Sinceridad

Sermón del Monte   •  Sermon  •  Submitted   •  Presented   •  43:22
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Debemos hablar con sinceridad, no es necesario jurar ni prometer, porque eso es tomar por común el nombre de Dios que es Santo

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HABLEMOS CON SINCERIDAD INTRODUCCIÓN: Saludos hermanos. Hoy continuamos con nuestra serie de mansajes expositivos del Sermón del Monte. Estamos en Mateo 5: 33-37  »También han oído que se dijo a sus antepasados: “No faltes a tu juramento, sino cumple con tus promesas al Señor”. 34 Pero yo les digo: No juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer que ni uno solo de tus cabellos se vuelva blanco o negro. 37 Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y, cuando digan “no”, que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno. Aquí el Señor habla de los juramentos y de los juramentos falsos y luego habla del uso apropiado de nuestras palabras en nuestras conversaciones: Que nuestro hablar sea si, si o no sea no, porque lo demás de mal procede. Talvez aquí hoy algunos se pueden preguntar, ¿el pastor va a predicar todo un sermón sobre los juramentos? Se va a tomar todo el tiempo para hablar solo de eso. ¿no hay cosas más trascendentales de las que debería hablar. Queridos hermanos y amigos, de lo que hablamos hoy es importante. El Señor Jesús nunca desperdició su tiempo enseñando tonterías sin sentido, si el tema de los juramentos y del uso de las palabras en nuestras conversaciones ocupan un lugar importante en las enseñanzas del Señor y en el Sermón de monte, podemos estar seguros que no es algo sin importancia. Todo lo que tiene que ver con nuestro hablar es importante. ¿Saben por qué? Porque la boca rebela lo que hay en nuestro corazón. La biblia dice que nuestras palabras evidencian nuestra verdadera condición espiritual. Dice Mateo 12: 34-37 Camada de víboras, ¿cómo pueden ustedes que son malos decir algo bueno? De la abundancia del corazón habla la boca.  El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal. Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado.  Porque por tus palabras se te absolverá, y por tus palabras se te condenará». ¿Que nos enseña Cristo aquí? Que nuestras palabras evidencian el estado de nuestro corazón. Alguien dijo: hay personas que son como aquel pez que Pedro Sacó del mar, cuando Jesús le dijo ve al mar y saca un pez para que pagues el impuesto y Pedro le abrió la boca y ¿que tenía adentro? Una moneda. Hay personas que solo hablan de dinero, como este pez, solo hablan de dinero, dinero. Eso es lo que hay en su corazón. Miren hermanos, la obra transformadora de Cristo se manifiesta en el cristiano a través del hablar, pero también viene a ser evidente la maldad de los hombres, a través de lo que hablan sus labios. Eso fue lo que pasó con Isaías, cuando vio la gloria de Dios y su propia maldad, Avergonzado dijo: ¡Ay de mí! Porque siendo un hombre inmundo de labios y habitando en medio de un pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey Jehová de los ejércitos. Isaías pensó, soy hombre muerto, mis ojos han visto al Rey. Isaías pudo haberse referido a muchos otros pecados (Idolatría), pero se refirió a los pecados de nuestra boca, a lo que pasa en el mucho hablar. Por eso es que este tema es importante, porque los pecados de la lengua, son variados, muy dañinos y lo peor es que son fáciles de cometer. Ya que hemos entendido lo importante que este tema regresemos al Texto de Mateo 5 para considerarlo. Espero haberlos convencido de que el tema es importante… 1. LA TRADICIÓN SOBRE LOS JURAMENTOS. Vs. 33. También han oído que se dijo a sus antepasados: “No faltes a tu juramento, sino cumple con tus promesas al Señor”. Hermanos, esta declaración o mandamiento no existe textualmente en el Antiguo Testamento. Lo que si dice en Deuteronomio 6:13 es: Por lo tanto, adoren a Dios y obedézcanlo sólo a él. Si tienen que hacer algún juramento, juren sólo en el nombre de Dios. A través de moisés o la ley, Dios da una orden explicita a su pueblo que cuando juren debían hacerlo en su nombre. Ahora, en los 10 mandamientos se prohíbe usar el nombre de Dios en vano. Pero de acuerdo a este texto, habrían ocasiones en que los hombres habrían de jurar por su nombre y en ese caso no era usar el nombre Dios en vano. Ellos no debían jurar por otro dios. Debían jurar en nombre del Dios vivo y verdadero. Este era el mandamiento. Pero… ¿Que enseñaban los escribas y fariseos sobre los juramentos? Los judíos, en los días de Jesús enseñaban que un juramento los ataba sólo si se usaba en el nombre de Dios. Si juraban por otra cosa y no usaban el nombre de Dios”, se sentían conformes y libres de culpa. Esto era una mezcla de verdad con error, y cuando la verdad se mezcla con el error, se convierte en un completo error. Los Escribas y Fariseos no estaban tan preocupados de agradar a Dios, estaban más preocupados de cumplir al pie de la letra el mandamiento que los hiciera ver como piadosos delante de los demás. Buscaban Subterfugios: Escapatoria o medio engañoso y hábil para solucionar una situación difícil. Es como el hombre que lo llaman por teléfono y sabe quién es, pero no quiere atender y para no mentir, sale corriendo de la casa y dice: “Dile que no estoy en casa” Eso era lo que exactamente hacían los fariseos, buscaban subterfugios para cumplir con la ley. ¿Cuál era el subterfugio con los juramentos? “Si juras en nombre de Dios estas obligado a cumplir, pero si juras por cualquier otra cosa no estás obligado a cumplir.” Pero veamos lo que dice Mateo 23: 16-22 16 »¡Ay de ustedes, guías ciegos!, que dicen: “Si alguien jura por el templo, no significa nada; pero, si jura por el oro del templo, queda obligado por su juramento”. 17 ¡Ciegos insensatos! ¿Qué es más importante: el oro, o el templo que hace sagrado al oro? 18 También dicen ustedes: “Si alguien jura por el altar, no significa nada; pero, si jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado por su juramento”. 19 ¡Ciegos! ¿Qué es más importante: la ofrenda, o el altar que hace sagrada la ofrenda? 20 Por tanto, el que jura por el altar jura no solo por el altar, sino por todo lo que está sobre él. 21 El que jura por el templo jura no solo por el templo, sino por quien habita en él. 22 Y el que jura por el cielo jura por el trono de Dios y por aquel que lo ocupa. Ahora, antes de tomar piedras y apedrear a los fariseos, pensemos en nosotros. ¿Acaso no hacemos lo mismo? Hay personas que no quieren aprender más de la palabra de Dios para no atraer condenación a sus vidas, no quieren saber más, para no comprometerse más. Prefiero no saber, la ignorancia es mejor. No hermanos, la ignorancia no es mejor si realmente usted quiere agradar a Dios. Pero debes saber que ese proceder trae condenación y engaño a tu propia vida. Eso no es el caminar de un hijo de Dios. Hay mucha gente que no quieren escuchar la palabra, quieren atajos, como los fariseos. El sentir de un verdadero hijo de Dios es saber la verdad y obedecer, no atajo, no ignorancia. 2. TODO JURAMENTO, NO IMPORTA LA FÓRMULA, INCLUYE A DIOS VV. 34-36.
 Pero yo les digo: No juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer que ni uno solo de tus cabellos se vuelva blanco o negro. Es importante decir esto: No hay nada intrínsecamente malo en usar juramentos si se hace en una forma debida. Muchos hemos aprendido que jurar es malo y que nunca debemos jurar. Sin embargo, tanto en el A.T. los patriarcas como Abraham e Isaac juraron en nombre Dios, el mismo Dios juró por sí mismo en varias ocasiones, los profetas citan a Dios jurando en varias ocasiones. Talvez usted dirá, pero pastor eso es el A.T., pero en el N.T. también vemos al apóstol Pablo jurando en nombre de Dios, al Señor Jesús le preguntaron bajo juramento si él era el Hijo de Dios, y él no contestó “Yo no juro” dijo: “Si, tú lo has dicho” El apocalipsis hay al menos un ángel jurando, pero el argumento más fuerte es que Dios que es Santo y que no puede pecar también jura. Así que los juramentos no están prohibidos. ¿Qué quiso decir el Señor cuando dijo que no juremos? Lo que quiso decir el Señor es no juren en ninguna manera como los fariseos lo hacen. Lo que hacen los fariseos para evadir mencionar el nombre de Dios es absurdo, porque… Cualquier objeto o sujeto que se ponga como garantía de un juramento incluye a Dios Todo lo que usemos para jurar le pertenece a Dios, porque él las ha creado, él las gobierna, él las sostiene. Jurar por cualquiera de esas cosas, es jurar por Dios. Vs. 34-36 si juras por el cielo, es el trono de Dios, si juras por la tierra, Dios gobierna sobre ella. Si juras por Jerusalén, pertenece al gran Rey.  si juras por tu vida, no eres dueños de ella. Hermanos, ¿tú piensas que tu vida te pertenece? Estas en un error. Dios tiene tus días contados. No puedes detener el tiempo y que se te ponga el pelo blanco. Lo que quiere decirnos el Señor es que Cuando juramos o prometemos por esas cosas, estamos igual jurando por Dios, y al igual que los fariseos, somos culpables. Pero más que eso hermanos…. Los fariseos, No solo habían jurado falsamente, sino que habían tomado el nombre de Dios en vano como una cosa común. Debemos tener cuidado en nuestras conversaciones, invocar el nombre de Dios con ligereza: Esos términos como Gloria a Dios o promételo delante de Dios es dar evidencia de que no tenemos temor reverente a la grandeza de Dios. Cuidado con la forma en que usamos el nombre Dios. 3. ¿CUÁL ES LA PROPUESTA DE JESÚS FRENTE A LOS JURAMENTOS? Vs. 37 Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y, cuando digan “no”, que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno. En todo tu hablar debe ser que lo que tú digas, sea lo que tú quieres decir. Hermanos ¿Cuál es el principio aquí? Hay 2 principios: El uso reverente del nombre de Dios y la honestidad. El Señor nos enseña, no uses juramentos en conversaciones comunes y corrientes. Esto es algo serio y solemne que no lo puedes usar con ligereza. Pero hay algo más, el Señor nos dice: Sean honestos en su hablar y no vas a tener necesidad de convencer a los demás de que estás diciendo la verdad. Di siempre la verdad. Y si alguien cuestiona lo que estás diciendo. Vuelve y repita la verdad. Pero no jures. No trates de convencer a nadie jurando. Si acostumbras siempre decir la verdad, no necesitas jurar, ni prometer. Más bien debemos sospechar de los que siempre usan el recurso de jurar o prometer para decir la verdad. La mejor manera de hacer tus palabras creíbles no es la de insistir tanto, ni jurar, es solo decir la verdad. Cuando juras o prometes, estas admitiendo que tus palabras no son suficientes. CONCLUSIÓN APLICATIVA: Que en tus conversaciones, tu si sea si y tú no sea no. Padres, cuando hablamos con nuestros hijos, nuestro si debe significar si, nuestro no, debe significar no. Hijos, Esfuércense por decir siempre la verdad, que sea sí o no, aunque sea difícil. Eso te librará de muchos inconvenientes. ¿Recuerdas la historia de Pedrito y el Lobo? Gritaba lobo, lobo y el día que vino el lobo, nadie le creyó. Para concluir, reflexione sobre estas preguntas: ¿Eres cuidadoso al hablar? ¿Te cuidas de no traspasar información equivocada? ¿Qué piensa de ti la gente que te conoce? ¿Eres confiable para ellos? ¿te conocen como mentiroso? Decimos el Guayaquil “a fulano solo hay que creerle el diezmo de lo que dice” ¿Que piensa la gente de ti? ¿Y que tal tus promesas? La impuntualidad también es una mentira. ¿Llega usted a la hora que dice que llegará a un compromiso? ¿Se puede decir hermano que cuando tú sí es sí y tú no es no? Hermanos, los cristianos debemos ser confiables, porque estamos representando a un Dios que es confiable. Amén.
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