El cordero de Dios

Siguiendo las promesas de Dios  •  Sermon  •  Submitted
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Dios prueba a Abraham para ver donde esta su amor, lealtad y fe. Abraham obedece a Dios

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Llegamos en este día especial de Navidad a la última predicación de esta serie y lo hacemos en el evento más dramático de la vida de Abraham. Una narrativa que contiene una tensión constante que va en aumento hasta su desenlace final. Un texto que no deja indiferente a nadie, como la auténtica navidad tampoco lo hace. Te pido que prestes mucha atención porque este texto puede cambiar tu vida vamos a leerlo;
Génesis 22.1–19 LBLA
1 Aconteció que después de estas cosas, Dios probó a Abraham, y le dijo: ¡Abraham! Y él respondió: Heme aquí. 2 Y Dios dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. 3 Abraham se levantó muy de mañana, aparejó su asno y tomó con él a dos de sus mozos y a su hijo Isaac; y partió leña para el holocausto, y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho. 4 Al tercer día alzó Abraham los ojos y vio el lugar de lejos. 5 Entonces Abraham dijo a sus mozos: Quedaos aquí con el asno; yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros. 6 Tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac su hijo, y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Y los dos iban juntos. 7 Y habló Isaac a su padre Abraham, y le dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, hijo mío. Y dijo Isaac: Aquí están el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto? 8 Y Abraham respondió: Dios proveerá para sí el cordero para el holocausto, hijo mío. Y los dos iban juntos. 9 Llegaron al lugar que Dios le había dicho y Abraham edificó allí el altar, arregló la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar sobre la leña. 10 Entonces Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo. 11 Mas el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y dijo: ¡Abraham, Abraham! Y él respondió: Heme aquí. 12 Y el ángel dijo: No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada; porque ahora sé que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu único. 13 Entonces Abraham alzó los ojos y miró, y he aquí, vio un carnero detrás de él trabado por los cuernos en un matorral; y Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 14 Y llamó Abraham aquel lugar con el nombre de El Señor Proveerá, como se dice hasta hoy: En el monte del Señor se proveerá. 15 El ángel del Señor llamó a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16 y dijo: Por mí mismo he jurado, declara el Señor, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado tu hijo, tu único, 17 de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos. 18 Y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque tú has obedecido mi voz. 19 Entonces Abraham volvió a sus mozos, y se levantaron y fueron juntos a Beerseba. Y habitó Abraham en Beerseba.
Génesis 22:1

La prueba

La prueba

Tremendas son las palabras que Abraham recibe de Dios. Le pide algo absolutamente sorprendente., chocante y abominable que ofrezca a su hijo en holocausto, que lo sacrifique. El hecho de que algunos pueblos de Canaán practicasen el sacrificio humano, y más concretamente el sacrificio infantil, no lo hace más llevadero para Abraham.
Es más las palabras de Dios son especialmente relevantes y dichas a conciencia, pretenden tanto no dejar duda alguna de que hijo se trata, como señalar el amor de Abraham por él. “tu hijo, tu único, a quien amas, a Isaac”.

La obediencia

Con la primera descripción hubiese bastado, toma a tu hijo, pero Dios añade a tu único. Es su único en dos sentidos por lo menos, es el único que tiene en estos momentos, recordemos como ha tenido que despedir a su otro hijo Ismael, probablemente para no verlo más confiando sólo en la Palabra de Dios. En ese sentido Abraham ya ha perdido a un hijo, ahora Dios le pide que sacrifique, al que le queda, su único. Pero también es su único en otro sentido, el de la promesa, es Isaac el hijo prometido, aquel por el cual todas las promesas y planes de Dios para su vida son una realidad. Este hijo es el único en el cual se van a cumplir las promesas de Dios.
Pero además, Dios le dice, al que amas. él sabe que lo ama profundamente. Ya hemos visto cuanto ama Abraham a sus hijo, lo hemos visto interceder por Ismael ante dios, lo hemos visto angustiar sobremanera sobre la situación de Ismael. Abraham amaba profundamente a Ismael. Del mismo modo, y aun con más significado Abraham amaba a Isaac, 25 años había esperado por él, lo amaba con locura, y Dios se lo reconoce y recuerda.
Pero además, le recuerda el nombre, a Isaac. Sacrifícame a risa, a gozo, a alegría. Isaac había sido motivo de gozo y alegría, de ver la realidad de las promesas de Dios cumplidas. Y debe sacrificar eso.

Obediencia

Al día siguiente Abraham obedece a Dios, tomó a dos de sus siervos, partió la leña y se fue con su hijo al lugar señalado. Aunque no se nos dice la edad que tiene en estos momentos Isaac, es capaz de llevar la leña encima una vez han llegado al lugar indicado, por lo que tenía la fuerza suficiente para ello y para emprender un viaje de tales características.
Durante el largo viaje de 3 días Abraham ha tenido tiempo para reflexionar, en medio de una dura batalla, que suponemos, hay en su interior. Y es que las palabras de Abraham, una vez llegado a su destino, parecen reflejar las conclusiones a las que ha llegado durante el viaje.
Primero le dice a los mozos que esperen mientras van a adorar y luego vuelven (5), es probable que está última frase, se la hubiese ahorrado, si albergaba dudas sobre su cumplimiento. Pero, luego ha otra conversación que está llena de un dramatismo atroz. La pregunta que realiza Isaac es del todo normal y lógica, pero la respuesta de Abraham está llena de confianza en el Señor ¡Cuan difícil es para un padre comunicarle a su hijo que se va a morir! Yo no he estado en esa situación, pero sólo de ponerme en esa posición se me ponen los pelos de punta y se me remueve el estómago. ¿Cómo se lo iba decir a su hijo, es más, su propio padre lo tenía que sacrificar. ¡Qué 3 días debían haber sido pensando en la mira de incomprensión de Isaac, buscando el afecto de su padre o que tan sólo es una broma. Las palabras de Abraham reflejan confianza en Dios aunque evidentemente, no comprensión.
Y es que una prueba así, sacude a toda la persona. No sólo es una cuestión de fe, es una cuestión de lealtad, de donde están dirigidos sus afectos.
Hay un nivel de lucha que se produce en la mente: Dios me ha prometido que este es el hijo de la promesa y que a través de él, será multiplicada mi descendencia, así que sea lo que suceda, él no puede fallecer sin haber levantado descendencia.
Por otro lado, tengo que sacrificarlo, tengo que matarlo. Es totalmente contradictorio, incoherente.
Sin embargo, Dios ya ha producida vida cuando sólo había muerte, la esterilidad de Sara y la vejez de ambos. Y siempre ha sido mejor confiar en Dios que no hacerlo.
Pero además, hay otro combate que se produce en los afectos y que debe ser llevado también al lugar correcto. Ya somos una familia feliz, ya tenemos lo que siempre habíamos deseado. ¿Qué necesidad hay de complicarse la existencia? ¿Cómo le va a decir eso a su hijo? ¿Cómo se lo va a explicar a su mujer? ¿Acaso no es mejor buscar una vía media? Ama mucho a Isaac, y Dios es un Dios de amor, de vida, seguro que no se enfada mucho, o que lo arregla de otro modo.
Los afectos y la mente van ligados, y vemos que hay una cuestión de base, ¿a quién ama más Abraham a Isaac, regalo de Dios o al dador del regalo? No nos engañemos Isaac es un regalo, es un préstamo, el no podía tenerlo y le ha sido dado. ¿A quien ama más Abraham así mismo o a Dios? Este el centro de la prueba.
Ahora, llegamos a la escena final donde Abraham construye el altar y ata a un Isaac sumiso y obediente, levanta el cuchillo y Dios lo detiene. Abraham ha sido librado de matar a su hijo. Ha aprobado, ha pasado la prueba, no ha rehusado a Dios, ni lo que más quería en la tierra.

La conclusión

La conclusión

Después de poner su confianza en Dios y obedecer, Abraham ve, ve la provisión de Dios, un carnero que está entre los matorrales. Abraham lo ofrece en lugar de su hijo. Isaac ha sido librado de la muerte por un sustituto. Las promesas hechas a Abraham le son confirmadas de nuevo de la manera más posible y segura, Dios jura por si mismo.
La plena confianza en Dios que Abraham ha mantenido lo hace apto de recibir las promesa del Señor de tener una gran descendencia, enorme y numerosa por la cual Dios va a bendecir a todas las naciones, este siempre ha sido su propósito. Abraham se convierte de esta manera en un modelo de fe y obediencia en Dios, en el ejemplo de todos aquellos que quieren tener comunión con Dios en plena fe y obediencia, no perfección, pero si confianza y obediencia.

Cristo como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo

Pero, ¿qué tiene que ver esta historia con la Navidad? Contiene grandes enseñanzas de como debe ser nuestra relación con Dios, sin embargo está historia no acaba aquí. Está historia apunta hacia el sacrificio de un hombre hecho por su Padre, él único sacrificio que Dios ha tomado en cuenta y es el que él mismo hizo sobre su Hijo, Jesús de Nazaret. y es que en la historia de Dios, en el propósito redentor de Dios hacia el hombre, la única manera de rescatar al hombre de su perdición, era que alguien pagase el precio de su condena en su lugar. El ser humano en su ignorancia y rebeldía ha rechazado a Dios, no le adora, ni le da gracias, no le sirve, ni la ama, y este abominable acto de rebelión contra el Rey de Reyes, se paga con la vida. Así que, la única manera de restablecer la comunión y la relación era que alguien pagase por nosotros, que alguien fuese el carnero que sustituyó a Isaac. Al igual que en la historia de Abraham, el Padre toma su cuchillo y lo alza para sacrificar a su hijo, a su único, a quien ama. Pero en esta ocasión, no hay ninguna voz que lo detenga, el Hijo es a la vez el Cordero sustituto por cada uno de nosotros y el Dios eterno experimenta la muerte en la persona de Jesús y da por nosotros a quien más a ama a Jesús, su Hijo, su único.
Al igual que Isaac que llevaba su propia leña, Jesús de Nazaret llevó su propio madero, cargó su propia cruz, al igual que Isaac, Jesús fue obediente al Padre, Isaac fue vuelto a la vida en sentido figurado, Jesús fue resucitado de forma literal, y como Rey del mundo y Señor de Señores te invita en esta mañana a que participes de la auténtica Navidad, y reconozcas que su vida la dio por ti, pecador. Si esto crees en esta hora Él te invita a participar de sus símbolos, el pan simboliza su cuerpo roto, quebrado por amor a ti, e invita a todos los que se sientes pecadores y necesitados de Él a tomar en señal de reconocimiento de Jesús como mi Salvador:
Tomamos el pan.
De la misma manera que Abraham, puede que tengas lucha en tu mente y en tu corazón. Hay muchas cosas que puede que te sean una contradicción que no entiendes, pero también hay muchas cosas que combaten en tu corazón por reclamar toda tu devoción, atención y amor. ¿Qué es lo que más amas? Jesús derramó su sangre por ti y por mi, inaugurando de esta manera un nuevo pacto en su sangre, y como rey y Señor del Pacto demanda todo tu amor y todo tu corazón, al tomar de este vino, lo hacemos en señal de reconocimiento de su señorío sobre nuestras vidas, entregándonos a Él y pidiéndole que nos ayude a amarle por encima de cualquier otro amor en nuestras vidas. Si esta es lo que crees y quieres, eres bienvenido a tomar del vino.
Tomamos el vino.
Pasamos la ofrenda.
Ahora vamos a pasar la ofrenda, que recogemos como acto de reconocimiento de que todo es de nuestro Dios, y lo usamos para ayudar con los gastos de los locales y para ayudar a la extensión de la verdadera navidad en el mundo. No estás de ninguna manera obligado a participar en ella. Es algo que hacemos por que queremos.
Vamos a escuchar mientras pasamos la ofrenda una canción de un cantante cristiano conocido que tiene la habilidad de conectar la encarnación de Jesús y la su muerte y resurrección de una forma muy especial.
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