1 Juan 5. 6-12
Se puede confiar en lo que dice el Espíritu porque él habla la verdad de Dios. Con todo, no es claro a qué se refiere Juan aquí. Como se refiere a la actividad del Espíritu en tiempo presente, la interpretación más evidente es que el Espíritu nos da testimonio ahora, en la intimidad de nuestros corazones, o por medio de la predicación de la Palabra, de que el bautismo y la muerte de Jesús nos muestran que él es el Cristo e Hijo de Dios.
por medio de la predicación y los sacramentos de la Palabra por medio de los cuales da testimonio de la importancia salvadora de Jesús. Otros subrayan más la manera en que él convence al creyente individual en su fuero interno de la verdad del evangelio.13
se consideraba que el Espíritu había inspirado a los escritores del Antiguo Testamento que profetizaron la venida de Jesús como el Mesías e Hijo de Dios. Se puede decir que en algunas de estas maneras o en todas ellas el Espíritu ya daba testimonio de Jesús durante su vida terrenal o aun antes. De ahí que es posible que Juan tenga en mente aquí la actividad del Espíritu que en el pasado ha dado testimonio de Jesús como el Hijo de Dios y que todavía da su testimonio, confirmando al creyente lo que ya ha dicho.
Si el testimonio de Dios se refiere a su Hijo, se sigue que todo el que cree en el Hijo de Dios acepta con ello el testimonio de Dios. La traducción de la Versión Popular, «lleva este testimonio en su propio corazón», sugiere que se trata de recibir una confirmación interior de fe de parte de Dios. Es dudoso, sin embargo, que éste sea el significado del texto griego, especialmente cuando se compara esta oración con su antítesis, en la segunda parte del versículo. El contraste es entre aceptar lo que Dios ha dicho y rechazarlo. Consecuentemente es más probable que Juan sólo esté afirmando que creer en el Hijo de Dios es aceptar y guardar el testimonio de Dios.