Alineados con la identidad y misión del Mesías

Marcos # 32  •  Sermon  •  Submitted
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TBB: Marcos 8.31-33
1. Hay un dicho que reza “donde está tu mente, allí está tu corazón.” Y lo que quiere decir es que según tu preste atención y entiendas un asunto determinado, así estarás comprometido con ese asunto.
Por ejemplo, si una persona entiende que comer vegetales solamente y no carnes es algo muy importante, si ha llegado a tener argumentos, si invierte tiempo en conocer más sobre el asunto, etc., pues entonces ella mira todo lo relacionado con la comida a través de esos lentes, a través de esa mentalidad que se ha creado.
Ya sea que valla ha hacer el mercado, o a cenar a un restaurant o a la casa de otra persona, siempre su habito de alimentación estará determinado por su entendimiento de que los vegetales son buenos y la carne no lo es.
2. Esto no solo ocurre con la dieta de comidas, sino con casi todo lo que nos resulta importante en la vida. Según sea tu entendimiento y percepción de un asunto, así tu vas a vivirlo.
3. Por supuesto que hay asuntos triviales los cuales podemos darnos el lujo de tener nuestro propio entendimiento. Sin embargo, hay otros asuntos exclusivos en los que no tenemos esa libertad. Es decir, hay asuntos en los que nuestro entendimiento tiene que linearse con la única verdad, no tenemos opciones porque no hay opciones.
4. Uno de estos asuntos exclusivos tiene que ver con nuestra fe, nuestro entendimiento de qué es la fe cristiana; en qué consiste la fe cristiana. Y para eso necesitamos, no sólo entender, sino entender correctamente quién es Jesús y cuál fue su misión.
5. Precisamente vemos en el texto este conflicto claramente reflejado. Ante la pregunta que el Señor le hace: ¿quién dicen ustedes que soy yo? Pedro, a nombre de los doce, supo confesar que Jesús era el Cristo; sin embargo, ¿tenían ellos una percepción clara de lo que eso significaba? ¿Entendían ellos en verdad que Jesús era el Mesías?
O ¿qué era lo que ellos esperaban del Mesías? Quizás sí creían que Jesús era el Cristo, el Mesías, pero ¿cuál era el entendimiento de los doce con respecto, no sólo de la identidad sino de la misión del Mesías?
Tú puedes confesar tu fe cristiana, pero ¿tu entendimiento, tu percepción de lo que la fe cristiana significa está alineado con la verdad? Es decir, tu forma de entender el cristianismo es en verdad el cristianismo?
Lo que quisiera hoy es remover el fundamento sobre el que descansa tu entendimiento de tu fe para que lo confirmes o lo rectifiques, porque tu fe cristiana no puede ser diferente a lo que la Biblia enseña, aunque otros te sugieran lo contrario.
Y para establecer un buen fundamento de nuestra fe, se necesitan dos cosas:
LA PRIMERA COSA, TENER CLARA LA IDENTIDAD DE JESUS (8.29)
Vimos que el nombre de ‘Cristo’ se traduce de la palabra hebrea ‘Mesías’, y que significa ‘el Ungido’.
Ungir con aceite significaba apartar a una persona para el servicio a Dios. Por eso el término ‘ungido’ se utilizaba para referirse a tres oficios específicos: el sacerdote, el profeta y de manera más especial, al rey, el ‘ungido del Señor’.
El rey como oficio era el que con más énfasis se relacionaba el termino ‘ungido’ porque era el rey el que servía como un representante de Dios.
El rey que más gloria le trajo a Israel fue David, al cual Dios le dio una promesa que se conoce como “el pacto davídico” en el cual Dios prometió al rey David que su línea real sería por siempre y que El levantaría un descendiente que reinaría para siempre en su trono.
Dios le dijo a David, 2 S 7.12-16.
Esto fue lo que generó las mayores expectativas mesiánicas dentro de la nación con la esperanza del día en que Dios levantara a su Ungido para reinar sobre el pueblo, el Mesías, el Cristo.
Ciertamente Jesús era el Mesías, el Ungido de Dios.
Jesús no es solamente un gran ejemplo a seguir, ni un maestro de la ética moral, ni el que satisface todos mis problemas; Jesús es el Cristo, el ungido:
· El Profeta que nos revela como nadie quién es Dios y cuál es la voluntad del Padre.
· El es Sumo Sacerdote que media entre nosotros y Dios, y que aun El mismo se ofreció como ofrenda de sacrificio por nuestros pecados para sufrir la ira de Dios que está sobre los hombres por causa del pecado;
· El es el Rey de Reyes que vendría del linaje de David para gobernar y proteger a Su pueblo redimido;
Tu respuesta a esta pregunta, ¿Quién dices tu que Jesús es?, no sólo con el intelecto, sino con todo tu corazón, te da vida; te va a sostenerte si estás a punto de caer, o va a consolidar tu fe para que sigas corriendo con paso seguro hasta llegar al final y cruzar la meta.
OT: Como les dije antes, es el oficio de Rey el que con más énfasis se usaba el termino ‘ungido’.
Había en la nación un entendimiento, una mentalidad, y como consecuencia una fuerte expectativa de un rey que vendría procedente de la línea de David; un rey que liberaría a la nación, que aplastaría a los enemigos de Israel y que establecería un reino de rectitud y justicia con su centro en Jerusalén.
Cuando Pedro dice, “Tu eres el Mesías”, es muy probable que esta sea la perspectiva que tenia en mente.
Es muy interesante que ante la pregunta que el Señor le hace: ¿quién dicen ustedes que soy yo? Pedro, a nombre de los doce, supo confesar que Jesús era el Cristo; sin embargo, ellos no entendían correctamente qué significaba que Jesús era el Cristo.
Al menos, el entendimiento de ellos acerca de la misión del Mesías era contraria a la verdad.
Por tanto, para establecer un buen fundamento de nuestra fe cristiana, se necesita no sólo conocer la IDENTIDAD DE JESÚS como el Cristo, el Mesías, sino también
LA SEGUNDA COSA, TENER CLARA LA MISIÓN DE JESUS (8.31-33)
A. Jesús claramente les habló cuál era su misión (8.31-32ª).
· Ese “comenzó a enseñarles” del que habla Marcos marca un punto clave en la narración, ya que Jesús por primera vez explícitamente predice el sufrimiento que va a padecer en Jerusalén.
· El Hijo del Hombre.
El uso que hace Jesús del título apunta hacia su humanidad y solidaridad con la raza humana.
No obstante sus palabras van más allá de este sentido general.
El libro del profeta Dn 7:13–14 describe una figura mesiánica exaltada — “uno como un hijo de hombre” (= en forma humana) — que viene con las nubes del cielo, recibe autoridad, gloria y poder soberano de Dios y establece un reino eterno. Pero primero…
· Jesús enseña la necesidad de que el Hijo del Hombre sufra.
Jesús mismo, el Mesías … ¡ha de sufrir y morir! ¡En realidad ser ejecutado!
Y no sólo iba a suceder; tenía que suceder. Él tenía que estar sujeto al sufrimiento y tenía que morir:
conforme a la profecía Isaías. 53,3, 7, 10 Fue despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores y experimentado en aflicción… Fue oprimido y afligido… Pero quiso el Señor quebrantarle, sometiéndole a padecimiento.
y fundamentalmente por las demandas de la ley, 2 Corintios 5.21 Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El.
· “Ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas,” Los tres grupos que Jesús menciona constituían el Sanedrín, la corte judía.
Los “ancianos” eran líderes laicos, más bien de clase aristocrática, con el privilegio de administrar y servir en los consejos locales de aldeas.
Los “principales sacerdotes” eran los “sacerdotes gobernantes”, eran la aristocracia del sacerdocio de Jerusalén, formada por miembros líderes pertenecientes a la familia del sumo sacerdote y por otros sacerdotes influyentes.
Los “escribas” eran expertos con autoridad en la interpretación y aplicación de la ley judía. Aunque había muchos escribas por todo Israel, los más influyentes se encontraban en el Sanedrín.
· Jesús dice que el Hijo del Hombre debía “ser muerto, y después de tres días resucitar.”
El Hijo del Hombre tenía que morir pero sería reivindicado por Dios en un periodo muy corto de tiempo y resucitaría.
Esta es la base donde descansa nuestra fe y nuestra esperanza. Como bien dice el apóstol Pablo 1 Corintios 15.17–20 (LBLA) “y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe es falsa; todavía estáis en vuestros pecados. Entonces también los que han dormido en Cristo han perecido. Si hemos esperado en Cristo para esta vida solamente, somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima. Mas ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron.”
B. La misión de Jesús no machaba con el punto de vista de Pedro (8.32b)
No hay duda de lo que quiere decir Jesús, y esto produce una respuesta inmediata en Pedro. No tolerará este tipo de discurso derrotista así que aparta a Jesús a un lado para reprenderle.
La razón de la amonestación de Pedro es clara, así lo expone el comentarista Collins cuando dice: Pedro “está comprometido con las expectativas del Mesías davídico que vencerá a los romanos y a sus colaboradores judíos y restablecerá el reino autónomo de Israel.”
Aunque Pedro ha reconocido el mesianismo de Jesús, no puede comprender el papel de sufrimiento. La realidad es que las expectativas de Pedro, de los doce y de toda la nación, se centraban en un Mesías conquistador, no en uno que sufriera.
Razones para rechazar al Mesías:
· Pedro, y todo Israel con él, esperaban una clase de Mesías que les liberara política y económicamente. Por tanto, la misión de Jesús no era lo que ellos esperaban.
· Incluso dentro de los mismos doce habían intereses personales en ocupar cargos prominentes en el reino terrenal del Mesías.
· La elite religiosa de Israel tampoco aceptaba la misión de Jesús como Mesías, por eso lo mataron. Aceptar al Mesías pondría patas arriba todo: su antiquísimo sistema religioso, su economía, su reputación, su status quo, en fin, todo sería removido.
· La Reforma Protestante surgió igualmente porque la elite de la iglesia romana rechazaba la misión del Mesías, por así decirlo. Una vuelta a las Escrituras y a la sola fe implicaba un terremoto dentro de la iglesia establecida. Desde la autoridad del Papa hasta el lugar más recóndito de la iglesia.
· Hoy la iglesia se precipita hacia un inclusivismo pecaminoso que destierra la Biblia. La ‘misión del Mesías’ no encaja en la mente de un grupo de personas que para mantener salario y posición no vacilan, como los judíos, en deshacerse del Mesías para mantener su propio reino.
· Igual debemos prestar atención no sea que, al igual que todos ellos, la misión del Mesías no concuerde con tu entendimiento de la fe cristiana y entonces por mantener tu propio entendimiento de lo que el cristianismo es, rechaces al Mesías.
C. Jesús confronta a Pedro (8.33)
Que Jesús se dé la vuelta y mire a todos sus discípulos sugiere que el comentario de Pedro reflejaba el punto de vista de todos ellos, y Jesús les responde también a todos.
La severidad de la respuesta de Jesús es chocante al identificar a Pedro con Satanás, pero ese momento nos deja ver cuan vulnerable puede ser una persona que su mente no está alineada con el punto de vista de Dios.
En un momento puede declarar inspirado por Dios, Jesús es el Cristo y en otro momento puede es instrumento de Satanás para estorbar la misión de Cristo.
Por supuesto que, desde el punto de vista humano, es inaceptable sujetarse a sufrimiento y luego ser ejecutado. Sin embargo, desde el punto de vista de Dios este proceso era absolutamente necesario.
Para el hombre, producto de nuestras debilidades y depravación, es común desear el camino de la menor resistencia y el poder más grande. La gloria sin cruz.
Para el hombre, tal como es por naturaleza, la cruz le es altamente ofensiva. El Cristo crucificado es para los judíos piedra de tropiezo, y para los gentiles locura. No obstante, es en esta misma cruz donde se revela el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Pero sólo aquellos que son salvos (sean judíos o gentiles, 1 Co. 1:18, 24) valoraran la cruz.
Los doce no podían entender que al Hijo del Hombre le era necesario sufrir y morir.
APLICACIÓN
1. No te dejes vencer ante la idea de crear a un Mesías según tu propia imagen.
En muchos considerados cristianos, miran a Jesús a través del lente de por sus necesidades y su propio entendimiento de lo que la fe cristiana es.
· El evangelio de la riqueza y la prosperidad afirma que Jesús está ahí para hacernos felices en lo económico y en lo personal. Hay tendencia a ignorar o pasar por alto pasajes que piden la renuncia a las riquezas o el sacrificio por el reino.
· Los que desprecian a los demás por su raza o por orgullo nacionalista suelen centrarse en los pasajes bíblicos sobre el juicio a los malvados, pero ignoran los llamamientos de Jesús a amar a nuestros enemigos y a orar por los que nos persiguen.
2. Acercarnos a la fe en Cristo implica sentarnos a los pies del Maestro y aprender todo lo que El tiene que decirnos.
Dios es un Dios sabio, que a medida que avanza va cumpliendo un plan, nada le toma por sorpresa y mucho menos improvisa ante las dificultades; en cambio, El tiene un plan, el dirige la historia hacia el cumplimiento de Su plan perfecto.
Por lo tanto, no hay nada que El tenga que aprender de nosotros, somos nosotros lo que tenemos que sentarnos a sus pies y aprender de El. Aceptar su plan, aceptar su manera de hacer las cosas, tanto en otros como en nosotros mismos.
3. Esfuérzate por mantener tu mente enfocada en la Cristo. Una mentalidad desenfocada es terreno fértil para Satanás.
La actitud desenfocada de Pedro está claramente alineada con la mentalidad de Satanás. Pedro tenía la mente en las cosas de los hombres y no en las cosas de Dios.
Ocupa tu mente, nutre tu entendimiento, cultiva tu conocimiento en entender cada día más quien es Cristo y que hizo Cristo por ti.
Para que tu Cristo sea en verdad el Cristo, toda tu mentalidad, tu perspectiva de la vida, tiene que estar alineada a su plan y voluntad. Tenemos que aceptar el cristianismo tal cual es, con todo lo que ofrece y en la misma escala de valores en la que lo ofrece.
Esto quiere decir que la gran obra que Dios vino hacer cuando se encarnó en Jesús el Cristo fue una obra de salvación, primero y antes que todo, salvarnos de nuestros pecados. Jesús sufrió el rechazo de la elite religiosa y aun de su propio pueblo judío, sufrió la muerte vergonzosa y dolorosa de la cruz, sufrió la ira del Padre sobre sí mismo con una sola razón, salvar a los hombres de sus pecados.
Jesús resucitó de los muertos para ofrecer resurrección y vida eterna a todo el que se arrepiente de sus pecados y pone la fe en Él.
Jesús hoy está sentado a la diestra del Padre y junto al Padre nos ha enviado su Espíritu Santo para interceder y obrar a favor de su pueblo y ayudarnos a llegar al cielo eterno.
Esto es la razón primaria por lo que Jesús vino. Por tanto, tener otra clase de expectativa que difiera de esta o que sea puesta en orden de prioridad primera que esta, es un error enorme, un gran disparate, como el que Pedro acababa de cometer.
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