Dios cumple sus promesas

Buenos días hermanos, hoy vamos a estar reflexionando en el capítulo 21 del génesis. Y esta es la penúltima predicación de esta serie sobre Abraham siguiendo las promesas de Dios, que Dios mediante, acabaremos la semana que viene. Y nos enfrentamos a un texto conmovedor y que pone de relieve las promesas de Dios, la Palabra firme e imperecedera del Señor de los cielos, a diferencia del ser humano.

Como seres humanos estamos muy familiarizados con el incumplimiento de la Palabra, es por eso que se hacen contratos escritos, pero aún estos se quiebran y es necesario ir a juicio por el incumplimiento de la palabra de alguien. Somos muy conscientes de la fragilidad de nuestras palabras y como bien reza, un conocido refrán: “ las palabras se las lleva el viento”. Si quieres pasar un rato divertido, o llorar, ves a youtube y pon promesa sin cumplir o mentiras de los políticos, y tienes allí mucho material para pasar el rato. Pero más complicado es cuando somos nosotros mismo los que sufrimos la ruptura de promesas por parte del otro. A veces, sufrimos la inconsistencia de las promesas de los otros, algunas sin demasiada gravedad, como recoger la habitación de los hijos, otras acerca de la ayuda que nos iban a brindar, otras acerca de la confidencialidad sobre algún asunto privado, y otras más graves como la de los votos, té seré fiel hasta la muerte. Todos hemos sufrido y experimentado esta clase de dolor. Pero, aún duele mucho más reconocer y experimentar nuestro propio fracaso en las palabras, cuantas veces no hemos faltado a nuestra palabra delante de los hombres, cuantas veces no hemos faltado a nuestra propia palabra, promesas dichas a nosotros mismos, voy a hacer esto. Pero, sin duda alguna lo que más nos duele, son nuestras propias promesas incumplidas a Dios. No hay nada tan humillante y tan real como repasar las propias promesas que hemos hecho delante de Dios. Señor te prometo que nunca más voy a ver pornografía, si me perdonas, está es la última vez que voy a hablar mal de alguien, ya nunca más voy a mentir, ni a burlarme del otro, es la última vez que crítico, Señor ahora si, a partir de hoy voy a tener un devocional contigo, porque no puedo seguir viviendo así. Ante está realidad, este pasaje brilla con una fuerza inusual, vamos a leer el texto:

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Sin duda alguna, nos llama la atención el poco espacio que se dedica al nacimiento de Isaac. Cuantas cosas que la Biblia no se detiene, apenas 7 versículos para expresar aquello que para un lector primerizo debería ser el clímax. La esperada promesa del hijo cumplida. Pero, así como la vida no se detiene en un momento, tampoco lo hace el texto abarcando más aspectos que la propia alegría personal, de hecho, ni se nos nombra a Abraham alegre, sino fiel.

La Promesa del hijo, cumplida (1-7)

3 veces se resalta el cumplimiento de la promesa por parte de Dios. Lo que Él dice se cumple. Esto es tremendo, porque todo lo que Dios dice que va a suceder, todo lo que promete, todo lo que ha dicho que va a hacer lo hará. Y esto es un elemento absolutamente diferencial, distintivo, único del Dios de la Biblia que Él no es como un hombre. Fíjate que gran diferencia del Dios que presenta la Biblia con el resto de dioses de la antigüedad, donde los dioses simplemente eran seres humanos con poderes, pero eran crueles, mentirosos, mujeriegos, etc. Es es una gran diferencia entre lo que él ser humano piensa, inventa, proyecta como debería ser un dios, si lo hay y como verdaderamente es Dios. Es por esta razón, que el ser humano no comprende a Dios, ni puede llegar a Él por medio de la razón sola. Dios es el distinto, él que nos es como nosotros, el único. Y lo vemos aquí cumpliendo su palabra 25 años más tarde de haberla dado.

Ahora bien, nota que el texto nos dice 3 cosas cruciales acerca de la realidad de Dios en relación con su Palabra:

Dios actúa para cumplir su Palabra, obra en medio de su mundo, es la acción divina en el mundo la que va a hacer cumplir su Palabra. Es decir, no sólo su palabra es confiable porque Él no miente, sino porque Él se encarga de hacerla cumplir. Él no tiene ningún problema en actuar es su mundo. Es suyo. Y no tiene problema tampoco en usar ningún medio. Ya sean los que consideramos naturales, cuando Dios actúa según las leyes que él ha establecido. Ya sea, cuando usa los medios que llamamos espirituales, la oración, la Palabra, la iglesia, etc. O ya sea que Dios use los medios que denominamos milagrosos, que son aquellas situaciones en las que Dios irrumpe en este mundo de manera distinta, palpable y evidente a como lo suele hacer. Estos versículos narran el cumplimiento de un milagro. Abraham y Sara ha concebido de manera milagrosa. Dios ha hecho algo que de otra manera no hubiera podido suceder. Dios ha intervenido, ha hecho un milagro.

Creemos en el Dios de los milagros. Este texto nos obliga, toda la Biblia nos obliga. Dicho de otro modo, una doctrina absolutamente básica y fundamental de cristianismo es que creemos en un Dios de milagros y de hechos sorprendentes, poderos, únicos y exclusivos de Dios. Es decir, que como comunidad cristiana, creemos que Jesús nació de manera milagrosa de la virgen María, creemos que en el inicio de su ministerio y hasta su muerte en la cruz, vivió realizando todos los milagros que se relatan en el Nuevo testamento, y aún mucho otros que no se relatan, sanó enfermos, expulsó demonios, caminó sobre el mar, multiplicó los panes y los peces, etc. que resucitó de entre los muertos por el poder de Dios, que se manifestó durante 40 días a los discípulos y a diferentes personas. Creemos que los milagros del A.T. son eso milagros, no cosas naturales que no sabían explicar, creemos que Dios obra hoy milagros, que cambia la vida de las personas, que sana de manera milagrosa. Y esta comunidad también lo cree. Creemos en la resurrección y que Dios mismo nos va a resucitar de entre los muertos para estar siempre con Él.

Dios no miente.

Dios lo hace a su tiempo. Como Dios soberano, el actúa cuando es el momento ideal.

Abraham cumple su parte del Pacto.

Pone el nombre que Dios le da. Nosotros nos llamamos según el nombre que Dios nos da: hijos de Dios, cuerpo de Cristo, escogidos, pueblo de Dios, templo del Espíritu, ciudadanos del cielo,

Cumplió la señal de pacto. La circuncisión, ya existía antes de este momento en Egipto, se practicaba ligada a rituales para ser adulto, y comenzar en la vida activa sexual. Pero, Dios desvincula la circuncisión, y la vincula al nacimiento. Indicando que la manera de pertenecer al Pacto de Abraham era por nacimiento. La circuncisión, es símbolo y señal, de pertenencia al pueblo de Dios por nacimiento. Del mismo modo, después de Cristo hay establecido, un ritual como símbolo y señal, vinculado al nacimiento, no ya físico, sino espiritual, el bautismo. Según este texto: “Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre”. Así que, el medio para entrar a formar parte del pueblo de Dios, es la fe, la confianza en Jesús, y su símbolo y señal externa, la fe.

Sara irrumpe en gozo

Sara irrumpe en gozo.

La importancia de ver el obrar de Dios y de reconocer las promesas cumplidas de Dios.

Sara se goza de manera maravillosa al ver que Dios es fiel, se maravilla de su poder y gracia, que aun en su incapacidad y sin merecerlo, Dios ha sido fiel a su Palabra. que importante es dedicar tiempo, a reflexionar y disfrutar de Dios.

Necesidad de santidad para poder ver a Dios y tomar tiempo para disfrutar y que las preocupaciones no ahoguen el gozo cristiano.

La Promesa de la nación, protegida (8-21)

Cambio de etapa, celebración.

Conflicto entre los hijos.

Dios cumple su promesa sobre Isaac y sobre Ismael.

La Promesa de engrandecer su nombre, aumentada (22-34)

Abimelec testifica de la obra de Dios en la vida de Abraham.

Es bendecido por Abraham a través de un pacto.

Abraham disfruta de paz y agua.