La Cena Del Senor
I. INTRODUCCION LA MUERTE DE CRISTO
Probablemente ningún tema religioso ha sido circundado por más áreas de controversia dentro y fuera de la iglesia que la Cena del Señor. Este libro intenta tratar con la mayoría de aquellas. No obstante, debido a estas controversias la cosa más importante a menudo es empujada a la raíz – por qué tenemos la Cena del Señor y qué significa.
Este libro está proyectado con tres propósitos en mente.
Primero, hacer mas significante la Cena del Señor para el Cristiano. El autor siente que ha sido descuidada esta área de estudio. En un tiempo cuando la iglesia es criticada porque los servicios de adoración son fríos y vacíos no debemos ignorar las críticas. Más bien, deberíamos hacer una examinación para ver si quizás son válidas las críticas, al menos en algún grado. Mientras el liderazgo de una congregación puede ser una falta cuando el servicio de adoración no es tan benéfico para el adorador como uno quisiera, debe ser enfatizado que la solución final reposa principalmente con el individuo. El tiene la responsabilidad de prepararse a sí mismo.
Segundo, como una apelación por la unidad. Este material está siendo preparado en un momento de la historia cuando hay “guerras y rumores de guerras”, trágicamente, entre los hermanos. Muchos congregaciones están desgarradas por la contienda. La indiferencia y el estancamiento se ha establecido en muchos miembros del cuerpo. La prosperidad y el materialismo son los principales factores que nos hacen perder de vista todo lo que está pasando – lo cual es nuestro propósito. Jesús oró por la unidad en la víspera de Su traición. El hombre necesitaba estar unido con Dios (Ef. 2:12-13). Necesitaba estar unido con el hombre (Ef. 2:11,115-17;
Jn. 13:35). Necesitaba estar unido consigo mismo. La muerte separa a un hombre de sí mismo (Stg. 2:26). Jesús murió para abolir la muerte. La cosa más irónica de los últimos 2000 años es que ha habido tantas áreas de controversia con respecto a un tema sobre el cual debería haber tanta unidad. Si nos acercamos a este tema con la actitud de desear seriamente agradar a Dios, muchos problemas pueden ser disipados.
Tercero, tratar con las preguntas y controversias sobre la Cena del Señor. Si podemos aprender y practicar la voluntad de Dios sobre el tema, entonces podemos reenfocarnos sobre el verdadero propósito de este gran
memorial. Satanás querrá distraernos de pensar acerca del sacrificio supremo. Cuando los hermanos empiecen a engrandecer lo menor y a disminuir lo mayor, usualmente Satanás está detrás de esto.
La Muerte de Cristo
Es totalmente adecuado que un estudio de la Cena del Señor empiece con lecciones sobre la muerte de Cristo. Puesto que nuestra adoración debe ser en espíritu y en verdad, tal estudio puede hacer más significante este solemne memorial cuando participemos. Ningún evento en la historia de la humanidad tiene el potencial para afectar el destino eterno del hombre que la muerte del unigénito hijo de Dios (Jn. 3:16). ¡Esa fue la semana que sacudió al mundo! No hay un evento más importante al que un memorial pueda estar conectado que este dádiva suprema. Por esta razón, es de extrema significancia que a un estudio de la Cena del Señor se le dé la mas sería consideración. No es un tema menor. El autor está en deuda con un escritor desconocido quien ha escrito la siguiente porción, llamada “Lo Superlativo”. DE TAL MANERA AMO (el grado más grande) DIOS (el más grande amante) AL MUNDO (la compañía más grande), QUE HA DADO (el acto más grande) A SU HIJO UNIGENITO (el regalo más grande), PARA QUE TODO AQUEL (la más grande oportunidad) QUE EN EL (la más grande atracción) CREE (la cosa más sencilla), NO SE PIERDA (la más grande promesa), MAS (la diferencia más grande) TENGA (la certeza más grande) VIDA (la más grande posesión) ETERNA (la más grande duración).
de Cristo no fue un accidente que ocurrió sin pensarlo. Los eventos alrededor de ella habían sido mencionados mucho antes. A continuación está una lista de algunas de las profecías conectadas con la muerte de Cristo que se cumplieron en el Nuevo Testamento.
Algunas de estas profecías entran en particular detalle en la descripción de este notable evento. En la lectura de las narraciones de los evangelios de la muerte de Cristo (Mat. 26-27; Mr. 14-15; Luc. 22-23; Jn. 17-19), aprendemos que fue herido, azotado, coronado con espinas, tuvo que cargar su propia cruz, escupido, burlado, abandonado, colgado en la cruz (siendo clavado en ella), y muerto. Después que murió su costado fue atravesado. La cosa importante es esta: ¡Nada de esto tenía que pasarle! A través de Su sufrimiento, probó la pena y la angustia que merecíamos y no tenía que venir para ser “herido por nuestras rebeliones” (Isa. 53:5a).
Es una cosa vergonzosa sufrir la muerte de un criminal insensible. Pero es de profunda ignominia cuando ese es un inocente. La única cosa acerca de las declaraciones de la inocencia de Cristo es que todo fue hecho por sus enemigos. Escuche el testimonio de ellos. Pilato: “Ningún delito halló en este hombre” (Luc. 23:4). La esposa de Pilato: “No tengas nada que ver con ese justo ...”
PROFECIA
Salmos 2:2
Salmos 22:1
Salmos 22:6
Salmos 22:7-8
Salmos 22:16
Salmos 22:17
Salmos 22:18
Salmos 31:5
Salmos 34:20
Salmos 35:11
Salmos 38:11
Salmos 41:9
Salmos 69:19
Salmos 69:21
Salmos 109:25
Isaías 50:6
Isaías 53:3a
Isaías 53:5-6,10
Isaías 53:7
Isaías 53:8
Isaías 53:9
Isaías 53:12
Isaías 61:8
Daniel 9:26
Amós 8:9
Zacarías 11:12
Zacarías 11:13
Zacarías 12:10
Zacarías 13:1
Zacarías 13:7
CUMPLIMIENTO
Marcos 15:1
Mateo 27:46
Mateo 27:39-44
Mateo 27:39-44
Juan 20:25-28
Mateo 27:36
Mateo 27:35
Lucas 23:46
Juan 19:32-33,36
Marcos 14:56
Lucas 23:49
Juan 13:18
Mateo 27:27-28
Mateo 27:34
Mateo 27:39
Mateo 26:67; 27:26
Juan 1:11
Romanos 5:6-8
Mateo 26:62-63; 27:14-14
Hechos 8:32-35
Marcos 15:1-25
Mateo 27:57-60
Marcos 15:27-28
Marcos 14:24
Mateo 26:64
Mateo 27:45
Mateo 26:15
Mateo 27:3-7
Juan 19:34
Juan 19:34
Marcos 14:27,50; Mat. 26:31
Algunas de estas profecías entran en particular detalle en la descripción de este notable evento. En la lectura de las narraciones de los evangelios de la muerte de Cristo (Mat. 26-27; Mr. 14-15; Luc. 22-23; Jn. 17-19), aprendemos que fue herido, azotado, coronado con espinas, tuvo que cargar su propia cruz, escupido, burlado, abandonado, colgado en la cruz (siendo clavado en ella), y muerto. Después que murió su costado fue atravesado. La cosa importante es esta: ¡Nada de esto tenía que pasarle! A través de Su sufrimiento, probó la pena y la angustia que merecíamos y no tenía que venir para ser “herido por nuestras rebeliones” (Isa. 53:5a).
Es una cosa vergonzosa sufrir la muerte de un criminal insensible. Pero es de profunda ignominia cuando ese es un inocente. La única cosa acerca de las declaraciones de la inocencia de Cristo es que todo fue hecho por sus enemigos. Escuche el testimonio de ellos. Pilato: “Ningún delito halló en este hombre” (Luc. 23:4). La esposa de Pilato: “No tengas nada que ver con ese justo...” (Mat. 27:19). Judas: “Yo he pecado, entregando sangre inocente ...”(Mat. 27:4). El ladrón: “... éste ningún mal hizo” (Luc. 23:41). El centurión Romano: “Verdaderamente éste era Hijo de Dios” (Mat. 27:54). “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isa. 53:4- 5).
II. LA CENA DEL SEÑOR INSTITUIDA
La víspera de su traición, Jesús estaba celebrando la fiesta de la pascua con sus discípulos. Esta fiesta tuvo su origen cuando los hijos de Israel estaban a punto de ser liberados de la esclavitud en Egipto. La sangre sobre los marcos de la puerta fue el medio para obtener la liberación de parte de Faraón (Ex. 12-13).
Esta fiesta debía ser guardada por sus generaciones. La pascua, en la que el pueblo fue salvo por la sangre del cordero, es un tipo de nuestra salvación por sangre. El cordero pascual era tipo de Cristo (1 Cor. 5:7).
La fiesta de la pascua era tipo de la Cena del Señor. Que ningún hueso del cordero debía ser quebrado (Ex. 12:46) corresponde al hecho de que ningún hueso de Cristo debía ser quebrado en cumplimiento de la profecía (Sal. 34:20; Jn. 19:32-36). La pascua conmemoraba la liberación de la esclavitud en Egipto. La Cena del Señor conmemora nuestra liberación de la esclavitud del pecado (Mat. 26:28).
En memoria de Su muerte, Jesús escogió los elementos de la fiesta de la pascua. Pan y fruto de la vid fueron seleccionados como los memoriales de su cuerpo y sangre (Mat. 26:17,26-29; Mr. 14:22-25; Luc. 22:19-20;. 1 Cor. 11:23-26). Durante los siete días de los panes sin levadura, toda levadura debía ser sacada de la casa. Cualquiera que comiera pan leudado habría pecado y sería cortado de Israel – una maldición severa (Ex. 12:15,19-20). Si Jesús hubiera traído levadura al lugar de la fiesta de la pascua (donde instituyó la Cena), habría violado la ley, siendo culpable de pecado, y no podría haber sido nuestro Salvador. En vista de que guardó la ley perfectamente y no pecó (1 Ped. 2:22) aprendemos por inferencia necesaria que fue usado pan sin levadura. Y en vista de que nos dejó ejemplo “... para sigáis sus pisadas” (1 Ped. 2:21), por tanto, deberíamos usarlo hoy día. Debemos estar de acuerdo en que el pan sin levadura, un símbolo de pureza, es muy apropiado para representar el cuerpo del Cristo puro y sin pecado. Nunca ha habido disputa en que el elemento a beber fue el producto de la uva – “fruto de la vid”. En conexión con la Cena del Señor, el elemento a beber nunca
es llamado “vino”.
La sangre desde hacía mucho se usaba en las tierras Orientales al hacer los pactos (Ex. 24:6-8). Esa sangre tenía que venir de una víctima. Jesús se describió a sí mismo como la víctima de la cual debía ser tomada la sangre para ratificar el nuevo pacto. En la narración de Lucas 22:14-20 es hecho un paralelo entre la comida de la pascua y la Cena del Señor. Cada uno empezó con la comida y fue seguido por la bebida. Jesús se colocó entre los dos elementos, exactamente como se coloca entre la ley y el evangelio. La pascua tipificaba el sufrimiento del Señor antes de que ocurriera. La Cena del Señor tipificó su sufrimiento después de que ocurrió.
Cosas Que Confesamos o Reconocemos al Participar de la Cena del Señor
En la conmemoración de esta fiesta solemne, estamos haciendo las siguientes confesiones:
(1) Que Jesús murió por nuestros pecados (Mat. 26:28).
(2) Que la ley de Moisés ya no está en vigencia (Heb. 9:14-15).
(3) Que estamos bajo un nuevo pacto o testamento (Mat. 26:28).
(4) Que el reino ha venido (Mat. 26:29;. 1 Cor. 11:17-24).
(5) Que deberíamos estar unidos (1 Cor. 10:17,21).
(6) Que Cristo va a venir de nuevo, y que de esta manera ha sido resucitado (1 Cor. 11:26).
Memoriales
Hoy día, monumentos de piedra, metal, y de arte son levantados para honrar a hombres famosos. Pero nuestro Señor “ni es honrado por manos de hombres, como si necesitas de algo ...” (Hch. 17:25). Tales memoriales a menudo están conectados a una localización geográfica (el Monumento a Washington, la tumba de Kennedy, la tumba de Simón Bolívar, etc.). Las personas a menudo se reúnen al lado del sepulcro de hombres famosos para dirigir servicios memoriales. Pero Cristo es honrado donde dos o tres están reunidos en Su nombre (Mat. 18:20). Su tumba está vacía. Los elementos escogidos son universales y pueden ser conseguidos alrededor del mundo con sólo un poco de tiempo planeado. Deberíamos maravillarnos ante la sabiduría del Dios Todopoderoso al seleccionar un memorial tan apropiado. Deberíamos ser humildes. Nuestra fe en Su palabra, nuestra esperanza en Su regreso, y nuestro amor por Su aparición son proclamados cuando celebramos la Cena del Señor (2 Tim. 4:8).
Conclusión
El pecado envió a Jesús a la cruz. Cuando contemplamos seriamente la muerte horrible y vergonzosa que sufrió, deberíamos estar agobiados con la terriblez del pecado. Esto es siempre peor de lo que pensamos. A través de Su propia libertad de escoger, Jesús colocó Su vida (Jn. 10:17-18). Nos dió la Cena del Señor de manera que pudiéramos ser participantes con El (1 Cor. 10:16). La paradoja de la Cena del Señor es esta: Deberíamos estar afligidos de que una persona inocente sufrió y murió en lugar nuestro. Deberíamos estar avergonzados de que fueron nuestros pecados los que lo enviaron a la cruz. Deberíamos estar agradecidos de que nos amó tanto. Deberíamos estar gozosos ante la expectativa de Su regreso. La Cena del Señor mira al interior (cuando nos examinamos a nosotros mismos), a lo exterior (en la comunión con nuestro Señor, atrás (a Su muerte), y adelante (a Su regreso).
III. UN ESTUDIO DE .-1 CORINTIOS 10:16-21; 11:17-34
La disertación más larga sobre la Cena del Señor es encontrada en los escritos de Pablo, siendo la razón aparente que cuando se instituyó, no había estado en existencia lo suficiente por los abusos desarrollados. Hay algunas lecciones necesarias contenidas en la carta de Pablo a los Corintios con respecto a esta comida
memorial. Es esencial que el estudiante lea estos pasajes en la Biblia antes de proceder.
.- 1 Corintios 10:16-21
En la mayoría de las naciones el acto de comer juntos ha sido considerado como un símbolo de unidad (de esta manera, la exhortación de no comer como un hermano rebelde, (1 Cor. 5:11). Aquí, Pablo muestra cuan inconsistente es para uno comer en la mesa del Señor y en la mesa de los demonios. Es imposible estar unido con Cristo y Satanás al mismo tiempo (Mat. 6:24). Por tanto, los Corintios no podían participar de la fiesta solemne que honra a nuestro Salvador y luego participar también en una fiesta honrando a un ídolo.
La comunión es el medio por el cual expresamos nuestra vinculación y devoción a Cristo como Cristianos. Cuando tenemos comunión (participar conjuntamente) en beber la copa, admitimos que participamos de las mismas bendiciones y que tenemos los beneficios de Su sangre en común. El hecho de que todos participamos
de un pan, nos hace un cuerpo (unidos conjuntamente). Nuestra participación del un pan es símbolo de la unidad que debería caracterizarnos.
.- 1 Corintios 11:17-20
Pablo alabó a los Corintios en el v.2 pero ahora trata con un asunto en el que no podía ofrecer alabanza – su perversión de la Cena. En lugar de armonía (lo mejor) había desorden (lo peor). Cuando se habían reunido para conmemorar la muerte del Señor “no es posible comer la cena del Señor” (v.20 – TNM).
“Esto no puede ser posiblemente sus verdaderas intenciones. Cualquiera que afirme que lo está haciendo, realmente no está celebrando la Cena del Señor”.
Estas reuniones estaban caracterizadas por divisiones y disensiones. El no quiere decir que habían formado congregaciones separadas (no lo habían hecho). La discordia era dentro del grupo local. Cuando Pablo dice que “es preciso que entre vosotros haya disensiones” (1 Cor. 11:19) no quiere decir que esto es lo natural del Cristianismo, o que Dios desea que sea en esa forma, o que están predestinados a serlo. Quiere decir que son esperadas a causa de la naturaleza de los hombres (las ambiciones humanas). Ellas muestras quiénes son y quiénes no, los verdaderos discípulos. (Véase una declaración similar en Mat. 18:7).
.- 1 Corintios 11:21-22
Dos visiones serán presentadas con respecto a lo que ocurrió en Corinto. La primera es que los Corintios estaban teniendo una “fiesta ágape” y se les salió de la mano. Esta visión es promovida por muchos historiadores y comentaristas. Aquellos que trajeron comida empezaron a beber y comer sin esperar a los demás. Aquellos que no trajeron comida se fueron hambrientos. Esto les impidió tomar la Cena del Señor, la razón misma por la cual se reunieron los discípulos (Hch. 20:7). El DICCIONARIO DAVIS DE LA BIBLIA dice “Estaban teniendo fiestas en la iglesia en conexión con la Cena del Señor. Crisostomó declara que después que el gozo común de las primeras existencias había cesado, los miembros más ricos traían contribución de alimento y bebida para la iglesia, de lo cual, a la conclusión del servicio y después de la celebración de la Cena del Señor, todos participaban, el más pobre no era excluido, ayudando por este medio a promover el principio del amor entre los Cristianos ...” – Pág. 480. Si este es el caso, aunque no sabemos mucho acerca de estas fiestas, hay algunas cosas de las que podemos estar seguros:
(1) Estas eran de origen humano, no estando autorizadas en ninguna parte como parte de la adoración u obra de
la iglesia.
(2) Aunque dos referencias a las fiestas ágape aparecen en las Escrituras (2 Ped. 2:13; Judas 12), el único
ejemplo de una sería este en Corinto mencionado por Pablo.
(3) Este ejemplo no es claramente un ejemplo apostólico aprobado, puesto que Pablo les dice que dejen de
hacerlo. Hace una distinción estricta entre la función de la “iglesia” (la Cena del Señor) y la función del
“hogar” (banquetes, festejos). Tales festejos eran para propósitos sociales y de entretenimiento.
Aquellos que originaron tales practicas pudieron haber tenido buenas intenciones pero Pablo no le da ninguna consideración cualquiera que sea (Comp. “muchos milagros”, Mat. 7:22-23). En lugar de simplemente decirles que paren el abuso de sus festejos, les dice que lo corten, que lo separen de la iglesia. La segunda visión es mejor declarada por Albert Barnes. “Para entender esto, parece necesario suponer lo que tenían ... habían conectado la Cena del Señor con un festejo común y corriente, o la consideraban como un mero festejo común para ser celebrado en una forma similar a las festividades entre los Griegos ... Puede ser observado que la pascua no era un festejo o festividad simplemente preliminar. No tenía parecido a las así llamadas
fiestas ágape. Era en sí misma una ordenanza religiosa; un señalamiento directo de Dios; y nunca fue considerada como designada para ser lo PRELIMINAR o INTRODUCTORIA para la celebración de la Cena del Señor, sino que siempre se entendió como designada para ser INVALIDADA y REEMPLAZADA por esta ... no se ... no hay la más leve evidencia de que la ... Cena del Señor fuera INVALIDADA o REEMPLAZADA, en los tiempos de los apóstoles, por tales festejos, como una fiesta ágape. No hay evidencia en los pasajes ante nosotros; no es aducido de cualquier otra parte del Nuevo Testamento. A mi mente parece también improbable que los desordenes en Corinto tomaran esta forma – que primero debían celebrar una fiesta común, y luego la Cena del Señor de una manera regular. La declaración ante nosotros nos lleva a creer que todo era irregular e impropio; que habían equivocado completamente la naturaleza de la ordenanza, y la habían convertido en una ocasión de festividad ordinaria y común, y aún de exceso
en la bebida; que ellos habían llegado a considerarla como una fiesta en honor del Salvador sobre uno de tales principios como celebraban las fiestas en honor de los ídolos, y que todos estaban supuestos a hacerla DIFERENTE de lo que eran aquellas festividades, que esta era en honor de Jesús antes que a un ídolo, y debía ser celebrada con alguna referencia a su autoridad y nombre”,
NOTAS DE BARNES SOBRE EL NUEVO TESTAMENTO,
.1 Cor. 11:21. (Para comentarios adicionales sobre los ágapes véase Barnes sobre .-2 Ped. 2:13 y Judas 12).
El autor está inclinado hacia la última visión puesto que es más probable que los Corintios hayan sido influenciados por las prácticas idólatras de los Griegos (con las que estaban muy familiarizados, .1 Cor. 6:9-11) que con las prácticas Judías. Haciendo caso omiso de la explicación uno puede aceptar la corrupción por parte
de los Corintios, el resultado es el mismo. Pablo ordenó que se detuvieran.
.- 1 Corintios 11:23-26
El remedio de Pablo para el abuso de la Cena del Señor es volver a declarar las instrucciones originales con respecto a su celebración. Esto es siempre apropiado. Hace esto en una forma hermosa y conmovedora por medio de llevar a los Corintios (y a nosotros) de regreso a la noche cuando el Señor fue traicionado.
Da el orden de los eventos, lo que ocurrió, y por qué. En vista de que Pablo no estuvo presente cuando la Cena fue instituida, recibió este conocimiento por revelación directa (Gál. 1:11-12). Por medio de mezclar la comida espiritual y la comida común, el modelo para la comunión había sido profanado. Ahora, en todo su significado y pureza original, Pablo lo presenta nuevamente. En la misma noche que Jesús fue traicionado no estaba pensando de Sí mismo (como los Corintios estaban pensando de sí mismos), sino en Sus discípulos, ambos presentes y para todo tiempo. Les habló de la triste solemnidad de la ocasión en contraste a la francachela irreverente de los Corintios. Cuando Jesús dijo “haced esto en memoria de mí”, no dijo que se hiciera “para recordar” sino porque recordamos. La Cena del Señor no es para prepararnos para recordar. Recordamos, por tanto participamos. Las palabras “después de haber cenado” (1 Cor.11:25) se refiere a la comida pascual. No fue durante la comida que Jesús instituyó Su memorial, sino después. De esta manera, la Cena del Señor no es una parte de otra comida, ni es una comida ordinaria. Los Corintios estaban tratando de convertirla en una comida común.
Mientras la pascua tenía un significado espiritual, era una verdadera festividad que proporcionaba alimento físico y podía satisfacer el apetito. Los ágapes también eran para satisfacer al cuerpo físico y de esta manera eran fiestas idólatras. Pero la Cena del Señor no era para ese propósito. No hay otra comida como esta. Jesús se refirió a la copa como “el nuevo pacto en mi sangre”. Esta sangre confirmó que se había hecho un nuevo pacto. Este era el pacto hablado por Jeremías (Jer. 31:31-34). También dijo “haced esto”. Cuando uno dice que no es
necesario participar en absoluto, está diciendo que es innecesario proclamar la muerte del Señor o Su segunda venida.
.- 1 Corintios 11:27-32
Nótese las palabras “indignamente” (“de una manera indigna” – NVI). Esto se refiere, no al hombre, sino a la manera. Realmente, nadie la merece porque todos han pecado. Mas bien, se refiere a la disposición y actitud de uno al momento de participar. Pablo pudo haberle dicho a los Corintios que no eran dignos de participar, pero él estaba hablando acerca de su estado de ánimo cuando estaban realmente comprometidos en la celebración. Su actitud era errónea. Un predicador habló de un hombre participando sacrílegamente. Extendió una tostada con la copa a un amigo cercano y luego consumió esto como un personaje en una escena de bar en una película de vaqueros. Violó este pasaje. Algunos equivocadamente se han abstenido de participar porque se sintieron (como individuos) que eran indignos. Esta es una idea equivocada. El texto no habla de “ser dignos”, sino de la manera en que se debe tomar; es decir, dignamente. Observar la Cena indignamente es hacerlo sin discernir el cuerpo del Señor (1 Cor. 11:29); eso es, hacerlo mientras piensa en cosas mundanas (como por ejemplo, en los banquetes en que los Corintios habían convertido la Cena del Señor). El Señor sabía que nadie era digno, sin embargo, nos mandó a participar. Cuando una persona participa indignamente, ha cometido un crimen atroz contra el Señor. ¿Sería uno tan irrespetuoso como para sorprender a todos con una broma o chanza en el funeral de su mejor amigo? El tal es culpable del cuerpo y de la sangre de nuestro Señor. No es mejor que aquellos que mataron a Jesús. Por tanto, el hombre debe hacer un examen cuidadoso y prepararse a sí mismo para este importante evento. No es una cosa frívola que se hace impulsivamente o sin pensarlo.
Cuando llega el momento de celebrar la muerte del Señor y uno falla en apreciar su importancia y excelencia, pierde de vista su significado sagrado, y abusa e insulta a sus hermanos en el proceso, ha participado indignamente. Ha fallado en apreciar y evaluar correctamente el cuerpo crucificado del Salvador. El peligro
del sepulcro le espera (1 Cor. 11:29). (La naturaleza de estas consecuencias es discutida con más detalle en otra lección).
.- 1 Corintios 11:33-34
Cada congregación debe tener un tiempo establecido para reunirse a conmemorar la muerte de Cristo y no serán considerados como los Corintios. Esta fiesta solemne se había convertido en un simple comer y beber para ellos. Pablo les recuerda cual es el lugar correcto para satisfacer el apetito físico, la casa. La pregunta ciertamente está en regla: “¿La cena de quién estoy comiendo – la mía o la del Señor?”
IV. EL SIGNIFICADO DEL PRIMER DIA DE LA SEMANA
La expresión “el Día del Señor” aparece sólo una vez en las escrituras, Ap. 1:10. Para los cristianos, este término significa el primer día de la semana. No obstante, algunos contienden que éste era el séptimo día de la semana. Los dos argumentos principales para esto son que Jesús fue resucitado el séptimo día de la semana y que Jesús es llamado “Señor del día de reposo” (Mr. 2:27-28). Esta lección es una respuesta a estos argumentos y muestra por qué el primer día de la semana debería tener más significado que cualquier otro día y correctamente puede ser llamado “el Día del Señor”.
El Día Que Jesús Resucitó
Es argumentado por los sabatistas que Jesús fue crucificado el Miércoles en la tarde y resucitó el Sábado en la tarde, de esta manera 72 horas literales. Este argumento es edificado alrededor de los “tres días y tres noches” de Mat. 12:40. (Véase el folleto – “¿En Qué Día Fue Crucificado Cristo?”. También puede verse “El Debate Porter-Dugger”, Una Discusión Escrita Sobre el Día del Reposo y el Día del Señor). Es dicho que desde el Viernes en la tarde hasta el Domingo por la mañana no son tres días y tres noches. Para un correcto entendimiento de cualquier pasaje, todo lo dicho sobre el tema debe ser considerado. Un fracaso en hacer esto puede llevar a un concepto equivocado y puede hacer que parezca que la Biblia se contradice, lo cual no es así. Si hacemos esto, ¿qué ganamos? El amante de la verdad agotará todas las posibilidades para encontrar la armonía en la palabra de Dios antes que establecer una supuesta contradicción.
Aquí está una compilación de lo que dice la Biblia acerca del día de la resurrección de Cristo:
Ocho pasajes citan a Jesús diciendo que resucitaría al tercer día
(Mat. 16:21; 17:23; 20:19; Luc. 9:22; 13:32; 18:33; 24:7,46).
Una vez Pedro dijo que Jesús fue resucitado al tercer día (Hch. 10:40).
Una vez Pablo dijo que Jesús fue resucitado al tercer día (1 Cor. 15:4).
Una vez Cleofas y un compañero dijeron que esto fue al tercer día (Luc.24:21).
Tres veces es dicho que sería resucitado en tres días (Mat. 26:61; Jn. 2:19-21; 10:17-18).
Cuatro veces es dicho que sería resucitado después de tres días (Mat. 27:63; Mr. 8:31; 9:9,10,31; 10:34).
Acorde al entendimiento del siglo veinte, sería imposible comprender todo esto literalmente. Si Jesús fue resucitado en algún momento después de 72 horas literales, entonces habría resucitado al cuarto día de su muerte. No obstante, nunca es mencionado el cuarto día. La respuesta al problema reposa en el hecho de que los judíos no eran tan exactos en el conteo del tiempo como lo somos nosotros hoy día. “Al tercer día”, “después de tres días”, “en tres días”, y “tres días y tres noches”, todos significan la misma cosa. Considere algunos jemplos
bíblicos:
1. José encarceló a sus hermanos por tres días. Sin embargo, los liberó al tercer día (Gén. 42:17-20).
2. Roboam le dijo al pueblo que se fuera por tres días. Sin embargo, ellos vinieron al tercer días “según el rey lo
había mandado” (1 Rey. 12:5,12).
3. Ester solicitó a los judíos que ayunaran por tres días, noche y día, y luego ella iría al rey. Sin embargo, ella
fue al tercer día (Est. 4:16; 5:1).
4. Hablando de Cristo en el sepulcro, los fariseos usaron dos expresiones sinónimamente (“después de tres días”
y “hasta el tercer día”) que solamente pueden ser entendidas acorde a la forma judía de contar el tiempo
(Mat. 27:63-64). Este método contaba una parte por el todo.
Lucas 24:1,7-7,21 es el pasaje que muestra concluyentemente que Jesús fue resucitado primer día de la semana. El versículo 1 habla de las mujeres viniendo a la tumba el primer día de la semana. Los versículos 4-7 dan el testimonio de los ángeles que les recordaron que Jesús dijo que resucitaría al tercer día de Su crucifixión. Luego, durante la conversación de Jesús con los dos hombres en el camino a Emaús tenemos la declaración de que “hoy (el primer día de la semana) es ya el tercer día que esto ha acontecido” (v.21). Los versículos claves son el 1,7,21.
Dom. Lun. Mar. Mier. Jue. Vie. Sab. Dom.
1 2 3 4 5 6 7 1
“HOY (el primer día de la semana) es ya el TERCER DÍA” Lucas 24:1,7,21
Señor Del Día de Reposo
Esta frase en Mr. 2:28 es considerado por algunos que quiere decir que el día de reposo es el Día del Señor. Hay varias razones de por qué esto no puede ser así.
1. Efectivamente el versículo dice que él es Señor “aún” del día de reposo. [O como lo vierte la NVI – “Así que el Hijo del Hombre es Señor incluso del sábado”]. Eso quiere decir que él también es Señor de todos los otros días. Por tanto, no se está diciendo aquí nada acerca del día de reposo que también no sea verdad de los otros días de la semana.
2. La ley de Moisés ha sido abolida. Pablo dijo, “Pero ahora estamos libres de la ley” (Rom. 7:6). ¿De cuál ley está hablando? El versículo siguiente dice que esa ley decía “No codiciarás” (v.7; Ex. 20:17). Esa es la misma ley que decía “Acuérdate del día de reposo” (Ex. 20:8). Hemos sido liberados de esa ley (2 Cor. 3:6-14).
3. Jesús estaba siendo escrutado por los fariseos a causa de que Sus discípulos estaban arrancando espigas mientras pasaban a través de los sembrados en el día de reposo. Jesús se llamó a sí mismo señor del día de reposo. La palabra señor significa “regulador, maestro, gobernante”. Eso quiere decir que Jesús tenía autoridad
sobre el día de reposo y podía hacer con este como lo viera apropiado. Así lo hizo, y lo quitó de en medio clavándolo en la cruz (Col. 2:14-17).
4. Juan el escritor estaba muy familiarizado con el término “día de reposo”. Pudiera haber dicho “Yo estaba en el espíritu en el día de reposo” (Ap. 1:10). Pero él usó un término nuevo nunca usado antes. Describía algo nuevo — “un nuevo pacto ... no como el pacto que hice con sus padres ...” (Jer. 31:31-34). No había nada nuevo acerca del día de reposo. Nuevas instituciones requieren nuevos nombres. ¡Eso ciertamente describe al Día del Señor!
5. El salmista declaró proféticamente – “La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo. De parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Este es el día que hizo Jehová; nos
gozaremos y alegraremos en él” (Sal. 118:22-24). De todos los días que traerían regocijo, debería ser el día de la resurrección de nuestro salvador — el primer día de la semana. ¡El día de reposo, en que nuestro Señor yace en el sepulcro, es uno de los días más obscuros en la historia de la humanidad! ¡Muchos de Sus discípulos estaban en un estado de apatía y otros estaban desesperados! Su depresión aún duró hasta el primer día de la semana (Jn. 20:11-13; Luc. 24:17). Pero cuando oyeron de Su resurrección “... saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos ...” (Mat. 28:8). “... Y los discípulo se regocijaron viendo al Señor” (Jn. 20:20). ¿Qué día era este? ¡El primer día de la semana! (Jn. 20:1). En el
Pentecostés siguiendo a la resurrección de Cristo cerca de 3000 “recibieron su palabra y fueron bautizados”
(Hch. 2:41). Esto ocurrió el primer día de la semana (Lev. 23:11,15-16). En el nuevo testamento nada de esa clase es dicho con respecto al día de reposo.
Eventos Que Hacen Importante al Primer Día de la Semana
Hay algunas cosas que de sí mismas no dan un requerimiento para adorar el primer día de la semana pero sirven como un antecedente para la institución de tal adoración. Jehová vio apropiado mostrarnos la importancia del primer día de la semana por medio de mostrarnos algunas cosas llevadas a cabo en ese día en la dispensación del evangelio.
1. Jesús resucitó del sepulcro el primer día de la semana (Luc. 24:1,7,21). Ningún evento más grande para
manifestar el amor de Dios jamás ocurrió en algún otro día.
2. La regeneración fue completada el primer día de la semana (1 Ped. 1:3).
3. Jesús fue reconocido como el unigénito hijo de Dios el primer día de la semana (Sal. 2:7;
Hch. 13:32-33; Rom. 1:4).
4. Los primeros bautismos bajo la gran comisión ocurrieron el primer día de la semana (Pentecostés siempre
caía el primer día de la semana – Lev. 23:11,15-16; Hch. 2).
5. En cumplimiento de la profecía de Joel, el Espíritu Santo fue dado el primer día de la semana (Joel 2:28;
Hch. 2:16 y Sigs.).
6. La iglesia fue establecida el primer día de la semana (Isa. 2:2-3; Hch. 2).
7. Cristo fue declarado rey sobre Su trono el primer día de la semana (Zac. 6:13; Hch. 2:29-36).
8. El nuevo pacto entró en vigencia a medida que la palabra del Señor salió de Jerusalén (Isa. 2:2-3;
Luc. 24:47-49; Hch. 2).
¿Es de sorprenderse entonces que se nos diga que: La primera vez que el Cristo resucitado fue adorado en algún momento fue el primer día de la semana (Mat. 28:19); que Jesús se reunió con Sus discípulos el primer día de la semana (Jn. 20:9); que Jesús se reunió de nuevo con ellos el siguiente primer día de la semana (Jn. 20:26); que después que Jesús ascendió Sus discípulos se reunieron el primer día de la semana para partir el pan (Hch. 20:7); que los cristianos se reunieron el primer día de la semana para dar como habían prosperado
(1 Cor. 16:1-2); que los cristianos son amonestados a no dejar de congregarse (Heb. 10:25)?
¿¿¿No es de sorprenderse???
En vista de estas consideraciones no deberíamos pensar que es extraño encontrar cristianos haciendo hoy día estas mismas cosas. No hay cuestionamiento de que tal acción está aprobada en el cielo y coloca a los cristianos en una buena compañía. Deberíamos regocijarnos de ser parte de tal multitud. “La celebración de la Cena en cualquier otro día no sólo carece de autoridad, sino que es una realización vacía y sin sentido en que simboliza la muerte de un héroe en lugar de nuestro Salvador resucitado”, A.N. Trice, “ALREDEDOR
DE LA MESA DEL SEÑOR”, Pág. 46.
V. LA FRECUENCIA DE LA PARTICIPACION
UNA MIRADA A ALGUNOS INTENTOS POR DEBILITAR LA CENA DEL SEÑOR
Y LOS ATAQUES DE HECHOS 20:7 EXAMINADOS
El autor siente que este tema necesita especial atención. Al hablar con nuestros amigos religiosos a menudo piensan que somos extraños por celebrar la muerte del Señor semanalmente. Estos, como muchos “teólogos” educados han rechazado y frecuentemente atacado la práctica. En años recientes esta visión denominacional ha sido adoptada por los modernistas entre nosotros que se han apartado de la fe mientras afirman ser cristianos del Nuevo Testamento. ¿Han estado equivocados los cristianos en su observancia semanal de la comunión?
Mientras la historia secular presta apoyo abrumador para la participación de la Cena cada primer día de la semana, el autor no ha recurrido a ese medio para establecer la práctica. Si está autorizada bíblicamente entonces permanecerá ante una prueba e investigación completa. La muerte de Cristo es el corazón del evangelio (1 Cor. 15:1-4). Es muy importante que recordemos esto de una manera apropiada. Si tenemos poco interés acerca de recordar correctamente el evento principal de la Biblia, se hará poco bien en estar interesado acerca de otras cosas (y es improbable que lo estemos). Las preguntas a ser discutidas son:
1. ¿Cómo puede uno saber que lo que se quiere decir por “partir el pan” es la Cena del Señor?
2. ¿Cómo puede uno saber que “partir el pan” incluye el fruto de la vid?
3. ¿No participó Pablo de la Cena el Lunes en Hechos 20:11?
4. ¿Cómo puede uno saber que la Cena del Señor debe ser una celebración semanal antes que mensual o anual?
5. ¿La muerte del Señor perderá su significado si la Cena es celebrada cada Domingo?
A. ¿Cómo puede uno saber que lo que se quiere decir por “partir el pan” es la Cena del Señor?
“Partir el pan” es una figura de lenguaje que significa comer una comida. La frase misma no nos dice si es una comida común o una comida espiritual. Es usada en ambas formas en la Biblia. La consideración de todo lo que el nuevo testamento dice sobre el tema y especialmente el contexto donde aparece determinará si una comida común o espiritual (la Cena del Señor) es lo que se tenía por objeto. Por ejemplo, “... El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?” (1 Cor. 10:16). Esta es una obvia referencia a la Cena del Señor.
En Hechos 2:42 el partimiento del pan es mencionado con otros asuntos espirituales (la doctrina de los apóstoles, la comunión, las oraciones). Insertar la idea de que ellos continuaban perseverando comiendo comidas comunes (justo en medio del trato con estos asuntos espirituales) haría una interpretación absurda. ¡Si
continuaban vivos, por supuesto que continuaban comiendo comidas comunes! Uno no puede vivir mucho sin hacer esto. Pero Lucas estaba hablando de un partimiento del pan espiritual. El artículo definido, el (partimiento del pan) muestra que un evento particular está bajo consideración en contraste a una comida común (v.46). Que el versículo 46 se refiere a una comida común es indicado por el lugar en dónde ellos comen – en las casas – el mismo lugar en donde Pablo dijo que las comidas comunes debían ser comidas (1 Cor. 11:33-34). Hechos 20:7 es también una obvia referencia a la Cena del Señor. Los discípulos habían esperado siete días para esta reunión (v.6). Sería sin sentido esperar siete días para comer una comida común. Pero tiene buen sentido si lo que se
quiere decir es la Cena del Señor. Esta reunión tuvo un significado religioso (hubo una reunión de cristianos en un tiempo común, Pablo predicó, ocurrió el mismo día de la semana como la resurrección de nuestro Señor).
Estos no son significativos a una comida común. Pablo había condenado las comidas sociales cuando ellos
se habían reunido para adorar. “Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena ... Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ...” (1 Cor. 11:21-23). Si Hechos 20:7 era una comida común entonces Pablo participó en la misma cosa que condenaba. Cualquier posición que tenga esto como su consecuencia es una posición falsa (en vista de Fil. 4:9;. 1 Cor. 11:1). Estos discípulos se reunieron para un partimiento del pan espiritual.
B. ¿Cómo puede saber uno que el “partir el pan” también incluye el fruto de la vid?
Que el elemento a beber no está especificado en Hechos 20:7 no prueba que era una comida común y corriente. “Partir el pan” es una figura de lenguaje llamada sinécdoque , en la que una parte de algo es usada para representar el todo de ella. Uno que contienda por una comida común también debe contestar el mismo argumento. ¿Cómo puede uno que contiende por una comida común saber que tales cosas como la carne, los vegetales, el postre, y la bebida están incluidos? ¿Debe vivir el hombre sólo de “pan”? (cfr. Mat. 4:4). La figura de lenguaje lo salva a uno de entrar en una cantidad de explicaciones detalladas. Por ejemplo: “Detengámonos y consigamos algo de comer”. ¿Solamente algo? ¿Nada para beber? ¿Algo es suficiente para un furgón entero? La palabra algo es usada para representar toda la comida para un furgón entero de personas. Partir el pan es usado en la misma forma si lo que se quiere decir es una comida común o una comida espiritual. La figura de lenguaje no excluye el elemento a beber. Cuando la frase se refiere a la Cena del Señor, todo lo necesario para participar
está incluido. Ya hemos mostrado que una comida espiritual fue lo que comieron. La única comida espiritual autorizada es la Cena del Señor – que incluye el comer y el beber (1 Cor. 11:28).
C. ¿Tomó Pablo la Cena del Señor el Lunes en Hechos 20:11?
No. Aquí está una referencia donde partir el pan es una comida común. El contexto lo determina. La Biblia enseña que todos los cristianos deben tomar la Cena (1 Cor. 11:18-34). Lucas dice que los discípulos se reunían con ese propósito (Hch. 20:7). Pero Lucas, quien es conocido por escribir con detalle, es cuidadoso en anotar que Pablo fue el único que comió en el v.11 (en contraste al reunidos - plural del v.7. La Biblia de las Américas vierte el pasaje: “... cuando estábamos reunidos para partir el pan ...” Uno no tiene derecho a suponer que otros comieron en el v.11). Si esta fuera una referencia a la Cena del Señor entonces significaría que los discípulos no hicieron la misma cosa por la cual se habían reunido. En efecto, Lucas y sus compañeros (“estábamos reunidos” B.A.) tuvieron que partir primero (v.13 - “nosotros”). Debe ser recordado que la reunión
había sido interrumpida por la inesperada caída de Eutico. Pablo había estado levantado toda la noche y estaba alistándose para salir de viaje a Asón. Cuando habían regresado “habló largamente hasta el alba” (en contraste a la predicación de Pablo, Hch. 20:7. (Véase la B.A.). De esta manera, debemos concluir que el partimiento del pan del Lunes en la mañana fue para otro propósito – alimentar al cuerpo físico de Pablo.
D. ¿Cómo sabe usted que la Cena del Señor es una celebración semanal y no mensual o anual?
Hechos 2:41 dice que cerca de 3.000 personas fueron añadidas “aquel día” (Pentecostés, el primer día de la semana). El versículo siguiente dice que ellos “perseveraban ... en el partimiento del pan ...” (v.42). Esto implica que la muerte del Señor había sido recordada en el día de Pentecostés. Jesús había dicho que no participaría “hasta que el reino de Dios venga” (Luc. 22:18). (La palabra hasta significa “hasta un tiempo especificado”. ¿Cómo puede uno perseverar en eso que no había empezado? Allí tuvo que ser el inicio. La Biblia de las Américas vierte el v.42 de esta manera: “Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración”. Dedicarse continuamente indica frecuencia y regularidad — habitualmente. El mismo pasaje dice que se dedicaban continuamente a la oración. ¿Oraron
cada tres meses, semi-anualmente, etc.? Si ellos habían orado una vez y no orarían de nuevo hasta el año siguiente, entonces no podía ser dicho que se dedicaban continuamente a la oración. Y si el participar de la Cena debía ser hecho sobre una base periódica, dedicarse continuamente no sería el término a usarse. De
esta manera, en contraste a las consideraciones modernas, es establecido que la Cena del Señor era una ocurrencia regular y frecuente en la que participaron los cristianos del Nuevo Testamento.
Si la muerte de nuestro Señor debe ser celebrada anualmente, tendríamos mencionado un cierto día del año (por ej., “El primer día del año ...”). Esto ocurriría sino una vez al año. Si la muerte de nuestro Señor debe ser celebrada mensualmente, tendríamos mencionado un cierto día del mes (por ej., “El primer día del mes ...”). Esto ocurriría sino una vez al mes. Ningún cierto mes es mencionado, pero un cierto día del mes haría que viniera en ese día de cada mes. (El pago de mi casa se debe haber el primer día del mes – un evento mensual).
Si la Cena del Señor debe ser celebrada semanalmente, tendríamos mencionado un cierto día de la semana (por ej., “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan ...”). Esto vendría sino una vez por semana, el primer día.
¿Pero qué encontramos? No es mencionado un cierto día del año. De esta manera, no es una celebración anual. No es mencionado cierto día del mes. De esta manera, no es una celebración mensual. ¡Es declarado cierto día de la semana! De esta manera, ¡es una celebración semanal! Entendemos esto en otros campos. Si una dama dice, “El Lunes es mi día de lavar”, esperaríamos que ella no haya querido decir cada tres meses o anualmente y sería entendido comúnmente que ella quiso decir semanalmente (en vista de que es mencionado cierto día de la semana – el segundo día). Nadie que haya leído el Antiguo Testamento entiende “Acuérdate del día de reposo” (Ex. 20:8) queriendo decir cualquier otra cosa sino semanalmente. Israel entendió que significa
siempre que viniera el día de reposo – teniendo de esta manera el significado de “cada día de reposo”. El autor ha escuchado este argumento toda su vida, pero nunca lo ha escuchado contestado.
Los cristianos del primer siglo se reunieron el primer día de cada semana (1 Cor. 16:1-2) [La palabra cada está en el texto griego y así es traducido en la R.V.].
“En .1 Cor. 11:20 Pablo censuró lo que HICIERON estos cristianos ‘cuando os reunís’ (cada primer día, .1 Cor. 16:2) y explica lo que deberían hacer, participar de la Cena del Señor” (v.23-26). Es un argumento malicioso, pero es claro y fuerte”, Robert Turner, “Plain Talk, Vol. II, Nro. 2. En forma de silogismo se ve como esto:
PREMISA MAYOR: Era la práctica de los cristianos del primer siglo comer la Cena del Señor cuando se reunían (1 Cor. 11:20).
PREMISA MENOR: Era su práctica reunirse juntos el primer día de cada semana (1 Cor. 16:2. ¡Era una orden!, v.1).
CONCLUSION: Por tanto, era la práctica de los cristianos del primer siglo comer la Cena del Señor el primer día de cada semana. La reunión conjunta de los cristianos del nuevo testamento el primer día de la semana y participación de la Cena (Hch. 20:7) ocurrió con la misma frecuencia. Cualquier argumento que haga caso omiso de uno hará caso omiso del otro. Cualquier argumento que pueda ser hecho para reunirse el primer día de la semana puede ser hecho para participar de la Cena del Señor en ese día. Es inconsistente reunirse el primer día de la semana para recordar la muerte de nuestro Señor y luego no hacer la misma cosa que El dijo que se hiciera en memoria de El.
E. ¿La Cena del Señor no perderá su significado si es celebrada cada Domingo?
Personalmente, el autor cree que la muerte de Cristo ha perdido su significado cuando es celebrada solamente una vez al año. Aún los vestidos nuevos, el conejo de pascua reciben más atención que Cristo. Algunas de las mismas denominaciones que hacen esta objeción tienen un juego de pelota cada semana jugado por el equipo de la iglesia. Toman una ofrenda cada semana (y algunas veces cada noche). El coro canta cada semana y luego tiene una “comida de comunión” en el “salón de comunión” cada semana. En esto, ellos se “dedican continuamente” (Hch. 2:42). Juegan “sin cesar” (1 Tes. 5:17). Vacilan en hacer lo que está autorizado y se apresuran a hacer lo que no está autorizado. En esto, uno a menudo logra discernir el corazón de aquellos que se oponen a la celebración semanal de la muerte de nuestro Señor. Por medio de la misma moneda, ninguno
jamás argumenta para la oración mensual o anual sobre esta base — que ella pierde su significado si se hace frecuente y regularmente. Ni es argumentado que una contribución debería ser tomada sólo anualmente. ¿Por qué no argumentar que el participar de una comida común pierde su significado si es hecha frecuente
o regularmente? Cuando la Cena del Señor pierde su significado para un hijo de Dios, no es la falta de la Cena del Señor o de algo que la Biblia diga acerca de esto. El problema nada tiene que ver con la frecuencia. El problema reposa dentro de la persona. Tal objeción es una denuncia contra la sabiduría de Dios y desvía la culpa hacia El por la propia indiferencia de uno. No han habido instituciones conmemorativas ordenadas por Dios en alguna época desde el principio puesto que no ha fijado un tiempo para su celebración. Hemos mostrado que la Cena del Señor no es la excepción a esta observación.
“La observancia constante de esta fiesta a través de los siglos es una de las evidencias externas más fuertes de la verdad en la historia del evangelio. Por una cadena de eslabones semanales conectaremos la primera y segunda venida de nuestro Señor; después de lo cual no habrá necesidad
de símbolos adicionales”, J.W. McGarvey, “LA PRIMERA CARTA A LOS CORINTIOS”, Pág. 118.
El autor recuerda oir a Franklin T. Puckett decir en un sermón, “Si Hechos 20:7 no es autoridad para la Cena del Señor, entonces tenemos una revelación incompleta. Si Dios no nos ha dicho todo lo que necesitamos saber, entonces no nos ha dicho nada. Y si Dios no nos ha hablado a través de la Biblia, no nos ha hablado en absoluto”.
Conclusión
A menudo ha sido hecha la pregunta, “¿No nos habrá dicho Dios en mas que este lugar justo cuando debería ser tomada la Cena del Señor? J.C. McQuiddy respondió a una pregunta similar a esta: “Cuando Dios dice la verdad una vez, no hay suficiente poder combinado en el infierno y en la tierra para hacerlo falso”, ALREDEDOR DE LA MESA DEL SEÑOR, Pág. 20. Hay varias cosas en la Biblia que están declaradas solamente una vez, pero eso no las convierte en falsas. Además, hemos mostrado que Hechos 20:7 no es el único pasaje que enseña el primer día de la comunión semanal. Ciertamente, un sacrificio que costó tanto merece una atención regular y frecuente. Al menos así lo pensó el Espíritu Santo. ¿No deberíamos también nosotros?
VI. IDEAS DENOMINACIONALES ACERCA DE LOS ELEMENTOS
Entre las visiones denominacionales hacia los elementos usados en la Cena del Señor están la doctrina de la misa, la transubstanciación, la consubstanciación, la substitución, y substracción. En esta lección examinaremos esas ideas.
La Misa
La iglesia Católica Romana enseña que “la Misa es una conmemoración del sacrificio de la Cruz ... Al mismo tiempo, no es una mera conmemoración de ese otro sacrificio, EN VISTA DE QUE ELLA MISMA ES TAMBIEN UN VERDADERO SACRIFICIO EN EL SENTIDO ESTRICTO DEL TERMINO. Es un verdadero sacrificio porque tiene todo lo indispensable de un verdadero sacrificio: su Sacerdote, Jesucristo, usando el ministerio de un representante terrenal; su Víctima, Jesucristo, verdaderamente presente bajo la apariencia del pan y el vino; su ofrenda sacrificial, el rito místico de la consagración. Y conmemora el sacrificio de la Cruz, porque ... el fin para el cual también es ofrecida es llevado en la obra del Calvario, POR LA DEFENSA DE LA APLICACION DE LOS MERITOS CONSUMADOS EN LA CRUZ A LAS ALMAS DE LOS HOMBRES (mayúsculas mías, DB)”,
Los Obispos de Inglaterra, VINDICACION DE LA BULA PONTIFICIA SOBRE LA ORDEN ANGLICANA, Pág. 12.
De esta cita aprendemos dos cosas acerca de esta doctrina de la misa:
1. La Cena del Señor es celebrada no como un memorial, sino como un sacrifico real ofrecido al cielo. Otro
documento católico la compara a la ofrenda de Abel, Abraham y Melquisedec (Véase THE LEAFLET
MISSAL, Sept. 5, 1976, confirmado por el Apostolic See y publicado por el Comité de Obispos sobre la
Liturgia, Pág. 16).
2. La Cena del Señor es observada como una expiación por los pecados con poder verdaderamente redimidor.
La única forma que podríamos saber esto sería que el Señor nos lo hubiera dicho. En ninguna parte El o alguno de Sus discípulos enseñaron que este sacrificio era similar a la enseñanza del Antiguo Testamento
enseñando que Cristo completó el sacrificio “una vez para siempre” (Heb. 7:26-27; 10:1-4,18). Nosotros no ofrecemos el sacrificio, ¡lo proclamamos! Los hombres deben aprender a no “sobrepasar lo que está escrito” (1 Cor. 4:6, B.A.). Que la Cena del Señor es una expiación por el pecado es un concepto equivocado de una clara declaración de Jesús y un fracaso en entender la diferencia en la naturaleza de la ley y el evangelio. La palabra Misa es derivada por algunos del término hebreo Misach (Dt. 16), que significa una ofrenda
libre”, James Cardinal Gibbons, LA FE DE NUESTROS PADRES, Pág. 311. Esto muestra que ellos obtuvieron la idea de la ley de Moisés. Jesús dijo, “esto es mi sangre ... que ... es derramada ... para remisión de los pecados” (Mat. 26:28). El no dijo que la Cena del Señor era para el perdón de los pecados.
La remisión de los pecados es el propósito del arrepentimiento y bautismo el pecador aún no hijo de Dios (Hch. 2:38). El hijo de Dios extraviado recibe la remisión de los pecados cuando los confiesa y se arrepiente, no cuando come la Cena del Señor (1 Jn. 1:7-9).
La Transubstanciación
Esta es la “doctrina sostenida por la iglesia Católica Romana de que la ‘completa substancia’ del pan y del vino en la Eucaristía es, por razón de su consagración, cambiada en la carne y sangre de Cristo ...”, ENCICLOPEDIA DE DICCIONARIOS WEBSTER”, Ed. 1978, Pág. 295. ¿Quiso decir Jesús que el pan y el fruto de la vid se convierten en su cuerpo y sangre literal? ¿Realmente enseñó El el canibalismo? Esta visión falla en reconocer una figura de lenguaje conocida como metáfora. Una metáfora “hace una comparación
implicada entre cosas que no son literalmente semejantes” (Webster, Pág. 236). Jesús se llama a sí mismo una puerta, una vid, y pan (Jn. 10:7; 15:5; 6:51). Pero El no era una puerta literal con bisagras y una perilla. Ni era una vid literal o un pan literal. ¿Era Jesús una roca literal – 1 Cor. 10:4? El llamó a Sus discípulos sal, luz, y pámpanos /(Mat. 5:13-14; Jn. 15:5). Cuando dijo “esto es mi cuerpo” y “esto es mi sangre” quiso decir que los elementos representaban su cuerpo y sangre. Los discípulos no comieron literalmente el cuerpo y sangre de Jesús mientras estuvo sentado allí con ellos antes de morir. No obstante, ahí es cuando hizo la declaración (Mat. 26:26-29). Su cuerpo no había sido herido ni Su sangre derramada. Después refiriéndose a la copa como Su sangre, la llamó entonces el “fruto de la vid”, mostrando que no había hecho un cambio literal, sino que
simplemente había usado una figura de lenguaje.
En Lucas 22:20 Jesús dijo que la copa era el nuevo testamento. Los católicos son inconsistentes al notar esa declaración literalmente. Cuando Jesús convirtió el agua en vino el cambio fue completamente obvio - Jn. 2:1-10. (De igual manera, cuando Dios convirtió el agua en sangre – Ex. 7:19-25). Sin embargo, cuando los sacerdotes católicos afirman que el pan y el fruto de la vid han sidos cambiados en el cuerpo y sangre literal de Jesús, la ciencia de la química también como examen de prueba puede mostrar que no ha ocurrido ningún cambio.
La Consubstanciación
La consubstanciación es “(en teología) la doctrina de la unión substancial del cuerpo y la sangre de Cristo con los elementos del sacramento”, Webster, Pág. 84. Esta visión fue enseñada por Martín Lutero (Véase NUEVA ENCICLOPEDIA CATOLICA, Vol. V., Pág. 605). La idea es que el cuerpo y la sangre de Cristo fluyen o se mezclan conjuntamente con el pan y el fruto de la vid. Esta es una leve diferencia de la transubstanciación, pero para todos los propósitos prácticos es esencialmente lo mismo y es refutada con los mismos argumentos.
Substitución
Cuando Jesús instituyó la Cena usó pan sin levadura y fruto de la vid y dijo “Esto es ...” (1 Cor. 11:23-25). Eso no deja lugar para hacer algo mas. No obstante, los Mormones enseñan que otros elementos pueden ser sustituidos. “El agua se usa ordinariamente en lugar de vino en los servicios sacramentales de la iglesia”, “Doctrinas y Convenios”, Sec. 27, (la parte introductoria). “Porque he aquí, te digo que no importa lo que comáis o bebáis al tomar la santa cena, si es que lo hacéis con la única mira de glorificarme, recordando
... mi cuerpo ... y mi sangre ...”, “Doctrinas y Convenios”, Sec. 27, v.2. El autor tiene un artículo de periódico que habla de una iglesia Metodista en St. Louis que substituyó hamburguesas y cocacola porque era “mucho más apropiado para nuestro tiempo”.
Jesús no dijo que lo “hiciéramos a nuestro propio gusto” mientras pensemos que es apropiado. Es imposible dar gloria a Dios mientras se le desobedece. El rey Saúl aprendió eso de la manera dura (1 Sam. 15:22-24).
Adición
Ha sido argumentado por algunos sectarios y algunos hermanos que el vino fermentado debe ser usado en la mesa del Señor. Si las escrituras no autorizan el vino fermentado entonces lo tal sería una adición a la palabra de Dios. Notemos algunos argumentos a favor y las consecuencias de esta posición.
Primero, nos es pedido que creamos que el fruto de la vid era de la misma naturaleza como ese del cual las escrituras dicen que “... como serpiente morderá, y como áspid dará dolor” y del cual nos es dado el mandamiento de “No mires ...” (desear) (Pr. 23:31-32). Jesús guardó la ley perfectamente. No obstante,
nos es pedido que creamos que él autorizó el vino intoxicante.
Segundo, el elemento a beber es llamado “fruto de la vid”. “Es el FRUTO lo que debe ser usado para la Cena del Señor y no un producto del fruto. El Alcohol no es encontrado en las uvas como fruto que cuelga de la vid. Solamente después que las uvas son recogidas es que el alcohol es formado en la mayoría de los casos. Por tanto, el jugo fermentado sería algo diferente a lo que fue producido por la vid. El jugo de uva es el fruto de la vid; el vino es el fruto del jugo de la uva, y no es producido por el vino
sino por la bacteria”, Dr. Lawson Winto, WEST MURRAY APPEAL, Vol. 12., No. 21.
Tercero, toda levadura debía ser removida de la casa de uno en la celebración de la fiesta de los panes sin levadura, la cual empezaba el catorceavo día del mes (la noche de la fiesta de la pascua – Ex. 12:5-8,18-19). “¿Por qué argumentar a favor del vino fermentado y en contra del pan sin levadura? La levadura
es lo sólido y la cosa exacta como la fermentación en el líquido”, Jamie Sloan, “La Cena del Señor”.
Cuarto, “la palabra general para vino, OINOS, nunca es usada en las Sagradas Escrituras para describir el vino usado en la Cena del Señor. ¿Esto es por casualidad, o es de diseño? Ciertamente es de diseño, porque OINOS puede ser embriagante, pero el fruto de la vid nunca lo es”, Ferrar Fenton, citado en LAS CARTAS DE PABLO A TIMOTEO Y TITO, Don Dewelt, Pág. 300-317.
Quinto, .-1 Cor. 11:21 es usado frecuentemente en apoyo del vino embriagante en la mesa del Señor (“y otro se embriaga”). Aún si fuera terminante que esta fue bebida embriagante debería ser notado que no era la Cena del Señor sino su propia cena la que causó esto. Macknight tiene un comentario interesante sobre esto: “y el otro está LLENO. De manera que la palabra METHUEIN significa aquí, siendo opuesta a uno que ‘tiene hambre’. La palabra es usada en este sentido en la LXX, Sal. 35:9; Jer. 37:14, y Juan 2:10 donde es traducida por nuestros traductores, ‘CUANDO YA HAN BEBIDO MUCHO’, bebido abundantemente. Acorde a los gramáticos METHUEIN significa literalmente comer y beber ... después de los sacrificios; en cuyas ocasiones los paganos a menudo bebían en exceso”, James Macknight, MACKNIGHT SOBRE LAS EPISTOLAS, Vol. I-II, Pág. 177-8.
Sexto, a causa del uso del vino fermentado la iglesia Católica Romana abrió el Sanatorio Guest House en Rochester, Minn. “Para tratar y rehabilitar a los clérigos católicos alcohólicos”, Dateline Tomorrow, CHRISTIAN HERALD, Abril, 1969. La conversación del autor con alguien convertido de los alcohólicos
le recordó que solamente se necesita un sorbo de bebida embriagante para reavivar la furiosa pasión por el alcohol de parte de un alcohólico. ¿Es esto lo que el Señor requirió? Debería ser dada consideración a los hermanos que han tenido problemas con las bebidas embriagantes. El autor conoce de un caso donde algo
de tal naturaleza fue la caída de un hermano en Cristo.
La Substracción
Por siglos la iglesia Católica Romana la ha practicado permitiendo a los miembros comer solo la hostia mientras el sacerdote bebe la copa. “El concilio de Constancia, el cual se reunió en 1414, estableció una ley requiriendo que el fiel comulgue bajo la forma de pan solamente; ... En nuestras iglesias más grandes ... habría gran peligro de derramar una porción del cáliz consagrado y de esta manera exponiéndolo a la profanación”, James Cardinal Gibbon, Arzobispo de Baltimore, LA FE DE NUESTROS PADRES, Pág. 305-6. Al autor le fue dicho que la iglesia Católica recientemente abrogó esta ley y ahora todos pueden participar de la copa. La Biblia pudo haber aclarado este asunto hace mucho. “Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa” (1 Cor. 11:28). Por siglos no se le permitió a los miembros hacer lo que Pablo dijo que se le permitiera hacer a los miembros. Cuando la Cena fue instituida Jesús dijo “Bebed de ella todos” (Mat. 26:27). El registro de Marcos dice “y bebieron de ella todos” (Mr. 14:23). Nosotros también debemos beberla (Mat. 28:20).
Conclusión
Hay mas en la expresión “Mesa del Señor” que a menudo es comprendido. Es la del Señor y no la nuestra. Es un insulto al anfitrión criticar o entremeterse con sus provisiones para una comida. La mayoría de las corrupciones de la comunión vienen de no recordar de quién es la mesa y de quién es la Cena.
VII. CONSIDERACIONES DENOMINACIONALES ¿QUIEN PARTICIPARA?
En el mundo religioso hay cuatro variantes en el modo de ver con respecto a la pregunta ante nosotros. Examinemos primero la enseñanza bíblica para ver a quiénes se tenía por objeto en la Cena del Señor. Luego examinaremos esas consideraciones.
¿PARA QUIENES DETERMINO EL SEÑOR LA CENA?
Siempre es mejor regresar a los principios fundamentales cuando surge una pregunta religiosa. Cuando la Cena fue instituida fue tomada por los hijos de Dios (los apóstoles). Los pecadores aún no hijos de Dios no fueron invitados (Luc. 22:7-23). Los principios expuestos en la Gran Comisión fueron: Id – Haced Discípulos – Bautizar – Enseñarles todas las cosas que os he mandado (refiriéndose a los apóstoles) (Mat. 28:19-20). El orden es importante. “Todas las cosas que os he mandado” incluían la Cena del Señor, pero esta viene después del bautismo. Por tanto, la Cena es para los creyentes bautizados. Cuando Pablo nos recuerda las palabras del Señor (“Haced esto en memoria de mí”) las aplicó a aquellos dentro de la iglesia (1 Cor. 11:17-34). Además, Hch. 2:41-42 muestra que después que aquellos “recibieron su palabra, fueron bautizados ... y perseveraban
en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”. El orden divino fue: recibir la palabra, bautizarse, y partir el pan. Si este orden es seguido, entonces quiere decir
que la Cena del Señor es para los cristianos. Aún sin el orden dado, el sentido común nos diría que la Cena es para aquellos que han entrado en relación de pacto con Cristo. ¿Por qué un pecador aún no hijo de Dios conmemoraría el derramamiento de la sangre de Cristo para el perdón de sus pecados (Mat. 26:28) cuando no ha obedecido al Señor para el perdón de sus pecados (Hch. 2:38)? Ni ha sido “bautizado en Cristo” y de esta manera “en su muerte” (Rom. 6:3-5). Esto sería similar a un comunista celebrando el cuatro de Julio. La Cena no quita los pecados. Toda la cantidad de emblemas que uno pudiera comer no cambiará el hecho de que no ha obedecido al evangelio (Mr. 16:16). ¿Por qué el pecador debería proclamar la segunda venida de Cristo? Mejor haría en esperar que Cristo no viniera en ese estado no preparado. La Cena del Señor ha sido colocada en el reino (Mr. 14:25). Pero uno es bautizado en el reino (Jn. 3:3-5). Por tanto, es establecido que el Señor tuvo la intención de que los cristianos, cuando se reunan juntos como iglesias, coman la Cena.
¿QUE SI ....?
¿Qué si una persona religiosa que no ha sido bautizada para el perdón de los pecados se reune y participa de los emblemas? La persona cree que realmente ha comulgado (pero no ha sido así). “El acto señalado por El (el Señor) está designado para ser llevado a cabo sólo por un cristiano; consecuentemente, cuando es llevado a cabo por otro, no es el acto designado por El; por consiguiente, no es comunión ... La simple sinceridad no puede dar derecho a un hombre para comulgar; él debe ser cristiano y sincero (en el reino), de otra manera, tampoco puede comulgar”, Moses E. Lard, “The Unimmersed Commune?, LARD´S QUARTERLY, Vol. 1, Pág. 43.
No obstante, la iglesia no está autorizada para contratar un guardián (un nuevo oficio en la iglesia) para prohibirle a tal persona de que tome en sus manos los emblemas (ni de impedirle que cante, ore, ofrende, etc.).
La única vez que las escrituras contemplan a un pecador asistiendo a un servicio donde los cristianos están reunidos para adorar (1 Cor. 14:23-25) no nos dice nada acerca de incluirlo o excluirlo de los emblemas. No obstante, tal persona necesita enseñanza. Permitir que continúe sin enseñanza le dá un falso sentido de
salvación y es una indicación de que no estamos cumpliendo nuestra responsabilidad hacia él (Mat. 28:19-20). Deberíamos permitirle saber que amaríamos el verlo realmente comulgando pero puesto que no ha obedecido al evangelio no está ocurriendo una verdadera comunión. Y si él no está andando en la luz, entonces no está teniendo comunión (en el sentido amplio) con aquellos que han obedecido al evangelio (1 Jn. 1:7).
COMUNION CERRADA
“¿Qué es comunión cerrada? CERRADA, es comunión estricta o restringida ... es aquella que no invita indiscriminadamente a todos a la Mesa del Señor, sino que restringe el privilegio a una clase particular. Pero comúnmente el término es aplicado a la práctica de las iglesias Bautistas, que invitan solamente a los creyentes bautizados andando en comunión obediente en sus propias iglesias. Y por creyentes bautizados ellos quieren decir, creyentes sumergidos; no admitiendo que la aspersión sea bautismo de ninguna manera”, Edward T. Hiscox, EL MANUAL DE MODELO PARA LAS IGLESIAS BAUTISTAS, Pág. 110-111.
Los Bautistas no van lo bastante lejos en un sentido, y demasiado lejos en otro. Están en lo correcto al no creer que la aspersión o chorriamiento sean bautismo (Rom. 6:3-5; Col. 2:12) y que la Cena del Señor es para aquellos que han sido sumergidos. Pero simplemente cualquier inmersión no es el bautismo bíblico. A no ser que sea creído que es esencial para la salvación, éste no es el bautismo bíblico (Hch. 2:38; 22:16;. 1 Ped. 3:21). Los Bautistas no bautizan para el perdón de los pecados, de esta manera, no han sido bautizados bíblicamente. Realmente no habiendo sido bautizado bíblicamente, no están en comunión. Un bautismo que no es bíblico es igual a ningún bautismo. Hay otro sentido en que los Bautistas van demasiado lejos en sus intentos de examinarse los unos a los otros. “Esto no es un asunto de liberalidad, sino de deber de la iglesia, rechazar de la mesa del Señor a aquellos que nunca han obedecido a los requerimientos de la Palabra de Dios ... Todos los que no obedecen a los mandamientos de Cristo deben ser tratados como desordenados, y ninguna persona desordenada debe ser admitida en la Cena del Señor ... 2 Tes. 3:6,14. Y que esto se debe aplicar a la Cena del Señor lo estamos diciendo claramente. ‘Más bien os escribí que nos os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”, . 1 Cor. 5:11”, John T. Christian, “COMUNION CERRADA”, Baptist Book Concern, Págs. 210, 207.
Aunque ya hemos observado que uno que no haya sido bautizado bíblicamente literalmente no tiene comunión con el Señor, de nuevo, los Bautistas van demasiado lejos. Toman los pasajes que enseñan que debemos apartarnos de los hijos de Dios rebeldes y los aplican a los pecadores aún no hijos de Dios. Dos veces en .-2 Tes. 3:6-15 aquel de quien se deben apartar es llamado “hermano”.- 1 Cor. 5:11 claramente llama “hermano” a aquel de quien se deben apartar. Los pasajes no están relacionados con la comunión cerrada para el no sumergido. Además, los pasajes están hablando acerca de “juntarse” (lea .-1 Cor. 5:9-13). No debemos
socializar (aún hasta el punto de comer una comida común) con los hijos de Dios rebeldes, “no absolutamente con los fornicarios de este mundo ...” (v.10). Si el pasaje se está refiriendo a la comunión cerrada probaría demasiado para la posición Bautista. ¡A ellos les estaría prohibido comer la Cena del Señor con sus hermanos extraviados pero podrían hacerlo así con los fornicarios de este mundo! Aunque debemos apartarnos del hijo de Dios rebelde que no se arrepienta, el tal aún debe ser amonestado como hermano (2 Tes. 3:15).
Los comunionistas cerrados no le permitirán al visitante no sumergido participar de los emblemas, afirmando que hacerlo así sería respaldarlo (?) (aunque permitirán que cante, ore, ofrende, etc. – una inconsistencia. Aunque Judas no era un pecador aún no hijo de Dios, su comer de la Cena con el Señor no significó que Jesús respaldó todo lo que Judas estaba haciendo. Simplemente lo reconoció como un hijo de Dios. “La inconsistencia de los Bautistas en reconocer a los no sumergidos como cristianos, y aún así rehusar comulgar con ellos, deslumbra aún la mente ...” “Lard”, Pág. 50.
COMUNION VEDADA
Esta visión (menos conocida) es la misma comunión cerrada excepto que va más lejos y limita la Cena a los limites congregacionales. “Algunos Bautistas creen que la participación debería estar limitada a la membresía de la iglesia local celebrando la ordenanza, pero probablemente la mayoría de las iglesias Bautistas invitan a otros Bautistas a participar”, Joe T. Odel, POR QUE SOY BAUTISTA, Broadman Press, Pág. 108-9.
Esta visión coloca el énfasis en la comunión que los hombres tienen con los demás antes que la comunión que los hombres tienen con Dios. También pasan por alto el hecho de que Pablo (en Efeso) pudo decir a los hermanos (en Corinto), “La copa de bendición que bendeciMOS ... el pan que partiMOS ...” (1 Cor. 10:16-17). Esto demuestra que ella no estaba limitada a los linderos congregacionales.
COMUNION ABIERTA
“ABIERTA, estrictamente hablando es comunión libre o mixta, esa que le permite a cualquiera que desee, y se crea a sí mismo calificado, para venir a la Mesa del Señor, sin algún cuestionamiento siendo hecho, o condiciones impuestas por la iglesia en la que es celebrada la ordenanza. Pero comúnmente el término es aplicado a la práctica de la mayor parte de los iglesias Pedobautistas, no todas las personas, sino los miembros de todas las iglesias evangélicas, cualesquiera que sea su visión del orden y ordenanzas de la iglesia; los tienen a todos ellos como siendo bautizados porque han sido asperjados”, Hiscox, Pág. 110.
Los comunionistas abiertos son inconsistentes. Están de acuerdo en que el bautismo es un prerequisito para la comunión pero luego cierran la comunión a los bebes a quienes “bautizan” no permitiéndoles participar. Comulgarán con los adultos a través de las líneas denominacionales, en efecto, los invitan a hacerlo así. La comunión abierta ha ganado amplia aceptación con el movimiento ecuménico. En la búsqueda por refutar la comunión cerrada, los comunionistas abiertos citan .-1 Cor. 11:28 – “Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y como así del pan, y beba de la copa”. Los comunionistas cerrados dicen que significa un “hombre” que haya sido sumergido. Pero realmente significa uno que haya sido sumergido bíblicamente (lo cual los Bautistas no hacen). Pablo le está diciendo a los santos qué hacer cuando se reunan como iglesia (1 Cor. 1:2; 11:18 y Sigs.).
Con respecto a algunos de sus hermanos, Lard dijo: “Ellos no los invitan a comulgar; y sin embargo su lenguaje es tan entendible para el no sumergido. ‘Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo’, dicen ellos, ‘y permitásele comer y beber’. Esto el no sumergido lo interpreta de esta manera: Por tanto, que un hombre determine por sí mismo si es ... un cristiano; y si determina que lo es, entonces que se le permita comer. Esto es injusto a la verdad, y no es justo para el no sumergido. El lenguaje nunca fue designado para iniciar la pregunta – ¿Es un hombre cristiano o no? Tal pensamiento nunca estuvo en la mente del apóstol ... Que todos nuestros predicadores y supervisores, cuando citen el lenguaje anterior, digan
claramente a sus audiencias sólo a quiénes se aplica ...”, Lard, Pág. 52.
El asunto se dirige al tema del bautismo, como Hiscox lo admite en “El Manual Modelo Para las Iglesias Bautistas”, Pág. 112. El “Manual de la Iglesia Designado Para el Uso de las Iglesias Bautistas” por J.M. Pendleton, dice que el asunto “no es acerca de la COMUNION CERRADA sino del BAUTISMO CERRADO”, Pág. 98. Siendo ese el caso, ciertamente debería haber más discusión de lo que constituye un bautismo bíblico. En una objeción fuerte y potente a la comunión abierta, J.T. Christian (un Bautista)
dice: “¿Por qué los Metodistas y los Presbiterianos sobre la ‘ocasión sacramental’ pasan a través de la solemne burla diciendo: ‘No hay diferencia, una iglesia es tan buena como la otra’. ¿Entonces por qué no
unirse en una sola organización? Si no hay diferencia en mantenerse las diferentes iglesias y de esta manera dividiendo a los cristianos del mundo, están pecando delante de Dios. Hay diferencia, barreras grandes y poderosas han sido colocadas en el camino de la unión cristiana. La misma cosa que los guardará de comulgar juntos. Dejen de predicar la unión que nunca une; y muestrennos algo del fruto hermoso de la verdadera unión”, “Comunión Cerrada”, Pág. 228. Uno puede responder a esto por medio
de señalar que cualquier cosa que haga reconocer a los Bautistas a aquellos que han sido asperjados como siendo cristianos, debe hacer que se unan en una organización. Fallar en hacerlo así es mantener las “barreras que han sido colocadas en el camino de la unión ‘cristiana’”.
LA POSICION BIBLICA
La posición bíblica no puede ser descrita por alguno de los términos anteriores. No es ninguna de las anteriores – ni cerrada, ni vedada, ni abierta. La mesa es del Señor. El tampoco invitó a los extraños, ni los rechazó de venir a ella, de participar de los emblemas. Cuando un extraño lo hace así, realmente no está comulgando sino que simplemente está comiendo pan y bebiendo jugo de uva. Uno no puede cerrar eso que nunca ha estado abierto y no puede abrir eso que nunca ha sido cerrado. Invitar a un pecador aún no hijo de Dios a la Mesa del Señor implicaría un reconocimiento de él como un hijo de Dios. Pero que él decida por sí mismo de participar sin ser invitado, al hacerlo así no implicaría reconocimiento. Esto es simplemente un acontecimiento imprevisto. Si continuara haciéndolo así, debería ser enseñado. ¿Pero qué de los cristianos? ¿Alguno de ellos debería ser rechazado de la mesa? “Por tanto, cada hijo de Dios debería examinarse a sí mismo y comer del pan y beber de la copa; y no es la prerrogativa de ningún hombre invitarlo o excluirlo. No hay texto bíblico ni razón para la práctica de la exclusión de la mesa del Señor a aquellos a quienes consideramos hijos de Dios. Por supuesto, si alguna denominación prepara una mesa, ellos pueden consistentemente excluir a aquellos que no son miembros de esa secta; pero si colocan la mesa del Señor, es absurdo hablar de restringirla a cierta secta. La Biblia no dice nada acerca de comunión ‘abierta’, ‘libre’, o ‘cerrada’, tal como son usados estos términos por las denominaciones; pero, por supuesto, cada cristiano debería estar ABIERTO a la convicción, LIBRE de prejuicios y de egoísmo, y CERCANO al Señor, y sus hermanos en Cristo, cuando participa de la Cena y todas las otras veces”, W. Halliday Trice, “ALREDEDOR DE LA MESA DEL SEÑOR”, Pág. 37 (adaptado).
VIII. FALSOS BENEFICIOS DE LA CENA DEL SEÑOR
A través de los años desde que nuestro Señor se presentó a nosotros con un memorial digno y adecuado de Su muerte, los hombres han buscado cambiarlo y añadirle sus propios conceptos en cuando a su significado. Hay falsos beneficios e ideas supersticiosas que se han desarrollado con respecto a la Cena del Señor.
Algunos creen que los hombres reciben ciertos beneficios espirituales por participar de los emblemas, los cuales el Señor no prometió. Otros creen que hay beneficios físicos de la Cena, que el Señor no prometió. Esta lección envuelve una discusión de esto.
El Perdón de los Pecados y la Cena del Señor
Con respecto a la eucaristía (término católico para la Cena del Señor), la “Nueva Enciclopedia Católica” dice, “Si una persona se acercó con buena fe, olvidando que estaba en pecado mortal ... con atrición, el sacramento los restaurará a la gracia. Por el suscitado amor de Dios, éste le remite directamente los pecados veniales por los que está arrepentido”, Vol. V, Pág. 607. Una declaración similar dice “el Sacramento mismo tiene el poder para santificar indefinidamente, porque éste es Cristo actuando en nosotros, ...” Ibíd, Pág. 608. También es dicho que “El propósito principal del santo sacrificio de la Misa es aplicar PRACTICAMENTE a nuestras almas individualmente aquellos méritos y gracias que el sacrificio de la cruz ya había reunido y preparado para toda la humanidad: éste es un canal o fuente secundaria de los efectos de la redención ...”, J. Faa Dibruno, D.D., CATHOLIC BELIEF, Una Exposición Corta y Sencilla de la Doctrina Católica (impreso por The Holy Apostolic See), Pág. 80. En vista de que la misa es celebrada
solamente una vez cada día en la iglesia Católica “Si las partículas no fueran reservadas ... alguien podría morir sin recibir el sacramento el cual cuando se administró a aquellos supuestos a estar en peligro de muerte, es llamado el VIATICO, o alimento para el viajero”. Ibíd., Pág. 92.
¿Tenía Jesús la intención de que la Cena tuviera un poder expiatorio? Una lectura cuidadosa de Sus palabras contestará esto. “Por que esto (el fruto de la vid) es (representa) mi SANGRE ... que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mat. 26:28). Nótese que es la sangre la que tiene el poder expiatorio, no el fruto de la vid, que es representativo de la sangre. ¡La representación no puede y no es necesaria para expiar los pecados del hombre a no ser que la sangre sea insuficiente! La visión Católica es que ellos están distribuyendo la verdadera sangre de Cristo y que cuando uno participa, sus pecados son perdonados. No obstante, no hay pasaje que enseñe que la Cena o el comer sangre literal tenga poder expiatorio. La Cena es para recordar, no para remisión.
La misma cosa que es dicha acerca de la sangre de Cristo (para remisión de los pecados, Mat. 26:28) también es dicha acerca del bautismo (para perdón de los pecados, Hch. 2:38). El bautismo, cuando está precedido por una fe genuina en Cristo como el hijo de Dios que derramó Su sangre por nosotros, y por el arrepentimiento (un volverse del pecado) resulta en los pecados del hombre siendo perdonados (Hch. 2:36-38). La sangre es la que nos salva del pecado, el bautismo es el cuando.
Cuando un hijo de Dios peca, la sangre de Cristo también puede limpiarlo (1 Jn. 1:7). Pero observe que lo condiciona a que el pecado sea confesado (v.9). Es la sangre la que remite los pecados en el caso del pecador aún no hijo de Dios (cuando es bautizado bíblicamente). Y es la sangre (no la Cena del Señor) la que continua limpiando del pecado en el caso del hijo de Dios que ha pecado (cuando lo confiesa y se arrepiente de este) (1 Jn. 1:9; Hch. 8:22).
La Salud Física y la Cena del Señor
Aunque el autor no conoce de una iglesia que oficialmente haya adoptado la doctrina de que la Cena del Señor tiene valor terapéutico, han habido indicaciones de parte de cristianos que pensaron algo de esto. Esto ha sido observado en la práctica de algunos mostrándose solamente en los servicios de adoración lo suficiente para comer los emblemas y luego partir antes de que el servicio sea concluido. La idea es que “todo estará bien solo si se comen los emblemas”. También, la práctica de llevar la Cena a los hogares del enfermo puede haber sido un resultado de esta idea. Quizás una mala interpretación de . 1 Cor. 11:30 ha dado origen a esto. “Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen”.
Primero, estar enfermo y debilitado no es dicho que haya sido producido por no comer la Cena. El v.29 muestra que esto era causado por comer y beber la Cena sin discernir el cuerpo del Señor.
Segundo, aunque pueda parecer difícil decir del contexto que clase de enfermedad es la que se tiene en cuenta (espiritual o física), la Biblia no da respuesta al problema (el propósito de Pablo al escribir era el de tratar con los problemas espirituales). Aunque todo sufrimiento es debido al pecado general de la humanidad, Jesús sanó a un ciego y le dijo que su ceguera no fue causada por el pecado (mostrando de esta manera que las enfermedades físicas no son el resultado directo de los pecados personales, Jn. 9:1-3). En otro caso, Jesús mostró que la calamidad física que cayó sobre los galileos no ocurrió a causa de los pecados personales, como algunos habían supuesto (Luc. 13:1-5). Aunque hubieron algunos casos excepcionales cuando alguien sufrió a causa de pecados personales (Ananías y Safira). Jesús enseñó que no había fijado una ley con respecto a esto Tercero, el sentido común (una comodidad que debería ser empleada cuando se estudia la Biblia) muestra lo absurdo de esta visión. ¡Uno sería capaz de distinguir inmediatamente a los miembros fieles de los infieles por su salud física! Pero hay casos obvios de santos piadosos que tenían enfermedades físicas (Pablo, Epafrodito, Timoteo, Trofimo) también como miembros no piadosos de iglesias que están con buena salud — tan
saludables que a menudo pasan el Día del Señor afuera en las cosas del mundo en lugar de reunirse con sus compañeros cristianos para adorar al Dios del cielo. Sin embargo, la indiferencia y descuido espiritual trae castigos espirituales. Un miembro de la iglesia que sea negligente hacia el acto de recordar la muerte y
resurrección del Salvador (el gran evento de la Biblia), y lo convierta en un asunto de tiempo indica debilidad y enfermedad en otras áreas espirituales hasta que espiritualmente esté enfermo. (La mayoría de los comentaristas toman la visión de que la enfermedad y muerte física es lo que el apóstol quiere decir, pero el autor es incapaz de poner al descubierto algún argumento convincente para esa posición).
¿Hay Sanidad Física En La Expiación?
La idea de que la sanidad física es un beneficio de la Cena del Señor es semejante a la creencia de que Dios prometió la sanidad física como un beneficio de la expiación (y quizás sea la razón por la que algunos sostienen esa visión). Isaías 53:4-5 a menudo es citado como “prueba”. “El sufrimiento vicario del Señor Jesucristo pagó la sanidad de nuestros cuerpos, lo mismo como la salvación de nuestras almas, porque ‘... por su llaga fuimos nosotros curados’ Isa. 53:5. En Mateo 8:17 se lee ‘... El mismo tomó nuestras enfermedades,
y llevó nuestras dolencias’”, La Sanidad Divina, MANUAL DE LA IGLESIA PENTECOSTAL UNIDA, Pág. 24. El error cometido aquí es ese de confundir la sanidad física con la sanidad espiritual. Cuando Mateo cita Isa. 53, (cfr. Mat. 8:16-17), cita el v.4, no el v.5 (“... por su llaga fuimos nosotros curados”). La sanidad física de Isa. 53:4 fue cumplida durante el ministerio personal de Jesús. Así lo dice Mateo. La sanidad espiritual de Isa. 53:5 (“rebeliones y pecados”) fue cumplida en la muerte de Jesús. Así lo dice Pedro. El cita Isa. 53:5 (“... y por cuya herida fuisteis sanados”) y aplica la declaración a los pecados (sanidad espiritual, .-1 Ped. 2:24-25).
Jesús no murió para dar sanidad física. El fue capaz de hacer eso antes y sin tener que ir a la cruz — y así lo hizo. De esta manera, la sanidad física no era un beneficio de la expiación. No obstante, Jesús no podía sanar el alma sin su muerte sacrificial (Sal. 41:4 – “Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; sana mi alma, porque contra ti he pecado”). La sanidad de las enfermedades físicas no es una parte de la sanidad del alma. La Biblia nunca dice que Jesús murió por nuestras enfermedades físicas.
(1) Pablo dijo “... fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo ...” (Rom. 5:10) – sanidad del
alma. Sin embargo, Pablo tuvo enfermedades físicas (2 Cor. 12:7-9).
(2) Timoteo, verdadero hijo de Pablo en la fe (1 Tim. 1:1), había sido reconciliado con Dios – sanidad
espiritual. No obstante, Timoteo tenía “frecuentes enfermedades” (1 Tim. 5:23).
(3) Trofimo estuvo con Pablo y los discípulos en Troas cuando partieron el pan (Hch. 20:7). Era un creyente
(tuvo sanidad espiritual), pero luego se enfermó (2 Tim. 4:20).
(4) Epafrodito había recibido la sanidad espiritual y era un obrero muy celoso para el Señor. Sin embargo,
casi murió de enfermedad física (Fil. 2:25-30).
Si la sanidad física está en la expiación ¡entonces las personas enfermas están perdidas! ¿Falló la
obra de expiación del Señor en Pablo, Timoteo, Trofimo, Epafrodito y muchos santos hoy día?
(5) Lucas, el único escritor gentil que escribió por inspiración, era médico (Col. 4:14). Jesús dijo que el
enfermo necesita de médico (Mat. 9:12).
En consecuencia, Lucas, quien escribió Lucas y Hechos, no entendió que la sanidad física estaba en la expiación. Jesús nunca implicó o insinuó que jamás hubiera un tiempo en esta vida cuando no continuaríamos necesitando de médico. Considere estas preguntas:
1. Si la sanidad física está en la expiación, ¿por qué no la recibe uno cuando es convertido – el lugar donde
los beneficios de la expiación son apropiados?
2. Si la sanidad está en la expiación, ¿por qué no la reciben todos los santos (muchos entre los “fieles”
tienen diversas enfermedades)?
3. Si la sanidad está en la expiación, ¿por qué hay un porcentaje tan grande de enfermos entre los santos y
los pecadores?
4. Si la sanidad está en la expiación, ¿por qué la mayoría de los creyentes mueren de enfermedades o de
aflicción física, como el resto de la población?
5. Si la sanidad está en la expiación, ¿por qué Pablo se gozaba en sus enfermedades (2 Cor. 12)?
6. Si la sanidad está en la expiación, ¿por qué Pablo prescribió tratamiento médico a Timoteo por sus
frecuentes enfermedades (1 Tim. 5:23)? ¿No lo sabía?
Conclusión
En vista de que la sanidad física no está en la expiación, no hay razón para concluir que la Cena del Señor tiene poder sanador o que lo protejerá a uno de volverse físicamente enfermo. Tampoco debería concluir uno que la Cena del Señor lo perdonará a uno de los pecados. Nada de esto es su propósito.
IX. UNA COPA – UN PAN
De las controversias que han surgido entre los hermanos acerca de la Cena del Señor, está la creencia de que todos los cristianos en una congregación deben beber de un vaso conteniendo el fruto de la vid. Relativo al pan, es creído que una masa completa de pan debe ser usada antes que partirlo en diferentes secciones.
Estas visiones han sido sostenidas tan fuertemente por algunos que fue escrito un credo y las congregaciones fueron urgidas a incorporarlo en las escrituras de sus sitios de reunión. Nótese: “En el servicio de comunión deberá haber una copa (un vaso para beber) del cual beberán todos los participantes, durante cualquier servicio como opuesto al uso de dos, tres, cuatro, o de copas individuales. Pero una hogaza de pan sin levadura deberá ser usada, de la cual todos los participantes deberán partir y comer como opuesto al
partimiento oficial de la hogaza en dos o mas secciones antes de ser pasado a los participantes ... A ningún predicador, maestro o líder que no esté en completo acuerdo con los principios anteriormente mencionados se le deberá permitir el tener parte alguna o mucha en la enseñanza, predicación
o liderazgo de dicha iglesia”, OLD PATHS ADVOCATE, Febrero, 1948 (una publicación de los hermanos que sostiene estas puntos de vista). Este “credo en la escritura” es evidencia de que los hermanos se están desviando y apartando de lo que es la Cena del Señor.
Lenguaje Figurado
El problema sobre estos asuntos es un fracaso en reconocer el uso de lenguaje figurado. El lenguaje figurado es el uso de una palabra o frase en un sentido no usual. El lector u oyente entiende esto y el significado que se quiere decir y distingue el uso no usual del usual. Si se preguntara si uno debe reconocer el lenguaje figurado para entender la Biblia, la respuesta es — absolutamente. El lenguaje figurado (especialmente la metonimia) no es un fenómeno conocido solamente en el idioma Español sino que es común a todo discurso humano y ciertamente a los lenguajes bíblicos del Hebreo y Griego. Si ocurre la comunicación esto debe ser reconocido. De otra manera, la Biblia se convierte en un libro absurdo. (El autor tuvo un estudio con una dama que pensaba que la gran separación estaba hablando acerca de ovejas literales y cabritos literales. Ella falló en reconocer la metonimia). El lenguaje humano contiene figuras de lenguaje que toda persona, sea educada o sin educación, usa constantemente. Un gran porcentaje de la Biblia está lleno de lenguaje figurado. Jesús a menudo habló en parábolas. Las alegorías son usadas en el Antiguo y Nuevo Testamento. Las profecías contienen muchas figuras. Los hombres son asemejados a los animales (ovejas, cabritos, zorras, lobos, perros, víboras, etc.) y a las plantas (árboles, vides, flores). La vida es descrita como un caminar, una carrera, un vapor, y un viaje. Algunos de los principios más básicos del evangelio nos son revelados con figuras de lenguaje en la descripción de la Cena del Señor. Una de estas figuras es conocida como la metonimia.
La Metonimia
Metonimia significa “el uso de una palabra por otra que la sugiere ... el contenedor por la cosa contenida ..., NUEVO DICCIONARIO INTERNACIONAL WEBSTER, Segunda Ed., Pág. 1549. Metonimia es “una palabra o frase usada en metonimia como substituto por otra”, NUEVO DICCIONARIO MUNDIAL WEBSTER, Segunda Ed., Pág. 895. Un ejemplo bíblico de esta figura fue usado por la mujer en el pozo, Jn. 4:12 – “... Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados”. El “pozo” (metonimia)
fue usado para significar el contenido del pozo, el agua. Ella no quiso decir que Jacob, los hijos, y el ganado, todos tocaron con sus bocas el mismo pozo. El agua había sido colocada en muchas cubetas (contenedores), la declaración de la mujer aún era verdad. Otro ejemplo es el de Noé, quien “... preparó el arca en que su casa se salvase ...” (Heb. 11:7). “Casa” es la metonimia que representa a su familia y no la estructura física en que él vivía. Otros ejemplos de metonimia son “trono” para reino, “nombre” para reputación (1 Rey. 1:47; etc.). El ejemplo del diccionario Webster acerca de la metonimia (el contenedor por la cosa contenida) se aplica a la cuestión de la copa.
La Copa
La frase “una copa” nunca aparece en la Biblia. Aún si apareciera no probaría el argumento de un recipiente. Jesús no estaba hablando acerca del vaso físico sino acerca de lo que estaba en este y lo que representaba. “Copa” es la metonimia. Parece como si Jesús supiera que alguien no comprendería el hecho de que
El estaba usando una figura de lenguaje, por eso nos dice lo que quiso decir por la “copa”. Nótese:
Mateo 26:26-29 — “Porque esto (la copa) es mi sangre del nuevo pacto ...”, — “... no beberé más de este fruto de la vid, hasta ...”
Marcos 14:22-25 “... Esto (la copa) es mi sangre del nuevo pacto ...” “... no beberé más del fruto de la vid Lucas 22:17-20 — “... Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre ...”
1 Cor. 10:16 — “La copa ... ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? ...”
1 Cor. 11:25 — “... Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre ...”
A pesar de que Jesús nos está diciendo (y los registros de esto por parte de Mateo, Marcos, Lucas y Pablo) lo que quiso decir por “copa”, algunos insisten que El nos estaba hablando de usar solamente un recipiente. Lucas, quien escribió “en orden” las cosas que ocurrieron (Luc. 1:1), nos habla de la última pascua y de la institución de la Cena. Jesús recibió una copa y dijo “Tomad esto y repartidlo entre vosotros” (Luc. 22:17). ¿Quiso decir que repartieran (dividieran) el recipiente o el contenido? ¡Ciertamente no quiso decir el recipiente porque
hubieran tenido que tomar un martillo y un cincel y dividir el recipiente! Exactamente como el ir (en la Gran Comisión) es la autoridad general para viajar por algún medio (caminando, cabalgando, volando), aún así, el repartir es la autoridad genérica para dispersar el contenido, el fruto de la vid. Esto podría ser hecho por medio de dividirlo en vasos separados. Si el autor y su familia fueran invitados para que fueran los convidados de alguien para una comida y el anfitrión nos pasara una jarra con jugo y dijera “repartidla entre vosotros”, tendríamos el derecho para repartirla como lo viéramos más apropiado. Lo mismo se aplica a la copa. A menos que el anfitrión especificara que solamente podría ser repartida por medio de que cada uno colocara sus labios en el mismo recipiente (lo cual es lo que Jesús habría tenido que decir para enseñar lo que enseña del defensor de un sólo recipiente), entonces la elección sería nuestra. La consecuencia de atar donde Dios no ha atado es tratado por Pablo con respecto a la circuncisión (Gál. 5:4; 1:6-9).
Una Mirada Adicional a la Metonimia
Ha sido argumentado que si uno elimina el recipiente (contenedor) también elimina el contenido. Este argumento falla en comprender la naturaleza figurativa de la palabra y aún está pensando en términos literales. El recipiente literal no es considerado cuando se usa como figurado. “Noé ... preparó el arca en que su casa se salvase ...” (Heb. 11:7). La casa (el recipiente o contenedor) sugiere el contenido (la familia de Noé). Su casa literal no fue preservada en el arca y no era alguna parte de la cosa sugerida. En. -1 Tim. 3:15, la “casa de Dios”
es puesta por la familia de Dios. Ninguna casa literal está contemplada y no está incluida. ¿Cuando eliminamos el recipiente o contenedor (la casa) hemos eliminado el contenido? No, los contenidos mantienen su misma naturaleza ya sea dentro o fuera del recipiente o contenedor. Si uno insiste que el recipiente literal es una parte del lenguaje figurado, entonces no sabe lo que es la metonimia.
1. En metonimia, la cosa nombrada no tiene que estar presente con la cosa sugerida. Podemos decir, “La
Casa Blanca decretó un embargo sobre el petróleo”. Por “La Casa Blanca” realmente queremos decir el
presidente, y él pudo haber decretado el embargo desde otra casa.
2. En metonimia, la cosa nombrada no es una parte inherente de la cosa sugerida. La casa de un hombre
no incluye necesariamente el edificio o local que es mencionado. “Noé ... preparó el arca en que su casa
se salvase ...” (Heb. 11:7). ¿Lo que se salvó fue su familia o la estructura física? La “copa” no incluye
necesariamente el vaso para beber. Pablo, en Efeso (1 Cor. 16:8,19) dijo a los santos en Corinto, “La
copa de bendición que bendecimos ...” Ellos no estaban usando el mismo recipiente pero ambos estaban
usando el fruto de la vid (la misma “copa”). Tenemos un bautismo, pero muchos bautisterios; una Biblia
pero muchas copias; una “copa” pero muchos vasos.
3. En metonimia, uno podría sugerir mas recipientes que los que son mencionados. “Ella ha levantado a
sus hijos con un tetero”. “El le ha estado dando a la botella durante 25 años”. Solamente es mencionada
una botella ¡pero eso no quiere decir solamente un contenedor o recipiente! Pablo y los corintios tomaron
“la copa” (singular) de diferentes vasos de beber (1 Cor. 10:16; 16:8,19). (Aunque considerablemente
adaptado, los argumentos básicos en este parágrafo son de un diagrama en el “Caprock Church Bulletin”,
Lubbock, TX, Vol. 8, Nro. 35).
Puede ser observada una inconsistencia por medio de notar que los defensores de un recipiente usan platos como un medio conveniente de distribuir el pan (aunque ellos ni aún están mencionados en la Biblia). Por tanto, ¿por qué no pueden ser usados los recipientes para el elemento a beber por la misma razón? La autoridad general para lo uno es la autoridad general para lo otro.
¿Cuántos Elementos?
Es contendido por aquellos defensores del un recipiente que hay tres elementos en la Cena – el pan, el fruto de la vid, y la copa (el recipiente o contenedor). Es creído que el contenedor representa el nuevo testamento en vista de que Jesús dijo “esta copa es el nuevo pacto en mi sangre”. Nuevamente, Jesús no estaba hablando del recipiente (o contenedor) sino del contenido. Pablo dijo, “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan (primera cosa), y bebiereis esta copa (la segunda cosa), la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga” (1 Cor. 11:26). No hay forma física en que uno pueda beber un contenedor, de esta manera Pablo quiso decir que se bebiera el contenido. Dice además, “... cualquiera que comiere este pan (primera cosa) o bebiera esta copa (segunda cosa) del Señor indignamente, será culpado del cuerpo (primera cosa) y de la sangre (segunda cosa) del Señor” (v.27). El no dice que uno sería culpable del “contenedor” (o recipiente) del Señor (una tercera cosa). Hay solamente dos elementos en la Cena.
Escudriñar Las Escrituras
En la narración de Mateo 26:27-29), Jesús “tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo:Bebed de ella todos” (v.27). ¿Quiso decir El que bebieran todos el contenedor o el contenido? En el versículo siguiente (v.28) El dice, “Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados”. ¿El fruto de la vid era el contenedor o el contenido? En estos tres versículos Jesús usó tres expresiones para describir la misma cosa – “la copa”, “mi sangre”, y “fruto de la vid”. Obviamente El quiso decir el contenido.
Además de la narración de Mateo, los siguientes pasajes componen la suma total de la enseñanza bíblica sobre la Cena del Señor: Mr. 14:22-25; Luc. 22:14-20,30; Hch. 2:42; 20:7;. 1 Cor. 10:16,17,21;11:20-34. Escudriñe a través de estas referencias y haga la pregunta, ¿Es eso el contenedor o el contenido? Ningún cristiano negará que cree en una copa. Pero debe entender lo que significa la expresión.
Un Pan
Dos errores (opuestos el uno del otro) son cometidos sobre el pan:
1. “El pan debe ser partido en dos o más pedazos después de la oración y antes de servirlo a la
congregación”. Esta idea falla en reconocer el “partir el pan” como una figura de lenguaje conocida como
sinécdoque (véase Capítulo 5). “Los antiguos concurrentes estaban acostumbrados a decir: ‘Ven y
parte el pan conmigo’. Nadie mal interpretó lo que quería decir la invitación – ‘Ven y toma un
pedazo del pan aparte’ .... ‘Reunidos para partir el pan’ (Hch. 20:7). Ellos no se reunieron para ver a
uno ministrando en la mesa rasgando un pedazo del pan en dos o más pedazos ... 1 Cor. 10:16: ‘El
pan que partimos’. En consecuencia, cuando Jesús tomó el pan y lo partió, quiere decir que él comió
algo de este – sin duda hizo esto –como un ejemplo para mostrar a los discípulos cómo proceder. Y
recuerde que el cuerpo de Cristo no fue partido en dos o más pedazos. Cuando la persona que
ministra en la mesa se imagina que está siguiendo un precedente por medio de partir el pan en dos o
mas pedazos, equivoca el significado del término ‘partir el pan’, va a través de este con una
ejecución sin sentido y vacía como bien pudiera ser ...” R.L. Whiteside, “Reflecciones, Pág. 397.
2. “El pan no debe ser partido en dos o más secciones. En lugar de eso, cada miembro debe partir un
pedazo del horneado y comerlo”. Es creído que la expresión “un pan” significa solamente una masa de
pan literal. Este refleja el error cometido sobre la copa. El “un pan” es la clase que Jesús usó para instituir
la Cena. Era único para una institución espiritual. Es uno (único) en clase (pan sin levadura,
Mat. 6:17,26) y uno en emblema (el cuerpo de Cristo).
Que El no tuvo la intención de dar a entender un pastel de pan literal y absoluto es visto en la declaración “El pan que partimos ...” El primer pronombre personal nosotros incluyó a Pablo y a Sóstenes en Efeso (1 Cor. 1:1;16:8,19) y a los santos en Corinto y en todo lugar (1 Cor. 1:2). Ellos estaban separados por muchos kilómetros en el mar Egeo, sin embargo, todos pudieron tomar del un pan (cfr.- 1 Cor. 10:16). De esta manera, un pastel de pan no era lo que estaba propuesto. Los cristianos en todo el mundo participan de un pan. Una hogaza de pan con 25 porciones es aun “un pan”. El número de pedazos no cambia la naturaleza de lo que es este. Mucha bulla es hecha sobre el asunto en lo que Señor no tuvo ninguna intención (2 Tim. 2:14).
X. ¿PODRIAN LOS CRISTIANOS COMULGAR EL DOMINGO EN LA NOCHE?
Ha surgido otra controversia sobre la Cena del Señor entre los hermanos en los últimos años. Esta visión es que es incorrecto ofrecer la Cena en el servicio de la tarde en el Día del Señor después de haber sido ofrecida en el servicio de la mañana. En esta lección examinaremos algunos de los argumentos hechos contra la práctica de extender la Cena a aquellos que estuvieron imposibilitados de participar en la reunión de la mañana.
I. «El Método Judío de contar el tiempo
(desde la puesta del sol hasta la puesta del sol) es el que nosotros usamos».
Este argumento dice que uno está ciertamente comulgando el Lunes si participa el Domingo por la tarde después de las 6 p.m. (a la puesta del sol). Es verdad que la Ley de Moisés contaba el tiempo desde la tarde hasta la tarde, Levítico 23:32. Ciertamente es innecesario señalar que no estamos atados a la ley de Moisés,.- 2 Cor. 3:6-16; Col. 2:14-17. A menos que el Nuevo Testamento obligue el método Judío de contar el tiempo, no
estamos atados a este. No obstante, las Escrituras muestran que el método Romano (desde la medianoche hasta la medianoche) fue usado la mayoría de las veces por los escritores del Nuevo Testamento. Por ejemplo, Juan dice que María Magdalena vino a la tumba temprano el primer día de la semana mientras estaba aún obscuro, Juan 20:1. El versículo 19 dice: «Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana...vino Jesús, y puesto en medio...» Ese tuvo que ser el tiempo Romano porque acorde al tiempo Judío un nuevo día empezaba a la tarde y no podría haber sido llamado «aquel mismo día». Habría sido el día siguiente.
En Juan 19:14 aprendemos que el proceso Judicial de Jesús empezó a la hora sexta. Sin embargo en Marcos 15:33 él está ya sobre la cruz a la hora sexta. La diferencia es que Juan estaba usando el tiempo Romano y Marcos estaba usando el tiempo Judío. No puede ser probado en absoluto que Hechos 20:7 es registrado acorde al tiempo Judío. En efecto, toda la evidencia es lo contrario. Lucas era Gentil, no Judío (distinguido de aquellos de la «circuncisión», Col. 4:11-14). Troas era una ciudad Gentil, no una ciudad Judía. Asia era una nación Gentil, no una nación Judía. Todo esto indica al método Romano de contar el tiempo. No obstante, la
evidencia real reposa en el texto. Hay dos días mencionados en Hechos 20:7; (1) el primer día de la semana, (2) el «día siguiente». Permitamos ser enfatizado que el día de la partida de Pablo (al «día siguiente») era el segundo día de la semana (el Lunes). Pero acorde a aquellos que discuten el tiempo Judío ellos se reunieron el
Sábado después de la puesta del sol (lo cual sería el comienzo del primer día de la semana), Pablo se quedó con ellos durante la noche y salió temprano al alba (aún el primer día de la semana). ¡Por tanto, ese no sería el «día siguiente» en absoluto sino que aún sería el mismo día! De esta manera, esto no podría haber sido acorde al tiempo Judío. Esta es una prueba conclusiva de que el método Romano de contar el tiempo desde la medianoche hasta la medianoche) fue usado por Lucas y Pablo partió al «día siguiente» (el día siguiente después del primer día de la semana). Esto está claramente expuesto en el siguiente diagrama:
EL PRIMER DIA DE LA SEMANA - METODO JUDIO
6 P.M. Medianoche
Los santos se reúnen - Pablo predica Eutico levantado - Pablo come y habla
Hechos 20:7 Hechos 9:20-11
El Alba 6:00 p.m
Largamente Pablo sale Dia siguiente
Acorde al método Judío, cuando Pablo salió al alba estaba saliendo el mismo día no «al día siguiente».
EL PRIMER DIA DE LA SEMANA - METODO ROMANO
12 M. Los santos se reúnen - parten el pan 12 M. Pablo predica hasta la medianoche
(en algún momento en el día) —
Hechos 20:7;
(12 M.) «al día siguiente» - Segundo día de la semana Alba Pablo sale
Eutico levantado - Pablo come - habla largamente
Hechos 20:9-11; Hechos 20:11
Acorde al método Romano, cuando Pablo salió al alba estaba realmente saliendo «al día siguiente» ¡exactamente como lo dice la Escritura! Por tanto, no es verdad que uno este comiendo la Cena del Señor el Lunes si participa después de la puesta del sol el Domingo en la tarde. Si el argumento fuera válido, uno tendría
que tomar la Cena después de la medianoche del Sábado pero antes del partimiento del día el Domingo. (véase el capítulo para la evidencia de que Pablo no comió la Cena el Lunes en Hechos 20:11).
II. «No hay autoridad para una segunda Cena».
Esta declaración afirma lo que no es probado. Cuando el que está ausente de la primera reunión el Domingo,
participa el Domingo en la tarde, está es la primera Cena para él. Solamente si uno participa dos veces esta podría ser llamada una segunda cena. Esta podría ser la segunda vez en que la Cena es ofrecida pero es ofrecida a aquellos que no han participado. Si «el primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan» significa que la Cena puede ser ofrecida solamente una vez en el Día del Señor para aquellos que no han participado, ¡entonces esto también significa que podemos reunirnos solamente una vez en el Día del Señor! Cualquier argumento que pueda ser hecho para ofrecer la Cena en solamente una reunión puede ser hecha para tener solamente una reunión (de esta manera haciendo pecaminoso el reunirse más de una vez en el Día del Señor). Sin embargo, los opositores del segundo ofrecimiento de la Cena no vacilan en tener una segunda (y algunas veces una tercera) reunión en el Día del Señor en la cual la predicación es hecha.
Pero todo el punto es, el número de veces de reunión no es especificado. Hechos 20:7 es verdaderamente indiferente de cuantas reuniones fueron tenidas. Puede aún ser dicho que los discípulos se reunieron el primer día de la semana. No hay nada en el pasaje que límite el número de reuniones exactamente como no hay nada que límite el número de veces en que la Cena pueda ser ofrecida a aquellos que no han participado. Cuando a uno se le pide por una autoridad específica para una segundo servicio está requiriendo especificación por una cosa que está autorizada por la autoridad general.
Nótese que Hebreos 10:25 dice: «no dejando de congregarnos». Este pasaje permite más de una reunión de Cristianos. Cualquier cosa que es autorizada para ser hecha el primer día de la semana podría ser hecha en cualquiera de estas reuniones. Si la predicación puede ser provista en la segunda reunión, entonces, del mismo modo lo puede ser la Cena del Señor. Algunas veces el error es mejor visto por los disparates que se presentan. El autor conoció a más de una congregación hace unos pocos años cuyos locales eran demasiado pequeños para que todos los miembros se reunieran en un solo servicio. Tenía dos servicios en la mañana. Acorde a esta teoría sería incorrecto tener la Cena en el segundo servicio (hecha en su mayor parte por aquellos que estuvieron impedidos para reunirse en el primer servicio). ¿Estas personas no tienen la responsabilidad de recordar la muerte del Señor en la forma que El ha dicho que se recuerde? Esta teoría hará incorrecto ofrecerla al segundo grupo que estuvo incapacitado para participar en la primera reunión porque sería una «segunda cena».
El autor es sabedor de un caso en la que una pareja tiene un hijo que está mentalmente atribulado. La dama atiende a la reunión de la mañana y el marido en la de la tarde. Si a este Cristiano no le es permitido participar de la Cena en el servicio de la tarde, imagínese, él podrá continuar toda su vida sin jamás comulgar con nuestro Señor, aunque Jesús dijo: «Haced esto en memoria de mí». Al hombre le es rehusada la oportunidad para hacer lo que Jesús mandó. Uno podría responder por medio de decir: «si él no pudiera estar allí el Domingo en la mañana entonces está excusado de la Cena». ¿Quién dijo? Cuando un Cristiano es obstaculizado más allá de su control de participar de la Cena en la reunión de la mañana y luego más tarde ese impedimento es removido, entonces su responsabilidad permanece.
No nos es dicho una hora específica pero nos es dicho un día específico. Ya hemos mostrado que el Domingo en la tarde es aún el Día del Señor. Los hombres ciertamente han sido animados a desobedecer al Señor por medio de rehusar tomar la Cena en el servicio de la tarde. Por medio de cualquier derecho que una congregación tuviese para rehusar una oportunidad para recordar la muerte del Señor y de proclamar Su venida en una segunda reunión, tiene el derecho y autoridad para rehusarle en la primera reunión.
III. «Una persona no puede comulgar sola. Por tanto, sería incorrecto para una persona tomar la Cena
del Señor el Domingo por la tarde».
Esta objeción supone que la única comunión que uno tiene es cuando come la Cena con otros Cristianos al mismo tiempo. Sin embargo, Jesús dijo que participaría de Cena con los discípulos en el reino, Mateo 26:29. El Cristiano que participa bíblicamente no come solo porque está comulgando con Cristo, .-1 Cor. 10:16-21. Por supuesto que hay un sentido más amplio en el que los Cristianos comulgan (tienen comunión - participan juntos - 1 Jn 1:7) los unos con los otros cuando ellos participan. Mientras Pablo estaba en Efeso (1 Cor. 16:8,19) dijo a la iglesia en Corinto (aproximadamente a 365 kms (275 millas) de distancia y separados por el Mar Egeo) «La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan», .-1 Cor. 10:16-17. Nótese la palabra «nosotros». Aunque Pablo
estaba separado por la distancia de los Corintios, ellos (Pablo y los Corintios) estaban aún participando juntamente (comulgando) en la participación de la Cena.
Esta comunión con otros Cristianos no es algo que ocurre solamente dentro de los límites de una congregación local. Cuando uno come bíblicamente la Cena del Señor está comulgando con los Cristianos en todo el mundo - aún cuando pudieran estar separados por zonas y/o diferentes horas para sus servicios. En efecto, aún en una congregación local hoy no todos participamos al mismo tiempo. Aquellos sentados cerca al frente podrían participar cinco minutos o más antes que aquellos que están atrás. El punto es, estamos participando el mismo día, el Día del Señor, el único tiempo especificado. (Ninguna hora o minuto en particular es especificado - solamente el día). Cualquier cosa que nos permita participar cinco minutos separados nos permitirá participar cinco horas separados, con tal que sea el primer día de la semana. «Cuando tenemos a las personas autorizadas haciendo la cosa autorizada en el lugar autorizado en el día autorizado para el propósito
autorizado, tenemos a las personas haciendo exactamente lo que Señor demanda de ellos». Jack Freeman, UN ESTUDIO DE LA CENA DEL SEÑOR.
IV. «Los discípulos en Hechos 20:7 significa TODOS los discípulos».
El argumento es que en vista de que todos los discípulos no participan el Domingo en la tarde, por tanto, esta no es bíblica. Si Hechos 20:7 significa todos los discípulos habría gran dificultad en probar todo esto. ¿Qué si uno de los discípulos está ausente el Domingo en la mañana? Eso significaría que el resto no podría participar
porque todos no están allí. Si la Cena no pudiera ser comida el Domingo por la tarde porque no comen todos, entonces no puede ser comida el Domingo en la mañana por la misma razón. Nuestro adversario, Satanás, trabaja duro para evitarnos recordar el supremo sacrificio de nuestro Señor y Salvador.
V. «Teniendo la Cena del Señor el Domingo en la tarde ha llevado a muchos abusos».
El autor no justifica cualquier abuso de la Cena. No obstante, hacer lo que el Señor autorizó no es la causa de los abusos. El bautismo es a menudo abusado pero eso no significa que no está autorizado o que es la falta del
Señor. En efecto, la comunión del Domingo en la mañana ha sido abusada también. Algunos vendrán y participarán y no se quedarán para el resto del servicio. Algunos participarán el Domingo en la mañana y luego faltaran al servicio de la tarde por alguna forma de entretenimiento. La Cena del Señor fue abusada dentro de una reunión de ,-1 Cor. 11. Puede que se necesite que la enseñanza sea hecha y que los abusos necesiten correción. Pero el Señor no nos ha dado autoridad para «castigar» a aquellos que no están en el servicio de la mañana por medio de prohibirles participar de ella en el servicio de la tarde.
Nótese el «por tanto» de .-1 Cor. 11:28 - «Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa». Algunos no dejaran que un hombre haga lo que el Señor le dice que haga. Si proveyendo una oportunidad más tarde para participar de la Cena refleja pobre sabiduría y lleva a abusos, es trágico que Dios, en toda Su sabiduría, no pensara en esto cuando proveyó una observancia para más tarde de la pascua para aquellos que no fueron capaces de observarla en un tiempo temprano, Números 9:10-13. El Señor no llamó a esto una «segunda cena de pascua».
VI. «Aquellos que participan el Domingo en la mañana no tendrán que estar sujetos a los que participan
el Domingo en la tarde por aquellos que no estuvieron presentes temprano».
Este no es un argumento de la escritura sino que es una opinión. Quizás algunas lecciones sobre la paciencia y la tolerancia serían necesarias en tales casos — y también el amor. «El amor es sufrido, es benigno...no busca lo suyo...todo lo soporta», .-1 Cor. 13:4-7. El autor es incapaz de entender por qué los hermanos sentirán que están siendo castigados por tener que sentarse a través de una porción del servicio mientras algunos (quienes fueron incapaces de estar temprano) están participando de la Cena (lo cual usualmente no dura más de cinco minutos). Escuchamos los mismos anuncios — y algunas veces las mismas oraciones e himnos, ninguno de los cuales esta designado para castigar. Frecuentemente, un sermón podría tener poca aplicación a alguno en la
audiencia pero mucho para otros. Aquellos que aman la palabra y a sus hermanos no pensarán de esto como castigo. Tales hermanos son simplemente demasiado impacientes,.- 2 Pedro 1:6.
Conclusión
Podrían haber otras objeciones al ofrecimiento de la Cena el Domingo en la tarde, pero estas son las básicas. Otras son resultados o variaciones de las mencionadas. La Cena del Señor es mandada a los Cristianos. El Cristiano necesita el alimento espiritual para su propio bienestar espiritual. El predica un sermón cada vez que participa, .-1 Cor. 11:26. Debemos ser extremadamente cuidadosos acerca de establecer reglas hechas por nosotros mismos que impidan a otros de honrar el gran regalo de Dios para el hombre. No es la función de la congregación local validar la Cena, sino la de hacer ordenadamente los arreglos para que los Cristianos se reúnan para adorar.
XI. LA UNIDAD Y LA CENA DEL SEÑOR
Varias cosas son dichas acerca de la Cena del Señor que muestran que es una fiesta que simboliza unidad. Jesús dijo que no bebería la copa “... hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre” (Mat. 26:29). Eso es, no la bebería sólo sino que lo haría reunido con ellos cuando estuvieran unidos en el reino. Los primeros cristianos estaban unidos en su adoración y obra (Hch. 2:42-45). La palabra “reunidos” es usada frecuentemente en conexión con la Cena del Señor (Hch. 20:7;.- 1 Cor. 11:18,20,33). ¿Es de sorprenderse entonces que los corintios fueran criticados severamente por su divisionismo — especialmente en vista de que era sobre algo designado para traernos juntos? La Cena del Señor nos recuerda de una cosa que tenemos en común – un Salvador que oró por la unidad de Sus seguidores la noche antes de su muerte agonizante. Murió para que los hombres pudieran estar unidos como un cuerpo (Ef. 2:13-17). “Parece imposible para uno comer la Cena del Señor con la actitud correcta y al mismo tiempo poner las ruedas en movimiento para dividir la iglesia”, Olin Kern, LA CENA DEL SEÑOR, Pág. 8. Ninguna iglesia en ningún momento o en algún lugar jamás será destrozada por la división cuando cada miembro llegue a apreciar completamente el amor divino y la unidad que nuestro Salvador tuvo la intención en la institución de esta fiesta de la unidad.
UN PAN
En las primeras lecciones hemos observado que la comunión es el medio por el cual expresamos nuestro unión a Cristo como cristianos. Comulgamos con El. Siendo miembros del mismo cuerpo, también expresamos nuestra unión los unos con los otros. Participamos de la misma bendición, proclamamos el mismo mensaje (su muerte, hasta que El vuelva), y tenemos en común los mismos beneficios de su sangre. -1 Cor. 10:17 es un pasaje difícil. Es un pasaje altamente figurado. El hecho de que todos participamos de un solo pan (que es la comunión del cuerpo de Cristo, v.16), esto hace que nos convirtamos en lo que comemos. Cristo está en nosotros y nosotros en El. Estando unidos con Cristo, de esta manera estamos unidos con los demás que están en Cristo. Somos el cuerpo de Cristo (espiritualmente). En casi todas las naciones el acto de comer juntos ha sido pensado por mucho tiempo que es un símbolo de unidad. Ha sido considerado como un acto de afecto y amor (Véase Ap. 3:20). ¡Es por esto que el significado de la Cena es contradicho cuando comemos en desunión!
LA CABEZA Y EL CUERPO
El aspecto de la unidad del cuerpo es visto en la declaración de Pablo en Ef. 2:14-17 — “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anuncio las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca”. Aquellos que promueven el denominacionalismo por medio de llevar nombres hechos por los hombres, usando credos hechos por los hombres, y defendiendo que uno puede “asistir a la iglesia de su elección” posiblemente no pueden apreciar el significado del cuerpo de Cristo el cual fue sacrificado en la muerte en la cruz. Ni pueden apreciar el significado de Su muerte para reconciliar a los hombres en un cuerpo espiritual. Si no pudieran
apreciar esto, ¿entonces cómo pueden apreciar el significado del pan que es emblemático del cuerpo de Cristo? ¿Cómo puede uno proclamar Su muerte hasta que El venga (por medio de comer la Cena) mientras al mismo tiempo se anima a la división religiosa contrario a la unidad por la cual oró y murió nuestro Salvador?
En vista de que Cristo es la cabeza del cuerpo (la iglesia, Ef. 1:22-23), si uno no está en ese cuerpo entonces Cristo no es su cabeza. En vista de que Cristo es el “salvador del cuerpo” (Ef. 5:23), si uno no está en ese cuerpo entonces está perdido – separado (dividido) de aquellos que están unidos con Cristo y los demás cristianos.
COMO OBSERVA EL SEÑOR LA DIVISION
El escritor de Proverbios dice que “... el que siembra discordia entre hermanos” es una abominación (odioso, repugnante) para Dios (Pr. 6:16-19). Pablo le rogó a los corintios que “no haya entre vosotros divisiones” (1 Cor. 1:10). El clasifica las “enemistades, pleitos, contiendas, disensiones, herejías” como obras de la carne (Gál. 5:19-21). Dice que las personas contenciosas recibirán ira y enojo (Rom. 2:8). Los hermanos son mandados a señalar y apartarse de aquellos que causen división (Rom. 16:17). Nos dice de las consecuencias de la división –“... una casa dividida contra sí misma, cae”. Esto es autodestruirse (Luc. 11:17).
COMO OBSERVA EL SEÑOR LA UNIDAD
“¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!” (Sal. 133:1). “Unánimes entre vosotros ...” (Rom. 12:16). “Os ruego, pues, hermanos ... que habléis todos una misma cosa ...” (1 Cor. 1:10). “... que estáis firmes ... combatiendo unánimes por la fe del evangelio” (Fil. 1:27). “... sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa” (Fil. 3:16). “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre en mí, y yo en ti ...” (Jn. 17:20-21). (Es significativo que el discurso inspirado de nuestro Señor sobre la unidad ocurriera en el contexto de la Cena del Señor - Jn. 14-17).
COSAS QUE OBSTACULIZAN LA UNIDAD
(1) La autosuficiencia o egocentrismo hará que uno insista en hacer lo que uno quiere. Indica una deficiencia en el amor – la clase que el Señor tenía para nosotros. “... el amor no busca lo suyo, no se irrita ...” (1 Cor. 13:5). Eso significa que el amor no insiste en salirse con las suyas.
(2) Adherirse a las opiniones muy fuertemente. Algunos no se adhieren a las opiniones, las opiniones los agarran. Tales opiniones a menudo llevan a la contienda y resulta en la perdición de aquellos que las escuchan (2 Tim. 2:14). Cuando eso ocurre, usualmente resulta una de dos cosas. Las personas se vuelven indiferentes y dejan de asistir a la iglesia o la iglesia se divide en bandos. Un hermano debería pensar lo bastante y duro antes de presionar una opinión. Las consecuencias son grandes (Mat. 18:6-7).
(3) El prejuicio. Una persona prejuiciada rehusará considerar lo que otro tiene para decir. Cortará la línea de comunicación entre él mismo y aquellos con quienes difiere. Los perseguidores de Esteban “... dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él” (Hch. 7:57). Los bereanos fueron alabados por ser de una mente abierta (Hch. 17:11-12). Ha sido dicho que una persona prejuiciada ni aún escuchará ambos lados de un disco.
(4) El orgullo significa “tener más alto concepto de sí que el que debe tener” (Rom. 12:3). Esta es una opinión exagerada de uno mismo. Hace que una persona diga “siempre estoy en lo correcto, siempre lo he estado, y siempre lo estaré”. El orgullo es del mundo – la “vanagloria de la vida” (1 Jn. 2:15-17). “Antes del quebrantamiento es la soberbia” de una congregación (Pr. 16:18).
(5) Los celos. “Porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?” (1 Cor. 3:3). Alguien (desconocido para el autor) dijo: “Cada vez que usted se vuelve verde de la envidia va a segar problemas”.
(6) La falsa enseñanza obstaculiza la unidad si hay aquellos que se opongan a esto y defiendan la verdad. De otra manera, puede resultar la unidad en el error. Tal unida no debería ser deseada. Un comentarista dijo correctamente: “La paz es una joya tan preciosa que daría cualquier cosa por ella menos la verdad”. Solamente la verdad puede hacer al hombre libre (Jn. 8:32). Recuerde, son aquellos que enseñan falsedades los que causan división, no aquellos que defienden la ver dad. Pablo así lo dijo en Rom. 16:17.
(7) Prosperando en la contienda. Algunos no están contentos a menos que puedan hacer que siga la contienda todo el tiempo. Para estar seguros, mucho de la vida de un cristiano se pasará en la contiendas si está cumpliendo sus responsabilidades. No obstante, Pablo dijo que las contiendas no son provechosas (2 Tim. 2:14).
(8) El partidarismo (o “leal a un partido”). Es el fuerte respaldo de un lado o partido. A menudo esta es una adhesión sin razón (lealtad ciega). Esto es visto algunas veces en los políticos cuando una persona es leal a un partido sin hacer caso del carácter o convicciones de su candidato. “Mi iglesia (partido, manada), correcta o incorrecta. No me importa cuán lejos pueda ir. Le seré leal hasta el día de mi muerte”. Los fariseos fueron condenados por la lealtad ciega (Mat. 15:14).
(9) Ser rencilloso. Estos son irritables, difíciles de agradar, sus sentimientos se lastiman fácilmente. Esta actitud ha dado origen a tales expresiones como “de piel delicada”, “intocables”, “pendencieros”. Uno que tiene amor no es provocado fácilmente (1 Cor. 13:5).
Debemos estar en guardia constante contra los caminos mañosos y astutos de Satanás. Si él cree que puede tener éxito en dividir a los hermanos, usará cualquier medio posible. Que ninguna de estas cosas sean mencionadas entre nosotros. Unidos permanecemos – divididos caemos (Luc. 11:17).
CONSECUENCIAS DE LA DIVISION
(1) La iglesia es debilitada. Tema que los pecadores se aparten de la verdad cuando se enteren de que la división sirve para desanimar a los cristianos desde el inicio de los esfuerzos de la conversión. Un espíritu general de desmayo penetra en los hermanos cuando existe la división.
(2) Nuestra súplica es impedida. Es dificil hacer una súplica sincera por la unidad a los amigos de uno en el mundo denominacional cuando la división es obvia. Para ser consistente, nuestra súplica por la unidad depende de nuestra
verdadera solicitud “en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”(Ef. 4:3).
(3). El escepticismo público hacia el evangelio. Jesús oró “para que todos sean uno ... para que el mundo crea que tú me enviaste” (Jn. 17:21). Jesús implicó que la división religiosa produciría duda y que la unidad entre los cristianos es un argumento efectivo contra el escepticismo. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Jn. 13:35).
(4) Las almas condenadas eternamente. Pablo clasificó las facciones, las divisiones y los partidos como obras de la carne y dijo que aquellos que practican tales cosas “no heredarán el reino de Dios” (Gál. 5:19-21).
EL REMEDIO PARA LA DIVISION
“¿Andarán dos juntos, si no estuvieran de acuerdo?” (Amós 3:3). Amós estaba hablando acerca de la relación entre un hombre y su Dios, pero esta es una pregunta legítima en cualquier tiempo a dos partes envueltas y que están en desunión. El autor puede recordar en sus día de juventud yendo al campo. Un evento que atrajo a los hombres y muchachos especialmente fue el equipo de la prueba de empuje. Los campesinos encadenaban sus mulas a algún objeto pesado y dejaban que empujaran para ver cuál equipo era el más fuerte. Cuán hermética era esa cadena a medida que empujaban miles de libras de resistencia. Si no fuera por los eslabones de la cadena estando firmemente atados todos juntos este evento no podría haber ocurrido. Los cristianos deberían recordar que “... todo el cuerpo,
bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente ...” (Ef. 4:16). Nada puede romper una cadena cuando los eslabones son fuertes y cada uno está haciendo su parte. Si se hubieran roto y separado en un equipo de prueba de empuje las mulas se habrían caído y lastimado. ¿De qué valor son los eslabones que no permanecen juntos? Que tristeza de un vecino quien cuando sus amigos le pidieron prestada una cadena, trajo una cubeta llena de eslabones desconectados. Piense en la desastrosa situación cuando los eslabones espirituales (los cristianos) no están atados (o vinculados) juntos en amor. “... Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado ...” (Luc. 11:17). Pablo dice que debemos ser “solícitos en guardar la unidad del Espíritu ...” (Ef. 4:3). Este es un mandamiento que demanda que coloquemos esfuerzo concentrado en impedir que ocurra la división.
LA CENA DEL SEÑOR Y LA UNIDAD
Nuestro Señor nos dio una lección semanal de unidad cuando, como un cuerpo, participamos de un solo pan. La unidad no está limitada a unos pocos actos externos en los que puedan concordar los hermanos. Porque si no vemos en nuestra recordación del Señor el resumen mismo del amor entonces estamos envueltos en una burla. Una pareja puede tener una licencia matrimonial, montar en el mismo carro, y comer en la misma mesa. Pero si continuamente se alborotan y pelean, no hay unidad. Y si los hermanos se reunen en el mismo local y pasan a través de los
movimientos propios de un servicio de adoración y luego se “muerden y devoran unos a otros”, ¿realmente aprecian lo que el Señor buscó llevar a cabo a través de Su muerte (de lo cual la Cena es una recordación)? Nuestra vela queda escondida debajo de un almud. El mundo no sospechará que somos Sus discípulos (Jn. 13:15).
Debe haber verdadero cuidado e interés de los unos por los otros. Piense la próxima vez que se reúna alrededor de la mesa. Entonces hágala parte de su ser. “Varón de dolores”, que nombre para el Hijo de Dios que vino a reclamar a los pecadores arruinados!
¡Aleluya! ¡Qué Salvador!
—P.P. BLISS
XII. DIVERSAS PREGUNTAS ACERCA DE LA CENA DEL SEÑOR
En cualquier estudio de esta naturaleza hay preguntas que no merecen una lección completa o pueden ser demasiado amplias para cubrirlas porque se extienden a otras áreas. Esto es verdad de la Cena del Señor. Esta lección puede ser considerada como un alcance de las preguntas que no han sido tratadas en las otras lecciones en este libro.
1. En vista de que Jesús instituyó la cena y el lavamiento de los pies al mismo tiempo, ¿no deberíamos
practicarlos juntos hoy día?
Jesús lavó los pies de los discípulos la misma noche que instituyó la Cena. No obstante, no instituyó el lavamiento de los pies. Esta ya era una costumbre familiar de las tierras orientales, de la cual hay numerosas referencias en el Antiguo Testamento. Que el significado que el Señor se proponía con el lavamiento de los pies era figurado está indicado en Juan 13:12,7; Después de lavar sus pies, Jesús preguntó en el v.12, “... ¿Sabéis lo que os he hecho?”. Si se estaba refiriendo a un lavamiento literal de los pies, por supuesto, ellos sabían lo que les había hecho y ¡su pregunta sería absurda! Pero aún antes de eso (después que había lavado los pies de algunos de los discípulos y secado con la toalla) dijo, “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora, mas lo entenderás después” (v.7). De esta manera, Jesús tenía la intención de una aplicación figurada a su lección sobe el lavamiento de los pies, porque ellos sabían lo que había hecho literalmente, pero Jesús dijo que ellos no lo comprendieron (figurativamente). Entonces les enseñó una lección sobre la humildad: “El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que lo envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis” (v.16-17).
La intención de Jesús con respecto a lo que la iglesia hiciera en el futuro relativo a la Cena no puede ser aprendido de Mateo, Marcos, Lucas o Juan. Debemos ver la iglesia en acción para aprender lo que El se había propuesto. Nos es dicho que los discípulos “perseveraban ... en el partimiento del pan” (Hch. 2:42). Los discípulos se reunían “el primer día de la semana para partir el pan” (Hch. 20:7). Cuando se reunían “... esto no era comer la cena del Señor” (1 Cor. 11:20). Pablo dijo a los corintios que comieran la Cena de la misma manera que Jesús habían enseñado en la víspera de su muerte (1 Cor. 11:23-25). La intención de Jesús de lo que la iglesia debía hacer en el futuro con respecto al lavamiento de los pies no puede ser aprendido de Mateo, Marcos, Lucas o Juan.
Debemos ver a la iglesia en acción para aprender lo que El se había propuesto. Pero cuando observamos las instrucciones o ejemplos de la iglesia practicando lo que algunos han denominado como “una ordenanza de la iglesia (el lavamiento de los pies)”, el resto del Nuevo Testamento guarda silencio totalmente. La iglesia no hizo absolutamente nada, hasta donde lo muestran los registros. Jesús tuvo la intención de que Su enseñanza sobre la Cena del Señor fuera practicada en la asamblea como un acto de adoración (lo cual lo aprendemos de las referencias del Nuevo Testamento después que la iglesia fue establecida). Tenía la intención de que Su enseñanza sobre la humildad y la hospitalidad (de la cual el lavamiento de los pies es un ejemplo) fuera practicada por los individuos.
La única referencia que tenemos de tal acto de hospitalidad es con respecto al de la viuda – un individuo (1 Tim. 5:10). Las Escrituras hacen distinción entre lo que un individuo hace y lo que la iglesia hace (1 Tim. 5:16).
Las siguientes observaciones pueden ser hechas acerca del lavamiento de los pies en la Biblia.
(1) Nunca fue una ordenanza de la iglesia o un acto de adoración. En vista de que nunca fue puesto en la
iglesia, deberíamos dejarlo donde Dios lo colocó.
(2) No hubo un sonido de trompetas donde una gran multitud de personas fueron llamadas para celebrar un
aviso previo del “servicio de lavamiento de los pies”.
(3) No era un ritual o ceremonia.
(4) Fue hecho en un momento de la historia cuando las personas usaban sandalias, caminaban casi por todas
partes donde iban, y vivían en un clima caliente y seco.
(5) Fue hecho porque los pies necesitaban limpiarse (Jn. 13:10). Anunciar un servicio de lavamiento de los
pies anual o semi-anual para ser llevado a cabo en conjunto con la Cena del Señor equivoca la lección
que Jesús enseñó sobre la humildad y es un fracaso en usar bien la palabra de Dios (2 Tim. 2:15).
2. ¿Cuándo es obligatorio un ejemplo del Nuevo Testamento?
Esta pregunta realmente es demasiado amplia para este tratado pero la veremos brevemente. Que el Señor tuvo la intención de que nosotros aprendiéramos de los ejemplos difícilmente puede ser negado (Fil. 4:9; 3:17;.- 1 Cor. 11:1; .1 Ped. 2:21; etc.). Sobre la base de estos pasajes bien ha sido concluido por los amantes de Dios que en lugar de preguntar “¿Cuándo es obligatorio un ejemplo?”, uno debería preguntar “¿Cuando no es obligatorio un ejemplo?” Que algunos ejemplos no son obligatorios también difícilmente puede ser negado. ¿Fue mandado del Espíritu Santo que la Cena debía ser celebrada en un “aposento alto”? (Hch. 20:8). Ciertamente, un ejemplo es obligatorio a menos que hayan otros pasajes o cosas que lo desaten. Tomar la Cena del Señor en un aposento alto no es obligatorio porque Jesús lo desató en Jn. 4:21-24. El enseñó que la ubicación no era importante, sino mas bien la adoración en espíritu y en verdad. No es obligatorio que milagrosamente hiramos con ceguera a los falsos maestros (Hch. 13:8-11). Aquello que sea imposible no es requerido por el Señor.
Esto puede parecer como una sobre-simplificación de una pregunta mas compleja, y lo es. No obstante, lo que ha sido dicho debería ser suficiente para cubrir la mayoría de las controversias afectando la obra y adoración de la iglesia. Para un estudio más detallado de este tema el autor recomienda que el estudiante lea:
Cómo Determinar Cuando Los Ejemplos Son Obligatorios, TORCH, Vol. XIV, Nro. 10, James P. Needham; Answers For Our Hope, SEARCHING THE SCRIPTURES, Vol. XX, Nro. 10, Marshall Patton. [El traductor también les recomienda el libro — “¿Cómo Establecer La Autoridad En Las Escrituras?”, por Jaime Restrepo M.]. Andar Por fe.
3. ¿Deberíamos comulgar el Jueves por la tarde?
Ninguna significancia es vinculada al quinto día de la semana ya sea en el Antiguo o Nuevo Testamento. Si alguna se tuvo por objeto el Señor no nos lo dijo. Sencillamente esta fue la última oportunidad de Jesús para comer la pascua antes de Su muerte. Absolutamente no hay duda de que hay significancia vinculada al primer día de la semana, como aprendimos en el Capítulo 4. Jesús había dicho que tomaría la Cena con Sus discípulos en el reino. Si podemos encontrar cuándo participó el reino, podemos saber cuando Jesús quiere que participemos. Ellos participaron el primer día de la semana (Hch. 20:7). Con respecto a la Cena, Pablo entregó a los corintios lo que
había recibido del Señor (1 Cor. 11:23). (Recuerde que Pablo había mandado a la iglesia que recogiera la ofrenda el primer día de la semana de manera que no fuera necesaria hacerla cuando él llegara. Esto necesitaría una reunión el primer día de la semana). Entre las cosas que Pablo había recibido del Señor estaba esa cuando ellos se habían “reunido” (11:20), era para comer la Cena del Señor. Después de esperar siete días, Pablo y los discípulos se “reunieron” para partir el pan el primer día de la semana (Hch. 20:7).
Si Pablo había recibido del Señor que ellos debían reunirse el Jueves en la noche para partir el pan, lo habrían hecho así en ese tiempo. Pero el Jueves en la noche pasó y nada fue dicho acerca de partir el pan (Hch. 20:6). Hay una sola razón de por qué no lo hicieron así. Pablo no recibió esto del Señor.
4. ¿Está en armonía con las Escrituras decir que el pan representa el “cuerpo partido” de Cristo?
Eso dependería de lo que uno quiere decir cuando usa esta expresión. Podría querer decir que los huesos de Cristo fueron partidos. Esto sería un error obvio que contradice las Escrituras (Sal. 34:20; Jn. 19:36). O podría hacer referencia a cuando el soldado atravesó el costado de Jesús con una lanza y de su lado salió sangre y agua (Jn. 19:34). O uno podría usar la expresión en un sentido figurado queriendo decir que Cristo fue humillado hasta tal grado que su cuerpo dio lugar a la muerte. Algunas veces cuando una persona anciana tiene muchos problemas físicos es referida como estando “quebrado - partido”. A menos que uno sepa que está usando la frase incorrectamente debería esforzarse por la concordia antes que por la controversia.
5. ¿Qué se quiere decir por “esperaos unos a otros” (1 Cor. 11:33)?
Algunos han pensado que la expresión quiere decir que el servicio será tenido sólo hasta que todos hayan llegado para adorar. Tal interpretación podría parar el servicio indefinidamente. No obstante, Pablo está diciendo a los corintios lo que deben hacer después que los santos ya se habían reunido (v.33). Algunos estaban procediendo a comer su propia cena sin considerar a los demás o sin un correcto entendimiento de su propósito al reunirse (v.21). Es muy importante que seamos considerados y tener un correcto entendimiento. De otra manera, anulamos
nuestro propósito.
7. ¿Cómo debería participar uno de la Cena?
Un artículo por William E. Wallace titulado REFLEXIONES SOBRE LA CENA DEL SEÑOR contesta
esto en su mejor forma:
Un jovencito de un modo pensativo preguntó, “Papá, ¿acerca de qué piensas durante el servicio de la comunión?” “Bueno, hijo, cuando los hermanos se reunen en la mesa para servir la comunión, pienso en los discípulos de Jesús en la ‘última cena’ antes de la crucifixión de nuestro Señor. ‘Escucho’ a Jesús bendiciendo la copa, y lo ‘veo’ repartiendo el pan y el fruto de la vid a los apóstoles, diciendo, ‘Haced esto en memoria de mí’”. “A medida que el pan es pasado entre los miembros, pienso en Jesús a medida que fue traicionado por Judas, tomado por la turba, y procesado por los oficiales. Me maravillo en lo que el Hijo de Dios estaba deseando llevar a cabo para nuestro beneficio”.
“A medida que como el pan, una imagen se forma en mi mente – una imagen de Jesús cayendo bajo el peso de su cruz, una imagen de los soldados clavando los clavos en sus manos y pies para pegarlo a la cruz. Me lleno de admiración ante el significado del sufrimiento divino en la carne humana, para nuestro beneficio”.
“Al beber del fruto de la vid, mi mente se llena de la visión de la sangre corriendo desde las heridas de los clavos y fluyendo de la herida en su costado. Medito en el poder salvador de Su sangre, como sirve como
agente limpiador en el plan de Dios para salvarnos de nuestros pecados”. “Hijo, la Cena del Señor es una ocasión cuando los cristianos piensan en Cristo mientras Cristo piensa en los cristianos. Es un tiempo cuando
los cristianos están pensando acerca de las mismas cosas al mismo tiempo.
Esto es comunión. La experiencia interna del servicio de la comunión me hace espiritualmente fuerte. Mientras el servicio se termina, me siento socorrido y satisfecho al saber que nuestro Salvador quien sufrió y murió por nosotros fue resucitado de la muerte, ascendió a los cielos donde está ahora, y la Cena del Señor nos recuerda que Cristo murió por nosotros, hasta que él vuelva”.
¿Cómo habrías contestado tú la pregunta? – Usado y adaptado con permiso.
Conclusión: Es la esperanza del autor que esta fiesta memorial se haya vuelto más significativa para cada hijo de Dios. Y es su oración que cada uno de los que miran adelante con gozo al primer día de la semana anhele la anticipación de la segunda venida del Señor.
Versión al Español por:
Jaime Restrepo M. 1998
A.A. 1254
Manizales (Caldas)
Colombia, S.A.
Correo electrónico: jaremo@epm.net.co