En Pos de la santidad (parte 2)

Edificandonos en la santidad  •  Sermon  •  Submitted
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Introducción:

En la serie Edificandonos en la Santidad, hasta ahora hemos estudiado estos principios:
La santidad no es una opción, sino un mandato.
Considerar nuestra responsabilidad con nosotros mismos.
Considerar nuestra responsabilidad con nosotros mismos.
Considerar nuestra responsabilidad con los demás.
Considerar nuestra responsabilidad con Dios.
La Santidad es para nosotros los creyentes.
Debemos tener un concepto correcto de santidad.
No experimentamos la santidad en mayor medida en la vida cotidiana porque:
Tenemos una actitud incorrecta hacia el pecado.
Entendemos mal la frase ¨Vivir por la fe¨
No tomamos en Serio algunos pecados.
Ahora continuaremos con el estudio en pos de la santidad y para ello estudiaremos:

1. La Santidad de Dios

1 Pedro 1.15–16 RVR60
15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
Hermanos Dios ha llamado a todos los cristianos a una vida santa. No hay excepciones a este llamado.
Dios ha llamado a todos los cristianos a una vida santa. No hay excepciones a este llamado. No es un llamado sólo para pastores, misioneros y unos maestros dedicados de la escuela dominical. Todo cristiano de todas las naciones, sea rico o pobre, educado o inculto, influyente o totalmente desconocido, está llamado a ser santo. El plomero cristiano y el banquero cristiano, el ama de casa no reconocida y el poderoso jefe de Estado son todos igualmente llamados a ser santos.
La santidad no es un llamado sólo para pastores, misioneros y unos maestros dedicados de la escuela dominical.
Todo cristiano de todas las naciones, sea rico o pobre, educado o inculto, influyente o totalmente desconocido, está llamado a ser santo. El obrero cristiano y el banquero cristiano, el ama de casa no reconocida y el poderoso jefe de Estado son todos igualmente llamados a ser santos.
Este llamado a una vida santa se basa en el hecho de que Dios mismo es santo.
¡Porque Dios es santo, Él requiere que nosotros seamos santos!
Muchos cristianos practicamos lo que podríamos llamar una "santidad cultural".
Este tipo de santidad se adaptan al modelo de carácter y conducta de los cristianos a su alrededor.
A medida que la cultura cristiana que les rodea es más o menos santa, así estos cristianos son más o menos santos.
Pero Dios no nos ha llamado a ser como los que nos rodean.
Dios nos llama a ser como Él!!
La santidad es nada menos que la conformidad del carácter del cristiano al carácter de Dios.
Hermanos la santidad es uno de los atributos de Dios; es decir,
La santidad es una parte esencial de la naturaleza de Dios.
Su santidad es tan necesaria como Su existencia, o tan necesaria, por ejemplo, como Su sabiduría u omnisciencia. Así como Él no puede dejar de saber lo que es correcto, así El no puede dejar de hacer lo que es correcto.
La santidad de Dios, entonces es perfecta libertad de todo mal. De esta manera podemos pensar en la santidad de Dios como la ausencia absoluta de cualquier maldad en Él.
1 Juan 1.5 RVR60
5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.
La luz y la oscuridad, cuando se utiliza de esta manera en la Escritura, tienen un significado moral.
Juan nos dice que Dios es absolutamente libre de cualquier mal moral y que Él mismo es la esencia de la pureza moral.
La santidad de Dios también incluye Su perfecta conformidad con Su propio carácter divino.
Es decir, todos sus pensamientos y acciones están en consonancia con Su carácter santo.
En contraste consideremos nuestra vida cristiana, a medida que maduramos en la vida cristiana, se desarrolla un cierto grado de carácter cristiano.
Crecemos en áreas tales como la veracidad, la pureza y la humildad. Pero no siempre actuamos de manera consistente con nuestro carácter.
Decimos una mentira o permitimos quedar atrapados en una serie de pensamientos impuros.
Ahora si somos de verdad nacidos de nuevo, entonces nos sentimos consternados con nosotros mismos por estas acciones porque son incompatibles con nuestro carácter.
Hermanos esto nunca sucede a Dios.
Dios siempre actúa consecuentemente con Su carácter santo. Y es esta norma de santidad a la que Dios nos ha llamado cuando dice: "Sed santos, porque yo soy santo.
Ahora podemos llegar a esta conclusión:

2. Dios es absolutamente santo.

La santidad absoluta de Dios debe ser de gran consuelo y seguridad para nosotros.
observemos bien esto:
Si Dios es perfectamente santo, entonces podemos estar seguros de que Sus acciones hacia nosotros son siempre perfectas y justas.
A menudo nos sentimos tentados a cuestionar las acciones de Dios y quejarnos de que Él es injusto en su forma de tratarnos. Esta es la mentira del diablo, la misma que le hizo a Eva.
Génesis 3.4–5 RVR60
4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Él esencialmente le dijo: "Dios está siendo injusto con ustedes"
Pero es imposible en la naturaleza misma de Dios porque Él nunca puede ser injusto. Porque Él es santo, todas Sus acciones son santas.
Debemos aceptar por fe el hecho de que Dios es santo, aun cuando las circunstancias pretendan parecer lo contrario. Quejarse contra Dios es en efecto negar Su santidad y decir que no es justo.
En el siglo XVII Stephen Charnock, puritano presbiteriano dijo: "Es menos daño a El negar Su existencia, que negar su pureza; uno le hace no ser Dios, el otro un Dios deforme, desagradable, y detestable … el que dice que Dios no es santo habla mucho peor que decir que no hay Dios.”

3. Reconocer la Santidad de Dios, produce en nosotros alabarle.

Pensemos en la visión de Juan del cielo que se describe en
Apocalipsis 4.8 RVR60
8 Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.
Hago hincapié en esto: los cuatro seres vivientes alrededor del trono de Dios nunca dejan de decir: "Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, y es, y ha de venir".
Los serafines en la visión de Isaías de la gloria de Dios también pronuncia esta adscripción triple de la santidad de Dios .
Isaías 6.3 RVR60
3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.
Isaías 6.3 RVR60
3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.
Cuando Moisés estaba alabando a Dios por la liberación de los israelitas del ejército de Faraón, él también cantó la santidad de Dios.
Éxodo 15.11 RVR60
11 ¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?
Dios ha menudo es llamado en las Escrituras por nombres como el Santo, o el Santo de Israel.
¿Quién como tú, majestuoso en santidad,
Santo, según Stephen Charnock, se utiliza más a menudo como prefijo a Su nombre que cualquier otro atributo.
temible en las alabanzas, haciendo maravillas? (
La santidad es la corona de Dios.
Stephen Charnock, enseña: Imagine por un momento que Dios poseyera omnipotencia (poder infinito), omnisciencia (conocimiento perfecto y completo) y omnipresencia (presente en todas partes), pero sin santidad perfecta. Tal persona ya no se podría describir como Dios.
Hermanos consideremos esto:
Su poder es poder santo; Su misericordia es misericordia santa; Su sabiduría es sabiduría santa. Es su santidad más que cualquier otro atributo es lo que le hace digno de nuestra alabanza.
La santidad de Dios es la perfección de todos sus otros atributos: Su poder es poder santo; Su misericordia es misericordia santa; Su sabiduría es sabiduría santa. Es su santidad más que cualquier otro atributo, es lo que le hace digno de nuestra alabanza.

4. Dios exige de nosotros que reconozcamos su santidad.

1 Pedro 1.16 RVR60
16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
Dios exige correctamente una perfecta santidad en todas Sus criaturas morales. No puede ser de otra manera. Él no puede ignorar o aprobar cualquier mal cometido.
No puede ser de otra manera. Él no puede ignorar o aprobar cualquier mal cometido. Él no puede ni por un momento relajar Su perfecta norma de santidad. Más bien Él debe decir, como Él dice, “así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” (, énfasis añadido). El profeta Habacuc declaró: “Muy limpios son tus ojos para mirar el mal, y no puedes contemplar la opresión.” (). Debido a que Dios es santo, Él nunca puede excusar ni pasar por alto cualquier pecado que cometemos, por pequeño que sea.
Él no puede ni por un momento relajar Su perfecta norma de santidad. Más bien Él debe decir, como Él dice: “Así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” ().
“Así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” ().
El profeta Habacuc declaró: “Muy limpios son tus ojos para mirar el mal, y no puedes contemplar la opresión.”
Habacuc 1.13 RVR60
13 Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él,
Debido a que Dios es santo, Él nunca puede excusar ni pasar por alto cualquier pecado que cometemos, por pequeño que sea.
“Muy limpios son tus ojos para mirar el mal, y no puedes contemplar la opresión.” . Debido a que Dios es santo, Él nunca puede excusar ni pasar por alto cualquier pecado que cometemos, por pequeño que sea.
Hermanos, quiero dejar en nuestras mentes esto: Dios no acepta excusas( es que yo soy así) , ni una expresión de optimismo hacia nuestro pecado( fallé en esto, pero estoy creciendo en esta área de mi vida)
No, de ninguna manera hermanos, la santidad de Dios no permite los pequeños defectos o deficiencias en nuestro carácter personal.
Todos los cristianos, aunque justificados únicamente por la justicia de Cristo, debemos observar cuidadosamente las palabras del escritor a los Hebreos:().
Hebreos 12.14 RVR60
14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Hermanos debemos tener cuidado con el engaño de nuestros corazones;
¿En qué consiste el engaño de nuestros corazones?
El engaño de nuestros corazones consiste en que a veces jugamos con la tentación de entretener la idea de que siempre podemos confesar y luego pedir perdón.
Es una mala concepción de
Proverbios 28.13 RVR60
13 El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
El texto no habla de confesar y pedir perdón, de forma recurrenete, el texto habla de confesar, y apartarse.
cuando pensamos que podemos pecar y luego confesar y pedir perdón, es un pensamiento sumamente peligroso.
El juicio de Dios es sin parcialidad. Él nunca pasa por alto nuestro pecado. Nunca decide no molestarse porque el pecado es sólo pequeño. No, Dios odia el pecado intensamente cuando y donde quiera que lo encuentre.
Dios odia el pecado dondequiera que lo encuentra, en santos y pecadores por igual.
Él no odia el pecado en una persona y lo pasa por alto en otro.
Él juzga las obras de cada hombre imparcial ().
1 Pedro 1.17 RVR60
17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;
Hermanos hay evidencia bíblica que indica que Dios puede juzgar los pecados de sus santos con mayor severidad que los del mundo.
David era un hombre conforme al corazón de Dios (),
Hechos de los Apóstoles 13.22 RVR60
22 Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.
Y después de su pecado contra Urías, se le dijo, “Ahora pues, la espada nunca se apartará de tu casa,” ().
2º Samuel 12.10 RVR60
10 Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer.
Así también, Moisés, por un acto de incredulidad, fue excluido de la tierra de Canaán a pesar de muchos años de servicio fiel.
De igual forma Jonás, por su desobediencia, fue echado en una prisión horrible en el estómago de un pez gigante durante tres días y tres noches, para que pudiera aprender a no huir del mandato de Dios.
Hermanos, cuidado, con el engaño de nuestro Corazón,Dios no pasará por alto nuestro Pecado, solamente porque él es Santo, y exige de nosotros sus hijos santidad.

Conclusión:

La santidad de Dios es un estándar muy alto, una norma perfecta.
Pero es sin embargo es algo a lo que Él nos insta. Él no puede hacerlo menos.
Si bien es cierto Dios nos acepta únicamente a través de los méritos de Cristo, la norma que el pone para nuestro carácter, actitudes, afectos y acciones es: "Sed santos, porque yo soy santo." Hay que tomar esto en serio si queremos vivir en pos de la santidad.
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