Prólogo al nacimiento de Jesús: Genealogía

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1. Prólogo al nacimiento de Jesús: Genealogía

Matthew 1:1–17 RVR95BTO
Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram. Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón. Salmón engendró, de Rahab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, y Obed a Isaí. Isaí engendró al rey David. El rey David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón. Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa. Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías. Uzías engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías. Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías. Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia. Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor. Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud. Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob. Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo. De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce.
A. Un árbol genealógico tiene el objetivo de conocer a una persona a través de sus ancestros.
B. Su función en los tiempos de Jesús era contar quién era esa persona y cuál era su condición social y cultural.
C. Podía servir para confirmar la tenencia o posesión de tierras y de bienes familiares; también aseguraba los deberes religiosos, como en la genealogía de los levitas y los sacerdotes de Israel.
D. En algunos pueblos muy antiguos, como el caso del pueblo hebreo, el hábito de escribir genealogías era una forma de preservar la existencia; por ello no era extraño que las personas guardaran la genealogía en su memoria.
E. Por estos motivos Mateo comenzó su Evangelio situando a Jesús en su árbol genealógico. En 1:1 se observa la tabla genealógica de Jesucristo. Esto es importante porque el mismo nacimiento de Jesucristo narrado en lo coloca en una situación muy particular: hijo de David, hijo de Abraham.
F. Para Mateo, recordar era fundamental, porque en la época en que escribió había muchos interrogantes acerca del origen de Jesucristo. No era suficiente saber lo que él hizo, sino que también se necesitaba saber de dónde vino y quién era.
G. Por medio del registro de generaciones, el evangelista quiere demostrar cómo, a partir de David, la promesa de mantener un descendiente en el trono de Israel () se cumplía a través de los tiempos, porque Jesús, el Cristo, era la culminación de la voluntad de Dios (1:17).

2. Las mujeres en la genealogía de Jesús

Entre los personajes que se enumeran en los tres grupos de la genealogía de Jesucristo, la presencia de cuatro mujeres y madres llama la atención:
Matthew 1:3–6 RVR95BTO
Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram. Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón. Salmón engendró, de Rahab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, y Obed a Isaí. Isaí engendró al rey David. El rey David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón.
A. Al observar la vida de estas mujeres, relatada en el AT, se puede descubrir que Tamar era una mujer cananea que se hizo pasar por prostituta para embarazarse de su suegro (Judá) y tener así un hijo suyo. Posteriormente sabemos que los niños fueron dos, porque nacieron mellizos ().
madres llama la atención: Judá, padre de Fares y de Zera, cuya madre fue Tamar (1:3); Salmón, padre de Booz, cuya madre fue Rajab (1:5); Booz, padre de Obed, cuya madre fue Rut (1:5); David fue el padre de Salomón, cuya madre había sido la esposa de Urías (1:6). Si se toma en cuenta que el autor no menciona a ninguna otra mujer o madre de los otros antepasados de Jesús, como mínimo es llamativo el motivo por el cual se menciona a estas mujeres.
Al observar la vida de estas mujeres, relatada en el AT, se puede descubrir que Tamar era una mujer cananea que se hizo pasar por prostituta para embarazarse de su suegro (Judá) y tener así un hijo suyo. Posteriormente sabemos que los niños fueron dos, porque nacieron mellizos (). Rajab también era una mujer cananea, que recibió a los espías enviados por Josué para investigar las defensas de la ciudad de Jericó. Ella salvó a los espías de los soldados de la ciudad y posteriormente fue rescatada durante la toma y destrucción de Jericó (). Rut era una mujer moabita que se unió al pueblo de Israel por medio de su suegra, Noemí (). Por otro lado, no se menciona el nombre de la mujer de Urías, pero sabemos que Betsabé era hitita. Ella fue una de las protagonistas del episodio de adulterio de David en el que, de forma deshonrosa, eliminó a Urías para quedarse con ella ().
B. Rahab también era una mujer cananea, que recibió a los espías enviados por Josué para investigar las defensas de la ciudad de Jaricó. Ella salvó a los espías de los soldados de la ciudad y posteriormente fue rescatada durante la toma y destrucción de Jericó ().
C. Rut era una mujer moabita que se unió al pueblo de Israel por medio de su suegra, Noemí ().
D. Por otro lado, no se menciona el nombre de la mujer de Urías, pero sabemos que Betsabé era hitita. Ella fue una de las protagonistas del episodio de adulterio de David en el que, de forma deshonrosa, eliminó a Urías para quedarse con ella ().

3. Para que el evangelista mencionara a estas mujeres debían existir razones importantes:

A. La primera era que el autor quería mostrar que la elección del linaje de David no era por mérito humano, sino por una elección divina del pueblo judío.
Partiendo de este énfasis no era imposible aceptar que Dios eligiera a otra mujer, María; y tampoco era difícil admitir la forma en que ella se embarazó y dio a luz, llegando a ser la madre del Hijo de David: Jesucristo.
Esto ya era escandaloso para el futuro rey de los judíos, y su genealogía no lo era menos.
B. La segunda razón era que la misión de Jesús no se limitaría al pueblo judío, pues en su origen mismo corría la sangre de los no judíos, cananeos, moabitas e hititas. Este detalle se asocia con el objetivo final del Evangelio: Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones .
Matthew 28:19 RVR95BTO
Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,

4. El nacimiento de Jesús

La siguiente sección narra el segundo origen de Jesucristo: su nacimiento en Belén de Judea, donde el personaje de José se destaca por dos motivos.
La siguiente sección narra el segundo origen de Jesucristo: su nacimiento en Belén de Judea, donde el personaje de José se destaca por dos motivos. Él es descendiente de David, por medio del cual se asegura el linaje real de Jesús. José debía adoptarlo de modo que el linaje de David se extendiera a él.
A. Él es descendiente de David, por medio del cual se asegura el linaje real de Jesús.
B. José debía adoptarlo de modo que el linaje de David se extendiera a él.
Esta historia comienza con una frase que generalmente se pasa por alto, casi como si no la leyésemos: El nacimiento de Jesús, el Cristo, fue así (1:18). En otras palabras, “voy a contarles cómo nació Jesucristo”.
María era la novia de José, lo que implicaba que estaba cerca la fecha en que se casaría con él. Normalmente el compromiso se hacía un año antes del casamiento. La niña, que tendría alrededor de trece años, vivía con sus padres hasta que el novio (de unos dieciséis años) viniera a buscarla para vivir con ella en la casa de sus padres. La moral del casamiento era muy rígida y ellos no tenían oportunidad de estar a solas nunca; durante ese periodo debían abstenerse de cualquier contacto sexual.
Para José, el embarazo de María solo podría haber traído pesar. Algunos creen que José era un hombre viudo o inclusive que podría haber sido mayor que la edad normal para casarse. Es un hecho que su actitud revela una gran madurez al recibir la noticia, tal vez de la boca de María.
C. José tenía dos posibilidades:
La primera era denunciar públicamente a María ante sus padres e incluso ante los ancianos de la ciudad, los cuales se encargarían de aplicar el debido castigo a María.
La segunda opción sería deshacer en secreto el compromiso, anulando así el casamiento al abandonar a María (1:19).
Ambas actitudes entorpecerían el plan de Dios, quien había escogido a María para ser la madre de aquel que consumaría el linaje real de David. El embarazo de María es atribuido a la iniciativa de Dios por medio del Espíritu Santo (1:20). Este mismo Espíritu Santo era conocido en el AT como el poder de Dios que realizaba acciones en la vida de los seres humanos. En este caso la acción del Espíritu Santo no solo significó la acción divina, sino que también preparó a los lectores para la continuidad de este hecho en la vida de Jesucristo. Jesús había sido separado, santificado en su origen en el vientre de María, singularmente señalado por Dios para una tarea especial.
Ambas actitudes entorpecerían el plan de Dios, quien había escogido a María para ser la madre de aquel que consumaría el linaje real de David.
El embarazo de María es atribuido a la iniciativa de Dios por medio del Espíritu Santo
Matthew 1:20 RVR95BTO
Pensando él en esto, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
Este mismo Espíritu Santo era conocido en el AT como el poder de Dios que realizaba acciones en la vida de los seres humanos.
Este mismo Espíritu Santo era conocido en el AT como el poder de Dios que realizaba acciones en la vida de los seres humanos. En este caso la acción del Espíritu Santo no solo significó la acción divina, sino que también preparó a los lectores para la continuidad de este hecho en la vida de Jesucristo. Jesús había sido separado, santificado en su origen en el vientre de María, singularmente señalado por Dios para una tarea especial.
En este caso la acción del Espíritu Santo no solo significó la acción divina, sino que también preparó a los lectores para la continuidad de este hecho en la vida de Jesucristo.
Jesús había sido separado, santificado en su origen en el vientre de María, singularmente señalado por Dios para una tarea especial.
Es esto exactamente lo que el ángel del Señor le aseguró a José cuando este ya había tomado la decisión de dejar a María: .
Matthew 1:20–21 RVR95BTO
Pensando él en esto, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
d. El ángel del Señor es otro personaje conocido del AT. Su tarea era comunicar o interpretar para los seres humanos los diferentes aspectos de la voluntad divina en relación con acontecimientos que los involucraban. Generalmente estos eventos estaban relacionados con el propósito de Dios para su pueblo Israel y, por extensión, para el pueblo cristiano: ; ; ; ; ; ; .
D. Cuando el ángel del Señor le habla a José, lo primero que hace es resumir los acontecimientos:
a. José es el hijo de David, está comprometido con María y ella está embarazada por acción del Espíritu Santo.
b. En un segundo momento, el ángel del Señor instruye a José, dando por sentado que obedecería: el hijo va a nacer y será responsabilidad de José darle un hogar, una familia y un nombre. Este es el papel importante de José en la historia: deberá adoptar al niño como si fuera suyo: , .
Matthew 1:21 RVR95BTO
Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Matthew 1:24 RVR95BTO
Cuando despertó José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer.
c. En este sentido se debe ver en José un ejemplo de discípulo piadoso, que prefiere anteponer su obediencia a Dios a su derecho de paternidad natural.

5. El nombre que el ángel del Señor le otorga al niño es Jesús .

Matthew 1:21 RVR95BTO
Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Este nombre, escrito en su original en griego, se traduce del hebreo Yehoshua o Yeshua, que puede ser leído como Josué, que quiere decir “Dios salva”.
La esperanza de todo el pueblo judío estaba fundamentada en la confianza en un Dios salvador. Al atribuirle ese nombre al niño, el ángel del Señor no solo le da un nombre sino también una misión que estaría plenamente adaptada al carácter y a la acción de Dios, la de salvar a su pueblo. El ángel del Señor describe así, para José, la misión del niño: El salvará a su pueblo de sus pecados (1:21). La salvación de los pecados era una tarea sacerdotal. Desde el punto de vista de la religión judía era responsabilidad del sumo sacerdote administrar el sacrificio por el cual los pecados del pueblo serían perdonados (ver y 16:5–31; ver las varias metáforas usadas en ; ; y , para referirse a la expiación). La salvación de los pecados es algo muy profundo, ya que no se trata solamente del perdón de los pecados sino de la salvación y liberación de ellos. Estos términos le otorgan a la misión del niño que nacería una expectativa mucho más definida y definitiva. La salvación de los pecados requería la libertad de las consecuencias nefastas en la realidad cotidiana del pueblo judío; o sea, si el pueblo padecía por causa de sus pecados, la salvación de los pecados significaba que esos padecimientos tendrían un fin.
Este nombre, escrito en su original en griego, se traduce del hebreo Yehoshua o Yeshua, que puede ser leído como Josué, que quiere decir “Dios salva”. La esperanza de todo el pueblo judío estaba fundamentada en la confianza en un Dios salvador. Al atribuirle ese nombre al niño, el ángel del Señor no solo le da un nombre sino también una misión que estaría plenamente adaptada al carácter y a la acción de Dios, la de salvar a su pueblo. El ángel del Señor describe así, para José, la misión del niño: El salvará a su pueblo de sus pecados (1:21). La salvación de los pecados era una tarea sacerdotal. Desde el punto de vista de la religión judía era responsabilidad del sumo sacerdote administrar el sacrificio por el cual los pecados del pueblo serían perdonados (ver y 16:5–31; ver las varias metáforas usadas en ; ; y , para referirse a la expiación). La salvación de los pecados es algo muy profundo, ya que no se trata solamente del perdón de los pecados sino de la salvación y liberación de ellos. Estos términos le otorgan a la misión del niño que nacería una expectativa mucho más definida y definitiva. La salvación de los pecados requería la libertad de las consecuencias nefastas en la realidad cotidiana del pueblo judío; o sea, si el pueblo padecía por causa de sus pecados, la salvación de los pecados significaba que esos padecimientos tendrían un fin.
La esperanza de todo el pueblo judío estaba fundamentada en la confianza en un Dios salvador.
Al atribuirle ese nombre al niño, el ángel del Señor no solo le da un nombre sino también una misión que estaría plenamente adaptada al carácter y a la acción de Dios, la de salvar a su pueblo.
El ángel del Señor describe así, para José, la misión del niño: El salvará a su pueblo de sus pecados.
La salvación de los pecados era una tarea sacerdotal. Desde el punto de vista de la religión judía era responsabilidad del sumo sacerdote administrar el sacrificio por el cual los pecados del pueblo serían perdonados (ver y 16:5–31; ver las varias metáforas usadas en ; ; y , para referirse a la expiación). La salvación de los pecados es algo muy profundo, ya que no se trata solamente del perdón de los pecados sino de la salvación y liberación de ellos. Estos términos le otorgan a la misión del niño que nacería una expectativa mucho más definida y definitiva. La salvación de los pecados requería la libertad de las consecuencias nefastas en la realidad cotidiana del pueblo judío; o sea, si el pueblo padecía por causa de sus pecados, la salvación de los pecados significaba que esos padecimientos tendrían un fin.
6. Llama mucho la atención el comentario del evangelista:
Matthew 1:22 RVR60
Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:
Esta afirmación se repite mucho, de diferentes maneras, especialmente en la primera parte del Evangelio. Ocurre cada vez que el autor ve la necesidad de asociar ciertos eventos de la vida de Jesús con las escrituras del pueblo judío, probando de esta manera que las Escrituras se cumplieron en la vida de Jesucristo (ver 2:5, 15, 17, 23; 3:3; 4:14; 8:17; 12:17; 13:14, 35; 21:4; 26:56; 27:9).
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta (1:22). Esta afirmación se repite mucho, de diferentes maneras, especialmente en la primera parte del Evangelio. Ocurre cada vez que el autor ve la necesidad de asociar ciertos eventos de la vida de Jesús con las escrituras del pueblo judío, probando de esta manera que las Escrituras se cumplieron en la vida de Jesucristo (ver 2:5, 15, 17, 23; 3:3; 4:14; 8:17; 12:17; 13:14, 35; 21:4; 26:56; 27:9).
Isaías le dijo al rey Acaz que nacería un niño en señal de que el reino de Siria no invadiría al reino de Judá (). Para Mateo, el nombre de ese niño que iría a nacer estaba rodeado de circunstancias más allá de las luchas entre el reino de Judá y el reino de Siria. Según él, con el nacimiento de Jesucristo, Dios se acercaba al pueblo con el fin de salvarlo de sus pecados; por ello el nombre Emanuel tiene el significado que el evangelista le otorga: “Dios con nosotros”. Este nombre ofrece otra perspectiva de la identidad del niño: no solo es el hijo de David sino Dios entre los seres humanos.

Conclusión:

El comportamiento ejemplar de José se destaca al final de la historia del nacimiento de Jesús. Él obedeció la orden del ángel del Señor: se casó con María y se abstuvo de cualquier relación sexual con ella hasta que nació el niño.
Después del nacimiento José recibió al niño como su propio hijo y le dio por nombre Jesús, obedeciendo así la orden del ángel del Señor (1:24–25).
En la conducta obediente de José hay una invitación del Evangelio a todos los que lean la historia, a que acepten de la misma manera el plan de Dios y se sometan humildemente a su propósito. Esto requiere creer en Jesucristo, el hijo de David y el Emanuel.
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