Ética Cristiana

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Ética Cristiana

... es peor que inútil que los cristianos hablen de la importancia de la moralidad cristiana, a menos que estén preparados para adoptar una posición basada en los principios fundamentales de la teología cristiana… Dorothy L. Sayers

DOCTRINA Y ÉTICA

La recuperación de la doctrina cristiana es fundamental para la recuperación de la ética cristiana. En otras palabras, la doctrina cristiana es lo que separa a la ética cristiana de la ética del mundo que nos rodea. Define lo que es distintivo, lo que es cristiano, en cuanto a la ética cristiana. Perder de vista la importancia de la doctrina es perder la columna vertebral de la fe y abrir el camino a una ética sin agallas.

La doctrina cristiana es lo que separa a la ética cristiana de la ética del mundo que nos rodea.

Cada movimiento que ha competido por la lealtad de los seres humanos lo ha hecho en base a un conjunto de creencias. Si el movimiento es religioso o político, filosófico o artístico, aparece el mismo patrón:
“se afirma que un grupo de ideas o creencias son, en primer lugar, verdaderas y, en segundo lugar, importantes”. Es imposible vivir la vida al máximo y evitar encontrarse con contiendas por uno u otro tipo de nuestra lealtad.
Es imposible vivir la vida al máximo y evitar encontrarse con contiendas por uno u otro tipo de nuestra lealtad.
Una y otra vez se nos exigen decisiones que cambian la vida. ¿Cómo debo votar en las próximas elecciones? ¿Qué pienso del acertijo que es el destino humano? ¿Qué forma de sistema educativo considero que es mejor? ¿Es justificable el uso de fuerza extrema para defender la democracia? ¿Qué derechos tienen los animales? Todas estas preguntas nos obligan a pensar en nuestras creencias y tomar decisiones.
La gente pensante necesita construir y habitar mundos mentales. Necesita poder discernir algún nivel de orden dentro de su experiencia, para entender sus acertijos y enigmas. Necesita poder estructurar la existencia humana en el mundo, permitirle poseer significado y propósito, permitir que se tomen decisiones concernientes al futuro de esa existencia. Para que cualquiera -cristiano, ateo, marxista, musulmán- tome decisiones morales informadas es necesario tener un conjunto de valores concernientes a la vida humana. Esos valores están determinados por las creencias, y esas creencias son declaradas como doctrinas. De este modo, la doctrina cristiana provee un marco fundamental para la vida cristiana.
Actuar de una manera cristiana se basa en pensar de una manera cristiana.
Exploremos esto brevemente considerando la autoridad ética de Jesucristo.

Es la doctrina lo que explica por qué y cómo las palabras y obras de Jesús tienen autoridad divina en lugar de meramente humana.

Admitir que Jesús es un maestro religioso es preguntarse acerca de su autoridad. ¿Por qué debemos tomarlo en serio?
Aunque hemos tenido la fortuna de haber recibido el consejo de innumerables maestros morales y religiosos en la historia de la humanidad, ¿qué es lo que hace diferente a Jesús? ¿Qué es lo que lo distingue y llama nuestra atención? Es insostenible sugerir que la autoridad de Jesús se apoya en la excelencia de su enseñanza moral o religiosa. Hacer esta sugerencia es implicar que Jesús tiene autoridad solo cuando por casualidad está de acuerdo con nosotros. Nosotros de este modo tendríamos autoridad sobre Jesús.
Sin embargo, de hecho la enseñanza de Jesús tiene autoridad debido a quién es él, y la identidad y significado de Jesús solo se pueden explicar detalladamente en términos doctrinales.
Es la doctrina lo que explica por qué y cómo las palabras y obras de Jesús tienen autoridad divina en lugar de meramente humana. Es la doctrina lo que identifica singularmente a Jesucristo, y nadie más, como a Dios encarnado.
Prestar atención a Cristo refleja nuestra convicción fundamental de que Dios habla por medio de este hombre como con ningún otro.

Las doctrinas son ... el fundamento de nuestra manera de entender el mundo y nuestro lugar en él.

"el cristianismo de sentido común" se apoya en fundamentos doctrinales bastante definidos.
La persona que declara en nombre del sentido común que Jesús era simplemente un buen hombre tal vez crea genuinamente que ha evitado asuntos de doctrina, cuando en realidad se ha hecho eco de las doctrinas de la Ilustración.
Por lo tanto, el estudio de la doctrina cristiana es profundamente liberador, puesto que expone estas suposiciones doctrinales escondidas.
Toda versión del cristianismo que haya existido se apoya en fundamentos doctrinales, pero no toda versión del cristianismo ha entendido este hecho.
La pregunta genuina que es importante es bastante sencilla: ¿Cuáles de esos fundamentos doctrinales son los más auténticos y confiables?
La doctrina cristiana se preocupa en declarar que la moralidad cristiana se basa en un fundamento seguro.
Una respuesta obediente a la verdad es una marca de integridad intelectual.
Marca un deseo de escuchar lo que dice ser la verdad, lo juzga y -si se halla que es cierto- lo acepta gustosamente.
La verdad exige que se la acepte porque inherentemente merece ser aceptada y que se actúe en base a ella.
El cristianismo reconoce un vínculo cercano entre la fe y la obediencia -
Romanos 1.5 RVR60
y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre;
La frase profunda de Pablo: "la obediencia de la fe" haciendo imperativo que las ideas subyacentes, y que originan actitudes y acciones, deben juzgarse y hallarse correctas.
)- haciendo imperativo que las ideas subyacentes, y que originan actitudes y acciones, deben juzgarse y hallarse correctas.
La doctrina cristiana tiene por objetivo describir la manera que son las cosas. Se preocupa en decir la verdad para que podamos penetrar y actuar basados en dicha verdad. Es una expresión de una fe responsable y bondadosa, una fe preparada para rendir cuentas de sí misma y considerar cuidadosamente sus consecuencias para la manera en que vivimos.

Interesarse por la doctrina es interesarse por la confiabilidad de los fundamentos de la vida cristiana.

Es preocuparse apasionadamente de que nuestras acciones y actitudes, nuestras esperanzas y nuestros temores, sean una respuesta a Dios y no algo o alguien que declara deidad, lo cual se derrumba cuando se inspecciona de cerca ...
Una iglesia que toma en serio la doctrina es una iglesia que es obediente y responsable a lo que Dios le ha confiado.
La doctrina da sustancia y peso a lo que la iglesia cristiana tiene para ofrecer al mundo.
Una iglesia que desprecia o ignora la doctrina se acerca peligrosamente a perder su razón de existir, y puede simplemente caer en una cómoda conformidad con el mundo, o cualquier parte del mundo con la que se sienta más a gusto.
Su agenda la establece el mundo; sus presunciones están influenciadas por el mundo; su perspectiva refleja la del mundo. Hay pocas imágenes más patéticas que una iglesia deambulando sin dirección, saltando de un problema "significativo" a otro en una búsqueda desesperada de relevancia ante los ojos del mundo.
Los fundamentos de la ética secular están seriamente desordenados. La noción de alguna moralidad universal, válida en todos los lugares que ocupan espacio y tiempo, ha perdido credibilidad.
De modo que hay una necesidad de poder desarrollar fundamentos para la ética. Ya no necesitamos prestar excesiva atención a la idea funcional de un marco universal de moralidad. En cambio podemos concentrarnos en qué maneras de pensar y qué formas de actuar son apropiadas para la comunidad cristiana de la fe.
Los fundamentos de la ética secular están seriamente desordenados. La noción de alguna moralidad universal, válida en todos los lugares que ocupan espacio y tiempo, ha perdido credibilidad. La ética secular ha estado fascinada con la noción de obligaciones morales, basada en la noción de Kant de un sentido de obligación moral.
De modo que hay una necesidad de poder desarrollar fundamentos para la ética. Ya no necesitamos prestar excesiva atención a la idea funcional de un marco universal de moralidad. En cambio podemos concentrarnos en qué maneras de pensar y qué formas de actuar son apropiadas para la comunidad cristiana de la fe.
Dentro de esa comunidad existe una manera distintiva de pensar y actuar, sustentada por el evangelio, sostenida por la gracia de Dios, orientada hacia la gloria de Dios.
Filipenses 3.20–21 RVR60
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
, El modelo es el de una colonia, una ilustración familiar para los filipenses.
El modelo es el de una colonia, una ilustración familiar para los filipenses.
Filipos era en aquel entonces una colonia romana. Era una posta de Roma en territorio extranjero. Su gente guardaba las leyes de su tierra, hablaba su idioma, anhelaba el día en que podría regresar a su patria, la madre patria.
Consideremos que nosotros, nuestros seminarios, nuestras iglesias y nuestras familias somos colonias del cielo, postas de la verdadera ciudad eterna, que tratar de guardar las leyes de Dios en medio de un territorio extranjero.
Consideremos que nosotros, nuestros seminarios, nuestras iglesias y nuestras familias somos colonias del cielo, postas de la verdadera ciudad eterna, que tratar de guardar las leyes de Dios en medio de un territorio extranjero.
Es muy fácil que los cristianos se depriman por el hecho de que el mundo se burla de sus valores y estándares. Pero la ilustración de la colonia pone esto en su contexto apropiado. En Filipos las leyes civilizadoras de Roma contrastaban con la anarquía de su interior. Y de este mismo modo, nuestra visión moral -cimentada en las Escrituras, sostenida por fe, con fundamentos intelectuales que le dio la doctrina cristiana- permanece firme como una influencia civilizadora en medio de un mundo que parece haber perdido su dirección moral.
Si en verdad tenemos por delante una nueva edad oscura -ciertamente, si ya está sobre nosotros- entonces es vital que la visión moral cristiana, como la antorcha de la libertad, se mantenga encendida. Creo firme y apasionadamente que la doctrina nos da el marco para hacer precisamente eso. Se puede hacer, y debe hacerse. Alister E. McGrath

SISTEMAS ÉTICOS PRINCIPALES.

Según Norman Geisler, solo hay seis sistemas éticos principales o maneras de determinar lo que está bien y mal.
1. El antinomianismo: afirma que no hay leyes morales o generales. Por lo tanto, robar no es malo o bueno. Ya que no hay leyes morales objetivas en este sistema, decidir lo que es bueno y malo es subjetivo y personal.
2. El situacionismo sostiene que hay una ley absoluta: el amor. Por lo tanto, robar puede ser bueno si una persona lo hace como acto de amor para evitar que alguien se muera de hambre. Todo es relativo, excepto el amor.
3. El generalismo enseña que no hay leyes absolutas, solo algunas generales. Por lo tanto, robar generalmente es malo; pero puede haber momentos en que sea permisible. En este sistema, el fin justifica los medios. Si el fin es bueno, robar no es malo.
4. El absolutismo sin restricciones declara que hay muchas leyes absolutas, pero no están en conflicto. Por lo tanto, robar siempre es malo. En realidad, ninguna ley absoluta, como la verdad o el amor o la santidad de la vida, puede infringirse sin consecuencias. El fin nunca justifica los medios. Esta es la posición bíblica.
5. El absolutismo conflictivo dice que hay muchas leyes absolutas que causan conflicto y debemos escoger el que cause menos daño. Por lo tanto, robar es perdonable. Cuando enfrentamos dilemas morales, debemos decidir qué leyes absolutas guardar y luego pedir perdón por la que infringimos.
6. El absolutismo graduado declara que hay muchas leyes absolutas que causan conflicto y debemos obedecer a la más elevada. Por lo tanto, robar a veces es bueno. Cuando enfrentamos dilemas morales, debemos decidir cuál ley absoluta es más importante que las demás y seguirla, haciendo permisible infringir las otras.
-Lin Johnson

FUNDAMENTO BÍBLICO

Ni en el pensamiento judaico ni en el cristiano la ética se puede separar de su contexto teológico, excepto con el propósito de concentrarse. Toda teología bíblica tiene consecuencias morales que constituyen la ética bíblica.

LA ÉTICA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Al reconocer al Antiguo Testamento como Escritura cristiana, la iglesia adoptó ciertos precedentes moralmente vergonzosos: quema de brujas, la copa envenenada de juicio, el castigo familiar, la poligamia, el concubinato, y mucha violencia y guerras.
Pero también heredó mucha instrucción moral, advertencias, ejemplos, alta inspiración y fe moral que incrementaron enormemente los recursos éticos del cristianismo.
Entre las principales ganancias, sin lugar a dudas, estuvo el fundamento teocrático de la ética como la voluntad de Dios, santa, fiel y buena, y basada en lo que Dios ya había hecho como creador y redentor de su pueblo. Así, el Decálogo (Los Diez Mandamientos) comienza con: "Yo soy el SEÑOR tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud"
Éxodo 20.2 RVR60
Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
El Decálogo mismo (perpetuando ideales aun más antiguos) es un documento ético notable. La forma en que se recibió acoge un código doble de deberes religiosos () y sociales (vv. 13-17), al traer ambas áreas la adoración, la prohibición de ídolos, el juramento, el día sagrado y la piedad filial por un lado, y la santidad de la vida, el matrimonio, la propiedad, la verdad y el deseo por el otro; bajo la directa autoridad divina.
El exilio babilónico y el dominio extranjero que luego siguió amenazaron de tal manera la identidad propia de los judíos que se puso un inmenso énfasis en la ley escrita y oral, lo cual consagraba todo lo que era distintivamente judío.
La piedad, el nacionalismo y el orgullo se combinaron para producir un legalismo exagerado, abrumador para la mayoría y fuente de ceguera moral, casuística hipócrita y pretensiones de superioridad moral para muchos. Por consiguiente, surgió oposición "religiosa" en contra de Jesús, para quien el legalismo no tenía autoridad divina, y el énfasis del· cristianismo en la libertad.

LA ÉTICA EN EL NUEVO TESTAMENTO

Por lo tanto, cuando Juan el Bautista apareció exigiendo pureza, justicia, honestidad y preocupación social se resumió una larga tradición ética.
Lucas 3.10–14 RVR60
Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos? Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.
)
Pero es especialmente revelador la discriminación de Jesús mientras tomó del judaísmo su monoteísmo ético, su conciencia social y la relación de la religión con la moralidad, mientras rechazaba la tendencia a la justicia propia, el legalismo duro y externo, el nacionalismo, el cultivo del mérito, y el fracaso en diferenciar lo ritual y la moralidad.
Pero es especialmente revelador la discriminación de Jesús mientras tomó del judaísmo su monoteísmo ético, su conciencia social y la relación de la religión con la moralidad, mientras rechazaba la tendencia a la justicia propia, el legalismo duro y externo, el nacionalismo, el cultivo del mérito, y el fracaso en diferenciar lo ritual y la moralidad. Por otro lado, Jesús presionó la demanda de justicia aun más allá que la ley, hasta llegar a la mente y el motivo detrás de la conducta (), regresar a los propósitos originales de Dios (19:3-9; ), o al mandamiento suficiente y primordial de amar a Dios y al prójimo (). En este resumen de todos los deberes religiosos y sociales, el amor es la contribución más característica de Jesús al pensamiento ético, en el que su ejemplo del significado del amor y su muerte en amor por la humanidad constituyen su contribución más poderosa al logro ético.
Por otro lado, Jesús presionó la demanda de justicia aun más allá que la ley, hasta llegar a la mente y el motivo detrás de la conducta (), regresar a los propósitos originales de Dios (19:3-9; ), o al mandamiento suficiente y primordial de amar a Dios y al prójimo ().
En este resumen de todos los deberes religiosos y sociales, el amor es la contribución más característica de Jesús al pensamiento ético, en el que su ejemplo del significado del amor y su muerte en amor por la humanidad constituyen su contribución más poderosa al logro ético.
Hay buenas razones para creer que la iglesia apostólica ofreció considerable entrenamiento moral a los conversos, abarcando la abstinencia de los viejos pecados y los caminos paganos, la firmeza ante la persecución, el fomento del compañerismo y la sumisión a los líderes.
Esto probablemente incluyó listas de deberes como esposo, esposa, padre y madre, hijo e hija, siervo, esclavo y vecino (ver Col. y 1 Ped.). El desarrollo inicial de la enseñanza ética cristiana quizás se ilustra mejor en 1 Pedro, donde se pone el énfasis en la santidad y la sumisión: a las autoridades civiles (2: 13-17), a los esclavos y amos (2: 18-25), a los esposos (3:1-7), y dentro del compañerismo (3:8, 9; 4:8-11; 5:5, 6).
El otro es el tema común a toda la enseñanza ética del Nuevo Testamento, la imitación de Cristo.
Los Evangelios sinópticos presentan esto sencillamente como seguir a Jesús. Juan expone el ideal de Christus Exemplar como amar (13:34; 15:12), obedecer (9:4; 15:10), estar firmes (15:20) y servir humildemente (13:14, 15) como Jesús lo hizo por nosotros.
El otro es el tema común a toda la enseñanza ética del Nuevo Testamento, la imitación de Cristo. Los Evangelios sinópticos presentan esto sencillamente como seguir a Jesús. Juan expone el ideal de Christus Exemplar como amar (13:34; 15:12), obedecer (9:4; 15:10), estar firmes (15:20) y servir humildemente (13:14, 15) como Jesús lo hizo por nosotros.

RESUMEN:

En contraste con los sistemas filosóficos, las marcas perdurables de la ética bíblica son su fundamento en relación con Dios, su objetiva obligación impuesta a la obediencia, su apelación a las necesidades más profundas de la gente, su relevancia social realista, y su capacidad para una continua adaptación y desarrollo.
La formulación bíblica final del ideal como el reflejo de Cristo se relaciona directamente con el amor y la gratitud estimulados por la experiencia de la redención; está arraigada en la historia objetiva (como la consecuencia ética implicada de la encarnación); hace una fuerte apelación a una de las intuiciones morales más excelentes; hace un llamado al ministerio que refleja a Cristo entre los necesitados del mundo y a la realización del reino de Dios en la tierra; y a través de los siglos cristianos sus muchas formas e interpretaciones han demostrado su adaptabilidad flexible a las condiciones cambiantes.
El mandamiento bíblico antiguo: "Sed santos, porque yo soy santo" encuentra un claro eco en la promesa bíblica más reciente: "Seremos como él". Reginald E. O. White
Reginald E. O. White
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