El Escudo de la Fe

Efesios 6.16

Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.

Sobre todo hemos de tomar el escudo de la fe (v. 16). Es sorprendente que Pablo indica que el escudo de la fe es lo único que necesitamos para apagar todas las flechas encendidas del maligno. El ejército romano empleaba dos clases de escudos. El primero, el clásico, que vemos en casi todas las películas relacionadas con la era romana, presenta al soldado con la espada en una mano y en la otra un escudo pequeño y redondeado. Sin embargo, la palabra en el griego aquí habla de otra clase de escudo, uno más grande y rectangular. Era de madera de 1 metro 22 centímetros por 80 centímetros. cubierto de cuero remojado en agua (para apagar las flechas encendidas) o de metal (para desviar los dardos). Los soldados formaban una fila larga, hombro a hombro y avanzaban paso a paso hacia el enemigo. Detrás venían los demás soldados con sus espadas y los escudos redondos. La primera fila extinguía los dardos encendidos del enemigo, permitiendo que los demás soldados entraran en combate cuerpo a cuerpo.