el joven rico 2

Marcos 10.17–31 RVR60

Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Ellos se asombraban aun más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios. Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros.

El joven rico

EL JOVEN PROMETEDOR

No conocemos el nombre de esta persona, pero sabemos algunos datos, según era un joven (menos de 40 años), y nos habla de un hombre principal, un príncipe, soberano, gobernante, autoridad.

Este joven llegó a Jesús corriendo y se arrodilló, parece una actitud de sumisión, de reconocimiento, pero lo que si vemos es que vino apresurado, porque sabia que Jesús estaba por emprender su camino; pero Jesús había estado en ese lugar unos días, la pregunta es ¿por qué no vino antes a ver a Jesús? Tenía una pregunta muy importante para hacer a Jesús, pero llegó a último momento. Probablemente no era su prioridad, y más adelante eso quedó demostrado.

Lo primero que observamos es que le dice Maestro bueno, Jesús era reconocido como Rabí, Él era el Maestro enviado por Dios, pero este hombre le agrega “bueno”. Como respondió Jesús, solo a Dios se le llama bueno. “Nada ni nadie puede ser bueno, a menos que la gracia de Dios lo alcance”. Bueno describe aquello que, siendo bueno en su carácter o constitución, es beneficioso en sus efectos. Jesús no está cuestionando que él no sea bueno, por lo contrario, lo afirma y le recuerda al joven que está hablando con Dios.

Viene con una pregunta muy importante, pero mal formulada, su percepción de lo espiritual estaba muy acotada, sabía que quería heredar la vida eterna, pero creía que podía hacer algo para conseguirlo por sus propios medios. Vida eterna no se refiere a la inmortalidad, sino a la resurrección (). Los judíos no tenían un panorama tan claro como el que hoy tenemos de la eternidad, y de los cielos.

Hoy en día mucha gente cree que haciendo algo, se pueden ganar el cielo, nada más alejado de la realidad. Detrás de este enfoque, hay una noción superficial del pecado. El pecado es rebelión contra un Dios Santo. No es simplemente una acción, es una actitud interna que exalta al hombre y lo enfrenta con Dios. Ningún listado de buenas obras pueden arreglar nuestras cuentas con Dios.

EL JOVEN PROBADO POR JESÚS

Para responder su pregunta, Jesús le menciona los mandamientos, los ante últimos 4 mandamientos (más no defraudes, que aparece en Marcos solamente) que marcan la relación con el prójimo, pero desde las prohibiciones, los NO HARÁS, y le agrega el último de la primer mitad, honra a tu padre y a tu madre.

Todos estos mandamientos tienen un cumplimiento externo, visible, pero no se enfocan en el corazón. Jesús en realidad no le está diciendo como alcanzar la vida eterna, sino los mandamientos que están relacionados a la vida moral que debía vivir, las reglas de convivencia que Dios había claramente definido, para que su pueblo mantuviera una moral que lo diferenciara del resto. En dice “mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos”.

La respuesta del joven es de acuerdo a lo que Jesús le dijo, porque lo que literalmente le responde es todas estas cosas he evitado. Consideraba que no haber matado a alguien o no haber adulterado, no haber robado, lo hacia una persona buena.

¿Fue arrogante en su declaración? en realidad no tanto, no era tan difícil para un judío cumplir con estos mandamientos, y este joven le respondió que todo eso había hecho desde su juventud, desde su niñez.

Pero algo no lo dejaba tranquilo, en Mateo le dice “¿qué más me falta?” había cumplido esos mandamientos, o evitado realizar unos pecados, pero seguramente no los había cumplido en el sentido que Jesús los predicó en el sermón del monte. (, )

Puede que hayas hecho muchas buenas obras, pero cuando pensás en Dios te das cuenta que algo te falta, te preocupa no ganarte el cielo.

Jesús mira a este joven y le ama, la mirada de Jesús a las personas era de amor (; ; ). Jesús lo mira con amor porque ve sinceridad en su corazón, siente que de verdad el joven quería la vida eterna, y tenía dentro suyo un deseo de hallarla. Además con esa mirada de amor se da cuenta realmente lo que hay en su corazón, que es lo que verdaderamente está interponiéndose para tener una verdadera relación con Dios.

Inmediatamente cuando Jesús le mira, se da cuenta de cual es su problema.

Le dice, “una cosa te falta”, podría reprocharle y directamente decirle que amaba el dinero más que a Dios. Pero le plantea que debía hacer para empezar a cambiar. Ve la carencia del joven y le propone un plan para comenzar a ser su discípulo. Siempre que Jesús llamó a sus discípulos fue claro con el costo. Mateo, Pedro, Jacobo, Juan.

En el caso del joven, el amor al dinero era lo que lo detenía para seguir a Cristo, para obtener la vida eterna ().

Por eso el pedido de Cristo se enfoca en vencer ese obstáculo, demostrá que Dios es lo más importante, “vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme, tomando tu cruz”.

El pedido de Jesús tiene la misma fórmula que había predicado en esos días en esa región (), negarse a sí mismo era rechazar las riquezas para seguir a Jesús.

“Esto era lo que necesitaba el joven rico, como se ve en su triste fracaso. El principio que se envuelve es la devoción suprema a Cristo. La prueba de ésta es distinta para personas distintas. Algunos sienten que es más difícil renunciar a esperanzas de honor y fama mundanos por amor a Cristo, que renunciar a las riquezas; y para otros la prueba difícil es abandonar la satisfacción de los varios apetitos o gustos. Abraham dejó su patria nativa por el mandamiento de Dios, pero llegó a ser rico y famoso. Moisés abandonó la distinción y los refinados placeres de la vida de la corte, y procuró pacientemente gobernar a un pueblo degradado y obstinado. Eliseo dejó sus bienes al llamamiento de Dios por Elías. Pablo abandonó su esperanza ambiciosa de ser un gran rabí. Todos deben estar dispuestos aun a morir por Cristo (:24s.) aunque realmente no se exija de muchos que lo hagan

EL JOVEN QUE PRESCINDIÓ DE CRISTO

El joven que había sido puesto a prueba por Jesús, era invitado a seguirle. Según la cronología de los evangelios, Jesús nunca más iba a pasar por esta región, la última etapa de su ministerio se iba a centrar en Jerusalén.

La respuesta del joven… “afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones”

El rico mostró tristeza y se fue apesadumbrado. El verbo στυγνάζω, tiene el sentido literal de estar nublado y también poner mala cara, de ahí que traduzcamos por entristecerse. El rostro expectante del joven se mudó por uno de aflicción, o de contrariedad, alejándose apesadumbrado. El Señor había puesto al joven en la alternativa de tomar una decisión que sin duda resultaba sumamente difícil para él, ya que requería establecer una escala correcta de los valores internos, y la realidad del cumplimiento de los mandatos legales.

La causa de la tristeza se debía a sus muchas posesiones. El sustantivo κτήματα, denota terrenos, fincas, propiedades en general. Marcos dice que tenía muchas, es decir, no eran pocas las propiedades que tenía. El joven amaba más sus posesiones que la vida eterna, por cuanto no estaba dispuesto a deshacerse de ellas para alcanzar lo más importante. Ante la disyuntiva de desprenderse de todo a favor de los pobres y seguir a Jesús, o mantener sus riquezas, prefiere esto último. La vida eterna que buscaba se esfumó delante de él porque el camino que debía seguir para alcanzarla no era de su agrado. El rico amaba sus riquezas y se alejó de Jesús. De otro modo, amó más sus posesiones que a Dios.La causa de la tristeza se debía a sus muchas posesiones.

El Joven que prometía mucho terminó prescindiendo de Jesús, aquel que vino con las mejores intenciones, se fue luego del encuentro triste, con cara larga.

A Abraham se le pidió el sacrificio de su hijo unigénito Isaac (, ). La fe genuina de Abraham no le permitió rehusar a la demanda de Dios, fuera lo que fuera, incluso a su propio hijo, por tanto, manifestó la realidad de su fe, que antes le había sido contada por justicia (), mediante su acto de obediencia en la disposición a entregar a su hijo (). A este joven se le pidió algo mucho menor que la vida de un hijo único, y en la renuncia a dar a Dios lo que demandaba, ponía de manifiesto la inexistencia de una fe verdadera y salvífica.