Nuestra Victoria Espiritual

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Nuestra victoria no es por luchar en nuestra causa, ni por nuestras fuerzas, sino por pelear las batallas del Señor y vencer con el poder que el Espíritu Santo nos da

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NUESTRA VICTORIA ESPIRITUAL

TEXTO:
1 Corintios 15.57 RVR60
Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

INTRODUCCIÓN:

El domingo pasado hablamos sobre que nuestra lucha no es contra las personas.
Efesios 6.12 NTV
Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.
Y dijimos que si bien nuestra lucha es espiritual y eso significa que no vemos a nuestro verdadero enemigo, casi siempre el ataque del enemigo viene a través de personas de carne y hueso.
Y hablamos de los mensajeros de Satanás, en un alto porcentaje, el diablo usa a sus mensajeros.
2 Corintios 11.14–15 NTV
¡Pero no me sorprende para nada! Aun Satanás se disfraza de ángel de luz. Así que no es de sorprenderse que los que lo sirven también se disfracen de siervos de la justicia. Al final, recibirán el castigo que sus acciones perversas merecen.
Y hablamos de los falsos apóstoles, que traen una palabra, una enseñanza diferente, que si bien va en contra de la palabra de Dios es muy sutil y viene en forma de una idea simplemente, o te siembran una duda en cuanto lo que haces, etc.
Por eso, dijimos, que debemos procesar y examinar todos nuestros pensamientos a la luz de la palabra en oración y fijarnos si realmente son de Cristo o no.
La gran batalla se da en la mente, con pensamientos que nos siembra el enemigo a través de personas, a las cuales nosotros consideramos importantes o a quienes estimamos mucho, para apartarnos de nuestra fidelidad a Cristo.
JUDAS...
Judas pasaba desapercibido en el grupo de los 12 hasta que el diablo lo incitó a Judas a traicionar a Jesús.
PEDRO...
Aún el diablo puede usar a los que están mas cerca nuestro para sembrarnos una idea en contra de Dios y engañarnos.
EL MATRIMONIO...
Pedro le dice a Ananías porque dejaste que satanás llenara tu corazón...
1 Juan 4.1 RVR60
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
Uno siempre está alerta ante las personas que son sospechosas de ser usadas por satanás para traerte palabra de destrucción… por ejemplo; vos siempre estás alerta ante lo que te dice tu suegra… pero tene cuidado de lo que te dicen tus amigos mas cercanos, tus consejeros, etc. por que muchas veces ellos te van a decir cosas lindas, cosas que te suenan dulces al oído, pero el final es amargura, muerte y destrucción.

DESARROLLO:

1. NUESTRA CAUSA, SU CAUSA.

Una de las cosas que debemos entender es que la victoria que el Señor nos da, no es para cualquier causa.
Hay causas que no hay que pelearlas, porque no solo están destinadas a perder, sino porque no son causas en las cuales el Señor está luchando.
Hechos de los Apóstoles 5.41–42 RVR60
Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.
Uno elige porque causa sufrir...
Filipenses 1.29 RVR60
Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él,
El diablo quiere entretenerte con causas perdidas...
Como dijimos anteriormente, el diablo siembra una palabra, una idea, un argumento para inhabilitarte, para entretenerte y que pierdas el tiempo…
No, cómo vas a dar si mirá como está el país, vos estás peor del que querés ayudar… hoy quedate en tu casa, no vayas… etc… etc...
Vos primero tenes que dedicarte a tu familia y después a lo de Dios… quién te dijo eso??? qué dice la Palabra de Dios...
Todo lo razonablemente humano, no es lo que Dios piensa o razona, porque todo lo que Dios dice es en contra de nuestra humanidad.
Entonces nos encontramos luchando causas perdidas, enredados en problemas interminables, con personas que nos detienen y entretienen, sin poder avanzar ni llegar a ningún lado.
Nuestra causa puede ser un hijo, el conyuge, los padres, el trabajo, el dinero, aquello que te moviliza, preocupa, estimula, etc… etc… etc…
Sí, hay una causa por la cual pelear. Sí, hay un razón por la cual sufrir… y esa causa, es la causa de Cristo.

2. NO ES CON FUERZA.

No solo que no es nuestra causa la que debemos pelear, sino que también no es con nuestras fuerzas, sino con las fuerzas que nos da el Señor.
Zacarías 4.6 RVR60
Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.
El Espíritu es la fuerza y el poder para vencer en todas las batallas en las que el Señor me pone para pelear.
Y cuando yo peleo por la causa de Cristo, no tengo temor porque no estoy peleando mi batalla sino la de Dios.
2º Crónicas 20.15 RVR60
y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.
Los recursos del Espíritu para la batalla son inagotables y poderosos.
2 Corintios 10.4–5 NTV
Usamos las armas poderosas de Dios, no las del mundo, para derribar las fortalezas del razonamiento humano y para destruir argumentos falsos. Destruimos todo obstáculo de arrogancia que impide que la gente conozca a Dios. Capturamos los pensamientos rebeldes y enseñamos a las personas a obedecer a Cristo;
Por eso debemos estar conectados al Espíritu en una relación correcta con Dios. Y cuando digo correcta, me refiero a que no me relaciono con Dios para conseguir algo, sino que me relaciono con Dios para contribuir con mi vida en lo que él quiere hacer.
Y cuando hacemos esto, el Espíritu se convierte en nuestra fuerza, nuestra guía, nuestro maestro, etc.
Y cuando peleamos las batallas y la guerra del Señor, y buscamos su reino, todas las cosas son añadidas, la familia que entregamos al Señor ahora nos las devuelve convertida…!
No debemos luchar para que nuestro cónyuge sea un buen esposo o una buena esposa, o que nuestros hijos sean buenas personas, esa causa tiene un final triste, porque si no se convierten a Cristo, con toda su bondad se irán al infierno… por eso nuestra lucha, nuestra batalla es entregarlos al Señor para que se conviertan.

3. VICTORIA ABSOLUTA.

Al pelear la batalla del Señor y con sus fuerzas, el final de la historia es la victoria asegurada.
Romanos 8.37 RVR60
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Este pasaje suena lindo pero tiene algunas cosas importantes que tenemos que considerar.
En primer lugar, los que son mas que vencedores, son personas que aman a Dios y que han sido llamados conforme al propósito de Dios.
Romanos 8.28 NTV
Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de los que lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.
En segundo lugar, entienden que su destino es ser igual que Jesucristo.
Romanos 8.29 NTV
Pues Dios conoció a los suyos de antemano y los eligió para que llegaran a ser como su Hijo, a fin de que su Hijo fuera el hijo mayor de muchos hermanos.
Y en tercer lugar, fueron llamados a tener una correcta relación con Dios, y para esto fueron justificados, y glorificados, llenos de la gloria de Dios.
Romanos 8.30 NTV
Después de haberlos elegido, Dios los llamó para que se acercaran a él; y una vez que los llamó, los puso en la relación correcta con él; y luego de ponerlos en la relación correcta con él, les dio su gloria.
Entonces, es ahí cuando entendemos lo de Dios, es ahí, en ese momento que nos damos cuenta de las cosas tan maravillosas que el Señor hizo por nosotros.
Romanos 8.31–36 NTV
¿Qué podemos decir acerca de cosas tan maravillosas como éstas? Si Dios está a favor de nosotros, ¿quién podrá ponerse en nuestra contra? Si Dios no se guardó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos dará también todo lo demás? ¿Quién se atreve a acusarnos a nosotros, a quienes Dios ha elegido para sí? Nadie, porque Dios mismo nos puso en la relación correcta con él. Entonces, ¿quién nos condenará? Nadie, porque Cristo Jesús murió por nosotros y resucitó por nosotros, y está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios, e intercede por nosotros. ¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo? ¿Será que él ya no nos ama si tenemos problemas o aflicciones, si somos perseguidos o pasamos hambre o estamos en la miseria o en peligro o bajo amenaza de muerte? (Como dicen las Escrituras: «Por tu causa nos matan cada día; nos tratan como a ovejas en el matadero»).
POR TU CAUSA nos matan cada día…!
Romanos 8.37 RVR60
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Cómo puede ser que una persona, que está llena de problemas, aflicciones, perseguida, con hambre, en la miseria, en peligro y bajo amenaza de muerte, pueda decir soy más que vencedor.
Porque justamente a pesar de tantas cosas sigue adelante creyendo, y poniendo su confianza en Cristo, sabiendo que ninguna de esas cosas lo podrán separar del amor de Dios.
Y es ahí donde desaparece la duda, la incertidumbre y la falta de fe, y aparece la seguridad y el convencimiento, la fe y la esperanza de que SU victoria es mi victoria.
Romanos 8.38–39 NTV
Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Se dan cuenta entonces que no es nuestra causa pelear para que todo este bien, quizá nunca todo llegue a estar bien, pero por lo que sí voy a pelear, es para que a pesar de todo lo que pueda pasar, nada me separe del amor de Dios, de su voluntad y su propósito para mi vida, que nada me distraiga de la causa de Cristo, y entonces es ahí donde me declaro que soy más que vencedor.
VICTORIA ABSOLUTA…!!!

CONCLUSIÓN:

1 Juan 5.4 RVR60
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
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