AMARTE A TI MISMO
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AMARTE A TI MISMO
AMARTE A TI MISMO
El amor por la persona en el espejo
Lectura bíblica:
Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice:
Despiértate, tú que duermes,
Y levántate de los muertos,
Y te alumbrará Cristo.
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Someteos unos a otros en el temor de Dios.Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.
Porque nadie aborreció jamás a su propio cuerpo; más bien, lo sustenta y lo cuida, tal como Cristo a la iglesia.
Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,
¿Sabías que Jesús te ordena amarte a ti mismo?
Cuando Anita cruza la calle rumbo a la escuela, lo hace en medio del tránsito sin mirar. Suenan las bocinas. Se oye el frenar de las ruedas. Un montón de autos chocan y terminan apilados unos sobre otros. Me pareció oír algo, piensa Anita.
Al entrar como un bólido a la escuela, se choca con una anciana que trabaja de voluntaria. La pisa al pasarla para llegar a su aula. “Esos porteros tendrían que barrer mejor”, dice entre dientes.
Y mientras Anita se arregla el peinado mirándose en un espejo que tiene en su pupitre, toda la escuela de pronto está en llamas. Suenan las alarmas. Los estudiantes gritan. Sólo cuando un bombero toma a Anita y se la pone sobre el hombro, ésta se da cuenta de que pasa algo, es decir, con su cabello.
—¡Bájeme! —grita—. ¡Todavía no terminé de peinarme!
Resulta evidente que Anita se quiere bastante. En cambio, esto puede sorprenderte: ¿Sabías que Jesús te ordena amarte a ti mismo?
En
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Jesús dice que debes “amar a tu prójimo como a ti mismo”. Quiere decir que tu amor por los demás debe ser una copia de tu amor por ti mismo.
Jesús dice que debes “amar a tu prójimo como a ti mismo”.
Quiere decir que tu amor por los demás debe ser una copia de tu amor por ti mismo.
¡Un momento! quizá pienses.
Se supone que no me tengo que amar a mí mismo.
Jesús dijo que tengo que negarme a mí mismo.
Amarme es malo.
Pero eso es confundir algo bueno (cuidarte) con algo malo (pensar únicamente en ti mismo).
COMO CREYENTE
COMO CREYENTE
Como creyentes nuestra tarea más básica es cuidarnos a nosotros mismos, alimentarnos y protegernos de todo mal.
Debemos cuidarnos mental, física, espiritual y socialmente.
Y ese cariñoso respeto que mostramos por nosotros mismos nos enseñará cómo hemos de amar a los demás.
Jesús no dijo: “Ama a tu prójimo en lugar de amarte a ti mismo”. Jesús está queriendo decir algo así: “Ya te amas a ti mismo, y hacerlo correctamente es bueno. Ahora ve y ama a otros de esa misma manera”.
DIOS DECLARA
DIOS DECLARA
Dios declara que eres digno de ser amado porque él te hizo.
Si eres su creación mereces cuidado y respeto.
Si Dios dice que eres digno de ser amado, entonces es correcto que te ames. ¡No desprecies lo que Dios dice que es un tesoro!
COMO CUMPLIREMOS CON EL SEGUNDO GRNDE MANDAMIENTO SI NO NOS AMAMOS A NOSOTROS MISMOS
COMO CUMPLIREMOS CON EL SEGUNDO GRNDE MANDAMIENTO SI NO NOS AMAMOS A NOSOTROS MISMOS
El deber hacia el prójimo: ()
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.
Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.
Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;
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34Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. 35Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: 36Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38Este es el primero y grande mandamiento. 39Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
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El amor a Dios es la fuente del amor al prójimo, y nos sensibiliza para con el prójimo.
El fiel cumplimiento de estos mandamientos es lo que más equilibra las relaciones humanas.
Por nosotros mismos no amamos a Dios, y menos al prójimo, sino que por naturaleza somos mezquinos, egoístas.
Para amar verdaderamente a Dios debemos acercarnos a El, conocerlo través de la lectura de la Biblia. estar dispuestos a agradarle, obedecerle y servirle, reflejando ese amor hacia nuestros semejantes.
SI AMAS A DIOS TE AMAS A TI Y AMAS A TU PROJIMO
SI AMAS A DIOS TE AMAS A TI Y AMAS A TU PROJIMO
PARA DIALOGAR: ¿Cuáles son algunas de las maneras correctas de amarte a ti mismo?
PARA ORAR: Señor, enséñanos a cuidarnos a nosotros mismos, a no ser egoístas sino a tener la clase correcta de amor propio.
PARA HACER: Muchos papás y mamás están tan ocupados en cuidar a sus hijos que nunca se cuidan ellos mismos. ¡Pregúntales a tus padres en qué puedes ayudarles de manera que puedan tener algo de tiempo para ocuparse de ellos mismos!