Eligir perdonar

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elegir perdonar

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Siguiendo los pasos del Maestro

¶21 Entonces se le acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces?

22 Jesús le dijo*: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Introducción
Los cuatro evangelios son anónimos; ninguno lleva el nombre de su autor. Sin embargo, la tradición de la iglesia primitiva los atribuye respectivamente a Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Pero Lucas, dice QUE fue escrito por Mateo en Judea.
Ireneo (ca. 185 d.c.) dice: “En realidad, Mateo produjo su evangelio entre los hebreos y en su propio dialecto, mientras que Pedro y Pablo proclamaban la Palabra y fundaban la iglesia en Roma.
¿QUIEN ERA MATEO?
Mateo, el que anteriormente había sido publicano, pero luego, seguidor de Cristo, y escribio este evangelio para el pueblo Judio en palestina.
El comentario de Eusebio dice: “Mateo, habiendo proclamado primeramente el evangelio en hebreo, cuando tuvo que pasar a otras naciones, se dio a la tarea de escribirlo en su lengua materna, supliendo así la falta de su presencia por medio de sus escritos.”
el año exacto que fue escrito nadie lo sabe algunos eruditos lo ubican en el año 60 d.c otros en el año 80 u 85 d.c pero no se sabe con exactitud,
Es evidente que Mateo escribió su evangelio para los judíos con el fin de presentarles a Jesús como el Mesías.
Jesús había estado amonestando en contra del peligro de ser causa de tropiezo o de pecar contra otro. Ahora, trata de que sus oyentes pudieran hacer lo correcto si se encuentran en la posición contraria y la pregunta es:
¿Qué debe hacer si su hermano (otro miembro de la iglesia) peca contra tí?
El tema de la disciplina por parte de la iglesia debe balancearse con una actitud de perdón.
Los rabís judíos enseñaban que era suficiente perdonar a una persona hasta tres o cuatro veces.
Esto lo basaban en Amós 1:3, 6, 9 y 11. “Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Damasco, y por el cuarto, no revocaré su castigo” (Amós 1:3).
Pedro pensaba que el perdonar a alguien siete veces era generoso. Pero no entendía el valor de ganarse a un hermano. Él estaba solamente pensando en si mismo y en sus propios sentimientos.
En Mateo 18:22, Jesús dijo que deberíamos perdonar 77 veces. Algunos traductores de la Biblia piensan que el número debería decir setenta veces siete, lo cual equivale a 490. De cualquier manera, nos enseña que debemos seguir perdonando cada vez que alguien nos ofende.
Para enfatizar el perdonar, Jesús contó una parábola acerca de un siervo que no quiso perdonar (Mt 18:21–35). Note que este siervo debía a un rey la suma de 10 millones dólares. Él debía más que todos los sueldos que puediera ganar en toda su vida. De hecho, supongamos que el siervo ahorrara sus sueldos completos por 50 años. ¡Esta suma sería menos del 1 por ciento de su deuda! Pero la suma que le debía el otro siervo era sólo la cantidad de 3 meses de sueldo. El punto aquí es que Dios está dispuesto a perdonarnos mucho más de lo que estamos dispuestos nosotros a perdonar a otros.
Sin embargo, Él sólo nos perdonará si nosotros perdonamos a otros. Jesús nos enseñó a pedirle perdón a Dios de la misma manera en que nosotros perdonamos a los demás (Mt 6:12).
Aún así, a veces es difícil para algunos perdonar a otros.
La Srta. Corrie Ten Boom pasó muchos meses en una prisión en Alemania. Uno de los guardias era muy cruel con ella. Él le hablaba con palabras groseras y ásperas. Aun peor, él pecó en forma sexual contra ella y su hermana.
Ella salió de esa prisión con muy malos recuerdos. Años después llegó a encontrarse cara a cara con ese mismo guardia alemán. Arrepentido él le dijo, “¿Me puede perdonar?” En su corazón ella sintió un desprecio frío. Pero sabía que su voluntad podía actuar aún cuando su corazón se sintiera frío. Por lo tanto, se forzó para tenderle la mano. En ese instante, ella sintió la presencia del Señor calentarla por dentro. Ese sentir fluyó a través de su brazo al brazo del guardia. Ella se puso a llorar en la presencia de Dios. “Te perdono, mi hermano,” lloró ella de corazón. Corrie vivió hasta ser muy anciana. Ella testificaba que sintió la presencia de Dios más fuerte en esa oportunidad en que perdonó a otro.
La persona que no quiere perdonar destruye el puente que necesita para llegar al cielo,Nos condenamos al infierno si no perdonamos. Esta es una enseñanza muy clara de la Escritura (Mt 6:14–15; 18:34–35).
Tener un espíritu no perdonador es como cargar un costal de cemento todo el día. Si nos negamos a perdonar en nuestro corazón, llevamos un peso que Dios no desea que llevemos a cuestas. La falta de perdón se convierte en una pesada carga y Jesús dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. (Mateo 11:28).
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. (1 Pedro 5:7)
La falta de perdón bloquea la puerta a la salvación y al perdón de Dios.
El perdón abre la puerta hacia la salvación y al perdón de Dios.
La falta de perdón DA crecimiento de una raíz de amargura.
El perdón impide que crezca una raíz de amargura.
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” (Hebreos 12:15)
La falta de perdón abre la puerta para que Satanás entre a nuestras vidas.
El perdón le cierra la puerta Satanás para que no entre en nuestras vidas.
“Si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones”.(2 Corintios 2:10–11)
La falta de perdón nos hace caminar en la oscuridad y tinieblas.
El perdón nos saca a la luz.
“El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas… el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos”.(1 Juan 2:9–11)
La falta de perdón proviene de Satanás.
El perdón es de Dios.
“Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón… esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica”. (Santiago 3:14–15)
La falta de perdón evidencia un corazón sin Dios.
El perdón es evidencia de un corazón piadoso.
“Mas los hipócritas de corazón atesoran para sí la ira”.(Job 36:13)
La falta de perdón entristece al Espíritu de Dios.
El perdón está fortalecido por el Espíritu de Dios.
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia”.(Efesios 4:30–31)
Está dispuesto a perdonar?
Puesto que uno de los obstáculos para muchas personas es el tema del perdón, debemos entender:
•Lo que no es el perdón:
—El perdón no es hacer a un lado la justicia de Dios.… él ejecutará su justicia en su tiempo y a su manera.
—El perdón no es dejar que el ofensor se salga con la suya.… es pasar a la persona de un gancho emocional mío y ponerla en el de Dios.
—El perdón no es justificar un comportamiento pecaminoso.… Dios ha declarado que las ofensas no tienen excusa.
—El perdón no es embotellar su ira.… es resolverla entregándola a Dios.
—El perdón no es ser tapete de nadie.… es ser como Cristo,
—El perdón no es olvidar.… es esencial recordar para poder perdonar.
—El perdón no es un sentimiento.… es un acto de la voluntad.
“porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”.(Hebreos 10:36)
El perdón es:
—El perdón es disculpar una deuda que le deben.… es liberar al ofensor de la obligación de pagarle.
—El perdón es liberar la opción de aferrarse a la ofensa.… es entregar la ofensa a Dios.
—El perdón es posible aun sin la reconciliación… es de una vía y requiere la decisión de una sola persona.
—El perdón se otorga aun si nunca se solicitó o se ganó … no depende de ninguna acción de parte del ofensor.
—El perdón es extender misericordia.… es no dar al ofensor lo que merece.
—El perdón es liberar al ofensor.… es también liberarse de él y de la esclavitud de la amargura.
—El perdón es cambiar su modo de pensar acerca del ofensor.… es ver al ofensor como alguien que necesita perdón igual que usted.
“De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado”.(Daniel 9:9)
Aquí no se nos pide cosas extraordinarias,o que sea tan dificil, sino cosas que deben fluir naturalmente de nuestra nueva vida en Cristo.
Si perdonamos, es porque Dios nos ha perdonado en Cristo. Si perdonamos, es porque seguimos el ejemplo de nuestro Señor.
el nos dio el mayor ejemplo de perdon y misericordia:
Esta oración fue el primero de los siete dichos de Jesús sobre la cruz. Parece ser en favor de los soldados y los que le clavaron a la cruz. La expresión no saben lo que hacen apenas si se puede aplicar a estos judíos que habían tramado su muerte, ni tampoco podía aplicarse completamente a Pilato, aunque Jesús no guardó mala voluntad ni para los judíos ni para Pilato.
Si perdonamos, es porque el espíritu perdonador de Cristo está en nosotros, gracias a la nueva vida que tenemos en él. Quien se viste de la paciencia y el perdón.
Por amor a Cristo, por amor a la unidad de la iglesia y, también, por amor a nuestra propia sanidad personal, debemos aprender urgentemente a perdonar aun a los que más daño nos hacen y a amar a todos. ¿Lo haremos?
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