Habitos
Hábitos
Cómo practicar el dominio propio
“No nacemos con los hábitos puestos, sino que los vamos tejiendo y usando. Éstos pueden ser los andrajos de las adicciones egocéntricas o bien, las elegantes vestiduras del control que se basa en Jesucristo”.
—June Hunt
Es interesante que en la mayoría de los diccionarios la definición de la palabra hábito dé la idea de “un cierto tipo de vestidura que define determinado llamamiento, rango o función”. Posteriormente, hábito llegó a significar “patrón de conducta adquirido por la repetición continua que refleja el carácter de una persona”. En la Biblia encontramos entretejido este mismo concepto: Los hábitos definen nuestro carácter. Si somos cristianos, estamos llamados a revestirnos con el hábito de Cristo, para que realmente podamos reflejar su carácter.
“Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”.
(Romanos 13:14)
A. Inclinaciones básicas
Una inclinación es un deseo natural que nos impulsa a actuar de cierta manera, según el conjunto de circunstancias que nos rodean. La Biblia dice que todos nacemos con la inclinación natural a pecar.
“Se apartaron los impíos desde la matriz; se descarriaron hablando mentira desde que nacieron”.
(Salmo 58:3)
Cuando esos impulsos negativos no se controlan, se convierten en hábitos. Algunos llegan ser adicciones que ponen en peligro la vida.
“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”.
(Génesis 6:5)
IMPULSOS
Un impulso es una inclinación espontánea y repentina para actuar en forma arrebatada.
“No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras”. (Eclesiastés 5:2)
HÁBITO
Un hábito es un patrón de conducta involuntario que se adquiere por repetición continua.
“Pero ellos no escucharon; antes hicieron según su costumbre antigua”. (2 Reyes 17:40)
OBSESIÓN
Una obsesión es una preocupación persistente y molesta relacionada con una idea irracional.
“Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras”. (Hechos 26:11)
COMPULSIÓN
Una compulsión es un impulso irresistible e irracional que nos impulsa a actuar aun contra la propia voluntad.
“Pero el que está firme en su corazón, sin tener necesidad, sino que es dueño de su propia voluntad, y ha resuelto en su corazón guardar a su hija virgen, bien hace”. (1 Corintios 7:37)
ADICCIÓN
Es una dependencia compulsiva e irresistible de un objeto, acción o sentimiento, resultando en serios problemas en la vida.
“Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien”. (Tito 2:3)
B. Principios Bíblicos
Un hábito puede actuar como un corcho o como el plomo. Nos impulsa hacia arriba o como el plomo, nos lleva hacia abajo. Para entender si sus hábitos son buenos o malos, vea lo que dicen las Escrituras y obtenga las conclusiones que le convengan.
En el Antiguo Testamento, la palabra hebrea derek, que generalmente se traduce como “manera” o “camino” tiene el significado de “hábito o forma de conducta habitual”.
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus CAMINOS, y él enderezará tus veredas”. (Proverbios 3:5–6)
ENSEÑANZA: LOS HÁBITOS PUEDEN SER BENÉFICOS Y PROVECHOSOS.
“Volveos de vuestros malos CAMINOS, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas”. (2 Reyes 17:13)
II. CARACTERISTICAS
A. La bella o la bestia
Un perro pastor alemán puede entrenarse para ser cómplice feroz de un complot perverso. Sin embargo, ese mismo perro, con su asombrosa inteligencia, puede adiestrarse para ser guía y fiel compañero de los ciegos. ¡Esa es una conducta aprendida! De la misma manera, los hábitos son conductas aprendidas que ejercen una enorme fuerza en la vida y pueden ser para bien o para mal. Los hábitos pueden ser cristocéntricos o egocéntricos… virtud o vicio… bella o bestia en potencia.
LOS HÁBITOS SON …
HABITUALES
Ocurren con regularidad
AUTOMÁTICOS
Suceden sin pensar
BANDERAS
Proclaman los valores internos
INTENSOS
Se hacen más fuertes y arraigados con el paso del tiempo
TENACES
Persistentes y difíciles de cambiar
OBSTÁCULOS
Para llevar una vida plena
SATISFACTORIOS
Proveen un grado de placer
“Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”.
(Lucas 16:13)
B. Prisioneros y esclavos
La Biblia utiliza palabras como ataduras, esclavitud y cautiverio para ilustrar que somos siervos del pecado. Quizá usted no esté esclavizado por ninguno de los vicios más obvios (borrachera, drogas, o glotonería), pero es posible que sea prisionero, o esté esclavizado por alguna aparente actividad buena o por actitudes destructivas que no van de acuerdo con el modelo que nos dio Jesucristo. Aun la buena conducta, como el servicio en la iglesia, puede ser llevada al extremo y cruzar la línea que marca la voluntad de Dios. Una vez que cruzamos esa línea, se convierte en pecado.
“Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció”.
(2 Pedro 2:19)
HÁBITOS DEL CORAZÓN
SI ALBERGAMOS EN EL CORAZÓN PENSAMIENTOS Y EMOCIONES PECAMINOSOS, POCO A POCO IRÁN TOMANDO EL CONTROL Y CON EL PASO DEL TIEMPO PRODUCIRÁN UNA CONDUCTA NEGATIVA.
“Porque del interior del hombre salen los malos pensamientos”.
(Mateo 15:19)
Enojo
Arrogancia
Crítica
Falta de respeto
Envidia
Temor
Codicia
Celos
Lujuria
Materialismo
Prejuicios
Rebeldía
Resentimiento
Sarcasmo
Ambición Egoísta
Terquedad
Falta de perdón
Preocupación
HÁBITOS OCULTOS
ALGUNAS CONDUCTAS HABITUALES NO SE IDENTIFICAN CLARAMENTE COMO ADICCIONES PERJUDICIALES PORQUE:
• No nos damos cuenta de que nuestra manera negativa de reaccionar se ha convertido en una costumbre (las discusiones).
• El mundo no considera que nuestro hábito es negativo (adicción al trabajo).
• Una conducta que parece buena está controlando tu vida, aunque se esté convirtiendo en pecado (tratar de resolver la vida de los demás).
“Porque aquel que a Dios teme, saldrá bien en todo”.
(Eclesiastés 7:18)
Discusiones compulsivas
Colección compulsiva
Competencia compulsiva
Crédito compulsivo
Limpieza compulsiva
Diversión compulsiva
Ejercicio compulsivo
Apostar compulsivo
Consulta de horóscopos compulsiva
Uso compulsivo de Internet
Orden compulsivo
Perfeccionismo compulsivo
Desidia compulsiva
Lectura compulsiva
Obsesión compulsiva por rescatar a otros
Religiosidad compulsiva
Ritualismo compulsivo
Comprar compulsivamente
Impuntualidad compulsiva
Ociosidad compulsiva
Indecisión compulsiva
Desorden compulsivo
Ver televisión de manera compulsiva
Trabajo compulsivo (adicción al trabajo)
HÁBITOS DESTRUCTIVOS
LOS HÁBITOS DESTRUCTIVOS CREAN UN AMBIENTE EMOCIONAL PERNICIOSO Y TIENEN EL POTENCIAL DE DAÑARNOS A NOSOTROS Y/O A LOS DEMÁS.
“O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.
(1 Corintios 6:19–20)
Alcoholismo-uso de drogas
Anorexia - bulimia
Fraude
Codependencia
Chisme - calumnia
Inmoralidad - vulgaridad
Irresponsabilidad
Mentira
Obsesiones ocultas
Gula
Control excesivo
Lenguaje soez - abuso verbal
Cólera - ira
Auto-degradación
Auto-ensalzamiento
Auto-mutilación
Adicción al sexo - pornografía
Robo
Tabaquismo
Violencia
C. Límites
La mayoría de nosotros somos muy buenos para justificar nuestro comportamiento. Somos tan eficientes en ello, que muchos de nuestros hábitos indeseables permanecen ocultos… ¡aun para nosotros mismos! Quizá escondemos la verdad pensando: “En realidad no se nota, ¿que hay de malo en ello?” Los corintios tenían su propio lema. Decían: “Todo me es lícito”. Sin embargo, Pablo advierte que aunque ya hemos sido liberados de la condenación de la ley, somos responsables de los hábitos “desequilibrados”, es decir, de los que se salen de control. Considere la siguiente pregunta: “¿Me dominan mis malos hábitos?”
“Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna”.
(1 Corintios 6:12)
EVALUACIÓN DEL COMPULSIVO
✓ Esta idea, ¿consume todos mis pensamientos?
✓ ¿Organizo mi tiempo alrededor de ella?
✓ ¿Puede afectar mi salud?
✓ ¿Me siento culpable después de realizarla?
✓ ¿Afecta mis finanzas?
✓ ¿Me pongo a la defensiva cuando me preguntan acerca de ella?
✓ ¿Perjudica a mis relaciones interpersonales?
✓ ¿Me enojo si no lo logro?
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”.
(Salmo 139:23–24)