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Introducció
Introducció
EXODO… El Señor se encuentra con su pueblo a través del Mediador.
Pensamiento clave: El Señor se encuentra con su pueblo a través del Mediador.
Terminamos la clase pasada con el libro de Exodo. Recordemos que en este segundo tomo de la ley vemos una transición importante en el desarrollo de la historia de la redención, La familia de Abraham se convierte en un pueblo. Ahora Israel como pueblo entra en el pacto de Dios.
De manera que el tema principal respecto de Israel en el Exodo, no era la libertad de su esclavitud, ni la tierra prometida, sino el pacto y el servicio al Señor.
l tema principal respecto de Israel no era la libertad ni la tiena prometida, sino el pacto y el servicio al Señor.
familia, sino de un pueblo. La transi ción se hace en los primeros versícu los de Éxodo.
En Genesis, el Señor había tratado con la familia de los patriarcas a través del patriarca mismo o a través de uno de los miembros de su familia. Ahora que ya existía un pueblo del pacto, alguien tendría que servir como adalid de ese pueblo. Este acontecimiento es una clara predicción del Cristo.
El pueblo de Israel tendría que en trar al pacto del Señor como una na ción. Desde el comienzo mismo, esa es la meta que se propone el libro de Éxodo. El verdadero contenido del li bro es el establecimiento del pacto en Sinai.
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De manera que el tema principal respecto de Israel en el Exodo, no era la libertad de su esclavitud, ni la tierra prometida, sino el pacto y el servicio al Señor.
Por eso deberíamos cuidarnos de no asignar demasiada importancia a la liberación del pueblo de Egipto. Dicha liberación era solo un medio para alcanzar la meta es decir, el esta blecimiento del pacto. En un sentido espiritual, el pacto viene antes que la liberación. La liberación de Israel debe ser considerada como subsi guiente al pacto. T ambién en este caso es aplicable la palabra del Señor: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" ().
Cuando el Señor pidió al faraón
Este acontecimiento es una clara predicción del Cristo. También es curioso que el Señor se refiera en Exodo a Aarón como el levita. Esta es una indicación del futuro llamamiento dirigido a la casa de Levi para servir como mediador. No debemos pasar por alto el hecho de que junto a Moisés estaba el sumo sacerdote, que seguir siendo el representante espiritual del pueblo delante de Dios en épocas cuando su gobernador terrenal había desaparecido.
También es curioso que el Señor se refiera en Exodo a Aarón como el levita. Esta es una indicación del futuro llamamiento dirigido a la casa de Levi para servir como mediador. No debemos pasar por alto el hecho de que junto a Moisés estaba el sumo sacerdote, que seguir siendo el representante espiritual del pueblo delante de Dios en épocas cuando su gobernador terrenal había desaparecido.
Éxodo 1—4
que dejara ir a Israel por tres dias al desierto para ofrecer sacrificios, no estaba pidiendo nada injusto. Esos sacrificios al Señor demostrarían que Israel era un pueblo libre, pero el fac tor decisivo, por supuesto, era que Is rael era el pueblo de Dios y no del fa raón. "Israel es mi hijo, mi primogé nito". El faraón y Egipto habian sido llamados para preservar la vida de Is rael, pero sólo por un tiempo limi tado. Ahora el faraón tendría que de cidir si reconocía que Israel era pue blo de Dios o no.
En estos capítulos de Éxodo, el Se ñor se encuentra con su pueblo al ha blar a Moisés. Debido a que el Señor decidió hablar a Moisés, éste fue lla mado a ser el lider del pueblo. Los an cianos tendrían que decir al faraón: "El Señor se ha reunido con noso tros". De manera que al principio el llamado dirigido a Moisés no era un llamado para sacar a Israel de Egipto. Moisés habria de ser un mediador en tre Dios y el pueblo, para que el Señor pudiera unirse a su pueblo a través de él. El Señor había tratado con la fa milia de los patriarcas a través del pa-
triarca mismo o a través de uno de los miembros de su familia. Ahora que ya existia un pueblo del pacto, al guien tendría que servir como adalid de ese pueblo. Este acontecimiento es una clara predicción del Cristo. Tam bién es curioso que el Señor se refiera aqui a Aarón como el levita. Esta es una indicación del futuro llamamien to dirigido a la casa de Levi para ser vir como mediador. No debemos pa sar por alto el hecho de que junto a Moisés estaba el sumo sacerdote, que seguia siendo el representante espiri tual del pueblo delante de Dios en épocas cuando su gobernador terre nal habia desaparecido.
Además de la necesidad de un líder para el pueblo en los primeros capítulos de Éxodo, hay otra revelación, esta es, la necesidad de la expiación, que se demuestra un poco más adelante mediante la institución de los sacrificios. También ello señala clara mente hacia el Cristo.
Este elemento también domina el comienzo del presente libro. La opre sión de Israel a mano de Egipto no debe ser considerada, en primer lu
En el Mediador, Dios ha elegido a su pueblo, y por amor al Mediador le concede el perdón de sus pecados.
gar, como una persecución de parte del faraón. Si el faraón hubiera sido el principal obstáculo, no podríamos explicar la visión de la zarza ardiente en la cual Dios demostró inequívoca mente que su celo y justicia habian encendido el fuego de purificación en medio de su propio pueblo. Sola mente s
on esto como trasfondo, podemos comprender con claridad el signifi cadodelnombreYahwefr."Yosoyel que soy". En primer lugar, esta ex presión quiere decir que Dios se vale por si mismo, que no es gobernado por ningún elemento exterior a él, y que en su soberana gracia es él quien. escoge a su pueblo aun cuando ese pueblo merece la muerte. Además, ese nombre también indica que Dios permanecerá siendo el mismo por toda la eternidad, puesto que jamás podrá ser vencido por ninguna cosa externa a él mismo. Esto significa que Dios es fiel a su pacto, y que su gracia no es vencida por el pecado de su pue blo. Ahora se revela este nombre en su plenitud. En el Mediador, Dios ha elegido a su pueblo, y por amor al Mediador le concede el perdón de sus pecados.
Así que el tema principal de Exodo respecto de Israel no era la libertad ni la tierra prometida, sino el pacto y el servicio al Señor. Por eso el Señor hizo una importante demanda al faraón: "Deja que mi pueblo vaya para servirme". El faraón era el guardián temporal de Israel, mientras la maldad de Canaan maduraba. Pero las prerrogativas de faraón no incluían el derecho de interferir con la libertad de Israel de servir al Señor, el Padre de Israel.
Por eso el Señor hizo una importante demanda al faraón: "Deja que mi pue blo vaya para servirme". El faraón era el guardián temporario de Israel,
pero sus prenogativas no incluían el derecho de interferir con la libertad de Israel de servir al Señor, el Padre de Israel.
YO SOY EL QUE SOY
pero sus prenogativas no incluían el derecho de interferir con la libertad de Israel de servir al Señor, el Padre de Israel.
Así que, toda la lucha que se libra entre Dios y el faraón en las primeras nueve plagas tiene que ver con esa libertad. Dios protegió al faraón para darle una oportunidad de reconocer que el Señor es Dios, y que su pueblo es libre de servirle. Aquella lucha nada tenia que ver con la liberación de Israel de Egipto.
Toda la lucha que se libra entre Dios y el faraón en las primeras nueve plagas tiene que ver con esa libertad. Por mucho tiempo Dios protegió al faraón paradarle una oportunidadde reconocer que el Señor es Dios, y que su pueblo es libre de servirle. Aquella lucha nada tenia que ver con la libera ción de Israel de Egipto.
Esta lucha tipifica la lucha que se libra a lo largo de la historia del mundo. Lo que estaba en juego eran los derechos del Señor en cuanto a la libertad de su pueblo de servirle con forme a su palabra. Esa libertad no puede ser impedida ni por personas ni por gobiernos.
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Esta lucha tipifica la lucha que se libra a lo largo de la historia del mun do. Lo que estaba en juego eran los derechos del Señor en cuanto a la li bertad de su pueblo de servirle con
forme a su palabra. Esa libertad no puede ser impedida ni por personas ni por gobiernos.
forme a su palabra. Esa libertad no puede ser impedida ni por personas ni por gobiernos.
Recién cuando el faraón se resistió en forma definitiva a dar esa libertad, Moisés salió enojado de su presencia. La ira de Moisés, el mediador, era una revelación de la ira del Señor sobre el faraón, la cual terminó el asunto. Los israelitas no solamente quedarían libres para servir al Señor, sino que saldrían de Egipto para siempre. Además, el poder de Egipto sería destruido mediante la muerte de todos los primogénitos.
254 LA LIBERACIÓN DE EGIPTO
Ese conflicto final y el éxodo de Israel fueron una profecía del día del Señor, del fin del mundo cuando será librado el pueblo de Dios y quebrantado el poder del mundo; pero antes de venir ese fin, Dios demanda que su pueblo tenga libertad de servirle. En ese momento eran sin importancia todas las otras promesas hechas por Dios a Israel. Todo aquel que niega al Señor el derecho de hacer esta demanda inicial, está negando su soberanía absoluta.
En esa lucha también vemos el significado del mediador. Dios puso a Moisés en el lugar que le correspondía a El respecto del faraón, sirviendo Aarón como profeta de Moisés. Fue Dios quien puso al faraón en esa posición para demostrarle su poder. Además, posteriormente Moisés tuvo una elevada posición ante todo el pueblo de Egipto. De igual modo, el mundo está en las manos de Cristo el Mediador. A través de Cristo, Dios demuestra su poder al mundo, poder que se manifiesta en la lucha por la libertad de servir a Dios.
Éxodo es evidente en el encuentro del Señor con Moisés en el monte Horeb. El Señor da a Moisés una señal: des- pues de la liberación de Egipto, el pueblo adoraría al Señor junto a esa misma montaña. Lo que los patriar- cas y José vieron en sus visiones pro- féticas era principalmente el éxodo,
En esa lucha también vemos el sig nificado del mediador. Dios puso a Moisés en el lugar que le correspondía a El respecto del faraón, sirviendo
no el establecimiento del pacto. Sin embargo, es este último aconteci- miento lo que domina la historia de la liberación de Israel de Egipto. El li- bro de Éxodo nos ayuda a entender el verdadero propósito de dicha libera- ción.
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LIBRES P ARA SERVIR AL SEÑOR
Cuando en Pablo se refiere a este segmento de la historia bíblica, cita Éxodo 9:16. Dios levantó al faraón con un propósito especifico, es decir, para que fuese un ejemplo ante todo el mundo en la lucha por la libertad de servir a Dios. Por eso, en las nueve plagas vemos una importante secuencia de acontecimientos.
Las primeras tres plagas hicieron que los magos de Egipto admitieran: "Este es el dedo de Dios". Esto demostró que comprendían que no estaban tratando con un poder mágico radicado en las manos de Moisés y Aarón, sino con un poder que trascendía las capacidades de los hombres. Israel también sufrió durante aquellas tres plagas.
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Aarón como profeta de Moisés. Fue Dios quien puso al faraón en esa posi ción para demostrarle su poder. Ade más, posteriormente Moisés tuvo una elevada posición ante todo el pueblo de Egipto. De igual modo, el mundo está en las manos de Cristo el Media dor. A través de Cristo, Dios demues tra su poder al mundo, poder que se manifiesta en la lucha por la libertad
mostró que comprendían que no esta ban tratando con un poder mágico radicado en las manos de Moisés y Aarón, sino con un poder que tras cendía las capacidades de los hom bres. Israel también sufrió durante aquellas tres plagas.
de servir a Dios.
Cuando en Pablo se
La cuarta, quinta y sexta plaga, es decir, las moscas, la pestilencia entre el ganado, y los tumores, sólo afecta ron a la tierra. Pero en las últimas tres plagas el Señor se reveló a si mismo como Señor del cielo y de la tierra quien gobierna sobre todos los poderes de la naturaleza, utilizando su pa labra para gobernar al viento y granizo.
La cuarta, quinta y sexta plaga, es decir, las moscas, la pestilencia entre el ganado, y los tumores, sólo afecta ron a la tierra. Pero en las últimas tres plagas el Señor se reveló a si mismo como Señor del cielo y de la tierra quien gobierna sobre todos los pode res de la naturaleza, utilizando su pa labra para gobernar al viento y gra nizo.
La séptima plaga fue la tormenta de granizo. La octava plaga fue langostas traídas por un viento del este, desde más allá del Mar Rojo. La novena plaga, las tinieblas, probable mente también fue un resultado del viento; es posible que se tratara de una tormenta de arena como los egipcios nunca habían visto. En las últimas tres plagas el Señor se estaba re velando como el Dios supremo y exelso.
La séptima plaga fue la tormenta de granizo. La octava plaga fue lan gostas traídas por un viento del este, desde más allá del Mar Rojo. La no vena plaga, las tinieblas, probable mente también fue un resultado del viento; es posible que se tratara de una tormenta de arena como los egip cios nunca habian visto. En las últi mas tres plagas el Señor se estaba re velando como el Dios supremo y ex
refiere a este segmento de la historia
bíblica, cita Éxodo 9:16. Dios levantó
al faraón con un propósito especifico,
es decir, para que fuese un ejemplo
ante todo el mundo en la lucha por la libertad de servir a Dios. Por eso, en
las nueve plagas vemos una impor
tante secuencia de acontecimientos.
Las primeras tres plagas hicieron que
los magos de Egipto admitieran: celso. "Este es el dedo de Dios". Esto de
mostró que comprendían que no esta ban tratando con un poder mágico radicado en las manos de Moisés y Aarón, sino con un poder que tras cendía las capacidades de los hom bres. Israel también sufrió durante aquellas tres plagas.
En las seis plagas que siguieron hay una importante diferencia. Israel no participó del sufrimiento. Esto de mostró que el Señor estaba en medio de Egipto, distinguiendo con cuidado y escogiendo a favor de su pueblo.
Cuando el faraón seguía endureciendo su corazón, no estaba luchando contra un poder divino arbitrario que en Egipto se hubiese puesto de parte de algunos y contra otros. El faraón se estaba luchando contra el Dios supremo. La lucha se convirtió en un conflicto personal. Aunque Israel vivía bajo la protección del Altísimo, el faraón rechazaba su dominio de gracia. Por eso fue inevitable el juicio sobre el faraón. La décima plaga fue inevitable.
Pensamientoclave: ElSeñorluchaporsupuebloparaqueéstetengala libertad de servirle.
Los israelitas estaban en gran peligro de caer esclavos de la vida de Egipto. Y a habían construido las ciudades del tesoro y junto con Egipto estaban destinados a perecer. Hasta cierto punto estaban atrapados en la muerte de Egipto. Estaban bajo la amenaza de que Egipto llegase a ser su sepulcro.
En otras palabras, la liberación de Israel de manos de Egipto fue una resurrección de la muerte. En ese sentido la liberación fue la verdadera pascua (resurrección). La Pascua de Resurrección es el cumplimiento de la Pascua de Israel.
El Señor requería de manera especial a todos los primogénitos de Israel, puesto que los había protegido en Egipto. Sin embargo, a través de aquellos primogénitos, Dios reclamaba a todo el pueblo para si mismo en condición de hijo primogénito. Aquellos primogénitos, y con ellos Israel en conjunto, habían caído bajo su juicio. Pero Dios los aceptó en su gracia. Aquí vemos que la proclama tiene el significado de apartar para someter a juicio de Dios o para utilizar en su servicio.
La rendición del primogénito habría de ser un constante recordatorio a Israel de que la nación había sido apartada, no para juicio, sino para servicio. Para Israel eso significaba resurrección.
Éxodo 12—13:16
nito habria de ser un constante recor datorio a Israel de que la nación ha bia sido apartada, no para juicio, sino para servicio. Para Israel eso sig nificaba resurrección.
Para Israel, la Pascua era tanto un sacramento como un sacrificio. Debemos distinguir claramente estos dos elementos. El cordero, cuya sangre fue usada para pintar los dinteles de las puertas, era el sacrificio que cubre y hace expiación. La cena de la Pascua, la cena de comunión con el Señor, se basa en el sacrificio.
Que ninguna parte del cordero debía ser quebrada simboliza la unidad de Israel. Era una unidad que Israel experimentaba en su comunión con el Señor. El hecho que no fuese quebrado ninguno de los huesos de Cristo señala hacia el mismo significado.
En la cena pascual, los israelitas debían comer pan sin levadura. Durante los días inmediatamente posteriores a su salida de Egipto, habían comido pan sin levadura por el hecho de salir muy apresuradamente. El pan sin levadura simboliza la nueva vida libre de la levadura del pecado.
Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Para que no se arrepienta el pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto.Mas hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar Rojo. Y subieron los hijos de Israel de Egipto armados.Tomó también consigo Moisés los huesos de José, el cual había juramentado a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis subir mis huesos de aquí con vosotros.Y partieron de Sucot y acamparon en Etam, a la entrada del desierto.Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche.Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego.
Habló Jehová a Moisés, diciendo:Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón; delante de él acamparéis junto al mar.Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado.Y yo endureceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Jehová. Y ellos lo hicieron así.
Y fue dado aviso al rey de Egipto, que el pueblo huía; y el corazón de Faraón y de sus siervos se volvió contra el pueblo, y dijeron: ¿Cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a Israel, para que no nos sirva? Y unció su carro, y tomó consigo su pueblo; y tomó seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos. Y endureció Jehová el corazón de Faraón rey de Egipto, y él siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa. Siguiéndolos, pues, los egipcios, con toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su ejército, los alcanzaron acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón.
Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová. Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto. Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco. Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería; y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a caballo.
Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas, e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas. Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios. Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería. Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno. Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda.
Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo.
Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron:
Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente;
Ha echado en el mar al caballo y al jinete.
Jehová es mi fortaleza y mi cántico,
Y ha sido mi salvación.
Este es mi Dios, y lo alabaré;
Dios de mi padre, y lo enalteceré.
Jehová es varón de guerra;
Jehová es su nombre.
Echó en el mar los carros de Faraón y su ejército;
Y sus capitanes escogidos fueron hundidos en el Mar Rojo.
Los abismos los cubrieron;
Descendieron a las profundidades como piedra.
Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder;
Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo.
Y con la grandeza de tu poder has derribado a los que se levantaron contra ti.
Enviaste tu ira; los consumió como a hojarasca.
Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas;
Se juntaron las corrientes como en un montón;
Los abismos se cuajaron en medio del mar.
El enemigo dijo:
Perseguiré, apresaré, repartiré despojos;
Mi alma se saciará de ellos;
Sacaré mi espada, los destruirá mi mano.
Soplaste con tu viento; los cubrió el mar;
Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas.
¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses?
¿Quién como tú, magnífico en santidad,
Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?
Extendiste tu diestra;
La tierra los tragó.
Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste;
Lo llevaste con tu poder a tu santa morada.
Lo oirán los pueblos, y temblarán;
Se apoderará dolor de la tierra de los filisteos.
Entonces los caudillos de Edom se turbarán;
A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor;
Se acobardarán todos los moradores de Canaán.
Caiga sobre ellos temblor y espanto;
A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra;
Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová,
Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste.
Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad,
En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová,
En el santuario que tus manos, oh Jehová, han afirmado.
Jehová reinará eternamente y para siempre.
Porque Faraón entró cabalgando con sus carros y su gente de a caballo en el mar, y Jehová hizo volver las aguas del mar sobre ellos; mas los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar. Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas. Y María les respondía:
Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido;
Ha echado en el mar al caballo y al jinete.
El juicio de Egipto, es un anticipo del día del Señor. La misma Escritura dice que el himno de Moisés será cantado durante las plagas finales ().
Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Para que no se arrepienta el pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto.Mas hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar Rojo. Y subieron los hijos de Israel de Egipto armados.Tomó también consigo Moisés los huesos de José, el cual había juramentado a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis subir mis huesos de aquí con vosotros.Y partieron de Sucot y acamparon en Etam, a la entrada del desierto.Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche.Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego.
Habló Jehová a Moisés, diciendo:Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón; delante de él acamparéis junto al mar.Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado.Y yo endureceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Jehová. Y ellos lo hicieron así.
Y fue dado aviso al rey de Egipto, que el pueblo huía; y el corazón de Faraón y de sus siervos se volvió contra el pueblo, y dijeron: ¿Cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a Israel, para que no nos sirva? Y unció su carro, y tomó consigo su pueblo; y tomó seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos. Y endureció Jehová el corazón de Faraón rey de Egipto, y él siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa. Siguiéndolos, pues, los egipcios, con toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su ejército, los alcanzaron acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón.
Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová. Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto. Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco. Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería; y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a caballo.
Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas, e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas. Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios. Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería. Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno. Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda.
Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo.
Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron:
Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente;
Ha echado en el mar al caballo y al jinete.
Jehová es mi fortaleza y mi cántico,
Y ha sido mi salvación.
Este es mi Dios, y lo alabaré;
Dios de mi padre, y lo enalteceré.
Jehová es varón de guerra;
Jehová es su nombre.
Echó en el mar los carros de Faraón y su ejército;
Y sus capitanes escogidos fueron hundidos en el Mar Rojo.
Los abismos los cubrieron;
Descendieron a las profundidades como piedra.
Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder;
Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo.
Y con la grandeza de tu poder has derribado a los que se levantaron contra ti.
Enviaste tu ira; los consumió como a hojarasca.
Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas;
Se juntaron las corrientes como en un montón;
Los abismos se cuajaron en medio del mar.
El enemigo dijo:
Perseguiré, apresaré, repartiré despojos;
Mi alma se saciará de ellos;
Sacaré mi espada, los destruirá mi mano.
Soplaste con tu viento; los cubrió el mar;
Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas.
¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses?
¿Quién como tú, magnífico en santidad,
Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?
Extendiste tu diestra;
La tierra los tragó.
Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste;
Lo llevaste con tu poder a tu santa morada.
Lo oirán los pueblos, y temblarán;
Se apoderará dolor de la tierra de los filisteos.
Entonces los caudillos de Edom se turbarán;
A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor;
Se acobardarán todos los moradores de Canaán.
Caiga sobre ellos temblor y espanto;
A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra;
Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová,
Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste.
Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad,
En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová,
En el santuario que tus manos, oh Jehová, han afirmado.
Jehová reinará eternamente y para siempre.
Porque Faraón entró cabalgando con sus carros y su gente de a caballo en el mar, y Jehová hizo volver las aguas del mar sobre ellos; mas los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar. Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas. Y María les respondía:
Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido;
Ha echado en el mar al caballo y al jinete.
El dia del Señor es el dia de la ve nida del Cristo. Desde una perspec tiva profética, podríamos decir que es el dia cuando el Señor vino en juicio, o el dia de la primera venida de Cristo, o el día del denamamiento del Espiritu Santo, o el dia del regreso de Cristo. En realidad, todos estos aspectos están incluidos en el significado de la expre sión el día del Señor, puesto que un acontecimiento es extensión de otro. La misma Escritura nos indica que he mos de pensar en el dia del Señor con referencia al destino de Egipto, porque la misma Escritura dice que el himno de Moisés será cantado durante las plagas finales ().
El dia del Señor es el dia de la ve nida del Cristo. Desde una perspec tiva profética, podríamos decir que es el dia cuando el Señor vino en juicio, o el dia de la primera venida de Cristo, o el día del denamamiento del Espiritu Santo, o el dia del regreso de Cristo. En realidad, todos estos aspectos están incluidos en el significado de la expre sión el día del Señor, puesto que un acontecimiento es extensión de otro. La misma Escritura nos indica que he mos de pensar en el dia del Señor con referencia al destino de Egipto, porque la misma Escritura dice que el himno de Moisés será cantado durante las plagas finales ().
El día del Señor es pues, el día cuando Dios revela los derechos de su amor. Por un lado, revela esos derechos en la destrucción de los limpios, al vengar el rechazo que hicieron de sus justificados derechos. Leemos que el Señor fue glorificado por medio del faraón y Egipto; los derechos de su amor fueron glorificados. Aquello comenzó cuando el faraón endureció su co razón y continuó con la persecución que lanzó detrás de Israel. En el endurecimiento de su corazón no sólo fue castigado el pecado del faraón sino el pecado en general, por el hecho de romper las relaciones con Dios.
recimiento de su corazón no sólo fue castigado el pecado del faraón sino el pecado en general, el hecho de rom per las relaciones con Dios.
Por lo tanto, al contar esta historia a los niños, no es suficiente señalar los pecados individuales del faraón. El faraón no estaba dispuesto ni ca pacitado para conocer al Dios cuya morada estaba con Israel. Pero eso es algo natural en todos nosotros. El jui cio sobre el pecado en general es ex presado en la destrucción del faraón. El endurecimiento, es decir, el re chazo consciente de la revelación del Señor, es un juicio sobre el primer pe cado (original).
Por otra parte, Dios reveló los derechos de su amor al proclamar que su pueblo era solamente suyo. El Señor puso el Mar Rojo entre Israel y Egipto, protegiendo a Israel en el desierto como en el hueco de su mano. Esa liberación del pueblo de Israel era una profecía de la liberación final de todo el pueblo de Dios en el día de Cristo.
Al afirmar los derechos de su amor, Dios recibió del pueblo lo que antes en su gracia le habla suplido. Junto al Mar Rojo hizo que el pueblo se rindiera en fe ante él. Luego en la orilla opuesta les hizo cantar la victoria del Señor. En este canto solamente cantaron del Señor.
en su gracia le habla suplido. Junto al que se encuentra en los versículos 2 al MarRojohizoqueelpuebloserin- 5,elSeñoresalabadoentérminosge-
diera en fe ante él. Luego en la orilla opuesta les hizo cantar la victoria del Señor. En este canto solamente canta- rón del Señor.
Éxodo 15:22—17:16 Juanto al Sinai
nerales como guerrero y vencedor. (3) La segunda estrofa, versículos6 al 10, señala que en realidad la lucha se li bró entre el Señor y sus enemigos, quienes le persiguieron a El al perse- guir a su pueblo. (4) La tercera es- trofa, versículos 11 al 19, canta de la liberación del pueblo y de la salvación que el Señor ha reservado para ellos,
En Éxodo 19:4 leemos: "Os tomé sobre alas de águilas y os he traído a mi". El Señor trajo a Israel a si mismo en el monte Sinaí a fin de hacer un pacto allí con él como pueblo.
En Éxodo 19:4 leemos: "Os tomé sobre alas de águilas y os he traído a mi". El Señor trajo a Israel a si mismo en el monte Sinaí a fin de ha cer un pacto alli con él como pueblo. El viaje al Sinai fue la avenida tras la cual Dios demostró cómo proveería para los israelitas. Con frecuencia pa saba por alto sus murmuraciones. Aún debian aprender a confiar más en él. Después del Sinai, se encendió la ira de Dios contra el pueblo por causa de los pecados que anterior mente habia pasado por alto.
El viaje al Sinaí fue la avenida tras la cual Dios demostró cómo proveería para los israelitas. Con frecuencia pasaba por alto sus murmuraciones. Aún debían aprender a confiar más en él. Después del Sinai, se encendió la ira de Dios contra el pueblo por causa de los pecados que anterior mente había pasado por alto.
En Mará el Señor les dio un esta tuto y una ordenanza. Conforme al estatuto, Dios mismo proveería para todas las necesidades del pueblo, y conforme a la ordenanza el pueblo debía confiar en él. Allí los probó y los alentó a creer en él. Debían aceptar la promesa especial de que el Señor los sanaría. Esto fue simbolizado mediante la restauración del agua en Mará, donde Israel se vio amenazado de muerte (véase ). El árbol mismo que Moisés arrojó al agua no obró la restauración. Aquello fue una simple señal destinada a despertar la fe del pueblo.
Un trozo de madera común, y no la vara de Moisés, fue utilizado para evitar que los israelitas creyesen que la vara poseía poderes mágicos.
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En Mará el Señor puso a prueba a Israel, y volvió a hacerlo en el desierto de Sin. El maná debía enseñar a Israel a vivir un día a la vez, comiendo con fe de la mano del Señor. Los israelitas debían limitarse a reunir lo que estaba al alcance de sus manos y lo que encontraban alcanzaría para un día. Su padre celestial se estaba ocupando de ellos.
Es curioso que el mandamiento del sábado estuviese relacionado a este milagro. Evidentemente, en Egipto Israel no había guardado el día de re poso. Mucho antes de la proclamación de los diez mandamientos en el monte Sinai, se aclaró el significado del día de reposo. El trabajo del pueblo tenia sus raíces en el descanso en Dios, descanso que resultaba en la expiación de Cristo.
De modo que no solamente debían comer el maná como comida destinada a saciar el hambre, sino como el favor de Dios en forma de comida. De esta manera el maná era una revelación de lo que Jesucristo es para nosotros, es decir, el maná celestial, la restauración de toda nuestra vida en el favor de Dios.
En la historia del agua de la roca, cuando el pueblo se quejaba por falta de agua, no fue el Señor quien puso a prueba al pueblo. En realidad, sucedió lo contrario. Fue Israel quien puso a prueba al Señor, diciendo: "¿Está el Señor entre nosotros o no?" Este desafío debía forzar al Señor a demostrar su amor en una forma adecuada a ellos. Era un desafío nacido de incredulidad, no de fe.
Señor a demostrar su amor en una forma adecuada a ellos. Era un desa fío nacido de incredulidad, no de fe.
No obstante, el Señor se dio a si mismo a los israelitas a pesar de aquel desafio. En una forma extremada mente humilde se hizo siervo de ellos. Nótese la respuesta del Señor: "He aqui, yo estaré delante de ti, alli sobre la peña en Horeb" ().* El Señor estaba dispuesto a estar delante de Moisés y de los ancianos, y de esa manera delante del pueblo como un siervo está delante de su señor. A través de esta humillante experiencia el pueblo aprendería que Dios mostraría su amor a su propio modo. Además, ellos también aprenderían a servirle.
a su propio modo. Además, ellos tam
bién aprenderían a servirle
En Refidim los israelitas llegaron a conocer al Señor como su estandarte. La batalla fue del Señor. Aquello no significaba solamente que el Señor l charía por Israel, sino que toda la lucha era del Señor, y no de Israel. Siendo la primera de las naciones paganas que encontró Israel en su camino, Amalec había atacado al Señor. Por tal motivo sería borrada su memoria.
conocer al Señor como su estandarte. La batalla fue del Señor. Aquello no significaba solamente que el Señor lu charía por Israel, sino que toda la lu cha era del Señor, y no de Israel. Siendo la primera de las naciones pa ganas que encontró Israel en su ca mino, Amalee habia atacado al Señor. Por tal motivo sería bonada la me
La vara levantada de Moisés era una señal de la comunión del pueblo con el Señor en aquella batalla, una unión basada en la fe.
Amalee de generación en generación". El hecho de que la mano estuviese so bre el trono del Señor no solamente significaba que la ayuda del pueblo provenia del Señor sino que Israel también consideraba su causa como la causa del Señor. En esta batalla Is rael tenia que ser del Señor; entonces no cesaría la lucha.
Éxodo 18—24
El establecimiento del pacto se des cribe especialmente en Éxodo 24. Vemos que el pacto es bilateral: el pueblo de Israel debía aceptar por propia voluntad el pacto y también prometer que guardaría los estatutos del Señor. Pero vemos que Israel no podía guardar el pacto.
Nótese que el establecimiento del pacto no ocurrió sin derramamiento de sangre. El pueblo estuvo bajo la protección de Cristo, quien fue obediente en su vida y en su muerte. El "sí" que los israelitas expresaron en esta ocasión señalaba al "sí" expresado por el Cristo quien respondió por todo su pueblo, diciendo: "Si, Padre, no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Le. 22:42). Cristo protege a su pueblo y pone en el corazón de ellos su Espíritu para que aprendan a responder. Puesto que el Cristo nos fue dado por Dios, el plan del pacto es unilateral.
fue dado por Dios, el plan del pacto es unilateral.
La mitad de la sangre fue salpicada sobre el altar en la presencia misma de Dios, porque él se acerca al pueblo en el altar. De igual modo entró Cristo con su propia sangre al santuario celestial. Allí se presenta a si mismo ante Dios con la totalidad de su vida de obediencia para interceder por nuestro bien.
lestial. Alli se presenta a si mismo ante Dios con la totalidad de su vida de obediencia para interceder por nuestro bien.
La otra mitad de la sangre fue sal picada sobre el pueblo. Esto fue una revelación de la aplicación de la obra de Cristo al pueblo. Con esto se hacia expiación delante de Dios por los pecados del pueblo.
No podemos precisar claramente si los ancianos que representaban a Israel vieron una forma: simplemente leemos que vieron al Dios de Israel. Es posible que hayan visto una revelación en el sentido de una luz muy in tensa, aunque no queda excluida la posibilidad de una revelación mediante una forma especifica. En este caso, Dios bien pudo haberse revelado mediante una forma. Después de todo, él hizo al hombre a su propia imagen.
posibilidad de una revelación me diante una forma especifica. En este caso, Dios bien pudo haberse reve lado mediante una forma. Después de todo, él hizo al hombre a su propia imagen.
Sin embargo, toda vez que representamos a Dios con una forma particular, lo estamos reduciendo a nuestro nivel. Cuando Dios se revela a si mismo en una forma particular, lo hace por su propia decisión. Debido al peligro de la idolatría que acompaña esta clase de revelación, pocas veces leemos en las Escrituras acerca de ello. Ahora Dios nos es revelado en el Cristo.
Este capítulo trata de la visita de Jetro a Moisés y al pueblo, porque fue el consejo de Jetro lo que condujo a la organización del pueblo. Esta organización significaba que Israel se había convertido en una nación y que ya no era un clan patriarcal. Los israelitas entrarían al pacto con Dios como nación.
En Éxodo 19:5 leemos que Israel seria la posesión de Dios sobre todos los pueblos. En este versículo Dios prosigue declarando: "Mía es toda la tierra". La palabra hebrea que se traduce como "mía" señala a una posesión muy valiosa. Es una palabra que se utilizaría al hablar de algo que debe ser guardado y apreciado. Entonces Dios, al adoptar a Israel, estaba adoptando a toda la tierra. Por eso en el versículo que sigue dice: " Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes".
Los israelitas eran una nación de sacerdotes y reyes. Aunque toda la tierra les era sujeta, ellos la gobernaban como sacerdotes, orando por la tierra y bendiciéndola. Los israelitas solo podían actuar de esa manera porque el Cristo vivía en medio de ellos. Israel era una nación santa en la que Dios se santificaba a si mismo, engrandeciendo su nombre en tanto que redimía a su pueblo.
El pacto que se hizo alli con Israel fue una forma del pacto de gracia. Nótese que Dios también comenzó dándose a si mismo, diciendo: "Y o soy el Señor tu Dios". Alli expuso sus demandas como el Dios que se da a si mismo en amor.
No debemos separar la ley del hecho de que Dios se da a si mismo. Sólo así puede la ley convencernos del pecado y despertar en nosotros una respuesta de amor. Al mismo tiempo, el espíritu de esclavitud en que vivía Israel en ese entonces fue expresado tanto en los diez mandamientos como en las ordenanzas que siguieron. Sin embargo, fue expresado con mayor claridad en los diez mandamientos. Casi todos ellos eran prohibiciones.
cho de que Dios se da a si mismo. Sólo asi puede la ley convencernos del pecado y despertar en nosotros una respuesta de amor. Al mismo tiempo, el espiritu de esclavitud en que vivia Israel en ese entonces fue expresado tanto en los diez mandamientos como en las ordenanzas que siguieron. Sin embargo, fue expresado con mayor claridad en los diez mandamientos. Casi todos ellos eran prohibiciones.
Se le prohibía el mal como si se tratase de niños desobedientes. En realidad en aquel tiempo el pueblo de Dios todavía era muy inmaduro. Cuando el pueblo llegó a ser adulto, siendo liberado en el tiempo del Nuevo Testamento, la ley fue escrita en sus corazones, y ya no tenían que vivir en el temor de las prohibiciones. En cambio, vivían por amor a los mandamientos.
El Ángel del Señor de quien Dios habló en Éxodo 23:20 y siguientes, era Dios mismo, el Hijo, la revelación de Jesucristo. El nombre de Dios es taba en él y no perdonaría las transgresiones. Sin embargo, en nuestros pensamientos no hemos de separar al Ángel del Señor de la columna de nube y de fuego, puesto que en ella apareció. El hecho de que no perdonaría las transgresiones significa que no pasaría por alto los pecados sin causa justa. No sólo seria preciso expiar por ellos mediante sacrificios que señalaban al sacrificio de Cristo, sino que los pecados ya no podrían ser permitidos sin su correspondiente castigo, tal como sucedió antes del establecimiento del pacto en el monte Sinai.
Desde el día del éxodo de Egipto, el Ángel del Señor había guiado a su pueblo; pero ahora se le dijo que era la presencia de Dios que lo acompañaba. A través de sus ancianos el pueblo había mirado la presencia de Dios, y ahora, además, esa presencia acompañante se selló mediante una promesa. Con esta demostración de gracia, Israel cargaba una responsabiIidad mayor.
pueblo habia mirado la presencia de Dios, y ahora, además, esa presencia acompañante se selló mediante una
Éxodo 32—34
Éxodo 32—34
promesa. Con esta demostración de gracia, Israel cargaba una responsabi- Iidad mayor.
Con la restauración del pacto, después de ser quebrantado por Israel, el significado del mediador se vio con mayor claridad que cuando el pacto recién había sido establecido. Nótese la lucha que Moisés sostuvo con Dios por la restauración del pacto. Constantemente vemos en Moisés el Espíritu del Mediador Jesucristo.
Siguiendo el patrón de las Escrituras, deberíamos hablar de Moisés como el mediador del Antiguo Testamento. Sin embargo, en la historia de Israel y especialmente en esta parte de Éxodo, aparece el Ángel del pacto guiando a Israel en forma de una columna de nube. También él fue mediador. La función de la mediación se realiza mediante la unidad del Ángel del pacto con Moisés. Posteriormente, esta combinación fue perfeccionada en el Cristo, cuando la Palabra se hizo carne, esto es cuando el Ángel del pacto se hizo carne. Pero en la historia a la que ahora queremos dirigir nuestra atención, vemos a Moisés luchando por la comunión con este Ángel. Por eso pide a Dios que no lo envíe de allí, a menos que su presencia, a través del Ángel, esté con él. Sin la dirección de Dios, Moisés no sábila qué camino seguir.
a través del Ángel, esté con él. Sin la dirección de Dios, Moisés no sábila qué camino seguir.
Además, Moisés pidió permiso para ver la gloria del Señor. Para ser un mediador perfecto, tendría que ver esa gloria. La eterna unión de Dios con él y con su pueblo seria garantizada por el hecho de que Moisés viese aquella gloria y tuviese comunión con Dios. Sin embargo, a ningún hombre le es permitido ver esa gloria mientras esté en su cuerpo mortal. Sin embargo, este privilegio fue concedido al Cristo. A Moisés solamente se le permitió ver las espaldas de Dios y oír la proclamación del nombre del Señor. Lo máximo que un hombre pecador como Moisés puede alcanzar es la comunión con Dios mediante la fe en su palabra. En su función de mediador, Moisés clamaba por la mediación perfecta de Cristo.
Moisés pidió ser borrado del libro de Dios si Dios no perdonara los pecados de su pueblo. Esta petición era conforme con su posición de mediador, porque en ella Moisés también era la cabeza del pueblo y por lo tanto compartía su culpa. Moisés dijo estas palabras al Señor sabiendo que no podría conceder ese pedido. De modo que Dios tampoco podía rechazar al pueblo por causa de sus pecados.
compartía su culpa. Moisés dijo estas palabras al Señor sabiendo que no podria conceder ese pedido. De modo que Dios tampoco podia rechazar al pueblo por causa de sus pecados.
El pueblo había quebrantado el pacto. Al quebrar las tablas de piedra (el libro del pacto), Moisés estaba demostrando lo que el pueblo merecía, es decir, que también Dios quebrantase el pacto. Dios no volvió a proveer tablas de piedra, pero Moisés, por cuya mediación fue restaurado el pacto, se ocupó de que nuevas tablas de piedra fuesen provistas. En la segunda ocasión Dios se limitó a escribir con su propio dedo sobre esas tablas.
mostrando lo que el pueblo merecía, es decir, que también Dios quebran- tase el pacto. Dios no volvió a pro- veer tablas de piedra, pero Moisés, por cuya mediación fue restaurado el pacto, se ocupó de que nuevas tablas de piedra fuesen provistas. En la se- gunda ocasión Dios se limitó a escri bir con su propio dedo sobre esas ta blas.
No seria prudente tratar la construcción del tabernáculo con todos sus detalles, principalmente porque nuestro mayor interés está en la revelación de Dios en Cristo. Por eso no deberíamos entrar al significado sim bólico de todos los detalles, aunque las facetas principales de la construc ción del tabernáculo deben ser expli cadas claramente una por una.
Debemos partir de la situación ori ginal, una situación que algún dia será restaurada. Una vez toda la tie na era la morada de Dios, y algún dia volverá a serlo. Con el derramamien to del Espiritu Santo, Dios comenzó a morar otra vez entre los hombres. Esto sucedió en la persona de Cristo. A través de él, Dios mora ahora en aquellos que son suyos sobre toda la tierra. En principio, el denama miento del Espiritu Santo es la santi ficación de toda la creación, aunque sea solamente temporal.
Antes que Cristo hubiese expiado por el pecado, no podía ser restau rado el santuario en la tiena. Por eso Dios dio a su pueblo, en forma provi soria, un símbolo profético de dicha
Éxodo 25—31, 35—40
Cuando Moisés estaba en la monta ña, vio un modelo del tabernáculo y lo construyó conforme a lo que había visto. De acuerdo a la carta a los hebreos, el tabernáculo era una imagen de cosas celestiales. En el cielo la morada de Dios en medio de sus criaturas es perfecta. Y algún día, cuando el cielo y tierra hayan sido unidos, esa morada también será perfecta en la tierra. Pero debemos recordar que en el cielo hay acceso libre a Dios, mientras que en el tabernáculo este acceso era impedido. En el tabernáculo se le enseñó a Israel cómo Dios estaba se parado de los hombres.
Cuando Moisés estaba en la monta ña, vio un modelo del tabernáculo y lo construyó conforme a lo que habia visto. De acuerdo a la carta a los he breos, el tabernáculo era una imagen de cosas celestiales. En el cielo la mo rada de Dios en medio de sus criatu ras es perfecta. Y algún dia, cuando el cielo y tiena hayan sido unidos, esa morada también será perfecta en la tierra. Pero debemos recordar que en
el cielo hay acceso libre a Dios, mien tras que en el tabernáculo este acceso era impedido. En el tabernáculo se le enseñó a Israel cómo Dios estaba se parado de los hombres.
Asi que el tabernáculo refleja la situación en el cielo, donde Dios habita entre los suyos. Además, el sacrificio y la misión del sumo sacerdote con la sangre en el lugar santísimo eran profecías del sacrificio de Cristo y de su entrada al santuario celestial.
Es preciso subrayar que un israelita soló podía entender estas cosas por medio de la fe. De otra manera, toda esta estructura le resultaría una piedra de tropiezo, un motivo para con fiar en la carne. En realidad, es precisamente lo que ocurrió con muchas personas en Israel.
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