual manera muchos creen una mentira hasta la fecha (2 Tes. 2:11). Sin la fe (en cualquier campo de creencia) estaríamos limitados al mundo angosto de los cinco sentidos (gustar, tocar, ver, oír, oler). ¡Nadie se limita así, ni el profesado ateo! Todo el mundo ejerce la fe. Pero una dada fe no puede ser más válida que la evidencia en la cual se basa. Nótense las varias referencias en este capítulo a cómo por la fe "se vieron" cosas no visibles (versículo Hebreos 11:3,7,13, etcétera).
11:2 -- "porque". La experiencia de los antiguos comprueba que la fe tiene el poder de realizar lo no visto.
--"por ella alcanzaron buen testimonio" de parte de Dios, y el Espíritu Santo ha registrado en el Antiguo Testamento sus hechos de fe. Bajo circunstancias difíciles mostraron gran confianza en la Palabra de Dios y por su fe lograron soportar las aflicciones y ver de lejos la recompensa de su fe (versículo Hebreos 11:11).
--"los antiguos" = todos los héroes de fe mencionados en este capítulo desde Abel hasta los macabeos. Aquí aparece la palabra griega presbuteros, de la cual tenemos la palabra "anciano"; pero se emplea aquí, no en sentido de título ni en el de persona de gran edad, sino en el de antiguos de tiempos pasados. En este sentido se emplea en Mat. 15:2; Mar. 7:3,5.
Si los lectores quieren hallarse en esta lista de "los antiguos", ¡que presten atención a Hebreos 10:39!
11:3 -- "Por la fe entendemos" que el origen de las cosas es según Gén. 1:1. La teoría de la evolución no explica el origen de las cosas, ni puede la ciencia verdadera trazar las cosas visibles hasta su origen. La palabra creativa de Dios no está sujeta al experimento científico, pero sí es el objeto de la fe.
--"haber sido constituido el universo". Véase Hebreos 1:2, comentario.
--"por la palabra de Dios". Véase Hebreos 1:3, comentario. No se hace referencia aquí al Logos (el Verbo), el Agente de la creación (Hebreos 1:2; Jn. 1:3), sino al mandato del Verbo que trajo a la existencia todas las cosas (Gén. 1:3, etcétera; Sal. 33:6,9). La palabra griega en este versículo, traducida "palabra", es rhema, que significa una declaración o palabra hablada; una voluntad expresada; un mandato. Véase Luc. 5:5, por ejemplo.
--"de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía" = la creación visible no fue formada de materiales preexistentes.
11:4 -- "Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín". Véase Gén. 4:3-5. El sacrificio de Abel se basó en la revelación de Dios (Rom. 10:17). Caín siguió la razón humana e ignoró la revelación divina, y por eso ofreció un substituto, o sea, una obra de mérito humano. Dios no lo aceptó. Compárese .1 Sam. 15:22.
--"por lo cual alcanzó testimonio". Véase Gén. 4:4. La manera en qué Dios lo hizo no está revelada.
--"de que era justo". Compárense Mat. 23:35; .1 Jn. 3:12.
--"dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella"; es decir, por su fe ejemplar registrada en las Sagradas Escrituras.
11:5 -- Véase Gén. 5:21-24. Enoc mostró una vida de fe. "Caminó Enoc con Dios". (De Noé se registra lo mismo, Gén. 6:9). Compárese .2 Cor. 5:7. Caminar con Dios = agradar a Dios. Su traslación es un testimonio continuo del hecho de que los justos por la fe vivirán. Judas 14,15 nos informa que Enoc era predicador y profeta.
--"Por la fe Enoc fue traspuesto". Tenemos un caso semejante en .2 Reyes 2:1,11.
--"para no ver muerte" = no experimentar muerte como lo hacen los hombres. La palabra "ver" se emplea para decir "experimentar" en tales pasajes como Luc. 2:26; Jn. 8:51. El caso de Enoc y Elías semeja a lo dicho en .1 Cor. 15:52 y .1 Tes. 4:17.
11:6 -- Enoc agradaba a Dios (versículo 5), porque era hombre de fe en su vida diaria. Se sigue, pues, que sin la fe es imposible agradar a Dios. Enoc es de veras un ejemplo sobresaliente de hombre de fe, pues su fe en el Dios no visible, y en el galardón no visible, agradaba a Dios y le trajo a Enoc la traslación milagrosa. Es la fe lo que no debemos perder (Hebreos 10:35).
--"Pero sin fe es imposible agradar a Dios". La confianza (fe) es lo que cualquier padre espera de su hijo, cualquier cónyuge de su compañero, o cualquier hombre de su prójimo, si ha de haber relaciones agradables. Sin fe es imposible agradar a Dios porque el incrédulo no va a hacer lo que Dios manda, y de la manera que él manda. La fe en la existencia de Dios, y en la recompensa que dará Dios al creyente obediente, es lo que conduce al hombre a hacer lo que él manda y cómo él lo manda.
--"porque es necesario que el que se acerca a Dios" (como adorador, nótese Hebreos 7:19) crea dos cosas: (1) "que le hay" (es decir, creer en la existencia de Dios); (2) "y que es galardonador de los que le buscan" (literalmente, uno que entrega sueldo. Véase Hebreos 10:35, comentario, y compárese Gén. 15:1).
11:7 -- Véase Gén. 6:5-22.
--"Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó". La fe bíblica y la obediencia no pueden ser separadas. Nótese Rom. 1:5, "la obediencia a la fe"; también, Rom. 1:8 juntamente con Hebreos 16:19. Véase Hebreos 8:5, comentario sobre la misma palabra griega para decir “advertir.” Pasaron ciento veinte años entre la advertencia y el cumplimiento, cosa que demandó gran fe de parte de Noé.
--"cosas que aún no se veían". (Nótese versículo 1, "lo que no se ve"). No tenía Noé ninguna razón humana (filosófica, científica, etcétera) para creer que habría un gran diluvio que cubriría las montañas más altas. ¡Nunca había habido tal cosa! La "experiencia natural" de unos 1600 años estaba en contra de tal posibilidad. La Palabra de Dios fue la única base de la fe de Noé, y con que podría responder a los "críticos" incrédulos de su tiempo. Si los "críticos" modernos niegan la historicidad del diluvio bíblico, seguramente en los tiempos de Noé algunos negaban la posibilidad de tal evento.
--"con temor". Véase Hebreos 5:7, comentario, donde aparece la misma palabra griega. No fue miedo de ser ahogado, sino temor de Dios, que es respeto o reverencia. Todo el mundo "es movido" por algún motivo o fuerza. ¿Que nos mueve a nosotros? ¿La popularidad? ¿La codicia? ¿La vanagloria? Noé fue movido ¡por el temor de Dios!
--"preparó el arca en que su casa se salvase". Véase .1 Ped. 3:20.
--"y por esa fe condenó al mundo". Compárense Mat. 12:41,42; Rom. 2:27. Todo el mundo que presta atención a lo que Dios dice, por su fe obediente condena a los que no prestan atención. Por ciento veinte años tuvo el mundo la oportunidad, no de preparar arcas, sino de arrepentirse (para que Dios no enviara el diluvio. Compárese Jonás 3:5-10), pero no prestaron atención a la predicación de Noé (2 Ped. 2:5).
--"y fue hecho heredero de la justicia". Véase Hebreos 6:17, comentario sobre "herederos".
--"que viene por la fe". Véase Rom. 3:21,22. En este pasaje, más bien "según (kata) la fe", como dice la versión Hispanoamericana, o "conforme a la fe", como dice la versión Moderna. En Romanos (por ej., Hebreos 1:17; 9:30; 10:6, según el texto griego) la justicia es de fe (ek pisteos). Esto indica que la fe es la fuente de la justicia. En Rom. 3:30, es por medio de la fe, dia tes pisteos. En este caso la fe es el instrumento que trae la justicia. Aquí en Heb. 11:7 es "según la fe", kata pistin; es decir, la justicia es conforme a la fe, consistente con ella, o de acuerdo con ella.
11:8 -- Véanse Gén. 11:3-12:4; 15:7; Hech. 7:2,3.
--"Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció". Véase versículo 7, primer comentario. Ejerció Abraham esa "convicción" respecto a una herencia no visible (y de la cual no tenía ningún conocimiento personal), pero sí prometida por Dios (y por eso "lo que se espera", versículo 1). Véanse Gén. 15:6; Romanos capítulo 4.
Por la misma fe el cristiano camina hacia el cielo, la herencia prometida pero no visible para el cristiano.
11:9 -- Toda la vida de Abraham era una de fe, de confianza, en la palabra de Dios. Durante su vida la tierra prometida no era suya (Hech. 7:5). Sabía Abraham que después sus descendientes la recibirían en realidad (Gén. 15:7,8,16,18-21). Por eso no edificó ninguna ciudad en ella, sino moraba en tiendas como extranjero en estancia temporaria. Véanse Gén. 23:4; 47:9.
--"la tierra prometida". Véase Gén. 12:7; 13:15; 15:8-21. La fe les inspiró a Abraham, a Isaac, y a Jacob, a soportar con paciencia su vida incierta como extranjeros, porque les aseguraba un hogar permanente en el futuro (versículo Hebreos 11:10, 14-16).
--"coherederos de la misma promesa". Véase Gén. 26:3,4; 28:4,13,14.
11:10 -- "porque esperaba la cuidad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios". Tiene fundamentos; es decir, permanencia (porque fue edificada por Dios, y no por el hombre), cosa que no tenían sus tiendas. Compárese Apoc. 21:14. De esta ciudad es Dios el arquitecto, constructor, y preparador (versículo Hebreos 11:16). Véanse Hebreos 12:22; 13:14; Gál. 4:26; Apoc. 3:12; 21:2,10; 22:19. Consiste esta ciudad en la comunidad de los creyentes fieles. La "tierra de promesa" (Canaán) era tipo o figura de la celestial (la vida eterna en los cielos). La fe de Abraham veía lo no visto; "vio" la ciudad celestial (versículo Hebreos 11:1; .2 Cor. 4:16-18).
11:11 -- "Por la fe también la misma Sara". Ella que antes no había creído (Gén. 18:11-15), ahora sí creyó y como consecuencia pudo concebir. Tenía como 90 años de edad (Gén. 17:17), y ya no podía concebir según las leyes naturales (Gén. 18:11; Rom. 4:19). Solamente la fe le pudo guiar a aceptar la promesa de Dios respecto a un hijo.
--"porque creyó que era fiel quien lo había prometido". La fidelidad de Dios fue la única base de la fe de Sara. Según lo que se veía, era imposible. Pero la fe es la convicción de lo que no se ve (versículo 1).
11:12 -- Véanse Gén. 15:5; 22:17; (Hebreos 12:2); Deut. 1:10; Rom. 4:18-21.
--"ése ya casi muerto". Véase Rom. 4:19.
11:13 -- "Conforme a la fe" = en el ejercicio de fe, o según una vida de fe. Murieron como vivieron: con fe, creyendo que siempre recibirían las bendiciones de las promesas.
--"todos éstos". Véase versículo Hebreos 11:9. Estos recibieron las promesas (Gál. 3:16).
--"sin haber recibido lo prometido". Recibieron las promesas verbalmente, pero no el cumplimiento de ellas. Se refiere en particular a la venida del Mesías (la simiente prometida, Gál. 3:16) y a la descendencia espiritual (los redimidos en Cristo, Efes. 1:14).
--"de lejos" es una frase respecto a tiempo, y no a distancia. Compárese Jn. 8:56.
--"creyéndolo y saludándolo"; es decir, en cuanto al cumplimiento de las promesas.
--"confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra". Véanse Gén. 23:4; 47:9; Sal. 39:12.
11:14 -- Por palabra y hecho estos patriarcas declararon que buscaban una residencia permanente y fija, una patria propiamente suya. En el mundo eran peregrinos. Su patria, pues, no había de ser de este mundo, de esta tierra. No podía ser el Canaán literal, sino el celestial.
11:15 -- Abraham e Isaac enviaron a la tierra de donde había salido Abraham (de Ur de los caldeos, Gén. 11:28; Hech. 7:2-4; de Mesopotamia, Gén. 24:10; y de Padan-aram, Gén. 28:2) para conseguir esposas para sus hijos. Tenían, pues, oportunidades para volver a esa tierra y a vivir así con más comodidades, pero ¡no lo hicieron! (Lo mismo se puede decir en cuanto al cristiano hoy en día: tiene muchas oportunidades para volver al mundo, cosa que hacen muchos porque no andan por fe). Véase Gén. 24: 5-8.
11:16 -- "Pero anhelaban una mejor" que Canaán o aún que Mesopotamia.
--"esto es, celestial". El objeto de sus anhelos y expectaciones no era la tierra de Canaán, ni la de Mesopotamia. Dado que no volvieron a Mesopotamia, y se consideraban peregrinos en Canaán, obviamente buscaban una tierra celestial.
--"por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos". Debido a su gran expresión de fe, Dios tomó sobre sí el nombre de "Dios de ellos" (Gén. 17:7; 28:13; 32:9; Ex. 3:6,15; 4:5; Mar. 12:26).
--"porque les ha preparado una ciudad". Véanse Hebreos 6:15; 9:15; 11:10, comentario. Les preparó, dice el texto griego, empleando el tiempo pretérito. Es decir, en sus consejos y propósitos eternos, Dios sabía (la presciencia) que les daría la vida eterna en los cielos a consecuencia de su fe. Compárese Mat. 25:34.
Este pasaje hace evidente que estos patriarcas creían en la inmortalidad del alma. Además entendían que las promesas tenían aplicación espiritual, pues en cuanto a Canaán literal no se les permitió poseerlo, "ni aun para asentar un pie" (Hech. 7: 5). Su gran fe les condujo a esperar el cumplimiento de las promesas en el mundo venidero, o celestial.
11:17-18 -- Véase Gén. 22:1-19.
--"Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac"; es decir, mostró que estuvo dispuesto a hacerlo, y que lo habría hecho si Dios no les hubiera restringido (Gén. 22:11,12). Para Abraham el hecho ya era suceso, tan completas fueron sus intenciones de ofrecerle. Mentalmente, sucedió el sacrificio. Véase Gén. 22:16.
--"y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito". La grandeza de la fe de Abraham se evidencia en que iba a quitar la vida del único hijo suyo, de quien dependía la promesa de Dios de que Abraham tuviera una descendencia numerosa (Gén. 17:17-21; 21:12). Pero no dudó del mandamiento de Dios que pareció contradecir a los mismos propósitos de Dios.
Según Rom. 9:6-9, el significado completo de la palabra "descendencia" para Abraham en Isaac es la espiritual por medio de Cristo Jesús.
11:19 -- "pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos". La fe de Abraham en el poder de Dios de resucitar (aunque nunca había visto caso de esto, versículo 1) le condujo, no meramente a matar a Isaac, sino a ofrecerlo a Dios en sacrificio.
--"de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir". Dice la versión Moderna, "de donde también le volvió a recibir en parábola". Así dice el texto griego literalmente. Isaac no murió literalmente; por lo tanto no pudo ser resucitado literalmente. Pero prácticamente (en cuanto a la mente de Abraham) murió, y cuando por fin Abraham le llevó del altar, fue como si hubiera sido resucitado de los muertos. La "muerte y resurrección" de Isaac fue parabólica, y no literal, y apunta a la muerte y resurrección del único Hijo de Dios, Jesucristo.
11:20 -- Véase Gén. 27:26-40. Las bendiciones que Isaac dio a Jacob y a Esaú, concernientes a ellos y a sus descendientes futuros, fue un hecho de confianza, o fe, de que Dios cumpliría las bendiciones envueltas. La fe fue la única base en la cual pudo Isaac declarar las bendiciones, porque las circunstancias naturales y las probabilidades humanas no apuntaban a tales fortunas.
11:21 -- Véase Gén. 47:31 Gen. 48:1-20.
--"adoró apoyado sobre el extremo de su bordón". Véase Gén. 47:31. Porque creyó que serían llevados sus huesos de Egipto para ser sepultados en Canaán, expresó su gratitud a Dios, inclinándose para adorar. Según Génesis, adoró antes de bendecir a los dos hijos de José. El punto en este texto de Hebreos es que hizo Jacob dos cosas por fe: a saber, bendijo y adoró.
Dice el texto hebreo (en Gén. 47:31), "se inclinó sobre la cabecera de la cama". Pero la versión de los Setenta, la cual cita aquí en Heb. 11:21 el autor de esta epístola, dice "bordón" en lugar de "cama". (En cuanto a su bordón, véase Gen. 32:10, "cayado", o "bordón" según la versión Valera antigua). Las mismas letras hebreas que forman la palabra para "cama", forman también la palabra para "bordón", con la diferencia de algunos puntitos para indicar diferencia de vocal. Es más probable que la palabra correcta es "bordón", según la versión de los Setenta, y Heb. 11:21.
11:22 -- Véase Gén. 50:22-26. Su mandamiento tocante a sus huesos mostró su gran fe en la promesa de Dios respecto a la posesión de Canaán de parte de los israelitas (Gén. 12:7; 15:13,14). Véanse Ex. 13:19; Jos. 24:32. Su prosperidad en Egipto no disminuyó su fe en los planes de Dios. Aunque fue el segundo en mando en Egipto, y considerado toda su vida de adulto como egipcio, y mereciendo una sepultura de honor nacional, dio el mandamiento que probó que él se consideraba todo el tiempo como peregrino en Egipto. ¡Qué fe más grande en lo que no se veía!
Jacob, el padre de José, dio un mandamiento semejante y por la misma razón. El fue sepultado en Canaán inmediatamente después de morir (Gén. 50:1-14), y José después del éxodo.
11:23 -- Véase Ex. 1:22--2:10. Según Hech. 7:20, este niño fue "agradable a Dios". Esto indica que por la fe los padres de Moisés vieron que Dios haría uso de él. Además, su desobediencia a Faraón se basaba en su temor de Dios (Ex. 1:17). Compárense Hech. 4:19. Cuando ya no podían esconderle más en la casa, pusieron su confianza en Dios al poner al niño a solas en la arquilla. Compárense Sal. 27:10.
11:24 -- Véanse Ex. 2:11; Hech. 7:22-25. Tentados los hermanos hebreos a volver a la ley de Moisés, se les recuerda que el mismo Moisés es un gran ejemplo de la fe, aún en Cristo (Jn. 5:45-47).
La decisión de Moisés fue basada en su fe. No es de suponerse que hizo él una declaración formal de su decisión, sino solamente al dejar la corte y casa real e identificarse con sus hermanos, los israelitas, porque eran el pueblo de Dios y porque creía en los planes de Dios para ese pueblo. Era acto de fe, porque las circunstancias del momento no indicaban nada de bueno para el pueblo judaico. El no andaba por vista sino por fe.
11:25 -- Véase Hech. 7:22-25. Estas opciones se presentaron a Moisés: (1) gozar de su alta posición en Egipto, con sus honores, reposos y placeres carnales, y esto temporalmente (por una vida física, que a lo mejor es breve--Job. 9:25,26; Sant. 4:14; 5:5), o (2) gozar de las bendiciones eternas prometidas por Dios a Abraham y a sus descendientes, aunque por el momento y por un tiempo breve (2 Cor. 4:17) tuviera que sufrir grandes sacrificios personales y aflicciones. ¡Por fe hizo su decisión! No andaba Moisés por vista, sino por fe. Su fe le condujo a creer las verdades declaradas en Job 20:5 y Sal. 112:6.
11:26 -- "teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios." El participar Moisés en los sufrimientos tales como sufrió Cristo, y por las mismas razones que los sufrió Cristo, era para él mayor riqueza que los tesoros de los egipcios. Escogió sufrir estas aflicciones con el pueblo de Dios porque creía en los propósitos de Dios respecto a la salvación. Escogió tener comunión con los sufrimientos de Cristo (Fil. 3:10; .1 Ped. 4:13,14; compárese Col. 1:24).
--"porque tenía puesta la mirada en el galardón". Véase Hebreos 10:35. Miró Moisés al galardón y reposo celestial, del cual era tipo la tierra de posesión que le fue prometida a Abraham y a su descendencia. Compárese .2 Cor. 4:18.
11:27 -- "Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey". ¿Cuándo dejó a Egipto? Hay tres interpretaciones principales, las cuales ahora notamos:
(1) Ex. 2:14,15, cuando huyó de Egipto y fue a Madián. "Moisés tuvo miedo". Pero se explica que son relativos los "miedos" de los pasajes (Ex. 2:14 y Heb. 11:27). Tuvo miedo respecto al descubrimiento del egipcio muerto. Es un miedo natural, como lo tuvieron los padres hebreos al mandato del rey (Ex. 1:16). Pero no tuvo miedo del rey en cuanto a su huida de Egipto, dejando la casa real, como tampoco los padres de él no temieron esconder al niño Moisés. Esta salida de Egipto precedió a la institución de la Pascua, y Heb. 11:27,28 menciona tal orden de eventos.
(2) Ex. 10:28,29, cuando salió con todo el pueblo para no volver. Esta vez no hubo miedo alguno en conexión con la salida. En cuanto a lo de la Pascua, el orden de eventos no es punto de importancia en el relato en Hebreos 11.
(3) La "salida" de Egipto en el sentido de dejar de identificarse como egipcio (mencionado en el versículo Hebreos 11:24) e identificarse con los israelitas.
--"porque se sostuvo como viendo al Invisible". Compárese Hebreos 11:1. Moisés creía tanto en Dios y en la voluntad de Dios para su vida como si le hubiera podido ver a Dios con los ojos físicos. No miraba a Faraón ni a lo del momento, sino al Invisible y a los decretos divinos respecto a la posesión de Canaán por los israelitas, y a la recompensa eterna. (Los dioses egipcios eran visibles. Los egipcios eran idólatras. Moisés servía al Dios verdadero, quien es invisible.)
11:28 -- Véase Ex. 12:1-18.
--"Por la fe celebró", o instituyó (dice la versión Hispanoamericana, margen) "la pascua". Este acto de parte de Moisés manifestó su fe en la Pascua de Jehová como el medio por el cual escaparían los israelitas de la muerte de los primogénitos. (Esta pascua era tipo del "Cordero de Dios" cuya sangre fue derramada para el rescate nuestro de la muerte eterna, .1 Cor. 5:7).
--"y la aspersión de sangre". Véase Ex. 12:7,22.
--"para que el que destruía a los primogénitos nos los tocase a ellos". Véase Ex. 12:23. Compárense .1 Cr. 21:12,15; Sal. 78:49; .1 Cor. 10:10.
11:29 -- Véase Ex. 14:15-32. La promesa de Dios produjo fe, y Dios cumplió con su promesa. El suceso en el Mar Rojo sirvió para salvación a los creyentes (los israelitas), y para destrucción para los incrédulos (los egipcios). ¡Dios reina! A nosotros nos toca creer.
11:30 -- Véase Josué capítulo 6. La fe ve lo invisible (Hebreos 11:1). Por medio de la fe los israelitas pudieron ver de antemano lo que sus ojos físicos vieron aquel séptimo día cuando cayó el muro de Jericó. Seguramente se sentían muy seguros los habitantes de Jericó al ver a los israelitas marchando en silencio cada día. Seguramente lanzaron burlas, pues no se toman ciudades en esa forma. Pero los caminos de Dios no son según los nuestros (Isa. 55:8,9). Los hombres emplean sitios y ataques directos y armas materiales. Dios no depende de estas cosas. Compárese .2 Cor. 10:4. La toma de Jericó fue puramente milagrosa, y la fe les trajo a los israelitas la victoria.
11:31 -- Véanse Jos. 2:1-21; 6:22-25; Sant. 2:25; Mat. 1:5.
--"Por la fe Rahab la ramera no pereció". Compárese Mat. 21:31. La fe convierte. Pero el autor de esta epístola no está recomendando el carácter pasado ni todo hecho de Rahab, sino su fe en este negocio de recibir a los espías israelitas. Fue excepcional su fe, habiendo sido ella una pagana. Santiago menciona a Abraham y a Rahab para ilustrar la clase de fe que salva. Esto es singular.
Sabía ella lo que Dios iba a hacer, ¡y creyó! Corrió el riesgo de ser muerta por sus compatriotas, porque "veía" por la fe lo que no se veía; es decir, la destrucción de Jericó y la conquista final de Canaán de parte de los israelitas. Se identificó con los israelitas, creyendo que Dios iba con ellos. Llegó a ser una antepasada de Jesús en la carne (Mat. 1:5).
--"juntamente con los desobedientes" = los que no creyeron que su ciudad caería para los israelitas, y por eso perecieron.
11:32 -- El autor reconoce que por falta de tiempo no puede seguir dando casos detallados que ilustran la naturaleza y los triunfos de la fe.
El orden de nombres en la lista de este versículo no es cronológico, pues el autor inspirado no está escribiendo un libro de historia. Tampoco está alabando todo hecho en la vidas de éstos, sino su fe que les condujo a victorias en la causa de Dios.
Véanse los siguientes textos: Gedeón, Jue. 6:11--8:32; Barac, Jue. 4:1--5:31; Sansón, Jue. 13:2--16:31; Jefté., Jues. 11:1--12:7; David, .1 Sam. 16:1--.1 Reyes 2:11; Samuel, .1 Sam. 1:1--25:1.
--"los profetas" mostraron gran confianza en Dios y en los mensajes y tareas que él les dio.
11:33 -- Estas cuatro expresiones dan evidencia del poder, no de la fuerza e iniciativa humana, sino de la fe.
--"que por fe conquistaron reinos". Véase .2 Samuel 8.
--"hicieron justicia". Véanse .1 Sam. 12:1-4;. 2 Sam. 8:15; .1 Crón. 18:14. Se aplica también a los reinados justos de los jueces.
--"alcanzaron promesas" en casos individuales (como por ejemplo, lo que dice Hebreos 6:15). No se refiere al cumplimiento de la gran promesa de la venida y reinado del Mesías y de la vida eterna, como es referido en los versículos 13 y 39. Dos ejemplos de esto los hallamos en .2 Reyes 19:14-34; 20:1-7.
--"taparon bocas de leones". Véanse Jue. 14:6; .1 Sam. 17:34,35;. 1 Cr. 11:22; Dan. 6:16-23.
11:34 -- "apagaron fuegos impetuosos". Véase Daniel capítulo 3.
--"evitaron filo de espada". Véanse .1 Samuel 19 (David); .1 Reyes 19:1-8 (Elías); .2 Reyes 6:8-23 (Eliseo); Jer. 36:26 (Jeremías).
--"sacaron fuerzas de debilidad". En sentido físico, Ezequías sirve de ejemplo (2 Reyes 20:1-11); en sentido espiritual, sirven de ejemplos Barac, Gedeón y Jefté.
--"se hicieron fuertes en batallas". Son ejemplos de esto Josué, Barac, David, etcétera
--"pusieron en fuga ejércitos extranjeros". Se hace referencia a las derrotas de los filisteos, de los moabitas, de los amonitas, etcétera.
11:35 -- "Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección". Véanse .1 Reyes 17: 17,24; .2 Reyes 4:17-37. Estos milagros dependieron de la fe de estas mujeres.
--"más otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección". Sufrieron torturas hasta la muerte. Participaron en la resurrección a la vida eterna y por eso es una mejor que aquéllas que fueron para la vida física.
Rehusaron negar su fe para ser libertados de sus torturas. Estuvieron bajo sentencia de muerte y negar su fe les habría traído algo como si fuera una "resurrección" de los muertos. Pero no lo quisieron, sino la resurrección que es mejor que aquélla. Algunos entienden que éste es el sentido de la expresión, "mejor resurrección".
11:36 -- Para algunos ejemplos de esto, véanse Jueces 16:25; .1 Reyes 22:27;. 2 Cr. 16:10; 36:16; Jer. 20:1-7; 32:2,3; 37:15; 38:6-13.
11:37 -- "Fueron apedreados". Véanse .1 Reyes 21:1-16; .2 Crón. 24:20-22; Mat. 21:35; 23:35,37.
--"aserrados". 2 Sam. 12:31 menciona esta clase de castigo. Dice la tradición judaica que así fue muerto Isaías por el rey Manasés.
--"puestos a prueba". Sus perseguidores trataron de obligarles a negar su fe en Dios, antes de matarlos. Esto aumentó sus sufrimientos y aflicciones.
--"muertos a filo de espada". Véanse .1 Sam. 22:11-22; .1 Reyes 19:10; Jer. 26:23.
--"anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados". Véanse .1 Reyes 1:8; 17:3-9; 19:3-14.
11:38 -- "de los cuales el mundo no era digno". El mundo no era digno de aquellos creyentes a quienes les juzgó indignos de él. Compárese Hech. 22:22. Aunque estaban en el mundo, no eran del mundo. Compárese Juan 17:14.
--"errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra". Véanse .1 Sam. 24:3; .1 Reyes 18:4.
11:39 --"Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe". Véanse versículo Hebreos 11:2, 5.
--"no recibieron lo prometido". Véase versículo Hebreos 11:13; y también Hebreos 10:36. Tiene que ver con la obra redentora del Mesías y con todo lo que esperamos pero todavía no vemos (versículo 1). Es la vida eterna con Dios por toda la eternidad. Considérense Mat. 10:32; Apoc. 3:5; Mat. 25:34-40; Jn. 6:40; Fil. 3:21.
11:40 -- "proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros" = el mejor pacto establecido sobre mejores promesas (Hebreos 8:6), que es el Nuevo Testamento con el perdón de pecados y oferta de resurrección a vida eterna. De esto ha estado hablando el autor a través de su epístola. Los antiguos alcanzaron buen testimonio mediante la fe (versículo 39), pero no alcanzaron la "perfección", o estado completo, aparte de lo del Nuevo Testamento. (El "estado completo" consiste en la comunión plena con Dios por medio de la revelación perfecta-- Hebreos 1:1, el pacto mejor-- Hebreos 8:6; y el sacrificio mejor de Jesucristo-- Hebreos 9:23). Por eso, a los hebreos se les recuerda que nosotros (los cristianos) tenemos la "cosa mejor", y por lo tanto es ridículo abandonarla para volver atrás a la ley de Moisés.
--"para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros". La perfección de los antiguos dependía esencialmente de las bendiciones y privilegios que los mismos hebreos gozaban por medio de la encarnación, sacrificio, expiación y mediación de Jesucristo. No podían los antiguos ser perfeccionados aparte de nosotros, porque su estado completo dependía de recibir las bendiciones prometidas a los creyentes en Cristo. Estas bendiciones son el perdón de pecados en realidad y la resurrección a la vida eterna. Estas bendiciones no podían ser ofrecidas en realidad antes de la dispensación del evangelio, en la cual dispensación andamos nosotros los cristianos.
Los antiguos deseaban ver y oír lo que ahora nosotros vemos y oímos (Luc. 10:24; .1 Cor. 2:9,10). Por eso el más pequeño en el reino de los cielos (la iglesia del Nuevo Testamento) es mayor que Juan el bautista (Mat. 11:11), en que vive el tal actualmente en el goce de las bendiciones, cosa que Juan y los antiguos nada más miraban con los ojos de la fe.
Ahora, si los antiguos podían perseverar en fe, teniendo solamente la promesa de bendiciones futuras, ¡cuánto más deberíamos nosotros perseverar fielmente, quienes tenemos participación en el mismo sistema perfecto del Mesías (el evangelio del Nuevo Testamento)!
HEBREOS 12
Resumen: Este capítulo continúa la exhortación del autor a sus lectores hebreos a perseverar en su carrera cristiana, recordándoles del ejemplo de fe de los muchos testigos mencionados en el capítulo 11. Les exhorta a siempre mirar a Jesús en su carrera (versículo Hebreos12:1:3).
Les urge a soportar sus aflicciones y pruebas con resignación paciente, sabiendo que la disciplina de Dios es para el bien de sus hijos (versículo Hebreos 12:4-11).
Se les exhorta que renueven su ánimo y sus esfuerzos para andar derechamente en corazón y mente, y que ayuden a los más débiles para que nadie perezca (versículo Hebreos 12:12,13).
En los versículos Hebreos 12:14-17 la exhortación es a andar en paz y pureza de vida, cuidando de no menospreciar sus privilegios y deberes cristianos, porque ya perdidos no habrá cambio de determinación en la mente de Dios para tales almas.
En la última sección (del Hebreos 12:18-29) les recuerda de la superioridad del Nuevo Pacto sobre el Viejo y mayormente de la permanencia del Nuevo. Menospreciar los privilegios y deberes de membresía en este reino inconmovible, en lugar de servir a Dios con reverencia y temor porque la gratitud en el cristiano así le impulsa, es traer sí la ira del que es fuego consumidor.
12:1 -- "Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos". La palabra "nube" simboliza aquí un número inmenso (Ez. 38:9).
Los mencionados en el capítulo 11 que alcanzaron testimonio respecto a su fe (Hebreos 11:2,5,39), ahora en Hebreos 12:1 se presentan como testigos, cuyos hechos de fe están registrados en el Antiguo Testamento para urgirnos a correr fielmente como ellos corrieron. Testifican con sus vidas de fe la eficacia de la fe para alcanzar la salvación eterna y así metafóricamente se presentan como mirándonos en nuestra carrera en la fe.
Estos no nos miran literalmente desde el cielo para ver si estamos corriendo bien, sino como Abel (aunque muerto, como ellos también) por sus hechos registrados en las Escrituras él (y ellos) nos hablan acerca de lo que realiza y logra la fe.
--"despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia". En lugar de "asedia", dice la versión Moderna "cerca", y la Hispanoamericana, "rodea". Como los pesos innecesarios estorban al atleta que corre, así también la incredulidad al cristiano. Los afanes y deseos pecaminosos resultan de la incredulidad. El ejercicio continuo de la fe es la única seguridad de que no perdamos la carrera hacia la vida eterna. (La incredulidad era el pecado que principalmente "cercaba" a los hermanos hebreos. Véanse capítulos 3 y 4).
--"y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante". Compárese .1 Cor. 9:24.
Sobre la "paciencia", véase Hebreos 10:36, comentarios. La paciencia incluye tanto la persistencia y perseverancia activa como el soporte pasivo. Como los antiguos perseveraban hasta recibir el premio, así corramos nosotros con perseverancia hasta recibir el nuestro. Aquí la paciencia es perseverancia. Muchos comienzan pero no terminan; no perseveran hasta el fin.
12:2 -- "puestos los ojos en Jesús". Aparte del estímulo para perseverar que proporcionan los antiguos, también la grandeza y el ejemplo de Jesucristo se presentan aquí para estimular a los hebreos. Quitar el cristiano los ojos (de la fe) de Cristo, para mirar a lo mundano, aunque sea por breve tiempo, es disminuir la velocidad en la "carrera". ¡Ningún atleta quita la vista de la meta, o del blanco! Mira hacia delante y corre con todo empeño.
--"el autor". Véase Hebreos 2:10, comentarios.
--"y consumador (teleiotes)". Véase Hebreos 10:14, comentarios sobre "hizo perfectos". No aparece esta palabra en ningún otro texto del Nuevo Testamento. Jesús es el Autor y Director de la fe y el que la completa o perfecciona. Es el "principio y el fin" en cuanto a la fe (el plan de salvación). Tiene toda preeminencia en esto. Ahora como él sufrió fielmente para alcanzar el gozo puesto delante de él, así también nosotros suframos con paciencia (perseverancia) para alcanzar el gozo nuestro en el cielo.
Además nos guía en la fe por su ejemplo que bien ilustra la naturaleza, el poder y la eficacia de la fe (el creer). Por eso debemos siempre mirar a él.
--"de la fe" = el sistema de creencia en el evangelio del Nuevo Testamento. Se usa la palabra "fe" en este sentido objetivo en tales pasajes como Hech. 6:7; 13:8; 24:24; Gál. 1:23; 3:23; Judas 3; Apoc. 14:12.
Este "sistema de creencia" requiere que crea el recipiente de sus bendiciones. Rom. 1:17 habla de la justicia de Dios que se basa en creer y se predica al hombre para que crea ("por fe y para fe").
--"el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz". Murió Jesucristo por nosotros porque fue movido por el gozo de realizar la salvación del hombre perdido, como también por el de hacer la voluntad del Padre (Sal. 40:6,7; véase Heb. 10:5-7, comentarios).
--"menospreciando el oprobio". "Vergüenza", dicen las versiones Moderna e Hispanoamericana. La muerte por crucifixión era la más vergonzosa de todas en ese tiempo. No obstante, Cristo no rehusó sufrir esa vergüenza (Fil. 2:8) para cumplir la voluntad de Dios fielmente. ¡El es nuestro ejemplo supremo de obediencia fiel! Véase 5:8, comentarios.
12:3 -- No es Jesús solamente ejemplo qué seguir en la cuestión de la vida de fe, sino en el de la perseverancia en medio de provocación y oposición.
--"Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo". Cristo sufrió (en paciencia) la "contradicción", o sea, toda la oposición de los incrédulos (hasta la muerte de cruz). Ninguna oposición de pecadores (en palabra o hecho) le hizo desviarse del camino puesto delante de él. Debemos considerar a Jesús, pues, para perseverar a pesar de las oposiciones que encontramos en la vida y no perder ánimo hasta el punto de dejar de andar según Cristo. Véase también .2 Tim. 2:8,9. En cuanto a "contradicción", compárese Judas 11.
--"para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar". Cuando el alma del cristiano se dobla bajo el peso de las pruebas y aflicciones de la vida, no hay nada que le ayude tanto a soportarlo como mirar y considerar a Jesús. Así hacía Pablo el apóstol, y así pudo decir lo de Col. 1:24.
12:4 -- Véase 10:32-36.
--"Porque aún no habéis resistido hasta la sangre". Otros hermanos (como Esteban y Jacob, Hechos 7,12) habían muerto por su fe en Cristo, pero los recipientes de esta epístola no habían tenido que sufrir tanto y por eso estaban sin excusa si desmayaban en la vida cristiana. Ellos tenían que combatir la tentación principal de dejar su fe en el Mesías para poder aliviarse de las persecuciones de los judíos incrédulos.
Jesús es el ejemplo supremo de perseverancia a pesar de oposición "hasta la muerte de cruz". No se rindió a la tentación de salvar la vida física para aliviarse del sufrimiento (Mar. 15:30-32). Pero nosotros, ¡qué fácilmente nos rendimos cuando nos toca el sufrimiento (aunque no sea "hasta la muerte")! Siempre triunfaremos si determinamos resistir al pecado "hasta la sangre".
--"combatiendo contra el pecado". El pecado se personifica aquí. Contra él (o en nosotros o en otros) tenemos que combatir (con agonía, dice la palabra griega), ¡porque él procura nuestra muerte eterna!
12:5-6 -- Véase Prov. 3:11,12. Compárense Job. 5:17; Apoc. 3:19.
En la sabiduría de Dios las aflicciones sirven buenos propósitos en las vidas de sus hijos. Son una indicación del cuidado paternal de Dios hacia los cristianos. Ahora no aflige Dios a su pueblo por afligirlo, sino hace uso de las aflicciones para corregir, castigar, o disciplinar, con el fin de hacer volver a él a los que andan mal.
La palabra traducida "disciplina" es de la voz griega paideia, y se emplea en los versículos Hebreos 12:7,8 también. En el versículo Hebreos 12:9, aparece la palabra paideutes, que significa "uno que castiga". En la carne tenemos padres, como "castigadores". Dice nuestra traducción en español, "padres terrenales que nos disciplinaban".
El verbo paideuo quiere decir (a) instruir, aconsejar, disciplinar, corregir, y aparece en este sentido en tales textos como Hechos 7:22; Efes. 6:4; .2 Tim. 2:25; Tito 2:12; (b) castigar, y aparece en este sentido en tales textos como .1 Cor. 11:32; .2 Cor. 6:9; Heb. 12:6; Apoc. 3:19.
Compárense .2 Sam. 7:14; 12:13,14; Sal. 89:31-34.
El castigo que emplea el padre para corregir a su hijo es un acto de amor. El padre lo hace para el bien del hijo. De otra manera, no le amaría (Prov. 13:24).
--"desmayes". Es la misma palabra usada en versículo 3.
Los hermanos hebreos, al inclinarse para atrás hacia la Ley de Moisés para evitar la persecución, probaban que estaban olvidando la lección de Prov. 3:11,12. Véase también Hech. 14:22.
12:7 -- "Si soportáis la disciplina". Más bien dice la versión Hispanoamericana, "Sufrís pacientemente para corrección ..." El punto es que el propósito del sufrimiento es que se corrijan los hermanos en sus faltas. El castigo correcto es prueba de la relación con Dios que, como hijos, tienen los cristianos. Además, sabemos que la disciplina del Señor proviene del amor de Dios y es prueba de su amor. De esto los hermanos hebreos se olvidaban.
12:8 -- En lugar de quejarse de la disciplina correctiva o desear evitarla completamente (cosa que probaría que son bastardos espirituales, y no hijos de Dios), los cristianos deben tomar ánimo, reconociendo que la disciplina es evidencia del amor de Dios y de nuestro estado de hijos de Dios. Desear no ser disciplinados es desear no ser hijos de Dios. El bastardo es niño abandonado por su padre, pero el hijo legítimo es criado en disciplina por el padre.
12:9 -- El caso de disciplina de parte de Dios no difiere en principio al del padre terrenal, quien castiga y disciplina a sus hijos y le reverencian y respetan.
Dios disciplina al cristiano para su bien. Compárese Deut. 8:3.
--"que nos disciplinaban". En lugar de verbo, en el texto griego la palabra es sustantivo ("castigadores"). Véanse los versículos 5 y 6, comentarios.
--"¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus". El hombre es más que cuerpo y aliento, o resuello. Tiene espíritu del cual Dios es el Padre. (Véanse Ecles. 12:7; Zac. 12:1). El cuerpo muere como su padre que lo engendró, pero el espíritu continúa como lo hace su padre, Dios. Es inmortal el alma, o espíritu. Los materialistas harían bien en prestar más atención a este pasaje.
--"y viviremos?". La vida espiritual ahora y por la eternidad depende de sujetarse a Dios, el Padre de los espíritus. Compárese Deut. 21:18-21.
12:10 -- La disciplina de parte de padres terrenales es breve y falible, siendo basada en juicio humano. Pero la del Padre de los espíritus es infalible y para nuestro provecho eterno.
Participar de la santidad de Dios (1 Ped. 1:15,16) es el bien más exaltado para el hombre. Compárese .2 Ped. 1:4.
12:11 -- "Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza". La disciplina causa dolor y por eso mientras dura no es causa de gozo. Pero causar dolor es el objeto inmediato de ella. No obstante, el fruto permanente de ella es "fruto apacible de justicia", si la aceptamos en la manera correcta. Compárense Sal. 119:67,71; Rom 5:3-5; .2 Cor. 4:17.
"pero después". Con el tiempo la disciplina trae su fruto, produciendo en el cristiano que la acepta una vida más pura, devota, muerta al pecado, y viva a Dios. Produce paz en el corazón y con Dios. Compárese Fil. 4:7.
--"a los que en ella han sido ejercitados". Como el atleta es ejercitado por las luchas de la competencia, y al fin de sus luchas es coronado, así era "ejercitado" el cristiano hebreo por las luchas del alma al sufrir persecución en lugar de volver a la Ley de Moisés (para evitar la persecución). Estas persecuciones en realidad servían de disciplina para el alma, y como para ellos, así para todo cristiano en todo tiempo traen las pruebas "corona", o gran recompensa. Véanse Mat. 5:10-12; Hech. 5:41.
12:12-13 -- "Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas". Véase Isa. 35:3. Los lectores habían llegado a un estado de desánimo debido a las persecuciones y pruebas. Se les manda, en vista de las explicaciones anteriores respecto al propósito de la disciplina, a renovar su ánimo y sus esfuerzos de llevar las pruebas y a andar de nuevo en la fuerza de la fe. La amistad con el mundo paraliza la espiritualidad del cristiano. Uno tiene que ejercer la fe para vencer todo obstáculo.
--"y haced sendas derechas para vuestros pies". Véase Prov. 4:26. Las "sendas derechas" son pensamientos correctos que conducen a la meta de la carrera espiritual, que es el cielo. Todo pensamiento incorrecto, respecto o la persecución y a la disciplina que ella ocasiona, produce "sendas chuecas". ¡Tomad ánimo y andad derechamente en corazón y mente!
--"para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado". "Lo cojo" se refiere a los más débiles espiritualmente entre los hermanos hebreos. Los más fuertes debían ayudar a éstos, con ejemplo y palabra, para que no se perdieran en apostasía. Compárense Rom. 14:1; 15:1; Gál. 6:1; Isa. 35:3-6, en cuanto a ayudar unos a otros en sus necesidades espirituales.
12:14 -- En tiempos de persecución y prueba, tiende todo el mundo a contención y a discordia. Aquí se le exhorta al cristiano a procurar con diligencia ver que reine la paz y que su vida muestre santidad en todo. Esta exhortación parece tener el propósito principal de evitar que se desvíen los hermanos más débiles y que éstos contaminen a los demás. Los versículos 14-17 deben leerse juntamente.
--"Seguid la paz con todos". Aquí "seguir" significa no meramente moverse en cierta dirección, sino proseguir con diligencia. Compárense Rom. 12:18; 14:19; Mat. 5:9.
--"y la santidad". Véanse .2 Cor. 7:1;. 1 Ped. 1:16;. 1 Jn. 3:3.
--"sin la cual nadie verá al Señor" = nadie estará aprobado en su presencia. Compárense Mat. 5:8; Apoc. 22:4.
12:15 -- "Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios". Compárese 4:1. Alcanzar la gracia de Dios es obtener lo que su gracia ofrece; es a saber, la vida eterna. Como peregrinos, marchando en el Camino de Santidad (Isa. 35:8), todos deben ver que ninguno sea un débil y desanimado, o un apóstata, que cae a un lado y así deja de llegar al final de la marcha.
--"que brotando alguna raíz de amargura". Véase Deut. 29:14-21 (donde se refiere a dejar la fe de Dios por la idolatría). Aquí en Hebreos 12 se aplica al que se opone amargamente a la fe del evangelio, por palabra o impureza de vida, y trabaja por desviar a otros de la fe. Tal hombre puede estorbar a toda una congregación de gente (1 Cor. 5:6). Tenemos que ejercer supervisión ("Mirad", de la voz griega episkopeo, como en .1 Ped. 5:2, "cuidando de ella") en este asunto.
--"os estorbe, y por ella muchos sean contaminados ". Compárese Jos. 6:18; 7:25, 26.
12:16 -- "no sea que haya algún fornicario". La fornicación es cualquier acto sexual ilícito. Es el término general para toda impureza sexual; incluye el término específico "adulterio". (Todo adulterio es fornicación, pero no toda fornicación es adulterio. La homosexualidad es fornicación).
-- "profano" = lo contrario de "santo"; lo común. La misma palabra griega se emplea en .1 Tim. 1:9. Se aplica aquí al que renuncia sus privilegios y deberes como cristiano para gozar de los deseos mundanos por un tiempo breve.
--"como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura". Véase Gén. 25: 27-34. Manifestó su desprecio por los derechos y privilegios de su primogenitura con venderlo todo por una sola comida física. De igual manera algunos de los hebreos iban cambiando sus grandes privilegios espirituales por la satisfacción carnal temporaria de escapar de la persecución y por la popularidad y satisfacción carnal del mundo.
12:17 -- Véase Gén. 27:30-41.
--"y no hubo oportunidad para el arrepentimiento". El arrepentimiento es cambio de mente. Este cambio de mente en Isaac no lo halló Esaú cuando llegó el tiempo de recibir la bendición, aunque lo procuró con lágrimas. No cambió de mente Isaac, el padre, sino habló por inspiración, dando la bendición del primogénito al segundo nacido, a Jacob. Así, dice el autor de esta epístola, como Esaú por un acto profano en el cual despreció su primogenitura perdió la bendición deseada, también los hermanos hebreos podrían perder la vida eterna a causa de su apostasía, y después no habría "cambio de mente" de parte del Padre para salvar a tales infieles.
Véanse Hebreos 6:4-6; 10:26-31. El ejemplo de Esaú sirve para todos los que menosprecian sus privilegios y las promesas divinas. Una vez perdidos, no se recobrarán, por muy tristes o arrepentidos que estén en el día final.
12:18-19 -- Véanse Éxodo 19:16--20:19; Deut. 4:11; 5:22; 9:15; 18:16.
Los versículos Hebreos 12:18-20 dan la razón de toda la instrucción y exhortación de lo anterior (versículos 14-17). Urge el autor de esta epístola a sus lectores a no volver a la Ley de Moisés. Con este fin les recuerda de aquello a lo cual no habían llegado (como a cosa perfecta y final y en que quedarse), comparándolo con esto a lo cual sí habían llegado, versículo Hebreos 12:22. La perfección (teleiosis, véase 7:11, comentarios) no se hallaba en la Ley de Moisés. Dicha ley fue añadida (Gál. 3:19; Rom. 5:20) para propósitos temporarios. Era para los israelitas en la carne solamente. Los cristianos hebreos no habían llegado para quedarse a tal cosa imperfecta y temporaria. Habían llegado al cumplimiento de las promesas hechas a Abraham y cumplidas en Cristo.
Los puntos negativos de los versículos Hebreos 12:18-20 dan énfasis a los positivos de los versículos Hebreos 12:22-24. Es mucho más superior esto a lo cual habían llegado los hermanos hebreos que aquello de lo cual habían salido y que había sido abolido por la muerte de Cristo (Col. 2:14). Las circunstancias que atendían a la presentación de la Ley de Moisés en el Monte Sinaí tenían el diseño de llenar a la gente de admiración y temor para que no apostataran. Pero hay más razón para no apostatar bajo el Nuevo Testamento.
12:20 -- Véase Ex. 19:12,13.
--"no podían soportar a lo que se ordenaba"; es decir, no podían soportar la manera en que Dios les revelaba su voluntad (Éxodo 20:19).
12:21 -- El Antiguo Testamento no registra esta declaración de Moisés. Tal vez la dijo en la ocasión mencionada en Ex. 19:19. Pero el Espíritu Santo reveló esta verdad al autor de la epístola
12:22 -- Ahora el autor comienza a dar las razones por qué no debían los hebreos volver al judaísmo.
Descendió Dios sobre el Monte Sinaí, con todo el fenómeno mencionado en los versículos 18 al 20, pero no para permanecer allí, sino para comunicarse con su pueblo que se quedó a buena distancia. Pero el Monte Sión, la Jerusalén celestial, es la ciudad de Dios donde él mora eternamente y donde estará su pueblo para siempre en comunión cercana. ¡A esto os habéis acercado! dice el autor a los hebreos.
--"sino que os habéis acercado" (para quedares) = "pertenecéis". Esta expresión indica lo permanente de la cosa. Si uno ha llegado, no tiene que seguir caminando.
--"al monte de Sión" = Jerusalén, literalmente (Sal. 125:1,2; Isa. 2:3). Simbólicamente representa al cielo (Apoc. 14:1,2). Es la "ciudad" de los redimidos, cuya ciudadanía está en los cielos (Fil. 3:20).
--"a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial". Véanse Hebreos 11:10,16; 13:14; Gál. 4:26; Apoc. 3:12; 21:1,10; 22:19. Una ciudad es donde mora y pertenece la persona. Como cristianos "hemos llegado" (pertenecemos) al reino de los cielos, que es la iglesia de Dios, de Cristo. Dios mora en su iglesia (Efes. 2:22). Su pueblo estará con él eternamente. Esto será en el cielo. La Jerusalén terrestre era la capital y centro del judaísmo y por eso sirve de tipo de la morada eterna del pueblo de Dios según el Nuevo Testamento.
--"a la compañía de muchos millares de ángeles". La versión Hispanoamericana dice, "y a decenas de millares de ángeles, a la asamblea general e iglesia de los primogénitos..." Estas dos versiones juntan la frase "festiva convocación", o "asamblea general", con "iglesia de los primogénitos". La versión de Valera (la antigua y ésta) junta la frase ("la compañía" con "ángeles". Es difícil saber a cuál frase pertenece, pues el texto griego original no empleaba signos ortográficos, o de puntuación. Para mí la frase pertenece a "ángeles", como lo indica esta presente versión que estamos empleando en estas Notas.
De todos modos, lo significante es que la frase "compañía" (o más bien, "festiva convocación") viene de la palabra griega paneguris, que quiere decir una festiva convocación, o sea, un gran grupo congregado para celebrar alguna festividad. Este grupo (sea de ángeles o sea la iglesia redimida) es parte de la descripción de aquello a lo cual ¡nos hemos acercado! si somos cristianos.
Véanse Dan. 7:10; Judas 14; Apoc. 5:11; 7:11,12. El número, presencia, y alabanzas de los ángeles añaden esplendor a la gloria de Dios y a la atracción del cielo. El cristiano se asocia con estos seres celestiales que se ocupan en rendirle a Dios loores y alabanzas. (¿Cómo podría uno apostatar de una relación tan sublime?)
12:23 -- "a la congregación". La palabra "congregación" es de la voz griega ekklesia, que se traduce muchas veces "iglesia". Aquí se hace referencia a los redimidos vivos en la tierra.
--"de los primogénitos". Como el primer nacido en la familia judía gozaba de cierta preeminencia y honor (Gén. 27:37; .1 Crón. 26:10), así es que esta palabra vino a tener el significado de "preeminencia" y "excelencia". Así se usa en Col. 1:15,18; Sal. 89:27 (David no era el primer nacido en la familia de su padre, .1 Sam. 17:14). Véase Ex. 4:22 también. Compárese Sant. 1:18.
--"que están inscritos en los cielos". Véanse Luc. 10:20; Fil. 4:3; Apoc. 3:5; 13:8; 17:8; 20:15; 21:27. ¡Más razón para no apostatar!
--"a Dios el Juez de todos". Esta frase enfatiza que Dios es el Soberano del universo. En vista de esta verdad, todo creyente debe andar en el temor de Dios (en lugar de contemplar la posibilidad de apostatar). Véanse Hebreos 10:30; 11:16. Además, si somos cristianos fieles nos asociamos con el Gran Juez, quien nos vengará de todos nuestros perseguidores que nos han perseguido en esta vida. Compárese Gén. 18:25.
--"a los espíritus de los justos hechos perfectos" = los mencionados en el capítulo 11, y todo hombre justificado por la muerte de Cristo, y ya en el Hades, esperando la resurrección del día final.
Apostatar de la fe es dejar de asociarse con una gran compañía de redimidos (vivos: la iglesia en la tierra; y muertos en la carne: los "espíritus hechos perfectos" y morando en el Hades).
12:24 -- "a Jesús el Mediador del pacto". Véanse Hebreos 8:6; 9:15; comentarios. Los israelitas en el Monte Sinaí se acercaban a Moisés; los cristianos a Cristo Jesús, a él que media entre Dios y los hombres (1 Tim. 2:5).
En cuanto al "nuevo pacto", véanse Hebreos 7:22; 8:6-13; 13:20, comentarios.
--"y a la sangre rociada". Véanse Hebreos 9:13, 14,19; 10:22, comentarios.
--"que habla mejor que la de Abel". En este sentido, el punto es el siguiente: Abel nos habla por su fe (11:4), diciéndonos que Dios bendecirá al creyente obediente, pues por eso él ofreció su sacrificio (de sangre, Gén. 4:4). Pero la sangre de Cristo nos habla de la realización de dicha bendición, pues ya que murió Jesús, el creyente obediente puede tener en realidad el perdón de sus pecados y la promesa de vida eterna. El sacrificio de Abel era tipo del sacrificio del "Cordero de Dios" (Jn. 1:29), Jesucristo mismo.
Con la adición de las dos palabras "la de", entonces la idea es que la sangre de Jesús habla mejor que la (sangre) de Abel derramada por Caín. La de Abel reclama venganza, y la de Cristo, misericordia (Luc. 23:34).
Para mí el contexto (y el texto griego en este versículo) apunta más bien a la primera de las dos interpretaciones. La versión Hispanoamericana da el sentido literal del texto griego, al decir: "habla mejor que la de Abel". Las dos palabras, "la de", van en letra cursiva para indicar palabras intercaladas, o agregadas al texto por los traductores.
En vista de todo esto (lo de los versículos Hebreos 12:22-24), ¿cómo podría el lector original de esta epístola pensar en volver a la Ley de Moisés?
12:25 -- "Mirad que no desechéis al que habla". Así comienza esta epístola: "Dios, habiendo hablado". ¡Dios se había dirigido a los hermanos hebreos en el evangelio, tanto como lo hizo a los israelitas en el Monte Sinaí! Serias son las consecuencias de desechar lo que Dios ha dicho. Compárese Hebreos 10:28,29, comentarios.
--"Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra". Véase Hebreos 2:2,3, comentarios. Un ejemplo de esto se halla en Éxodo 32.
--"amonestaba". Véase Hebreos 8:5, comentarios sobre "se le advirtió". Dios advertía, o amonestaba, a aquéllos en el Monte Sinaí por medio de ángeles (Hech. 7:39,53).
El mensaje del evangelio es la advertencia y amonestación de Dios ahora desde el cielo. Habló por ángeles en esa ocasión, y ahora (en la dispensación del evangelio) ha hablado por su Hijo.
--"mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos". Dios ha dado una revelación divina desde el cielo por medio de su Hijo (Hebreos 1:1,2) y por el ministerio del Espíritu Santo enviado a los apóstoles. Desechar a Dios y a su mensaje, para volver a la observancia de la Ley de Moisés, sería una gran tragedia.
Dios habló "en la tierra" (en el Monte Sinaí por medio de ángeles), y el efecto llenó de espanto a todos. Pero ahora ha hablado (en el evangelio y por su Hijo) "desde los cielos", indicándose así por este contraste la importancia de prestar atención en lugar de desechar al que habla, que es Dios mismo.
12:26 -- "La voz del cual conmovió la tierra". Véanse Ex. 19:18; Sal. 68:8.
--"pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo". Véase Hageo 2:6,7. Esta profecía se refirió primariamente a la gloria del segundo templo, y luego a los cambios efectuados por la venida y reinado del Mesías (el Deseado de todas las naciones). El ser conmovida alguna cosa indica la naturaleza temporaria de ella. Los hermanos hebreos "se habían acercado" a lo que tiene permanencia y perfección y finalidad. ¿Por qué apostatarían de ello?
La presentación de la Ley de Moisés en Sinaí ocasionó una conmoción local, pero la introducción del evangelio "agitó" el universo. La voz de Dios hizo temblar a Sinaí, pero la introducción y consumación de lo de los versículos 22 al 24 hace que se conmueva todo el universo, pues no puede permanecer nada de lo temporario o de lo falso.
Esto enfatiza el hecho de que es mucho más sublime y admirable la introducción del evangelio que la de la Ley de Moisés, y por eso más peligrosa cosa sería apostatar del evangelio.
12:27 -- La venida del Mesías y la dispensación del evangelio ha derribado y volteado todo sistema temporario como también falso. Tiene permanencia. A ella pertenecen las "cosas inconmovibles". Esta conmoción continúa en esta dispensación hasta que se quite todo lo que no tiene permanencia. Considérense Hebreos 2:14; Apoc. 11:15; .1 Cor. 15: 24-26; .2 Ped. 1:11.
El reino de Cristo no es temporal, como lo era el judaico, y por eso no puede ser conmovido (Dan. 2:44; 7:14; Luc. 1:33). Dejar el hermano hebreo esta institución divina y permanente por lo que fue conmovido (quitado), era sellar su castigo eterno.
12:28 -- Debido que los cristianos hemos llegado a lo que tiene permanencia (y no puede ser conmovido como lo pudieron la teocracia judaica y las instituciones falsas de los hombres) (Dan. 7:14), tengamos gratitud por haber sido hechos partícipes de este reino (la iglesia de Cristo) y con ella sirvamos en adoración y en vida a Dios de manera agradable, que es con temor y reverencia. Les exhorta el autor a los hermanos hebreos a hacer esto, en lugar de volver atrás al judaísmo.
12:29 -- "Porque nuestro Dios es fuego consumidor". Véase Deut. 4:24. El punto es que Dios es fuego consumidor para el hermano apóstata que renuncia su fe en Cristo por volver al judaísmo. (Lo es también a todo pecador que en el juicio final se encuentre fuera de Cristo). Con más razón, pues, debemos servir a Dios de la manera designada en el versículo anterior. Véase Hebreos 10:27,31, comentarios.
HEBREOS 13
Resumen: Este capítulo final de la epístola consiste principalmente en diversas exhortaciones en cuanto a sus deberes como cristianos. Se basan ellas en todo lo que va expuesto en la epístola. Una exhortación sobresaliente es la de no ser llevados por doctrinas extrañas a la que no es sana, sino dejando "Jerusalén" (el judaísmo) atrás, salir a andar identificados como de Cristo, quien padeció "fuera del campamento", porque vamos hacia la ciudad celestial. El autor pide las oraciones de los hermanos, les expresa una bendición, y finalmente les saluda.
13:1 -- "Permanezca el amor fraternal". Amor fraternal es la traducción de la palabra griega filadelfia, la cual se emplea en Rom. 12:10; .1 Tes. 4:9; .1 Ped. 1:22;. 2 Ped. 1:7. Es una palabra compuesta de dos: amor (filos) y hermano (adelfos). Significa el afecto natural que hay entre hermanos, que se evidencia en la bondad y la simpatía ofrecidas en tiempo de necesidad. Los hebreos manifestaban este amor (Hech. 2:44-47; Heb. 6:10; 10:33). Aquí la admonición es a que continúe.
13:2 -- "No os olvidéis de la hospitalidad". "Hospitalidad" es la traducción de la palabra griega filoxenia, la cual se emplea solamente aquí y en Rom. 12:13. Es compuesta de dos palabras: amor (filos), y desconocido (xenos). En el versículo 1, la palabra filadelfia indica amor hacia hermanos, y en el versículo 2, la palabra filoxenia, amor hacia (hermanos) desconocidos. En .3 Jn 5, aparece la palabra xenos, donde por el contexto se sabe que se hace referencia a hermanos desconocidos, aunque la palabra misma solamente significa alguna persona no conocida. A los hermanos hebreos en estos dos versículos, se les exhorta a continuar a mostrar su amor hacia los hermanos y a no olvidarse de amar aún a los hermanos no conocidos en persona.
Las Escrituras no limitan nuestro amor a hermanos. Otros textos enfatizan la necesidad de amar a todos, para hacerles bien (Gál. 6:10; Mat. 10:42; 25:38-40; etcétera).
--"porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles". Véase Gén. 18:1--19:3. Compárense Jueces 6:11-22; 13:2-20. La idea no es que posiblemente hospedaremos ángeles, sino que como aquéllos (Abraham y Lot) mostraron amor hacia desconocidos que a su vez (siendo ángeles en este caso) les hicieron gran bien, nosotros también podemos recibir una bendición de otros a quienes recibimos con afecto y atención.
13:3 -- "Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos". Véase Hebreos 10:32-34. Compárese .1 Cor. 12:26. Debemos orar por nuestros hermanos que están sufriendo a causa de su fe (Hech. 12:5), y visitar a los encarcelados (Mat. 25:39).
--"y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo". Véase Hebreos 11:25,37.
13:4 -- "Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla". Los cristianos (como todos desde luego) deben tener por honroso el matrimonio, y como consecuencia lo guardarán puro. Nadie tiene derecho de prohibirlo a nadie (1 Tim. 4:3).
--"pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios". Véanse .1 Cor. 6:9,10; .1 Tes. 4:3,6; Apoc. 21:8; 22:15.
Según el reconocido erudito, W. E. Vine, la palabra "fornicación" (porneia) "se usa de una relación sexual ilícita ... incluyendo adulterio", pero la palabra "adulterio" (moicheia) denota el tener relación ilegítima con el esposo, o la esposa, de otro. "Fornicación" es el término comprensivo o inclusivo. No se limita a relación sexual entre solteros. El adulterio, la homosexualidad, la bestialidad, y la poligamia, son todos casos de fornicación. Todo adulterio es fornicación, pero no toda fornicación es adulterio. "Fornicación" es término general; "adulterio" es término específico.
13:5 -- "Sean vuestras costumbres sin avaricia". Compárese .1 Tim. 6:9,10. En el versículo 1 vimos la palabra compuesta de amor y hermano, y en el 2, amor y desconocido. Aquí en el 5 las palabras "sin avaricia" son la traducción de la griega afilarguros. Tiene tres partes: no (a), amor (filos), y dinero (arguros, plata). Se emplea en .1 Tim. 3:3, también.
--"contentos con lo que tenéis ahora". No es prohibición contra el procurar mejores condiciones de la vida física (1 Cor. 7:21; Rom. 12:11), sino una exhortación a poner nuestra confianza en Dios y no en la fuerza del brazo humano. Sobre contentarse y contentamiento, véanse Luc. 3:14; .1 Tim. 6:6,8; .2 Cor. 9:8. El adjetivo de esta palabra se emplea en Fil. 4:11.
--"porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré". Véanse Deut. 31:6,8; Jos. 1:5; .1 Cr. 28:20. Compárese Mat. 6:25-34.
13:6 -- Véase Sal. 118:6. Compárese Sal. 56:4. La versión Hispanoamericana dice, "El Señor es mi ayudador; no temeré; ¿qué me hará el hombre?" La Moderna dice, "... ¿qué puede hacerme el hombre?" Pero, sea en forma declarativa o de interrogación, el sentido es el mismo.
En el versículo 5 vemos lo que "él dijo". Ahora, debido a eso, nosotros "podemos decir" esto citado de Salmos. Las promesas de Dios a diferentes individuos, y la fe y confianza de éstos, basadas en estas promesas, están registradas en las Escrituras para el pueblo de Dios de toda generación. Compárense Rom. 15:4; 1 Cor. 10:11. Los hebreos habían dejado la autoridad de la ley de Moisés, pero no el uso legítimo de las Escrituras del Antiguo Testamento.
13:7 -- El propósito de las exhortaciones en esta sección (vv. Hebreos 13:7-17) es evitar la apostasía al judaísmo de parte de los hermanos hebreos. En este versículo se presenta el ejemplo de algunos ya difuntos que les habían guiado en la fe de Jesús.
--"Acordaos de vuestros pastores". La palabra traducida "pastores" literalmente quiere decir "los que guían". Dice la versión Hispanoamericana en la margen, "directores". La misma palabra se emplea en los versículos Hebreos 13:17, 24. La idea aquí no es tanto de quienes gobiernan o rigen, como la de quienes guían o conducen con el ejemplo de vida y con la palabra predicada. No se trata en este versículo la cuestión de "pastores" en el sentido novotestamentario de "obispos" o "ancianos". (Mucho menos se trata de predicadores sectarios, llamados "pastores" en sentido de título). Se trata de tomar ánimo los hermanos hebreos por medio de recordar el mensaje e imitar el ejemplo de la vida de predicadores fieles de la palabra ya difuntos, que les habían conducido en la verdad por medio de su mensaje y su vida. Esteban y Jacobo, hermano de Juan, son dos ejemplos de éstos (Hechos 7, 12).
--"considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe". La fe de éstos nos recuerda del tema y propósito del capítulo 11. .2 Tim. 4:6-8 es una buena ilustración del punto de este versículo.
13:8 -- "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos". El carácter nada cambiable de Jesús se presenta aquí para afirmar la fe variable de los hebreos, fluctuando entre su fidelidad a Cristo y la tentación de volver atrás al judaísmo. Jesús, dice el autor, no es así cambiable, sino el mismo que fue predicado "ayer" por los que "guiaban" (versículo 7), y es el mismo hoy, sentado a la diestra de Dios como Sumo Sacerdote intercediendo por nosotros, y así el mismo para siempre. La inmutabilidad de Jesús aquí se presenta para exhortar a los hebreos a perseverar.
Compárese Hebreos 1:11,12, comentarios.
Nótese: Este versículo no tiene absolutamente nada que ver con la cuestión de hacer Jesús milagros hoy en día, o de no hacerlos. Los que practican la llamada "santidad divina" a menudo citan este versículo pero ignoran el contexto por completo y tuercen las Escrituras, afirmando que Jesús sigue obrando (por ellos, desde luego) milagros de sanidad como lo hacía en la tierra. Pero el propósito de los milagros y la duración de la era de milagros, ¡no es tema de este contexto!
13:9 -- "No os dejéis llevar de doctrinas extrañas". Compárese Efes. 4:14-16. Aquí se hace referencia especial a las doctrinas del judaísmo y de los judaizantes, aunque esta exhortación vale en todo tiempo y respecto a cualquier doctrina humana.
--"porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia". La gracia es el favor de Dios manifestado en la muerte de Cristo por los pecadores (Hebreos 2:9), y enseñado en el evangelio predicado. La verdad del evangelio, pues, es lo que afirma el corazón (la mente y afectos). En cambio, las "doctrinas diversas y extrañas" llevan lejos al corazón. Como Jesús es incambiable, así también lo es su doctrina. Además, lo es el corazón afirmado por esta doctrina. (¡La gracia enseña!, Tito 2:11,12).
--"no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas". Véase 9:9,10. Las viandas representan las ordenanzas ceremoniales de la ley de Moisés, las cuales no podían afirmar el corazón, porque no trajeron verdadera satisfacción a las necesidades espirituales de los judíos. Esos sacrificios no perdonaban. Compárense Rom. 14:17; .1 Cor. 8:8.
13:10 -- "Tenemos un altar". Metafóricamente el "altar" es Cristo sacrificado por los pecados del mundo. Véase Juan 6:53-57. El altar es puesto por el sacrificio. El altar material (del judaísmo) era para los judíos lo que es Cristo para los cristianos. Como solamente los judíos tenían el derecho exclusivo de beneficiarse de los sacrificios en el altar, así solamente el creyente en Cristo puede recibir los beneficios del sacrificio de Cristo en la cruz. No podía haber ninguna esperanza de salvación para los hermanos hebreos que volverían al judaísmo, en lugar de seguir participando de Cristo (Hebreos 10:26-29).
--"del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo". El judío inconverso apelaba a los hebreos con lo exclusivo del altar judaico. El autor de esta epístola recuerda a los hebreos que nosotros también tenemos un altar exclusivo, del cual no tiene ningún incrédulo derecho de participar. "Comer del altar" es participar de sus beneficios o bendiciones. Véanse .1 Cor. 10:18; 9:13. Los que "sirven al tabernáculo" representan a los judíos incrédulos, y no pueden participar de los beneficios de la muerte de Cristo, porque para esto es necesaria la fe en Cristo (Jn. 6:47; 8:24; 20:31).
13:11 -- El Sumo Sacerdote, el día de la expiación, no comía de los dos sacrificios. ¡No se comió carne! (El corazón no es afirmado con viandas--versículo 9). Los dos sacrificios fueron consumidos con fuego. Véase Lev. 16:11,14-16,27. Fueron quemados con fuego "fuera del campamento".
13:12 -- "Por lo cual" = para cumplir la figura, o tipo.
--"también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre". Esta frase enfatiza el valor y la eficacia de la sangre de Cristo. Véanse Hebreos 2:11, comentarios. Nos separa (santifica) para ser el pueblo de Dios.
La sangre de los dos animales sacrificados el día de la expiación cada año era tipo de la del "Cordero de Dios" (Jn. 1:29).
--"padeció fuera de la puerta". Véase Jn. 19:17,18. Compárese Hech. 7:58. El campamento en el desierto era tipo de la ciudad literal de Jerusalén, el "campamento" del judaísmo. Era Jerusalén la ciudad capital del judaísmo. Como los cuerpos de los dos animales sacrificados fueron quemados en el fuego fuera del campamento, así Jesucristo sufrió la crucifixión fuera de la puerta de Jerusalén. Ahora para participar de los beneficios de su muerte, los judíos tenían que "salir de Jerusalén", dejando el judaísmo atrás, para identificarse con el sacrificio del "Cordero de Dios".
13:13 -- "Salgamos, pues, a él, fuera del campamento". Según la idea judaica, lo de fuera del campamento significaba lo inmundo. Pero era necesario para el judío "salir del campamento" (dejar el judaísmo representado por Jerusalén, un mero campamento temporario, y no una ciudad permanente) para obtener la salvación del alma, porque fue allí donde el Mesías padeció por todos. No había esperanza (ni la hay hoy en día) en la descendencia carnal. La única manera de hallar la aceptación de Dios es por medio de llevar el vituperio de Cristo.
--"llevando su vituperio". Véanse Hebreos 11:26; .1 Ped. 4:14. Tenemos que identificarnos con Cristo. Tenemos que ser de él y sufrir por él exactamente como si hubiéramos estado presentes aquel día que él salió de la ciudad para ser crucificado. Considérese el ejemplo de Pablo, Fil. 3:3-8. Volver al judaísmo para evitar la persecución (o por otro motivo) habría sido para los hermanos hebreos el rehusar identificarse con el Salvador y llevar su vituperio.
13:14 -- Salir del campamento (de Jerusalén, del judaísmo) sería para el judío dejar su patria. ¡Pero la ciudad de Jerusalén no era permanente! ¡Lo que representaba (para el judío inconverso) no era permanente! Iba a ser destruida esa ciudad (Mateo capítulo 24).
El cristiano, pues, busca (Hebreos 11:14) una ciudad, o patria, que sí permanece. Véase Hebreos 11:10,14,16. No era nada para el hermano hebreo "salir del campamento" en vista del gran premio que se obtiene en Cristo (Hebreos 10:35; 11:6,26). Jesús mismo salió de esa ciudad para morir por el hombre, y profetizó la destrucción de ella. El hermano hebreo, pues, debía sufrir el destierro de esa ciudad, para andar fielmente como "extranjero y peregrino" (Hebreos 11:13) unos cuanto años en esta tierra, sabiendo que así podría por fin llegar a la ciudad eterna en el cielo. Véase Hebreos 12:22, comentarios.
13:15 -- El cristiano fiel confiesa con su boca su fe en Cristo, y éste es el "sacrificio" que quiere Dios y que se le alabe. El "fruto de labios" es lo que los labios dicen (Isa. 57:19; Oseas 14:2). En lugar de volver al sistema judaico de sacrificios, se les exhorta a los hermanos hebreos ofrecer a Dios el "sacrificio de alabanza" que consiste en confesar con los labios la fe en Cristo. Véanse Mateo 10:32; Rom. 10:9,10.
Nuestros sacrificios son "espirituales" (1 Ped. 2:5). Véase también el versículo 16 que sigue. Son ofrecidos por la mediación de Cristo ("por medio de él", dice este versículo). Véase Hebreos 4:14-16.
Seguramente la entonación de himnos es una manera en que los labios rinden alabanza al nombre de Dios.
13:16 -- "Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis". La versión Hispanoamericana dice, "Mas de la beneficencia y comunicación no os olvidéis ..." La moderna dice, "Mas del bien hacer y de la comunicación no os olvidéis".
El versículo 15 menciona la alabanza; éste, otros dos sacrificios espirituales. El ocuparnos en estros deberes es prueba de nuestra actitud correcta y que se conforma a la Divina. Estos son los sacrificios que le agradan a Dios. ¡Olvídense los hermanos hebreos de cualquier otra clase de sacrificio!
13:17 -- "Obedeced a vuestros pastores", o directores (los que guían), "y sujetaos a ellos". Es la misma palabra griega que aparece en versículo 7. Véanse los comentarios allí. Por el tiempo de los verbos, sabemos que aquí se refiere a vivos, mientras que en el 7 ya estaban muertos los que habían guiado.
Estos son los obispos o ancianos de las congregaciones. Estos "os presiden en el Señor" (1 Tim. 3:1-7; Hech. 20:17,28; .1 Ped. 5:1-4). No son meramente hombres mayores de edad, sino quienes dirigen la congregación y a los cuales se nos manda que les obedezcamos, o nos sujetemos.
--"porque ellos velan por vuestras almas", para que no vuelva atrás nadie, ni al judaísmo ni al mundo. Es por eso que debemos obedecerles y sujetarnos a su dirección fiel. Desde luego si ellos guían mal, no hemos de seguirles, Hech. 20:29,30).
--"como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso". La alegría es el resultado de andar bien todos y ser salvos eternamente. De la pérdida de hermanos (que caen en la apostasía o en la mundanalidad) resulta la "lamentación" (versión Hispanoamericana), o "pesadumbre" (versión Moderna). Véase de nuevo Hebreos 6:4-8 y Hebreos 10:26-31.
Aunque experimentarían lamentación los ancianos en tal caso, la gran desventaja (en realidad tragedia) sería para los apóstatas.
13:18 -- "Orad por nosotros". Compárense .1 Tes. 5:25;.2 Tes. 3:1; Rom. 15:30; .2 Cor. 1:11; Col. 4:3; Efes. 6:18,19.
--"pues confiamos en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo". Solamente en el caso de tener buena conciencia puede uno pedir las oraciones de otros. El autor sabía que con confianza podrían los hermanos hebreos orar por él porque su oposición al judaísmo y sus fuertes exhortaciones no se basaban en ninguna consideración siniestra o egoísta, sino en una buena conciencia mientras él servía a Dios en Cristo Jesús.
Sobre "buena conciencia", véanse Hech. 23:1; 24:16; .1 Tim. 1:5,19 (Rom. 14:23); 3:9; .2 Tim. 1:3; .1 Ped. 3:16,21.
Este versículo, y el siguiente, hacen evidente que el autor era persona bien conocida de los hebreos.
13:19 -- "Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea restituido más pronto". Pidió las oraciones de los hebreos para que Dios bendijera sus deseos de reunirse con ellos. Véase versículo Hebreos 13:23. ¡La oración tiene eficacia! (1 Jn. 5:14; Mat. 7:7).
No sabemos qué le impidiera al autor haber ido con anterioridad a los hebreos. Tal vez fue su encarcelamiento. Véase Introd., III C.
13:20 -- "Y el Dios de paz". Esta expresión de la Deidad se halla en las epístolas de Pablo solamente (Rom. 15:33; 16:20; .2 Cor. 13:11; Fil. 4:9;. 1 Tes. 5:23).
Dios es el Autor (1 Cor. 14:33) y Dispensador (Col. 1:2) de la paz. Se les recuerda esto a los hebreos a quienes era necesario exhortarles a seguir la paz (véanse Hebreos 12:14, comentarios). Tendrían ellos a volver al judaísmo, a no seguir a sus directores, a olvidarse de la ayuda mutua, etcétera. Estas inclinaciones o actitudes no producían paz. Los muchos problemas en la iglesia siempre estorban la paz que Dios quiere que reine.
--"que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo". Era según el Nuevo Testamento que el Sumo Sacerdote, quien se ofreció a sí mismo, resucitara de los muertos. Por la resurrección Dios declaró abierta y públicamente que Jesucristo es su Hijo (véanse 1:5, comentarios sobre "Mi Hijo").
--"el gran pastor de las ovejas". En el versículo 17 el autor menciona a los directores, que son los ancianos, obispos, o pastores de congregaciones de santos. Ahora se refiere al Gran Pastor, a Jesucristo. Véanse Jn. 10:11;. 1 Ped. 2:25; 5:4. (Nótese: en esta versión, la Revisada de Valera, 1960, en los versículos 7, 17 y 24 aparece la palabra "pastor", como también aquí en el 20. Pero en el texto griego son dos palabras distintas. En los 7, 17 y 24 es jegoumenoi, que quiere decir "los que guían" o dirigen. En el 20 es poimen, que significa "pastor").
Los profetas se referían al Mesías con el título de "Pastor" (Isa. 40:11; Ez. 34:23, David = Jesús; Zac. 13:7).
Las "ovejas" son los cristianos, la iglesia. Véanse Jn. 10:16; Luc. 12:32; Efes. 2:11-16.
--"por la sangre". Véanse Hebreos 9:14-23, comentarios; Mat. 26:28. Por virtud de la sangre de Jesús derramada en la cruz, el Soberano del Universo pudo levantar de los muertos a Jesucristo y ofrecer al pecador creyente el perdón de sus pecados.
--"del pacto eterno". El Nuevo Pacto es eterno; el Viejo pasó. Véase Hebreos 8:13, comentarios.
13:21 --"os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad". Era útil tal expresión de deseo de parte del autor para quienes andaban en peligro de apostatar de la verdad y volver al judaísmo.
--"haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo". Compárese Fil. 2:12,13. Dios lo hace por medio de su verdad revelada en Jesucristo. Lo hacemos nosotros en el sentido de poner por obra lo que nos ha dicho Dios.
Dios lo hace "por Jesucristo", el Alfa y la Omega de la obra salvadora de Dios. No lo hace por el judaísmo, ni por cualquier otro sistema. ¡Jesucristo es exaltado a través de esta epístola!
--"al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén". Esta doxología se aplica a Dios (Rom. 16:27) como también a Cristo (2 Ped. 3:18). Se aplica a los dos a la vez en Apoc. 5:13. En este versículo sigue inmediatamente a Jesucristo, y por eso muchos consideran que justamente se aplica a Cristo. De hecho, él es el exaltado a través de esta epístola. Se le aplica a él la gloria que los judíos solían dar a Dios el Padre. Pero por otra parte, dicen otros, más bien se aplica aquí a Dios el Padre porque él es el sujeto principal de toda la frase de los versículos 20 y 21.
"Amén" es palabra hebrea. Quiere decir "de cierto". El apóstol Juan es el único de los autores novo testamentarios que la emplea en repetición, diciendo "Amén, amén" (De cierto, de cierto; Jn. 3:3,5). Se empleaba en las sinagogas (y después en las asambleas de cristianos, .1 Cor. 14:16) por los oyentes para afirmar que estaban de acuerdo con lo leído o dicho.
13:22 -- "Os ruego, hermanos, que soportéis". Suavemente y con ternura el autor se dirige a los lectores que tanto necesitaban el mensaje de esta epístola. La exhortación se requiere cuando andamos mal, o estamos para hacer mal. El no arrepentido no quiere la exhortación, pero al que anda mal, o está para hacerlo, le conviene "soportarla". La exhortación no hace mal a nadie.
--"la palabra de exhortación". Esta frase se refiere a la epístola entera, y declara que la naturaleza de ella es exhortatoria. Mucho necesitaban los hermanos hebreos la "palabra de exhortación" de esta epístola, en vista de las ideas y prejuicios judaicos que les rodeaban.
--"pues os he escrito brevemente". Aunque esta epístola es relativamente larga, comparada con otras en el Nuevo Testamento, es breve en vista del tema tratado y el problema atendido. En Hebreos 5:11 el autor indicó que había mucho que decir.
13:23 -- Véase Introducción, III C. La asociación tan íntima entre Pablo y Timoteo es fuerte indicación de que Pablo es el autor de esta epístola, pero no es prueba absoluta de ello.
--"Sabed que está en libertad nuestro hermano Timoteo". Si la expresión "está en libertad" se refiere a algún encarcelamiento que sufrió Timoteo, éste es el único pasaje en el Nuevo Testamento referente a ello. No hay en las cartas escritas por Pablo desde la cárcel en Roma ninguna indicación de que hubiera estado encarcelado Timoteo, aunque Timoteo estaba con Pablo gran parte del tiempo (Fil. 1:1; Col. 1:1; Filemón 1).
--"si viniere pronto, iré a veros". El autor deseaba ir a ver a los hermanos hebreos. Véase versículo Hebreos 13:19, comentarios. Este versículo indica que el autor estuvo libre en este momento de escribir.
13:24 -- "Saludad a todos vuestros pastores". Véase versículo 17, comentarios.
--"y a todos los santos" conocidos por los hebreos dondequiera y a quienes tendrían la oportunidad de ver. Sobre "santos", véase Hebreos 3:1, comentarios.
--"Los de Italia os saludan" = hermanos conocidos por el autor en Roma. (Los que toman la posición de que no fue escrita esta epístola por Pablo, ni desde Roma, explican que "los de Italia" eran hermanos italianos, o romanos, que estaban con el autor de dónde escribió él la epístola, y que mandan saludos juntamente con el autor a los hebreos en Roma). Véase Introducción I. E; y III. D.
13:25 -- "La gracia sea con todos vosotros". Es la gracia (o favor) divina la que desea el autor que sea con los lectores. Véanse Rom. 16:20; Tito 3:15, etcétera.
--"Amén". Véase versículo Hebreos 13:21, comentarios.