LA ELECCIÓN: PROMESA Y JUSTICIA DE DIOS (Romanos 9:9-18)

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En estas lineas el apóstol expone, la elección soberana de Dios, la elección en la justicia de Dios, la elección fuera de la capacidad del hombre que es incapaz para salvarse por sus propios méritos.

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1 ELECCIÓN: PROMESA SOBERANA (9-13)
2 ELECCIÓN: JUSTICIA DE DIOS (14-15)
3 ELECCIÓN: INCAPACIDAD TOTAL DEL HOMBRE (16-18)
INTRODUCCIÓN
Seguimos con este capítulo 9 de la carta de Pablo a los Romanos.
Os hago la misma petición y consejo de la introducción del domingo pasado: Deja a un lado los prejuicios que puedas tener con este tema, o lo que ya escuchaste de otros hombres respecto a estas doctrinas. Quédate con lo que la Palabra de Dios dice. Y con una exposición mirando al contexto.
El domingo pasado, hablábamos del verdadero Israel, y quienes conforman este pueblo, veíamos que por encima de todo, (sacrificios, privilegios, ley) está Cristo, y los descendientes de la promesa son aquellos que son salvos por medio de Cristo, por lo tanto, somos pueblo no por carne ni sangre, sino por el Espíritu.
Todo aquel que ha nacido por medio de Cristo, es salvo, y es llamado hijo de Dios. Todo aquel es parte, descendencia y heredero de la promesa, hermano de Isaac.
Ahora Pablo comienza a explicar esta promesa, y como Dios obra en su elección, predestinando a unos para salvación y a otros para juicio. Pero como veremos, todo, salvación y justicia, para la gloria de Dios.

1. LA ELECCIÓN: PROMESA Y JUSTICIA DE DIOS.

La traducción BTX, dice en el versículo 9

9 Porque la palabra de la promesa es ésta:

Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.

a) Explicación de la promesa (9-10)
Pablo en el versículo 8 dice, «son los hijos de Dios…»
Y seguidamente empieza a explicar la promesa y como Dios obra para identificar a sus hijos.
Partimos de la base, que no todo los hijos de Dios, son hijos de Abraham según la carne, y no todo los hijos de Abraham según la carne son hijos de Dios.
La promesa es dada a Abraham como vimos por el propio Ángel del Señor. Una Teofanía.
Teofanía: Una teofanía se puede definir simplemente como una manifestación visible de Dios, una autorrevelación de la deidad. La palabra no aparece ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento, pero se trata de una palabra teológica formada mediante la combinación de dos palabras griegas, theos (“dios”) y phainein (“aparecer”). Así que teofanía se refiere a una aparición de Dios.

10 Y dijo: Volveré a ti sin falta según el tiempo de la vida, y he aquí que tu mujer Sara tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la entrada de la tienda, pues estaba detrás de él.

Y después Pablo explica la secuencia genealógica. Isaac y Rebeca. (10)

21 Y suplicó Isaac ante YHVH por su mujer, que era estéril. Y YHVH atendió el ruego, y concibió Rebeca su mujer.

22 Pero como los hijos luchaban dentro de ella, dijo: Si es así, ¿para qué quiero vivir? Y fue a consultar a YHVH.

23 Y le dijo YHVH:

Dos naciones hay en tu vientre,

Y dos pueblos están siendo divididos aun desde tus entrañas.

Un pueblo será más fuerte que el otro pueblo,

Y el mayor servirá al menor.

b) Elección soberana de Dios (11-12)
Pero antes de que los hermanos mellizos naciera, Dios ya había decretado su elección, la predestinación, había escogido a un para salvación y al escoger a uno para salvación, al otro para juicio.
Todo esto antes de que nacieran, porque sabemos que:
Rooker, M. F. (2012). TEOFANÍA. En T. D. Alexander & D. W. Baker (Eds.), R. Gómez Pons (Trad.), Diccionario del Antiguo Testamento: Pentateuco (p. 835). Barcelona, España: Editorial CLIE.

He aquí, en maldad fui formado,

Y en pecado me concibió mi madre.

Fue una elección antes de la fundación del mundo:
Efesios 1.4–5 LBLA
4 según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de El. En amor 5 nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad,
Y ni mucho menos por obras:
Efesios 2.9 LBLA
9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Tito 3.5 LBLA
5 El nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo,
Sino por que el llama, dice el texto. Y Él llama con llamamiento eficaz a aquellos que predestino y escogió para salvación antes de la fundación del mundo.
Esta elección fue sobrenatural, porque por naturaleza a parte, de ser los dos pecadores, la herencia de la promesa, según la carne, le pertenecía al primogénito, es decir, no a Jacob, sino a Esaú.
Pero el versículo 13 dice: «El mayor servirá al menor»

22 Pero como los hijos luchaban dentro de ella, dijo: Si es así, ¿para qué quiero vivir? Y fue a consultar a YHVH.

23 Y le dijo YHVH:

Dos naciones hay en tu vientre,

Y dos pueblos están siendo divididos aun desde tus entrañas.

Un pueblo será más fuerte que el otro pueblo,

Y el mayor servirá al menor.

c) Elección de amor por el escogido (13)
La NTV, dice en

13 Como dicen las Escrituras: «Amé a Jacob, pero rechacé a Esaú».

Y este texto de las Escrituras se basa en

2 Os he amado, dice YHVH. Pero vosotros decís: ¿En qué nos has amado? Dice YHVH: ¿No es Esaú hermano de Jacob? Pero a Jacob amé

3 y a Esaú aborrecí. Sus montes destiné a la desolación y su herencia a los chacales del desierto.

¿Que diferencia natural había entre Jacob y Esaú? Ninguna.
¿Entonces cual es la base de este amor? Esto va en el carácter de Dios y la Justicia de Cristo.
Aborrecer: Míseo: Abominar, odiar, despreciar, descuidar, desatender.
Ponemos el ejemplo de elegir a un reo que se salve frente a uno que se muera.
Esta elección de amor en base a la justicia de Cristo, implica también una no elección para salvación, por lo tanto una elección de condenación. Lo que se denomina como doble predestinación. Para algunos esto es muy descabellado y no pueden aceptar esta imagen de Dios, pero no sólo el amor va en los atributos de Dios, sino la justicia también forma parte de su esencia divina.
- A veces se hace esta pregunta: “¿Cómo fue posible que un Dios de Amor ordenara a ciertas personas al castigo eterno?” Una pregunta más lógica sería: “¿Cómo fue posible que un Dios cuya justicia demanda que el pecado sea castigado ordenara a ciertas personas a la vida y la gloria eternas?” ¡Ciertamente “la maravilla de ello” está en la muerte vicaria de Cristo!
- La elección puede definirse como el propósito eterno de Dios de hacer que determinados personas sean en Cristo los recipientes de la gracia especial, para que puedan vivir para la gloria de Dios y obtener la salvación eterna (; ; ; ; ). La reprobación es el propósito eterno de Dios de pasar por alto a determinados personas en el otorgamiente de la gracia especial, destinándolos al castigo eterno por sus pecados (, , , , ; )
Hemos visto este primer punto, que al explicar la promesa y la ejecución de ella en la manera de identificar a sus escogidos, sus hijos predestinado, ya la Palabra rechaza: Todo mérito humano, como veremos más adelante, el arminianismo , lo que es lo mismo, el libre albedrío (tu no escoges, tu no aceptas a Dios, el te acepta a ti por medio y méritos de Cristo), y Dios no basa su elección en alguna cualidad tuya o porque viera en su presciencia que tu lo ibas a escoger.
El lo decreta antes de la fundación del mundo, Él te regenera para creer, pues un muerto espiritual no puede revivir espiritualmente sino es por obra de Dios, Él opera en ti el querer como el hacer.
Filipesnes 2:13
Filipenses 2.13 LBLA
13 porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito.
Y Dios muestra tanto su amor, como su justicia, para gloria de su Nombre. Vemos eso ahora.

2. ELECCIÓN: JUSTICIA DE DIOS (14-15)

Respondiendo y siguiendo a lo que dice el texto, podemos afirmar:
a)Dios no es injusto (14)
No hay injusticia en Dios, como también decía Pablo en el versículo 6, «Pero no es que la Palabra de DIos halla fallado», no error, ni improvisación, no hay injusticia, en su elección, todo obra conforme a su propósito, para su gloria.

4 Él es la Roca, cuya obra es perfecta,

Todos sus caminos son justos,

Dios de fidelidad, sin injusticia,

Justo y recto es Él.

Romanos 2.5 LBLA
5 Mas por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulando ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,
b) Dios es soberano (14-15)
La NTV lo expone:

15 Pues Dios le dijo a Moisés:

«Tendré misericordia de quien yo quiera

y mostraré compasión con quien yo quiera».

Dios no es injusto, sino es soberano.
Esto lo expone Pablo, como respaldo, haciendo una mención del AT, la Palabra de Dios, cosa que dijo Dios.

Tendré misericordia del que tendré misericordia y me compadeceré del que me compadeceré.

c) Lo vemos en su Palabra (15)
Como he dicho antes, el que Dios es soberano, lo vemos en su Palabra, no es una invención, el fue soberano en la creación, lo sigue siendo, el es soberano en la redención también. Por lo tanto, Dios tiene misericordia y salva a quien le place según el puro afecto de su voluntad, según su beneplácito.
El muestra su amor y/o su justicia y su Ira, para la gloria de su Nombre, pero si algo tenemos claro, no es injusto, es más, el podía haber destruido la humanidad, pero siempre tuvo misericordia, y lo tiene hoy hasta con los impíos, porque les permite vivir.
Puede sonar duro, Pero ¿Cómo un Dios justo, santo, que odia el pecado, y reclama una justicia pura, pudo habernos salvados? Hay está la obra de Cristo, y su misericordia. Dios es justo en base a su ira y en base a nuestra salvación por la justicia de Cristo.
Porque:

3. LA ELECCIÓN INCAPACIDAD TOTAL HUMANA (16-18)

- Como dice el texto, somos incapaces de salvarnos por nosotros mismo.
a) Somos incapaces (16)
La NVI dice:

16 Por lo tanto, la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano sino de la misericordia DE DIOS.

La NTV dice:
International Bible Society. (1979). Nueva Versión Internacional (). East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional.

16 Por lo tanto, es Dios quien decide tener misericordia. No depende de nuestro deseo ni de nuestro esfuerzo.

El ser humano por naturaleza, está muerto espíritualmente, no quiere, no puede, no desea el arrepentimiento ni la comunión con Dios.
El Señor nos salvó cuando no le buscábamos.

65 Me dejé buscar por los que no preguntaban por mí;

Me dejé hallar por los que no me buscaban.

Dije a gente que no invocaba mi Nombre:

¡Heme aquí, heme aquí!

No se trata de que vengas a la iglesia, no por eso serás salvo, sino por la obra de Dios en tu vida, por la misericordia de Dios.
No es por obra, ni sacrificio, nuestras obras son como trapos de menstruo, sino por la misericordia de DIos.
Puedes que seas el primero en llegar a la iglesia, pero si Dios, no obrado en ti la salvación, no serás salvo.
Recuerda, no eres tu quien decides seguir a Dios, no eres tu quien decides aceptar a Dios, es Dios quien decidió tener misericordia por sus escogidos, es Dios quien en base a los méritos de Cristo, nos acepta por medio de Él.
Lucas 10.21 LBLA
21 En aquella misma hora El se regocijó mucho en el Espíritu Santo, y dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios y a inteligentes, y las revelaste a niños. Sí, Padre, porque así fue de tu agrado.
Santiago 1.18 LBLA
18 En el ejercicio de su voluntad, El nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que fuéramos las primicias de sus criaturas.
- Ni la voluntad del hombre ni su esfuerzo producen la salvación, Dios lo hace. La elección, y por consiguiente también la salvación, es un asunto de la voluntad soberana de Dios. Igualmente final es la reprobación.
Precisamente vamos hablar de eso:
b) La elección de Dios tanto positiva como negativa (17)
Aquí entramos en la doble predestinación.
A Jacob amé y a Esaú aborrecí, desprecié.
Dios escoge a algunos para salvación, y a otros los reprobados, para mostrar su justicia. Contra los cuales Dios está airado.
En el segundo caso, deberíamos estar todos los seres humanos por naturaleza, pero Dios opera la gracia salvadora, el llamado eficaz a sus escogidos, para que por medio de la justicia de Cristo, podamos obtener el perdón de nuestros pecados y la comunión con Dios, así nos convertimos en herederos de la promesa.
Los reprobados, serán juzgados y su fin será la muerte eterna.
Pablo pone el ejemplo del Faraón, usa la Palabra, para explicar esto.

10 YHVH dijo a Moisés: Ve a Faraón, pues Yo he hecho endurecer su corazón y el corazón de sus siervos, para dar en medio de ellos estas señales mías.

2 Para que cuentes a oídos de tus hijos y de los hijos de tus hijos lo que Yo ejecuté en Egipto, y mis señales que puse entre ellos, para que sepáis que Yo soy YHVH.

Fijaros, el propósito de Dios, es mostrar su gloria.

4 Todas las cosas las hizo YHVH para Sí mismo,

Aun al impío para el día malo.

-Dios dejo vivir a Faraón para que pudiera demostrar su poder en él, castigándolo a él y a su pueblo
-Es claro que cuando Dios endurece el corazón de una persona que se ha endurecido contra su Hacedor, él no puede ser acusado de ser injusto. Sea que Dios realmente haga esto o que en lugar de ello muestre misericordia es algo que está más allá del poder de decisión de esa persona o de nosotros. Es un asunto que le corresponde a la propia voluntad, al poder y al decreto eterno de Dios. Es tal como se dice en el versículo.
c) Misericordia por los méritos de Cristo (18)
Ya hemos dicho, que si algo nos diferencia de los impíos, es que somos hijos, escogidos, predestinados, eficazmente llamado, justificados, salvados, y perseveraremos, gracias a la misericordia de Dios, a los méritos de Cristo y a su gracia irresistible.
La NTV dice en este versículo:

18 Así que, como ven, Dios decide tener misericordia de algunos y también decide endurecer el corazón de otros para que se nieguen a escuchar.

La salvación, no depende de nosotros, la salvación es del Señor.
Por eso, cuando entendemos esto, su soberanía, nos ayuda a vivir confiados en Él, glorificar su Nombre, fortalecer nuestra fe.
Se torna Cristo el centro del Evangelio, y se aparta del centro al ser humano, este el el verdadero Evangelio. Que aunque no depende de nosotros, y somos incapaces, Dios ha provisto un salvador, Cristo, Dios mismo, Bendito para siempre.
Y a otros como al Faraón lo endurece.

21 pues YHVH había dicho a Moisés: Cuando vuelvas a Egipto considera todos los prodigios que he puesto en tu mano, y los harás en presencia de Faraón, aunque Yo mismo endureceré su corazón, y no dejará ir al pueblo.

13 Y tal como había hablado YHVH, el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó.

- 18. Así que, de quien quiere tiene misericordia, y al que quiere endurece. Cf. v. 15. ¡Una expresión notable de la soberanía de Dios!
No hay razón para dudar que el endurecimiento del cual Faraón fue objeto era final. Era un eslabón en la cadena: reprobación—vida malvada—endurecimiento—castigo eterno.
Si hemos obtenido esa misericordia, esa salvación, recuerda, no ha sido por ti, sino por los méritos de Cristo, y porque así Dios lo decretó antes de la fundación del mundo.
CONCLUSIÓN
En medio de nuestra incapacidad, en medio de nuestro pecado, en medio de nuestras tinieblas, una luz brilló, una puerta se abrió, un camino surgió, veíamos en medio de ese destello, y una sombra, y esa sombra era la sombra de la cruz, el lugar de donde Nuestro Señor y Cristo, abrió el camino que lleva al Padre.
Fuimos arrastrados por el Espíritu Santo, fuimos limpiados con esa preciosa sangre, todo esto, sin que nosotros fuéramos capaces de hacer nada, era su gracia irresistible obrando en nosotros.
Fueron rotas nuestras cadenas, hermano, fue quitado el peso que nos oprimía, si hermano, esa era la ley, que nos condenaba y eramos incapaces de cumplir por nosotros mismo, y era la demanda de Dios. La ira de Dios que cargaba contra nosotros. Y Cristo, sufrió y pagó nuestra deuda.
Fue arrancado de nosotros el nombre de enemigo, pues ya se nos ha dado el nombre de Hijo, herederos, y nuestro Dios por medio de Cristo, nos dio el derecho y el privilegio, de poder llamarlo Padre, de oídas sabíamos que había un Dios, creador, pero ahora lo conocemos por medio de Cristo, es por medio de Él, que es nuestro Padre. Nos da lugar en su mesa, como a un hijo.
Ya libres, nos pusimos andar por este camino, siguiendo las huellas de nuestro Cristo, algún día llegaremos a la meta, pero sabemos que aunque estemos en este mundo, este camino es seguro, en Él vamos a nuestra casa, a nuestra heredad, a la casa de nuestro Padre.
Esto, no es una fabula, aunque lo halla expresado con alegorías, es una verdad y es segura, pues es la elección de Dios, que nos convirtió de enemigos a hijos.
1 Pedro 2.9–10 LBLA
9 Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10 pues vosotros en otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois el pueblo de Dios; no habíais recibido misericordia, pero ahora habéis recibido misericordia.
1 Pedro 2:9-
En Cristo, sólo hay salvación. Es por Cristo, este es el Evangelio, el Evangelio de Cristo, Dios manifestado a los hombres.
Y llegará el día que el Señor venga, y mistará su poder y justicia, tanto a hijos y a impíos. Su amor y su justicia mostrará su poder y su Gloria!
Dios pudo habernos dejado en nuestro estado depravado, de enemistad con Él, Dios pudo habernos endurecido el corazón como hizo con el faraón, y con tantos otros, pero Dios, nos escogió para salvación.
¡En todo, sólo a Dios la gloria!
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