Yo decido ser un dador alegre

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Yo Decido Ser Un Dador Alegre

Juan 3.16 NTV
16 »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Lucas
Lucas 6.38 NTV
38 Den, y recibirán. Lo que den a otros les será devuelto por completo: apretado, sacudido para que haya lugar para más, desbordante y derramado sobre el regazo. La cantidad que den determinará la cantidad que recibirán a cambio».
El propósito de Dios es darnos para que nosotros también podamos dar a otros.
Dios es el dador universal, todo lo bueno que recibimos proviene de él.
Santiago 1.17 NTV
17 Todo lo que es bueno y perfecto desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, quien creó todas las luces de los cielos. Él nunca cambia ni varía como una sombra en movimiento.
La esencia de Dios es el amor. El amor da. El amor se entrega. El amor no es pasivo, es una constante entrega por el bien de los demás. No debemos permitir que nuestro amor se enfríe.
Mateo 24.10–12 NTV
10 Muchos se apartarán de mí, se traicionarán unos a otros y se odiarán. 11 Aparecerán muchos falsos profetas y engañarán a mucha gente. 12 Abundará el pecado por todas partes, y el amor de muchos se enfriará;
Mateo 24.10 RVR60
10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.
1 Corintios 13.1–3 NTV
1 Si yo pudiera hablar todos los idiomas del mundo y de los ángeles pero no amara a los demás, yo sólo sería un metal ruidoso o un címbalo que resuena. 2 Si tuviera el don de profecía y entendiera todos los planes secretos de Dios y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz de mover montañas, pero no amara a otros, yo no sería nada. 3 Si diera todo lo que tengo a los pobres y hasta sacrificara mi cuerpo, podría jactarme de eso; pero si no amara a los demás, no habría logrado nada.
1 cor 13.1
Hoy estamos llenos de conocimiento, pero nos hace falta amar a los otros.
1 Corintios 8.1 NTV
1 Ahora, con respecto a la pregunta acerca de la comida que ha sido ofrecida a ídolos, es cierto, sabemos que «todos tenemos conocimiento» sobre este tema. Sin embargo, mientras que el conocimiento nos hace sentir importantes, es el amor lo que fortalece a la iglesia.
TRANSFIRIENDO BENDICIONES
2
Efesios 4.8 NTV
8 Por eso las Escrituras dicen: «Cuando ascendió a las alturas, se llevó a una multitud de cautivos y dio dones a su pueblo».
EFESIOS 1.3
Efesios 1.3–6 NTV
3 Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo. 4 Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. 5 Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. 6 De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado.
Él nos ha llenado de bendiciones. Cada don que recibimos debe ser puesto en marcha para bendecir a otros. Cada vez que oramos por algo, ¿es una petición egoísta, o es algo que nos acercará a Dios para que a su vez nosotros podamos acercarnos a los demás?
Debemos recordar que la vida cristiana siempre se vive en comunidad. Unos a otros debemos apoyarnos con los dones que hemos recibido de parte de Dios para poder crecer juntos. Nadie tiene todos los dones y todos tenemos al menos uno, diseñado para alabar a Dios bendiciendo a los demás.
Cada situación por la que pasamos, ya sea buena o en especial, mala, es una bendición de parte del Dios que tiene todo bajo control. Todo es para bien:
ROmanos
Romanos 8.28 NTV
28 Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de los que lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.
2 Corintios 1.3–4 NTV
3 Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. 4 Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros.
Incluso nuestros errores y sus consecuencias son herramientas usadas por Dios para hacernos crecer y poder bendecir a otros con el conocimiento que adquirimos al pasar por esas dificultades.
Las cosas materiales no siempre son las más importantes para dar. A veces los detalles cuentan más y causan un mayor impacto.
Hechos de los Apóstoles 3.6 NTV
6 pero Pedro le dijo: «Yo no tengo plata ni oro para ti, pero te daré lo que tengo. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y camina!».
Cualquiera hubiera podido darle dinero, pero él tenía algo mucho más grande. Tenemos algo mucho más grande qué compartir.
EL DADOR POR EXCELENCIA
Juan 3.16 NTV
16 »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Juan 10.10 NTV
10 El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante.
Dios nos entregó el regalo más grande. Cuando Él da, da en abundancia.
No se trata de que los demás merezcan recibir algo nuestro. Cuando estamos llenos del Espíritu Santo, amar y dar deben hacerse a la manera de Jesús: sin condiciones. A él no le importó rebajarse a nuestro nivel:
Filipenses 2.5–8 NTV
5 Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. 6 Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. 7 En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, 8 se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales.
Filipenses 2.1–6 RVR60
1 Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia,2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
¿Por qué?...
efesios
Efesios 2.5–9 RVR60
5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Filipenses 2.6 RVR60
6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
Salmo 8.4–5 RVR60
4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? 5 Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra.
salmos
No hay nada en nosotros que sea digno de Él. Jesús fue el regalo perfecto no solo porque Él es perfecto, sino porque lo recibimos sin merecerlo. Él ha llenado nuestras vidas de modo que nosotros desbordemos ese amor y gratitud con lo que Dios ama: el mundo.
Colosenses 2.10 NTV
10 De modo que ustedes también están completos mediante la unión con Cristo, quien es la cabeza de todo gobernante y toda autoridad.
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