Cuatro corazones
El Reino de Dios • Sermon • Submitted
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· 65 viewsLa parábola del sembrador describe las diversas maneras como las personas oyen la palabra de Dios y responden a ella.
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¿Por qué Jesús comenzó a enseñar en parábolas?
¿Por qué Jesús comenzó a enseñar en parábolas?
1- Literalmente significa “Lanzar una idea inesperada”.
2- Parábola: es una narración breve y simbólica de la que se extrae una enseñanza moral.
3- Es una comparación entre una verdad conocida y una desconocida, ubicando cada una al lado de la otra
4- “Los hombres pueden aprender de lo desconocido a través de lo conocido y las cosas celestiales les son reveladas por medio de las terrenales”.[1]
DESARROLLO
3 Les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: «El sembrador salió a sembrar.
3 Les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: «El sembrador salió a sembrar.
1- En los tiempos bíblicos, los agricultores vivían en ciudades amuralladas, y salían a atender sus campos para volver al atardecer. De hecho, un sembrador está trabajando mientras Jesús habla.
2- Cristo no vino como un rey, sino como un sembrador.
3- Cristo dejó la gloria y la seguridad de su hogar celestial, salió solo, para sembrar la semilla de vida en un mundo perdido.
4- La semilla debe sembrarse con trabajo y lágrimas, en soledad y mediante el sacrificio.[2]
4 Mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y la comieron.
4 Mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y la comieron.
1- La llanura de Genesaret es la región más productiva de toda Galilea. Se podía ver los agricultores que echaban la semilla en el fértil suelo, mientras Jesús habla.
2- La semilla cae en un caminito entre los sembrados. Ese camino es pisoteado por los pies de hombres y animales. La superficie del camino es dura. Y la semilla no penetra.
3- Este corazón es una vía pública para el tránsito de las cosas del mundo. Es un corazón endurecido por el “engaño” del pecado. Son oyentes superficiales que no se da cuenta de sus necesidades y peligros.
4- Las aves aparecen en los campos cuando se ara o se siembra. Así como satanás está presente donde se predica el evangelio.
5- La semilla puede ser arrancada del corazón cuando se evalúa, critica y juzga el mensajero o el mensaje.
5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra, y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; 6 pero cuando salió el sol, se quemó y, como no tenía raíz, se secó.
5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra, y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; 6 pero cuando salió el sol, se quemó y, como no tenía raíz, se secó.
1- El terreno es de rocas muy próximas a la superficie, es decir, rocas cubiertas por un poco de tierra; muy común en la zona montañosa de Palestina.
2- La semilla encuentra suficiente tierra para germinar, pero por la poca profundidad no desarrolla las raíces que necesita y pronto muere.
3- Este suelo es un corazón emotivo que puede ser convencido fácilmente, pero el efecto del evangelio es superficial. No acepta que sus hábitos deben cambiar.
4- El suelo poco profundo, no retiene la humedad y en consecuencia la planta se marchitó. El sol destruye lo que no tiene raíz profunda.
5- Ningún alma se salvará por una mera teoría de la verdad o profesión de discipulado. No pertenecemos a Cristo a menos que seamos totalmente suyos. [3]
7 Parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron.
7 Parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron.
1- Hay corazones de terreno lleno de espinos, que tienen un buen comienzo, pero llegan a ser tan atraídos por este mundo, que no tienen tiempo para prepararse para el mundo venidero.
2- Los espinos de la vida que ahogan la Palabra e impiden que el trigo madure debidamente, son los “afanes, las riquezas y los placeres de la vida”. Ninguna clase de personas está libre de ésta tentación.
3- Muchos que podrían ser fructíferos en el servicio de Dios se dedican a adquirir riquezas. Llegan a estar tan distraídos en los negocios que no tienen tiempo para orar, ni tiempo para estudiar la Biblia, ni tiempo para buscar y servir a Dios.
4- Las cosas de la eternidad quedan relegadas a una posición secundaria y porque no se cultiva se marchita y finalmente muere. Con tantos intereses en la vida a menudo no le queda espacio para las cosas más importantes.
8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta y cuál a treinta por uno.
8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta y cuál a treinta por uno.
1- El corazón bueno es un corazón que cree y tiene fe en la Palabra de Dios y se rinde a la influencia del Espíritu Santo.
2- El oyente que se asemeja al buen terreno recibe la Palabra como la voz de Dios que le habla a él. Tiembla ante la Palabra; porque para él es una realidad viviente. Abre su entendimiento y corazón para recibirla.
3- Los oyentes comparados a un buen terreno, habiendo oído la Palabra, la guardan. Sus resultados se verán en una vida y un carácter semejantes a los de Cristo.
4- Nuestra parte consiste en recibir la Palabra de Dios y aferrarnos de ella, rindiéndonos plenamente a su dominio, y así se cumplirá en nosotros su propósito.[4]
CONCLUSIÓN
1- La parábola del sembrador describe las diversas maneras como las personas oyen la palabra de Dios y responden a ella.
2- La diferencia es en las personas que oyen el mensaje.
3- Cuando la gente oye el evangelio y cree en él, todo es obra del Espíritu Santo. La fe salvadora es un don de Dios. Por otro lado, cuando alguien oye el evangelio y lo rechaza, es completamente su culpa.[5]
[1] De White, E. G. (2011). Palabras de vida del gran Maestro. (A. D. Orrego, Ed.) (Quinta edición, p. 8). Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana.
[2] De White, E. G. (2011). Palabras de vida del gran Maestro. (A. D. Orrego, Ed.) (Quinta edición, p. 19). Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana.
[3] De White, E. G. (2011). Palabras de vida del gran Maestro. (A. D. Orrego, Ed.) (Quinta edición, p. 30). Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana.
[4] De White, E. G. (2011). Palabras de vida del gran Maestro. (A. D. Orrego, Ed.) (Quinta edición, p. 41). Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana.
[5] Albrecht, G. J., & Albrecht, M. J. (2002). Mateo. (J. A. Braun, A. J. Panning, & C. A. Jahn, Eds.) (p. 190). Milwaukee, WI: Editorial Northwestern.