El mercado de la Verdad

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Decir la verdad es una forma de manifestar la santidad

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Palabra + Verdad + Santificación

Juan 17.17 NVI
Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad.
Santificación + Verdad + Palabra
La Biblia afirma ser la verdad absoluta, total.
El plan del enemigo para destruir la verdad no es atacándola sino sincretizándola: le da un lugar entre miles de otras verdades y crea un mercado en el cual el ser humano puede entrar y escoger.
El los primeros siglos de la Iglesia los cristianos no eran perseguidos por su fe sino por rechazar las otras religiones, dioses y creencias.
Cuando se creó el gran mercado de las verdades, el cristianismo rechazó su vitrina y fue a ponerse su propia tienda al otro lado de la calle.
Entender esto tiene un papel fundamental en la vida de santidad, por lo que iremos explicándolo poco a poco. Empezamos con el concepto de la Palabra.

La Palabra

La palabra de Dios es la garante de la verdad. El sustento, argumento y firmeza de la verdad está en la Palabra de Dios (no la de la Iglesia, un líder o un expositor).
Toda verdad es paralela.
La palabra es un instrumento de perfeccionamiento en la vida del cristiano.
¿Cómo sabemos si algo es correcto o no, si es bueno o malo? La fuente más fidedigna de moralidad es la Palabra.
En la toma de decisiones, ¿cómo saber lo que debes hacer? La Palabra es la guía más segura para decidir.
La respuesta de la Palabra no siempre te hará sentir bien pero siempre te llevará a la voluntad perfecta de Dios.
La Palabra no tiene una verdad para competir por precio o calidad en el gran mercado de verdades, la Palabra es la verdad total y absoluta.
La Palabra no varía su precio (suele ser el más caro del mercado) porque si tu producto es malo tienes que bajar el precio para competir, sino compites por su calidad.

La Verdad

En la Biblia (la Palabra de Dios), la verdad es un adjetivo: describiendo a Jesús...
La luz verdadera ()
El pan verdadero ()
La vid verdadera ()
El testigo verdadero (Juan19.35)
También es un sustantivo: es Jesús ( y )
Jesús lo dejó claro en sus debates con los portadores de la verdad de su época.
¿Cómo esa verdad que creemos influye en nuestra
Juan 8.36–44 NVI
Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres. Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham. Sin embargo, procuran matarme porque no está en sus planes aceptar mi palabra. Yo hablo de lo que he visto en presencia del Padre; así también ustedes, hagan lo que del Padre han escuchado. —Nuestro padre es Abraham—replicaron. —Si fueran hijos de Abraham, harían lo mismo que él hizo. Ustedes, en cambio, quieren matarme, ¡a mí, que les he expuesto la verdad que he recibido de parte de Dios! Abraham jamás haría tal cosa. Las obras de ustedes son como las de su padre. —Nosotros no somos hijos nacidos de prostitución—le reclamaron—. Un solo Padre tenemos, y es Dios mismo. —Si Dios fuera su Padre—les contestó Jesús—, ustedes me amarían, porque yo he venido de Dios y aquí me tienen. No he venido por mi propia cuenta, sino que él me envió. ¿Por qué no entienden mi modo de hablar? Porque no pueden aceptar mi palabra. Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio éste ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!
Juan 8.36-44
Quien miente expresa su propia naturaleza, quien dice la verdad también.
La verdad así como la mentira tienen un padre, ¿tú de quién eres hijo?
La verdad no tiene una connotación meramente religiosa, se trata de un estilo de vida en donde la verdad esté en nosotros.
¿Cómo se ve la verdad en la vida práctica y cómo nos cambia? Ese es el tema de la siguiente semana.

La Santificación

Después de pedir por protección Jesús pide por santificación.
Santificación = Perfeccionamiento
La santificación es un proceso= ocurre a través del tiempo.
La santificación, como proceso, es provocada por Dios a través de diferentes herramientas:
El individuo
Levítico 20.7 NVI
»Conságrense a mí, y sean santos, porque yo soy el Señor su Dios.
La Palabra
La Palabra
Juan 17.17 NVI
Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad.
La Iglesia
La Iglesia
Efesios 4.11-12
Efesios 4.11–12 RVC
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
La santificación tiene que ver con lo que hacemos en la tierra, no en el cielo.
La santificación tiene que ver con lo que hacemos en la tierra, no en el cielo.

Verdad

Si la verdad se negociara, nuestra transformación más bien sería deformación.
Cuando Dios dice que debemos ser santos nos está diciendo que Él nos santificará a través de la disposición de nuestro corazón, el poder de su Palabra y la influencia de su Iglesia.
En el mercado de las verdades nunca estará la Verdad de Dios, que es la verdad real, pues su Verdad perfecta es suficiente (es la única que reúne las competencias para transformar al ser humano) y absoluta (no necesita ayuda de otras verdades) para santificarnos.
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