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SIN PELOS EN LA LENGUA

(Job 33.1-37.24)

N. Samuel Heim

Chacarilla

16 de mayo de 1999


SIN PELOS EN LA LENGUA

(Job 33.1-37.24)

 

 

Intro:

1.     Los tres amigos de Job le ofrecieron sus consejos fundamentodos en el concepto que la prosperidad, la felicidad y la salud son evidencias de la aprobación y bendición de Dios en la vida de uno, mientras la pobreza, la tristeza y la enfermedad son aflicciones que evidencian la desaprobación de Dios y el castigo correspondiente.

2.     Al agotarse sus argumentos sin lograr convencer a Job, se presenta otro amigo–el joven “teólogo” Eliú hijo de Baraquel buzita, de la familia de Ram.

a.    No sabemos cuando llegó, pero había estado escuchando los discursos de los demás.

b.    Aparentemente no pertenecía al mismo círculo de amigos.

c.    Era más joven que los otros tres. (32.6)

d.    Parece haber sido un joven sincero con un amplio conocimiento de teología, pero como los tres que hablaban antes que él, cayó en la trampa de creer que podía explicar lo inexplicable, y en hacerlo vino a ser un instrumento de Satanás para lanzar un último asalto contra Job.

3.     Eliú esperó con “paciencia” mientras hablaban los tres amigos mayores, pero se quedó desilusionado con sus argumentos.

4.     Cuando Elifaz, Bildad, Zofar y Job se quedan callados, Eliú aprovecha la oportunidad para soltar todo lo que había estado aguantando adentro.

5.     Al presentarse, el joven Eliú les asegura que hablará SIN PELOS EN LA LENGUA.

       Job 32.21-33.3: No haré ahora acepción de personas, Ni usaré con nadie de títulos lisonjeros.

       22     Porque no sé hablar lisonjas; De otra manera, en breve mi Hacedor me consumiría.

       33.1    Por tanto, Job, oye ahora mis razones, Y escucha todas mis palabras.

       2      He aquí yo abriré ahora mi boca, Y mi lengua hablará en mi garganta.

       3      Mis razones declararán la rectitud de mi corazón, Y lo que saben mis labios, lo hablarán con sinceridad.


I.     ELIÚ RESPONDE A LA PREGUNTA: “¿POR QUÉ NO ME CONTESTA DIOS?” (Job 33)

A.    Demanda de Job su atención y le reta a refutarle si puede. (33.1-7)

1.    Considera que está hablando con Job como iguales—ambos formados del mismo barro por el Dios Omnipotente.

2.    Ya que están hablando entre iguales, la presencia de Eliú no debía causarle terror como le hacía la grandeza de Dios (cf. 7.14; 9.34; 13.21; 23.15).

B.    Le acusa a Job de creerse perfecto. (33.8-11)

1.    Es cierto que Job insistía en su inocencia frente a las acusaciones de los tres amigos.

       Job 13.23: ¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme entender mi transgresión y mi pecado.

2.    No lo hacía, sin embargo, en el sentido de considerarse una persona perfecta, sino en el sentido de no haber hallado ningún pecado a que atribuir las circunstancia que estaba viviendo.

       Job 9.20,21: Si yo me justificare, me condenaría mi boca; Si me dijere perfecto, esto me haría inicuo.

       21      Si fuese íntegro, no haría caso de mí mismo; Despreciaría mi vida.

3.    Dios mismo lo llamó perfecto.

       Job 1.8: Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?

C.    Eliú censura a Job por haberse atrevido a acusar a Dios por no escucharle. Le recuerda que “mayor es Dios que el hombre”, y por lo tanto no está obligado a dar cuenta de ninguna de sus razones. (33.12,13) Aún así, “en una o dos maneras habla Dios” (33.14-22).

1.    Habla por medio de sueños y visiones. (33.14-18)

a.     Elifaz comenzó sus discursos refiriéndose a una visión de un fantasma (4.12-21), y Job habló de haber sido asustado con sueños y aterrado con visiones.

b.    En ninguno de los casos parece haber sido un mensaje de Dios, sin emnargo, pues en nada a Job le ayudaron a entender su situación, sino le dejaron más perturbado que nunca.

2.    Habla por medio de enfermedades. (33.19-22)

a.     Quién como Job para sufrir enfermedad, pero no halló allí las respuestas que buscaba.

b.    El único “mensaje” que Job pudo descubrir fue que la enfermedad que padecía no se debía a ningún pecado conocido que hubiera cometido.


D.    Eliú parece presentarse como el árbitro o mediador cuya ausencia Job había lamentado antes. (33.23-33)

       Job 9.33: No hay entre nosotros árbitro que ponga su mano sobre nosotros dos.

       Job 33.6: Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho...

       Job 33.23: Si tuviese cerca de él Algún elocuente mediador muy escogido, Que anuncie al hombre su deber...


II.    ELIÚ RESPONDE A LA PREGUNTA: “¿POR QUÉ NO ME LIBRA DIOS DE MI INJUSTO SUFRIMIENTO?” (Job 34)

A.    En la primera parte se dirige a los tres amigos. (34.1-15; cf. 34.10)

1.    Reclama la atención de ellos para decidir el asunto. (34.1-4)

2.    Ante ellos Eliú acusa a Job sin fundamento alguno, diciendo que “bebe escarnio como agua, y va en compañía con los que hacen iniquidad, y anda con los hombres malos” (34.7,8).

3.    Distorciona lo dicho por Job. (En 34.9, por ejemplo, cita a Job fuera de contexto.)

       Job 21.15: ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos a él?

       En el contexto Job está refiriéndose a los sentimientos de los impíos, no de sus propios sentimientos.

       cf. Job 21.14: Dicen, pues, a Dios: Apártate de nosotros, porque no queremos el conocimiento de tus caminos.

4.    Censura a Job por haber cuestionado la justicia de Dios

a.     Dios es santo. (34.10)

b.    Los juicios de Dios son justos. (34.11,12)

c.     Dios es soberano. Tiene el derecho y el poder tanto para preservar la vida al hombre como para quitársela. (34.13-15)

B.    En la segunda parte se dirige a Job. (34.16-37)

1.    Le recuerda que Dios es justo y que actua con total imparcialidad. (34.16-20)

2.    Le recuerda que Dios es omnisciente, y que de sus ojos no se oculta nada. Por lo tanto, él posee todos los elementos de conocimiento necesarios para un justo juicio. (34.21-23)

3.    Le recuerda que Dios castiga a los malos por su desobediencia y por la opresión de los pobres. Esto parece ser una acusacion indirecta a Job. (34.24-30)

4.    Le llama al arrepentimiento, o en caso contrario, que sufra las consecuencias, pues “a su pecado añadió rebeldía.”  (34.31-37)


III.   ELIÚ RESPONDE A LA PREGUNTA: “¿POR QUÉ NO ME RECOMPENSA DIOS (POR SER INOCENTE)?” (Job 35)

A.    Le acusa de creerse más justo que Dios. (35.1-8)

1.    Job jamás había tomado tal actitud.

2.    Lo que Job se preguntaba era si las pruebas que él estaba pasando debían entenderse como la justa retribución por algún pecado que hubiera cometido (el cual él desconocía), ¿por qué no experimentaban algo semejante o igual otros tan “justos” o menos “justos” que él.

3.    Job no se creía digno del favor de Dios, pero tampoco entendía por qué le tocaba a él lo que le parecía el “desfavor” de Dios.

4.    Eliú presenta a un Dios tan trascendente que parecería no interesarse en el ser humano como persona. (35.5-8)

B.    Le asuca de lamentar las consecuencias de su pecado, mas no arrepentirse del pecado en sí. (35.9-16)

1.    El impío no busca a su Hacedor.

2.    Cuando el impío clama a Dios, no lo hace con un corazón arrepentido, sino con soberbia. A tales oraciones, Dios no oirá.

3.    Así es Job, según Eliú.


IV.   ELIÚ ELABORA SUS TEORÍAS SOBRE LA JUSTICIA Y SOBERANÍA DE DIOS (Job 36, 37)

A.    La soberanía y justicia de Dios en sus tratos con los hombres. (36.1-25)

1.    Dios castiga a los malos. (36.6)

2.    Dios bendice a los justos. (36.7)

3.    Dios disciplina a sus hijos desobedientes. (36.8-12)

4.    Dios juzgará a los hipócirtas. (36.13,14)

5.    Dios librará al pobre y le dará entendimiento a través de su experiencia. (36.15)

6.    A base de estos principios, Eliú amonesta a Job. (36.16-25)

B.    La soberanía y justicia de Dios en sus tratos con la creación. (36.26-37.24)

1.    La evidencia de la grandeza de Dios en la tempestad. (36.26-33)

2.    La evidencia de la grandeza de Dios en el trueno. (37.1-5)

3.    La evidencia de la grandeza de Dios en la nieve y la lluvia. (37.6-13)

4.    Tal como Dios actúa soberanamente en la creación sin tener que pedir permiso ni rendir cuentas a nadie, así también lo hace en la vida de los hombres.


Conclusión:

Los tres amigos habían argumentado que Job estaba sufriendo a causa de su pecado; Eliú argumenta que Job está pecando a causa de su sufrimiento.

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