La vanidad de las experiencias humanas
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· 58 viewsCuando sustituimos a Dios con cualquier cosa, sentiremos un gran vacío. Vivir para Dios es lo único que puede darle sentido a nuestra vida aquí en la tierra.
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La vanidad de las experiencias humanas
La vanidad de las experiencias humanas
El conocimiento no es malo
No es un fin, ni es la respuesta para todo problema humano. No nos hace mejores personas. Nos puede hacer prepotentes.
No cambia nuestro corazón y puede no acercarnos a Dios.
Hay diferentes tipos de sabiduria (santiago)
El temor al Señor es el principio de la sabiduría
Un gobernante rico, sabio, poderoso y deprimido
Un gobernante rico, sabio, poderoso y deprimido
Aborrecí entonces la vida, pues todo cuanto se hace en ella me resultaba repugnante. Realmente, todo es absurdo; ¡es correr tras el viento!
Aborrecí entonces la vida, pues todo cuanto se hace en ella me resultaba repugnante. Realmente, todo es absurdo; ¡es correr tras el viento!
Cuando la mayoría de las personas comienzan sus vidas productivas, cuando van se van convirtiendo en adultos, piensan en lo que quieren hacer con su vida. Se ponen metas y deseos. La gente tiene aspiraciones.
Creemos que cuando alcancemos esas aspiraciones nos vamos a sentir bien, nos sentiremos en paz, felices, satisfechos con la vida: una carrera profesional, un buen empleo o un negocio, una esposa o esposo, hijos, una casa, una buena posición económica que nos permita disfrutar de ciertos placeres, salud, seguridad, etc.
Aquí tenemos a un hombre que tuvo todo eso, pero en cantidad exagerada. Mientras tiene todo esto, hace una declaración que para nosotros no tiene sentido:
Aborrecí entonces la vida, pues todo cuanto se hace en ella me resultaba repugnante. Realmente, todo es absurdo; ¡es correr tras el viento!
eclesiastes
Cuando Salomón dice “todo cuanto se hace en ella me resultaba repugnante” no se refiere a malas experiencias. Si quien dijera esto fuera una persona que experimentado tragedias personales, si fuera una persona que se levantara todos los días a las cinco de la mañana por necesidad de trabajar, que lo que gana apenas le alcanza para comer, que vive en una casucha que se está cayendo, que no sabe si va a comer, que no sabe si sus hijos van a comer, entonces esta expresión tendría muchísimo sentido. Pero este no es el caso y por eso nos deja perplejos.
¿Cómo pasó esto? ¿De verdad es posible que le pase a un ser humano que tenga todo lo que pueda imaginar y todavía sentirse insatisfecho? Y si es posible que eso pase, ¿cómo es que eso pasa?
La vanidad del conocimiento
La vanidad del conocimiento
Yo, el Maestro, reiné en Jerusalén sobre Israel. Y me dediqué de lleno a explorar e investigar con sabiduría todo cuanto se hace bajo el cielo. ¡Penosa tarea ha impuesto Dios al género humano para abrumarlo con ella! Y he observado todo cuanto se hace en esta vida, y todo ello es absurdo, ¡es correr tras el viento!
Ni se puede enderezar lo torcido,
ni se puede contar lo que falta.
Me puse a reflexionar: «Aquí me tienen, engrandecido y con más sabiduría que todos mis antecesores en Jerusalén, y habiendo experimentado abundante sabiduría y conocimiento. Me he dedicado de lleno a la comprensión de la sabiduría, y hasta conozco la necedad y la insensatez. ¡Pero aun esto es querer alcanzar el viento! Francamente,
»mientras más sabiduría, más problemas;
mientras más se sabe, más se sufre.»
Yo, el Maestro, reiné en Jerusalén sobre Israel. Y me dediqué de lleno a explorar e investigar con sabiduría todo cuanto se hace bajo el cielo. ¡Penosa tarea ha impuesto Dios al género humano para abrumarlo con ella! Y he observado todo cuanto se hace en esta vida, y todo ello es absurdo, ¡es correr tras el viento!
Ni se puede enderezar lo torcido,
ni se puede contar lo que falta.
Me puse a reflexionar: «Aquí me tienen, engrandecido y con más sabiduría que todos mis antecesores en Jerusalén, y habiendo experimentado abundante sabiduría y conocimiento.
Conocer o saber no es malo. Todo lo contrario, es bueno. Salomón se da cuenta de esto de una vez:
El sabio tiene los ojos bien puestos,
pero el necio anda a oscuras.
Pero también me di cuenta de que un mismo final les espera a todos.
Consideré entonces la sabiduría, la necedad y la insensatez—¿qué más puede hacer el sucesor del rey, aparte de lo ya hecho?—,
y pude observar que hay más provecho en la sabiduría que en la insensatez, así como hay más provecho en la luz que en las tinieblas.
El se dedicó a saber todo lo que se podía en su época y fue la persona conocida en ese tiempo con más conocimiento. Sin embargo, el vio gente inteligente y gente insensata que tuvieron el mismo fin: la muerte.
No importa si una persona no sabe ni siquiera leer y otra persona que dedica su vida a obtener maestrías y doctorados, ambos terminan su existencia en el mismo lugar: el sepulcro.
El conocimiento no es malo
Hace nuestra vida más fácil
Hace nuestra vida más fácil
Saber sobre algo no es malo. Saber mucho no es malo. Hay conocimiento que hace nuestra vida más fácil. Si usted tiene un aire acondicionado y se le daña, pero sabe cómo funcionan, puede repararlo. El conocimiento le permite disfrutar de la comodidad de un aire acondicionado. ¿Morirá de cualquier forma? Sí. Pero su vida es más cómoda.
No sustituye a Dios ni da sentido a nuestra vida
No sustituye a Dios ni da sentido a nuestra vida
El problema está cuando se quiere usar el conocimiento para lo que no se debe. No se debe utilizar para hacerla nuestro Dios, para creer que lo superior en esta existencia o vida es saber sobre todo o cualquier cosa. No puede cambiar el destino de todo ser humano que es dejar esta vida.
Salomón estaba anhelando más, el alma de este hombre le estaba pidiendo algo más y él se daba cuenta que la sabiduría no le podía dar eso que iba más allá de esta tierra.
Lo que hace la sabiduría sin Dios
Lo que hace la sabiduría sin Dios
la sabiduría humana o la obtención de conocimiento no nos hace mejores seres humanos, nos hace prepotentes en la mayoría de los casos. La persona inteligente muchas veces se cree mejor persona que aquella que él considera menos inteligente que él o ella.
En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, es cierto que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, mientras que el amor edifica.
Hay sabiduría que proviene de Dios y otra que viene del deseo del ser humano para sentirse superior:
Hay sabiduría que proviene de Dios y otra que viene del deseo del ser humano para sentirse superior:
Pero si ustedes tienen envidias amargas y rivalidades en el corazón, dejen de presumir y de faltar a la verdad. Ésa no es la sabiduría que desciende del cielo, sino que es terrenal, puramente humana y diabólica.
Ésa no es la sabiduría que desciende del cielo, sino que es terrenal, puramente humana y diabólica. Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas.
La verdadera sabiduría comienza con Dios:
La verdadera sabiduría comienza con Dios:
»El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor;
conocer al Santo es tener discernimiento.
Proverbios
Y produce un cambio en el ser humano. Lo acerca a Dios y lo acerca a su prójimo:
Y produce un cambio en el ser humano. Lo acerca a Dios y lo acerca a su prójimo:
En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera.
Santiago 3.17
La sabiduría humana y la relación con Dios
La sabiduría humana y la relación con Dios
No es un fin, ni es la respuesta para todo problema humano. No nos hace mejores personas. Nos puede hacer prepotentes.
El temor al Señor es el principio de la sabiduría
En este punto tenemos que llamar la atención. Las personas cuando van obteniendo conocimiento humano comienzan a mirar los mandamientos y las expectativas de Dios de forma diferente.
El temor al Señor es el principio de la sabiduría
Piensan que lo que está en la Biblia es algo anticuado. Que sus principios caducaron y que no se deben ni pueden aplicar en nuestra sociedad ni en nuestros tiempos. Ahora los creyentes escogen lo que quieren obedecer o lo modifican de acuerdo a sus deseos o circunstancias.
El temor al Señor es el principio de la sabiduría
Es por eso que hay creyentes viviendo flamantemente en pecado. Hay gente que se identifican con el Señor Jesús como creyentes, pero que están de acuerdo con el aborto , lo aconsejan y lo han practicado sin sentir o pensar que es ofensivo a Dios. Están de acuerdo con la homosexualidad, Consiguen una novia, no se han casado pero tienen vida en pareja, mienten en cuanto a sus impuestos, etc, porque han racionalizado todo. Piensan: es que en esta sociedad el que no hace eso,
no echa para adelante ¿Qué piensa Dios de este tipo de sabiduría?
Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes se cree sabio según las normas de esta época, hágase ignorante para así llegar a ser sabio. Porque a los ojos de Dios la sabiduría de este mundo es locura. Como está escrito: «Él atrapa a los sabios en su propia astucia»;
La vanidad del placer
La vanidad del placer
Salomón continúa su viaje por las experiencias de la vida, buscándole sentido a su existencia. Ya que la sabiduría no logró satisfacerlo ahora se dedica al placer de lleno.
Me dije entonces: «Vamos, pues, haré la prueba con los placeres y me daré la gran vida.» ¡Pero aun esto resultó un absurdo! A la risa la considero una locura; en cuanto a los placeres, ¿para qué sirven?
Quise luego hacer la prueba de entregarme al vino—si bien mi mente estaba bajo el control de la sabiduría—, y de aferrarme a la necedad, hasta ver qué de bueno le encuentra el hombre a lo que hace bajo el cielo durante los contados días de su vida.
Realicé grandes obras: me construí casas, me planté viñedos, cultivé mis propios huertos y jardines, y en ellos planté toda clase de árboles frutales. También me construí aljibes para irrigar los muchos árboles que allí crecían. Me hice de esclavos y esclavas; y tuve criados, y mucho más ganado vacuno y lanar que todos los que me precedieron en Jerusalén. Amontoné oro y plata, y tesoros que fueron de reyes y provincias. Me hice de cantores y cantoras, y disfruté de los deleites de los hombres: ¡formé mi propio harén!
Me engrandecí en gran manera, más que todos los que me precedieron en Jerusalén; además, la sabiduría permanecía conmigo. No les negué a mis ojos ningún deseo, ni privé a mi *corazón de placer alguno. Mi corazón disfrutó de todos mis afanes. ¡Sólo eso saqué de tanto afanarme!
Consideré luego todas mis obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y vi que todo era absurdo, un correr tras el viento, y que ningún provecho se saca en esta vida.
eclesiastes 2.1
La Bblia no niega la realidad del placer en el ser humano. Existe placer cuando hacemos lo que nos gusta. Cuando hacemos, comemos, bebemos algo que nos gusta, en nuestro cerebro se da una reacción química que nos hace sentir bien.
Salomón pensó, ¿qué pasaría si yo me dedico a hacer todas las actividades que me causan esa reacción química en mi cerebro que hacen que me sienta bien? ¿Y si todo lo que yo hago es sólo lo que me gusta? ¿Encontraré sentido en esta vida?
La sensación de placer es temporal y requiere una constante dosis
La sensación de placer es temporal y requiere una constante dosis
Por mucho que nos guste algo, su placer termina. Cuando algo que te gusta mucho lo logras hacer o conseguir, sentirás un gran placer. No te equivoques. Será así. Con algo que no debes equivocarte tampoco es que esa sensación que te causa, desaparecerá. El problema que presenta esta filosofía de vida es que tienes que mantenerte haciendo cosas que te gustan para poder seguir sintiendo esas olas de placer. ¿Quién puede hacer eso? No mucha gente sin que terminen en deudas exhorbitantes.
¿Y si tuviéramos todos los recursos? Salomón los tuvo y él nos está diciendo que no lo satisficieron. Que después de un tiempo te cansas de eso y llegas a aborrecerlo.
Pensemos lo que sacrificamos por ese placer momentáneo
Pensemos lo que sacrificamos por ese placer momentáneo
Hay placeres que no tienen una consecuencia ligada a ellos, pero otros sí. Cuando nos embarcamos en una deuda por uno de esos placeres, ese gusto momentáneo nos acarrea consecuencias económicas por años. Nuestro presupuesto familiar y la vida de la familia es afectada.
La vanidad de las posesiones
La vanidad de las posesiones
Conclusión
Conclusión
Las posesiones y los logros
Las posesiones y los logros
¿A que conclusión llega Salomón con todo esto?
Consideré entonces la sabiduría, la necedad y la insensatez—¿qué más puede hacer el sucesor del rey, aparte de lo ya hecho?—, y pude observar que hay más provecho en la sabiduría que en la insensatez, así como hay más provecho en la luz que en las tinieblas.
El sabio tiene los ojos bien puestos,
pero el necio anda a oscuras.
Pero también me di cuenta de que un mismo final les espera a todos. Me dije entonces: «Si al fin voy a acabar igual que el necio, ¿de qué me sirve ser tan sabio?» Y concluí que también esto es absurdo, pues nadie se acuerda jamás del sabio ni del necio; con el paso del tiempo todo cae en el olvido, y lo mismo mueren los sabios que los necios.
Aborrecí entonces la vida, pues todo cuanto se hace en ella me resultaba repugnante. Realmente, todo es absurdo; ¡es correr tras el viento!
Aborrecí también el haberme afanado tanto en esta vida, pues el fruto de tanto afán tendría que dejárselo a mi sucesor, y ¿quién sabe si éste sería sabio o necio? Sin embargo, se adueñaría de lo que con tantos afanes y sabiduría logré hacer en esta vida. ¡Y también esto es absurdo!
Volví a sentirme descorazonado de haberme afanado tanto en esta vida, pues hay quienes ponen a trabajar su sabiduría y sus conocimientos y experiencia, para luego entregarle todos sus bienes a quien jamás movió un dedo. ¡Y también esto es absurdo, y un mal enorme! Pues, ¿qué gana el hombre con todos sus esfuerzos y con tanto preocuparse y afanarse bajo el sol? Todos sus días están plagados de sufrimientos y tareas frustrantes, y ni siquiera de noche descansa su mente. ¡Y también esto es absurdo!
Nada hay mejor para el hombre que comer y beber, y llegar a disfrutar de sus afanes. He visto que también esto proviene de Dios, porque ¿quién puede comer y alegrarse, si no es por Dios? En realidad, Dios da sabiduría, conocimientos y alegría a quien es de su agrado; en cambio, al pecador le impone la tarea de acumular más y más, para luego dárselo todo a quien es de su agrado. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!
Lo correcto no se hace para evitar la muerte (el fin) se hace para que La calidad de la vida antes del fin sea mejor (debajo del sol)
La calidad de la vida antes del fin
Si la muerte fuera el fin esto tendría sentido
No vivir para el mañana, aprender a vivir hoy.
No vivir para el mañana, aprender a vivir hoy.
Salomón había hecho grandes proezas como rey. Se había afanado penando que que sus logros serían recordados. Estaba pensando en el mañana, en el futuro. Se da cuenta que es muy probable que todo lo que hizo no se recuerde y que una persona sin criterio se quien administre todo lo que hizo.
Me dije entonces: «Si al fin voy a acabar igual que el necio, ¿de qué me sirve ser tan sabio?» Y concluí que también esto es absurdo,
pues nadie se acuerda jamás del sabio ni del necio; con el paso del tiempo todo cae en el olvido, y lo mismo mueren los sabios que los necios.
No se puede vivir para el mañana, sino aprender a vivir el día de hoy. Hay que aprender a disfrutar lo que tienes ahora, el tiempo que tienes ahora y las personas.
No vivir para el mañana, sino aprender a vivir el día de hoy. Hay que aprender a disfrutar lo que tienes ahora, el tiempo que tienes ahora y las personas.
Creo que no disfrutamos el lunes, porque estamos pensando en el viernes. No disfrutamos esta semana porque estamos esperando la otra. Hay que aprender a vivir hoy:
Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.
Conclusión
Conclusión
Nuestra vida no puede estar enfocada a esta existencia o como decía Salomón, a lo que está debajo del sol. Si nuestra visión está limitada a esta vida, sentiremos la misma desesperanza que Salomón aunque tengamos la mejor vida que se pueda tener.
Sentir esta desesperanza es bueno. Nos hace entender que si seguimos dedicados al estilo de vida de “debajo del sol” sentiremos que la vida no tiene sentido. Este sentimiento es para que despertemos y comencemos a pensar y vivir de acuerdo a una visión eterna.
Nuestra meta es vivir para Dios, no para nosotros mismos. Nuestra meta es vivir para agradar a Dios, no para agradarnos a nosotros mismos. Nuestra meta no es vivir pensando en el tiempo limitado que se nos da en esta tierra, es vivir pensando en eternidad.
Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo
No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.
filipenses
filipenses 3.8, 12-14