EL ALCANCE DE LA FE
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EL ALCANCE DE LA FE
EL ALCANCE DE LA FE
EL ALCANCE DE LA FE
Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo. Este, cuando oyó que Jesús había llegado de Judea a Galilea, vino a él y le rogó que descendiese y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir. Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis. El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera. Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue. Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive. Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre. El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa. Esta segunda señal hizo Jesús, cuando fue de Judea a Galilea ().
1. La fe es el instrumento para conocer el poder sanador de Jesucristo. No hay distancia que frene el poder de Dios ni existe poder humano que pueda contener la grandeza de sus maravillas.
La fe resulta recompensada por la bondad de Dios. Es premiada por el Todopoderoso y alcanza lo que para otros es inalcanzable:
Un oficial del rey, tan pronto es informado, que Jesús había llegado a Galilea, de inmediato lo buscó para rogarle que sanara a su hijo. Le pidió que fuera a su casa para hacer el milagro. En ocasiones olvidamos que para Dios no hay distancias y que su sola palabra es suficiente para realizar el milagro.
2. El hombre tenía fe, porque fue a Jesús y no recurrió a otro. Vino confiando en su gloriosa presencia y se presentó ante el Señor con un corazón sincero. Lo que no consideró el padre del joven enfermo es que Cristo puede hacerlo todo con su palabra. Nos asombra en el fragmento bíblico la llamada de atención que Cristo le hizo: Si no veis señales y prodigios, de ningún modo creeréis (v 48). Jesús desea que creamos en Él, sin tener que desear una señal para desatar nuestra fe. Creamos para ver y no esperemos ver para creer. Muchos opinan que Jesús le reprendió porque detectó que el hombre solo tenía fe en su presencia, pero no en su palabra.
¿Qué es más grande en Jesús su presencia o su palabra?
Jesús dijo en una ocasión: Estas señales seguirán, continuarán, ocurrirán a los que crean. Tanto la presencia como la palabra de Cristo, son poderosas.
Muchas veces Jesús demostró el poder mediante su palabra, como lo hizo frente al sepulcro de Lázaro en Bethania, resucitándole de los muertos, usando únicamente su palabra. También cuando llegó a tierra y su bendita presencia fue percibida por el endemoniado gadareno que salió a su encuentro dando grandes voces. No había hablado pero su presencia se hizo notar.
Hay quienes tienen definiciones y términos muy técnicos o teológicos de la fe, pero su corazón está vacío. Poseen gran conocimiento pero carecen de ella. Otros tienen una incredulidad tan arraigada que pueden calificarse de ser personas tercas y obstinadas. Tal fue el caso de Tomás, un discípulo que dudo de sus mismo compañeros que habían visto al Señor resucitado y olvido la advertencia del mismo Jesús que había anticipado su resurrección.
3. Este oficial vino a Jesús a pedirle sanidad para su hijo y agrega que estaba a punto de morir. Se percibe la urgencia y la aflicción del padre de familia. Se nota que estaba desesperado. Que glorioso es saber que Cristo entiende nuestro dolor y en muchas ocasiones muestra consideraciones especiales a quienes nos atrevemos a confiar, teniendo una fe pequeña pero depositada en su bondad y misericordia.
Cristo respondió al oficial: Vete tu hijo vive (v 50). En la mente había archivado la escena de su hijo moribundo, sin fuerzas y desvaneciéndose minuto a minuto. Recordaba el color pálido de su rostro y de pronto Jesús le lanza una luz de esperanza que ilumina su corazón ¡Tú hijo vive! Estas palabras que garantizaban un milagro hacían desaparecer toda sombra de muerte.
Al escuchar las palabras de Jesús, sus sentidos reaccionaron y su corazón fue impactado por la voz del Maestro.
Jesucristo había dicho: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
¡Que poderosa es su palabra!
El hombre creyó la palabra que Jesús le dijo y se fue. Su regreso fue lleno de paz y alegría. Regresó creyendo. Dando por hecho el milagro antes de ver a su hijo.
Cuando se encontraba cerca de su casa, los sirvientes le recibieron y la notificaron que su hijo vivía.
1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Se canceló el funeral que se estaba programando. Se terminó la angustia. Se desvaneció el dolor y se extinguieron los olores de la muerte. Jesús dio la orden, pronunció su palabra de autoridad e invadió el imperio de la muerte, arrebatándole un joven y borrándolo de su lista.
El padre de familia preguntó a que hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron ayer a las siete le dejó la fiebre y comprendió que aquella era la hora que Jesús le había dicho: ¡Tú hijo vive! (vv
51 Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive. 52 Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre. 53 El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa.
Juan 4:51–53).
).
Los milagros auténticos y las sanidades continúan entre nosotros, la palabra de Dios sigue siendo infalible.
Continuaremos cantando y experimentando aquel viejo estribillo: Todo es posible si puedes creer.
¡Nada es imposible para Dios!
Estoy convencido de que no existe cosa difícil para Dios.
Resulta sorprendente como una matriz demasiado vieja pueda concebir. ¡Sarai quedo embarazada!
Por la fe también la misma Sarai, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido (
11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.
).
DIOS USA LA FE PARA CREAR LO NO ES, NO ESTA, O NO PASARA
2. El Señor mantiene su mirada sobre cada uno de sus hijos. Nunca abandona a quienes confían en él. Dios se encargo de cerrarles el hocico a los leones. Hizo que el gran pez volviera su estomago sobre la playa y trajo libertad para su siervo. Daniel, fue libre de ser devorado. Jonás, fue a predicar a Nínive y José fue nombrado como primer ministro de Industria y comercio en Egipto.
¡No te rindas! Sigue creyendo en Dios y sus promesas. Si el camino es largo, sigue caminando, la noche es obscura, pronto llegará el amanecer, tu problema te parece difícil, nuestro Señor es infinitamente poderoso. Si ves tormentas, pronto aparecerá el arco iris.
CUANDO UNA PERSONA PIERDE SU FE EN DIOS PIERDE EL RUMBO, PODER, BENEFICIOS, VIDA ESPIRITUAL… ETC
3. Por la fe llegaremos a donde hemos planeado. Venceremos todo obstáculo y escalaremos hasta la cima del triunfo. Dios es nuestro Padre celestial en las buenas y en las malas. Él siempre estará a nuestro favor. Jamás nos abandonará.
LA FE NOS PERMITE ESTAR VIVOS EN EL REINO DE DIOS
Hab 2:4 he aquí .. mas el justo por su f vivirá
4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.
POCA FE DA TEMOR
8:26 ¿por qué teméis, hombres de poca f?
26 El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
MATEO 8
LA FE QUE SIGUE A CRISTO SALVA...
Mc 5:34; Lc 8:48 tu f te ha salvado
34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.
48 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.
LUCAS 8:
Mc 5:34; Lc 8:48 tu f te ha salvado
Mc 5:34; Lc 8:48 tu f te ha salvado
LA FE NOS PERMITE QUE SE NOS REVELE Y ASI CONOCER LA JUSTICIA DE DIOS...
ROMANOS
17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
1. La clave es: No rendirnos. Dios tiene todo el poder y la autoridad para cambiar las cosas. Daniel, dentro del foso de los leones, no pensaba en los colmillos de las bestias, confiaba en Dios y su fidelidad. Jonás, dentro del vientre del pez expresó una oración sincera confiando en el Todopoderoso. José, dentro de una cisterna y observando el odio de sus hermanos, dejó que Dios tomará control de su vida.
2. El Señor mantiene su mirada sobre cada uno de sus hijos. Nunca abandona a quienes confían en él. Dios se encargo de cerrarles el hocico a los leones. Hizo que el gran pez volviera su estomago sobre la playa y trajo libertad para su siervo. Daniel, fue libre de ser devorado. Jonás, fue a predicar a Nínive y José fue nombrado como primer ministro de Industria y comercio en Egipto.
¡No te rindas! Sigue creyendo en Dios y sus promesas. Si el camino es largo, sigue caminando, la noche es obscura, pronto llegará el amanecer, tu problema te parece difícil, nuestro Señor es infinitamente poderoso. Si ves tormentas, pronto aparecerá el arco iris.
3. Por la fe llegaremos a donde hemos planeado. Venceremos todo obstáculo y escalaremos hasta la cima del triunfo. Dios es nuestro Padre celestial en las buenas y en las malas. Él siempre estará a nuestro favor. Jamás nos abandonará.