QUIEN ES MAYOR EN LA TRINIDAD?

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QUIEN ES MAYOR EN LA TRINIDAD?

QUIEN ES MAYO EN LA TRINIDAD?
La doctrina de la Trinidad es una paradoja. Cuando Jesús dijo que el Padre era mayor que él, se refería a su posición temporal en la tierra.
En , Jesús les hace una declaración a sus discípulos que puede causar confusión para las personas que están tratando de comprender la doctrina de la Trinidad. ¿En qué sentido es “mayor” el Padre que Jesús? Y si Jesús dijo esto, ¿cómo puede ser él completamente Dios?
RVC Ya me han oído decir que me voy, pero que vuelvo a ustedes. Si ustedes me amaran, se habrían regocijado de que voy al Padre, porque el Padre es mayor que yo.
Entendiendo la Doctrina de la Trinidad
En primer lugar, repasemos la doctrina de la Trinidad. Aquí está en una frase: Hay un solo Dios en el ser que existe eternamente en tres distintas personas. Nota las palabras en cursiva. Cuando decimos que Dios es uno, estamos hablando de su ser o esencia. Cuando decimos que Dios es tres, estamos hablando de sus personas.La naturaleza de Dios es difícil de comprender para nosotros, ya que no existimos como lo hace Dios. Cada ser humano es un ser y una persona, y sin embargo Dios – en Su naturaleza divina – es de alguna manera un ser y tres personas.
Entendiendo los diferentes roles
La doctrina de la Trinidad afirma que cada persona posee plenamente todos los atributos de Dios. Sin embargo, hay una diferencia inherente a la forma en que las tres personas se relacionan entre sí y Su función en el mundo. Una simple frase que captura esta idea es “igual en ser, pero subordinado en el rol que desempeñan”. Padre, Hijo y Espíritu Santo son iguales en términos de Su esencia y atributos. Pero en términos de las funciones que cada persona desempeña, hay una distinción. (Por ejemplo, el Hijo murió en la cruz, no el Padre.)
Entendiendo la Encarnación
Cuando el Hijo de Dios vino a la tierra, sucedió algo especial. La eterna Segunda Persona de la Trinidad añadió una naturaleza humana a lo que ya era Su naturaleza de Dios. No se hizo sólo humano, sino que era completamente Dios y completamente humano. Y él de forma voluntaria y temporalmente hizo a un lado sus atributos y habilidades divinas.
Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales.
No obstante, lo que sí vemos es a Jesús, a quien se le dio una posición «un poco menor que los ángeles»; y debido a que sufrió la muerte por nosotros, ahora está «coronado de gloria y honor». Efectivamente, por la gracia de Dios, Jesús conoció la muerte por todos.
Entendiendo
Finalmente estamos listos para abordar el versículo en cuestión. Cuando Jesús dijo que el Padre es “mayor que él”. Jesús no estaba hablando del ser o atributos inherentes del Padre. Él no estaba admitiendo ser menos que Dios. Más bien, se refería a su papel temporal y a sus limitaciones impuestas por él mismo en la tierra. Después de su muerte y resurrección, Jesús saldría de la tierra y quitaría sus restricciones, poseyendo una vez más todos sus privilegios divinos.
Yo te di la gloria aquí en la tierra, al terminar la obra que me encargaste. Ahora, Padre, llévame a la gloria que compartíamos antes de que comenzara el mundo.
Igualdad esencial, subordinación económica
En las palabras que tenemos de Jesús, la divina filiación indica una relación de absoluta igualdad esencial.
Cuando tratemos de la persona y obra de Cristo, mostraremos que todas las referencias a la subordinación del Hijo al Padre significan una subordinación funcional en la economía del programa redentor divino.
Es de suma importancia que distingamos entre subordinación económica o funcional y la igualdad esencial.
Cuando Jesús dijo: «El Padre mayor es que yo»
Juan 14.28 RVR60
28 Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.
) y «No puedo yo hacer nada por mí mismo» (), tenemos que entender estas declaraciones como refiriéndose a su subordinación económica en «los días de su carne». Pero, cuando dijo «Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió» (, ); «Yo y el Padre uno somos» (); debe quedar claro que en estos pasajes tenemos que ver con la relación de igualdad esencial.
y «No puedo yo hacer nada por mí mismo»
Juan 5.30 RVR60
30 No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
), tenemos que entender estas declaraciones como refiriéndose a su subordinación económica en «los días de su carne». Pero, cuando dijo «Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió» (, ); «Yo y el Padre uno somos» (); debe quedar claro que en estos pasajes tenemos que ver con la relación de igualdad esencial.
tenemos que entender estas declaraciones como refiriéndose a su subordinación económica en «los días de su carne».
Pero, cuando dijo «Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre.
El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió»
Juan 5.22–23 RVR60
22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo,23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.
, ); «Yo y el Padre uno somos» (); debe quedar claro que en estos pasajes tenemos que ver con la relación de igualdad esencial.
«Yo y el Padre uno somos»
Juan 10.30 RVR60
30 Yo y el Padre uno somos.
); debe quedar claro que en estos pasajes tenemos que ver con la relación de igualdad esencial.
debe quedar claro que en estos pasajes tenemos que ver con la relación de igualdad esencial.
Este principio se recalca además en
, : «¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre».
1 Juan 2.22–23 RVR60
22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.
: «¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre».
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