¿Con qué propósito vino Jesús?
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Introducción
Introducción
Aunque ha sido comercializada y se celebra de manera secular en muchos lugares del mundo, no debemos olvidar el evento que conmemora la navidad.
En medio de los regalos y las cenas navideñas...
En medio de los convivios familiares e intercambio de regalos...
…no debemos olvidar que la navidad celebra el nacimiento de Jesús de Nazareth hace 2,000 años en el pueblo de Belén en el país de Israel.
El nacimiento de Jesucristo fue un evento que trasciende en la historia de la humanidad.
Su nacimiento divide la historia en antes y después de Cristo.
Un 33% de la población del planeta tierra pertenecen a una iglesia que reconoce a Jesús como el Hijo de Dios.
Existen piezas musicales que proclaman el nacimiento de Jesús tales como: Venid Files Todos, Santa la Noche, Noche de Paz, etc…que son conocidas y entonadas aun por personas que no han confesado fe en Jesucristo.
Es posible que las luces, los adornos, y los convivios desvíen un poco la atención acerca del propósito de esta celebración.
Algo grande sucedió en aquella primer navidad hace 2,000 años.
Algo maravilloso sucedió cuando el Hijo de Dios nació de una virgen (María) en aquél remoto pueblo de Belén.
Un evento impactante sucedió, cual ningún otro evento en la historia d ela humanidad, aquel día en que, según narra el evangelista Lucas:
Lucas 2:1
Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
El día de hoy consideraremos el propósito por el cual vino Jesús, según el apóstol Juan.
El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
Jesús vino porque existe el diablo
Jesús vino para destruir las obras del diablo
Jesús vino porque hemos pecado
I. Jesús vino porque existe el diablo
I. Jesús vino porque existe el diablo
Es importante establecer que el Cristianismo es una fe que cree en lo sobrenatural.
Existe Dios, quién es un ser sobrenatural.
Existen los milagros. Los milagros son actos de Dios que van contra las leyes de la naturaleza.
Por eso creemos que realmente Dios hizo los cielos y la tierra por el poder de su palabra.
Creemos que realmente hubo un diluvio en toda la tierra que destruyó a todo ser viviente excepto a Noé y su familia quienes fueron salvos mediante el arca.
Creemos que Jesús fue concebido por el poder del Espíritu Santo en el vientre de una joven virgen llamada María.
Creemos que Jesús después de haber estado muerto tres días, resucitó de entre los muertos venciendo a la muerte por el poder de Dios.
Pero así como existen los milagros, Dios, los ángeles, etc., también la Biblia habla de la existencia de un ser llamado el diablo.
El diablo existe.
El diablo es un ser real.
El diablo no es un invento de la religión para espantar o manipular a la gente.
Al diablo lo vemos por primera vez en el huerto del Edén.
Después de haber creado al hombre y a la mujer, el diablo viene a Eva en forma de serpiente.
Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
Gn 3.
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Gn 3.
El diablo entabla dialogo con nuestros primeros padres para convencerlos que no deben confiar en la prohibición de Dios.
La serpiente quieren que duden de la palabra de Dios cuando les dijo que no comieran del árbol de la ciencia del bien y del mal.
La serpiente quiso que ellos desconfiaran de lo que Dios les había dicho.
Dios había sido muy claro: el día que ellos comieran de ese árbol ciertamente iban a morir.
No era de que tal vez iban a morir.
No era de que dependiendo del estado de humor de Dios tal vez iba a considerar el castigo de la muerte.
Ellos iban a recibir la pena capital por desobedecer la palabra del creador - ciertamente iban a morir.
Este ser, llamado el diablo, sigue existiendo.
No importa que nosotros no creamos personas demasiado modernas/sofisticadas como para creer en el diablo.
Es más, aunque nosotros negásemos la existencia del diablo - eso no afecta su existencia.
Hay ciertas cosas que solamente pueden explicarse si el diablo existe.
Veamos las tragedias que han ocurrido en la historia de la humanidad:
El holocausto de los judíos.
Los países comunistas que persiguen a los que profesan una religión.
Los carteles que asesinan a familias enteras a sangre fría.
Los asesinos en serie que acumulan decenas de víctimas.
Los terroristas que piensan que están haciendo un bien al estrellar un avión contra un edificio.
El diablo ha estado obrando desde hace mucho tiempo y sigue obrando hasta el día de hoy. Por eso el libro del Apocalipsis lo reconoce como la serpiente antigua.
Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Ap 12.9
II. Jesús vino para destruir las obras del diablo
II. Jesús vino para destruir las obras del diablo
Notemos lo que nos dice Juan:
El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
Jesús vino para destruir las obras del diablo.
Jesús nació en Belén con el propósito de destruir cada una de las obras del maligno.
Ese ser que desde el principio ha atacado a la creación de Dios sigue obrando para la destrucción del ser humano.
Las obras malignas del diablo comenzaron con la tentación de nuestros primeros padres en el huerto del Edén. En ese caso hizo que el ser humano dudara de la palabra de Dios.
Su propósito era de que ellos no pusieran su confianza en lo que Dios había dicho.
Si nos damos cuenta, cuanta gente se resiste a creer en lo que dice la Biblia.
Escuchan la palabra de Dios ser predicada. Escuchan el llamado de creer en Dios y entregar su vida a Jesucristo pero no lo creen, no lo aceptan, no ponen su confianza entera en Jesucristo.
El diablo sigue obrando en las mentes y corazones de las personas cuando la gente no quiere creer en la palabra de Dios.
El enemigo miente.
El enemigo miente acerca de Dios y dice:
Dios no existe.
Dios no va a condenar al pecador.
Tu puedes vivir tu vida como mejor te parezca.
Tu estás bien tal como eres; Dios te tiene que dejar entrar al cielo.
No hay vida después de la muerte; así que vive como quieras.
El enemigo nos lleva a la tentación.
El enemigo tiene muchas artimañas para hacernos caer en la tentación.
El enemigo nos estudia y conoce nuestras debilidades de tal manera que conoce los que son tentados por la droga, el alcohol, el robo, el dinero, la fama, la vanidad, las mujeres, etc.
El enemigo sabe que su sentencia está sellada.
Dios va a condenar al diablo en el lago de fuego al final de los tiempos.
Satanás, nuestro adversario, sabe que su tiempo está contado y por tanto está haciendo todo lo posible para ganar a cuantos seguidores pueda para destruir la creación de su adversario - Dios.
Te das cuenta que el mundo va de mal en peor?
¿Te das cuenta que el hombre se ha vuelto más odioso contra su prójimo?
¿Te das cuenta que ningún gobernante ha podido aliviar el dolor del ser humano?
¿Te das cuenta que gana un partido una elección y luego gana el partido opuesto y las cosas siguen igual?
¿Te das cuenta que la violencia, la drogadicción, la depresión, el suicidio, la guerra y rumores de guerra van de aumento en aumento?
Esto apunta a que el enemigo está activo sabiendo que el tiempo de su juicio final está cerca.
III. Jesús vino porque hemos pecado
III. Jesús vino porque hemos pecado
Pero notemos algo muy importante.
La Biblia dice que Jesús vino para destruir las obras del diablo - no vino para destruir a la humanidad que ha pecado.
De cierta manera Jesús podría haber venido a la humanidad y juzgarla.
Jesús podría haber venido para declarar la condenación del mundo entero.
Sin embargo, no lo hizo así.
Jesús vino a nacer de una virgen, a vivir una vida en un hogar pobre, a sufrir en manos de pecadores - para destruir las obras del maligno. Vino:
Para detener las mentiras del diablo.
Para romper las cadenas de adulterio, drogadicción, orgullo, brujería, hechicería, odio, rencor, materialismo, que nos tenían atados.
Jesús vino porque miraba a una humanidad bajo el yugo de servidumbre - sirviendo al enemigo sin poder encontrar la salida.
Jesús vino porque miraba a una humanidad miserable sin Dios y sin esperanza.
Jesús vino porque nosotros no podíamos salvarnos a nosotros mismos.
Jesús vino porque Satanás el diablo nos tenía cegados y encadenados.
El día que Jesús nace en Belén:
Es como si se prendiera una luz en medio de las tinieblas.
Es como si apareciera el libertador que nos llevaría a la libertad.
Es como si apareciera el barco de rescate para sacar del mar a todos aquellos que estaban ahogándose.
Ese día todo cambió - Jesús vino para darle un golpe mortal a Satanás el diablo.
Hermanos, ese día apareció aquel bebé en Belén mediante el cual sería destruido el imperio que Satanás ejerce sobre la humanidad.
Ese día llegó nuestro libertador.
Ese día llegó nuestro salvador.
Ese día llegó nuestro Mesías.
¿Y como destruyó las obras del diablo?
No fue solo mediante su nacimiento que destruiría las obras del mal sino mediante su muerte.
Al derramar Jesús su sangre, sobre el altar de sacrificio, es que nosotras cadenas fueron rotas.
Al Jesús dar su vida en la cruz, fue que nosotros recibimos la promesa de la vida eterna.
El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.