¡Cristo Viene Pronto!

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Introducción

Durante el tiempo de Navidad se recuerda aquel momento en que Jesús vino a nacer de una virgen en Belén hace 2,000 años.
El pueblo sumergido en tinieblas esperaba la venida del Mesías de Israel.
Ese clamor por su venida se resume en las palabras del himno:
Oh ven, oh ven, Rey Emanuel,
Rescata ya a Israel
Que llora en su desolación
Y espera su liberación.
El mundo pecador, sin Dios y sin esperanza, estaba necesitado del Cordero de Dios que vendría a dar su vida para rescatar a todos aquellos que creyeran en él.
Podemos ver el anhelo por su venida en el anciano Simeón.
Cuando Jesús fue presentado en el templo el anciano Simeón lo tomó en sus brazos.
Al tener al Salvador del mundo en sus brazos alabó a Dios:
Lucas 2.27–32 RVR60
Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; Porque han visto mis ojos tu salvación, La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel.
Lc 2:27-
En las palabras de Simeón vemos manifestado el profundo deseo porque llegara el Mesías a nacer.
Eso fue lo que muchas personas celebraron en estos días. Sin embargo, la iglesia de Dios debe vivir con la misma actitud con la cual vivió Simeón.
Simeón, a pesar de una persona anciana, esperaba todos los días pensando que hoy podría ser el día en que con sus propios ojos miraría al salvador de las naciones.
Simeón, había recibido una promesa de parte de Dios , de que él no moriría hasta ver al salvador.
Lucas 2.25–26 RVR60
Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor.
Luc 2.
Simeón confiaba en la palabra de Dios que le había sido dada. No dudaba aunque hubiesen pasado días, meses, o años.
¿A qué me refiero? Me refiero a que:
Jesús nos dio una promesa segura - él volverá
La segunda venida de Jesús se vuelve nuestro más profundo deseo.
La gracia de Dios nos fortalecerá para estar de pie hasta que él venga.

I. Jesús nos dio una promesa segura - él volverá

El libro del Apocalipsis registra:
Los eventos que ocurrirán antes del fin de todas las cosas.
La destrucción/condena final de todos aquellos que rechazaron reconocer a Jesucristo como Señor y Salvador.
La destrucción de la tierra y los cielos que ahora conocemos y la inauguración de los nuevos cielos y la nueva tierra.
El libro del Apocalipsis también registra las últimas palabras que reveló el Señor Jesucristo a su siervo Juan.
Por cierto, toda persona que dice que aun está recibiendo nuevas revelaciones que Dios le dijo esto o aquello está engañado, está mintiendo, o está confundido.
Dios ya ha hablado y ha hablado por medio de su palabra escrita.
Las últimas palabras de Jesús en el libro del Apocalipsis son:
Apocalipsis 22.20 RVR60
El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.
Jesús en sus últimas palabras ha prometida que volverá.
Esta misma promesa la hace tres veces en .
Apocalipsis 22.7 RVR60
¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
Apocalipsis 22.12 RVR60
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
Apocalipsis 22.20 RVR60
El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.
En la primera promesa de volver dice que es bendita toda persona que conserva/guarda las palabras del mensaje del libro del Apocalipsis.
En otras palabras, es bendito todo aquel que cree que Jesús va a ejecutar venganza sobre el mal.
Es bendito todo aquel que cree que algún día todo lo oculto saldrá a la luz.
Es bendito todo aquel que cree que Jesús hará justicia contra todas las injusticias cometidas contra el prójimo.
Es bendito todo aquel que cree que Jesús algún día vendrá a juzgar a todos aquellos que rechazaron reconocerlo como Señor y Salvador.
Es bendito todo aquel que cree que Jesús es digno de ser glorificado sin importar la persecución que podamos experimentar.
En la segunda promesa de que volverá lo conecta con la promesa de recompensar a su pueblo en base a sus obras.
Jesús no solo volverá a la tierra para ejecutar el juicio final.
Jesús vendrá para recompensar a todos aquellos que creyeron en él.
¡Hermanos, no son en vano nuestras obras! No son en vano los sacrificios que hemos hecho por servir a Dios.
Toda obra que hacemos en el servicio de Dios tiene su recompensa.
Dios va a galardonar a todos sus hijos que demostraron su fe mediante sus obras. En otras palabras, tenían una fe viva que se manifestaba en buenas obras y no una fe muerta que es inútil y engañosa.
La segunda promesa de que volverá es un poco diferente a las primeras dos.
En las primeras dos, Jesús dice que va a volver y conecta su promesa de volver con una bendición.
Bendición por creer/guardar el mensaje del Apocalipsis.
Bendición/galardón/recompensa por las obras que hacemos en el servicio de Dios.
En la tercera ocasión que dice que va a volver, viene acompañado con un enfasis importante.
Jesús, en esta última promesa que vendrá, no solo dice: vengo pronto.
Lo promete diciendo: “Ciertamente vengo en breve”.
Ese “Ciertamente” es el enfasis al que me refiero.
Es como si dijera: “Si, vengo pronto”, “Tenlo por seguro que vengo pronto”, “No hay duda alguna que vengo pronto”.
¿Porqué haría Jesús este enfasis?
Apocalipsis 22.20 BTX
El que da testimonio de estas cosas dice: ¡Sí, vengo pronto! ¡Amén, sí, ven Señor Jesús!
Una posible razón es que aun en tiempos de Jesús muchos ya estaban dudando de que Jesús realmente vendría por segunda vez. Esto lo vemos en 1 Pedro.
2 Pedro 3.4 RVR60
y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.
2 Pedro 3.9 RVR60
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Muchos dudaban de que Jesús realmente iba a venir puesto que pasaban los días, meses, y años y aun no regresaba.
Muchos hoy en día no solo dudan de la segunda venida de Cristo sino que dudan de la misma existencia de Dios.
Cuantos jovencitos dejan el camino de Dios, aunque saben las consecuencias de darle la espalda a Dios. Viven como si todo lo que escucharon desde niños fuese mentira o un engaño.
Cuantos pertenecen a una religión, o alguna iglesia, pero viven una vida doble. Ante los demás congregantes parecen ser una persona piadosa pero viven contrario a la fe que profesan. Tienen una vida doble, una vida oculta de pecado.
Cuanto supuesto evangélico se hace rico al vivir del evangelio.
…si muchas personas dentro de las paredes de un templo Cristiano vive así no nos debe extrañar que la gente en el mundo les de risa o nos tome como locos cuando decimos que Cristo vendrá por segunda vez para juzgar a los vivos y a los muertos.
Bíblicamente, hay una razón por la cual ha retardado su venida - quiere que todos vengan al arrepentimiento.

II. La segunda venida de Jesús se vuelve nuestro más profundo deseo.

Jesús murió en la cruz para salvar a los que creen en su nombre.
Aun hay muchos que han de ser salvos.
Aun hay muchos que necesitan ser alcanzados con el mensaje del evangelio.
¿Quienes son esos “todos” de los cuales dice la Biblia que Jesús desea que vengan al arrepentimiento?
Nuestros hijos
Nuestros padres
Nuestros amigos
Nuestros conocidos
El mundo perdido que vive en rebelión contra él.
¿Cómo sabremos que una persona ha llegado al arrepentimiento?
Todo aquel que ha conocido al Señor Jesucristo se une a la oración del versículo 20: “Amén; sí, ven, Señor Jesús.”
Todo aquel que ha conocido al Señor Jesús anhela la venida del Señor Jesucristo.
Deseamos estar con nuestro Salvador.
Deseamos estar con él y nunca estar separados de él.
Amamos a nuestra familia, amamos a nuestros hijos, disfrutamos de la creación de Dios, tenemos metas y sueños para nuestro futuro sobre esta tierra - pero sobre todo anhelamos la venida del Señor Jesucristo cuando el mal será condenado y su pueblo recibirá su gran recompensa.

III. La gracia de Dios nos fortalecerá para estar de pie hasta que él venga.

Notemos como termina el libro del Apocalipsis:
Apocalipsis 22.21 RVR60
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
Juan se despide del pueblo de Dios deseando la gracia de Dios sobre cada uno de nosotros.
Juan sabe las pruebas que ha de sufrir el pueblo de Dios.
Juan sabe del desanimo que llegará a tentar a muchos creyentes.
Juan sabe de la atracción del mundo que intentará alejarnos de Dios.
Juan sabe de la persecución que va a sufrir muchos de los que han de creer en el Señor
Lo único que nos ayudará a permanecer hasta la venida del Señor, o hasta el día de nuestra muerte, no son nuestras propias fuerzas, energías, ni mucho menos nuestro animo:
Sólo la gracia de Dios tiene el poder para sostenernos.
Nosotros estamos de pie por su amor, por su bondad, por su bendita misericordia.
Eso nos invita a poner la mirada en él y no en nosotros mismos ni mucho menos en los que nos rodean.
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