El método de Dios para la salvación del hombre
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El método de Dios para la salvación del hombre
El método de Dios para la salvación del hombre
En el estado de pecaminosidad en el que nos encontramos no hay nada que podamos hacer para resolver nuestra condición. Jeremías dice que aunque nos lavemos con lejía o amontonemos jabón sobre nosotros, nuestra mancha de pecado permanecerá delante de Dios.
Dios es el único que ha abierto un medio para sanarnos de nuestros pecados. () En el mayor de los casos, nos parece demasiado simple como para ser verdad que nos atrevemos a rechazarlo. Cuando Israel era atormentado por serpientes ardientes y el pueblo caía en multitud ante el veneno asesino, Dios ordenó a Moisés que levantara un serpiente de bronce para quien fuera mordido, simplemente mirara a la serpiente del asta, pero muchos se resistían a mirar. Esa es una clara enseñanza en el caso de Naamán. Consideremos algunas verdades sobre los métodos de salvación de Dios:
El método de Dios es único: no existe alguna otra salida, aunque nos parezca verdadera. La Biblia señala que cuando Eliseo le dijo a Naamán que se sumergiera en el río Jordán, este se fue indignado, no solo por el recibimiento que le había dado el profeta, sino por el método de la limpieza. es que sus ríos eran mas limpio, con aguas mas puras y hasta, según él, mas curables. Pero su limpieza no estaba en los ríos Abana o Farfar, sino en las aguas turbias del río Jordán. Cuántas veces preferimos buscar la cura a nuestro mal en los ríos de esta vida, siendo que nuestra salida solo está provista en la montaña del Calvario: mirar al Cordero crucificado
El método de Dios es sencillo: en las palabras del siervo de Naamán podemos sacar una gran lección: . Si se le hubiera pedido una gran cosa de seguro, con gusto, aunque le costara, lo habría realizado. Estamos acostumbrados a buscar la salvación en los sacrificios mas exigentes de la vida, que nos cuesta aceptar a Jesucristo como nuestro sustituto. ¡Cuán difícil era para Naamán aceptar que el río Jordán encontraría lo que necesitaba! Es que él puso en balanza condición del río Jordán con los de su tierra, cuando el secreto no estaba en el río, sino en la obediencia a la palabra de Dios. En realidad, era una prueba de Dios, porque podía sanarlo en el río, en la casa, en el camino o en cualquier otro lugar. El lenguaje de la Biblia indica que Naamán esteraba un ritual como el que estaba acostumbrado a ver en su país. Él esperaba que Eliseo levantara las manos, hiciera una invocación y tocara las partes afectadas de su cuerpo. Realmente tenía un plan para el Señor y esperaba que Dios actuara conforme a lo que él creía que. En nuestro estado de pecado pensamos que Dios debe obrar en nuestro favor conforme a la manera nuestra, de ser así, no estamos convencidos de obedecer
El método de Dios es eficaz: el versículo 14 dice que cuando obedeció la orden, la piel se le volvió como la de un niño. Si se hubiera sumergido y no se hubiera sanado, seguramente se hubiera sentido en ridículo delante de su personal. Pero cuando estuvo preparado para dejar de lado la opinión personal, entonces pudo ver la maravilla del Señor. No hay temor de fracasar cuando obedecemos cabalmente la el mandamiento del Señor; siempre habrá un resultado de vida, porque en los caminos de Dios, siempre hay bendiciones. Las palabras expresadas en el vers. 15 dejan ver, en su convicción, la satisfacción del milagro recibido
El método de Dios es inmediato:
El verbo del versículo 14 donde dice que la piel se le volvió como la de un niño implica significa un regreso a una condición o estado anterior, como en o seguidamente, el versículo 15. En este caso, la piel se le regreso a la de un niño pequeño, literalmente